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MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA

57° JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

RESUMEN:
El Papa Francisco en su mensaje para esta jornada mundial de oración por
las vocaciones reflexiona a partir del pasaje del Evangelio de san Mateo,
donde Pedro tiene una experiencia singular durante una noche de
tempestad en el lago de Tiberíades.
El Papa ha elegido cuatro palabras claves, las cuales las hemos de tener
muy presente, estas son: dolor, gratitud, ánimo y alabanza.
Nosotros, así como estos discípulos avanzamos “en la barca de nuestra
vida2, pero siempre con mucha inquietud, buscando un “feliz
desembarco”, asumiendo riesgos y oportunidades, aunque dispuestos a
recibir del timonel cambios de dirección hacia el rumbo adecuado.
Pero muchas veces podemos ser desafiados “por los vientos contrarios de
las dificultades, de las dudas y de los temores”.
El Señor nos pide abandonar nuestras propias seguridades e ir tras sus
huellas. Y hemos de caer en la cuenta que “en la aventura de este viaje
difícil, no estamos solos”, el Señor está con nosotros. Dentro de nuestra
vocación hemos de tener presente estas cuatro palabras:
Gratitud: “nuestra realización personal y nuestros proyectos de vida no
son resultado de lo que decidimos nosotros dentro de un yo aislado, sino
son ante todo la respuesta a una llamada que viene de lo alto”, eso es
nuestra vocación. Esta vocación lo llegaremos a descubrir “cuando nuestro
corazón se abra a la gratitud y sepa acoger el paso de Dios en nuestra
vida”.
Ánimo: “Lo que a menudo nos impide caminar, crecer, escoger el camino
que el Señor nos señala son los fantasmas que se agitan en nuestro
corazón” y sobre todo “el fantasma de la incredulidad”, por ello ante estas
circunstancias el Señor, nos dice: “Ánimo, soy yo, no tengáis miedo” (Mt
14, 27).
El Señor sabe que una opción fundamental de vida requiere valentía y por
eso nos asegura: No tengas miedo, ¡yo estoy contigo!
Dolor (fatiga): “El Señor quiere que camínenos como Pedro sobre las
aguas”, que pongamos al servicio del Evangelio nuestras capacidades,
dones en la vida cotidiana y en una vocación concreta. Pero si apartamos
nuestra mirada del Señor corremos el riesgo de hundirnos, pero a través
de la fe podemos vencer diversas dificultades y con mayor razón, el Señor
“nos tiende la mano cuando el cansancio o el miedo intentan arruinar
nuestra vida, y nos da el impulso necesario para vivir nuestra vocación
con alegría y entusiasmo”.
Alabanza: “Aún en medio del oleaje, nuestra vida se abre a la alabanza”.
Esa fue la actitud de la Madre de Dios, por ello, nosotros también hemos
de ser agradecidos, por la mirada que el Señor ha tenido para con cada
uno de nosotros, hemos de abandonarnos con fe a pesar de nuestros
miedos y turbaciones, y como la Virgen María hacer de nuestra vida un
canto de alabanza al Señor (Santidad).
Cada uno de nosotros hemos de descubrir con gratitud la llamada de Dios,
y luego decirle “sí” con valentía, para así poder vencer la fatiga con la fe
en Cristo y por último ofrecer nuestra vida como un cantico de alabanza a
Dios, a los hermanos y al mundo entero.

PROPUESTAS PARA LA PASTORAL VOCACIONAL

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