INTERVENCIÓN SOCIAL:

Etimológicamente la palabra intervención procede del latín: interventĭo-ōnis, que viene a

referirse a la participación o actuación que se realiza en un asunto o situación 1. Cabe señalar,
que de forma muy escueta, la RAE2 en su primera acepción define este término como la
acción y efecto de intervenir. Desde un punto de vista más amplio, completo y ligado a lo
social, como apunta Martínez Román (2003), una intervención es una acción programada y
justificada desde un marco legal y teórico, que se realiza sobre un colectivo o individuo,
trabajando los perfiles psicoevolutivos y los sectores sociales con un doble fin; mejorar su
situación generando un cambio social, y eliminando situaciones que generen desigualdad3.
Por tanto, se trataría de ofrecer a las personas implicadas en esa intervención, unas
actuaciones concretas con el fin de proporcionarles el apoyo y los recursos especializados
necesarios para que desde su entorno más natural (escuela, familia, institución, asociación…),
llevaran a cabo la mejora y/o enriquecimiento de sus condiciones actuales.

EVALUACIÓN:
Desde un punto de vista general, existen diversos enfoques para realizar o definir una
evaluación, cada uno de ellos posee un objetivo que desea analizarse y a él responde para su
realización. Desde el punto de vista pedagógico, la organización AMEI4 lo refiere a la acción
sistemática, flexible y funcional, que se lleva a cabo en todo proceso de intervención
profesional. Es por tanto, una forma de investigación social aplicada y encaminada a
identificar, obtener y proporcionar de manera valida datos e información suficiente que
permita apoyar un juicio acerca del merito de algún trabajo. Por ello, desde el ámbito del
desarrollo infantil designaría el conjunto de las actividades que sirven para señalar el valor de
una cosa u objeto de estudio, es decir, trataría de materializar ese proceso continuo,
sistemático y flexible que se orienta a seguir la evolución de los procesos de desarrollo de los
niños/as y la toma de las decisiones necesarias para adecuar el diseño del proceso educativo y
el desarrollo de la acción educativa a las necesidades y logros detectados en sus procesos de
aprendizaje.

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1
Ezequiel, A-E. (1995): Diccionario del trabajo social. Buenos Aires: Lumen.
2
Real Academia Española (14,01,2017). Edición digital con motivo del tricentenario de la primera versión del
Diccionario de la Lengua Española. Recuperado de http://dle.rae.es/?id=LxNjz42.
3
Martínez Román, M.A. (2003). Consideraciones generales: relaciones del Trabajo Social con el bienestar
social, Estado de bienestar, política social, servicios sociales, diferenciación de conceptos. Introducción al
Trabajo Social. Madrid: Alianza.
4
Asociación Internacional de Educadores Infantiles (15,01,2017). Versión digital del Diccionario Pedagógico
AMEI-WAECE. Recuperado de http://waece.org/diccionario/index.php.