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FUNDACION UNIVERSITARIA PANAMERICANA

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 1

TUTOR
SANDRA PATRICIA HERNANDEZ RINCON

ESTUDIANTE

DIANA SOFIA RAMIREZ TORRES


FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
OPERACIÓN DE COMPENSACIONES Y SALARIOS
TECNICA PROFESIONAL EN OPERACIONES ADMINISTRATIVAS Y FINANCIERAS DE LA SALUD
BOGOTA D.C
2019

ACTIVIDAD
Realizar la lectura de los documentos que hablan sobre el trabajo su evolución, las nuevas tendencias del trabajo, de igual forma
sobre las diferentes teorías salariales y efectuar los siguientes puntos
 Realizar referentes teóricos que hablen sobre el trabajo y su aporte a la sociedad.
Tal como ya se vio en los bloques precedentes, tanto Adam Smith, como Karl Marx, Max Weber o Émile Durkheim, son considerados
por la comunidad científica, inequívocamente, como los principales autores fundadores de las ciencias sociales y, en particular, de
la propia sociología.
Aunque el trabajo —y las relaciones laborales, como campo específico de estudio, al menos, tal como lo conocemos hoy— no
constituyeron el único objeto de estudio de estos cuatro autores, todos ellos participaron, en mayor o menor grado, en la observación
directa de los profundos cambios que transformaron las formas de la organización social de las actividades laborales que habían
regido hasta aquellos momentos.
1. ADAM SMITH Y LA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO
El filósofo escocés Adam Smith (1723-1790) está considerado el «padre» de la economía por la mayoría de las academias de
ciencias económicas del mundo actual. Aun sin ser un clásico vinculado a la Sociología, ni ejercer como tal en su perspectiva de
análisis de los eventos económicos que sucedían a mediados y finales del siglo XVIII, no por ello su augurada y perspicaz
contribución sobre la división internacional del trabajo entre las naciones ha de desestimar su inclusión como autor clásico de
referencia en la sociología del trabajo y de las relaciones laborales, en la medida que avanzó lo que —unos años después, y en
pleno período colonial y despegue de la Revolución industrial en Europa— sería la nueva forma de organizar la producción e
intercambio internacional de los bienes entre los países que los producían y los que los consumían, algo que de inmediato sería de
aplicación a la hora de diseñar la organización del trabajo que se instauraría dentro de las fábricas industriales.
Según Smith, el trabajo fabril generará un enorme progreso de la humanidad. La división del trabajo combinada con la nueva
maquinaria mecánica será la clave del desarrollo del capitalismo, porque dará lugar a un aumento de la productividad extraordinario
como consecuencia de:
a) Elevar la destreza de los trabajadores como consecuencia de la reducción de sus tareas a una única operación.
b) Ahorrar tiempo porque evitará pasar de una tarea a otra.
c) Utilizar máquinas mecánicas que facilitarán y reducirán el trabajo, permitiendo que un hombre realice el trabajo de varios (MARTÍN
y KHÖLER, 2005: 70).
Finalmente, apuntar que, a diferencia de lo que afirma la teoría económica clásica —aún hoy vigente en muchas de las universidades
actuales— cuando atribuye a Smith la paternidad de que el salario es el resultado de la oferta y demanda de trabajo que existe en
el mercado de trabajo en un momento y lugar determinados, cabe señalar que, aunque la concepción que tenía éste sobre la
formación del salario aceptaba la influencia de ese mercado, no por ello nunca dejó de remarcar que el salario era, al final, la
consecuencia de la relación de poder asimétrica que había ya en su época entre los empresarios y los trabajadores: […] El salario
del hombre ha de alcanzar, por lo menos, para su mantenimiento […] El operario desea sacar lo más, el empresario dar lo menos.
Pero no es difícil de prever cuál de estos dos partidos, en ciertas ocasiones, habrá de llevar la ventaja […] Los empresarios o dueños,
con menos en número, pueden con más facilidad concertarse, además de que las leyes, por lo general, autorizan en éstos las
combinaciones, en los otros las prohibiciones […] En semejantes contiendas, no pueden dejar de llevar siempre las ventajas los
dueños. Un señor de tierras, un labrador, un fabricante o un comerciante rico, aunque en todo un año no empleen trabajador alguno,
por lo general tendrán con qué mantenerse […] Muchos, o los más de los operarios o trabajadores, no podrán mantenerse una
semana; pocos podrán subsistir un mes sin trabajo, y apenas habrá uno que lo pueda hacer un año entero. A largo espacio de
tiempo, tanto el trabajador, como el fabricante, el comerciante y el hacendado, se necesitarán recíprocamente, pero nunca será en
los segundos esta necesidad tan inmediata […]» (SMITH, 1776, 121).
2. MARX Y EL SISTEMA DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA

La obra de Karl Marx (1818-1883) es una de las más abundantes y polifacéticas de todos los pensadores sociales que han existido
en la historia contemporánea del mundo occidental, y ha ejercido una de las mayores, si no la mayor, influencia en los ámbitos
políticos, económicos e intelectuales, especialmente durante el siglo XX una vez fallecido éste. Sus escritos, a menudo, junto a
Freidrich Engels (1820-1895), expresan una línea de continuidad entre los acontecimientos de la Revolución francesa y la Revolución
rusa de octubre de 1917, un período que abarca a casi ciento treinta años.
Desde bien joven, Marx fue influido por el pensamiento de Saint-Simon y, sobre todo, por el de Hegel y Feuerback, de los cuales
tomó algunas de las ideas con las que elaboró su tesis doctoral sobre la filosofía de Demócrito y Epicuro, leída en la Universidad de
Berlín en 1841.
El análisis que hace Marx de la alienación en la producción capitalista parte del hecho de que, cuanto más avanza el capitalismo,
más se empobrecen los trabajadores.
Con relación a la teoría de la plusvalía, Marx inicia su razonamiento en su obra El Capital, subrayando que el capitalista no se limita
a producir mercancías para sus propias necesidades, o para las necesidades de los individuos con quienes está en contacto personal,
sino que lo hace para intercambiarlas por otros productos en el mercado con un valor de cambio, en principio menor, para, a partir
de obtener un mayor valor de cambio por ese intercambio, volver a invertir en la producción de más mercancías, en un proceso
continuo de acumulación de capital.
De todo lo anterior aparece el concepto de «trabajo socialmente necesario». Se trata, según Marx, de la medida con la que se puede
cuantificar y comparar el trabajo abstracto que contienen las mercancías producidas bajo el sistema capitalista, siendo susceptible
de conocerse mediante un estudio empírico concreto en cada sociedad. Según esto, el tiempo de trabajo «socialmente necesario»
es el que se requiere para producir una mercancía en las condiciones normales de producción, con lo que según fuese necesaria
esa mercancía se podría deparar que el trabajo socialmente necesario que se requiere para producirla se redujera y, por tanto, que
su valor de cambio disminuyera también.
De ello se deduce que todos los trabajadores (el proletariado) están explotados, por lo que constituyen una clase social por sí misma.
No obstante, Marx admite que todos sus integrantes no actúan como tal. Eso sólo sucederá cuando abandonen su «falsa conciencia»
y se den cuenta de los intereses que comparten en común. Sólo de esa forma será posible que los trabajadores derroquen a la
burguesía y sean ellos los que alcancen el poder en una nueva sociedad sin diferencias de clase e igualitaria: el socialismo.
Una de las principales críticas que se han realizado a Marx consiste en el supuesto de que los seres humanos llegan a su plenitud
a través de su trabajo. Es a través de él como se crea el mundo social de los humanos. Ésta constituye la base de lo que Marx
denominará el «materialismo» histórico.
Marx afirma que si sube la demanda de un producto, los productores de otros productos tenderán a producir aquel producto, de
modo que con el tiempo el precio volverá a acomodarse a su valor. Y ese valor está en relación a la magnitud del trabajo socialmente
necesario materializado en cada mercancía. De hecho, los precios de las mercancías no dejan de apoyarse en su valor, a pesar de
que puedan oscilar coyunturalmente.
Por tanto, siguiendo de nuevo a Marx, la relación laboral en el capitalismo queda, inevitablemente, marcada por el conflicto inherente
al propio sistema: mientras el trabajador intentará maximizar el margen de autonomía que le queda (la potencialidad de sus
cualificaciones, su integridad física, etc.), para minimizar el trabajo efectivo, la dirección intentará (por diversos caminos) disminuir
esa autonomía al máximo posible y maximizar ese trabajo (productividad). En definitiva, aquella parte que mayor fuerza posea en
cada lugar y momento será la que establecerá las condiciones de trabajo y el precio de la relación laboral.
3. MAX WEBER Y LA RACIONALIDAD DEL CAPITALISMO
En su tesis doctoral, Max Weber (1864-1920) ya apuntaba sus intereses intelectuales cuando disertó sobre las disposiciones jurídicas que regulaban la empresa
comercial de las ciudades de Génova y Pisa durante la Edad Media, en la que mostraba cómo el capitalismo comercial que se había desarrollado en éstas
llevaba ya consigo la formulación de los principios legales que reglamentarían la distribución del riesgo y las ganancias de aquellos que participaban de los
negocios empresariales (GIDDENS, 1977: 207). Esta tesis y otros escritos posteriores irían configurando lo que sería el centro de interés de la obra de Weber:
la naturaleza de las características específicas de la empresa y del capitalismo moderno en Europa occidental y las condiciones que rigieron su aparición y
desarrollo.

Según Weber, el trabajador «tradicionalista» (precapitalista) no piensa en maximizar su jornada de trabajo, sólo tiene en cuenta el trabajo que ha de realizar
para cubrir sus necesidades cotidianas: «[…] Lo que el hombre quiere por naturaleza no es ganar más y más dinero, sino vivir pura y simplemente, como
siempre ha vivido, y ganar lo necesario para seguir viviendo […]» (WEBER, 1975: 59). No es que el tradicionalismo católico ni las culturas antiguas hayan estado
reñidos con la codicia y la avaricia humana. El desenfreno, el lucro o el egoísmo se han desarrollado en todos los períodos históricos.

Ahora bien, es entre los seguidores del calvinismo donde Max Weber encuentra la máxima tensión en la relación del individuo con el trabajo, su vida cotidiana
y Dios. Entre las diversas corrientes englobadas en el —por Weber denominado— «protestantismo ascético» (calvinismo, metodismo, pietismo y sectas
baptistas), es dentro de la primera donde se manifiesta la mayor presión de la predestinación sobre la vida del creyente. Se trata de algo irrevocable, sobre lo
que el hombre nada puede hacer por evitarlo (GIDDENS, 1977: 218).

En consecuencia, según Max Weber, los orígenes del capitalismo deben buscarse en la ética religiosa que se desarrolló especialmente entre el calvinismo: la
racionalización de la conducta humana sobre la base de la idea vocacional-profesional del trabajo. Otra cosa muy distinta es que, como el propio Max Weber
confesara al final de esta obra: «[…] El ascetismo se propuso transformar el mundo y quiso realizarse en el mundo. No es extraño, pues, que las riquezas de
este mundo alcanzasen un poder creciente e irresistible sobre los hombres, como nunca se había conocido en la historia. El estuche ha quedado vacío de
espíritu, quién sabe si definitivamente. En todo caso, el capitalismo victorioso no necesita ya de este apoyo religioso, puesto que descansa en fundamentos
mecánicos […] Y la idea del “deber profesional” ronda por nuestra vida como un fantasma de ideas religiosas ya pasadas […]» (WEBER, 1975, 258).

Desde otra óptica, Max Weber coincide con Marx en que el capitalismo es una forma social eficaz, muy superior a las habidas hasta entonces, por la aplicación
de la «racionalidad» a los medios de producción que éste hace, y por su capacidad para acumular mucha más riqueza que cualquier otro sistema de producción
anterior, aunque eso fuera a cambio de dominar y controlar a individuos formalmente libres para que colaborasen para con ese objetivo.

Según Weber, la contratación laboral en el marco capitalista se desarrolla racionalmente gracias a que la fuerza de trabajo es libre de contratar con el
capitalista, quedando éste igualmente libre de cualquier compromiso con su mantenimiento y cuidado, lejos de lo que sucedía con los sistemas de producción
feudal y, en cierto modo, del esclavista. Eso no significa que, para Weber, el mercado de trabajo capitalista no dejara de ser un terreno de lucha y competencia
entre partícipes (contratante y contratado) por el valor del salario y, por tanto, resultado del poder de las partes.

Para Weber, el mercado de trabajo, como el resto de mercados, no es un mecanismo que funciona automáticamente a partir de la demanda y la oferta (como
sostendrán los autores de la teoría económica neoclásica), sino que es una institución social regulada por los grupos de poder prominentes de cada sociedad,
de cuyo resultado surgirán los acuerdos o convenios colectivos entre las partes. Y eso es consecuencia lógica de la aplicación de la racionalidad capitalista,
asegurará Weber. De lo contrario, sólo cabe esperar la «anarquía autodestructiva» inherente a todo mercado desregulado.

4. ÉMILE DURKHEIM, LA DIVISIÓN DEL TRABAJO Y LA SOLIDARIDAD ORGÁNICA


Durkheim encabezará el paradigma metodológico positivista —equiparándolo a las ciencias naturales— basado en el análisis objetivo (desde «fuera») de los
«hechos sociales» colectivos, en oposición al paradigma comprensivo liderado por Weber, basado en el análisis subjetivo (desde dentro) de la acción social
individual.

Coincidiendo con Smith en la bondad de la división del trabajo, se distinguirá de él, en cambio, por entender que es positiva porque es el mejor mecanismo
para alcanzar la solidaridad «orgánica» en la sociedad moderna, no para aumentar la productividad y la riqueza.

Según Durkheim, la teoría utilitarista es incapaz de dar cuenta de la base de solidaridad moral que existe en las sociedades modernas, y es también engañosa
como teoría de las causas del incremento de la división del trabajo (GIDDENS, 1977: 145). El incremento de la especialización no proviene del aumento de la
riqueza material. Más aún, la riqueza no sólo no cubre las necesidades humanas, sino que no lleva a los hombres a la felicidad. Si bien es cierto que el hombre
moderno dispone de una variedad de placeres antes desconocidos, éstos quedan compensados en exceso por las fuentes de sufrimiento que no existían en
las formas de sociedad anteriores a la capitalista, como es el caso del suicidio (DURKHEIM, 1967: 210).

En ese sentido, la división social del trabajo se convierte en una condición para la existencia de la nueva sociedad porque asegura la cohesión social, y eso
tiene un carácter «moral», es decir, una mayor densidad «moral» o intensidad de la interacción social que supera al lujo superfluo de la productividad
económica (DURKHEIM, 1967, 61).

Por lo que se refiere al primero de ellos, Durkheim concibe la sociedad como un organismo armónico y equilibrado, para lo cual utiliza la teoría del organicismo,
en la que se equipara al funcionamiento de la sociedad, con el de los organismos vivos, cuyos órganos funcionan en armonía entre sí, cumpliendo cada uno
su función específica para que funcione bien la totalidad del cuerpo del organismo.

Para él, la sociedad es un «cuerpo social vivo» que, por naturaleza, tiende al equilibrio, y cuando aparecen conflictos sociales, es porque surgen situaciones
«patológicas» que se apartan de la «normalidad», a pesar de que luego desaparecen para volver a esa «normalidad». El organismo reparte las funciones entre
sus órganos de forma natural y equilibrada, de modo que cada órgano no aspira a otra cosa que a la que le corresponde. Esta visión de la sociedad como
cuerpo orgánico constituye una perspectiva mucho más alejada de la actualidad que la que Marx y Weber ofrecieron en su momento.

De hecho, aunque detecta que los problemas que genera la división del trabajo en la nueva sociedad industrial se producen por la organización taylorista del
trabajo, no analiza a fondo ese tipo de problemas, y se centra en las consecuencias sociales «externas» que se acaban derivando de esa forma de organizar el
trabajo, es decir, en el individualismo y la desigualdad y, por tanto, en la desintegración social de la vida moral de la sociedad moderna. Por lo que se refiere
al segundo campo, Durkheim, partiendo de las ideas aportadas previamente por Spencer, define dos tipos de solidaridad social:

• Solidaridad mecánica: es la propia de las sociedades tradicionales y agrarias, donde existe poca división del trabajo, con una conciencia colectiva común y
una fuerte cohesión, donde el individuo queda ligado directamente a la comunidad, sin que se le permita desviación social alguna.

• Solidaridad orgánica: es la propia de la sociedad moderna industrial, con una gran división del trabajo, donde la especialización funcional y productiva
provoca un mayor individualismo social, pero que se contrarresta por la mayor interdependencia que, a su vez, genera esa misma especialización. La mayor
necesidad de unos de otros dentro del «organismo» (solidaridad orgánica), es lo que sustituirá los lazos mecánicos de solidaridad. Ya no se castiga la desviación,
lo diferente, sino que se acepta lo distinto, en todo caso se resocializa.

Para Durkheim, ni las patronales, ni los sindicatos, podían ejercer de intermediarios, debido a su carácter de asociación privada, carentes de autoridad legal,
por lo que, según él, carecían de la capacidad pública para imponer la moral y garantizar su cumplimiento, además de que los convenios que éstos firmaban
sólo reflejaban el estado de la fuerza económica que cada uno tenía en cada momento.

 Cuáles son las nuevas nociones del trabajo e ilustre con un ejemplo real de las nuevas tendencias del trabajo
NOCIONES GENERALES DE TRABAJO

TRABAJO POR CUENTA PROPIA


ETIMOLOGIA Es el que uno realiza por sí mismo.
TRABAJO.- Del latín trabis=traba, CLASES DE Este trabajo NO está regulado por la
obstáculo una barrera por vencer. TRABAJO ley general del trabajo.
LABORALE= labrar la tierra.
TRABAJO POR CUENTA AJENA
Trabajar para otra persona, trabajar
CONCEPTO
por encargo de alguien.
Es toda labor toda tarea toda actividad
todo esfuerzo humano físico psíquico
orientado a conseguir algo.
TRABAJO POR CUENTA AJENA LIBRE TRABAJO POR CUENTA AJENA
O INDEPENDIENTE SUBORDINADO Y DEPENDIENTE
VALORACION DEL TRABAJO
El trabajo por cuenta ajena libre, no Es aquella actividad por la que un trabajador
El trabajo se ve con distintos ojos
lo hace de manera subordinada, no cumple realiza una labor, bajo condiciones
dependiendo de el momento la actividad
está sujeta por la potestad de otro. de subordinación y dependencia.
la religión.
NO está al alcance del derecho del Estos SI son estudiados por el derecho del
SOCIAL, Es un medio de realización.
trabajo. trabajo. Este es estudiado por el derecho
ECONOMICO, el trabajo es el motor de la
laboral porque el trabajador tiene una
economía.
relación con el empleador.
JURIDICO, es un deber y una obligación.
RELIGIOSO, en el antiguo testamento el ES ESTUDIADO POR EL DERECHO DEL TRABAJO
trabajo es un castigo, en el nuevo La ley general del trabajo estudia y analiza los
testamento es una bendición. derechos laborales, trabajador-empleador, la ley
CONCEPTO DE DERECHO DE TRABAJO general del trabajo llega a Bolivia a determinados
Es una rama del derecho social que se sectores de trabajadores.
encarga de estudiar las relaciones
emergentes que hacen al trabajo
SECTOR PRIVADO SECTOR PUBLICO
subordinado y todas la consecuencias que
esta relación genera.
EXEPTO EL TRABAJO ASALARIADO DEL CAMPO ALGUNOS SECTORES COMO

SI ESTAN EN LA LEY GENERAL DEL TRABAJO  Universidades públicas.


 Los gomeros  Empresas públicas (Boa, Entel, etc.)
 Los castañeros  Trabajadores en caminos.
 Los zafreros (azúcar)  Trabajadores de la CNS.
 Los algodoneros (textil)
 Las familias cautivas y empadronadas.
NO ESTAN REGULADOS POR
Están en la LGT porque tienen que ver con la
LA LEY GENERAL DEL TRABAJO
industria.
Pero están con ciertos derechos.
 POLICIAS, están regulados por el estatuto
orgánico de la policía.
 SERVIDORES PUBLICOS, están regulados
por el estatuto del servidor público.
 MILITARES, están regulados por el
estatuto de las fuerzas armadas.
 Y otros, etc.
 Realizar una línea del tiempo sobre las diferentes teorías de salario hasta nuestros días

se basa en la
Conocida
necesidades
expuesta por tambien
teoria de la basicas del
David como salario
subsistencia trabajo y su
Ricardo natural o Ley
familia para
Bronce
subsistir

Dos categorias
de trabajo: Trabajo
solamente Trabajo
* Trabajo necesario: suplementario:
Teoria de Karl expuesta por socialmente Produce los Genera la
Marx Karl Marx necesario medios ganancia de la
* Trabajo necesarios de cual se apropia
Suplementario subsistencia del el capitalista
trabajador
Dos Factores Capital: Poblacion:
fundamentales Destinada por Numero de
Teoria Fondo expuesta por : El monto del los empresarios personas que
de Salarios Stuart MIli capital y la a invertir en la conforman la
Poblacion compra de clase
mano de obra trabajadora

Principios
fundamentales
Factores de
* corto plazo Produccion
Teoria de la * A largo plazo * Tierra
expuesta por John
Productividad * Contrarestar los
Keynes * Capital
Marginal aumentos posibles
* Trabajo
en la oferta de
trabajo
 Determine en su campo de acción donde ejecuta su trabajo si se aplica alguna de estas base de teorías salariales y como
aportan al trabajador hoy en día.
 Plantea un ejemplo donde se observe la dinámica de tres teorías salariales que usted crea que puedan ayudar a mejorar las
condiciones de un empleado dentro de una organización.

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