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ETAPAS DEL SUEÑO

El sueño es un tema preocupante en la vida de los seres humanos, por las altas demandas de un mundo en
constante cambio, en que debido al desarrollo tecnológico el hombre requiere un alto ritmo de acción, por
lo que debe recuperar sus energías. El sueño, entonces, es una instancia fundamental para restaurar las
funciones corporales, mentales, fisiológicas y bioquímicas, entre otras, el que se constituye en una
necesidad, que tiene que ser satisfecha en calidad y cantidad adecuadas para cada persona. También sirve
para descargar tensiones del día, para ello el soñar contribuiría con esta tarea.

No todas las personas necesitan dormir igual número de horas. Los más jóvenes, quienes realizan
esfuerzos físicos o psíquicos intensos, así como personas con determinadas características, suelen
necesitar dormir más. En promedio, un niño puede requerir dormir 10 horas diarias, un adulto entre 6 y 8
horas, mientras que una persona de edad avanzada puede tener suficiente con 5 o 6. Cabe destacar que
podemos encontrar personas que duermen 4 horas y otras que requieren 10 horas y ambas pueden lograr
la misma sensación reparadora.

Son variados los factores que influyen en el logro de un dormir reparador, como se dijo, no sólo importa
el número de horas dormidas sino también la sensación de que esas horas hayan sido las suficientes para
la persona. Otros aspectos lo constituyen: el tiempo que se demora en conciliar el sueño ( período de
latencia), el numero de veces que se despierta por la noche, el tiempo que se demora en volver a
conciliarlo y la sensación de haber amanecido descansado.

En cualquier estudio del sueño es importante considerar tres aspectos:

  El dinamismo propio del sueño: El sueño posee una estructura propia con etapas y fases, con variaciones
en las etapas del ciclo vital
 La existencia de cierta actividad psíquica que impide que la persona tenga claridad de la relación entre, el
número de horas dormidas y la percepción de un sueño adecuado. 
 La falta de desconexión absoluta con el entorno, manteniendo un umbral perceptual que hace que frente a
un ruido se provoque despertar.

Estrustura del Sueño

El sueño posee dos grandes etapas: Una profunda que abarca el 75% del sueño total de la noche, donde
se produce un funcionamiento fisiológico que permite la reparación de los tejidos y órganos. Esta es
llamada NREM O NMOR, de no rápidos movimientos oculares o Reparadora. A su vez la etapa NREM
tiene fases que van desde la I a la IV, de menor a mayor profundidad.

1. Al tener ganas de dormir, comienza un adormecimiento o período de latencia, (tiempo que transcurre
entre el disponerse a dormir y el dormirse, durar no más de media hora y durante el cual se pasa del
estado de vigilia a la de sueño con una progresiva disminución de la conciencia). En esta fase puede que
se produzcan ilusiones visuales o auditivas de estímulos que no existen, así como que se sientan
calambres, vértigos o sensación de tropiezo o caída en un precipicio, y presentar sacudidas (fases I y II
Luego se llega a las fases III y la IV donde se produce el sueño de mayor profundidad
2. La segunda etapa llamada REM o MOR: Rápidos movimientos oculares
El sueño REM abarca entre el 20-25% del periodo total del sueño nocturno. Se presenta normalmente a
los 70-100 min. de haberse quedado dormido. Se observa una disminución o ausencia de tono de la mayor
parte de los músculos, exceptuando el diafragma y de aquellos responsables del movimiento ocular. Por
ello, si se despierta en esta etapa se puede tener la sensación de parálisis por breves momentos. Presenta
también mioclonias (movimientos musculares) espasmofaciales, presiones arteriales variables, cambios
en el ritmo cardiaco y en la respiración, además de presentar movimientos de la lengua. A esta etapa
también se la denomina sueño paradójico, ya que si se hace un electroencefalograma (EEG) la actividad
cerebral es similar a la que tiene la persona cuando está despierta. En ella se produce la mayor parte de la
actividad onírica ( soñar).

Estas dos etapas NREM y REM se alternan continuamente durante la noche, formando un patrón cíclico
que dura aproximadamente entre 70 y 110 min en el primer ciclo y entre 90 y 120 min del segundo ciclo
en adelante. Este faceta se repite aproximadamente entre 4 y 6 veces cada noche, según la duración total
del sueño.

El ciclo comienza con el estado NREM sucediéndose consecutivamente las cuatro fases, apareciendo el
estado REM luego de 70 a 110 min de comenzado el ciclo. El primer período REM puede ser breve, pero
generalmente va aumentando en tiempo mientras transcurre la noche, desapareciendo conjuntamente así,
la etapa III y IV del sueño no-REM, hacia la madrugada.

Esta arquitectura cambia a lo largo del ciclo vital, siendo similar en personas de la misma edad pero
puede verse alterada en algunas de ellas.

 
 

Alteraciones del Sueño

Se pueden encontrar diferentes clasificaciones de los trastornos de sueño, como la de la Asociación


Americana de Desórdenes del Sueño, el DSM IV, entre otras, sin embargo, todas, generalmente apuntan
al factor causal de dichos trastornos. Para efectos de una mayor comprensión del tema se considerarán
algunas de las patologías de sueño más relevantes y de mayor frecuencia de consulta, en niños y adultos
respectivamente.

Problemas del sueño a través de las etapas del Ciclo Vital

 Niños:

Las alteraciones de sueño en los niños pueden ser clasificadas en general en: Disomnias y Parasomnias.

Las disomnias o alteraciones en cantidad y oportunidades del sueño, donde se incluyen la apnea del
sueño, interrupciones excesivas del sueño nocturno y trastornos de las fases del sueño en los que el
tiempo que los padres le asignan al descanso no es sincrónico con el que el niño necesita.
Las parasomnias, interrupción del sueño por terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismo o hablar
dormido.

Si bien es cierto, que durante la infancia, los motivos de consulta más frecuentes los constituyen los antes
mencionados, los padres a veces no buscan ayuda ante estos problemas, y en otras oportunidades se
preocupan sólo de conseguir para el niño un patrón de sueño "normal".

Existen varios factores que afectan el sueño en los niños, entre ellos se pueden contar los físicos o
corporales como enfermedades, los factores que tienen que ver con la conducta del niño como su
temperamento o la capacidad para adaptarse al medio que lo rodea, los relacionados con el desarrollo, es
decir desde el desarrollo cognitivo y afectivo del niño, el reconocimiento de personas significativas hasta
el concepto de permanencia del objeto en el espacio. Y el factor ambiental de rutinas o hábitos, por
ejemplo, hiper estimulación, asociaciones inadecuadas, reglas poco precisas en relación a horarios, entre
otras muchas .

Sin diferenciar entre problemas y patología propiamente tal, se ha establecido que en los niños puede
haber miedo a objetos específicos (perro, monstruo, obscuridad) y temor a acostarse. En ellos una de las
patologías de sueño de consulta frecuente es la pesadilla, ocurre aproximadamente en un 50% entre 4-5
años hasta en un 50% de los niños de 10 años. La pesadilla se traduce en un despertar angustiado pero
donde la persona es capaz de relatar los contenidos del sueño, ocurren generalmente en la etapa REM y en
la última parte de la noche, a diferencia de los terrores nocturnos en que la persona grita o llora y
aparecen signos autonómicos, parece despierto pero no lo está, y luego es incapaz de relatar lo sucedido,
esto ocurre más frecuentemente en el inicio de la noche, se presenta en el 3.5% de menores de 5 años.
Esto se hace patológico, cuando persiste y altera tanto el sueño como la convivencia familiar normal.

En grupos de pre-escolares y escolares,se ha descrito sonambulismo, enuresis (orinarse mientras


duerme), somniloquia (hablar dormido), uso de objetos para dormirse desde los 4 a los 14 años
respectivamente, movimientos rítmicos en el sueño (movimiento de piernas, cabeza), bruxismo(apretar
los dientes al dormir).

Se observa que la mitad de los niños menores de tres años duermen con sus padres. Estos resultados
coinciden con los estudios realizados en el Centro de Estudios Médicos del Sueño de la Pontificia
Universidad Católica de Chile.

 Adultos:

Las alteraciones de sueño en los adultos se presentan con mayor frecuencia después de los 35 años de
edad, sin embargo, en nuestra experiencia clínica de estos últimos 5 años se ha producido una consulta
frecuente de personas de alrededor de los 20 años que presentan alteraciones del sueño relacionadas con
desajustes del ciclo circadiano o insomnio.

Se definirá como Insomnio la percepción de sueño inadecuado y anormal, donde se incluye la dificultad


para iniciar el sueño, frecuencia de despertares mientras se duerme y sueño no reparador. Dentro de los
criterios se hace importante considerar el tiempo en que se inicia el síntoma y en este sentido se considera
a lo menos un mes y el hecho que provoque un malestar clínicamente significativo o un deterioro social,
laboral, o en otras áreas de la vida diaria de la persona.
La Hipersomnia, es decir, presencia de sueño en momentos que no son los propicios,durante el día,
puede tener variadas causas o relaciones, como ser consecuencia de un insomnio, de síndrome de apnea
obstructiva y en menor frecuencia relacionada con movimientos periódicos de extremidades.

Entre las causas más comunes que afectan el sueño en los adultos, destacan los malos hábitos antes y
durante el sueño, por ejemplo pasar gran parte del día en el dormitorio, horarios irregulares para acostarse
y levantarse, rutinas como comer, fumar o hacer ejercicios previos al acostarse, ver televisión, etc.
También el ambiente se constituye en un factor tremendamente importante en el desencadenamiento de
los problemas del dormir, entre ellos, por ejemplo la decoración de los dormitorios, el exceso de
iluminación mientras se duerme, temperatura ambiental elevada, incomodidad de la ropa de cama, el
colchón, la almohada. Se ha encontrado que las personas más jóvenes tienen trasgresiones horarias o
preocupaciones que impactan directamente en su calidad de sueño.

Existe un número no poco considerable de personas que realizan turnos de noche y que tienen algún
grado de desadaptación a ellos, debido que la regulación del sueño-vigilia determinado por el ritmo
circadiano está desincronizado . Este problema se ve acentuado debido a que las condiciones que tienen
los lugares de turno no poseen las características para un funcionamiento más adecuado del organismo
frente a la deprivación de sueño; son lugares que tienen escasa luz y ventilación, se ingiere comidas muy
pesada durante el turno, y luego en la salida del mismo las personas llegan a dormir toda la mañana, bajo
condiciones de luminosidad, ruido u otra, que a su vez altera el sueño nocturno. Asimismo, la ingestión de
sustancias para mantenerse despiertos como café, u otro estimulante y el consumo de alcohol o
medicamentos para dormir, agravan aún más el problema.

 Solucionando el problema

Al pensar en un plan de intervención de los problemas del sueño es necesario partir de la base que la
persona tome conciencia de su alteración, de que su sueño no tiene la calidad ni la cantidad adecuada para
ella y luego se le puede abordar en forma integral de modo de proveerle todos los recursos necesarios
para que logre desarrollar sus propias capacidades de autocuidado, lo que significa que a pesar de existir
patrones generales, a cada persona se le debe realizar su propio plan terapéutico.

La exposición a la luz durante el día, el desarrollo de actividades recreativas y de ejercicio físico, el


cambio de alimentación previo al acostarse, técnicas de relajación y cambios de rutinas en general
permitirán en el corto o mediano plazo (entre dos semanas y seis semanas) mejorar la calidad de sueño.

En algunas personas es necesario intervenir con medicamentos inductores del sueño que tarde o
temprano, en la mayor parte de los casos se pueden ir retirando, pero siempre con la supervisión del
equipo de salud.

En el caso de los niños es importante considerar a la familia, que se trabaje con los padres y con el niño
en forma paralela y conjunta, para que logren incorporar estrategias de crianza adecuadas en pro de
mejorar tanto el dormir de su hijo como el propio. Se sabe que un sueño inadecuado de los niños puede
afectar la dinámica familiar y por ende dañar el vínculo padres- hijos.

Por lo expuesto, se hace necesario crear conciencia en relación con las alteraciones del sueño, para
manejarlas en forma oportuna y adecuada como asimismo, prevenir desde edades tempranas, con
educación a los padres y niños, los problemas que potencialmente puedan presentar de adultos, para de
este modo aportar a la calidad de vida de la población.
Se le sugiere evaluar su calidad de sueño y si ésta no cumple con calidad y cantidad, se le recomienda consultar
en forma rápida

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