Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El estoicismo es uno de los movimientos filosóficos que, dentro del periodo helenístico,
adquirió mayor importancia y difusión. Fundado por Zenón de Citio en el 301 a.C, se
propagó por todo el mundo greco-romano con especial importancia en Roma.
La escuela estoica tiene una honda relación con los filósofos moralistas socráticos, y
especialmente con los cínicos renovando su actitud ante la vida y la filosofía, aunque
con personalidades superiores intelectualmente y una mayor elaboración teórica.
Dios y el mundo aparecen identificados en el estoicismo; Dios es rector del mundo, pero
a su vez es sustancia, y el mundo entero es la sustancia de Dios. La Naturaleza, regida
por un principio que es razón, se identifica con la Divinidad. El principio divino liga
todas las cosas mediante una ley, identificada con la razón universal, y este
encadenamiento inexorable es el destino. Todas las cosas sirven a la perfección de la
totalidad; la única norma de valoración es la ley divina universal que lo encadena todo,
a la cual llamamos naturaleza. Esta es al culminación de la física estoica, y de aquí
arranca la moral de la escuela.
El destino guía al que quiere, al que no quiere, lo arrastra siendo así, inútil, la
resistencia. El filósofo se hace independiente, soportándolo todo. Y, al mismo tiempo,
logra su suficiencia disminuyendo sus necesidades. El sabio se ha de despojar de sus
pasiones para lograr la impertuabilidad; es dueño de sí, no se deja arrebatar por nada, no
está a la merced de los sucesos exteriores, puede ser feliz en medio de los mayores
dolores y males. Los bienes de la vida pueden ser, a lo sumo, deseables y apetecibles;
pero no tienen verdadero valor e importancia, sino solo la virtud. Esta consiste en la
conformidad racional con el orden de las cosas, en la razón recta. El concepto de deber
no existe, en rigor, en la ética antigua. Lo recto es primariamente lo correcto, lo que está
de acuerdo con la razón.
Con esto no se está diciendo que Zenón creyese que ocurre así. El movimiento se
muestra andando, y andando se llega a A y a B. Pero se trata de la explicación de
movimiento. Esta es, dentro de la idea de tiempo, imposible. Para que el movimiento se
pueda interpretar ontológicamente, es menester una idea distinta del ente (si el ente es
uno e inmóvil –teoría de Parménides- no hay naturaleza y la física es imposible. Si el
movimiento es, se necesita una idea del ente distinta de la de Parménides) No será hasta
Aristóteles cuando se cosntruya una idea del ser, distinta de la de Parménides, y solo
entonces se explicará el ser del movimiento y ser´así, posible la física.
Además de toda ésta defensa a Parménides, Zenón, se caracteriza por dividir su filosofía
en tres grupos: lógica, ética y física.
Lógica: Todo el conociemiento viene a partir de los sentidos —no hay ideas innatas—,
pero cuando el hombre adquiere sus conocimientos llega a percibir los conceptos
comunes, es decir, los conceptos morales universales.
Física: Un principio rector (el logos), en forma de fuego, conforma todas las cosas del
universo, hasta los no materiales. Así pues, nada escapa al destino universal y todo
obedece a leyes divinas inevitablemente. Al final, el elemento divino del fuego se
separará y se volverá a unir de forma cíclica eternamente.
La ética de Zenón perduró y llegó a ser durante un tiempo la predominante en Roma con
notables modificaciones, abandonando gradualmente el interés en la física y la lógica y
quedándose casi exclusivamente con una ética del esfuerzo y la disciplina, que allanaría
el camino a la posterior victoria del cristianismo.