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Pregunta fundamental de la metafísica

Jorge Andrés Grajales Gallego

El hombre, considerado como el único ser pensante o racional, se envuelve a lo largo de su


historia en una cantidad de preguntas existenciales que marcan su historia, su caminar; esto
no significa que se queda solo en una pregunta, sino que indaga en ella, y luego pasa a otra
que quizás siente más relevante que la primera, y así sigue su destino, en medio de
preguntas que se van aclarando poco a poco en el propio enfrentamiento de la vida o mejor
de la existencia.

Aquel hombre formula y analiza sus interrogantes libremente, pero sobre todo,
siente en muchas oportunidades un sentimiento de confusión, de incertidumbre, de pensar
por qué surgen aquellas cuestiones, sintiéndose así envuelto en un misterio; son
interrogantes que no llegan porque tienen que llegar, sino, cuando se abaja el sentido de las
cosas, cuando se produce un efecto profundo en el hombre y su existencia.

Ahora bien, una de las preguntas más recurrentes en la vida de este hombre ha sido
la del ser, pero sobre todo, una pregunta fundamental como lo es ¿Qué es el ente?¿por qué
es el ente y no la nada?; es cierto, que se convierte en una pregunta confusa, sin embargo,
este hombre se siente partícipe de esta misma, pues, él es el sujeto que piensa, es el
pensamiento pensante que se ocupa de fundamental y consolidar una posible respuesta a
ese interrogante propio.

La pregunta por el ente pone de manifiesto al ente en su totalidad, muestra en primer


lugar al ente que formula la pregunta para luego determinar que en ella está el ente que
existe como aquello que es. Siendo así, surge una necesidad especifica de una fuerza
espiritual para poder ejecutar la repercusión de esta pregunta, además, una necesidad de un
salto, de pasar el fundamento auténtico de su existencia.

Surge así la filosofía como la forma de preguntarse, como creadora de la existencia


histórica de humana, así como de entrar en una idea en la que se descubre que la pregunta
por la nada puede parecer algo ilógico, inactual, pues ésta en un primer momento es
acompañada por lo que es y existe, pero luego, por lo que no es. La nada entonces no puede
ser tratada como una cosa, un objeto, quien quiera hablar de ella tendría que salirse de la
ciencia completamente y entrar en un estado de anonadamiento, de ir más allá de aquello
que conceptualmente describe un vacío.

Contrario a ello, el ente se manifiesta materialmente dentro de la totalidad del ente;


no obstante, este ente empieza a oscilar entre una y otra cosa, es decir, puede ser y no-ser.
Por ello surge la proposición “…y no mas bien la nada”, como una posibilidad que tiene el
ente para poder comprenderse mas a fondo. Está bien entonces determinar que la pregunta
planteada por el hombre, acerca de la nada no cambia al ente, sino que lo envuelve en un
estado anímico-espiritual que lo pone de frente a una posibilidad total.
Pregunta fundamental de la metafísica
Jorge Andrés Grajales Gallego

Pero, ¿qué pasa con el ser? Pues bien, la pregunta por el ser determina que éste está
obligatoriamente en lo ente; así, al ver un esfero, se estima que es un ente, pero también se
dice que es, y por tanto cumple con algunas formas, olores, colores. Ese ser por el que se
pregunta es casi como la nada, sigue siendo algo no tan evidente o tangible, algo
inalcanzable como lo es la nada, pues, puede convertirse en una palabra vacía que no
muestra lo material, lo real.

Se ve entonces una problemática del lenguaje que se ha ido implementando en el ir


y venir de este hombre inquieto y desafiante; un lenguaje que distorsiona, mueve, cambia y
deteriora el significado real de sus conceptos, pues ha sido sometido al gusto de este mismo
hombre partícipe de la pregunta por el ente y la nada. Se experimenta así el vacío del ser,
un deterioro del lenguaje. Finalmente, no se puede dar la pregunta por el ente si no es con
su connotación de ser y no-ser; o dicho de otra forma, si esta no pregunta por el ser y por la
nada, además, la existencia de este hombre se está sosteniendo dentro de esa nada, y esa
nada lo descubre o lo enfrenta a un pertenecer al ser mismo del ente.

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