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NATURALEZA DEL TRABAJO SOCIAL

El Trabajo Social se identifica desde su origen hasta la actualidad, en una


naturaleza dinámica, la misma que se ha redimensionado históricamente, pero
que ha prevalecido como su razón de ser, configurando su identidad, tanto en su
sentido inmanente como trascendente. En dicha naturaleza se identifica lo
inmanente como lo perdurable, lo específico, lo que le es inherente, lo peculiar, lo
que le caracteriza necesariamente, lo que hace que la profesión se llame Servicio
Social o Trabajo Social (según el contexto) y no otra cosa; lo específico concebido
en sentido dialéctico actúa como lo insustituible, lo esencial. Mientras tanto lo
trascendente es lo que varía, lo que se expresa, sus alcances y límites, lo que
penetra nuestros sentidos y va más allá de las formulaciones conceptuales, lo que
asume modalidades diversas, estilos de aplicación, las variantes según el área de
intervención, los enfoques, las técnicas empleadas, etc., de gran importancia pero
que finalmente no determinan la razón de ser y la finalidad de la profesión como
tal, sino su abordaje, su expresión, su inserción en la sociedad y se evidencia en
la demanda institucional.

La naturaleza del Trabajo Social está constituida por el conjunto de


elementos que le caracterizan y que le dan el sentido de su existencia, con una
finalidad implícita o explícita, como una regularidad presente y común que tamiza
el horizonte de sentido y nos identifica como trabajadores o asistentes sociales,
aunque hagamos uso de conocimientos de otras disciplinas e interactuemos en los
campos de otras disciplinas. La especificidad no es más que un carácter distintivo
dentro de la unidad de la diversidad de las ciencias sociales. Por eso, si nos
cambiamos de nombre y adoptáramos por ejemplo el de gerencia social o
ingeniería social, dejaríamos de hablar de la especificidad del Trabajo Social, pero
en tanto no lo hagamos, prevalece la naturaleza y especificidad profesional que
cimientan la identidad disciplinar desde sus fundamentos epistemológicos.
Trabajo social

El trabajo social está reconocido internacionalmente como una disciplina


científico social aplicado que se constituye en fundamento teórico y metodológico
para el ejercicio de la profesión de trabajador/a social. El Trabajo Social es un
servicio profesional, basado en el conocimiento científico y en la destreza en las
relaciones humanas, que ayuda a los individuos, solos o en grupos, a obtener
satisfacción social y personal e independencia. Es usualmente prestado por una
agencia social o por una organización conexa.

Se identifica al Trabajo Social como una tecnología Social porque aplica los
conocimientos de las ciencias sociales a la realidad con el fin de transformarla y, al
enfocar científicamente los problemas prácticos, va haciendo surgir nuevos
conocimientos que, a su vez, son un aporte a las ciencias sociales. Es una
actividad organizada cuyo objetivo es contribuir a una adaptación mutua entre los
individuos y su medio social. Este objetivo se logra mediante el empleo de
técnicas y métodos destinados a conseguir que los individuos, grupos y
comunidades puedan satisfacer sus necesidades y resolver sus problemas de
adaptación a un tipo de sociedad que se halla en proceso de evolución, así como
por medio de una acción cooperativa para mejorar las condiciones económicas y
sociales. Reúne todos los requisitos inherentes a una tecnología. Su preocupación
es lograr cambio, acción y control. Su objeto es ayudar a los individuos a lograr o
mantener sus relaciones sociales personales útiles y satisfactorias. Logra su
objeto poniendo en juego los recursos externos de la comunidad y los internos de
los individuos. La teoría de su práctica comprende principios de diagnosis y
tratamiento. Estos dependen de una serie de ciencias empíricas básicas, ya que
resulta axiomático que para poder prescribir es necesario antes poder describir, o
sea que todos los principios de la práctica social deben descansar necesariamente
en leyes científicas. Así, el servicio social aprovecha, consume los conocimientos
científicos, especialmente aquellos aportados por la antropología, la economía, la
ciencia política, la psicología, la sociología y la biología. También se apoya
fuertemente en otras disciplinas, sobre todo en la psiquiatría y en la pedagogía.
Utiliza asimismo un ingrediente artístico práctico de base científica, y un
componente intuitivo o conocimiento instintivo, derivados del ejercicio práctico de
la profesión. En suma, el servicio social se caracteriza por un verdadero
eclecticismo, o sea: sus conocimientos son una amalgama derivada de una gran
variedad de fuentes o disciplinas, necesarias por la naturaleza multifacética, por la
interacción social compleja de sus problemas.

El Trabajo Social desde el lugar que ocupa en el saber


El trabajador social planifica y ejecuta políticas públicas y programas
sociales orientados para el bienestar colectivo y para la integración del individuo
en la sociedad.

Comprender el objeto del Trabajo Social


Para comenzar es necesario definir cuál es el objeto de nuestra disciplina,
que a decir verdad ésta es una pregunta que ha sido de gran importancia para el
trabajo social hasta estos tiempos, en el sentido de entender efectivamente cual
es este objeto de estudio y para definir nuestro modo de comprender nuestra
profesión.

En tanto que la falta de definición del objeto del trabajo social, la sobrevaloración
de los objetivos y la consideración de un objeto demasiado genérico fueron causas
determinantes puesto que obstaculizaron la teorización en trabajo social.

“el principal error en que se ha caído al elaborar una definición n genuina del
objeto que nos ocupa ha sido considerar la materia del trabajo social desde una
perspectiva practica, que no conceptual. Es decir, se ha ignorado que la
aprehensión intelectual de los problemas es una cuestión previa al modo de
resolverlos.” (Zamanillo T .y Gaitán L., Para Comprender el Trabajo social, Verbo
Divino, 1992, Pág. 66)
Las competencias profesionales de los Trabajadores Sociales

Las competencias necesarias para el óptimo ejercicio profesional del trabajo


social también han sido objeto de análisis, estas son:

1. Capacidad para trabajar y valorar de manera conjunta con personas, familias,


grupos, organizaciones y comunidades sus necesidades y circunstancias.
2. Capacidad para planificar, implementar, revisar y evaluar la práctica del trabajo
social con personas, familias, grupos, organizaciones, comunidades y con otros
profesionales.
3. Capacidad para apoyar a las personas para que sean capaces de manifestar
las necesidades, puntos de vista y circunstancias.
4. Capacidad para actuar en la resolución de las situaciones de riesgo con las
personas así como para las propias y las de los colegas de profesión.
5. Capacidad para administrar y ser responsable, con supervisión y apoyo, de la
propia práctica dentro de la organización.
6. Capacidad para demostrar competencia profesional en el ejercicio del trabajo
social.

Principios y valores del Trabajo Social


La profesión del trabajo social tiene una filosofía que “está basada en un
auténtico sistema de valores y los cuales están implícitos en los principios de la
profesión que los sostienen y determinan la elección del hombre frente alternativas
de conducta”.2 Tanto los valores como los principios son cambiantes y “relevan la
conciencia social de la época, el estado de la ciencia de la tecnología en cuanto
influyen en el concepto que el hombre tiene de sí mismo, de su naturaleza y de su
destino”.3 El concepto del hombre en las distintas épocas está influido por los
valores vigentes en el momento y determina en nuestro caso el avance de la
profesión, las instituciones de bienestar social que existen, los programas y en
general las formas de enfrentar los problemas. Como ejemplo podemos citar que
el humanismo permite percibir al hombre como elemento central de sus ideas,
produjo una concepción antropocéntrica del mundo; “el hombre es la medida de
todas las cosas”. Se produce entonces la defensa de la dignidad y la integridad
humana: el hombre es un fin en sí mismo, tiene un valor intrínseco independiente
de su condición racial, religiosa, política, de clase, ideológica, social y económica y
tiene derecho a una vida digna. Se da la afirmación de los valores humanos: el
hombre es un ser potencialmente creador, tiene capacidad para dominar el mundo
que lo rodea y puede desarrollar sus potencialidades.

El Trabajo Social en los procesos de protección y adopción:

Es necesario reconocer el rol desempeñado por el profesional de Trabajo


Social en el área de los mecanismos de protección integral, desde la adopción
para los niños, las niñas o adolescentes en situación de inobservancia, amenaza o
vulneración de sus derechos. Como la medida de protección por excelencia
tendiente a brindar un hogar a un niño que no lo tiene en iguales condiciones que
un hijo biológico, proporciona al infante un hogar permanente que le brinda
desarrollo integral dentro de un marco familiar adecuado y evita los efectos
irreversibles que conlleva la institucionalización.

Es importante la labor del Trabajador Social en el proceso por el aporte


socio-familiar que brinda al proceso, al equipo interdisciplinario y a la población
objeto de intervención; dado que todo Trabajador Social debe como educador
informal, hacer énfasis en la orientación, capacitación y formación integral.

El propósito fundamental del Trabajo Social en el


equipo interdisciplinario se orienta a la comprensión y análisis de la realidad social
para incidir, orientar y potenciar los procesos sociales, donde interactúan con su
entorno individuos, grupos, familias, organizaciones y comunidades, en la
búsqueda del desarrollo y del bienestar social.” La función de los Trabajadores
Sociales frente a los niños, las niñas y adolescentes con medida de
restablecimiento de derechos se orienta al campo de familia, el cual incluye
madres gestantes, niños en protección y procesos de adopción. Para estos
procesos se requieren de la intervención del Trabajador Social dado que el
propósito de éstos es brindar protección y bienestar a los niños, niñas y
adolescentes que demandan no sólo asistencia básica, rehabilitación, sino el
encontrar una familia que desee proporcionar protección, bienestar, desarrollo
humano y una vida digna a éstos niños y niñas que se encuentran en alto riesgo
por el hecho de haber sido abandonados.

La relación objeto-sujeto desde la perspectiva de la práctica profesional del


Trabajo Social

Se trata ahora de comprender dicha actuación y como se reconoce en la


misma su carácter dialógico a través de la creación de un espacio interpersonal y
de intervención donde la complicidad entre profesional y usuario es imprescindible
para el avance de la solución del caso.

En lograr que cambien de estilo de vida, que se ajusten a sus nuevas


posibilidades a través de dotar a los miembros de la familia de nuevas habilidades,
nuevos conocimientos y nuevos valores que le permitan afrontar con éxito los
desafíos de la vida cotidiana.

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