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LA MÚSICA Y LA PUBLICIDAD

mayo 8, 2011

A la hora de hacer publicidad, la música vuelve a estar muy presente y toma gran importancia
puesto que puede cambiar el punto de vista o el mensaje dentro de un anuncio con solo modificar
la música y el sonido que lo acompañe.

En la publicidad, se consideran cuatro factores, cuatro elementos de producción dentro del


sonido, los cuales poseen un gran nivel de importancia. Estos elementos son la voz, la música, los
efectos de sonido y el silencio.

No nos provoca la misma sensación un anuncio con o sin música, con o sin voz. Si tomamos como
ejemplo para realizar un pequeño estudio un anuncio al azar, podemos comprobar de manera
clara el por qué de estas afirmaciones.

Vamos a observar, por ejemplo, uno de los anuncios más recientes de la marca
deportiva Adidas. En dicho anuncio, el cual dura dos minutos, se nos presenta una mezcla de
imágenes de diferentes deportes acompañados de la música del grupo Justice (música electrónica)
que se funden con fuertes y puntuales efectos de sonido.

La canción comienza con pequeños golpes de música, como si estuviera cargando fuerzas para la
explosión final. Mientras tanto, se nos presentan imágenes en las que podemos observar a
diferentes deportistas y aficionados preparándose para el acto a través del acto de vestirse,
caminando hacia el estadio o “ritos” comunes como es, por ejemplo, la imagen del equipo de
rugby que se une “en piña” antes del partido. Con esta fusión audiovisual se nos prepara para la
subida posterior y se nos va poniendo en situación, además de ir aumentando poco a poco la
tensión y la adrenalina.

A continuación, la música cambia, se vuelve más movida y agresiva mientras comienza un juego de
imágenes y efectos de sonido que nos mantiene atentos y en tensión durante la emisión del
anuncio. Uno de los efectos que más se repite a lo largo del vídeo es el sonido ambiente de
estadios de fútbol, centros olímpicos o el público de un concierto; con estos sonidos se añade un
valor importante: el del apoyo y la fuerza que se recibe de la afición y el público. La sensación de
estar en la piel de Messi en el momento que sale al estadio y toda la afición le envía sus ánimos
nos lleva a un agradable estado de motivación. Disparos, aullidos, puñetazos, campanas que
indican el fin del partido … son efectos de sonido que, además de añadir más información y sonido
a la imagen, nos ayudan a mantener en alerta y no perder de vista la pantalla.

Tras pasar la primera fracción del vídeo, de repente la música desaparece. Una caída al agua y un
estruendo se lleva la música y comienzan a aparecer imágenes de tensión unidas a un sonido que
va aumentando y subiendo la tensión. La música sigue subiendo y fortaleciendo más nuestro tenso
estado a la vez que la velocidad de las imágenes va aumentando para llegar al “climax” del spot. La
afición se emociona y los protagonistas del anuncio celebran el triunfo. La música vuelve y
podemos ver personas que celebran a la vez que otras se nos muestran derrotadas: así es la vida,
unas veces se gana y otras se pierde.

“Adidas is all in”, Adidas  está en todo, en todas partes, en todos los deportes, en cada momento
de victoria o derrota.

De esta forma se ha conseguido que, sin una voz, sin una sola palabra que nos cuente nada a lo
largo de estos dos minutos podamos entender a la perfección el mensaje que se nos quiere
transmitir; además de conseguir que el espectador se mantenga atento a lo que se le muestra con
el exitoso juego creado entre la música, sus cambios de ritmo y los efectos de sonido.

Pongámonos por un momento en la situación de que dicho anuncio no tuviera sonido. Tan fácil
como activar el mute al spot para comprobarlo. Sin duda pierde todo su atractivo: ese disparo que
no suena, esa afición que parece muda, una caída que no se escucha, un puñetazo que parece no
ser tan fuerte como lo parecía con sonido … Y, por supuesto, esa música que acompañaba a las
imágenes y que nos activaba fuertemente. Además, es obvio que el anuncio hubiera cambiado
mucho su composición final de hubiera hecho otra elección completamente diferente de la
música, sustituyendo la música electrónica por una canción pop, de música clásica o folk, por
ejemplo.

Sin duda este es un ejemplo bastante claro para comprobar la importancia de la música para
transmitir sensaciones, en este caso en la publicidad, y la facilidad con la que se puede suprimir el
relato a través de la voz y se sabe sacar todo el partido de la música y los efectos de sonido
precisos.

Podemos entonces decir que el tándem que se crea entre música y publicidad suena a éxito
seguro. A menudo se utilizan canciones clásicas, conocidas por la gran mayoría de la población de
manera real o bien modificando su letra para crear juego con eslóganes u otros mensajes las
cuales resultan tan graciosas y pegadizas que nos es imposible evitar grabarlas en nuestra mente y
que pasen a formar parte de la imagen de marca que tenemos sobre una empresa, marca de ropa
o compañía de seguros.

Fernando Montañés, profesor de publicidad de la Universidad Autónoma de Madrid, dice que “la


música es uno de los recursos más eficaces para vender” y realmente, no se equivoca.

Para terminar con este punto del estudio, añadiré que el sonido, especialmente la música, nos
ayuda a crearnos informaciones de forma cognitiva. Esto no quiere decir más que es la música una
buena forma de apoyo a la hora de memorizar, percibir sensaciones o comunicar nuestras
opiniones y juicios personales; por lo que es muy útil en la publicidad ya que, con los 20 segundos
que habitualmente dura un spot, conseguimos que la gente se quede con el mensaje que
queremos transmitir a través de él.

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