Está en la página 1de 4

Calibración de Micropipetas por el Método Gravimétrico

Juan Carlos Sakihara

Interno TM en el INSN - UNMSM

Las micropipetas se emplean en química clínica, farmacia y biología, entre otros campos en
los que se necesita dispensar pequeños volúmenes, generalmente del orden de microlitros.
Dado que en muchas de estas operaciones una variación de volumen muy pequeña puede
ocasionar un error muy grande, es importante que el pipeteo sea confiable, para lo cual se
debe mantener calibradas las micropipetas.

Es importante señalar que no es lo mismo calibrar un pipeta que “probar” una pipeta, aunque
los métodos se solapen un poco. Probar una pipeta es una operación rutinaria en la que se
verifica que la pipeta esté cumpliendo con su función, es decir verificar que el volumen
indicado en la pipeta sea el mismo que la pipeta este dispensando realmente; procedimiento
que debería ser realizado regularmente por el usuario. Calibrar (una pipeta), procedimiento
que puede ser realizado por el usuario o por un laboratorio especializado, es un
procedimiento en el cual se establece la relación entre el volumen dispensado y el volumen
nominal del instrumento. De este modo, la calibración se puede dividir en dos partes: una
parte de “evaluación” y una parte de ajuste.

Dentro de la evaluación del volumen dispensado, el método más sencillo es el gravimétrico,


que consiste en el pesado de una cantidad de líquido dispensada con la pipeta. Si se conoce
el peso del líquido dispensado y la densidad del mismo, se puede calcular el volumen
descargado y ajustar la pipeta de acuerdo a dicho volumen. Cabe resaltar que la elección del
procedimiento se hace dependiendo del volumen a evaluar, mientras más pequeño el
volumen, más exigente debe ser el método.

El método gravimétrico puede dividirse asimismo en cuatro métodos. En el primer método, el


método “normal”, basado en la ISO 4787 y la ISO 8655, se emplea un tip para cargar y
descargar agua 5 veces con el objetivo de saturar la humedad relativa del aire en el interior
de la pipeta. Luego, con un tip nuevo, se dispensa el volumen a evaluar y se determina
mediante su peso (restando el peso del recipiente con el volumen dispensado y el recipiente
seco). El recipiente es limpiado y se repite el proceso diez veces. La media de las diez
pesadas es una medida del volumen dispensado por la pipeta.

El segundo método, el “método de la evaporación”, se basa en la ISO 7655 y consta de un


proceso de humidificación igual que el primer método, seguido de un dispensado del volumen
a evaluar en un recipiente que contenga agua a una altura de 3 milímetros. Se realiza el
pesado antes y después del dispensado y se vuelve a dispensar en el mismo recipiente (el
peso dispensado se calcula restando el peso después de dispensar y el peso antes de
dispensar). El procedimiento se repite diez veces y se controla el tiempo que tarda todo el
procedimiento. Se deja el recipiente al ambiente durante el mismo tiempo que tardó el
procedimiento y se controla la variación del peso debido a la evaporación; el valor del peso
perdido por evaporación se divide entre diez y se añade al valor de las mediciones anteriores.
El tercer método, el “método sin evaporación”, se basa también en la ISO 7655 pero no toma
en cuenta la evaporación del agua, siendo igual al segundo método, excepto por la medición
de la pérdida de agua por evaporación al final.

El cuarto método, el “método sin evaporación y con aceite”, también se basa en la ISO 8655 y
es similar al anterior. En este método, el recipiente se llena con aceite hasta una altura de 5
milímetros, se dispensa el volumen a evaluar teniendo cuidado de que el agua dispensada
quede debajo del aceite y se pesa. El proceso se repite diez veces, pesando antes y después
de cada dispensado. Como el aceite prácticamente no se evapora (debido a su alta presión
de vapor), la evaporación del agua dispensada se desprecia y se realizan los cálculos. Es
importante notar que toda el agua dispensada debe quedar debajo del aceite para evitar la
evaporación, asimismo no se debe dispensar por las paredes.

En un estudio realizado en el 2007 se encontró que el método más confiable y con menor
incertidumbre era el “método sin evaporación”, además de ser uno de los más rápidos y no
requerir de ninguna corrección del volumen pesado.

Hay que tomar en cuenta que, debido a los pequeños volúmenes que se pesan, es
importante contar con una balanza cuya sensibilidad sea apropiada, es decir, una balanza
analítica que a su vez debe ser apropiadamente controlada. Asimismo las condiciones
ambientales deben estar controladas: no deben haber corrientes de aire (pueden interferir en
la lectura de la balanza), la temperatura debe ser estable entre 15° y 30°C (la densidad del
agua varía con la temperatura), la humedad relativa debe ser mayor al 50% (para disminuir la
evaporación del agua), y la presión atmosférica debe mantenerse a 101.3±2.5 kPa (la presión
atmosférica también afecta la evaporación del agua).

Finalmente, si en la evaluación se encuentra que el volumen nominal no concuerda con el


volumen calculado a partir del peso, se ajusta la pipeta con un instrumento adecuado
proporcionado por el fabricante.

Todos los instrumentos de laboratorio son


herramientas muy precisas para la construcción y
el desarrollo de las investigaciones que se
relacionan con una amplia variedad de industrias y
ciencias, desde la farmacéutica, la alimenticia, de
la salud, la química, la de los combustibles, entre
muchas otras, es por ello por lo que no pueden
tener un margen de error que se pueda atribuir a
otros factores externos.
Los equipos que más atención requieren son los
aparatos de medición, a los cuales se les requiere
tener en un permanente mantenimiento, sobre todo
a los equipos que se utilizan de manera frecuente,
puesto que se ha convertido en un problema
frecuente que la calibración de los instrumentos
termine impactando en las investigaciones, pero
también es algo muy fácil de prevenir con la
programación de los adecuados mantenimientos
preventivos y correctivos.
Otra razón para realizar la calibración de los
equipos de laboratorio es para realizarles un
mantenimiento preventivo en el laboratorio;
después de ciertos usos o periodos de tiempo los
equipos de medición pueden descalibrarse por una
amplia variedad de factores, desde los más
básicos, como los ambientales o el desgaste del
mismo equipos, hasta el entrar en contacto con
otros elementos para los que no fueron diseñados,
es por ello por lo que deben realizarles un
mantenimiento preventivo con frecuencia,
recalibrando los equipos.
También puede existir un aumento en el uso de los
consumibles para laboratorio, lo que puede
aumentar los costos de producción y operativos de
los laboratorios y las empresas. Los resultados que
arrojen los equipos serán poco confiables, e
incluso pueden derivar en problemas legales al no
cumplir con las normativas básicas que se
establecen, así como pueden tener productos o
resultados defectuosos que reduzcan la calidad.
Principalmente debido a los estudios de quimica
analitica, pues estos requieren muestras
extremadamente pequeñas para analizar. Sin la
existencia de la micropipeta no solo sería
complicado tomar los volúmenes adecuados de las
sustancias en estos casos, sino también peligroso;
esto, por el riesgo de absorción de la sustancia del
anterior método.

También podría gustarte