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zones del fracaso escolar de negros y blancos de clase baja, y como soporte de los
programas de educación compensatoria: si la cultura de las familias de la clase
obrera creaba un déficit en el niño o la niña, éste se debía compensar mediante
una extensión de la escolarización en cantidad y calidad; proporcionando más y
mejor educación preescolar, además de un sistema más comprensivo y benevo-
lente y atención extraescolar.
En estos enfoques, el currículum quedaba marginado como objeto de análisis
por la dificultad de considerar planteamientos alternativos, desde el momento en
que, como señalaba Young, el conocimiento implícito en él, es parte de nuestras
asunciones cotidianas, de lo que no se cuestiona y se da por supuesto, con ele-
mentos que es posible remontar hasta la Edad Media, cuando el Trivium y el Qua-
drivium. A finales de los años sesenta, sin embargo, se dan una serie de elemen-
tos que permiten prestar atención a las bases sociales de la selección, organización
y distribución del conocimiento en el currículum educativo. Estos van desde el
movimiento de la desescolarización de Reiner e Illich, al cuestionamiento de los
resultados de la ingeniería social fabiana, o a la aparición de la sociología feno-
menológica e interpretativa, que consideraba posible interpretar el significado atri-
buido por los propios actores en el proceso de construcción social del conocimiento.
Así pues, con Knowledge and control el currículum aparece como un área de es-
tudio sociológico, para examinar la construcción social del conocimiento en los
diferentes contextos educativos, poniendo su énfasis en la conciencia del profe-
sor y en los procesos de interacción y definición de la realidad en el aula.
Pero en el optimismo de la nueva sociología acerca de la posibilidad de que
el cambio social comenzase en la escuela radicaba su propia debilidad. Un análi-
sis más completo y una exploración más rigurosa de las posibilidades y proble-
mas del cambio curricular exigieron un análisis más exigente de los contextos so-
ciales e institucionales de la práctica curricular. A partir de estos análisis, se dan
dos tipos de teorías, en función de sus enfoques macro o micro en la relación en-
tre currículum y sociedad:
En la década de los setenta, se desarrollaron toda una serie de teorías, más bien
eclécticas en cuanto a su padrinazgo intelectual, que dieron un enfoque interesante
y cualitativamente diferente al currículum escolar. Característica común a los di-
ferentes autores incluidos en estas teorías es su intento de explicar el papel que a
la educación le corresponde en la reproducción de la estructura social, entendida
ésta como el conjunto interrelacionado de instituciones, normas y grupos socia-
les estratificados. Por eso, a todos ellos se les engloba bajo el nombre de teorías
de la reproducción.
Dentro del mencionado modelo se pueden considerar dos grupos de autores.
En el primero, estarían los que integran lo que se conoce como teorías de la re-
producción social: Bowles y Gintis, Althusser, o Baudelot y Establet, con La es-
cuela capitalista en Francia. Tienen en común la herencia de Marx y ponen el acen-
to en como el sistema educativo contribuye a la reproducción de la sociedad a través
de la reproducción de la estructura de las clases sociales. Son unas visiones que re-
legan los seres humanos a un modelo pasivo de socialización y sobrevaloran la do-
minación de las estructuras sociales sobre la acción humana. Asimismo, ignoran
las contradicciones y formas de resistencia, tanto individual como grupal, enfati-
zando la noción de reproducción social a expensas de la reproducción cultural.
El segundo grupo de autores, Bernstein y Bourdieu, principalmente, conside-
ra como actúa la escuela en el proceso de la reproducción social, centrándose en
el análisis del papel que juega la educación en el campo cultural como fuerza me-
diadora en la reproducción social. Comparten, además de alguna relación con Marx,
sobre todo en Bourdieu, su común inspiración en el primer catedrático de la dis-
ciplina, Emile Durkheim.
ducen al fracaso escolar; mientras que los códigos elaborados, propios del alum-
nado de clase media y caracterizados por un uso rico y suficiente del lenguaje, con-
ducen al éxito escolar. Una dicotomía bastante maniquea, próxima a las teorías de
la privación cultural, que Bernstein no reconoce personalmente como suya, ya que,
en efecto, su teoría es decididamente más amplia y compleja que eso.
Los códigos lingüísticos de Bernstein tienen su desarrollo en los códigos edu-
cativos que encierran un gran poder descriptivo así como de análisis y explicación.
En uno de sus trabajos básicos, "Clasificación y enmarcación del conocimiento edu-
cativo", publicado inicialmente en 1975, Bernstein expone su concepción del cu-
rrículum, su importancia en la transmisión de la cultura y, por ende, en la repro.!
ducción social, y su propuesta de objeto central de estudio de la Sociología. Dice
así:
«el modo como una sociedad clasifica, distribuye, transmite y evalúa el conoci-
miento educativo que considera público, refleja a la vez el poder y su distribución
y los principios de control social. Las diferencias dentro de, y el cambio en la or-
ganización, transmisión y evolución del conocimiento educativo debe ser un área
fundamental de interés sociológico» (Benstein 1985: 45).
«el código educativo se refiere a los principios subyacentes que conforman el cu-
rrículum, la pedagogía y la evaluación. La forma que dicho código tome depende
de los principios sociales que regulan la clasificación y enmarcación ("framing")
del conocimiento que se hace público en las instituciones educativas» (Bernstein
1985: 45).
Uno de los problemas que Bernstein plantea, que toda teoría sociológica que
se precie debe dar respuesta, es el de la relación entre los niveles macro y micro
de análisis. Mediante su teoría de los códigos educativos, cree llegar a una solu-
ción, ya que el sujeto incorpora la estructura social a través de ellos. Estos son
dispositivos de reproducción cultural que condensan en su gramática la distribu-
ción de poder (clasificación) y los principios de control (enmarcación) intrínse-
cos en las relaciones de clase. La estructura de socialización es un conjunto de re-
laciones de clasificación y enmarcación, que incorporan lo social e internalizan
las relaciones sociales en el sujeto. La escuela, en definitiva, al transmitir la cul-
tura, a través de códigos precisos y específicos, reproduce la estructura social por
incorporar en cada sujeto los principios de poder y control socialmente imperan-
tes: de poder, a través del currículum; de control, a través de la pedagogía; sien-
do ambos validados y certificados por la evaluación.
La teoría de los códigos educativos se continúa, a su vez, con la del discurso
pedagógico, en la que Bernstein parece querer ponerse en línea con las teorías de
la resistencia, producción cultural y el post-estructuralismo de Foucault. Así pa-
rece cuando define el discurso pedagógico como "el conjunto de reglas que re-
gulan la producción, distribución, reproducción, interrelación y cambio de los tex-
tos pedagógicos legítimos (discurso), sus realizaciones sociales de transmisión y
adquisición (práctica) y la organización de sus contextos (organización)" (Berns-
tein, 1993: 198). Aunque, más adelante, señala que su construcción "crea un te-
rreno de lucha" donde el conocimiento se puede recontextualizar en la interac-
ción entre la escuela y la comunidad (Bernstein, 1993: 213).
En resumen, Bernstein aporta una teoría bien dotada y de utilidad para estu-
diar la transmisión educativa, como lo han puesto de relieves numerosos trabajos
en diversos campos y a pesar la crítica generalizada que se le hace de falta de fun-
damentación y desarrollo empíricos, de "entusiasmo de Bernstein por generar teo-
ría (antes que por) la operacionalización y comprobación de sus diferentes aspectos"
(Atkinson, 1985: 23). Además de las investigaciones que el propio autor ha rea-
lizado, al menos en cuatro terrenos se han desarrollado otras que muestran el in-
terés y poder analítico de los códigos educativos: las relaciones entre producción
y educación; los "códigos raciales" de Chris Mullard (1982), los "códigos de gé-
nero" desarrollados por Madeleine McDonald en Inglaterra y Marina Subirats (1988)
en nuestro país; y, finalmente, las diferencias entre contextos educativos nacionales
Capítulo 6: Fundamentos sociales del currículum 131
tiva (pedagogía), que funciona mediante la violencia simbólica. Tal violencia era
hasta hace bien poco, muchas veces más real que simbólica: recuérdese las varas,
palmetas o chascas utilizadas para hacer bueno el refrán popular que relaciona la
sangre con la introducción de la letra. En general, el grado de violencia es pro-
porcional a la distancia entre la dotación cultural de la familia y la inculcada en
la escuela, por lo que es mayor cuanto mayor sea la distancia entre la cultura ofi-
cial de la escuela y la que traiga de su familia y medio social el alumnado. El efec-
to de la acción pedagógica crea en el individuo un habitus de efectos duraderos,
capaz de seguir actuando una vez que la acción pedagógica ha cesado.
Siguiendo a Weber, denomina capital cultural al conjunto de competencias
culturales o lingüísticas que los individuos heredan a través de su socialización
en unos ámbitos familiares de clase. Es decir, lo constituyen los modos de pen-
sar, conjuntos de significados, cualidades de estilo y tipos de disposiciones dota-
dos de un valor y prestigios sociales. El capital académico o educativo es una va-
riante del capital cultural que tiene, como cualquier otra forma de capital, unas
maneras propias de apropiación dentro de su campo específico. La reproducción
cultural funciona definiendo el arbitrario cultural o currículum escolar; es decir,
lo que cuenta como significativo y que sólo puede ser aprendido cuando se poseen
previamente los instrumentos de apropiación: el capital cultural. Sólo aquellos alum-
nos que hereden esos medios de apropiación pueden sacar provecho de tal acción
pedagógica e incrementar su capital. El sistema educativo está así reproduciendo
la estructura del capital cultural y, con ello, la estructura de relaciones en la so-
ci~~. '
En obras más recientes, como La distinción, Bourdieu contempla la sociedad
como un espacio tridimensional, compuesto por la suma o cantidad de capital que
se posee, la composición de dicho capital y la trayectoria vital. Esas tres coorde-
nadas determinan la posición de cada individuo en el espacio topológico que es
la sociedad. Esa posición está acompañada por un habitus preciso que aporta la
perspectiva o panorámica que posee la persona desde el lugar que ocupa en el ta-
blero social. La trayectoria ascendente o descendente de clase (la movilidad ver-
tical del funcionalismo) produce un cambio en las situaciones de los individuos
(desclasados y "parvenus"). Pero ese cambio está lastrado por lo que Bourdieu
llama, en una de sus frecuentes apropiaciones de las ciencias físicas, la "histére-
sis del habitus", algo así como un pedigrí que acompaña a la trayectoria vital, co-
rroborando el castizo refrán hispánico de "quién tuvo, retuvo". Dicha histéresis
condiciona ulteriores movimientos en el espacio social (es el caso del "bourgeois
gentilhomrne" o nuevo rico, por ejemplo). Pero, de cualquier manera, la movili-
dad social siempre actuará dentro de la estructura permanente de disposiciones
existente en todo espacio social, por lo que la única posibilidad de cambio es el
intercambio personal de posiciones.
La tarea que el sistema educativo puede desempeñar en este vaivén de posi-
ciones, mantiene esa estructura de posiciones. Como es el caso en la reciente lu-
cha por los títulos, las propias personas que participan en ello, malinterpretan ese
Capítulo 6: Fundamentos sociales del currículum 133
En torno al currículum, existe toda una serie de fuerzas sociales que persiguen
fines de muy distinto cariz y, muchas veces, contrapuestos. Fuerzas y fines que
van desde el mismo aparato de estado que busca en el currículum, entre otras co-
136 Manual de Sociología de la Educación
sas, soluciones a sus crisis de legitimación; a los empresarios, que buscan mano
de obra cualificada y estratificada o jerarquizada; o los sectores académicos, que
buscan reproducir su división del trabajo; al igual que las iglesias, que piden un
espacio para su apostolado; o los sindicatos, que buscan unos ritmos de trabajo
adecuados para los trabajadores que defienden. Tales fuerzas constituyen los agen-
tes de contextualización del conocimiento escolar. Raymond Willians señalaba,
para el caso inglés, que el currículum se formaba como resultado de las transac-
ciones entre tres grupos: los que llamaba formadores de la industria o burguesía
industrial, los antiguos humanistas o académicos de Oxford y Cambridge y los
defensores de la enseñanza pública (enseñantes, sindicalistas y movimientos de
padres de la escuela pública).
En el caso español es más difícil delimitar esos grupos que negocian el currí-
culum, entre otras cosas porque el carácter centralista del estado oculta, en gran
medida, a los grupos sociales con intereses en determinar los contenidos y pro-
cedimientos del sistema educativo. La búsqueda de estos agentes debe hacerse en
función de la representación social de las diferentes fuerzas políticas y de los po-
sicionamientos en los medios de comunicación social o la discusión parlamenta-
ria de las leyes educativas.
Si comparamos la sociedad española con el modelo inglés, se podría decir que
la burguesía industrial nunca ha sido especialmente numerosa, ni mucho menos
ha estado preocupada por la adecuación entre currículum y formación para el em-
pleo. Quizás su papel lo ha jugado en algún momento alguna asociación empre-
sarial. Quienes sí juegan un papel importante son las editoriales de libros de tex-
to, tradicionalmente ligadas a las órdenes religiosas católicas y, recientemente, a
iniciativas empresariales que han terminado por constituir verdaderos grupos mul-
timedia, partiendo de la venta de libros de texto (los casos de Anaya y Santilla-
na, por ejemplo). El grupo de defensores de la enseñanza pública, en un sistema
altamente centralizado, ha sido tradicionalmente importante en nuestro país, sien-
do la administración educativa -central o autonómica- hasta ahora, la que ha lle-
vado un peso mayor en la definición del currículum escolar. Solo recientemente
el profesorado y los padres de alumnos se han interesado por el currículum, una
vez que han podido constituir federaciones de sindicatos o de APAs, derivando
su interés por los temas de construcciones y dotaciones escolares más que por los
curriculares propiamente considerados.
Los humanistas clásicos, finalmente, sí han mostrado siempre una defensa, a
veces muy corporativa, de la presencia de sus parcelas respectivas en los planes
de estudio de primaria y secundaria. Repásese, en las hemerotecas, los ejempla-
res de los suplementos de educación de los diarios, para ver como los Decanos de
las diversas Facultades o Colegios de Licenciados, filósofos, filólogos o historia-
dores ilustres y, en fin, hasta premios nóbeles, denunciaban "el estrangulamiento
de las humanidades" o argumentaban lo trascendental que era que hubiese "filo-
sofía para todos", o que el Latín, la Geología o la Historia del Arte siguiesen con-
servando sus créditos curriculares. Sin ir más lejos, durante los pasados años 1989
Capítulo 6: Fundamentos sociales del currículum 137
De esa manera, el currículum establece el marco del proceso laboral: sus con-
tenidos sustantivos y cometidos, sus periodos lectivos y horarios y hasta las ra-
tios específicas del número de alumnos por aula y de profesores por alumnos. Por
una parte, estableciendo unos requerimientos de personal docente para cada ciclo
y etapa. Como se recordará, al hablar de la Sociología de la Educación en la for-
mación del profesorado, veíamos como el currículum de los centros de formación
docente iba en función del tipo de profesional que se requería en cada momento.
En el momento actual, con el proceso de reforma de la LOGSE, tenemos un ejem-
plo claro de cambio del tipo de profesor, cuando se va a uno generalista para la
enseñanza primaria y seis especialistas, para ciclos como el infantil o para tratar
con aspectos concretos de la gestión escolar: música, logopedia, necesidades edu-
cativas especiales, educación física e idiomas. Pero, al mismo tiempo, se produ-
ce un cambio significativo en la enseñanza secundaria, con lo que los profesores
especialistas en áreas de conocimientos pasan de nuevo a ser asignados a la en-
señanza secundaria, recomponiéndose en esta reforma, la asignación que hizo, en
su momento, la LGE de 1970. Ahora, de nuevo, aunque con dos años de diferen-
cia, los profesores licenciados serán los que impartan áreas específicas, es decir,
asignaturas. Lo que tiene su trascendencia en el gradiente interno de la profesión
docente, en el que genera algunos realineamientos.
Otras series de pronunciamientos contenidos en el currículum terminan de con-
figurar el trabajo docente. Como los horarios, en función no sólo de las materias
asignadas, sino también de consideraciones tales como la atención a padres, el tra-
bajo en equipo, la programación previa o análisis posterior de la misma, etc.
Capítulo 6: Fundamentos sociales del currículum 139
Las teorías sociológicas analizadas en los epígrafes precedentes, tanto las ma-
cro como las micro, reflejaban una preocupación fundamental por los aspectos so-
ciales más relacionados con la estratificación económica, incidiendo sólo lateral-
mente en el tema del género. A pesar de la extendida idea de que es un tema del
que ya se ha tomado conciencia y está felizmente superado, en realidad sigue me-
reciendo un tratamiento específico y no sólo, como vimos, por razones numéri-
cas (son más las alumnas que los alumnos en el sistema educativo). Muy lejos de
estar superado, es preciso seguir insistiendo en la invisibilidad y relegación de la
mujer en los procesos y prácticas de aprendizaje, para tomar conciencia de la di-
mensión del fenómeno.
Realmente y a pesar de la denominación que le da Bourdieu, el arbitrario cul-
tural no es tan arbitrario ni, mucho menos, neutral; como tampoco lo es el con-
tenido de las asignaturas. Las interacciones en el aula reproducen la discrimina-
ción existente en la sociedad y legitiman una separación de géneros similar a la
de la sociedad en la que se insertan. Su asimetría se hace explícita en un trata-
140 Manual de Sociología de la Educación
CUADRO 6.1
Evolución del % de alumnas que terminan los diferentes estudios universitarios
superiores respecto del total
Ingeniería Naval o 4
Ingeniería Aeronáutica 1 5
Ingeniería de Caminos 1 5
Ingeniería de Telecomunicaciones 1 5
Ingeniería de Montes 10 33
Arquitectura 12 25
ce. Físicas 26 29
CC. Económicas 26 38
Derecho 33 50
Medicina 34 51
CC. Matemáticas 43 49
Biológicas 55 56
Filosofía y CC. Educación 58 73
Geografía e Historia 58 63
Farmacia 67 69
Psicología 63 77
Filología 66 72
Total Estudios Superiores 42 54
recursos didácticos, se llevan a cabo las discriminaciones que conforman las pau-
tas que caracterizan al currículum escolar en relación al género:
En este punto difiere Femández Enguita (1990: 124) cuando señala que "la es-
cuela convierte a las mujeres en un colectivo invisible a través de una selección de
contenidos que excluye de antemano el mundo en que han sido reducidas a desen-
volverse", en clara referencia al mundo doméstico. Para Enguita, además del sexismo
en el contenido de la enseñanza, el currículum escolar problematiza específicamente
a la mujer a través de la interacción informal no programada, donde se le asignan
unos roles, tareas y expectativas diferentes que al hombre; y de la organización del
proceso educativo, donde, paradójicamente, "la feminización de la profesión docente
tiene la consecuencia de acelerar el contacto de las niñas con otras posibilidades di-
ferentes a las de la vida doméstica" (Femández Enguita, 1990: 130).
Son muchos los trabajos empíricos que dan argumentos para sostener las an-
teriores afirmaciones. Marina Subirats y Cristina Brullet (1988), por ejemplo y
desde una perspectiva etnográfica, han establecido cómo funciona la transmisión
de los códigos de género en la escuela mixta, es decir, en la escuela donde chicos
y chicas comparten las aulas pero no hay coeducación o integración a nivel del
currículum.
Nuria Garreta (1984) ha puesto de manifiesto como el contenido de los libros
de texto de aprendizaje de lectura y de ciencias sociales de EGB, tanto a nivel del
texto como de las ilustraciones, explicita la invisibilidad a que nos referíamos ante-
riormente. Maureen Stanworth (1976), en fin y para terminar, saca a la luz como
las chicas son situadas y se sitúan al margen de la clase por la dinámica interac-
tiva que se desarrolla en su interior.
Textos seleccionados
"l. Todos los AIE, cualesquiera que sean, concurren al mismo resultado: la
reproducción de las relaciones de producción, es decir, de las relaciones de ex-
plotación capitalistas.
2. Cada uno de ellos concurre a este único resultado en la forma que le es propia( ... )
142 Manual de Sociología de la Educación
3. Todo este concierto armónico está dominado por una división única
4. No obstante, en este concierto, un AIE desempeña, en todos sus aspectos,
la función dominante, aunque no se preste demasiada atención a su música, de tan
silenciosa como es: se trata de la Escuela.
La Escuela recoge los niños de todas las clases sociales desde la Maternal, y ya
desde la Maternal, con los nuevos como con los antiguos métodos, les inculcan du-
rante años, precisamente durante los años en que el niño es extremadamente 'vul-
nerable', acorralado entre el AIE familiar y el AIE Escuela, diversas 'habilidades'
inmersas en la ideología dominante (lengua, cálculo, historia natural, ciencias, literatura),
o bien, simplemente, la ideología dominante en estado puro (moral, instrucción cí-
vica, filosofía). Más o menos en el sexto año una enorme masa de muchachos van
a parar 'a la producción': son los obreros o los campesinos pobres. Otra parte de la
juventud escolar continúa: y dale que dale, sigue un poco más adelante para que-
darse a mitad de camino y rellenar los puestos de los pequeños y medios cuadros,
empleados, pequeños y medios funcionarios, pequeños burgueses de todo tipo. Una
última parte llega hasta la cumbre, bien para caer en un semi-paro intelectual, bien
para convertirse, además de 'intelectuales del trabajo colectivo', en agentes de la re-
presión (policías, políticos, administrativos, etc.) y en profesionales de la ideología
(sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son 'laicos' convictos).
Cada parte que se queda en el camino está suficientemente provista de la ideo-
logía adecuada a la función que debe desempeñar en la sociedad de clases: fun-
ción de explotado (con 'conciencia profesional', 'moral', 'cívica', 'nacional' y a-
política altamente 'desarrollada'); función de agentes de la explotación (saber dirigir
y hablar a los obreros: las 'relaciones humanas'), de agentes de la represión (sa-
ber mandar y hacerse obedecer 'sin rechistar' o saber manejar la demagogia de la
retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de la ideología (sabiendo
tratar a las conciencias con respeto, es decir con menosprecio, con chantaje, con
la demagogia oportuna, acomodándose a los acentos de la Moral, de la Virtud, de
la 'Trascendencia', de la Nación', etc.)".
Uno puede caracterizar esta pedagogía como una pedagogía invisible. En tér-
minos de los conceptos de clasificación y enmarcación, esta pedagogía se realiza
mediante una clasificación débil y mediante una enmarcación débil. Las pedago-
gías visibles se realizan mediante clasificación y enmarcación fuertes. La diferencia
básica entre las pedagogías visibles y las invisibles radica en la manera como se
transmiten los criterios y en el grado de especificidad de éstos. Conforme más im-
plícita sea la modalidad de transmisión y más difusos los criterios, más invisible
es la pedagogía; conforme más específicos sean los criterios, más explícita es la
manera de su transmisión y más visible la pedagogía.( ... )
Visible e invisible se refieren a la transmisión desde el punto de vista del ad-
quiriente, y no a la transmisión desde el punto de vista del transmisor.( ... ) El con-
cepto básico de la pedagogía invisible es el juego.( ... )
El conflicto entre las pedagogías visibles e invisibles, entre clasificación y en-
marcación fuertes y débiles, es un conflicto ideológico dentro de la clase media.
Las ideologías de la educación son todavía ideologías de clase. La vieja clase me-
dia fue domesticada mediante clasificación y enmarcaciones fuertes( ... ) Podemos
distinguir dentro de la clase media formas de solidaridad orgánica individualiza-
da y personalizada, cada una con sus propias ideologías distintivas y opuestas de
socialización y de realidad simbólica. Estas dos formas de solidaridad surgen de
los desarrollos de la división del trabajo dentro de sociedades de clase. (... ) Este
conflicto dentro de la clase media se realiza de manera aguda en los diferentes pa-
trones de socialización de los jóvenes. En la vieja clase media, la socialización se
da dentro de una clasificación y una enmarcación fuerte. En la nueva clase me-
dia, la socialización se da dentro de una clasificación y enmarcación débiles.( ... )
Así, las formas de socialización dentro de las fracciones opuestas de la clase me-
dia constituyen los orígenes de las pedagogías visibles e invisibles en la escuela.
(... ) La nueva clase media mantiene cierto entusiasmo ambivalente por la peda-
gogía invisible para la socialización temprana del niño, pero acepta la pedagogía
visible para la escuela secundaria( ... ) ya que la escuela secundaria puede sumi-
nistrar, probablemente, tanto las pedagogías visibles como las invisibles: la pri-
mera para la clase media y la segunda para la clase obrera. (... )
Desde el punto de vista de los padres de clase obrera, la pedagogía visible del
código agregado en el nivel primario es inmediatamente comprensible. (... ) Sin
embargo, en el caso de la pedagogía invisible posiblemente existe una marcada
144 Manual de Sociología de la Educación
discontinuidad. (... ) Si la madre quiere ser útil debe ser resocializada o mantenerse
aislada del proceso. Las relaciones de poder entre la escuela y la familia han cam-
biado, pues el profesor tiene ahora el poder y la madre se convierte en un alum-
no más.( ... )
El profesor también tiene dificultades porque la pedagogía invisible presupo-
ne una forma particular de socialización primaria maternal, un pequeño número
de alumnos y una arquitectura particular. (... ) La pedagogía invisible es una pe-
dagogía costosa porque tiene su origen en una clase costosa: la clase media".