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Apuntes de Psicología

A. Retuerto Pastor Diferencias en empatíaColegio Oficial


en función de Psicología
de género y edad
2004, Vol. 22, número 3, págs. 323-339. de Andalucía Occidental y
ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla

Diferencias en empatía en función de


las variables género y edad

Ángel RETUERTO PASTOR


Universidad de Valencia

Resumen
En este estudio se analiza teórica y empíricamente la influencia de las variables
género y edad sobre la empatía, considerada desde una perspectiva multidimensional y
evaluada mediante el Índice de Reactividad Interpersonal, de Davis. Para ello se utiliza
una muestra de 556 adolescentes y jóvenes. Los resultados indican que las mujeres
puntúan significativamente más que los varones en fantasía, preocupación empática y
malestar personal. Además, con la edad aumentan progresivamente las puntuaciones en
toma de perspectiva, fantasía y preocupación empática. Implicaciones de estos resultados
y sugerencias para investigación futura son discutidas.
Palabras clave: género, edad, empatía.

Abstract
In this paper the influence of sex and age on empathy, considered from a multidi-
mensional perspective and evaluated through the Interpersonal Reactivity Index of Davis,
theoretically and empirically is analyzed. A sample of 556 adolescents and youngs is
utilized. The results indicate that females score significantly higher than males on fantasy,
sympathy and personal distress. Moreover, the scores on perspective taking, fantasy
and sympathy increase progressively with age. Implications and suggestions for future
research were discussed.
Key words: Sex, Age, Empathy.

Para Hoffman el desarrollo moral se ca- se encuentran en la empatía, y empatizar con


racteriza por el cultivo de un importante afec- víctimas potenciales y compartir su malestar
to moral o empatía (Hoffman, 1987). Según mueve a la gente a actuar para ayudarles.
Hoffman para que una información acerca Hoffman afirma que su “idea central es
de otro/a o de una situación motive al sujeto, la integración de afecto y cognición y va más
debe activarse desde una predisposición allá de una aproximación al procesamiento de
empática. Las raíces de la moralidad, pues, la información” (Hoffman, 1991, pág.106).

Dirección del autor: Departamento de Psicología Básica. Universidad de Valencia. c/ Berenger Mallol, 7, 1º, 1ª.
46022 Valencia. Correo electrónico: gercar@wanadoo.es
Recibido: marzo 2004. Aceptado: noviembre 2004.

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Plantea que la empatía con otros/as, como emocional que procede de la comprensión del
proceso motivacional que motiva a ayudar en estado o situación de otra persona y es similar
el problema del otro/a, se desarrolla de una a lo que la otra persona está sintiendo. Por lo
manera similar a los estadios de desarrollo tanto, la respuesta empática incluye la capa-
cognitivo social del individuo. Este proceso cidad para comprender al otro/a y ponerse
empieza con un sentimiento global empático en su lugar, a partir de lo que observa, de la
en el que el niño no tiene una clara distinción información verbal, o de información acce-
entre el yo y el otro/a y está confundido acer- sible desde la memoria (toma de perspectiva)
ca de la fuente de dicho sentimiento. A partir y además la reacción afectiva de compartir
de aquí progresa a través de varios estadios su estado emocional, que puede producir
hasta el estadio más avanzado que combina tristeza, malestar o ansiedad. La empatía así
lo conseguido en estadios previos. En los entendida desempeñaría un papel central en
estadios más avanzados uno puede empatizar la disposición prosocial de las personas.
con otros/as, sabiendo que son entidades físi- Desde una perspectiva multidimensional
cas distintas del yo y tienen estados internos Davis (1983) define la empatía como una
independientes del propio sujeto. Un nivel reacción a la experiencia observada en el/la
maduro de empatía posibilita que el sujeto otro/a. Los diferentes factores que intervie-
esté más influenciado por la condición vital nen en este constructo son la toma de perspec-
del otro/a que por la situación inmediata tiva –tendencia a adoptar espontáneamente el
(Hoffman, 1991). punto de vista psicológico del otro/a, es decir,
Según Hoffman debe haber un parale- capacidad para ponerse en el lugar del otro/a,
lismo de los sentimientos y afectos con los identificarse con él–, la fantasía –tendencia
pensamientos, principios morales y tenden- del sujeto a introducirse imaginativamente
cias comportamentales: en los sentimientos y acciones de personajes
ficticios de libros, películas o juegos–, la
“Sería razonable imaginar que en el preocupación empática –sentimientos de sim-
curso del desarrollo de una persona, los patía y preocupación orientados al otro/a que
afectos empáticos se irán asociando signifi- se encuentra en una situación negativa– y el
cativamente con principios morales, de modo malestar personal –sentimientos de ansiedad
que cuando surja un afecto empático en un personal orientados al yo que se producen en
encuentro moral, éste activará los principios situaciones de tensión interpersonal–.
morales. Entonces los principios, junto con ¿Por qué es importante hablar de em-
el afecto empático, podrán guiar el juicio patía? En primer lugar, la empatía está
moral, la toma de decisiones y la acción del presente en el desarrollo del razonamiento
individuo. En algunos casos la secuencia moral (Kohlberg, 1984). En concreto, la
puede quedar invertida: el principio puede mayor oportunidad de toma de perspectiva,
activarse primero y luego provocarse su es decir, de comprender la actitud de los
afecto empático asociado” (Hoffman, 1987, otros/as, de ponerse en su lugar y de conocer
pág. 71). sus pensamientos y sentimientos, es un factor
explicativo del desarrollo del razonamiento
Eisenberg (2000) plantea la importancia moral.
de la empatía en el desarrollo moral de las En segundo lugar, los elementos em-
personas, entendida como una respuesta páticos son el determinante principal en el

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razonamiento moral prosocial (Eisenberg, Fabes, 1991; Eisenberg, Guthrie, Murphy,


1979). Eisenberg (1986) postula la exis- Shepard, Cumberland y Carlo, 1999; Eisen-
tencia de cinco niveles en el desarrollo del berg, Guthrie, Cumberlan, Murphy, Shepard,
razonamiento moral prosocial en función Zhou y Carlo, 2002; Caprara, Pastorelli y
del desarrollo de la capacidad empática y Bandura, 1995; Carlo, Raffaelli, Laible y
de la progresiva consideración que hace el Meyer, 1999; Sobral, Romero, Luengo y
individuo de las necesidades de los demás a Marzoa, 2000; Mestre, Samper y Frías, 2002;
lo largo del desarrollo. Según esta secuencia, Mestre, Frías y Samper, 2004).
los niños pequeños se guían por considera- En cuarto lugar, entre los motivos afecti-
ciones bastante hedonistas, pero a medida vos en la consistencia entre cognición moral
que van madurando se vuelven cada vez y acción moral cabe destacar el papel de la
más sensibles a las necesidades y deseos de empatía (Hoffman, 1982, 1987; Eisenberg
los otros/as. En esta evolución la capacidad y Strayer, 1987; Kohn, 1990; López et al.
de empatía es un elemento fundamental que 1994; Etxebarría y De la Caba, 1998), que
facilita el avance hacia un juicio moral pro- está íntimamente ligada a la mayoría de los
social más maduro. principios morales (benevolencia, justicia), y
En tercer lugar, la relación positiva entre que aparece en el origen de emociones como
empatía y conducta prosocial está amplia- la compasión, indignación, sentimientos de
mente documentada y aceptada (Rushton, culpa, o empathic injustice.
1980; Batson y Coke, 1981; Batson, Batson, En quinto lugar, desde el punto de vista
Slingsby, Harrell, Peekna y Tood, 1991; Hoff- de Hoffman (1982, 1998), la empatía se halla
man, 1984, 1987, 1990; Barnett, 1987; Eisen- íntimamente ligada con la culpa verdadera
berg y Miller, 1987; Eisenberg, Miller, Shell, o interpersonal. Hoffman define la empatía
Mcnalley y Shea, 1991; Eisenberg, Carlo, como una respuesta afectiva vicaria, es decir,
Murphy y Van Court, 1995; Eisenberg, Fabes, una respuesta afectiva más congruente con
Guthrie y Reiser, 2000; Caprara y Pastorelli, el estado afectivo de algún otro/a que con el
1993; Fuentes, Apodaka, Etxebarría, Ledes- propio. Cuando el sujeto experimenta dolor
ma, López y Ortíz, 1993; Ortíz, Apodaka, empático y se percibe como responsable
Exeberría, Eceiza, Fuentes y López, 1993; del dolor del otro/a su experiencia empática
López, Apodaka, Eceiza, Etxebarría, Fuentes tiende a transformarse en culpa. Finalmente,
y Ortiz, 1994; Bandura, Barbaranelli, Caprara Hoffman (1981) señala cómo las personas
y Pastorelli, 1996; Desmond, 2002). Por otra nos proporcionan abundante información
parte, se ha encontrado una relación negativa para poder corregir nuestras interpretacio-
(o ninguna relación) entre malestar personal nes equivocadas y poder cambiar nuestros
y conducta prosocial (Davis, 1983; Carlo, estados internos mediante el afecto. Así, en
Raffaelli, Laible y Meyer, 1999; Desmond, el desarrollo social, la complejidad de las
2002). Finalmente, aparecen estudios que relaciones se puede equilibrar con la ayuda
concluyen el importante papel de la empatía del afecto y la empatía. Cuanta más relación
como motivadora de la conducta prosocial e afectiva existe, más sensibles somos a las
inhibidora de la conducta agresiva (Batson y situaciones de los demás.
Coke, 1981; Bandura, 1987; Hoffman, 1987, Respecto a la influencia del género sobre
1989, 1990; Eisenberg, Shell, Pasternack, la empatía, Hoffman (1977) revisó nueve
Lennon, Beller y Mathy, 1987; Eisenberg y artículos y concluyó que de acuerdo con el
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estereotipo cultural, la empatía definida como en el IECA de Bryant y en las dimensiones


la respuesta afectiva vicaria a los sentimien- preocupación empática, toma de perspec-
tos de otra persona es más relevante en las tiva y malestar personal del IRI de Davis.
mujeres que en los varones. Hoffman sugiere Eisenberg et al. (1995) hallaron que, a la
que las mujeres tienen una tendencia mayor edad de 17-18 años, las mujeres puntuaban
a imaginarse en el lugar del otro/a, mientras más alto que los varones en preocupación
que los varones tienden más a acciones ins- empática y malestar personal y, a la edad
trumentales. El autor considera que la em- de 19-20, lo hacían en toma de perspectiva
patía en las mujeres puede estar relacionada y preocupación empática.
con una orientación afectiva prosocial que Mestre, Frías y Tur (1997), utilizando
incluye la tendencia a experimentar culpa una muestra de varones y mujeres españoles
por el daño a otros/as. Davis (1980) obtuvo con edades comprendidas entre 13 y 24 años
que las cuatro subescalas del IRI (Interper- y usando el IRI de Davis, hallaron una inte-
sonal Reactivity Index) permiten diferenciar racción sexo-edad significativa en preocupa-
significativamente las puntuaciones del grupo ción empática. Así, las mujeres alcanzaban
de varones y mujeres, siendo siempre las puntuaciones más altas que los varones en
mujeres las que alcanzan las puntuaciones este factor de la empatía, pero la edad mo-
más altas. Utilizando el IECA (Index of Em- dulaba dichas diferencias. La comparación
pathy for Children and Adolescents), Bryant de las diferencias entre varones y mujeres en
(1982) halló un efecto del sexo, siendo las los niveles de edad establecidos mostraba un
mujeres más empáticas que los varones, y incremento del afecto empático en las muje-
una interacción sexo-edad significativa. La res adolescentes desde los 13 a los 19 años,
autora concluye que las diferencias de grupo siendo las diferencias significativas entre los
con respecto a la edad y sexo son en general niveles de 13-15 años respecto a los de 16-17
congruentes con hallazgos previos: las mu- y 18-19 años; a partir de esta edad las pun-
jeres expresan más empatía en sus respuestas tuaciones se mantenían y las diferencias no
afectivas vicarias que los hombres. Con la eran significativas. Respecto a los varones
edad las mujeres incrementan significativa- no se observaba ese crecimiento progresivo
mente la respuesta empática hacia personas y gradual que aparecía en el sexo femenino.
de su mismo sexo, mientras que los varones Se encontró, además, un efecto principal
disminuyen su respuesta empática hacia significativo del sexo en fantasía, de forma
otros varones en el periodo estudiado (hasta que las mujeres puntuaban más alto que los
la entrada en la adolescencia). varones en esta dimensión de la empatía.
Eisenberg y Lennon (1983), tras com- En toma de perspectiva y malestar personal
parar los resultados procedentes de la apli- no aparecieron diferencias significativas en
cación de técnicas diferentes para evaluar función del sexo.
la empatía, concluyen que en general las Finalmente, recientes estudios (Mestre,
mujeres responden de manera más em- Samper, Tur y Díez, 2001; Mestre, Samper y
pática que los varones en procedimientos Frías, 2002; Mestre, Frías y Samper, 2004)
de autoinforme, situaciones simuladas e también han encontrado diferencias de gé-
interpretación de historias o escenas. Ei- nero en todas las dimensiones de empatía
senberg et al. (1991) encontraron que las evaluadas mediante el IRI de Davis, siendo
chicas puntuaban más alto que los chicos las mujeres las que obtienen puntuaciones

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significativamente más altas en todos los de la empatía, y b) evaluar los cambios en la


factores de la empatía. empatía en función de la edad de los sujetos a
En cuanto al influjo de la edad sobre la través del periodo que incluye la adolescencia
empatía, Davis y Franzoi (1991) encuentran y los primeros años de la edad adulta. Concre-
que con la edad se incrementa la toma de tamente, la investigación pretende indagar las
perspectiva y la preocupación empática, relaciones de las variables género y edad con
mientras que el malestar personal experimen- la empatía en población española, pero utili-
ta un descenso significativo. Carlo, Eisenberg zando una muestra representativa y aislando
y Knight (1992) hallaron una interacción cur- convenientemente las variables objeto de
so-sexo significativa en toma de perspectiva, estudio, de forma que no se vean afectadas por
de modo que los chicos de 10º puntuaban los efectos de otras variables contaminadoras
significativamente más que los de 7º, pero las (tal como se señalará más adelante).
chicas de 10º no diferían significativamente Y las hipótesis que se plantean son las
de las de 7º. En preocupación empática, los siguientes:
estudiantes más mayores puntuaban signi-
ficativamente más que los estudiantes más 1. El género de los adolescentes y jóvenes
jóvenes. En malestar personal, no aparecían resulta una variable discriminativa en em-
diferencias significativas en cuanto a curso. patía –considerada desde una perspectiva
Eisenbergy y cols. (1995) hallan un aumento multidimensional y evaluada mediante el
de las puntuaciones en toma de perspectiva Índice de Reactividad Interpersonal (IRI;
y preocupación empática, y un descenso de Interpersonal Reactivity Index; Davis,
ellas en malestar personal, desde los 17-18 1980)–. Específicamente, se esperan
años a los 19-20 años. unas mayores puntuaciones por parte de
Mestre, Frías y Tur (1997), empleando el las mujeres en las distintas subescalas de
IECA de Bryant, encontraron un efecto princi- empatía del IRI.
pal significativo de la variable edad, de forma 2. La edad constituye una variable modula-
que las puntuaciones medias de los sujetos de dora en empatía durante la adolescencia
17-19 años eran significativamente superiores y temprana edad adulta. Se espera con-
a las de los grupos de 12-14 y 15-16 años. cretamente que con la edad aumenten
Asimismo, utilizando el IRI de Davis, hallaron significativamente las puntuaciones en
diferencias significativas en los factores toma las dimensiones toma de perspectiva,
de perspectiva y malestar personal, además de fantasía y preocupación empática, y
la interacción sexo-edad en el factor preocu- disminuyan significativamente en la
pación empática comentada anteriormente. La dimensión malestar personal tal como
capacidad para ponerse en el lugar del otro/a éstas son medidas a través del IRI.
y comprender la situación desde su punto de
vista incrementaba con la edad, mientras que Método
el malestar personal centrado en uno mismo
más que en el estado emocional del otro/a, Muestra
disminuía con la edad.
Los objetivos de este estudio son: a) La muestra inicial estaba formada por
establecer el perfil diferencial de varones y 590 sujetos. Al aplicar el procedimiento de
mujeres en los factores cognitivos y afectivos control de cuestionario totalmente completo
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se han excluido 34 sujetos (5,76 %), quedan- pondientes a las etapas de la adolescencia y
do una muestra total definitiva de 556 ado- juventud, porque los sujetos cursan estudios
lescentes y jóvenes. En cuanto al género, 192 en diferentes tipos de centros y porque los
son varones que suponen el 34,53 % del total sujetos pertenecen a distintas poblaciones
y 364 son mujeres que constituyen el 65,47 % geográficas. Esto garantiza una represen-
restante. La edad media de la muestra es de tación de los diferentes tipos de educación
17,34 años, la desviación típica de 2,96 años recibida, de la orientación laica/religiosa, de
y la moda 16 años. El rango de edad oscila las diferentes clases sociales.
entre los 13 y 23 años, edades propias de la
adolescencia y juventud. Instrumento
Los niveles educativos incluidos en la
muestra son 3º de ESO, 2º de BUP, 3º de Se ha utilizado como instrumento de
BUP, COU, 1er Ciclo Universitario y 2º Ciclo evaluación el Índice de Reactividad Interper-
Universitario. Los sujetos cursan estudios en sonal (IRI; Interpersonal Reactivity Index;
un centro público, un centro concertado y un Davis, 1980). Se trata de un instrumento que
centro privado, todos ellos de la provincia permite medir las diferencias individuales en
y ciudad de Valencia. La distribución de la las tendencias empáticas desde un punto de
muestra por grupos de edad y por niveles vista multidimensional. Consta de 28 ítems
educativos se muestra en la tabla 1. Como se distribuidos en cuatro subescalas que miden
puede apreciar, dicha distribución es bastante cuatro dimensiones separadas del concepto
equilibrada. global de empatía: Toma de perspectiva (PT),
Fantasía (FS), Preocupación empática (EC)
Se puede decir que la muestra es repre- y Malestar personal (PD), con siete ítems
sentativa por su elevado n, porque abarca cada una de ellas. El formato de respuesta es
todos los años y niveles educativos corres- de tipo likert con cinco opciones de respuesta
(No me describe bien, Me describe un poco,
Tabla 1. Distribución de la muestra en función
Me describe bien, Me describe bastante bien
de la edad y del nivel de estudios. y Me describe muy bien) puntuables de 0 a 4,
donde a mayor puntuación, mayor presencia
Edad Nº de sujetos % del constructo medido.
13-14 69 12,41 La característica más destacada de este
15 93 16,73
16 101 18,17 instrumento es que permite medir tanto el
17 86 15,47 aspecto cognitivo como la reacción emocional
18-19 83 14,93 del individuo al adoptar una actitud empática.
20-23 124 22,30 Las subescalas Toma de perspectiva y Fanta-
Curso Nº de sujetos %
sía recogen el aspecto cognitivo del individuo
3º ESO 90 16,19 al adoptar una actitud empática, mientras
2º BUP 109 19,60 que las subescalas Preocupación empática
3º BUP 90 16,19 y Malestar personal miden las reacciones
COU 101 18,17 emocionales ante las experiencias negativas
1er Ciclo Univ. (1º) 90 16,19 de los otros/as.
2º Ciclo Univ. (4º) 76 13,67 La subescala Toma de perspectiva (PT)
Total 556 100 mide los intentos espontáneos del sujeto por

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adoptar la perspectiva del otro/a ante situa- Procedimiento


ciones reales de la vida cotidiana y ver así las
cosas desde el punto de vista del otro/a sin La presente investigación constituye un
experimentar necesariamente una respuesta estudio transversal en el que se han tomado
afectiva. varios grupos de sujetos con diferente edad
La subescala Fantasía (FS) tiene como y nivel educativo cada uno de los grupos, los
objetivo medir la tendencia del sujeto a identi- cuales han sido evaluados de forma indepen-
ficarse con personajes del cine, de la literatura, diente y en un único momento temporal.
es decir, recoge la capacidad imaginativa que Los alumnos han completado una hoja
tiene el sujeto de ponerse en el lugar de per- de datos personales relativos a las varia-
sonajes de ficción. bles independientes objeto de estudio y el
La subescala Preocupación empática IRI. Ello lo hacían durante una hora de su
(EC) mide la respuesta del sujeto en relación horario de clase. Respecto a la cumplimen-
a sentimientos de compasión y cariño por los tación misma del IRI –uniforme para todos
otros/as especialmente cuando se encuentran los grupos–, se explicaban oralmente las
en dificultades. instrucciones para ello y se aclaraban las
La subescala Malestar personal (PD) dudas de los sujetos mientras la elaboración
mide los sentimientos de ansiedad y malestar del mismo.
que el sujeto manifiesta al observar las expe- Las respuestas del cuestionario se han
riencias negativas de los demás. Esta experien- introducido en el programa Excel, de tal for-
cia de malestar personal conduce al sujeto a ma que se señalaba un 0 para la respuesta No
intentar aliviar su propio estado aversivo en me describe bien, un 1 para Me describe un
lugar de ayudar al otro/a. poco, un 2 para Me describe bien, un 3 para
Los resultados del estudio de la fiabilidad Me describe bastante bien o un 4 para Me
del cuestionario realizado con una muestra de describe muy bien. Posteriormente se han
1285 adolescentes y jóvenes españoles, de los sumado estas puntuaciones a través de los
cuales 688 eran varones y 597 eran mujeres, distintos ítems que integran cada subescala
con edades comprendidas entre los 13 y 18 de empatía, obteniendo una puntuación total
años, señalan un valor alpha de Cronbach de por cada subescala de empatía. Finalmente,
0.56 para la subescala Toma de perspectiva, estas puntuaciones totales se han exportado
de 0.70 para la subescala Fantasía, de 0.65 al programa Statview en donde se han rea-
para la subescala Preocupación empática y de lizado los análisis estadísticos pertinentes
0.64 para la subescala Malestar personal. Y en (ANOVA y correlaciones).
cuanto a la validez, los factores de empatía que
indican una disposición empática más madura Resultados
(PT, FS y EC) correlacionan positivamente con
conducta prosocial y razonamiento prosocial Puntuaciones generales de la muestra en
internalizado, mientras que estos mismos empatía
factores correlacionan negativamente con
conducta agresiva, inestabilidad emocional, La tabla 2 recoge las puntuaciones me-
razonamiento prosocial hedonista y razona- dias, mínimas y máximas de nuestro grupo
miento prosocial orientado a la aprobación de adolescentes y jóvenes en las distintas
(Mestre, Frías y Samper, 2004). subescalas de empatía.
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Sexo y empatía malestar personal, mientras que mujeres y


varones que estudian 1er Ciclo Universitario
Debido a que en nuestra muestra hay se diferencian entre sí notablemente, obte-
más mujeres que varones y, además, éstas
son más en los niveles educativos altos, se Tabla 2. Puntuaciones generales de la muestra
ha realizado un ANOVA entre-sujetos de dos en las subescalas de empatía.
factores (género y nivel de estudios), elimi-
nando así los efectos contaminadores de la Desv.
Media Mínima Máxima
típica
variable nivel de estudios. Los resultados se
presentan en la tabla 3. Toma de pers-
16,73 4,68 2 28
pectiva (PT)
Como se aprecia en la tabla 3, aparece
una interacción género-nivel de estudios sig- Fantasía (FS) 16,31 5,37 2 28
nificativa en la subescala Malestar personal Preocupación
20,53 4,30 3 28
(PD). Varones y mujeres que cursan 3º de empática (EC)
ESO, 2º de BUP, 3º de BUP, COU y 2º Ciclo Malestar per-
12,13 4,50 0 25
Univ. obtienen similares puntuaciones en sonal (PD)

Tabla 3. ANOVA Sexo-Nivel de estudios y Empatía. Puntuaciones medias en las subescalas de em-
patía en función del género y del nivel educativo.

3º ESO 2º BUP 3º BUP COU 1er Ciclo 2º Ciclo


F p (n=90) (n=109) (n=90) (n=101) (n=90) (n=76)
PT Sexo (A) 2,87 0,0908
Curso (B) 3,64 0,0030
AB 0,88 0,4913
Varones 14,52 15,19 16,02 15,70 17,67 19,44
Mujeres 17,00 16,67 16,51 16,97 17,04 19,33
FS Sexo (A) 8,05 0,0047
Curso (B) 5,47 0,0001
AB 1,40 0,2222
Varones 14,10 14,64 14,54 13,40 18,11 18,33
Mujeres 14,86 17,66 16,71 16,40 16,74 20,05
EC Sexo (A) 32,16 0,0001
Curso (B) 7,36 0,0001
AB 0,98 0,4299
Varones 17,44 17,60 18,32 18,67 22,33 20,44
Mujeres 19,62 21,25 20,69 21,43 22,77 23,18
PD Sexo (A) 12,37 0,0005
Curso (B) 2,29 0,0444
AB 2,45 0,0330
Varones 12,25 12,52 11,22 10,81 7,33 10,44
Mujeres 13,00 12,63 11,94 11,86 13,51 11,73

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niendo las mujeres mayores puntuaciones que se producen en situaciones de tensión


que los varones. interpersonal–.
Considerado el género aisladamente y
liberado de los efectos contaminadores de Edad y empatía
la variable nivel de estudios, éste produce
efectos principales significativos en las Para analizar el efecto de la edad sobre
subescalas Fantasía (FS), Preocupación la empatía durante el periodo de la adoles-
empática (EC) y Malestar personal (PD). cencia y temprana edad adulta se ha clasifi-
En estas tres subescalas o dimensiones de cado a los sujetos evaluados en seis grupos
empatía las mujeres puntúan significativa- de edad y se ha llevado a cabo un ANOVA
mente más que los varones. En la subescala entre-sujetos de un factor (véase tabla 4).
Toma de perspectiva (PT) el género no Se ha realizado la clasificación de
origina diferencias significativas. 13-14, 15, 16, 17, 18-19 y 20-23 años por
Por tanto, varones y mujeres adoles- dos razones. Por una parte, porque en este
centes y jóvenes obtienen similares pun- estudio se da la circunstancia de que la ma-
tuaciones en toma de perspectiva, es decir, yoría de los sujetos que cursan 3º de ESO
la tendencia a adoptar espontáneamente el tienen 13-14 años, los que cursan 2º de BUP
punto de vista psicológico del otro/a o, lo tienen 15 años, los de 3º de BUP 16 años,
que es lo mismo, la capacidad para ponerse los de COU 17, los de 1er Ciclo Universi-
en el lugar del otro/a, identificarse con él. tario 18-19 y los de 2º Ciclo Universitario
Por otra parte, las mujeres obtienen mayores 20-23, y se quiere mantener homogéneos
puntuaciones que los varones en fantasía a los grupos respecto a la variable nivel de
–esto es, la tendencia del sujeto a introdu- estudios, variable que puede producir dife-
cirse imaginativamente en los sentimientos rencias significativas en empatía. Se trata de
y acciones de personajes ficticios de libros, averiguar si, igualados los grupos en nivel
películas o juegos–, en preocupación empá- educativo, aparecen diferencias significati-
tica –es decir, los sentimientos de simpatía vas entre los distintos grupos de edad. Por
y preocupación orientados al otro/a que se otra parte, porque se mantiene un n similar
encuentra en una situación negativa– y en en cada uno de los grupos de edad, requisito
malestar personal –esto es, los sentimien- importante para llevar a cabo un ANOVA
tos de ansiedad personal orientados al yo correctamente.

Tabla 4. ANOVA Edad y Empatía. Puntuaciones medias en las subescalas de empatía en función de
la edad.

13-14 18-19 20-23


15 años 16 años 17 años
años años años
F p (n=69) (n=93) (n=101) (n=86) (n=83) (n=124)
PT 5,37 0,0001 15,51 16,12 16,61 15,86 16,92 18,43
FS 7,71 0,0001 13,97 16,59 16,03 15,41 15,99 18,47
EC 15,42 0,0001 18,48 19,24 20,05 19,87 21,47 22,88
PD 0,34 0,8897 12,55 12,26 12,15 12,28 12,02 11,75

Apuntes de Psicología, 2004, Vol. 22, número 3, págs. 323-339. 331


A. Retuerto Pastor Diferencias en empatía en función de género y edad

Como se aprecia en la tabla 4, la edad de centes y jóvenes corroboran los obtenidos en


los sujetos tiene un efecto significativo sobre el análisis de varianza (ver tabla 6).
las subescalas Toma de perspectiva, Fantasía Como se puede apreciar, las dimensiones
y Preocupación empática. Exceptuando el toma de perspectiva, fantasía y preocupación
pequeño descenso de las puntuaciones en
estas subescalas en el grupo de 17 años, en
Tabla 5. Comparaciones entre grupos de edad en
general se observa que a medida que incre-
las subescalas Toma de perspectiva, Fantasía y
menta la edad de los adolescentes y jóvenes Preocupación empática.
aumentan progresivamente las puntuaciones
en estas dimensiones de la empatía (ver pun- Años 15 16 17 18-19 20-23
tuaciones medias en tabla 4). En la subescala PT
Malestar personal la edad no produce efecto 13-14 -0,61 -1,11 -0,35 -1,41 -2,92**
significativo alguno. 15 -0,50 0,26 -0,80 -2,31**
Así pues, con la edad los adolescentes 16 0,75 -0,30 -1,81*
y jóvenes conceden progresivamente una 17 -1,06 -2,57**
mayor importancia a los intentos espontáneos
18-19 -1,51*
por adoptar la perspectiva del otro/a ante si-
FS
tuaciones reales de la vida cotidiana y ver así
13-14 -2,62* -2,06* -1,44 -2,02* -4,48**
las cosas desde el punto de vista del otro/a sin
experimentar necesariamente una respuesta 15 0,56 1,18 0,60 -1,88*
afectiva. Asimismo, muestran una mayor 16 0,62 0,04 -2,44**
tendencia a identificarse con personajes del 17 -0,58 -3,06**
cine, de la literatura, es decir, una mayor 18-19 -2,48**
capacidad imaginativa de ponerse en el lugar EC
de personajes de ficción. Además, aumentan 13-14 -0,76 -1,57* -1,39* -2,99** -4,40**
progresivamente sus sentimientos de compa- 15 -0,81 -0,64 -2,23** -3,64**
sión y cariño por los otros/as. Finalmente, no 16 0,18 -1,42* -2,83**
sufren variación alguna sus sentimientos de
17 -1,60* -3,01**
ansiedad y malestar manifestados al observar
18-19 -1,41*
las experiencias negativas de los demás.
La tabla 5 recoge los resultados de las Valor: diferencia medias; *: Significativa en PLSD de
Fisher; **: Significativa en PLSD de Fisher y en F de
pruebas post hoc en aquellas subescalas de
Scheffe.
empatía en las que aparecen diferencias
significativas en función de la edad. Como
podemos comprobar, en toma de perspec- Tabla 6. Correlaciones entre las subescalas de
tiva y fantasía las diferencias significativas empatía y la edad.
aparecen entre los grupos de 13-14, 15, 16, Edad
17 y 18-19 años respecto al grupo de 20-23
PT 0,183**
años, y en preocupación empática entre los
FS 0,190**
grupos de 13-14, 15, 16 y 17 años respecto
EC 0,336**
a los grupos de 18-19 y 20-23 años.
Los resultados de la correlación entre las PD -0,050
subescalas de empatía y la edad de los adoles- **: p < 0,01

332 Apuntes de Psicología, 2004, Vol. 22, número 3, págs. 323-339.


A. Retuerto Pastor Diferencias en empatía en función de género y edad

empática correlacionan positiva y significati- mujeres que a los hombres. Esta percepción
vamente con la edad, mientras que el malestar guarda relación con los estereotipos sociales
personal no correlaciona significativamente que atribuyen a la mujer una mayor sensi-
con la edad. bilidad emocional, una mayor tendencia al
cuidado y apoyo a los más débiles (niños y
Discusión ancianos), una mayor capacidad para detectar
sentimientos y señales no verbales y una ma-
La primera hipótesis de la que partíamos yor preocupación por los aspectos sociales de
era que el género de los adolescentes y jó- la interacción y los sentimientos de otros/as.
venes resulta una variable discriminativa en Las diferencias en la normativa social sobre
empatía –considerada desde una perspectiva los roles sexuales, hace más adecuado para
multidimensional y evaluada mediante el IRI las mujeres manifestar tanto sentimientos
de Davis–. De acuerdo con esta hipótesis, de enfado y ansiedad como sentimientos de
aparecen en esta investigación unas mayores ternura y compasión. Hoffman (1977), por su
puntuaciones por parte de las mujeres en las parte y tal como se indicaba en la introduc-
dimensiones fantasía, preocupación empá- ción, considera que la empatía en las mujeres
tica y malestar personal. No aparecen dife- puede estar relacionada con una orientación
rencias significativas en toma de perspectiva. afectiva prosocial que incluye la tendencia a
Así pues, varones y mujeres adolescentes y experimentar culpa por el daño a otros/as.
jóvenes tienen una capacidad cognitiva simi- En cuanto a las posibles implicaciones de
lar para comprender la situación del otro/a y las diferencias de género en empatía cabe se-
ponerse en su lugar, pero las mujeres están ñalar lo siguiente. En primer lugar, teniendo
más predispuestas a una respuesta afectiva en cuenta que los elementos empáticos son
ante dicha situación. Aunque ambos géneros el determinante principal en el razonamiento
comprenden por igual la situación, la mujer moral prosocial, las diferencias entre varo-
reacciona más afectivamente.Considerados nes y mujeres en empatía pueden originar
globalmente nuestros resultados confirman, diferencias entre varones y mujeres en razo-
pues, las diferencias de género encontradas namiento moral prosocial. En este sentido,
en empatía (Hoffman, 1977; Davis, 1980; diferentes estudios han encontrado que los
Bryant, 1982; Eisenberg y Lennon, 1983; varones puntúan significativamente más que
Fuentes, 1989; Eisenberg y cols., 1991, 1995; las mujeres en un nivel bajo de razonamiento
Carlo y cols., 1999; Atkins, 2000; Deguchi moral prosocial (razonamiento orientado
y Ohkawa, 2000; Singh-Manoux, 2000; a la aprobación), mientras que las mujeres
Alexander, 2001; Dawson, 2002; Mestre y puntúan significativamente más que los va-
cols., 1997, 2001, 2002, 2004). rones en los niveles altos o más maduros de
¿A qué se deben estas diferencias de razonamiento moral prosocial (razonamiento
género encontradas en empatía? Batson, estereotipado y razonamiento internalizado)
Fultz y Schoenrade (1987) nos ofrecen una (Eisenberg y cols., 1991, 1995; Eisenberg,
explicación al respecto. Según estos autores, Zhou y Koller, 2001; Carlo y cols., 1992;
es un hecho generalmente hallado por los Carlo, Eisenberg, Koller, Da Silva y Frohli-
investigadores que la tendencia a empatizar ch, 1996; Mestre, Pérez-Delgado, Tur, Díez,
figura entre las características que las per- Soler y Samper, 1999; Mestre y cols., 2001;
sonas atribuyen más frecuentemente a las Retuerto, 2001). En segundo lugar, dada la
Apuntes de Psicología, 2004, Vol. 22, número 3, págs. 323-339. 333
A. Retuerto Pastor Diferencias en empatía en función de género y edad

relación positiva entre empatía y conducta res obtenían puntuaciones significativamente


prosocial, la mayor empatía en las mujeres más bajas en intimidad que los no violadores,
puede ir acompañada de una mayor conducta que los hombres sexualmente agresivos pun-
prosocial en éstas. Algunas investigaciones tuaban más bajo en empatía, concluyendo
en adolescentes han obtenido este resultado que la socialización de género masculino
(Mestre y cols., 1999, 2001; Kumru, 2003). puede ser un importante factor en la génesis
Finalmente, puesto que la empatía se halla ín- de la violencia contra las mujeres.
timamente ligada con la culpa, la más elevada Formulábamos como segunda hipótesis
empatía en las mujeres puede conllevar una que la edad constituye una variable modu-
más elevada culpa en ellas. Así, existe amplia ladora en empatía durante la adolescencia y
evidencia empírica de que las mujeres tienden temprana edad adulta. En coherencia con esta
a experimentar sentimientos de culpa más hipótesis, encontramos en este estudio que
intensos que los varones (Hoffman, 1975; conforme avanza la edad de los adolescentes
Heying, Korabik y Munz, 1975; Tangney, y jóvenes aumentan progresivamente las pun-
1990; Etxebarría, 1992; Baumeister, Stillwell tuaciones en toma de perspectiva, fantasía y
y Heatherton, 1994; Harder, 1995; Lutwak y preocupación empática. El malestar personal
Ferrari, 1996; Bybee, 1998). no experimenta ninguna variación con la
Por otra parte, las diferencias de género edad. Estos resultados son consistentes con
en empatía tienen cierta relación con la vio- el punto de vista de Hoffman (1991) de que la
lencia de género. En este sentido, Hopper empatía con otros/as, como proceso motiva-
(1998) obtuvo que la asociación entre abuso cional que motiva a ayudar en el problema del
infantil y perpretación de la violencia inter- otro/a, se desarrolla de una manera similar a
personal fue arbitrada por una deficiente em- los estadios de desarrollo cognitivo social del
patía asociada con el rol del sexo masculino, individuo. Asimismo, son coherentes con la
sugiriendo la existencia de un proceso de explicación del proceso empático que da Ho-
potenciación mutua. El estudio sugiere que ffman (1990), según la cual un aumento de la
las incompetencias emocionales esenciales capacidad para ponerse en el lugar del otro/a
asociadas con abuso infantil y socialización gradualmente transforma el malestar perso-
del género masculino juegan un papel im- nal en una reacción de simpatía y compasión
portante en el desarrollo de la conducta de más orientada hacia el otro/a. Finalmente, son
perpretación. Por su parte, Osland, Fitch y consistentes con los resultados obtenidos en
Willis (1996) encontraron que los sujetos que otras investigaciones con muestras similares
presentaban propensión al abuso sexual y a a ésta (Davis y Franzoi, 1991; Carlo y cols.,
la violación indicaban una más alta acepta- 1992; Eisenberg y cols., 1995; Mestre y
ción del mito de la violación, ofrecían más cols., 1997; Alexander, 2001; Van Tilburg,
justificaciones para el incremento del uso Unterberg y Vingerhoets, 2002).
de la violencia contra las mujeres, eran más Un resultado incoherente con la teoría
bajos en empatía con respecto a la violación, y con otras investigaciones (Davis, 1983;
mantenían más actitudes estereotipadas de Hoffman, 1991; Davis y Franzoi, 1991;
género respecto a las mujeres y aceptaban la Eisenberg y cols., 1995; Mestre y cols.,
violencia interpersonal más que aquéllos que 1997) es el no descenso significativo con la
no presentaban dicha propensión. Por último, edad de la dimensión malestar personal de
Lisak e Ivan (1995) hallaron que los violado- la empatía. Como se recordará, el malestar

334 Apuntes de Psicología, 2004, Vol. 22, número 3, págs. 323-339.


A. Retuerto Pastor Diferencias en empatía en función de género y edad

personal se refiere al estado aversivo, de será la inclusión de procesos cognitivos (por


ansiedad o preocupación, que da lugar a una ejemplo, razonamiento moral, razonamiento
reacción egoísta centrada en uno mismo, prosocial), empatía y autorregulación emo-
cuando se perciben indicadores del malestar cional en el estudio de la conducta prosocial e
de otro/a. Esta experiencia de malestar per- inhibición de la conducta agresiva. Finalmen-
sonal conduce al sujeto a intentar aliviar su te, aparecerá también la empatía en cuanto
propio estado aversivo en lugar de ayudar al vinculada con la culpa e incluso ambas como
otro/a. Una posible explicación podría ser el motivadoras de la conducta prosocial.
argumento según el cual el malestar personal
refleja sobreactivación empática (Hoffman, Referencias
1982) y que las diferencias individuales en la
regulación de la emoción están relacionadas Alexander, K.L. (2001). Prosocial behaviors
con la tendencia a experimentar malestar of adolescents in work and family life:
personal (Hoffman, 1990; Eisenberg y Empathy and conflict resolution strate-
Fabes, 1990; Rothbart, Ahadi y Hershey, gies with parents and peers. Dissertation
1994; Davies, Stankov y Roberts, 1998; Abstracts International Section A: Huma-
Eisenberg, 2000). Otra posible explicación nities and Social Sciences, 61, 3367. US:
es que nuestros sujetos, en comparación con Univ. Microfilms International.
los de las investigaciones antes menciona- Atkins, M.W. (2000). The relationship of em-
das, están más inmersos en la consecución pathy and developmental maturity among
de los logros personales. La confluencia de a group of college students. Dissertation
la preocupación por la consecución de los Abstracts International Section A: Huma-
logros personales con la preocupación por nities and Social Sciences, 61, 876. US:
la comprensión del problema del otro/a y la Univ. Microfilms International.
ayuda al otro/a genera ansiedad o malestar Bandura, A. (1987). Pensamiento y acción.
personal, ante el cual el sujeto reacciona Barcelona: Martínez Roca.
intentándolo mitigar más que centrarse en Bandura, A., Barbaranelli, C., Caprara, G.V.
el estado emocional del otro/a y la ayuda al y Pastorelli, C. (1996). Mechanisms of
otro/a. Ello sería consistente con el hecho de Moral Disengagement in the Exercise of
que el malestar personal ha sido relacionado Moral Agency. Journal of Personality and
teóricamente con motivos egoístas y se ha Social Psychology, 77, 364-374.
asociado empíricamente con niveles bajos de Barnett, M.A. (1987). Empathy and related
conducta prosocial (Batson, 1991; Eisenberg responses in children. En N. Eisenberg y
y Fabes, 1991). J. Strayer (Eds.), Empathy and its deve-
Para finalizar señalamos las posibles lopment (págs. 146-162). Cambridge, In-
nuevas líneas de investigación en el ámbito glaterra: Cambridge University Press.
de la empatía tras realizar un análisis de la Batson, C.D. (1991). The altruism question.
bibliografía actual al respecto (base de datos Hillsdale, NJ: Erlbaum.
PsycINFO). En primer lugar, pensamos que Batson, C.D. y Coke, J.S. (1981). Empathy:
la investigación futura en empatía seguirá A source of altruistic motivation for
decantándose por la relación positiva entre helping? New Jersey: L.E.A.
autorregulación emocional y empatía. En Batson, C.D., Fultz, J. y Schoenrade, P.A.
segundo lugar, otra línea de investigación (1987). Las reacciones emocionales de
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