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TEMA:
CICLO : IV
IQUITOS – PERÚ
2019
INTRODUCCIÓN
Existen diversas razones para el fracaso escolar, pero entre las más comunes se encuentra específicamente la
de los problemas del aprendizaje, estos afectan a una gran parte de los niños en edad escolar. El niño con uno de
estos problemas de aprendizaje suele ser muy inteligente y trata arduamente de seguir las instrucciones al pie
de la letra, de concentrarse y de portarse bien en la escuela y en la casa. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos,
tiene mucha dificultad aprendiendo y no saca buenas notas (Andrés Díaz M.). Algunos niños con problemas de
aprendizaje no pueden estarse quietos o prestar atención en clase.
Los problemas del aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar. Son problemas que pueden ser
detectados en los niños a partir de los 5 años de edad y constituyen una gran preocupación para muchos padres
ya que afectan al rendimiento escolar y a las relaciones interpersonales de sus hijos.
Que un niño o un adulto presenten dificultades en el aprender puede llevar a rápidas y erráticas soluciones, tales
como “expulsar” de una u otra manera, a todos aquellos que marcan las fisuras de un sistema dado. Por ejemplo,
separando de los sistemas educativos formales a aquellas personas etiquetadas como problemáticas, con un
comportamiento diferente del esperado o con una toma de conocimientos inferior, superior, o desigual a la media
estadística.
Es importante que antes de diagnosticar algún problema de aprendizaje se descarte cualquier posibilidad de que
esto se deba a algún problema físico, de visión, auditiva, etc.
1. PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
Históricamente, el problema del aprendizaje es uno de los campos más avanzados de la psicología básica, debido
a la influencia de dos grandes figuras: Ivan Pavlov (pionero en condicionamiento clásico) y Edward Thorndike
(pionero en condicionamiento instrumental), áreas que se concentran en los procesos del aprendizaje y memoria,
en contraposición a los factores innatos, presentes en el comportamiento animal y humano.
Los problemas de aprendizaje son desórdenes que pueden afectar la habilidad de una persona para adquirir,
entender, organizar, almacenar o usar información oral y no oral. Estos desórdenes afectan el aprendizaje de
individuos que tienen un nivel de inteligencia promedio o superior al promedio. Afectan tanto a niños como a
adultos y con frecuencia a niños más que a niñas. Hay muchas razones por las que los niños no puedan ser
capaces de aprender. Los problemas de aprendizaje no incluyen el retraso mental, la falta de motivación, el
trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés), autismo, o problemas de
audición, visión o emocionales.
Aunque un trastorno del aprendizaje puede producirse de manera simultánea con otras incapacidades (por
ejemplo: deterioro sensorial, retraso mental, trastornos emocionales y sociales) o debido a influencias
ambientales (por ejemplo, diferencias culturales, instrucción insuficiente o inapropiada, factores psicogénicos),
no son el resultado directo de tales trastornos o insuficiencias (Comité Nacional de los EEUU para las dificultades
de Aprendizaje, 1981).
Un problema del aprendizaje puede causar que una persona tenga dificultades aprendiendo y usando ciertas
destrezas. Las destrezas que son afectadas con mayor frecuencia son: lectura, ortografía, escuchar, hablar,
razonar, y matemática. Los problemas del aprendizaje (en inglés, "learning disabilities," o LD) varían entre
personas.
En todo caso, la ciencia ha avanzado al considerar que existen ciertos patrones que pueden definirse como
normales. El relacionar la edad con ciertas actividades físicas o mentales es uno de los caminos. Así, se sabe que
un bebé debe fijar la atención en objetos del tamaño de una moneda entre los 4 y los 6 meses de edad, si lo hace
después de esa edad puede significar que tiene dificultades para aprender, si lo hace más temprano, podría
indicar precocidad. En ese mismo sentido, los estándares de inteligencia (como los coeficientes de inteligencia)
están siendo aceptando como métodos de evaluación por la psicología y la medicina.
Swanson, Ashbaker y Lee, 1996, Swanson y Beebe-Frankenberger (2004) y Swanson y Alloway (2011) han
encontrado que los niños con inteligencia normal, pero con dificultades en la lectura o en matemáticas se tienen
que esforzar más en las tareas relacionadas con memoria operativa que sus pares que no presentan este
trastorno. Siegel y Mazabel (1989) explican que los niños con dificultades de lectura presentan déficits en el
procesamiento fonológico, impidiendo su habilidad para recuperar la información verbal de la memoria de corto
plazo (Swanson, 2015). Sin embargo, estas dificultades en el bucle fonológico no parecen tener consecuencias en
la inteligencia general del niño sino solo en aspectos relacionados con la lectura, indicando que tal vez la raíz de
los problemas de aprendizaje en niños con dificultades de lectura se deba a déficits en este componente de la
memoria operativa (Siegel & Mazabel, 1989). La relación entre déficits en la agenda visoespacial y dificultades en
la lectura y matemáticas todavía está inconcreta (Mammarella, Lucangeli, & Cornoldi, 2010; Menghini, Finzi,
Carlesimo, & Vicari, 2011). Mientras que unos consideran que la agenda visoespacial se mantiene intacta en los
niños con dificultades de lectura en comparación de sus pares (O’Shaughnessy & Swanson, 1998), otros autores
sugieren que bajo condiciones donde hay mucha demanda de procesamiento visoespacial, los niños con
dificultades matemáticas obtienen un peor desempeño en comparación de sus pares de la misma edad. Con
respecto al Ejecutivo Central (EC), el componente más comprometido en los niños con TEA es la atención
controlada, específicamente presentan mayores déficits en el monitoreo y la actualización de la información, sin
embargo no presentan alteraciones en el planeamiento ni sostenimiento de la atención a través del tiempo
(Swanson, 2015). En conclusión, el desempeño de los niños con TEA depende en gran parte del tipo de tarea y los
materiales utilizados, especialmente se desempeñarán peor en las tareas que requieren el rápido reconocimiento
de cadena de letras, números, palabras reales y pseudopalabras (Swanson, 2015) esto se debe a que estas
actividades necesitan de la habilidad del niño para almacenar y/o acceder a la estructura del sonido del lenguaje.
Aunque en muchos casos se desconocen las causas de los problemas de aprendizaje, los expertos opinan
que son el resultado de una anomalía en la estructura y funcionamiento del cerebro o del sistema nervioso
central.
Los niños con problemas del aprendizaje no son “tontos” o “perezosos.” De hecho, ellos generalmente tienen
un nivel de inteligencia promedio o superior al promedio. Lo que pasa es que sus cerebros procesan la
información de una manera diferente. Existe una escasa evidencia científica que corrobore que estos
problemas de aprendizaje surgen como consecuencia de una mala visión, de una focalización anormal, de
movimientos espasmódicos de los ojos, de los ojos mal alineados o cruzados y del defecto en la coordinación
ojo-mano.
Aunque se desconocen las causas exactas de estos problemas de aprendizaje, las investigaciones actuales
apuntan como posible origen la afectación cerebral leve o un retraso en el desarrollo de ciertas áreas
cerebrales.
Herencia o genética. Los problemas de aprendizaje suelen afectar a miembros de la misma familia.
Problemas durante el embarazo o el parto. Las siguientes situaciones pueden contribuir a tener
problemas de aprendizaje: enfermedades o lesiones durante o antes del nacimiento, uso de drogas o
alcohol durante el embarazo, parto prematuro o largo, carencia de oxigeno o bajo peso al nacer.
Problemas después del nacimiento. Las lesiones en la cabeza, la malnutrición, el envenenamiento por
plomo y los maltratos infantiles pueden ser la causa de algunos problemas de aprendizaje.
1.2.2. Trastorno específico de aprendizaje: Se manifiestan en niños con inteligencia normal o alrededor
de lo normal que carecen de alteraciones sensomotoras o emocionales severas. Su ambiente
sociocultural y educacional es satisfactorio.
No logran un rendimiento escolar normal y presentan dificultades reiteradas en ciertas áreas del
aprendizaje, funcionando bien en algunas y mal en otras. Estas dificultades dependen de alteraciones
en el desarrollo, la maduración psíquica y neurológica. La presencia de las dificultades se da en
diferentes niveles de aprendizaje: recepción, comprensión, retención y creatividad en relación a su
edad mental y ausencia de alteraciones sensoriales graves. Aprenden en cantidad y calidad inferior a
lo esperado en relación a su capacidad. Este desnivel entre el potencial y la capacidad de aprendizaje
se produce por alteraciones psiconeurológicas.
1.2.4. Trastornos de emotividad: La probabilidad de que un niño desarrolle labilidad emocional aumenta al
parecer cuando hay una disfunción cerebral. Si un niño tiene trastornos motores se prolongará su
dependencia materna. Los problemas de carácter perceptivo o intelectual que dificultan los intentos
del niño por hacer un contacto bien logrado con el mundo, lo llevan a frustraciones, malas
interpretaciones de la realidad y patrones de comportamiento bizarros. Los impulsos perturbados
conducen alteraciones en los actos resultantes. También es cierto que cuando un niño ha sufrido la
privación en sus necesidades psicológicas puede sufrir daño en el desarrollo de su personalidad y
manifestar alguna patología orgánica.
Si bien la percepción cenestésica proporciona una conciencia sobre la posición de las diversas partes
del cuerpo y permite un comportamiento motor coordinado, entonces la percepción vestibular
proporciona información acerca de la ubicación y posición de todo el cuerpo en el espacio. El problema
se puede ubicar en el niño como la reproducción inadecuada de formas geométricas, las confusiones
entre la figura y el fondo, las inversiones y las rotaciones de letras se acepta como prueba que existe
algún problema de percepción visual. La incapacidad para reconocer tonalidades o para diferenciar
entre sonidos, puede ser causa de una mala percepción auditiva. Si se es incapaz de identificar objetos
familiares sólo con el tacto se diría que existe una dificultad perceptiva cutánea. El mal funcionamiento
en la percepción cenestésica y vestibular puede trastornar la retroalimentación interna respecto al
movimiento, de donde surgirán problemas de coordinación, direccionalidad, orientación espacial y
equilibrio.
1.2.7. Trastornos de la atención: Los trastornos de la atención se pueden clasificar como atención
insuficiente o excesiva. La atención insuficiente se considera en los niños incapaces de apartar los
estímulos extraños y superfluos; es decir que se sienten atraídos a todo estimulo independiente de su
empeño en la tarea que llevan a cabo. Esto da origen a un problema de atención que recibe los nombres
de distractibilidad, hiperconciencia, hiperirritabilidad o capacidad breve de atención.
La atención excesiva se considera en los niños que manifiestan fijaciones anormales de la atención en
detalles triviales, mientras que pasa por alto los aspectos esenciales. Y en realidad la falta de atención
es una atención extrema peor el mal se encuentra en que su atención está fijada en detalles
insignificantes.
1.2.8. Trastornos en la memoria: Entre los trastornos de memoria están la dificultad de asimilar,
almacenar y recuperar la información y quizá tenga que ver con los procesos visuales, auditivos y
otros implicados en el aprendizaje. Por lo tanto, se puede hablar de trastornos en la memoria visual,
auditiva etc.
1.2.9. Trastornos por déficit de atención: Los déficits de atención o incapacidad para poner atención en
las tareas y la hiperactividad, un alto nivel de movimiento sin objeto se citan con frecuencia como
características de los niños con trastornos del aprendizaje. El término que se usa normalmente para
referirse a esta combinación de rasgos conductuales es trastorno de atención deficiente o DA , la
característica principal del trastorno de disminución de la atención / hiperactivo es un modelo
persistente de falta de atención y/o hiperactividad / impulsividad más frecuente que lo que se observa
normalmente en individuos con un nivel equivalente de desarrollo. Para diagnosticar DA el médico debe
encontrar que el niño muestra frecuentemente seis o más síntomas, ya sea de déficit de atención o
de hiperactividad – impulsividad durante un período de 6 meses por lo menos.
Aunque mucha atención y una observación cuidadosa puede ayudar a identificar la existencia de un problema
y a asegurar un resultado positivo, tanto los padres como los educadores tienen que ser prudentes y no
hacer juicios rápidos. Es importante entender el riesgo que supone diagnosticar equivocadamente que un
niño tiene un problema de aprendizaje. Una evaluación cuidadosa del colegio y, si es necesario, de un
especialista del desarrollo determinarán la diagnosis adecuada. De esta manera el niño podrá obtener los
servicios o asistencia que necesita para aprender y para conservar una buena autoestima. Los problemas
de aprendizaje varían en gravedad y pueden afectar a una o varias de las siguientes áreas:
Lenguaje: Dificultad en aprender el lenguaje oral (escuchar, hablar, entender); a leer (conocimiento de
sonidos, reconocimiento de palabras, comprensión); el lenguaje escrito (deletrear, expresar ideas por
escrito); y matemáticas (cálculo, solucionar problemas).
Motriz: Dificultad en la manipulación de objetos pequeños, sentido pobre del equilibrio y del espacio de
cada individuo, y torpeza brincando, corriendo o escalando.
Social: Niño hiperactivo, con baja autoestima y atención. Dificultad en su forma de relacionarse
socialmente, cambios de humor repentinos y extremos, lloros frecuentes.
Cognitiva: Dificultad en entender el concepto de causa y efecto y otros conceptos básicos como tamaño,
forma y colores, deficiente habilidad para organizarse.
Los padres deben estar conscientes de las señales que indican la presencia de un problema de aprendizaje,
si el niño:
2. DEFICIENCIA EN LA MEMORIA
2.1. LA MEMORIA
Aunque existen diversas definiciones sobre el término memoria, una de las más recientes y perfeccionada
es la que la define como: “una función neurocognitiva que permite registrar, codificar, consolidar, retener,
almacenar, recuperar y evocar la información previamente almacenada. Mientras que el aprendizaje es la
capacidad de adquirir nueva información, la memoria es la capacidad para retener la información
aprendida” (Portellano, 2005, p.227).
Según Abad-Mas y Etcheparedoda (2005), durante los primeros años de vida, la memoria se caracteriza
por ser sensorial. Posteriormente, la memoria se basa en el aprendizaje de conductas, mediante la
repetición de aquellas con las que el niño tuvo un resultado exitoso. La repetición de las mismas, provoca
que estas acaben formando parte de las adquisiciones fundamentales del alumno de primaria, que le
permiten adaptarse a su entorno. Por último, se desarrollan los mecanismos necesarios que permiten
adquirir datos, almacenarlos y evocarlos. De esta forma, se establece que el sistema de memoria está
integrado por tres procesos (Portellano, 2005):
a) Codificación de la información: proceso a través del cual se prepara la información para ser guardada.
Los datos que se codifican suelen provenir de una imagen, un sonido, experiencias, acontecimientos, etc.
Los aspectos que caractericen a la información que estamos codificando serán fundamentales para que
memoricemos de forma eficaz o no. En este proceso son fundamentales la atención, la concentración y
las emociones.
b) Almacenamiento de la información: este proceso implica la ordenación o categorización de la
información adquirida. Para ello, el niño ha debido desarrollar una serie de estructuras intelectuales
que le permitan clasificar dichos datos. El almacenamiento se verá modificado por las experiencias que
viva el sujeto.
c) Evocación o recuperación de la información: a través de este proceso se recupera la información.
Si su clasificación y almacenaje han sido los adecuados, el sujeto localizará y utilizará con rapidez la
información que necesite.
a) Memoria sensorial: en este almacén se retiene información captada a través de los sentidos. Se
caracteriza por almacenar una gran cantidad de datos, pero la retención de la misma es limitada, debido
a que su duración suele ser de menos de un segundo.
Destacan dos:
Memoria visual o icónica: es aquella que se construye a través de los datos provenientes de la visión.
Memoria auditiva o ecoica: se encarga de retener información captada a través de estímulos
auditivos.
b) Memoria a corto plazo y memoria de trabajo: la memoria a corto plazo es el proceso mediante el
cual se almacenan pequeñas porciones de información durante breves periodos de tiempo (20- 30
segundos). La distinguimos de la memoria de trabajo, ya que esta última se encarga de combinar el
almacenamiento y procesamiento de la información y forma un espacio mental dirigido al desarrollo de
tareas complejas. La memoria de trabajo está compuesta por tres elementos:
Bucle fonológico: relacionado con el mantenimiento de secuencias de elementos acústicos y con el
habla.
Agenda visoespacial: su función es parecida a la del bucle fonológico, pero los elementos y
secuencias están codificados espacialmente a través de la visión.
Ejecutivo central: su función se basa en la selección y manipulación del material en los subsistemas.
De esta forma, se centra en cumplir la función de controlador que gestiona toda actividad.
c) Memoria a largo plazo: hace referencia a la capacidad de retener información durante periodos de
tiempo más prolongados. Permite realizar tareas de codificación, almacenamiento y recuperación de la
información.
2.2. DEFICIENCIA.
No hay razón para suponer que las deficiencias de la memoria afectan de igual modo a todos los niños con
dificultades de aprendizaje.
Los niños con dificultades del aprendizaje pueden presentar deficiencias en:
a) MEMORIA AUDITIVA: También conocida como memoria ecoica, es uno de los registros de la
memoria sensorial. Este tipo de memoria sensorial es muy corta, pero también muy resistente a
lesiones cerebrales. Personas con amnesia severa conservan intacta esta capacidad de memoria
sensorial. La memoria auditiva o memoria ecoica es un componente de nuestra memoria sensorial
que se encarga de retener a corto plazo toda la información auditiva que recibimos del entorno.
Diversos estudios apuntan a que este sistema puede almacenar mayores cantidades de información
y durante más tiempo (media de 3-4 segundos) que la memoria visual.
Incide directamente en el desarrollo del lenguaje oral receptivo y expresivo. Puede presentar
dificultades para identificar sonidos y ruidos, el significado de las palabras, lectura. Operaciones
aritméticas.
Estos estímulos sonoros pasan de forma automática al procesador auditivo central, que se ocupa de
transformar las señales eléctricas del sonido en conceptos mentales, formando un tipo de imagen
sonora, que podemos retener en nuestro cerebro durante un periodo breve de tiempo. La imagen
sonora puede ser reproducida, únicamente, durante ese breve periodo de tiempo que sigue al estímulo
auditivo.
Los niños con déficits en la memoria auditiva tienen dificultades para llevar a cabo instrucciones
que implican múltiples pasos.
Necesitan más tiempo para reconocer y procesar la información que perciben de forma auditiva.
Un bajo desempeño académico puede, también, estar relacionado con un procesamiento auditivo
deficiente.
Es frecuente que se presenten problemas de comportamiento. Los déficits en el procesamiento, o
memoria auditiva pueden llevar al pequeño a frustrarse y sentirse incompetente.
Los niños con déficits en su memoria auditiva, tienden a presentar dificultades con el lenguaje (por
ejemplo, pueden tener problemas para desarrollar su vocabulario, comprender el lenguaje,
aprender un nuevo idioma...)
Dificultades para deletrear una palabra, comprender la lectura, etc...
En adultos, los problemas de memoria auditiva los podemos encontrar en personas que hayan
sufrido una lesión cerebral, los traumatismo cráneo-encefálico con lesiones en la corteza
prefrontal dorso-lateral y la corteza temporo-parietal.
Los niños con problemas de procesamiento auditivo tienen una inteligencia y audición normales. Sin
embargo, también se ha observado que estos niños:
Tienen dificultad para poner atención y para recordar la información presentada por vía oral
Tienen problemas para llevar a cabo instrucciones de múltiples pasos
Tienen una habilidad auditiva deficiente
Necesitan más tiempo para procesar información
Tienen un desempeño académico bajo
Tienen problemas de comportamiento
Tienen dificultades con el lenguaje (por ejemplo, confunden secuencias de sílabas y tienen
problemas para desarrollar vocabulario y comprender el idioma)
Tienen dificultad con la lectura, comprensión, deletreo y vocabulario
Varias estrategias están disponibles para ayudar a los niños con problemas de procesamiento
auditivo.
Los instructores auditivos son dispositivos electrónicos que le permiten a una persona concentrar
la atención en un parlante y reducir la interferencia del ruido de fondo. A menudo se usan en las
salas de clase, donde el profesor usa un micrófono para transmitir el sonido y el niño usa unos
auriculares para recibirlo. Los niños que usan audífonos también pueden usar instructores
auditivos.
Las modificaciones ambientales como la acústica del aula, la ubicación, y los asientos pueden
ayudar. Un audiólogo puede sugerir maneras de mejorar el ambiente auditivo, y vigilar cualquier
cambio en el estado de la audición.
Los ejercicios para mejorar las habilidades idiomáticas pueden aumentar la capacidad de aprender
nuevas palabras y la base del lenguaje de un niño.
El perfeccionamiento de la memoria auditiva, procedimiento que reduce la información detallada
a una representación más básica, podría ayudar. Además, las técnicas informales de
adiestramiento auditivo pueden ser usadas por profesores y terapeutas para solucionar
dificultades específicas.
El adiestramiento de integración auditiva es a veces fomentado por los profesionales como una
manera de readiestrar el sistema auditivo y disminuir la distorsión auditiva.
Es importante para el recuerdo de las letras impresas en el alfabeto, los números, desarrollo del
deletreo, habilidades del lenguaje escrito.
Estos problemas visuales son deficiencias en las habilidades de percepción visuales, entre ellas se
incluyen las siguientes:
Reconocimiento: La comprensión de un niño de diferentes letras y números (por ejemplo, b y d; p y
q; 6 y 9; 2 y 5).
Comprensión lectora: La capacidad de un niño para «imaginarse» lo que está sucediendo en el
cuento que está leyendo.
Retención: Recordar y recordar/indicar detalles sobre algo que acaban de leer.
El proceso por el cual tomamos información dentro de nuestro entorno se llama percepción. En un niño
en edad escolar, gran parte de su mundo es aprender en el aula. Si las habilidades de percepción visual
de un niño son deficientes en una de las 3 nombradas anteriormente, entonces puede tener problemas
con la lectura, ortografía, escritura, comprensión y matemáticas. Sin un procesamiento visual perceptivo
preciso, un estudiante tiene dificultades no sólo para leer y comprender palabras escritas, sino también
para copiarlas de una pizarra, seguir instrucciones de manera organizada y visualizar experiencias
pasadas. La percepción de la visión también crea la capacidad para que el niño integre la visión con los
otros sentidos, incluyendo el equilibrio al montar en bicicleta, tirar una pelota de baloncesto u oír un
sonido y visualizar de dónde proviene (por ejemplo, la sirena de una ambulancia).
Cada niño necesita habilidades visuales sólidas para tener éxito en la escuela porque cada tarea y
proyecto que hace depende de un sistema de visión activo y que funcione correctamente.
Las habilidades visuales que cada niño necesita para el aprendizaje en el aula incluyen lo siguiente:
Agudeza visual: Ver con claridad, tanto en distancias largas como cortas.
Coordinación ojo-mano: Tomar las señales visuales y ser capaz de dirigir los movimientos con las
manos y los brazos.
Enfoque visual: Mantener una visión clara cuando cambia la distancia (por ejemplo, al mirar desde la
pizarra a su papel para poder copiar una frase).
Trabajo en equipo con los ojos: Coordinar ambos ojos juntos, corregir los movimientos oculares y
juzgar las distancias.
Percepción visual: Organizar imágenes como ideas a partir de palabras, letras, números y frases.
Memoria Visual: Recordando experiencias visuales pasadas e «imaginando» lo que ocurrió
anteriormente.
Millones de niños en todo el mundo tienen condiciones de visión que pueden afectar negativamente en su
aprendizaje. Muchos padres confían en los exámenes de la vista que se realizan en la escuela para detectar
problemas de la visión; sin embargo, muchos niños con problemas de percepción visual pueden pasar
fácilmente los exámenes de la vista. Los exámenes oculares se crearon para detectar problemas de
claridad, pero no problemas de procesamiento visual. Los exámenes completos de la vista realizados por
un especialista en visión pueden descubrir problemas más profundos que un simple examen de la vista
puede pasar por alto (por ejemplo, problemas con el movimiento de los ojos, problemas de percepción
visual y/o problemas de enfoque). Algunos de los signos y síntomas comunes de los problemas de la visión
incluyen los siguientes:
Se pierde al leer
Tiende a frotarse los ojos con frecuencia
Dolores de cabeza (especialmente después de leer)
Gira o inclina la cabeza al escribir o leer
Cierra un ojo al enfocar
Realiza inversiones frecuentes de letras o números
Omite letras o palabras
No puede «imaginarse» lo que sucedió en una historia que acaba de ser leída
Luchas con la memoria visual, recordando información visual o imágenes visuales de una experiencia
previa
Para procesar correctamente la información que percibimos a través de los ojos, son necesarias ciertas
habilidades visuales. A menudo, existen alteraciones de estas habilidades que dificultan el aprendizaje en
el niño. Estas habilidades son:
En general, el niño acude una vez por semana a la consulta (45 minutos la sesión) y lo complementa con
ejercicios pautados para casa (10-15 min. diarios).
Las necesidades de cada niño son diferentes, y la Ley para la Educación de Individuos con Discapacidades
(“Individuals with Disabilities Education Act, IDEA por sus siglas en inglés) establece que todos los niños con
problemas de aprendizaje tienen derecho a una educación pública gratuita que satisfaga sus necesidades
especiales. La administración de los casos de niños con problemas de aprendizaje requiere un enfoque
individualizado y multidisciplinario (educadores, sicólogos y médicos) para su diagnosis y tratamiento.
Si sospecha que su hijo tiene un problema de aprendizaje, póngase en contacto con su proveedor de
cuidados de la salud y averigüe si está progresando adecuadamente durante las diferentes etapas de su
desarrollo. Si se sospecha que hay niños que puedan tener problemas de aprendizaje o que corran el riesgo
de tenerlos más adelante, normalmente un grupo de educadores, sicólogos y médicos les hace una
evaluación. Esta evaluación se organiza a través del sistema de escuelas públicas y no conlleva ningún gasto
para la familia.
3. Referencias
https://www.cognifit.com/es/habilidad-cognitiva/memoria-auditiva
https://reunir.unir.net/bitstream/handle/123456789/4874/MOTTA%20LIZCANO%2C%20MARIA%20CAMI
LA.pdf?sequence=1&isAllowed=y
http://www.ldonline.org/article/5644/
http://www.elisaribau.com/habilidades-visuales-detectan-deficiencias-percepcion-visual/
https://www.corachan.com/es/blog/problemas-de-aprendizaje-por-causas-visuales_5608