El significado y sus relaciones

Las palabras están relacionadas entre sí de diversas maneras. Algunas se asocian por la
semejanza de su significado, como lleno y repleto, o casa y hogar. Este tipo de relación es el
que se establece entre los sinónimos. Otras se asocian porque tienen significados opuestos,
como lleno y vacío, o entre guerra y paz. Esta relación es la que se da entre los antónimos.

Las palabras que se asocian porque sus significados designan entidades de la misma
clase se denominan hipónimos/hiperónimos, por ejemplo la relación entre manzana, banana,
naranja y frutas. Todas estas palabras (manzana, banana, naranja) tienen una relación de
inclusión con la palabra frutas. Los hipónimos son cada uno de los elementos y el hiperónimo es
el que incluye a toda la clase (fruta). Recordar que el prefijo hipo significa “menor, inferior o por
debajo”, en cambio hiper significa “muy grande, exceso o superioridad). Otro ejemplo de
hipónimos e hiperónimos: los hipónimos jazmín, rosa, clavel pertenecen al hiperónimo flores.

Un tipo de relación más amplia conecta a las palabras que pertenecen a un mismo campo
semántico. Esto quiere decir que son palabras distintas que remiten a una idea o concepto. Por
ejemplo, película, butaca, entrada, pantalla, asientos, diversión corresponden al campo semántico
cine.

Además, están las familias de palabras que son el conjunto de palabras que derivan de
otras y comparten la misma raíz. Por ejemplo, zapato, zapatero, zapatería, zapatear, zapatazo,
zapatilla.

Está también la homonimia. Palabras que se escriben igual (homógrafos), por ejemplo
entre vino (de bebida) y vino (verbo); y los que se pronuncian de manera semejante
(homófonos), por ejemplo entre taza (recipiente) y tasa (impuesto).

Por último, un tipo de relación muy particular es la relación que se establece entre el
significado denotativo y el figurado. Por ejemplo, el significado denotativo de la palabra perro:
mamífero doméstico de los cánidos. En cambio, el sentido figurado de la palabra perro puede
referirse a una persona que no juega bien al fútbol, a un profesor muy exigente o a una persona
maltratada. Estos significados figurados se denominan connotativos.