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Señores
COOPERATIVA DE SALUD COMUNITARIA COMPARTA E.P.S
E.S.D.
HECHOS
PETICION
FUNDAMENTOS DE DERECHO
En este orden de ideas, la salud, entendida como un derecho fundamental, fue inicialmente
concebida por la Organización Mundial de la Salud como “un estado de completo bienestar
físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, pero, a
partir de la evolución que ha tenido este concepto, se ha reconocido por esta Corporación
que la anterior definición debe ser más bien asociada con el concepto de “calidad de
vida”, pues, en razón a la subjetividad intrínseca del concepto de “bienestar” (que
depende completamente de los factores sociales de una determinada población), se estimó
que ésta generaba tantos conceptos de salud como personas en el planeta.
Ahora bien, en pronunciamientos más recientes, esta Corporación ha expresado que la salud debe
ser concebida como “la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad
orgánica funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de
restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional
de su ser” , de forma que la protección en salud no se limite únicamente a las afectaciones
que tengan implicaciones en el cuerpo físico del individuo, sino que, además, se reconozca
que las perturbaciones en la psiquis, esto es, aquellas que se materializan en la mente del
afectado, también tienen la virtualidad de constituirse en restricciones que impiden la
eficacia de los demás derechos subjetivo”
En Sentencia T-801 de 1998, se expresó que: “En efecto, los miembros de la pareja, sus hijos y
sus padres, y, en general, los familiares más próximos tienen deberes de solidaridad y apoyo
recíproco, que han de subsistir mas allá de las desavenencias personales (C.P. arts. 1, 2, 5, 42,
43, 44, 45, 46)”.
Para esta Corte, los deberes de solidaridad descritos no obligan a los miembros del núcleo familiar,
esto es, los primeros llamados a ejercer la función de cuidadores, a sacrificar definitivamente el
goce efectivo de sus derechos fundamentales en nombre de las personas a quienes deben
socorrer, pues no se estima proporcionado exigirles que, con independencia de sus circunstancias
particulares, deban asumir obligaciones cuyo cumplimiento les resulta imposible.
Es así como se ha reconocido la existencia de eventos excepcionales en los que (i) existe certeza
sobre la necesidad del paciente de recibir cuidados especiales y (ii) en los que el principal
obligado a otorgar las atenciones de cuidado, esto es, el núcleo familiar, se ve imposibilitado
materialmente para otorgarlas y dicha situación termina por trasladar la carga de asumirlas a la
sociedad y al Estado.
Se subraya que para efectos de consolidar la “imposibilidad material” referida debe entenderse que
el núcleo familiar del paciente que requiere el servicio: (i) no cuenta ni con la capacidad física de
prestar las atenciones requeridas, ya sea por (a) falta de aptitud como producto de la edad o de
una enfermedad, o (b) debe suplir otras obligaciones básicas para consigo mismo, como proveer
los recursos económicos básicos de subsistencia; (ii) resulta imposible brindar el entrenamiento o
capacitación adecuado a los parientes encargados del paciente; y (iii) carece de los recursos
económicos necesarios para asumir el costo de contratar la prestación de ese servicio.
Por ello, se ha considerado que, en los casos excepcionales en que se evidencia la configuración
de los requisitos descritos, es posible que el juez constitucional, al no tratarse de un servicio en
estricto sentido médico, traslade la obligación que, en principio, corresponde a la familia, de
manera que sea el Estado quien deba asumir la prestación de dicho servicio.
4.4. En conclusión, respecto de las atenciones o cuidados que pueda requerir un paciente en su
domicilio, se tiene que: (i) en el caso de tratarse de la modalidad de “enfermería” se requiere de
una orden médica proferida por el profesional de la salud correspondiente, sin que el juez
constitucional pueda arrogarse dicha función so pena de exceder su competencia y ámbito de
experticia; y (ii) en lo relacionado con la atención de cuidador, esta Corte ha concluido que se trata
de un servicio que, en principio, debe ser garantizado por el núcleo familiar del paciente, pero que,
en los eventos en que este se encuentra materialmente imposibilitado para el efecto, se hace
obligación del Estado entrar a suplir dicha deficiencia y garantizar la efectividad de los derechos
fundamentales del afiliado.”
Derecho fundamental a la salud de las personas en situación de discapacidad bajo los principios
de integralidad y continuidad.
El derecho fundamental a la salud tiene una doble connotación (i) como servicio público,
establecido así en el artículo 49 de la Constitución, cuya garantía está a cargo del Estado, bajo
condiciones de “oportunidad, continuidad, eficiencia y calidad, de acuerdo con el principio de
integralidad” y; (ii) como derecho fundamental autónomo “la facultad que tiene todo ser humano de
mantener la normalidad orgánica funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental,
y de restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de
su ser”. Su carácter de derecho fundamental autónomo surge de la necesidad del Estado de
proteger la salud al más alto nivel, toda vez que se relaciona de manera directa con la vida y la
dignidad de las personas y el desarrollo de otros derechos fundamentales
Dicho lo anterior cabe mencionar que la petición versa sobre una persona de
especial protección constitucional:
A partir de su relación directa con la vida y la dignidad de las personas, su protección se refuerza
al tratarse de Sujetos de Especial Protección Constitucional[59] que por su estado de mayor
vulnerabilidad y debilidad son merecedores de protección reforzada por parte del Estado, así el
artículo 47 de la Constitución indica: “El Estado adelantará una política de previsión, rehabilitación
e integración social para los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a quienes se prestará la
atención especializada que requieran”.
Frente a la protección del derecho a la salud de personas que se encuentran en situación de
discapacidad, el Comité de Derechos Económicos, sociales y culturales –CDESC- establece que
“la creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso
de enfermedad (apartado d del párrafo 2 del artículo 12), tanto física como mental, incluye el
acceso igual y oportuno a los servicios de salud básicos preventivos, curativos y de rehabilitación,
así como a la educación en materia de salud; programas de reconocimientos periódicos;
tratamiento apropiado de enfermedades, afecciones, lesiones y discapacidades frecuentes,
preferiblemente en la propia comunidad; el suministro de medicamentos esenciales, y el
tratamiento y atención apropiados de la salud mental.”
La garantía constitucional del derecho a la salud de la población con discapacidad debe ser
desarrollada en conjunción con el principio de integralidad. Al respecto, en sentencia T-121 de
2015 se afirmó: “El derecho a la salud implica el acceso oportuno, eficaz, de calidad y en igualdad
de condiciones a todos los servicios, facilidades, establecimientos y bienes que se requieran para
garantizarlo”.
Me permito referir la Sentencia T-831A/13 de la Corte Constitucional respecto al
derecho de petición y su oportuna respuesta:
(…)
(…)
b) El núcleo esencial del derecho de petición reside en la resolución pronta y oportuna
de la cuestión
(…)
c) La respuesta debe cumplir con estos requisitos: 1. oportunidad 2. Debe resolverse de
fondo, clara, precisa y de manera congruente con lo solicitado 3. Ser puesta en conocimiento del
peticionario
(…)
e) Este derecho, por regla general, se aplica a entidades estatales, esto es, a quienes
ejercen autoridad. Pero, la Constitución lo extendió a las organizaciones privadas cuando la ley así
lo determine.
PRUEBAS
NOTIFICACIONES: