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El Modelo EFQM de Excelencia ofrece una herramienta integral que tiene como
objetivo ayudar a las organizaciones a conocerse mejor a sí mismas, a realizar un análisis
objetivo, riguroso y estructurado de su funcionamiento y, en consecuencia, a mejorar su
gestión.
De una forma muy simple, podríamos decir que el Modelo EFQM es un diagrama de causa
y efecto. Si queremos lograr un resultado diferente, necesitamos cambiar algo de lo que
hacemos dentro de la organización.
El Modelo EFQM es el modelo líder en Europa y en todo el mundo, con más de 50.000
organizaciones que lo utilizan.
La aplicación del EFQM se basa, en primer lugar, en la comprensión profunda del modelo
por parte de todos los niveles de dirección de la empresa. En segundo lugar, en la
evaluación de la situación de la dirección en cada una de las áreas. Así, la utilización
sistemática y periódica del Modelo Europeo de Excelencia Empresarial permitirá al equipo
directivo establecer planes de mejora basados en hechos objetivos.
Hay dos partes fundamentales que forman a este modelo: por un lado, un conjunto
de criterios de excelencia empresarial que abarcan todas las áreas del funcionamiento de
una organización. Por otro lado, reglas para evaluar el comportamiento de la organización
en cada criterio.
– AGENTES: son aquellos aspectos del sistema de gestión de la institución. Son las causas
de los resultados (el otro criterio). A su vez, por cada grupo de criterios hay reglas de
evaluación basadas en la lógica REDER.
Los agentes deben estar bien fundamentados e integrados con otros aspectos del sistema
de gestión. También debe evaluarse periódicamente su efectividad, para el aprendizaje y
mejora.
– RESULTADOS: representan lo que la organización consigue para cada uno de sus actores,
es decir empleados, clientes, sociedad e inversores.
En este caso, los resultados deberían mostrar tendencias positivas, por ejemplo,
compararse favorablemente con los objetivos propios y con los resultados de otras
organizaciones. Además, estar causados por los enfoques de los agentes. Por último,
abarcar todas las áreas relevantes.
LOGROS
La identificación de los puntos fuertes y débiles en los distintos ámbitos de la empresa son
el punto de partida para el proceso de mejora continua. De este modo, con la
autoevaluación conseguida a través del EFQM, puede lograrse una gestión más eficaz y
eficiente.
Empieza a usar el Modelo EFQM Para recorrer el Camino hacia la Excelencia con el
Modelo EFQM, se recomienda seguir cuatro fases:
1. SENSIBILIZACIÓN Y FORMACIÓN
2. ASESORÍA Y DIAGNÓSTICO
3. MEJORA
4. RECONOCIMIENTO