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Curso: : Innovación

Clase 1: Evolución de las estrategias de innovación


Clase obligatoria
Lección 2: Rol de la historia y la cultura en la innovación
25 minutos aprox.

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Estigma cultural

¿Porque existen culturas más o menos innovadoras, que impacto tiene la cultura en
nuestras conductas innovadoras?

¿Cómo funciona la creatividad en la infancia y adolescencia?

Edad pre escolar


Curiosidad
Los padres responden preguntas, juegan e incluso
en ocasiones, fomentan su creatividad e imaginación.

Vida infantil donde todo es posible.


Escolar - Adolescencia
Imposición
Los padres ponen límites y explican las consecuencia
de los errores. Además, se les habla de la adecuación al
contexto cultural y las buenas costumbres.

Vida “en el mundo real” donde la imaginación es


limitada por el contexto.

Los niños nacen y crecen en el amor. El amor, entendido como acciones, se manifiesta en que
hasta cierta edad los niños son aceptados por sus padres, son escuchados, sus preguntas
respondidas, jugamos con ellos. Son unas verdaderas máquinas de curiosidad, de prueba y error
sin que el castigo aparezca aún en el horizonte.

Este ambiente permite que la creatividad de esas mentes aun no contaminadas por la cultura
desplieguen todo su esplendor y potencial. Todo lo que hacen es nuevo para ellos y muchas veces
sorprenden a sus padres con “ocurrencias” que nos maravillan, sin dudas son unos innovadores
en lo que hacen.

Cuando los niños salen del ámbito protector de los padres y entran al colegio liquidan de cierta
manera su imaginación constante y sin límites, pues aparece el miedo al rechazo, al ridículo y a
ser diferentes.

Las siguientes frases son sólo algunos ejemplos que justifican el miedo al rechazo.
“Debes aprender cómo es la vida real”
“La vida es dura”
“Los errores cuestan caro”
Aunque las reglas conducen el comportamiento y está bien que existan límites; la curiosidad
y creatividad acaba a medida que los niños crecen. Lo común es que en vez de fomentar el
pensamiento innovador, cuestionador y creador; las reglas terminen por uniformar a las
personas, haciéndolas similares.

Sin embargo, existen casos y culturas en los cuales esta situación es más pronunciada, por
ejemplo en Estados Unidos, el estilo de educación y la cultura imperante no es tan castigador
como en América del Sur, donde por ejemplo, el error es severamente estigmatizado.

Algunas consideraciones Culturales

Hasta el siglo XX, la manera de convivir de las personas en el ámbito familiar, laboral y ciudadano
permitía relacionarse imponiendo los puntos de vista propios sin demasiada dificultad.

Esta forma de vivir fue posicionándose históricamente en muchos países, organizaciones y


comunidades de la cultura Occidental como un modo legítimo y aceptable de relacionarse,
tanto que permeó todos los tipos de relaciones humanas existentes, en especial las familiares
y las laborales. En el espacio familiar, el padre, como jefe del hogar, era una figura autoritaria,
omnipresente, a la que no se le discutía y solo cabía acatar. En muchas casas de Occidente
todavía existe un cierto orgullo al exhibir la obediencia filial. Es decir, en pleno siglo XXI, muchos
le otorgan más valor a la obediencia de sus hijos que a su iniciativa.

De la misma manera, en el dominio laboral, el jefe controlaba todo. Él y solo él tenía la facultad
de pensar; el resto solo debía hacer lo que se le ordenaba. Más aún, a la gente se le pagaba
por hacer, no por pensar. La sumisión, en muchos casos, se premiaba con la permanencia, y
la disidencia se castigaba con el despido. La mayoría de estas organizaciones piramidales y
jerarquizadas se caracterizaba por imponer el miedo como la emocionalidad base para sostener
las relaciones

En estas circunstancias, la vida de las personas fluctuaba entre el mando y la obediencia. Los
hijos criaban a sus hijos de acuerdo al patrón del padre, y los obreros que ascendían a capataces
(hoy, “supervisores”) repetían las conductas abusivas de sus jefes sobre sus dirigidos. Primaba,
en consecuencia, un ambiente de obediencia y de orden que nadie cuestionaba y que, por lo
tanto, se asumía como un hecho natural.
Consideraciones culturales históricas

Multimedia

De la observación de estas características que mostraba la cultura imperante, podemos inferir


que no había mucho espacio para el surgimiento de la innovación personal, es más, en muchos
casos la innovación en cualquiera sea la forma en la cual se manifestaba podía poner en juego
hasta la vida misma del “innovador”.

Sin embargo, algo está pasando en el siglo XXI que nos permite pensar con entusiasmo que
se está dando un nuevo escenario que posibilita las condiciones para el surgimiento del
emprendimiento personal como una nueva forma de encarar la vida, de una forma más flexible,
armónica y acorde con las nuevas características que nos toca vivir.
¿Qué nos hace pensar de esta manera?

Las transformaciones tecnológicas y los desarrollos relacionados han propiciado un acercamiento


entre diversas sociedades a nivel mundial. Los acuerdos de intercambio comercial entre países
con diversos niveles de desarrollo y la integración de las economías del mundo han dado paso a
la “globalización”, generando una interrelación entre naciones que implica el fin del aislamiento
y el inicio de una apertura de proyecciones insospechadas:
Factor de evolución cultural

Multimedia

Con el paso de los años, el ser humano se ha hecho cargo de diseñar y rediseñar su vida y, de
esta manera, transformarse en seres autónomos sin la obediencia que caracterizó los siglos
anteriores. Este proceso de innovación personal, es el que queremos rescatar de cuando éramos
niños, para no perder nunca la curiosidad, confianza y candidez de ese mundo, que mantiene la
capacidad de asombro y que vive sin prejuicios.
En resumen...

Estamos inmersos en una cultura global inédita para la historia de


la humanidad. Este siglo XXI, más amplio y competitivo, nos obliga
a estar innovando permanentemente.

La habilidad de innovar es fundamentalmente una habilidad que se


adquiere a través de la cultura y por tanto la podemos aprender y
enseñar.

La innovación personal como identidad personal es una característica deseada por la gran
mayoría de las personas.

A innovar se aprende innovando. Pero la única forma de generar maestría es mediante una
práctica reflexiva, la que irá puliendo el estilo del innovador y logrará que éste adquiera
seguridad en sí mismo, autonomía e iniciativa.

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