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Comportamiento animal

Trabajo trimestral, 2020

Por “Los asconoides”


Martínez Bucio María Fernanda &
Quiñones Martínez José Evani

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Índice

Introducción………………………………………………………….. 3

Agresión y otros conceptos relacionados……………………………. 4

¿Los animales nacen o se hacen agresivos? ……………………….... 6

Tipos de agresión en los animales…………………………………… 8

Neurología y endocrinología de la agresión……………………. 9


¿Es la agresión un verdadero mal? …………………………………. 13
Literatura consultada………………………………………………… 13

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Introducción

La palabra agresión viene del latín: aggredior cuyo significado es “ir o cometer
contra otro” (Castillo,2006). En general, el concepto de agresión se concibe
como un comportamiento totalmente negativo dentro de cualquier contexto; en
el que se puede identificar a una víctima y un victimario, por ende, es fácil
asociar eventos destructivos y dañinos con tal conducta. Por ejemplo, en algunas
revisiones como las de Carrazco & González (2006) se han propuesto varias
definiciones que encajan con esta típica alusión:

Dollar et al. Conducta cuyo objetivo es dañar a una persona o a otro


(1939) objetivo
Spielberger Conducta voluntaria, punitiva o destructiva, dirigida a una
et al. (1985) meta concreta, destruir objetos o dañar a otras personas.
Anderson & Cualquier conducta hacia otro individuo, que es llevada a cabo
Bushman con la intención inmediata de causar daño.
(2002)

Tabla 1. Definiciones revisadas en la literatura del concepto de agresión, tomadas de Carrazco &
González (2006).

Sin embargo, en contraste con estas definiciones, el mismo autor Carrazco &
González (2006) entre otros como Soria & Pérez (2008) y Beteta (2014) definen
a la agresión como una presión de selección natural, es decir, aquél medio por
el cual los animales pueden garantizar la supervivencia de su especie. Más allá
de considerar a la agresión como un comportamiento dañino y perjudicial, estos
autores señalan que se le debe considerar como una forma natural e imparcial
de los animales para sobrevivir en su entorno.

En este trabajo se busca desentrañar las características intrínsecas y extrínsecas


del concepto de agresión para conocer el qué, el cómo y para qué de su finalidad.
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Por tal motivo, antes de definir un concepto propio de agresión, se hace hincapié
en lo que mencionan Carrazco & González (2006) y Medina (2011) los cuales
detallan que el fenómeno tratado es de carácter multidimensional; por
consiguiente, se ven involucradas características de diversa índole tanto
biológicas, genéticas, físicas, cognitivas, sociales, entre otras. Es así, que la
agresión puede ser tratada desde un enfoque multidisciplinario y por lo tanto
establecer un concepto general para este fenómeno es sumamente complicado.
A pesar de las múltiples disciplinas sin, solo se hará hincapié en tres
perspectivas que nosotros consideramos clave: perspectiva etológica,
fisiológica y sociobiológica.

Se revisarán algunos antecedentes en los cuales se haya tratado a la agresión


como definición y como realidad, recordando que es un concepto que se puede
utilizar desde diferentes perspectivas. Además, se mostrarán algunos ejemplos
en los que la agresión influya sobre la naturaleza de varias especies, y
finalmente se discutirá a qué grado la agresión es realmente un beneficio o un
perjuicio para la vida de los animales.

Diferencia entre la agresión y otros conceptos


relacionados

Debido a que la agresión es considerada como un


fenómeno multicausal, ha resultado difícil
Figura 1. Pelea entre dos leones macho por una
delimitarla en un significado concreto hembra obtenida de
;https://www.ohmirevista.com/leon/impresiona
nte-video-de-pelea-de-leones-luchando-por-
considerando los diferentes enfoques que puede una-leona_art8829.html 2/03/2020

tener, es por esto que no se tiene un concepto universal establecido. Aun así,
debemos tomar en cuenta que existen diferencias en las que varios autores
coinciden que es la agresión y otros conceptos aplicados en el mismo contexto,
tales como; agresividad, violencia, ira y hostilidad.

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La agresividad basándonos en el reporte de Muñoz, (2000), es una tendencia
del individuo a comportarse agresivamente, de manera dañina, atacando u
oprimiendo a lo demás, pero también constituye una cualidad fundamental
gracias a la cual el ser vivo obtiene satisfacción a sus necesidades vitales. La
agresividad representa una disposición relativamente persistente a ser agresivos
frente a diferentes situaciones, muchas de ellas asociadas a conductas agresivas
que tienen la posibilidad de usarse o no. Se postula con frecuencia que la
“Agresividad es a la agresión, lo que la disposición es al acto”, de esta manera,
podemos comprender la diferencia que existe entre ambos términos, la
agresividad es la tendencia a ser agresivos.

La violencia es otro concepto comúnmente asociado con la agresión, dicho


término se refiere al acto que tiene la finalidad de generar dañar al extremo,
causar cicatrices, heridas, un daño emocional e incluso la muerte sin
justificación. Son conductas que se encuentran más allá de lo “natural” en
sentido adaptativo y que suele emplearse casi exclusivamente por el ser
humano, ya que se ha descubierto que existen algunas excepciones. La violencia
se aprende, pero también se puede desaprender ya que todos tenemos impulsos
agresivos, pero estos mismos impulsos los podemos expresar de diferente
manera, Carrazco & González (2006) nos ponen como ejemplo la violencia
entre los seres humanos, estos actos conllevan la desaprobación social, incluso
son ilegales y condenadas por las leyes impuestas.

Por otro lado la ira y la hostilidad también suelen estar relacionados con la
conducta agresiva, no debemos perder de vista sus diferencias ya que la ira es
representa un componente emocional, es un conjunto de sentimientos negativos
ante una situación de desagrado, sin una aparente finalidad, por su parte la

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hostilidad se manifiesta en actitudes o acciones negativas que pueden llegar a
motivar conductas agresivas con cierta finalidad.

Perspectiva sociobiológica

¿Los animales nacen o se hacen agresivos?

Autores como Medina (2011), Palacio (2003) y Suárez (1965) discuten sobre el
concepto de agresión y hacen énfasis en la distinción de lo innato y lo adquirido,
tomando como base el libro de Konrand Lorenz, “Sobre la agresión: el
pretendido mal”; estos relatan que ciertas
conductas agresivas parecen ser un
fenómeno que está inmerso en los
animales desde que nacen, por lo tanto, se
van a presentar independientemente del
ambiente en el que los animales vivan. El
hambre podría ser motivo para que un
animal carnívoro cace, pero si por factores
externos a él, no tiene la necesidad de
cazar, no será inconveniente para que éste
demuestre dicho comportamiento
Figura 2. Dibujo que representa el instinto de caza de un
perro Husky, en el que se muestra persiguiendo una gallina.
agresivo. Se menciona como ejemplo a Nieto (2008).

aquellos animales salvajes que son


separados de su hábitat para mantenerse en cautiverio, a pesar de que estos han
crecido en otras condiciones ambientales y sociales, siguen manifestando
algunos comportamientos agresivos intrínsecos de su especie, como por
ejemplo, la lucha por el territorio, la defensa de las crías, comportamientos
relacionados con la caza, y algunos tipos de reproducción en los que se ve

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implicado fuerte contacto físico; por lo que el origen de estas conductas es
atribuible a factores genéticos y evolutivos.

En contraparte, también se discute que la agresión no solo es innata, sino que se


ve influenciada por las experiencias y presiones
que el ambiente ejerce en los organismos. El
ejemplo más claro está en los animales que
establecen estructuras sociales complejas, como
la mayoría de las especies de primates, cánidos,
paquidermos, cetáceos, entre otros; los cuales Figura 3. Madre guepardo cuidando a sus hijos,
hijos que juegan y practican los hábitos de caza.
han aprendido a lidiar con la agresividad a muy Foto extraida de:
https://www.nationalgeographic.com.es/naturalez
a/grandes-reportajes/guepardos-al-limite-
temprana edad como resultado de las influencias 2_6630/3

sociales entre los grupos. Según Espinet, (1991) las relaciones sociales en los
animales (pone como ejemplo al ser humano) son sumamente importantes para
el desarrollo de las conductas agresivas, así en los niños y niñas humanos se
presentan conductas de agresividad verbal que son adquiridas normalmente
viendo que sus compañeros o familiares utilizar ese lenguaje. En otros casos,
los perros y gatos domésticos, también presentan conductas agresivas
relacionadas con las influencias sociales, por ejemplo, en la revisión de Barrera
et al. (2009) se menciona que existen perros que presentan comportamientos
agresivos hacia sus congéneres y dueños debido a que antes no se les enseñó a
socializar o se les maltrató.

En revisiones como las de Brando (2013) señalan que la agresión es un


fenómeno influenciado tanto por características innatas como aquellas que son
adquiridas, entonces tanto una como la otra no deben considerarse ajenas entre
sí. Por ende, en un comportamiento agresivo existe tanto una parte biológica

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intrínseca genética-fisiológica del individuo y otra extrínseca que se relaciona
con el aprendizaje y la experiencia dados por el entorno y sus organismos.

Perspectiva etológica

Tipos de agresión en los animales

Suárez (1965) habla sobre los tipos de agresión y reconoce que existen dos tipos
importantes; una agresión intraespecífica y una agresión extraespecífica, la
primera como su nombre lo dice ocurre entre individuos de una misma especie
y la segunda ocurre en individuos que pueden pertenecer a especies distintas.
Un ejemplo de agresión intraespecifica es la que se da entre los individuos que
pelean por el territorio y para reproducirse. Mientras que la agresión
extraespecífica puede ser tomada como ejemplo la caza.

Ávila (2015) clasifica a la agresión subdividiéndola en dos clases: la agresión


depredadora y la rabia defensiva. La agresión depredadora se refiere a aquellas
conductas que como el nombre indica tienen como objetivo perseguir, asechar
y capturar; están intencionadas y por lo general planeadas. Por otro lado, la rabia
defensiva se centra en conductas que aparecen por frustración, como hambre,
sed, dolor y miedo, son aquellas que tienden a ser generadas por impulsos y que
a su vez no están planeadas ni intencionadas. Con esta dicotomía de conceptos
la agresión puede incluso subdividirse en otras definiciones tales como agresión
por irritación, por miedo, agresión por dominancia, agresión territorial-
maternal; y agresión instrumentalizada. Cada tipo de agresión no es más que
una mezcla o presencia de características, tanto de la agresión depredadora
como la rabia defensiva.

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Tipo de agresión En qué consiste
Agresión por irritación Agresión provocada por estímulos
molestos, como el hambre, la sed o
dolor, el clima, la presencia de
posibles depredadores
Agresión por miedo Agresión incontrolada cuyo objetivo
es defender al individuo, no es
intencionada
Agresión por dominancia Agresión que advierte de un posible
ataque, o agresión controlada que no
busca dañar sino advertir y dar
jerarquía
Agresión territorial-maternal Agresión en respuesta o defensa de
intrusos que pueden representar una
amenaza para el territorio y las crías
Agresión instrumentalizada Cuando la agresión pasa de ser una
advertencia a un ataque real
Agresión patológica Agresión provocada por trastornos
neurológicos
Tabla 2. Tipos de agresión que pueden presentarse en los animales, información recopilada de
Ávila, (2015).

Perspectiva fisiológica

Neurología y endocrinología de la agresión

Recientes investigaciones como la Ramírez (2006) y muchos otros autores nos


hablan de que existen estructuras específicas que modulan sustancias químicas
relacionadas con la activación e inhibición de la agresión, el autor enfatiza en
que no se puede considerar a una sola sustancia neuroquímica responsable de la
conducta agresiva, si no que existe una correlación entre diferentes sustancias.
Por lo que la conducta de agresiva está mediada por la interacción mutua de
sistemas hormonales y otras sustancias neuroquímicas. Cabe mencionar que los

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despliegues comportamentales se acompañan de la activación del Sistema
Nervioso Autónomo (SNA) y respuestas emocionales.

Diversos estudios en animales han comprobado que la conducta agresiva está


relacionada con una disminución de serotonina. Las neuronas encargadas de su
liberación tienen origen en los núcleos de Rafe, en el cerebro medio y tallo
cerebral que se proyectan hacia varias regiones del cerebro incluyendo la
Sustancia gris periacueductual (PAG), el
hipotálamo y la amígdala, estas estructuras
son partes del encéfalo importantes en el
control de la conducta agresiva, forman
parte de las regiones fundamentales que
producen y secretan estímulos y Figura 4. Efecto de la serotonina en conductas agresivas de
monos (Ávila, 2015).
hormonas. El hipotálamo por un lado, es
una región que se localiza debajo del tálamo y posee tres regiones; medial,
lateral y paraventricular, es el centro de integración más importante entre el
sistema nervioso y el endócrino (Ávila, 2015). Por su parte la amígdala es una
estructura subcortical en la profundidad del lóbulo temporal, relacionada con la
emoción (Sánchez & Román, 2004).

El efecto de la disminución de serotonina se ha observado mediante


experimentos como los de Gil-Verona et al., (2002) aplicados en ratones en
condiciones de aislamiento, donde se ha observado que la remoción de un gen
específico receptor de la serotonina (5-HT ) provoca que cuando son liberados
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en condiciones naturales, sean más agresivos comparados con otros ratones en


las mismas condiciones, e incluso ataquen con mayor rapidez. Otros métodos
como los de Becerra (2003) ponen a prueba el efecto de la privación social en

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ratas, el autor demuestra que la privación juega un papel importante en la
alteración de los niveles de agresión, aunque los niveles no sean los mismos
para todos los casos, se considera que tanto los factores ambientales como los
genéticos, incluso la historia del individuo están relacionados con la expresión
de conductas de agresión.
La serotonina funciona como un neurotransmisor en el individuo, los
neurotransmisores son mensajeros químicos que se almacenan en vesículas
sinápticas de la neurona que después de liberarse, influyen en alguna reacción
química determinada (Ramírez, 2006). Se han identificado alrededor de 50
neurotransmisores implicados en la conducta agresiva, sin embargo nos
enfocaremos en los principales y los más reconocidos, la serotonina y la
dopamina. La relación que tiene la dopamina con la agresión es que aumento
en sus niveles, ha reflejado que tiene efectos promotores en la conducta de
agresión y la violencia, en el humano la dopamina está relacionada en la
respuesta o deseo sexual y tiene efectos a nivel central y periférico.
El mecanismo que siguen los diversos tipos de mensajeros químicos y hormonas
se basa en su transporte al sitio de acción a través del torrente sanguíneo para
así ejercer sus funciones después del estímulo como menciona Ávila, (2015).
En mamíferos se conoce que hay múltiples nodos donde se concentran una
serie de circuitos neuronales que se conectan recíprocamente y contienen
receptores de hormonas esteroides como el área preóptica media, la amígdala
medial, el hipotálamo, sustancia gris periacueductal, entre otros. También los
nodos están involucrados de distinta forma en comportamientos sociales. Hay
algunas estructuras que difieren en otros grupos de animales como en el caso de
las aves donde la amígdala medial recibe el nombre de núcleo taeniae y en los
peces teleósteos se ha propuesto que existen algunos núcleos homólogos con
los de los mamíferos (Jalabert, 2015).

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Un grupo importante de hormonas que influyen en la conducta agresiva son las
hormonas esteroideas, incluidas la testosterona que actúan sobre el sistema
nervioso central, la presencia de estas hormonas de tipo andrógenos son
cruciales en el desarrollo de comportamientos agresivos en especies desde peces
hasta primates no humanos, también se
relacionan con la motivación
sexual. De manera inversa la
aplicación de estrógenos produce los
efectos contrarios, es decir que la
reduce. Ya que la testosterona se
produce principalmente en los Figura 5. Efecto de la testosterona en conductas agresivas
(mordidas) de ratas (Ávila, 2015).

testículos de los machos, podemos


encontrar más casos de agresión entre los machos de una especie que en
hembras, sin embargo la testosterona también puede ser producida en la corteza
adrenal, en los ovarios y por el propio cerebro, se libera a través del torrente
sanguíneo como respuesta a un estímulo y su nivel determina el grado de
agresividad. En algunas aves y clanes de hienas por ejemplo en donde se tiene
el rol sexual cambiado, resulta que las hembras que dominan el grupo son las
que presentan un mayor nivel de testosterona. La presencia de testosterona no
es exclusiva del periodo reproductivo, algunas especies defienden su territorio
todo el año y tienen su nivel de agresividad es alto, sin relacionarse con el
apareamiento, por casos como este y otros tantos se dice que los mecanismos
neuroendocrinos han evolucionado para inducir a la agresión sin involucrar a la
reproducción.
El estrés también juega un papel importante en la agresión, ya que afecta la
producción de andrógenos, su respuesta fisiológica está mediada por el eje
hipotálamo- hipofisiario- adrenal, favorece la liberación entre otras sustancias,

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de hormonas suprarrenales como glucocorticoides, cortisol, ACTH (hormona
adenocorticotropa). Si la situación a la que se enfrente el animal implica un
desafío temporal, los glucocorticoides se liberan de forma aguda favoreciendo
el inicio de la agresión, en cambio si la situación se prolonga demasiado tiempo,
se desatará una liberación crónica de esta sustancia que logra inhibirla
(Liévano, 2013). Finalmente otras hormonas como la vasopresina está en
correlación con la agresión, ya que la logran aumentar (Ramírez, 2006).

Entonces con todo lo mencionado ¿Es la agresión un verdadero mal?

Llegamos a la conclusión de que la agresión más que ser un verdadero mal, es


un comportamiento fundamental para la supervivencia de la vida animal en la
tierra, cimentado en miles y millones de años de evolución tanto cognitiva como
genética. Es así que nos limitaremos a definir un concepto de agresión según
sea el contexto, como el concepto de especie, trataremos a la agresión según en
el ámbito en el que queramos enfocarla.

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