Está en la página 1de 3

¿Estamos en un dilema de innovador?

Una compañía puede perder competitividad y ver afectados sus niveles de productividad si
no sabe entender y lidiar con las transiciones o con las transformaciones de su industria,
sobre todo en estos tiempos de la Cuarta Revolución Industrial. Si no está preparada para
los cambios, no importa cuán centrada esté en el cliente o cuántos productos ofrezca en el
mercado. Para algunas empresas, la innovación es parte de su ADN, mientras que otras
requieren cambios en su estructura y su cultura corporativa para poder implementarla.

El problema de enfrentar los cambios tiene un nombre: “el dilema del innovador”. Según
Clayton Christensen, uno de los principales referentes en materia de innovación, este
dilema se presenta cuando las transformaciones del mercado toman por sorpresa a las
empresas y a estas se les dificulta adoptar las nuevas tendencias o tecnologías.

En el dilema del innovador, las empresas deben elegir entre: a) continuar con el negocio
tradicional y tener asegurados sus resultados; b) adoptar la innovación y cambiar el rumbo
de su negocio tradicional: si opta por este camino no tendrá nada asegurado.

Ante tal desafío, es común ver que las empresas establecidas y muy bien posicionadas opten
por lo seguro: continuar con el negocio tradicional y esto lo podríamos asociar al fenómeno
de la competencia con base en ventajas comparativas, tan común en nuestro medio
empresarial. En muchos casos nuestros directivos y nuestros modelos de negocio se han
fundamentado en mejorar lo que hacemos más o menos bien, operativamente entendido,
o solucionar situaciones de cambio y crecimiento normal sin preguntarnos si con lo que
hacemos estamos generando cambios verdaderamente disruptivos que vayan más allá del
deber ser de la lógica empresarial. Entre tanto, las pequeñas empresas y, sobre todo, las
nativas digitales (las empresas digitales de nueva creación) y las llamadas empresas
exponenciales ExO´s apuestan por innovar y cambiarlo todo, para desplazar así, en muchos
casos, a los grandes negocios.

“Mientras el mercado de consumo de las tecnologías disruptivas va desarrollándose, para


el momento en que la mayor parte de las compañías lo implementan ya es muy tarde para
beneficiarse y ya no serán innovaciones sino los “must” del negocio mientras al interior de
la compañía se sigue creyendo que se trata de una innovación. Las empresas “más
pequeñas” ( en términos de infraestructura y burocaracia) han respondido primero y han
tomado el liderazgo”, explica Christensen.

¿Cuál es la razón? Las startups, así como las pequeñas empresas, dejan a un lado el miedo
de perder. Las empresas establecidas, por su parte, emplean métodos y paradigmas
comprobados y llenos de complejidades y miedos que se resisten a derribar.

1
Fuente: Clayton Christensen; Grupo Bancolombia, adaptación propia para la discusión y análisis del
programa de formación de innovación y liderazgo
“Xerox, Sears y Digital son algunas de las empresas líderes que fracasaron cuando debieron
adaptarse a los abruptos cambios tecnológicos. Precisamente porque estas firmas
escucharon a sus clientes e invirtieron en estudiar cuidadosamente las tendencias del
mercado y se dedicaron básicamente a mejorar, pero perdieron sus posiciones de liderazgo
mientras que otras empresas innovaron en el desarrollo de nuevos productos o servicios”,
sostiene Christensen en su libro El dilema del innovador.

Además de estos tres ejemplos, es necesario mencionar las caídas de Blockbuster, que no
prestaron suficiente atención a las nuevas tecnologías y “comportamientos” de sus
mercados y se resistieron a hacer las transformaciones pertinentes. ¿Se rindieron ante el
dilema del innovador?

Honda y Yamaha, por ejemplo, fueron pioneras en las motos tipo scooter. Las reconocidas
Harley-Davidson y BMW subestimaron este tipo de motos, por lo que perdieron la
oportunidad de crecer en un nuevo mercado.

Hay muchas “clasificaciones” para la innovación, pero desde la perspectiva de lo que


estamos tratando, existen dos tipos:

1. Innovar para adaptar: es el crecimiento o la mejora de rendimiento de las


tecnologías ya existentes (progreso incremental). Las empresas que innovan para
adaptar se centran en satisfacer las necesidades de los clientes y en no alterar
demasiado su propio negocio ni alterar el rumbo de la industria. Prefieren incluso
ser gregarios y no líderes de industria.
2. Innovar para transformar: las empresas que optan por esta estrategia ofrecen
opciones usualmente desconocidas por el público. Es el ámbito de las tecnologías
disruptivas o modelos de negocio disruptivos, que pueden resolver problemas de
una forma totalmente nueva o crear nuevas necesidades.

Las empresas que innovan para transformar no solo se fijan en las necesidades
inmediatas del cliente, pues, como las innovaciones son disruptivas, el cliente ni
siquiera sabrá si le interesa el producto o qué utilidad darle. Entonces se presenta el
dilema del innovador: ¿continuar con la idea o inhibirse ante el rechazo de un cliente?

¿Cómo superar el dilema del innovador en tiempos que exigen que las empresas estén a la
vanguardia y desarrollen nuevas soluciones?

1. Adoptar la metodología lean startup. Esta metodología prepara a una empresa


para que cambie su estrategia ante las transformaciones del mercado.

Para lidiar con el dilema del innovador se recomienda pivotar o iterar


constantemente. Así se puede conocer el mercado y el grado de disrupción que los
clientes pueden asumir con el producto. Esto evita invertir en proyectos que los
clientes no son capaces de poner en práctica o que simplemente no les interesan.
2. Determinar si el producto atiende o crea una necesidad de mercado. Con esta
estrategia se realiza un análisis de viabilidad del producto y un estudio del público al
que se pretende atender. ¿Existe un mercado para lo que se va a ofrecer? Y si es así,
¿hay espacio para introducir esta solución? Pivotar y consultar con los clientes
potenciales ayudará a conocer las necesidades del mercado.

Esta estrategia ayudará también a comprender si la oferta es realmente una


transformación o si se trata de una mejora incremental.

3. Prestar atención a las oportunidades de los nuevos canales de distribución. La


mayor innovación de Zynga fue aprovechar Facebook como su canal de distribución
antes de que las compañías de juegos tradicionales pudieran siquiera nombrar a Mark
Zuckerberg.

Internet es una plataforma para crear productos disruptivos y, lo que es más importante,
para desarrollar y aprovechar nuevos canales de distribución. Por ello las empresas deben
observar el mercado y hacer los cambios necesarios para sobrevivir.

El dilema del innovador se plantea


cuando las transformaciones del
mercado toman por sorpresa a las
empresas y a estas se les dificulta
adoptar las nuevas tendencias o
tecnologías.

También podría gustarte