Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Comentarios Que Han Caido en Examenes
Comentarios Que Han Caido en Examenes
Comentarios a STC
Sentencia 1
(…) el recurso de amparo no constituye una vía abierta a los poderes públicos
para la defensa de sus actos y de la potestades en que éstos se basan, sino,
justamente un instrumento para la correcta limitación de tales potestades y
para la eventual depuración de aquellos actos, en defensa de los derechos y
libertades públicas de los particulares (STC 257/1988). Y ello es lógico que se
así porque, de lo contrario, se invertiría el significado y función del recurso de
amparo como medio de protección de los derechos fundamentales de los
ciudadanos, para convertirse en un instrumento de los poderes públicos frente a
los particulares.
Contestación.
Por imperativos de los arts. 53.2, 161.1,b) CE Y41.1 LOTC son susceptibles de amparo
constitucional, en los casos y en las formas que la ley establece:
- La igualdad ante la ley, garantizada en el arto 14 CE.
- Las libertades y derechos reconocidos en los arts. 15 a 29 CE, que integran la
sección primera del Capítulo II del Título 1 CE.
- La objeción de conciencia, reconocida en el arto 30 CE.
La jurisprudencia constitucional ha soslayado toda tentación de asumir
interpretaciones expansivas. Los derechos susceptibles de amparo constitucional son
sola y exclusivamente los enunciados, materia sobre la que - por cierto - ha sentado
el Alto Tribunal una jurisprudencia muy precisa", sin que quepa extender el amparo a
otros por vías indirectas. Así la doctrina del TC ha rechazado los intentos de dotar de
amparo constitucional a los principios enumerados en el art. 9.3 CE bajo la excusa de
vulneración del derecho a la legalidad penal, que consagra el arto 25 CE; e
igualmente ha inadmitido el amparo ante posibles violaciones de los principios
inspiradores del sistema tributario (art. 31 CE) cuando se ha recabado al calor del
art. 14 CE (derecho a la igualdad ante la ley) .
El objeto de la impugnación.
1
Sentencia 2 y 3 (Versan sobre lo mismo)
“Estas dos prerrogativas, aunque tienen distinto objetivo y finalidad
especifica… encuentran su fundamento en el objetivo común de garantizar la
libertad e independencia de la institución parlamentaria, y en tal sentido
son complementarias. Al servicio de este objetivo se confieren los
privilegios, no como derechos personales, sino como derechos reflejos de los
que goza el parlamentario en su condición de miembro de la Cámara
legislativa” STC 243/1988, de 19 de diciembre, indique a qué prerrogativas
se refiere la sentencia y las diferencias entre ambas”.
Contestación.
A su vez, el segundo párrafo del mismo precepto constitucional reza así: "Durante el
período de su mandato los Diputados y Senadores gozarán de inmunidad y sólo podrán
ser detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin
la previa autorización de la Cámara respectiva" (Inmunidad).
Basta una atenta lectura de los textos constitucionales que acabamos de recoger
para percibir que los conceptos de inviolabilidad e inmunidad se manejaron como
conceptos diferentes por nuestros constituyentes. Sin embargo, la diferencia entre
ambos institutos jurídicos no siempre ha estado tan clara a los ojos de políticos e
historiadores.
El deslinde que, siguiendo a la doctrina más consolida, podemos establecer entre
ambas figuras parlamentarias es el siguiente:
2
ni a las que lleve a cabo como mero ciudadano, en la vida pública que desarrolle
al margen de las Cámaras. En tales supuestos, los Diputados y Senadores podrán
formular las críticas a la acción del Gobierno o de la oposición que tengan a bien,
pero tan sólo amparados en la genérica libertad de expresión que consagra el art.
20 CE y con el debido respeto a sus límites legales. El TC ha respaldado esta
interpretación doctrinal, al sostener con impecable criterio que "el nexo entre
inviolabilidad y ejercicio de funciones propias a la condición de parlamentario
está claramente expuesto por el propio arto 71.1 CE. A no ser que la expresión
funciones que recoge esta norma se entendiera en un sentido inespecífico (de
corte sociológico y no jurídico), las mismas debieran identificarse en las que son
propias del Diputado o Senador en tanto que sujetos portadores del órgano
parlamentario, cuya autonomía, en definitiva, es la protegida a través de esta
garantía individual. El Diputado o Senador ejercitará, pues, sus funciones sólo en
la medida en que participase en actos parlamentarios y en el seno de
cualesquiera de las articulaciones orgánicas de las Cortes Generales10.
No obstante, el legislador español ha introducido alguna extensión del ámbito propio
de la inviolabilidad parlamentaria, como tendremos ocasión de ver más adelante.
Primer fragmento.
- Septiembre 2007.
- Junio 2007.
- Junio 2006.
- Septiembre de 2006.
Segundo fragmento.
- Septiembre 2010.
- Septiembre 2005.
- Mayo 2011.
3
Sentencia 4
“El derecho a participar corresponde a los ciudadanos y no a los partidos, (…)
los representantes elegidos lo son de los ciudadanos y no de los partidos y (…) la
permanencia en el cargo no puede depender de la voluntad de los partidos, sino
de la expresada por los electores” (STC 8/1983, de 4 de febrero)”.
El art. 23.1 de la C.E. consagra «el derecho de los ciudadanos» a participar en los
asuntos públicos por medio de «representantes» libremente «elegidos» en
«elecciones periódicas», lo que evidencia que los representantes dan efectividad al
derecho de los ciudadanos -y no de ninguna organización como el partido político-, y
que la permanencia de los representantes depende de la voluntad de los electores,
que la expresan a través de elecciones periódicas como es propio de un Estado
democrático de Derecho, y no de la voluntad del partido político. En definitiva, y sin
perjuicio de las incompatibilidades que pueda regular la Ley, el cese en el cargo
público representativo al que se accede en virtud del sufragio no puede depender de
una voluntad ajena a la de los electores, y eventualmente a la del elegido.
Este es uno de los muchos aspectos que, pasados treinta años desde la
promulgación de la norma fundamental, debiera ser objeto de reforma
constitucional.
- Septiembre 2007.
- Septiembre 2006.
4
Sentencia 5
Contestación.
- Mayo 2009.
- Mayo 2005.
5
Sentencia 6
Contestación.
Este fragmento de sentencia del TC hace alusión claramente a los procedimientos del
recurso de inconstitucionalidad, es decir, aquel que trata de verificar la conformidad o no
con la Constitución de las leyes orgánicas u ordinarias y de las normas con rango de ley,
tanto estatales, como de las Comunidades Autónomas, de los Tratados Internacionales, de
los Reglamentos de las Cámaras Legislativas del Congreso, del Senado y de las Asambleas
Legislativas de las CC.AA.
En cuanto a la legitimación, para interponer el recurso corresponde al Presidente del
Gobierno, a un mínimo de 50 diputados o senadores, al Defensor del Pueblo, y a los órganos
colegiados ejecutivos o Asambleas Legislativas de las CC.AA, si bien, estas últimas solo
podrán solo podrán plantear recurso contra las leyes o actos normativos con fuerza de ley
que puedan afectar exclusivamente al ámbito de la Comunidad en cuestión.
- Junio 2010.
- Junio 2007.
- Junio 2006.
6
Sentencia 7
Contestación.
Este fragmento de sentencia hace alusión al Recurso de Amparo Constitucional, que es aquel
que protege a todos los ciudadanos frente a las violaciones de los derechos y libertades
recogidos en los artículos 14 a 29 de la Constitución, más el derecho a la objeción de
conciencia (art. 41.2. LOTC), originados por disposiciones, actos juridicos o simple vía de
hecho, de los poderes publicos del Estado, de las CC.AA, y demás entes públicos, así comjo
de sus funcionarios o agentes.
Se dirige a restablecer o preservar los derechos y libertades lesionados; estando legitimados
para interponerlo las personas físicas o jurídicas directamente afectadas o que han sido
parte en el proceso judicial; el Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal.
- Junio 2010.
- Junio 2009.
7
Sentencia 8
Contestación.
Del tenor literal del extracto de esta sentencia cabe entresacar las siguientes notas:
- Septiembre 2010.
8
Sentencia 9
Contestación.
Del tenor literal del extracto de esta sentencia cabe entresacar las siguientes notas:
- Septiembre 2009.
9
Sentencia 10
Contestación.
- Septiembre 2009.
10
Sentencia 11
Contestación.
Por último es importante comentar que la exigencia de proporcionalidad -que no es sino una
expresión del valor supremo que, según el art. 1.1 CE, representa el pluralismo- ha de verse
como un imperativo de "tendencia", que orienta pero no prefigura la libertad de
configuración del legislador democrático en este ámbito.
- Septiembre 2005.
11
Sentencia 12
Contestación.
Nos encontramos antes un fragmento de sentencia que alude a los conflictos en defensa de
la autonomía local, que motivó toda una modificación de la LOTC realizada por la LO
7/1999, de 21 de abril.
Esta ampliación del ámbito de los conflictos constitucionales que contemplaba la LOTC se
debió en parte a la presión de municipios y provincias y tambien, como no, a un amplio
debate doctrinal, que encontraba su apoyo en el tenor literal del art. 137 de la CE, que
incluye en la organización territorial del Estado a los municipios y provincias que, junto con
las CC.AA, gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses.
No obstante, y a varios años ya de la referida modificación la auténtica naturaleza jurídica
de estos conflictos en defensa de la autonomía local, es, en última instancia, la de un nuevo
recurso directo contra leyes, o si se prefiere, una modalidad adicional del control abstracto
de las normas.
La legitimación activa se reconoce al municipio o provincia que sea destinatario único de la
ley o un número de municipios o provincias que supongan unos determinados porcentajes en
el ámbito territorial de aplicación de la ley.
- Junio 2008.
12
Sentencia 13
Contestación.
- Septiembre 2008.
13
Sentencia 14
Contestación.
- Septiembre 2008.
14
Sentencia 15
Contestación.
En los conflictos entre el Estado y las CC.AA o entre estas entre sí, propiamente dichos, el
objeto cuestionado pueden ser las disposiciones, resoluciones y actos emanados del Estado o de
los órganos de las CC.AA. o la omisión de tales disposiciones, resoluciones o actos.
Estos conflictos se pueden concretar de forma positiva o negativa, siendo sin duda los
primeros los que adquieren mayor relevancia, tanto por el número suscitado, como por la
relevancia de la doctrina jurisprudencial a que ha dado lugar.
Este conflicto puede formalizarse, bien cuando el Gobierno considere que una disposición o una
resolución de una CA no respeta el orden de competencia establecido en la CE, en los Estatutos
de Autonomía o en las leyes orgánicas correspendientes", bien si es el órgano ejecutivo superior
de una CA el que estima que una disposición, resolución o acto de otra Comunidad o del Estado
no respeta dicho orden competencial, y siempre que afecte a su propio ámbito, en cuyo caso
requerirá a aquélla o a éste para que sea derogada la disposición o anulados la resolución o el
acto en cuestión.
- Junio 2008.
15