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Los linfocitos vírgenes recirculan constantemente entre la sangre y los órganos linfáticos
periféricos, donde pueden ser activados por antígenos para convertirse en células efectoras, y los
linfocitos efectores migran desde los tejidos linfáticos a las zonas de infección, donde se eliminan
los microbios. De este modo, los linfocitos en estadios definidos de su vida migran a diferentes
localizaciones donde son necesarios para sus funciones. La migración de los linfocitos efectores a
los lugares de infección es más relevante para los linfocitos T, porque los linfocitos T efectores
tienen que localizar y eliminar microbios en estos sitios. Por el contrario, las células plasmáticas no
necesitan migrar a lugares de infección; en cambio, secretan anticuerpos, los cuales entran en la
sangre, donde pueden unirse a microorganismos patógenos o toxinas vehiculados por la sangre.
Además, los anticuerpos pueden llegar a las zonas tisulares de infección por la circulación.
Los linfocitos T vírgenes que han madurado en el timo y entrado en la circulación migran a los
ganglios linfáticos, donde pueden encontrarse con los antígenos que drenan los epitelios y los
órganos parenquimatosos. Estos linfocitos T vírgenes entran en los ganglios linfáticos a través de
vénulas pos-capilares especializadas, llamadas vénulas de endotelio alto (VEA). Las moléculas de
adherencia usadas por los linfocitos T para unirse al endotelio se describen en el capítulo 6. Las
quimiocinas producidas en las zonas del linfocito T de los ganglios linfáticos y mostradas en las
superficies de las VEA se unen al receptor para quimiocinas CCR7 expresado en los linfocitos T
vírgenes, lo que hace que los linfocitos T se unan fuertemente a las VEA. Los linfocitos T vírgenes
migran entonces a la zona de linfocitos T, donde los antígenos son presentados por células
dendríticas.
Los linfocitos B vírgenes también entran en los tejidos linfáticos, pero después migran a los
folículos en respuesta a las quimiocinas que se unen al CXCR5, el receptor para quimiocinas
expresado en estos linfocitos B.
Los linfocitos B que reconocen y responden al antígeno en los folículos del ganglio linfático se
diferencian en células secretoras de anticuerpos, que permanecen en los ganglios linfáticos o
migran a la médula ósea.
Los linfocitos T de memoria constan de diferentes poblaciones; algunas células recirculan a través
de los ganglios linfáticos, donde pueden organizar respuestas secundarias a los antígenos
capturados, mientras que otras migran a las zonas de infección, donde pueden responder con
rapidez para eliminar la infección.
Sabemos menos sobre la circulación del linfocito a través del bazo u otros tejidos linfáticos. El bazo
no contiene VEA, pero el patrón general de migración del linfocito virgen a través de este órgano
probablemente sea similar al de migración a través de los ganglios linfáticos.