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Las micropipetas se emplean en química clínica, farmacia y biología, entre otros campos en
los que se necesita dispensar pequeños volúmenes, generalmente del orden de microlitros.
Dado que en muchas de estas operaciones una variación de volumen muy pequeña puede
ocasionar un error muy grande, es importante que el pipeteo sea confiable, para lo cual se
debe mantener calibradas las micropipetas.
Es importante señalar que no es lo mismo calibrar un pipeta que “probar” una pipeta, aunque
los métodos se solapen un poco. Probar una pipeta es una operación rutinaria en la que se
verifica que la pipeta esté cumpliendo con su función, es decir verificar que el volumen
indicado en la pipeta sea el mismo que la pipeta este dispensando realmente; procedimiento
que debería ser realizado regularmente por el usuario. Calibrar (una pipeta), procedimiento
que puede ser realizado por el usuario o por un laboratorio especializado, es un
procedimiento en el cual se establece la relación entre el volumen dispensado y el volumen
nominal del instrumento. De este modo, la calibración se puede dividir en dos partes: una
parte de “evaluación” y una parte de ajuste.
El cuarto método, el “método sin evaporación y con aceite”, también se basa en la ISO 8655 y
es similar al anterior. En este método, el recipiente se llena con aceite hasta una altura de 5
milímetros, se dispensa el volumen a evaluar teniendo cuidado de que el agua dispensada
quede debajo del aceite y se pesa. El proceso se repite diez veces, pesando antes y después
de cada dispensado. Como el aceite prácticamente no se evapora (debido a su alta presión
de vapor), la evaporación del agua dispensada se desprecia y se realizan los cálculos. Es
importante notar que toda el agua dispensada debe quedar debajo del aceite para evitar la
evaporación, asimismo no se debe dispensar por las paredes.
En un estudio realizado en el 2007 se encontró que el método más confiable y con menor
incertidumbre era el “método sin evaporación”, además de ser uno de los más rápidos y no
requerir de ninguna corrección del volumen pesado.
Hay que tomar en cuenta que, debido a los pequeños volúmenes que se pesan, es
importante contar con una balanza cuya sensibilidad sea apropiada, es decir, una balanza
analítica que a su vez debe ser apropiadamente controlada. Asimismo las condiciones
ambientales deben estar controladas: no deben haber corrientes de aire (pueden interferir en
la lectura de la balanza), la temperatura debe ser estable entre 15° y 30°C (la densidad del
agua varía con la temperatura), la humedad relativa debe ser mayor al 50% (para disminuir la
evaporación del agua), y la presión atmosférica debe mantenerse a 101.3±2.5 kPa (la presión
atmosférica también afecta la evaporación del agua).