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Cada día, el pensamiento crítico es una de las habilidades más valoradas

para el aprendizaje de los estudiantes. Profundiza más sobre la


importancia que tiene este tipo de razonamiento.

Hoy en día, con la evolución que han tenido las Tecnologías de la Información
y de la Comunicación, no cabe duda que vivimos en medio de un mar de
información, de datos y de inmediatez a través de múltiples dispositivos y
fuentes. Cuando la información está a nuestro alcance y en cualquier medio,
una parte del problema la tenemos resuelta, pero la otra no.

Lo otra se refiere, entonces, a qué hacer con esa información, cómo valorar si
es válida o es basura, cómo transformarla en conocimiento y en una
herramienta para mi formación integral. Pero también esta parte de la
problemática tiene su respuesta y se llama pensamiento crítico.

Pensar críticamente es un tipo de razonamiento que puede ser definido de


diferentes formas. Sin embargo, la mayoría tiene alguna relación con el acto de
cuestionar o valorar. De hecho, la etimología de la palabra
“crítica” êñίóéò (kri), implica establecer un juicio o tomar una decisión. Por tal
razón, cuando se habla de pensamiento crítico, en términos generales, se
hace referencia a ejercicios de cuestionamiento y de valoración, que
permiten finalmente emitir un juicio o tomar una posición con respecto a
un hecho, fenómeno o idea.

Para la Mtra. Elba Gricel Cortés Pérez, académica de las licenciaturas en


Pedagogía y Psicología, en la UNITEC, el pensamiento crítico es “aquel tipo
de pensamiento que activamos cuando deseamos analizar la información
existente relacionada con cualquier situación de la realidad”. En ese
sentido, añade que  se puede entender por pensamiento crítico como “la
capacidad que tenemos de interpretar, analizar, evaluar, hacer
inferencias, explicar y clarificar los  significados, con el fin de poder ver la
realidad que nos rodea”.

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