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Saborizantes artificiales y naturales

Todos tratamos de ser más conscientes con nuestra alimentación, tratamos de


comer orgánico lo más que se pueda, reducimos el consumo de alimentos
procesados, leemos las etiquetas para elegir alimentos con la menor cantidad de
ingredientes, o para identificar ingredientes de origen animal o reducir el consumo
de ingredientes que ni podemos pronunciar o leer, etc. Aun así, con todo estos
esfuerzos, hay ingredientes que los pasamos por alto. Cuantos de nosotros
leemos los términos “saborizante natural” o “saborizante artificial” sin pensar dos
veces cuál es su significado. Si te preguntaran escoger entre estos dos ¿Cual
escogerías? Muchos escogeríamos natural, ya que lo relacionamos con sano,
bueno, de la naturaleza y el termino artificial lo relacionamos con algo dañino o
malo. Esta respuesta es muy normal, pero ¿estamos en lo correcto? Lo que
significan para nosotros, no necesariamente significan lo mismo para los
productores de estos alimentos.
La FDA creó una definición oficial:
Saborizantes Naturales:
Son sustancias obtenidas de fuentes naturales (animal y vegetal) y por lo
general son de uso exclusivamente alimenticio por métodos físicos tales como
extracción, destilación y concentración.
Saborizantes Artificiales:
Al contario, son cualquier sustancia que no entre en la definición de saborizantes
naturales.
Ultimadamente la diferencia entre estos dos está relacionada solamente en la
fuente original de ese químico. El producto final es siempre un compuesto hecho
por el hombre. Los flavoristas o ingenieros del sabor, combinan docenas o a veces
cientos de químicos diferentes en el laboratorio para obtener un sabor similar a
cierto alimento.
Los productores de estos alimentos llevan el término “natural” más allá ya que
saben que es un término que el público quiere oír.
Entonces ¿por qué tenemos saborizantes naturales y artificiales?
Muchos de los sabores que se encuentran en la naturaleza son difíciles de copiar.
Las frutas y verduras contienen muchísimos compuestos químicos para tener ese
sabor que las distinguen. La naturaleza es sabia.
Como consumidores veganos, es un poco preocupante no saber que está en la
comida que comemos. Desafortunadamente no hay forma de identificar si el
saborizante o aditivo es de origen animal o vegetal, a menos que el producto lo
especifique.
¿Qué podemos hacer?
• No caigas en la trampa del término “natural”. Lee las etiquetas
• Se dice fácil, pero intenta no comprar productos con términos como:
Castoreum (usado extensamente en perfumería y en alimentos), Ambergris,
Harina de hueso, Carbón de hueso, Carmina, Caseína, Caseinato,
Colchicina, Colágeno (colorante #E120), Sella, Elastina, Isinglass, etc. La
lista puede ser de varias hojas, pero aquí te dejo varios artículo con más
información. Eco Sofia, The Vegan Society y PETA.
• Compra alimentos lo más cerca de su estado natural, frescos
• No compres enlatados o envases con cualquier tipo de saborizantes
• Contacta la compañía y pregunta si pueden reformular el producto para
eliminar estos químicos o al menos preguntar cuál es el origen del
saborizante o aditivos.

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