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Derecho

Fines

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Fuentes del derecho

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: lun., 23 de dic. de 2019 20:53

Subject: Fuentes del derecho

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Fuentes del derecho

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Este aviso fue puesto el 15 de abril de 2015.

La justicia se representa por una mujer con los ojos vendados, con una balanza en una mano
y una espada en la otra.

El término fuente del derecho designa todo lo que contribuye o ha contribuido a crear el
conjunto de reglas jurídicas aplicables hoy por las personas.

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Como regla general las principales fuentes del Derecho, fueron La Religión y Las
Costumbres, de ahí emanó la moral que fuese tratada y estudiada por la Ética como ciencia
y luego por el Derecho. Los más antiguos escritos religiosos en los que se plasmó moral y
regularon la conducta del humano fueron todos los documentos que conforman hoy La
Biblia y El Código de Hammurabi.

En la cultura jurídico-académica el tema de las fuentes del Derecho no es muy


apreciado;tiende a considerarse " demasiado básico" como para que resulte algo muy
interesante para el alumno de Derecho el cual a su vez es una parte esencial dentro de su
formación como Abogado y parte fundamental de la sociedad.

En los países con derecho escrito, las principales fuentes del derecho son tanto textos como
tratados internacionales, constituciones, leyes, reglamentos. Sin embargo, otras fuentes son
a veces admitidas según la materia, tales como la costumbre, los principios generales del
derecho consagrados por la jurisprudencia (a veces inspirados por la doctrina de juristas
especializados, profesores, abogados, magistrados, etc.) o unos principios de derecho
natural, universales, escritos en la naturaleza y costumbres de los seres vivos y el ser mismo
de las cosas.

Las fuentes del derecho son un criterio de determinación del sistema jurídico de un país
considerado según tenga antecedentes de:

El derecho escrito, por ejemplo el derecho romano, las constituciones de las polis griegas o
los estados europeos.

El derecho anglosajón, basado en la jurisprudencia o conjunto de sentencias precedentes


(Common law).

El derecho natural, o iusnaturalismo, que se distingue del derecho positivo por defender la
existencia de unas reglas universales o derechos del hombre inalienables e innatos desde su
misma existencia.

Las fuentes del derecho son los actos o hechos pasados de los que deriva la creación,
modificación o extinción de normas jurídicas. A veces, también, se entiende por tales a los
órganos de los cuales emanan las leyes que componen el ordenamiento jurídico (conocidos
como órganos normativos o facultades normativas), y a los factores históricos que inciden
en la creación del derecho. De las fuentes del derecho se desprenden, respectivamente, las
3
nociones de fuentes materiales (o fuentes en sentido material), fuentes formales (o fuentes
en sentido formal) y fuentes históricas.

El origen de las normas jurídicas puede verse en:

Fuentes materiales. Se refiere a los poderes, instituciones, o grupos sociales que están
autorizados para crear leyes que reconocen o extinguen derechos o normas jurídicas en los
distintos ámbitos

Ejemplo: la Comisión Europea

Fuentes formales. Lugares donde están recogidas las normas: la legislación, la doctrina,
principios generales del derecho, tratados internacionales, la jurisprudencia y la costumbre.
Pueden ser tanto las que tienen vigencia actual como las que la han tenido. Son los procesos
de creación de las normas jurídicas.

Ejemplo: El proceso legislativo.

Fuentes históricas. Testimonios, documentos (libro, papiro, inscripciones, etc.), restos u


objetos que aporten información sobre los hechos que han tenido lugar. Son aquellos
documentos del pasado que contienen una norma jurídica o ley.

Ejemplo: Código de Hammurabi.

Visión teórica de las fuentes del derecho Editar

Según la taxonomía aristotélica de la causa, se puede distinguir:

Por su causa formal: entendemos que es la fuerza social con facultad normativa y creadora,
según R. Castro. Esta se jacta por ser derecho vinculante y aplicable. Influye
insoslayablemente a esta acepción la Teoría de la Institución, la cual califica como
imprescindible a las fuentes formales en el proceso de acción de los entes sociales
organizados (instituciones). Dentro de ésta se puede distinguir:

Por su orientación:

4
Fuentes políticas (programas de partidos políticos o movimientos revolucionarios).
Pretenden crear presión colectiva o desencadenar procesos institucionales.

Fuentes culturales (grupos sociales u operadores jurídicos). Persiguen la observancia de las


leyes surgidas en el pasado y el estudio teórico de la realidad social actual.

Por la política en el momento en que se originan:

Fuentes originarias. Las que crean derecho ex nihilo (de la nada), sin un sistema jurídico
precedente. Característico de los procesos revolucionarios.

Fuentes derivadas. Las que crean derecho usando los métodos procedimentales
establecidos en un régimen jurídico preexistente.

Por su causa material: entendemos que son las formas de exteriorización del derecho,
donde nos encontramos:

Fuentes formales de conocimiento jurídico, entendido como formas de manifestación


empírica de normas, instituciones, etc. que por su mera percepción nos hace conocer que
son o tienen que ver con el derecho.

Fuentes formales de interpretación y aplicación, dentro de las cuales nos encontramos con
las directrices de órganos externos que eligen a los órganos de interpretación y aplicación,
así como dirigir su juicio. Segundamente, nos encontramos con los órganos de
interpretación y aplicación, que son los tribunales de justicia. Por último nos encontramos
las expresiones formales de las normas admitidas, concepto ligado al positivismo jurídico
que alza como fuente superior a la ley, como fuente genuina. De la misma forma identifica a
las fuentes estatales con las fuentes del derecho. Las fuentes restantes (costumbre,
jurisprudencia y principios generales) aparecerán como subsidiarias para aplicar en defecto
de ley.

Por su causa eficiente: son las categorías, instituciones y facultades que fundamentan el
derecho. Por ejemplo: Dios, la razón, el ser humano, el sentimiento jurídico, etc.

Por su causa final: destacamos dentro de ésta a dos muy importantes, que son la seguridad
jurídica y la obediencia, problemas que el sistema de fuentes tiende a solventar.

Seguridad jurídica: el problema aparece si se produce un non liquet por ausencia de ley.
Para ello se utilizan los medios de integración (interpretación extensiva, analogía, equidad,
principios generales del derecho) unido al establecimiento de fuentes formales para
encontrar una solución.

Fuentes del derecho interno Editar

Según la doctrina comúnmente aceptada, son fuentes del derecho interno:

5
La Constitución. En algunos países, la Constitución puede ser no escrita, como pasa en
algunos sistemas de derecho anglosajón.

La ley en sentido amplio, que abarca todas las normas de rango legal emanadas tanto del
poder legislativo como del poder ejecutivo. Su definición sería: la ley dictada por la
autoridad competente, que manda o prohíbe en concordancia con la justicia y para bien de
los gobiernos y de los ciudadanos.

La costumbre. Las nota distintiva fundamental entre ley y costumbre se encuentra en su


origen o procedencia, pues la ley procede del poder legislativo que la propia sociedad
estatuye, mientras la costumbre lo hace de la misma sociedad, que mediante la observación
continuada de una conducta acaba por imponerla como precepto. Aun así, esta no es una
fuente del derecho, pero se toman los fundamentos de esta. No obstante lo anterior, en
algunos ordenamientos puede ser fuente supletoria de la ley, como ocurre en el
ordenamiento español.

Los principios generales del derecho y la jurisprudencia, que complementan y sirven para
interpretar las normas que han de ser aplicadas, por lo que son fuentes que en la práctica
tienen mucha importancia.

Los reglamentos emanados del poder ejecutivo, que por lo general desarrollan las leyes.
Normalmente, tiene una dependencia jerárquica de la ley, sin perjuicio de la existencia de
reglamentos derivados de la potestad reglamentaria autónoma.

La doctrina, en tanto que puede influir en la adopción de normas o criterios de


interpretación.

La prelación de fuentes la establece cada ordenamiento jurídico de forma diferente. La


fuerza que se le da a la costumbre y a la jurisprudencia no es la misma.

Fuentes del derecho Internacional Editar

El Palacio de la Paz, sede de la Corte Internacional de Justicia.

En el marco del derecho Internacional, el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia


enumera como fuentes a:

6
Los tratados, que pueden ser bilaterales o multilaterales, y rigen las relaciones entre los
Estados;

La costumbre internacional;

Los principios generales del derecho;

A su vez, resultan medios auxiliares para la determinación del derecho Internacional:

La jurisprudencia de los tribunales internacionales, en los términos del art. 59 del Estatuto;

Las opiniones de la doctrina;

Se reserva, a pedido de ambas partes en la contienda, la posibilidad de fallar ex aequo et


bono (según lo bueno y lo equitativo). Esto no constituye a la equidad en fuente, sino en
medio elegido por los justiciables para solucionar sus disputas. Esto es así porque la
equidad, analizada aisladamente, resulta ser un principio general del derecho, por lo que es
fuente en base al art. 38.1.

Además, según cierta doctrina internacionalista, es posible mencionar también a:

Los actos unilaterales de los Estados.

Los actos y resoluciones de las Organizaciones internacionales.

Otros autores, en cambio, argumentan que las tres fuentes citadas en el art. 38.1 incisos a,
b, y c —convenciones internacionales, costumbre internacional, principios generales del
derecho— son las únicas que tienen tal carácter y el resto de las supuestas «fuentes» se
reducen, en última instancia, a ellas tres.

En muchos casos la doctrina habla también del ius cogens. Son aquellas normas que la
comunidad internacional en su conjunto entiende de obligado acatamiento y que sólo
pueden ser revocadas por otra norma del mismo carácter. Estas disposiciones tienen reflejo
en los artículos 53 y 64 de la Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados. Pero, en
último término, las normas de ius cogens son objeto de discusión y algunos países no
reconocen su existencia. Generalmente, se las subsume en la costumbre internacional, con
carácter de costumbre imperativa o -técnicamente- norma imperativa de derecho
Internacional general.

7
La doctrina es casi unánime en admitir que no existe jerarquía alguna entre las tres fuentes
formales citadas en el art. 38.1.

Regulación por paísesEditar

Véase también Editar

Referencias Editar

Bibliografía Editar

Enlaces externos Editar

Última edición el 2 dic 2019 a las 21:08

El contenido está disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0, salvo que se indique lo contrario.

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: lun., 23 de dic. de 2019 20:56

Subject: Clasificacion del deRecho ramas

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.Gjkkkkkxx

Derecho

Derecho

Clasificación del Derecho y sus Diferentes Ramas

Por Maria Laura Romero

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La clasificación del derecho es la siguiente: derecho público y derecho privado o civil, cada
uno de los cuales se divide a su vez en varias ramas. El derecho es un conjunto de normas y
reglas que afectan cada aspecto de nuestras vidas, las gobierna desde antes del nacimiento
hasta después del fallecimiento.

Ad

El derecho se clasifica en derecho público, que regula las relaciones entre el Estado y sus
ciudadanos y el derecho privado o civil, que incluye los derechos y obligaciones de unos
individuos hacia otros. Es ejercido por los abogados dentro del poder judicial o en la libre
práctica de la profesión.

El derecho público está conformado por el derecho constitucional, el derecho administrativo


y el derecho penal. El derecho privado maneja las relaciones particulares entre sí y está
conformado por: derecho civil, derecho mercantil y derecho laboral.

El derecho internacional se explicará fuera de esta clasificación, ya que comprende ámbitos


tanto públicos como privados.

De esta manera se resumen los tipos de derecho en el cual laboran los abogados.

Las ramas del derecho público: constitucional, administrativo y penal

El derecho constitucional está compuesto por normas relacionadas a la estructura


fundamental del Estado, las funciones de las instituciones y las relaciones de estos entes y
con los ciudadanos. Esta rama es administrada por la corte más alta del poder judicial.

Los abogados que se desarrollan en esta área del derecho tienen la formación necesaria
para analizar la interpretación de textos constitucionales, su funcionamiento e interrelación

9
en los distintos niveles en los que esté estructurado el poder público a niveles nacional,
regional y local.

Asimismo, puede hacer comparaciones entre los textos constitucionales de diferentes


países y brindar sus conclusiones.

El derecho administrativo se encarga de lo relacionado con los procesos de los entes de la


administración pública. Se ha desarrollado desde hace cien años por las responsabilidades
que tiene el Estado en materias de educación, salud, seguridad social y trabajo social.

Ello ha generado que los ciudadanos y entes puedan demandar por incumplimientos del
Estado en estas materias.

El derecho penal se encarga de establecer las normas que el Estado detalla para combatir
los problemas relacionados con la criminalidad. Esta rama es ejercida por los tribunales en
esta área, fiscalía y abogados en libre ejercicio. Los códigos penales señalan los
procedimientos para el debido proceso.

Los abogados litigantes en materia penal deben recabar toda la información del expediente,
las evidencias, jurisprudencia y demás elementos que le ayuden a velar por los intereses de
su defendido a través de las herramientas que brinda el ordenamiento jurídico vigente.

La clasificación del derecho privado: civil, mercantil y laboral

El derecho civil lidia con los derechos y deberes entre los individuos en materias
relacionadas con obligaciones (contratos), regula las actividades de estado civil, familia,
activos, organización del patrimonio de las personas naturales y jurídicas, materias de
sucesiones. El Código Civil resume las obligaciones de las personas dentro de la sociedad.

El derecho mercantil se encarga de la materia de constitución de sociedades mercantiles a


través de la consignación y revisión de recaudos tales como actas de asamblea y estados

10
financieros. El código de comercio rige las relaciones entre las sociedades mercantiles y sus
relaciones entre sí.

El derecho laboral se encarga de regular las relaciones existentes entre los particulares
cuando hay relaciones de trabajador y patrono, es decir, relaciones de subordinación.

Los tribunales laborales son los responsables de aplicar las leyes conforme a las situaciones
que se presenten entre los trabajadores y patronos.

El derecho internacional: público y privado

El derecho internacional se encarga de estandarizar y poner normas a las relaciones entre


los sujetos internacionales. Se clasifica en:

Derecho internacional público: establece las normas que regulan las relaciones entre los
Estados y los organismos internacionales. Ambas partes crean sus mecanismos de
funcionamiento.

Derecho internacional privado: es el conjunto de normas, de manera privada, que indican la


forma de resolver conflictos entre sujetos internacionales.

Los tratados internacionales aprobados en asambleas de los organismos de integración,


para que entren en plena vigencia, se deben debatir y ratificar en los parlamentos de los
países integrantes.

La soberanía de las naciones, ejercida por hombres y mujeres mayores de 18 años de edad,
está representada en los órganos legislativos elegidos por sufragio universal, directo y
secreto. Dichos tratados pasan a ser parte de cada marco jurídico.

Algunos datos sobre el ejercicio del derecho

Las normativas relacionadas con las clasificaciones del derecho mencionadas, son
elaboradas por abogados redactores, quienes presentan el proyecto a legisladores que a su
vez lo someten a consideración de sus colegas en sesiones de comisión. A continuación se
procede a su estudio con abogados asesores parlamentarios.
11
Posteriormente se llevan a sesiones plenarias, de acuerdo a los reglamentos del Parlamento,
para su debate en varias discusiones. Alcanzando el lapso máximo, se vota a favor o en
contra del proyecto.

El proceso de elaboración de las leyes y reglamentos es una de las maneras en las cuales el
derecho y la política trabajan de manera conjunta. El poder tiene la posibilidad de proponer
iniciativas legislativas, tomando en cuenta los principios del Derecho universalmente
aceptados.

Diferencias entre derecho penal y civil

Entre las clases de derechos mencionados, se pueden establecer diferencias entre el penal y
civil. El penal se encarga de aquellos delitos contra al Estado. Por ejemplo, un fiscal acusa a
un político corrucpto.

El civil se encarga de las disputas o diferencias entre individuos privados, un demandante


presenta una demanda contra la defensa.

Las universidades ofertan programas de estudios de postgrado en los cuales los abogados se
forman en las clasificaciones del derecho, con el fin de aportar valor agregado al ejercicio de
su profesión. De esta manera se puede profundizar la investigación jurídica.

Los abogados tienen una gama de opciones para aplicar sus conocimientos dentro y fuera
del País donde se formen. En el sector público pueden desarrollar carrera a través de la
defensoría pública, fiscalía, contraloría, tribunales, representaciones diplomáticas y entes
multilaterales.

En el sector privado pueden asesorar a las personas jurídicas y naturales en nuevas las
clasificaciones de derecho.

12
El derecho permite a las sociedades a establecer sus normas, preferiblemente de principios
jurídicos universales, para mantener una sana convivencia en el marco de las diferencias
culturales donde se desenvuelvan.

La responsabilidad de los abogados es usar y mantener la vigencia del Estado de Derecho de


su respectivo país.

Referencias

Moreno, G., et al. Introducción al Estudio del Derecho. Ciudad de México, Universidad
Nacional Autónoma de México.

Gordillo, A. (2000). Introducción al Derecho. Buenos Aires, Fundación de Derecho


Administrativo.

Reale, M. (1993). Introducción al Derecho. Ediciones Pirámide, S.A. Madrid, España.


Recuperado en uco.es

Introduction to Law. Recuperado de: catalogue.pearsoned.co.uk

Introduction to Law. Recuperado de: hse.ru.

Maria Laura Romero

Ingeniera industrial y redactora. Universidad de Carabobo.

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Derecho

Derecho

Clasificación del Derecho y sus Diferentes Ramas

Por Maria Laura Romero

La clasificación del derecho es la siguiente: derecho público y derecho privado o civil, cada
uno de los cuales se divide a su vez en varias ramas. El derecho es un conjunto de normas y
reglas que afectan cada aspecto de nuestras vidas, las gobierna desde antes del nacimiento
hasta después del fallecimiento.

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Ad

El derecho se clasifica en derecho público, que regula las relaciones entre el Estado y sus
ciudadanos y el derecho privado o civil, que incluye los derechos y obligaciones de unos
individuos hacia otros. Es ejercido por los abogados dentro del poder judicial o en la libre
práctica de la profesión.

El derecho público está conformado por el derecho constitucional, el derecho administrativo


y el derecho penal. El derecho privado maneja las relaciones particulares entre sí y está
conformado por: derecho civil, derecho mercantil y derecho laboral.

El derecho internacional se explicará fuera de esta clasificación, ya que comprende ámbitos


tanto públicos como privados.

De esta manera se resumen los tipos de derecho en el cual laboran los abogados.

Las ramas del derecho público: constitucional, administrativo y penal

El derecho constitucional está compuesto por normas relacionadas a la estructura


fundamental del Estado, las funciones de las instituciones y las relaciones de estos entes y
con los ciudadanos. Esta rama es administrada por la corte más alta del poder judicial.

Los abogados que se desarrollan en esta área del derecho tienen la formación necesaria
para analizar la interpretación de textos constitucionales, su funcionamiento e interrelación
en los distintos niveles en los que esté estructurado el poder público a niveles nacional,
regional y local.

15
Asimismo, puede hacer comparaciones entre los textos constitucionales de diferentes
países y brindar sus conclusiones.

El derecho administrativo se encarga de lo relacionado con los procesos de los entes de la


administración pública. Se ha desarrollado desde hace cien años por las responsabilidades
que tiene el Estado en materias de educación, salud, seguridad social y trabajo social.

Ello ha generado que los ciudadanos y entes puedan demandar por incumplimientos del
Estado en estas materias.

El derecho penal se encarga de establecer las normas que el Estado detalla para combatir
los problemas relacionados con la criminalidad. Esta rama es ejercida por los tribunales en
esta área, fiscalía y abogados en libre ejercicio. Los códigos penales señalan los
procedimientos para el debido proceso.

Los abogados litigantes en materia penal deben recabar toda la información del expediente,
las evidencias, jurisprudencia y demás elementos que le ayuden a velar por los intereses de
su defendido a través de las herramientas que brinda el ordenamiento jurídico vigente.

La clasificación del derecho privado: civil, mercantil y laboral

El derecho civil lidia con los derechos y deberes entre los individuos en materias
relacionadas con obligaciones (contratos), regula las actividades de estado civil, familia,
activos, organización del patrimonio de las personas naturales y jurídicas, materias de
sucesiones. El Código Civil resume las obligaciones de las personas dentro de la sociedad.

El derecho mercantil se encarga de la materia de constitución de sociedades mercantiles a


través de la consignación y revisión de recaudos tales como actas de asamblea y estados
financieros. El código de comercio rige las relaciones entre las sociedades mercantiles y sus
relaciones entre sí.

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El derecho laboral se encarga de regular las relaciones existentes entre los particulares
cuando hay relaciones de trabajador y patrono, es decir, relaciones de subordinación.

Los tribunales laborales son los responsables de aplicar las leyes conforme a las situaciones
que se presenten entre los trabajadores y patronos.

El derecho internacional: público y privado

El derecho internacional se encarga de estandarizar y poner normas a las relaciones entre


los sujetos internacionales. Se clasifica en:

Derecho internacional público: establece las normas que regulan las relaciones entre los
Estados y los organismos internacionales. Ambas partes crean sus mecanismos de
funcionamiento.

Derecho internacional privado: es el conjunto de normas, de manera privada, que indican la


forma de resolver conflictos entre sujetos internacionales.

Los tratados internacionales aprobados en asambleas de los organismos de integración,


para que entren en plena vigencia, se deben debatir y ratificar en los parlamentos de los
países integrantes.

La soberanía de las naciones, ejercida por hombres y mujeres mayores de 18 años de edad,
está representada en los órganos legislativos elegidos por sufragio universal, directo y
secreto. Dichos tratados pasan a ser parte de cada marco jurídico.

Algunos datos sobre el ejercicio del derecho

Las normativas relacionadas con las clasificaciones del derecho mencionadas, son
elaboradas por abogados redactores, quienes presentan el proyecto a legisladores que a su
vez lo someten a consideración de sus colegas en sesiones de comisión. A continuación se
procede a su estudio con abogados asesores parlamentarios.

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Posteriormente se llevan a sesiones plenarias, de acuerdo a los reglamentos del Parlamento,
para su debate en varias discusiones. Alcanzando el lapso máximo, se vota a favor o en
contra del proyecto.

El proceso de elaboración de las leyes y reglamentos es una de las maneras en las cuales el
derecho y la política trabajan de manera conjunta. El poder tiene la posibilidad de proponer
iniciativas legislativas, tomando en cuenta los principios del Derecho universalmente
aceptados.

Diferencias entre derecho penal y civil

Entre las clases de derechos mencionados, se pueden establecer diferencias entre el penal y
civil. El penal se encarga de aquellos delitos contra al Estado. Por ejemplo, un fiscal acusa a
un político corrucpto.

El civil se encarga de las disputas o diferencias entre individuos privados, un demandante


presenta una demanda contra la defensa.

Las universidades ofertan programas de estudios de postgrado en los cuales los abogados se
forman en las clasificaciones del derecho, con el fin de aportar valor agregado al ejercicio de
su profesión. De esta manera se puede profundizar la investigación jurídica.

Los abogados tienen una gama de opciones para aplicar sus conocimientos dentro y fuera
del País donde se formen. En el sector público pueden desarrollar carrera a través de la
defensoría pública, fiscalía, contraloría, tribunales, representaciones diplomáticas y entes
multilaterales.

En el sector privado pueden asesorar a las personas jurídicas y naturales en nuevas las
clasificaciones de derecho.

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El derecho permite a las sociedades a establecer sus normas, preferiblemente de principios
jurídicos universales, para mantener una sana convivencia en el marco de las diferencias
culturales donde se desenvuelvan.

La responsabilidad de los abogados es usar y mantener la vigencia del Estado de Derecho de


su respectivo país.

Referencias

Moreno, G., et al. Introducción al Estudio del Derecho. Ciudad de México, Universidad
Nacional Autónoma de México.

Gordillo, A. (2000). Introducción al Derecho. Buenos Aires, Fundación de Derecho


Administrativo.

Reale, M. (1993). Introducción al Derecho. Ediciones Pirámide, S.A. Madrid, España.


Recuperado en uco.es

Introduction to Law. Recuperado de: catalogue.pearsoned.co.uk

Introduction to Law. Recuperado de: hse.ru.

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Subject: Clasificacion del deRecho ramas

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Derecho

Derecho

Clasificación del Derecho y sus Diferentes Ramas

Por Maria Laura Romero

La clasificación del derecho es la siguiente: derecho público y derecho privado o civil, cada
uno de los cuales se divide a su vez en varias ramas. El derecho es un conjunto de normas y
reglas que afectan cada aspecto de nuestras vidas, las gobierna desde antes del nacimiento
hasta después del fallecimiento.

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El derecho se clasifica en derecho público, que regula las relaciones entre el Estado y sus
ciudadanos y el derecho privado o civil, que incluye los derechos y obligaciones de unos
individuos hacia otros. Es ejercido por los abogados dentro del poder judicial o en la libre
práctica de la profesión.

El derecho público está conformado por el derecho constitucional, el derecho administrativo


y el derecho penal. El derecho privado maneja las relaciones particulares entre sí y está
conformado por: derecho civil, derecho mercantil y derecho laboral.

El derecho internacional se explicará fuera de esta clasificación, ya que comprende ámbitos


tanto públicos como privados.

De esta manera se resumen los tipos de derecho en el cual laboran los abogados.

Las ramas del derecho público: constitucional, administrativo y penal

El derecho constitucional está compuesto por normas relacionadas a la estructura


fundamental del Estado, las funciones de las instituciones y las relaciones de estos entes y
con los ciudadanos. Esta rama es administrada por la corte más alta del poder judicial.

Los abogados que se desarrollan en esta área del derecho tienen la formación necesaria
para analizar la interpretación de textos constitucionales, su funcionamiento e interrelación
en los distintos niveles en los que esté estructurado el poder público a niveles nacional,
regional y local.

Asimismo, puede hacer comparaciones entre los textos constitucionales de diferentes


países y brindar sus conclusiones.

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El derecho administrativo se encarga de lo relacionado con los procesos de los entes de la
administración pública. Se ha desarrollado desde hace cien años por las responsabilidades
que tiene el Estado en materias de educación, salud, seguridad social y trabajo social.

Ello ha generado que los ciudadanos y entes puedan demandar por incumplimientos del
Estado en estas materias.

El derecho penal se encarga de establecer las normas que el Estado detalla para combatir
los problemas relacionados con la criminalidad. Esta rama es ejercida por los tribunales en
esta área, fiscalía y abogados en libre ejercicio. Los códigos penales señalan los
procedimientos para el debido proceso.

Los abogados litigantes en materia penal deben recabar toda la información del expediente,
las evidencias, jurisprudencia y demás elementos que le ayuden a velar por los intereses de
su defendido a través de las herramientas que brinda el ordenamiento jurídico vigente.

La clasificación del derecho privado: civil, mercantil y laboral

El derecho civil lidia con los derechos y deberes entre los individuos en materias
relacionadas con obligaciones (contratos), regula las actividades de estado civil, familia,
activos, organización del patrimonio de las personas naturales y jurídicas, materias de
sucesiones. El Código Civil resume las obligaciones de las personas dentro de la sociedad.

El derecho mercantil se encarga de la materia de constitución de sociedades mercantiles a


través de la consignación y revisión de recaudos tales como actas de asamblea y estados
financieros. El código de comercio rige las relaciones entre las sociedades mercantiles y sus
relaciones entre sí.

El derecho laboral se encarga de regular las relaciones existentes entre los particulares
cuando hay relaciones de trabajador y patrono, es decir, relaciones de subordinación.

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Los tribunales laborales son los responsables de aplicar las leyes conforme a las situaciones
que se presenten entre los trabajadores y patronos.

El derecho internacional: público y privado

El derecho internacional se encarga de estandarizar y poner normas a las relaciones entre


los sujetos internacionales. Se clasifica en:

Derecho internacional público: establece las normas que regulan las relaciones entre los
Estados y los organismos internacionales. Ambas partes crean sus mecanismos de
funcionamiento.

Derecho internacional privado: es el conjunto de normas, de manera privada, que indican la


forma de resolver conflictos entre sujetos internacionales.

Los tratados internacionales aprobados en asambleas de los organismos de integración,


para que entren en plena vigencia, se deben debatir y ratificar en los parlamentos de los
países integrantes.

La soberanía de las naciones, ejercida por hombres y mujeres mayores de 18 años de edad,
está representada en los órganos legislativos elegidos por sufragio universal, directo y
secreto. Dichos tratados pasan a ser parte de cada marco jurídico.

Algunos datos sobre el ejercicio del derecho

Las normativas relacionadas con las clasificaciones del derecho mencionadas, son
elaboradas por abogados redactores, quienes presentan el proyecto a legisladores que a su
vez lo someten a consideración de sus colegas en sesiones de comisión. A continuación se
procede a su estudio con abogados asesores parlamentarios.

Posteriormente se llevan a sesiones plenarias, de acuerdo a los reglamentos del Parlamento,


para su debate en varias discusiones. Alcanzando el lapso máximo, se vota a favor o en
contra del proyecto.

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El proceso de elaboración de las leyes y reglamentos es una de las maneras en las cuales el
derecho y la política trabajan de manera conjunta. El poder tiene la posibilidad de proponer
iniciativas legislativas, tomando en cuenta los principios del Derecho universalmente
aceptados.

Diferencias entre derecho penal y civil

Entre las clases de derechos mencionados, se pueden establecer diferencias entre el penal y
civil. El penal se encarga de aquellos delitos contra al Estado. Por ejemplo, un fiscal acusa a
un político corrucpto.

El civil se encarga de las disputas o diferencias entre individuos privados, un demandante


presenta una demanda contra la defensa.

Las universidades ofertan programas de estudios de postgrado en los cuales los abogados se
forman en las clasificaciones del derecho, con el fin de aportar valor agregado al ejercicio de
su profesión. De esta manera se puede profundizar la investigación jurídica.

Los abogados tienen una gama de opciones para aplicar sus conocimientos dentro y fuera
del País donde se formen. En el sector público pueden desarrollar carrera a través de la
defensoría pública, fiscalía, contraloría, tribunales, representaciones diplomáticas y entes
multilaterales.

En el sector privado pueden asesorar a las personas jurídicas y naturales en nuevas las
clasificaciones de derecho.

El derecho permite a las sociedades a establecer sus normas, preferiblemente de principios


jurídicos universales, para mantener una sana convivencia en el marco de las diferencias
culturales donde se desenvuelvan.

La responsabilidad de los abogados es usar y mantener la vigencia del Estado de Derecho de


su respectivo país.

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Referencias

Moreno, G., et al. Introducción al Estudio del Derecho. Ciudad de México, Universidad
Nacional Autónoma de México.

Gordillo, A. (2000). Introducción al Derecho. Buenos Aires, Fundación de Derecho


Administrativo.

Reale, M. (1993). Introducción al Derecho. Ediciones Pirámide, S.A. Madrid, España.


Recuperado en uco.es

Introduction to Law. Recuperado de: catalogue.pearsoned.co.uk

Introduction to Law. Recuperado de: hse.ru.

Maria Laura Romero

Ingeniera industrial y redactora. Universidad de Carabobo.

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Subject: Derecho laboral

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Derecho laboral

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El derecho laboral, derecho del trabajo o derecho social[1] es una rama del derecho cuyos
principios y normas jurídicas tienen por objeto la tutela del trabajo humano realizado en
forma libre, por cuenta ajena, en relación de dependencia y a cambio de una
contraprestación. Es un sistema normativo heterónomo y autónomo que regula
determinados tipos de trabajo dependiente y de relaciones laborales.

Antecedentes

Contenido Editar

Conjunto de normas y principios teóricos que regulan las relaciones jurídicas entre
empleadores y trabajadores y de ambos con el estado, originado por una prestación
voluntaria, subordinada, retribuida de la actividad humana, para la producción de bienes y
servicios.

Tradicionalmente la disciplina del derecho del trabajo se entiende formada por las
siguientes partes:

derecho individual del trabajo: trata de las relaciones que emanan del contrato individual de
trabajo entre un trabajador y su empleador.

derecho colectivo del trabajo: se refiere a las regulaciones de las relaciones entre grupos de
sujetos en su consideración colectiva, del derecho del trabajo (sindicatos, organizaciones de
empleadores, coaliciones,[n 1] negociación colectiva, participación del Estado con fines de
tutela).

derecho de seguridad social: se refiere a la protección de los trabajadores, principal (pero no


exclusivamente) económica, ante los riesgos de enfermedad, accidentes, vejez, cesantía,
etcétera.

derecho procesal laboral.

Modalidades en función del plazo Editar

Contratos de tiempo determinado Editar

Son contratos laborales de plazo fijo o de obra determinada. Un contrato de plazo fijo sería
aquel que requiere los servicios de un trabajador por un determinado período, terminado el
cual, se considera extinto el contrato. Un contrato de obra determinada es aquel en que se
solicitan los servicios de un trabajador para la ejecución de la obra. Finalizada la obra, el
27
contrato se considera extinto. La extinción del contrato laboral por tiempo o por obra
terminada no suponen responsabilidad para ninguno de las dos partes.

Es importante mencionar que un contrato de plazo fijo que sea prorrogado constantemente
pasa a ser considerado un contrato de tiempo indefinido, porque aplica el principio de
primacía de la realidad.

Contratos de tiempo indefinido Editar

Son aquellos contratos que no estipulan una fecha o suceso que de finalización al contrato
de trabajo. Ciertamente, son los contratos que permiten a los trabajadores lograr la
estabilidad laboral con el tiempo de prestación de sus servicios.

Modalidades especiales del trabajo Editar

Trabajo por cuenta propia o autoempleo Editar

El trabajo por cuenta propia o autoempleo, es aquel en el que el propio trabajador es el que
dirige y organiza su actividad corriendo a su cargo el riesgo económico, y que puede adoptar
dos formas básicas:

El autoempleo individual o trabajo autónomo, que se regula habitualmente por el derecho


civil o el derecho comercial, bajo la forma de "contrato de locación de servicios"
(profesiones liberales, oficios autónomos, etc.).

El autoempleo colectivo, en el que el trabajador se desempeña en una organización de la


que él forma parte como miembro pleno en la toma de decisiones (cooperativa de
producción o trabajo, sociedad laboral, etc.).

Trabajo informal en relación de dependencia o trabajo no registrado Editar

El trabajo informal en relación de dependencia, también llamado trabajo no registrado,


trabajo en negro o trabajo sin contrato, se caracteriza por constituir la relación laboral que
no cumple formalidades legales. Este tipo de trabajo ha crecido notablemente en los últimos
años. Actualmente muchas grandes empresas utilizan un sistema de recursos humanos que
combina el mantenimiento de un pequeño grupo "asalariado" formal empleado
directamente por la empresa, con un amplio grupo de trabajadores que se desempeñan en

28
empresas tercerizadas (outsourcing), muchas veces en condiciones de informalidad, sin
protecciones laborales.

Una de las interpretaciones comúnmente aceptadas sobre la existencia de actividades


informales se refiere al desarrollo de estas al margen del sistema regulatorio vigente. Es
decir, se trata de labores que se desarrollan sin cumplir con los requisitos establecidos en las
reglamentaciones aplicables. Asimismo, y en una visión más positiva, la exclusión se asocia
con su falta de acceso a las políticas de fomento y, en particular, al crédito, la capacitación y
los mercados. Esta aproximación al sector informal enfatiza su ilegalidad como característica
primordial y tiende a visualizarlo como un conjunto de actividades encubiertas o sumergidas
de la economía.

La realidad es, sin embargo, más matizada. Ni el sector informal opera absolutamente “en
negro”, ni su opuesto, el sector moderno, lo hace con un irrestricto apego a la legalidad.
Predominan las llamadas áreas grises que, en investigaciones sobre comienzos de la década
de 1990 (Tokman, 1992; Tokman y Klein, 1996), se han caracterizado como el cumplimiento
parcial de ciertos requisitos legales o procesales, incluida la ilegalidad absoluta, pero
también la legalidad plena. Sin embargo, el panorama prevaleciente en la informalidad es un
área intermedia entre estas últimas: se cumple con ciertos requisitos de registro, pero no se
pagan los impuestos; se observa parte de las regulaciones laborales, pero no todas.

Trabajo informal de simple supervivencia por cuenta propia Editar

Este tipo de trabajo no debe confundirse con el anterior, aunque muchas veces en la
realidad las fronteras son difusas. Este tipo de trabajo es de muy baja productividad y se
realiza por cuenta propia, fuera de toda formalidad legal (limpiavidrios en los semáforos,
recolectores informales de basura, vendedores callejeros, etc.).

Pasantías y becas de investigación Editar

En este tipo de trabajo, el trabajador, generalmente al terminar sus estudios universitarios,


mantiene una actividad laboral habitualmente relacionada con la investigación. Es una
figura derivada de la beca de estudios, mediante la cual se remunera el trabajo realizado,
pero el becario permanece fuera del estatuto de los trabajadores, y carece por ello de gran
parte de los beneficios sociales. En ocasiones se pretende utilizar como una forma legal de

29
"contratación" de jóvenes trabajadores, lo que reduce los costes salariales derivados del alta
en la seguridad social.

Fuentes del derecho laboral Editar

Constitución Editar

En las constituciones se contemplan las garantías y libertades que tienen los individuos, y la
protección de que gozan frente al Estado. En ellas han comenzado a incorporarse, en
muchos países, derechos sociales que regulan garantías mínimas aseguradas a los
trabajadores, y frente a sus empleadores. Es así como empiezan a aparecer en textos
constitucionales principios y derechos laborales que adquieren el rango normativo máximo:
el constitucional. Esta tendencia no es universal; por ejemplo, no existen tales disposiciones
en la Constitución de los Estados Unidos.[3] Cuando las hay, es habitual que se refieran a
temas como los siguientes:

derecho al trabajo.

derecho al salario mínimo.

Indemnización por despido.

Jornada de trabajo, descanso semanal y vacaciones anuales.

Seguridad social.

Estabilidad de los funcionarios públicos.

Seguridad e higiene en el trabajo. La materia contempla dos temas específicos: los


accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales.

derecho de sindicación.

derecho de huelga y de cierre patronal.

derecho a negociar colectivamente.

Tratados internacionales Editar

Los tratados internacionales constituyen una fuente directa de regulación de derechos


laborales, garantizando a los trabajadores de los países signatarios derechos mínimos que
los Estados firmantes se obligan a respetar. Según los distintos regímenes jurídicos, los

30
tratados pueden ser directamente aplicables en el derecho interno o puede requerirse para
ello su incorporación en la legislación nacional.

En países de integración regional o comunitaria, como la Unión Europea, los tratados de


integración constituyen fuentes directas y cada país integrante de la comunidad debe
adecuar su ordenamiento jurídico, operando de esa forma en un sistema integrado e
igualitario de protección a todos los trabajadores de la región.

La principal fuente de tratados multilaterales es la Organización Internacional del Trabajo


(OIT), que aprueba convenios y recomendaciones sobre todos los temas de derecho laboral
individual y colectivo.122

Ley Editar

Las leyes son la principal fuente del Derecho laboral, y la directa expresión de la
intervención del Estado en esta materia. En los Estados con estructura federal toda esta
materia puede ser de competencia del gobierno central o de las entidades federadas.

Códigos laborales Editar

Muchos ordenamientos jurídicos, especialmente en Latinoamérica, iniciaron la tendencia de


separar la legislación laboral de la civil, y elaborar códigos especializados sobre la
materia.[cita requerida]

Leyes especiales Editar

En algunos ordenamientos existen leyes ordinarias especiales que rigen la materia laboral,
como una ampliación de la normativa general encontrada en los códigos civiles o los códigos
de trabajo.

También existen leyes que por su naturaleza se añaden a la legislación laboral en temas
particulares y específicos.

31
Leyes no laborales de aplicación supletoria Editar

Un último eslabón de la legislación laboral se encuentra en normas que pertenecen a otras


disciplinas, como por ejemplo al derecho comercial o al derecho civil, que se aplican en
forma subsidiaria para suplir las cuestiones no previstas en aquella.

Reglamentos Editar

Por lo general, los reglamentos de ejecución de las leyes laborales, dictados por el poder
ejecutivo, dentro de los límites permitidos por la Constitución y las mismas leyes,
complementan esas leyes en aspectos de detalle.

Contratos de trabajo Editar

Definición Editar

Es un acuerdo por el cual una parte (trabajador) se obliga a prestar una actividad o servicio y
la otra parte (empleador) se compromete a retribuirlo mediante un salario.

Contrato individual de trabajo Editar

El contrato individual de trabajo sienta las bases de la relación trabajador-empleador. Este


contrato es especialísimo, propio de su especie, y contiene cuatro elementos principales:

Las partes, trabajador y empleador.

El vínculo de subordinación de parte del trabajador para con el empleador.

Los servicios personales realizados por el trabajador.

La remuneración (Salario)a recibir por el trabajador.

Contrato individual de trabajo en México Editar

El capítulo II de la Ley Federal de Trabajo nos señala los tipos de relaciones de trabajo que se
consideran en México, mismas que expresadas en términos de contratación individual nos
conducen a 6 tipos:

32
Tiempo indeterminado

Tiempo determinado

Obra determinada

Temporada

Prueba

Capacitación inicial

Contratos colectivos de trabajo Editar

Artículo principal: Contrato colectivo de trabajo

Las convenciones colectivas de trabajo constituyen acuerdos colectivos celebrados entre un


sindicato o grupo de sindicatos y uno o varios empleadores, o un sindicato o grupo de
sindicatos y una organización o varias representativas de los empleadores. También, en caso
que no exista un sindicato, puede ser celebrado por representantes de los trabajadores
interesados, debidamente elegidos y autorizados por estos últimos, de acuerdo con la
legislación nacional.

Contratos colectivos de trabajo en México Editar

El contrato colectivo de trabajo está regido por el artículo 386 de la Ley Federal del Trabajo
que a la letra dice: {{cita|contrato colectivo de trabajo es el convenio celebrado entre uno o
varios sindicatos de trabajadores y uno o varios patrones, o uno o varios sindicatos de
patrones, con el objeto de establecer las condiciones según las cuales debe prestarse el
trabajo en una o más empresas o establecimientos.}

El contrato ley está regido por el artículo 404 de la Ley Federal del Trabajo que a la letra
dice:

contrato - ley es el convenio celebrado entre uno o varios sindicatos de trabajadores y


varios patrones, o uno o varios sindicatos de patrones, con el objeto de establecer las
condiciones según las cuales debe prestarse el trabajo de una rama determinada de la
industria, y declarado obligatorio en una o varias entidades federativas, en una o varias
zonas económicas que abarque una o más de dichas entidades, o en todo el territorio
nacional.

33
El origen del contrato-ley se encuentra en la Constitución de Weimar donde inicialmente se
le incluyó y fijaron sus reglas generales; pero fuero los intentos de la Organización
Internacional del Trabajo, desde el año de 1922, para uniformar las condiciones de trabajo
de las minas de carbón, en partículas las europeas pero con extensión a otras regiones del
planeta, las que permitieron su orientación jurídica al firmarse los primeros convenios
internacionales, veinte años antes de surgir el derecho social europeo que hoy los
comprende.

Reglamento interior de trabajo Editar

El reglamento interno, llamado en algunos países "reglamento de taller", estipula las


condiciones de trabajo en una empresa u organización en particular. Supone obligaciones
para el trabajador pero también las delimita evitando la arbitrariedad disciplinaria del
empleador. Es de carácter unilateral, y el empleador fija en él las condiciones disciplinarias,
las relativas a higiene y salud y, en ocasiones, establece principios generales de
remuneración.

En algunos ordenamientos se exige que el reglamento interno de trabajo sea sometido a


aprobación de una dependencia administrativa estatal, para verificar que no vulnere los
derechos de los trabajadores.

Principios generales del derecho laboral Editar

Los principios generales del Derecho del Trabajo son aquellas líneas directrices o postulados
que inspiran el sentido de las normas laborales y configuran la vinculación de las relaciones
de trabajo con arreglo a criterios distintos de los que pueden darse en otras ramas del
Derecho.[4]

Los principios generales del derecho laboral tienen, por lo general, dos funciones
fundamentales:

Fuente supletoria: cuando la ley deja vacíos o lagunas, y no existe jurisprudencia, uso o
costumbre aplicable, los principios de derecho del trabajo entran como suplemento.

Fuente interpretadora: sirven también para interpretar la normativa vigente, cuando esta
sea confusa o haya diversas interpretaciones posibles.
34
A continuación se señalan algunos principios básicos del derecho laboral:[5]

Principio protector Editar

Artículo principal: Principio protector (derecho laboral)

El principio protector es el principio más importante del derecho laboral. Es el que lo


diferencia del derecho civil. Parte de una desigualdad, por lo que el derecho laboral trata de
proteger a una de las partes del contrato de trabajo para equipararla con la otra, a
diferencia del principio de igualdad jurídica del derecho privado.

El principio protector contiene tres reglas:

Regla más favorable: cuando existe concurrencia de normas, debe aplicarse aquella que es
más favorable para el trabajador.

Regla de la condición más beneficiosa: una nueva norma no puede desmejorar las
condiciones que ya tiene un trabajador.

Regla in dubio pro operarium: entre interpretaciones que puede tener una norma, se debe
seleccionar la que más favorezca al trabajador.

Principio de irrenunciabilidad de derechos Editar

Artículo principal: Principio de irrenunciabilidad de derechos

El trabajador está imposibilitado de privarse, voluntariamente, de los derechos y garantías


que le otorga la legislación laboral, aunque sea por beneficio propio. Lo que sea renunciado
está viciado de nulidad absoluta. La autonomía de la voluntad no tiene ámbito de acción
para los derechos irrenunciables. Esto evidencia que el principio de la autonomía de la
voluntad de derecho privado se ve severamente limitado en el derecho laboral.

Así, un trabajador no puede renunciar a su salario, o aceptar uno que sea menor al mínimo
establecido por el ordenamiento; si la jornada de trabajo diaria máxima es de 12 horas, un
trabajador no puede pedirle a su empleador que le deje trabajar durante 18 horas.

35
Como es natural debemos saber que en Derecho Laboral, se conoce como el principio de
continuidad laboral, a aquel principio que instruye al juez, ante duda, estimar la duración del
contrato individual de trabajo en la mayor extensión posible según los hechos y la realidad
demostrada.

Principio de supremacía de la realidad Editar

Artículo principal: Principio de primacía de la realidad

No importa la autonomía de la voluntad, sino la demostración de la realidad que reina sobre


la relación entre trabajador y empleador. Así, ambos pueden contratar una cosa, pero si la
realidad es otra, es esta última la que tiene efecto jurídico.

Principio de razonabilidad Editar

Artículo principal: Principio de razonabilidad (derecho laboral)

Tanto el trabajador como el empleador deben ejercer sus derechos y obligaciones de


acuerdo a razonamientos lógicos de sentido común, sin incurrir en conductas abusivas del
derecho de cada uno. No es razonable que un trabajador reclame el pago de 4 horas extras
diarias que no le fueron abonadas cuando su jornada habitual son 8 horas y además tiene
otro empleo de 4 horas por día.

Principio de buena fe Editar

Artículo principal: Principio de buena fe

El principio de la buena fe es una presunción: se presume que las relaciones y conductas


entre trabajadores y empleadores se efectúan de buena fe. Por el contrario, aquel que
invoque la mala fe, debe demostrarla.

Materias de derecho laboral individual

Materias de derecho laboral colectivo Editar

Artículo principal: Derecho colectivo del trabajo

Negociación colectiva Editar

Artículo principal: Negociación colectiva


36
La negociación colectiva es aquella que se realiza entre los trabajadores de una empresa o
sector, normalmente (aunque no siempre) reunidos a través de un sindicato o grupo de
sindicatos y la empresa o representantes de empresas del sector. La finalidad de la
negociación es llegar a un acuerdo en cuanto a las condiciones laborales aplicables a la
generalidad de los trabajadores del ámbito en el que se circunscribe la negociación
(contrato o convenio colectivo de trabajo).

En ocasiones, como medida de presión para la negociación y para hacer cumplir los
acuerdos cuando consideran que no han sido cumplidos, los trabajadores pueden acudir a la
huelga.

La negociación colectiva es una manifestación particular del diálogo social, y está


considerado como un derecho fundamental básico integrante de la libertad sindical.
Mundialmente se encuentra garantizado en los Convenios 98 y 154 de la OIT.

Organizaciones sindicales Editar

Artículo principal: Sindicato

Un sindicato es una asociación integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus


intereses sociales, económicos y profesionales relacionados con su actividad laboral o con
respecto al centro de producción (fábrica, taller, empresa) o al empleador con el que están
relacionados contractualmente.

Los sindicatos por lo general negocian en nombre de sus afiliados (negociación colectiva) los
salarios y condiciones de trabajo (jornada, descansos, vacaciones, licencias, capacitación
profesional, etc.) dando lugar al contrato colectivo de trabajo.

Véase también: Libertad sindical

El derecho laboral por países

Véase también

Notas

Referencias
37
Bibliografía

Enlaces externos

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Contrato individual de trabajo en España

Contrato colectivo de trabajo

Relaciones laborales

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El derecho administrativo (del latín ad "junto a", y ministrare, "manejar las cosas comunes")
es la rama del derecho público que regula la organización, funcionamiento, poderes y
deberes de la Administración pública y las consiguientes relaciones jurídicas entre la
Administración y otros sujetos.

En otras palabras, el derecho administrativo es aquel que comprende la organización y el


funcionamiento de toda forma de administración pública. Por extensión, suele ser también
aplicable a la actuación materialmente administrativa de los demás poderes del Estado y de
todos esos entes del sector público. Y todo ello, desde la doble perspectiva de procurar la
eficacia de las Administraciones pero también garantizar los derechos de los particulares en
sus relaciones con ellas.

Tradicionalmente, se ha entendido que la administración es una subfunción del desarrollo


humano, encargada del buen funcionamiento de los servicios públicos cuya función
elemental es la de mantener el bienestar, la seguridad y de entregar a la población diversas
labores de diversa índole (económicas, educativas, sociales, entre otros).

Características Editar

Ramas del Derecho administrativo Editar

Evolución histórica Editar

Ámbito de aplicación Editar

Relación de la Administración Pública con otras Ciencias Editar

Impacto de las nuevas tecnologías Editar

Regulación por país Editar

Véase también Editar

Referencias Editar

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El derecho administrativo (del latín ad "junto a", y ministrare, "manejar las cosas comunes")
es la rama del derecho público que regula la organización, funcionamiento, poderes y
deberes de la Administración pública y las consiguientes relaciones jurídicas entre la
Administración y otros sujetos.

En otras palabras, el derecho administrativo es aquel que comprende la organización y el


funcionamiento de toda forma de administración pública. Por extensión, suele ser también
aplicable a la actuación materialmente administrativa de los demás poderes del Estado y de
todos esos entes del sector público. Y todo ello, desde la doble perspectiva de procurar la
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eficacia de las Administraciones pero también garantizar los derechos de los particulares en
sus relaciones con ellas.

Tradicionalmente, se ha entendido que la administración es una subfunción del desarrollo


humano, encargada del buen funcionamiento de los servicios públicos cuya función
elemental es la de mantener el bienestar, la seguridad y de entregar a la población diversas
labores de diversa índole (económicas, educativas, sociales, entre otros).

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El derecho financiero es la rama del derecho público que tiene por objeto el sector del
ordenamiento jurídico que regula la constitución y gestión de la Hacienda pública; esto es, la
actividad financiera.[1] Por actividad financiera se entiende la actividad encaminada a la
obtención de ingresos y realización de gastos, con los que poder subvenir la satisfacción de
determinadas necesidades colectivas (i. e. servicios públicos).

La actividad financiera del Estado genera un conjunto de relaciones jurídicas entre los
distintos órganos públicos. Esta actividad financiera del Estado genera relaciones jurídicas
entre el estado y los particulares, y se da en dos situaciones: la primera en que el Estado
42
asume un papel activo, por ejemplo al cobrar tributos, y un papel pasivo cuando se
convierte en deudor en caso de un préstamo.

Objeto

La actividad financiera

Delimitación del Derecho financiero

Contenido

Fuentes

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43
Concepto de persona en el Derecho

einstein alejandro morales galito

Etimología de "Persona"

Definiciones de persona en el Derecho

Relación entre el concepto de personas y otros conceptos

Clasificación de las personas

Bibliografía

I. Etimología de "PERSONA".

Los actores del teatro antiguo usaban unas máscaras que les servían, tanto para representar
la fisonomía del personaje que encarnaban, como para aumentar el volumen de sus voces.
Precisamente por esta última función, la máscara se llamaba persona -ae, o sea, cosa que
suena mucho, ya que la palabra deriva del verbo personare, que significa sonar mucho (de
sonare, sonar y per, partícula que refuerza el significado). Por una figura del lenguaje se
pasó á llamar persona a los actores que usaban esas máscaras y luego el Derecho tomó la
palabra para designar a quienes actúan en el mundo jurídico.

II. Definiciones de persona en el Derecho.

Entre las innumerables definiciones de persona en Derecho, podemos citar tres, todas
equivalentes: 1° Persona es todo ente susceptible de tener derechos o deberes jurídicos. 2°
Persona es todo ente susceptible de figurar como término subjetivo en una relación jurídica;
y, 3° Persona es todo ente susceptible de ser sujeto

III. Relación entre el concepto de personas y otros conceptos.

44
Conviene distinguir y señalar las relaciones entre el concepto de persona y los conceptos de
personalidad, capacidad jurídica o de goce, sujeto de derecho y cosa.

1° Persona, personalidad y capacidad jurídica o de goce. Persona es el ente apto para ser
titular de derechos o deberes jurídicos, personalidad es la cualidad de ser persona, o sea, la
aptitud para ser titular de derechos o deberes jurídicos. De allí que en el lenguaje ordinario
se diga que se es persona y que se tiene personalidad.

Muchos autores consideran como sinónimas las expresiones personalidad y capacidad


jurídica o de goce; pero, en sentido estricto, personalidad es la aptitud dicha, y capacidad
jurídica o de goce es la medida de esa aptitud. De allí que pueda decirse que la personalidad
no admite grado (simplemente se tiene o no se tiene), mientras que la capacidad sí (puede
ser mayor en una persona que en otra.

2° Persona y sujeto de derecho. Si se entiende por sujeto de derecho aquel que actualmente
tiene un derecho o deber, el concepto de persona es más amplio porque comprende
también a quien puede llegar a tener un derecho o un deber, aunque actualmente no lo
tenga. Pero tomada la expresión, "sujeto de derecho" en abstracto, o sea sin referirla a
ningún derecho o deber concreto, viene a ser sinónimo de persona.

3° Persona y cosa. A las personas, o sea, a los posibles sujetos de derecho, se contraponen
las cosas, las cuales sólo pueden llegar a ser objetos de derechos. Entre esas cosas no se
incluyen en la actualidad a los seres humanos. En cambio, la expresión comprende tanto las
llamadas cosas corporales, como las incorporales.

Determinación de las personas.

la Por una parte, el Derecho vigente reconoce la personalidad jurídica a todos los individuos
de la especie humana, independientemente de su edad, sexo, salud, situación familiar y
otras circunstancias. Pero no siempre fue así:

45
A) El Derecho romano no consideraba la personalidad y la capacidad jurídica como un
atributo de la naturaleza humana, sino como una consecuencia del "estado", el cual tenía
los caracteres de un privilegio o concesión de la ley. Así en Derecho romano carecía
totalmente de personalidad el esclavo, porque no tenía el status líbertatís; carecía de
personalidad, a los efectos del ius civile el extranjero, porque no tenía el status civitatis, y
tenían limitada la capacidad jurídica los alieni jurís (sujetos a la potestad de otro), porque
carecían del status familiae. Y,

B) El Derecho medioeval, moderno e incluso contemporáneo conoció la llamada muerte


civil, institución mediante la cual el individuo a consecuencia de ciertos votos religiosos o de
ciertas condenas penales, perdía su personalidad jurídica, por lo menos en el campo del
Derecho Privado. 2° Por otra parte, el Derecho vigente reconoce personalidad jurídica a
entes distintos a los individuos de la especie humana, pero que persiguen fines humanos (p.
ej.: al Estado, las sociedades mercantiles, etc.). Son las llamadas personas jurídicas stricto
sensu o también personas complejas, morales, abstractas o colectivas (todas esas
expresiones se emplean como sinónimas).

La idea de reconocer personalidad jurídica a entes que no fueran individuos de la especie


humana, sólo apareció en forma clara y distinta en la etapa bizantina del Derecho romano,
bajo Teodosio II. El desarrollo de la institución de las personas jurídicas fue obra laboriosa
de la jurisprudencia medioeval, que con elementos de los Derechos romano, germánico y
canónico acertó a encontrar soluciones prácticas adecuadas, aunque no pudo crear una
doctrina coherente en la materia. La Revolución Francesa extendió su animadversión hacia
los gremios y corporaciones a todas las personas jurídicas stricto sensu, lo que explica que el
Código Napoleónico no las regule.

La reglamentación legislativa expresa de las personas jurídicas tiene su origen en el siglo


pasado. Fue el Código Civil chileno de 1855 el primer código importante que reglamentó
dichas personas. Le siguieron el viejo Código Civil portugués, algunos Códigos Civiles
americanos, y el Código Civil español. Pero fue el B.G.B. el primero que incluyó una
reglamentación completa en la materia, que luego inspiró a los Códigos Civiles japonés,
suizo, peruano de 1936 y venezolano de 1942. En la actualidad existe una rica y valiosa
bibliografía sobre las personas jurídicas; pero aún se discute vivamente acerca de la
naturaleza de las mismas, como se verá al estudiar la asignatura "Introducción al Derecho".
46
3° En cambio, el Derecho vigente ha corregido las desviaciones antiguas y medioevales de
reconocer la personalidad jurídica a ciertos entes. En especial no se la reconoce a los
animales, a los cuales los emperadores romanos llegaron a conceder honores y los juristas
medioevales a exigir responsabilidades penales.

Las disposiciones protectoras de los animales que existen en el derecho vigente no implican
concesión de derechos a tales seres, sino que son normas dictadas en protección de
intereses humanos que tienen por objeto a los animales y que pueden ser utilitarios (p. ej.:
evitar la extinción de una especie), o de otro orden (p. ej.: evitar el desagrado de presenciar
crueldades inútiles). Menos aun puede considerarse que el Derecho vigente sujete a los
animales al cumplimiento de deberes civiles o penales, aun cuando sus dueños puedan
llegar a incurrir en responsabilidad con motivo de hechos de sus animales.

Las disposiciones protectoras de los vegetales tienen el mismo carácter que las protectoras
de los animales; en realidad protegen intereses humanos que tienen por objeto tales entes.

II. Desde otro punto de vista vale la pena destacar que desde hace mucho tiempo se discute
si el Derecho Positivo se limita a reconocer la personalidad jurídica de los entes que la
tienen o si la personalidad de los mismos es creada por el Derecho Positivo. En otras
palabras, se discute si la personalidad jurídica es anteriora. Derecho Positivo, que sólo la
declara, o si es una consecuencia de dicho Derecho, que la constituye o crea.

Sin examinar las teorías propuestas, podemos presentar las siguientes conclusiones: 1°) El
Derecho Positivo debe atribuir personalidad jurídica a los individuos de la especie humana y
a determinadas personas jurídicas (.stricto sensu), porque así lo exige la consideración
racional de la naturaleza humana, mientras que, queda en libertad para atribuirla o no a
otros entes; pero 2°) el Derecho Positivo .puede desconocer y de hecho ha desconocido ese
deber de modo que la determinación de cuáles son los entes que gozan de personalidad
jurídica en un ordenamiento dado, la hace el Derecho Positivo.

Clasificación de las personas.

47
Las personas en Derecho, o sea, las personas jurídicas en sentido lato, se clasifican en:

I. Personas naturales, individuales, físicas, simples o concretas que son los individuos de la
especie humana y sólo ellos.

II. Personas jurídicas en sentido estricto, colectivas, morales, complejas o abstractas, que
son todos los entes aptos para ser titulares de derechos o deberes y que no son individuos
de la especie humana. Se subdividen en personas jurídicas de Derecho Público y de Derecho
Privado. Distinguir conceptualmente entre ambas es tan difícil como distinguir
conceptualmente entre Derecho Público y Derecho Privado.

1° El Código Civil (art. 19, ord. 1° y 2°) enumera como personas de Derecho Público, la
Nación, las entidades que la componen, las Iglesias de cualquier credo, las Universidades y
los demás seres o cuerpos morales de carácter público. Nos limitaremos a examinar esta
enumeración aun cuando sea incompleta ya que no abarca a las personas jurídicas de
Derecho Público sujetas al ordenamiento internacional.

A) La Nación, entendida en el sentido de Estado. De acuerdo con la doctrina tradicional el


Estado tendría una doble personalidad, según sea el carácter jurídico de su actuación: si
actúa en ejercicio de funciones públicas, se le denomina Estado-poder, y si actúa en el plano
privado y patrimonial, se le denomina Estado-persona jurídica o Fisco Nacional.
Modernamente, sin embargo, se considera que el Estado tiene una personalidad única,
aunque pueda actuar en los dos planos señalados. Debe advertirse que si bien el Estado
tiene personalidad jurídica, no son personas jurídicas todos sus órganos (p. ej.: no son
personas jurídicas el Congreso, los Tribunales, etc,).

B) Las entidades que componen el Estado, en particular los Estados de la Unión y las
Municipalidades. Esas entidades son las llamadas entidades públicas territoriales o
"Corporaciones Territoriales". La propia Constitución consagra expresamente la
personalidad jurídica de los Municipios (Const., art. 168).

48
C) Las Iglesias de cualquier credo. La situación legal varía según se trate de la Iglesia católica
o de otros cultos: a) La Iglesia Católica ciertamente no requiere el reconocimiento por parte
del Ejecutivo de que sus normas internas no contrarían los principios de orden público de la
Constitución y demás leyes.

Por otra parte, Venezuela reconoce la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y
del Estado de la Ciudad del Vaticano; reconoce a la Iglesia Católica en la República como
persona jurídica de carácter público, y declara que gozan además de personalidad jurídica
para los actos de la vida civil las Diócesis, los Capítulos Catedralicios, los Seminarios, las
Parroquias, las Ordenes, Congregaciones religiosas y demás institutos de perfección cristiana
canónicamente reconocidos (Convenio entre la Santa Sede y la República de Venezuela, arts.
3° y 4a)2. b) Los cultos no católicos, en cambio, requieren el mencionado reconocimiento
por parte del Ejecutivo antes de lo cual, en nuestro concepto, no gozan de personalidad
jurídica. *

D) Las Universidades. Debe advertirse que analizamos una disposición del Código Civil de
1942 y que en ese momento no existían sino Universidades del Estado, de modo que todas
eran indudablemente personas de Derecho Público. Desde 1953 existen en Venezuela
Universidades Privadas que adquieren su personalidad jurídica mediante el cumplimiento
de las formalidades que señala la Ley de Universidades; pero respecto de las cuales resulta
al menos dudoso afirmar que sean personas de Derecho Público.

E) Los demás seres o cuerpos morales de carácter público (como p. ej.: los Institutos
Autónomos), cuya determinación, clasificación y estudio corresponde al Derecho Público. 2°
Las Personas de Derecho Privado se subdividen en personas de tipo fundacional (las
fundaciones), y de tipo asociativo (asociaciones en sentido amplio).

Aunque en las tesis finales desarrollaremos esta materia, conviene adelantar algunas
nociones básicas.

A) Las personas de tipo fundacional se caracterizan por ser un conjunto de bienes atribuido
exclusiva y permanentemente a la consecución de un fin. Carecen pues de sustrato personal
(no tienen miembros; los fundadores no forman parte de la fundación) y sólo tienen

49
sustrato real (o sea, bienes, en lat. res, reí). De allí que se las llame universitas bonorum
(universalidades de bienes).

B) Las personas de tipo asociativo (o asociaciones en sentido amplio) se caracterizan por ser
un conjunto de personas que persiguen un fin común para cuya consecución destinan
determinados bienes de manera exclusiva y permanente. Tienen pues, tanto sustrato
personal (miembros que forman parte de la asociación), como sustrato real (bienes). Se las
llama universitas personarum (universalidad de personas).

Nuestro Código Civil menciona tres clases de tales personas: las corporaciones, las
asociaciones en sentido estricto y las sociedades.

Las corporaciones se caracterizan: 1°) porque son mandadas a crear o reconocidas por una
ley especial que regula su funcionamiento; y 2°) porque en ellas predominan intereses
colectivos sobre los intereses individuales. Ejemplo de corporaciones son los colegios
profesionales (de abogados, médicos, etc.).

Para evitar confusiones debe aclararse que no todo lo que se llama "corporación" en el
lenguaje ordinario, es corporación en sentido jusprivatista. Así por ejemplo, la Corporación
Venezolana de Fomento nunca fue una corporación de Derecho Privado sino un Instituto
Autónomo y, por lo tanto, una persona de Derecho Público. A su vez, las entidades
comerciales que llevan el nombre de corporación, tampoco son corporaciones sino
sociedades mercantiles (la explicación es que equivocadamente se ha traducido por
corporación la palabra inglesa corporation, que significa sociedad mercantil).

b) Las asociaciones propiamente dichas son las demás personas de Derecho Privado cuyos
miembros no persiguen un fin de lucro para ellos mismos (aunque el ente pueda realizar
operaciones lucrativas).

Ejemplo: un club de ajedrez o de deportes, una agrupación de investigadores científicos, etc.


(siempre que se constituyan como personas en Derecho, para lo cual deben cumplir las
formalidades señaladas por la ley).

50
c) Las sociedades se caracterizan por ser personas de Derecho Privado cuyos miembros
persiguen un fin de lucro para ellos mismos (el lucro del ente no es sino un medio para el
lucro de sus componentes). La subdivisión de las sociedades se estudiará también en el
último capítulo. Sin embargo, debe destacarse que, así como no es corporación todo lo que
tiene nombre de corporación, existen muchos entes que se autodenominan sociedades
cuando en realidad son asociaciones.

El hecho se explica porque antes del Código de 1942, nuestra terminología legal no
distinguía en forma neta entre asociación y sociedad, de modo que más de una asociación
en el sentido que da á la palabra el Código vigente, se llama sociedad simplemente porque
nació bajo el imperio del Código de 1922 o porque siguió la terminología de éste.

Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú superior

Bibliografía.

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mar., 24 de dic. de 2019 18:53

Subject: Persona

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

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51
Monografias.com > Derecho

Concepto de persona en el Derecho

einstein alejandro morales galito

Etimología de "Persona"

Definiciones de persona en el Derecho

Relación entre el concepto de personas y otros conceptos

Clasificación de las personas

Bibliografía

I. Etimología de "PERSONA".

Los actores del teatro antiguo usaban unas máscaras que les servían, tanto para representar
la fisonomía del personaje que encarnaban, como para aumentar el volumen de sus voces.
Precisamente por esta última función, la máscara se llamaba persona -ae, o sea, cosa que
suena mucho, ya que la palabra deriva del verbo personare, que significa sonar mucho (de
sonare, sonar y per, partícula que refuerza el significado). Por una figura del lenguaje se
pasó á llamar persona a los actores que usaban esas máscaras y luego el Derecho tomó la
palabra para designar a quienes actúan en el mundo jurídico.

II. Definiciones de persona en el Derecho.

Entre las innumerables definiciones de persona en Derecho, podemos citar tres, todas
equivalentes: 1° Persona es todo ente susceptible de tener derechos o deberes jurídicos. 2°
Persona es todo ente susceptible de figurar como término subjetivo en una relación jurídica;
y, 3° Persona es todo ente susceptible de ser sujeto

III. Relación entre el concepto de personas y otros conceptos.


52
Conviene distinguir y señalar las relaciones entre el concepto de persona y los conceptos de
personalidad, capacidad jurídica o de goce, sujeto de derecho y cosa.

1° Persona, personalidad y capacidad jurídica o de goce. Persona es el ente apto para ser
titular de derechos o deberes jurídicos, personalidad es la cualidad de ser persona, o sea, la
aptitud para ser titular de derechos o deberes jurídicos. De allí que en el lenguaje ordinario
se diga que se es persona y que se tiene personalidad.

Muchos autores consideran como sinónimas las expresiones personalidad y capacidad


jurídica o de goce; pero, en sentido estricto, personalidad es la aptitud dicha, y capacidad
jurídica o de goce es la medida de esa aptitud. De allí que pueda decirse que la personalidad
no admite grado (simplemente se tiene o no se tiene), mientras que la capacidad sí (puede
ser mayor en una persona que en otra.

2° Persona y sujeto de derecho. Si se entiende por sujeto de derecho aquel que actualmente
tiene un derecho o deber, el concepto de persona es más amplio porque comprende
también a quien puede llegar a tener un derecho o un deber, aunque actualmente no lo
tenga. Pero tomada la expresión, "sujeto de derecho" en abstracto, o sea sin referirla a
ningún derecho o deber concreto, viene a ser sinónimo de persona.

3° Persona y cosa. A las personas, o sea, a los posibles sujetos de derecho, se contraponen
las cosas, las cuales sólo pueden llegar a ser objetos de derechos. Entre esas cosas no se
incluyen en la actualidad a los seres humanos. En cambio, la expresión comprende tanto las
llamadas cosas corporales, como las incorporales.

Determinación de las personas.

la Por una parte, el Derecho vigente reconoce la personalidad jurídica a todos los individuos
de la especie humana, independientemente de su edad, sexo, salud, situación familiar y
otras circunstancias. Pero no siempre fue así:

53
A) El Derecho romano no consideraba la personalidad y la capacidad jurídica como un
atributo de la naturaleza humana, sino como una consecuencia del "estado", el cual tenía
los caracteres de un privilegio o concesión de la ley. Así en Derecho romano carecía
totalmente de personalidad el esclavo, porque no tenía el status líbertatís; carecía de
personalidad, a los efectos del ius civile el extranjero, porque no tenía el status civitatis, y
tenían limitada la capacidad jurídica los alieni jurís (sujetos a la potestad de otro), porque
carecían del status familiae. Y,

B) El Derecho medioeval, moderno e incluso contemporáneo conoció la llamada muerte


civil, institución mediante la cual el individuo a consecuencia de ciertos votos religiosos o de
ciertas condenas penales, perdía su personalidad jurídica, por lo menos en el campo del
Derecho Privado. 2° Por otra parte, el Derecho vigente reconoce personalidad jurídica a
entes distintos a los individuos de la especie humana, pero que persiguen fines humanos (p.
ej.: al Estado, las sociedades mercantiles, etc.). Son las llamadas personas jurídicas stricto
sensu o también personas complejas, morales, abstractas o colectivas (todas esas
expresiones se emplean como sinónimas).

La idea de reconocer personalidad jurídica a entes que no fueran individuos de la especie


humana, sólo apareció en forma clara y distinta en la etapa bizantina del Derecho romano,
bajo Teodosio II. El desarrollo de la institución de las personas jurídicas fue obra laboriosa
de la jurisprudencia medioeval, que con elementos de los Derechos romano, germánico y
canónico acertó a encontrar soluciones prácticas adecuadas, aunque no pudo crear una
doctrina coherente en la materia. La Revolución Francesa extendió su animadversión hacia
los gremios y corporaciones a todas las personas jurídicas stricto sensu, lo que explica que el
Código Napoleónico no las regule.

La reglamentación legislativa expresa de las personas jurídicas tiene su origen en el siglo


pasado. Fue el Código Civil chileno de 1855 el primer código importante que reglamentó
dichas personas. Le siguieron el viejo Código Civil portugués, algunos Códigos Civiles
americanos, y el Código Civil español. Pero fue el B.G.B. el primero que incluyó una
reglamentación completa en la materia, que luego inspiró a los Códigos Civiles japonés,
suizo, peruano de 1936 y venezolano de 1942. En la actualidad existe una rica y valiosa
bibliografía sobre las personas jurídicas; pero aún se discute vivamente acerca de la
naturaleza de las mismas, como se verá al estudiar la asignatura "Introducción al Derecho".
54
3° En cambio, el Derecho vigente ha corregido las desviaciones antiguas y medioevales de
reconocer la personalidad jurídica a ciertos entes. En especial no se la reconoce a los
animales, a los cuales los emperadores romanos llegaron a conceder honores y los juristas
medioevales a exigir responsabilidades penales.

Las disposiciones protectoras de los animales que existen en el derecho vigente no implican
concesión de derechos a tales seres, sino que son normas dictadas en protección de
intereses humanos que tienen por objeto a los animales y que pueden ser utilitarios (p. ej.:
evitar la extinción de una especie), o de otro orden (p. ej.: evitar el desagrado de presenciar
crueldades inútiles). Menos aun puede considerarse que el Derecho vigente sujete a los
animales al cumplimiento de deberes civiles o penales, aun cuando sus dueños puedan
llegar a incurrir en responsabilidad con motivo de hechos de sus animales.

Las disposiciones protectoras de los vegetales tienen el mismo carácter que las protectoras
de los animales; en realidad protegen intereses humanos que tienen por objeto tales entes.

II. Desde otro punto de vista vale la pena destacar que desde hace mucho tiempo se discute
si el Derecho Positivo se limita a reconocer la personalidad jurídica de los entes que la
tienen o si la personalidad de los mismos es creada por el Derecho Positivo. En otras
palabras, se discute si la personalidad jurídica es anteriora. Derecho Positivo, que sólo la
declara, o si es una consecuencia de dicho Derecho, que la constituye o crea.

Sin examinar las teorías propuestas, podemos presentar las siguientes conclusiones: 1°) El
Derecho Positivo debe atribuir personalidad jurídica a los individuos de la especie humana y
a determinadas personas jurídicas (.stricto sensu), porque así lo exige la consideración
racional de la naturaleza humana, mientras que, queda en libertad para atribuirla o no a
otros entes; pero 2°) el Derecho Positivo .puede desconocer y de hecho ha desconocido ese
deber de modo que la determinación de cuáles son los entes que gozan de personalidad
jurídica en un ordenamiento dado, la hace el Derecho Positivo.

Clasificación de las personas.

55
Las personas en Derecho, o sea, las personas jurídicas en sentido lato, se clasifican en:

I. Personas naturales, individuales, físicas, simples o concretas que son los individuos de la
especie humana y sólo ellos.

II. Personas jurídicas en sentido estricto, colectivas, morales, complejas o abstractas, que
son todos los entes aptos para ser titulares de derechos o deberes y que no son individuos
de la especie humana. Se subdividen en personas jurídicas de Derecho Público y de Derecho
Privado. Distinguir conceptualmente entre ambas es tan difícil como distinguir
conceptualmente entre Derecho Público y Derecho Privado.

1° El Código Civil (art. 19, ord. 1° y 2°) enumera como personas de Derecho Público, la
Nación, las entidades que la componen, las Iglesias de cualquier credo, las Universidades y
los demás seres o cuerpos morales de carácter público. Nos limitaremos a examinar esta
enumeración aun cuando sea incompleta ya que no abarca a las personas jurídicas de
Derecho Público sujetas al ordenamiento internacional.

A) La Nación, entendida en el sentido de Estado. De acuerdo con la doctrina tradicional el


Estado tendría una doble personalidad, según sea el carácter jurídico de su actuación: si
actúa en ejercicio de funciones públicas, se le denomina Estado-poder, y si actúa en el plano
privado y patrimonial, se le denomina Estado-persona jurídica o Fisco Nacional.
Modernamente, sin embargo, se considera que el Estado tiene una personalidad única,
aunque pueda actuar en los dos planos señalados. Debe advertirse que si bien el Estado
tiene personalidad jurídica, no son personas jurídicas todos sus órganos (p. ej.: no son
personas jurídicas el Congreso, los Tribunales, etc,).

B) Las entidades que componen el Estado, en particular los Estados de la Unión y las
Municipalidades. Esas entidades son las llamadas entidades públicas territoriales o
"Corporaciones Territoriales". La propia Constitución consagra expresamente la
personalidad jurídica de los Municipios (Const., art. 168).

56
C) Las Iglesias de cualquier credo. La situación legal varía según se trate de la Iglesia católica
o de otros cultos: a) La Iglesia Católica ciertamente no requiere el reconocimiento por parte
del Ejecutivo de que sus normas internas no contrarían los principios de orden público de la
Constitución y demás leyes.

Por otra parte, Venezuela reconoce la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y
del Estado de la Ciudad del Vaticano; reconoce a la Iglesia Católica en la República como
persona jurídica de carácter público, y declara que gozan además de personalidad jurídica
para los actos de la vida civil las Diócesis, los Capítulos Catedralicios, los Seminarios, las
Parroquias, las Ordenes, Congregaciones religiosas y demás institutos de perfección cristiana
canónicamente reconocidos (Convenio entre la Santa Sede y la República de Venezuela, arts.
3° y 4a)2. b) Los cultos no católicos, en cambio, requieren el mencionado reconocimiento
por parte del Ejecutivo antes de lo cual, en nuestro concepto, no gozan de personalidad
jurídica. *

D) Las Universidades. Debe advertirse que analizamos una disposición del Código Civil de
1942 y que en ese momento no existían sino Universidades del Estado, de modo que todas
eran indudablemente personas de Derecho Público. Desde 1953 existen en Venezuela
Universidades Privadas que adquieren su personalidad jurídica mediante el cumplimiento
de las formalidades que señala la Ley de Universidades; pero respecto de las cuales resulta
al menos dudoso afirmar que sean personas de Derecho Público.

E) Los demás seres o cuerpos morales de carácter público (como p. ej.: los Institutos
Autónomos), cuya determinación, clasificación y estudio corresponde al Derecho Público. 2°
Las Personas de Derecho Privado se subdividen en personas de tipo fundacional (las
fundaciones), y de tipo asociativo (asociaciones en sentido amplio).

Aunque en las tesis finales desarrollaremos esta materia, conviene adelantar algunas
nociones básicas.

A) Las personas de tipo fundacional se caracterizan por ser un conjunto de bienes atribuido
exclusiva y permanentemente a la consecución de un fin. Carecen pues de sustrato personal
(no tienen miembros; los fundadores no forman parte de la fundación) y sólo tienen

57
sustrato real (o sea, bienes, en lat. res, reí). De allí que se las llame universitas bonorum
(universalidades de bienes).

B) Las personas de tipo asociativo (o asociaciones en sentido amplio) se caracterizan por ser
un conjunto de personas que persiguen un fin común para cuya consecución destinan
determinados bienes de manera exclusiva y permanente. Tienen pues, tanto sustrato
personal (miembros que forman parte de la asociación), como sustrato real (bienes). Se las
llama universitas personarum (universalidad de personas).

Nuestro Código Civil menciona tres clases de tales personas: las corporaciones, las
asociaciones en sentido estricto y las sociedades.

Las corporaciones se caracterizan: 1°) porque son mandadas a crear o reconocidas por una
ley especial que regula su funcionamiento; y 2°) porque en ellas predominan intereses
colectivos sobre los intereses individuales. Ejemplo de corporaciones son los colegios
profesionales (de abogados, médicos, etc.).

Para evitar confusiones debe aclararse que no todo lo que se llama "corporación" en el
lenguaje ordinario, es corporación en sentido jusprivatista. Así por ejemplo, la Corporación
Venezolana de Fomento nunca fue una corporación de Derecho Privado sino un Instituto
Autónomo y, por lo tanto, una persona de Derecho Público. A su vez, las entidades
comerciales que llevan el nombre de corporación, tampoco son corporaciones sino
sociedades mercantiles (la explicación es que equivocadamente se ha traducido por
corporación la palabra inglesa corporation, que significa sociedad mercantil).

b) Las asociaciones propiamente dichas son las demás personas de Derecho Privado cuyos
miembros no persiguen un fin de lucro para ellos mismos (aunque el ente pueda realizar
operaciones lucrativas).

Ejemplo: un club de ajedrez o de deportes, una agrupación de investigadores científicos, etc.


(siempre que se constituyan como personas en Derecho, para lo cual deben cumplir las
formalidades señaladas por la ley).

58
c) Las sociedades se caracterizan por ser personas de Derecho Privado cuyos miembros
persiguen un fin de lucro para ellos mismos (el lucro del ente no es sino un medio para el
lucro de sus componentes). La subdivisión de las sociedades se estudiará también en el
último capítulo. Sin embargo, debe destacarse que, así como no es corporación todo lo que
tiene nombre de corporación, existen muchos entes que se autodenominan sociedades
cuando en realidad son asociaciones.

El hecho se explica porque antes del Código de 1942, nuestra terminología legal no
distinguía en forma neta entre asociación y sociedad, de modo que más de una asociación
en el sentido que da á la palabra el Código vigente, se llama sociedad simplemente porque
nació bajo el imperio del Código de 1922 o porque siguió la terminología de éste.

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Bibliografía.

Aguilar Gorrondona, Derecho Civil I. Personas

Alberto La Roche, Derecho Civil I

Einstein Alejandro Morales Galito

einsteinalejandro[arroba]msn.com

El Centro de Tesis, Documentos, Publicaciones y Recursos Educativos más amplio de la Red.

© Monografias.com S.A. Gorrondona, Derecho Civil I. Personas

59
Alberto La Roche, Derecho Civil I

Einstein Alejandro Morales Galito

einsteinalejandro[arroba]msn.com

El Centro de Tesis, Documentos, Publicaciones y Recursos Educativos más amplio de la Red.

© Monografias.com S.A.

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mar., 24 de dic. de 2019 18:53

Subject: Persona

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

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Monografias.com > Derecho

Concepto de persona en el Derecho

60
einstein alejandro morales galito

Etimología de "Persona"

Definiciones de persona en el Derecho

Relación entre el concepto de personas y otros conceptos

Clasificación de las personas

Bibliografía

I. Etimología de "PERSONA".

Los actores del teatro antiguo usaban unas máscaras que les servían, tanto para representar
la fisonomía del personaje que encarnaban, como para aumentar el volumen de sus voces.
Precisamente por esta última función, la máscara se llamaba persona -ae, o sea, cosa que
suena mucho, ya que la palabra deriva del verbo personare, que significa sonar mucho (de
sonare, sonar y per, partícula que refuerza el significado). Por una figura del lenguaje se
pasó á llamar persona a los actores que usaban esas máscaras y luego el Derecho tomó la
palabra para designar a quienes actúan en el mundo jurídico.

II. Definiciones de persona en el Derecho.

Entre las innumerables definiciones de persona en Derecho, podemos citar tres, todas
equivalentes: 1° Persona es todo ente susceptible de tener derechos o deberes jurídicos. 2°
Persona es todo ente susceptible de figurar como término subjetivo en una relación jurídica;
y, 3° Persona es todo ente susceptible de ser sujeto

III. Relación entre el concepto de personas y otros conceptos.

61
Conviene distinguir y señalar las relaciones entre el concepto de persona y los conceptos de
personalidad, capacidad jurídica o de goce, sujeto de derecho y cosa.

1° Persona, personalidad y capacidad jurídica o de goce. Persona es el ente apto para ser
titular de derechos o deberes jurídicos, personalidad es la cualidad de ser persona, o sea, la
aptitud para ser titular de derechos o deberes jurídicos. De allí que en el lenguaje ordinario
se diga que se es persona y que se tiene personalidad.

Muchos autores consideran como sinónimas las expresiones personalidad y capacidad


jurídica o de goce; pero, en sentido estricto, personalidad es la aptitud dicha, y capacidad
jurídica o de goce es la medida de esa aptitud. De allí que pueda decirse que la personalidad
no admite grado (simplemente se tiene o no se tiene), mientras que la capacidad sí (puede
ser mayor en una persona que en otra.

2° Persona y sujeto de derecho. Si se entiende por sujeto de derecho aquel que actualmente
tiene un derecho o deber, el concepto de persona es más amplio porque comprende
también a quien puede llegar a tener un derecho o un deber, aunque actualmente no lo
tenga. Pero tomada la expresión, "sujeto de derecho" en abstracto, o sea sin referirla a
ningún derecho o deber concreto, viene a ser sinónimo de persona.

3° Persona y cosa. A las personas, o sea, a los posibles sujetos de derecho, se contraponen
las cosas, las cuales sólo pueden llegar a ser objetos de derechos. Entre esas cosas no se
incluyen en la actualidad a los seres humanos. En cambio, la expresión comprende tanto las
llamadas cosas corporales, como las incorporales.

Determinación de las personas.

la Por una parte, el Derecho vigente reconoce la personalidad jurídica a todos los individuos
de la especie humana, independientemente de su edad, sexo, salud, situación familiar y
otras circunstancias. Pero no siempre fue así:

62
A) El Derecho romano no consideraba la personalidad y la capacidad jurídica como un
atributo de la naturaleza humana, sino como una consecuencia del "estado", el cual tenía
los caracteres de un privilegio o concesión de la ley. Así en Derecho romano carecía
totalmente de personalidad el esclavo, porque no tenía el status líbertatís; carecía de
personalidad, a los efectos del ius civile el extranjero, porque no tenía el status civitatis, y
tenían limitada la capacidad jurídica los alieni jurís (sujetos a la potestad de otro), porque
carecían del status familiae. Y,

B) El Derecho medioeval, moderno e incluso contemporáneo conoció la llamada muerte


civil, institución mediante la cual el individuo a consecuencia de ciertos votos religiosos o de
ciertas condenas penales, perdía su personalidad jurídica, por lo menos en el campo del
Derecho Privado. 2° Por otra parte, el Derecho vigente reconoce personalidad jurídica a
entes distintos a los individuos de la especie humana, pero que persiguen fines humanos (p.
ej.: al Estado, las sociedades mercantiles, etc.). Son las llamadas personas jurídicas stricto
sensu o también personas complejas, morales, abstractas o colectivas (todas esas
expresiones se emplean como sinónimas).

La idea de reconocer personalidad jurídica a entes que no fueran individuos de la especie


humana, sólo apareció en forma clara y distinta en la etapa bizantina del Derecho romano,
bajo Teodosio II. El desarrollo de la institución de las personas jurídicas fue obra laboriosa
de la jurisprudencia medioeval, que con elementos de los Derechos romano, germánico y
canónico acertó a encontrar soluciones prácticas adecuadas, aunque no pudo crear una
doctrina coherente en la materia. La Revolución Francesa extendió su animadversión hacia
los gremios y corporaciones a todas las personas jurídicas stricto sensu, lo que explica que el
Código Napoleónico no las regule.

La reglamentación legislativa expresa de las personas jurídicas tiene su origen en el siglo


pasado. Fue el Código Civil chileno de 1855 el primer código importante que reglamentó
dichas personas. Le siguieron el viejo Código Civil portugués, algunos Códigos Civiles
americanos, y el Código Civil español. Pero fue el B.G.B. el primero que incluyó una
reglamentación completa en la materia, que luego inspiró a los Códigos Civiles japonés,
suizo, peruano de 1936 y venezolano de 1942. En la actualidad existe una rica y valiosa
bibliografía sobre las personas jurídicas; pero aún se discute vivamente acerca de la
naturaleza de las mismas, como se verá al estudiar la asignatura "Introducción al Derecho".
63
3° En cambio, el Derecho vigente ha corregido las desviaciones antiguas y medioevales de
reconocer la personalidad jurídica a ciertos entes. En especial no se la reconoce a los
animales, a los cuales los emperadores romanos llegaron a conceder honores y los juristas
medioevales a exigir responsabilidades penales.

Las disposiciones protectoras de los animales que existen en el derecho vigente no implican
concesión de derechos a tales seres, sino que son normas dictadas en protección de
intereses humanos que tienen por objeto a los animales y que pueden ser utilitarios (p. ej.:
evitar la extinción de una especie), o de otro orden (p. ej.: evitar el desagrado de presenciar
crueldades inútiles). Menos aun puede considerarse que el Derecho vigente sujete a los
animales al cumplimiento de deberes civiles o penales, aun cuando sus dueños puedan
llegar a incurrir en responsabilidad con motivo de hechos de sus animales.

Las disposiciones protectoras de los vegetales tienen el mismo carácter que las protectoras
de los animales; en realidad protegen intereses humanos que tienen por objeto tales entes.

II. Desde otro punto de vista vale la pena destacar que desde hace mucho tiempo se discute
si el Derecho Positivo se limita a reconocer la personalidad jurídica de los entes que la
tienen o si la personalidad de los mismos es creada por el Derecho Positivo. En otras
palabras, se discute si la personalidad jurídica es anteriora. Derecho Positivo, que sólo la
declara, o si es una consecuencia de dicho Derecho, que la constituye o crea.

Sin examinar las teorías propuestas, podemos presentar las siguientes conclusiones: 1°) El
Derecho Positivo debe atribuir personalidad jurídica a los individuos de la especie humana y
a determinadas personas jurídicas (.stricto sensu), porque así lo exige la consideración
racional de la naturaleza humana, mientras que, queda en libertad para atribuirla o no a
otros entes; pero 2°) el Derecho Positivo .puede desconocer y de hecho ha desconocido ese
deber de modo que la determinación de cuáles son los entes que gozan de personalidad
jurídica en un ordenamiento dado, la hace el Derecho Positivo.

Clasificación de las personas.

64
Las personas en Derecho, o sea, las personas jurídicas en sentido lato, se clasifican en:

I. Personas naturales, individuales, físicas, simples o concretas que son los individuos de la
especie humana y sólo ellos.

II. Personas jurídicas en sentido estricto, colectivas, morales, complejas o abstractas, que
son todos los entes aptos para ser titulares de derechos o deberes y que no son individuos
de la especie humana. Se subdividen en personas jurídicas de Derecho Público y de Derecho
Privado. Distinguir conceptualmente entre ambas es tan difícil como distinguir
conceptualmente entre Derecho Público y Derecho Privado.

1° El Código Civil (art. 19, ord. 1° y 2°) enumera como personas de Derecho Público, la
Nación, las entidades que la componen, las Iglesias de cualquier credo, las Universidades y
los demás seres o cuerpos morales de carácter público. Nos limitaremos a examinar esta
enumeración aun cuando sea incompleta ya que no abarca a las personas jurídicas de
Derecho Público sujetas al ordenamiento internacional.

A) La Nación, entendida en el sentido de Estado. De acuerdo con la doctrina tradicional el


Estado tendría una doble personalidad, según sea el carácter jurídico de su actuación: si
actúa en ejercicio de funciones públicas, se le denomina Estado-poder, y si actúa en el plano
privado y patrimonial, se le denomina Estado-persona jurídica o Fisco Nacional.
Modernamente, sin embargo, se considera que el Estado tiene una personalidad única,
aunque pueda actuar en los dos planos señalados. Debe advertirse que si bien el Estado
tiene personalidad jurídica, no son personas jurídicas todos sus órganos (p. ej.: no son
personas jurídicas el Congreso, los Tribunales, etc,).

B) Las entidades que componen el Estado, en particular los Estados de la Unión y las
Municipalidades. Esas entidades son las llamadas entidades públicas territoriales o
"Corporaciones Territoriales". La propia Constitución consagra expresamente la
personalidad jurídica de los Municipios (Const., art. 168).

65
C) Las Iglesias de cualquier credo. La situación legal varía según se trate de la Iglesia católica
o de otros cultos: a) La Iglesia Católica ciertamente no requiere el reconocimiento por parte
del Ejecutivo de que sus normas internas no contrarían los principios de orden público de la
Constitución y demás leyes.

Por otra parte, Venezuela reconoce la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y
del Estado de la Ciudad del Vaticano; reconoce a la Iglesia Católica en la República como
persona jurídica de carácter público, y declara que gozan además de personalidad jurídica
para los actos de la vida civil las Diócesis, los Capítulos Catedralicios, los Seminarios, las
Parroquias, las Ordenes, Congregaciones religiosas y demás institutos de perfección cristiana
canónicamente reconocidos (Convenio entre la Santa Sede y la República de Venezuela, arts.
3° y 4a)2. b) Los cultos no católicos, en cambio, requieren el mencionado reconocimiento
por parte del Ejecutivo antes de lo cual, en nuestro concepto, no gozan de personalidad
jurídica. *

D) Las Universidades. Debe advertirse que analizamos una disposición del Código Civil de
1942 y que en ese momento no existían sino Universidades del Estado, de modo que todas
eran indudablemente personas de Derecho Público. Desde 1953 existen en Venezuela
Universidades Privadas que adquieren su personalidad jurídica mediante el cumplimiento
de las formalidades que señala la Ley de Universidades; pero respecto de las cuales resulta
al menos dudoso afirmar que sean personas de Derecho Público.

E) Los demás seres o cuerpos morales de carácter público (como p. ej.: los Institutos
Autónomos), cuya determinación, clasificación y estudio corresponde al Derecho Público. 2°
Las Personas de Derecho Privado se subdividen en personas de tipo fundacional (las
fundaciones), y de tipo asociativo (asociaciones en sentido amplio).

Aunque en las tesis finales desarrollaremos esta materia, conviene adelantar algunas
nociones básicas.

A) Las personas de tipo fundacional se caracterizan por ser un conjunto de bienes atribuido
exclusiva y permanentemente a la consecución de un fin. Carecen pues de sustrato personal
(no tienen miembros; los fundadores no forman parte de la fundación) y sólo tienen

66
sustrato real (o sea, bienes, en lat. res, reí). De allí que se las llame universitas bonorum
(universalidades de bienes).

B) Las personas de tipo asociativo (o asociaciones en sentido amplio) se caracterizan por ser
un conjunto de personas que persiguen un fin común para cuya consecución destinan
determinados bienes de manera exclusiva y permanente. Tienen pues, tanto sustrato
personal (miembros que forman parte de la asociación), como sustrato real (bienes). Se las
llama universitas personarum (universalidad de personas).

Nuestro Código Civil menciona tres clases de tales personas: las corporaciones, las
asociaciones en sentido estricto y las sociedades.

Las corporaciones se caracterizan: 1°) porque son mandadas a crear o reconocidas por una
ley especial que regula su funcionamiento; y 2°) porque en ellas predominan intereses
colectivos sobre los intereses individuales. Ejemplo de corporaciones son los colegios
profesionales (de abogados, médicos, etc.).

Para evitar confusiones debe aclararse que no todo lo que se llama "corporación" en el
lenguaje ordinario, es corporación en sentido jusprivatista. Así por ejemplo, la Corporación
Venezolana de Fomento nunca fue una corporación de Derecho Privado sino un Instituto
Autónomo y, por lo tanto, una persona de Derecho Público. A su vez, las entidades
comerciales que llevan el nombre de corporación, tampoco son corporaciones sino
sociedades mercantiles (la explicación es que equivocadamente se ha traducido por
corporación la palabra inglesa corporation, que significa sociedad mercantil).

b) Las asociaciones propiamente dichas son las demás personas de Derecho Privado cuyos
miembros no persiguen un fin de lucro para ellos mismos (aunque el ente pueda realizar
operaciones lucrativas).

Ejemplo: un club de ajedrez o de deportes, una agrupación de investigadores científicos, etc.


(siempre que se constituyan como personas en Derecho, para lo cual deben cumplir las
formalidades señaladas por la ley).

67
c) Las sociedades se caracterizan por ser personas de Derecho Privado cuyos miembros
persiguen un fin de lucro para ellos mismos (el lucro del ente no es sino un medio para el
lucro de sus componentes). La subdivisión de las sociedades se estudiará también en el
último capítulo. Sin embargo, debe destacarse que, así como no es corporación todo lo que
tiene nombre de corporación, existen muchos entes que se autodenominan sociedades
cuando en realidad son asociaciones.

El hecho se explica porque antes del Código de 1942, nuestra terminología legal no
distinguía en forma neta entre asociación y sociedad, de modo que más de una asociación
en el sentido que da á la palabra el Código vigente, se llama sociedad simplemente porque
nació bajo el imperio del Código de 1922 o porque siguió la terminología de éste.

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Bibliografía.

Aguilar Gorrondona, Derecho Civil I. Personas

Alberto La Roche, Derecho Civil I

Einstein Alejandro Morales Galito

einsteinalejandro[arroba]msn.com

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Concepto de persona en el Derecho

einstein alejandro morales galito

Etimología de "Persona"

Definiciones de persona en el Derecho

Relación entre el concepto de personas y otros conceptos

Clasificación de las personas

Bibliografía

I. Etimología de "PERSONA".

Los actores del teatro antiguo usaban unas máscaras que les servían, tanto para representar
la fisonomía del personaje que encarnaban, como para aumentar el volumen de sus voces.
Precisamente por esta última función, la máscara se llamaba persona -ae, o sea, cosa que
suena mucho, ya que la palabra deriva del verbo personare, que significa sonar mucho (de
69
sonare, sonar y per, partícula que refuerza el significado). Por una figura del lenguaje se
pasó á llamar persona a los actores que usaban esas máscaras y luego el Derecho tomó la
palabra para designar a quienes actúan en el mundo jurídico.

II. Definiciones de persona en el Derecho.

Entre las innumerables definiciones de persona en Derecho, podemos citar tres, todas
equivalentes: 1° Persona es todo ente susceptible de tener derechos o deberes jurídicos. 2°
Persona es todo ente susceptible de figurar como término subjetivo en una relación jurídica;
y, 3° Persona es todo ente susceptible de ser sujeto

III. Relación entre el concepto de personas y otros conceptos.

Conviene distinguir y señalar las relaciones entre el concepto de persona y los conceptos de
personalidad, capacidad jurídica o de goce, sujeto de derecho y cosa.

1° Persona, personalidad y capacidad jurídica o de goce. Persona es el ente apto para ser
titular de derechos o deberes jurídicos, personalidad es la cualidad de ser persona, o sea, la
aptitud para ser titular de derechos o deberes jurídicos. De allí que en el lenguaje ordinario
se diga que se es persona y que se tiene personalidad.

Muchos autores consideran como sinónimas las expresiones personalidad y capacidad


jurídica o de goce; pero, en sentido estricto, personalidad es la aptitud dicha, y capacidad
jurídica o de goce es la medida de esa aptitud. De allí que pueda decirse que la personalidad
no admite grado (simplemente se tiene o no se tiene), mientras que la capacidad sí (puede
ser mayor en una persona que en otra.

2° Persona y sujeto de derecho. Si se entiende por sujeto de derecho aquel que actualmente
tiene un derecho o deber, el concepto de persona es más amplio porque comprende
también a quien puede llegar a tener un derecho o un deber, aunque actualmente no lo

70
tenga. Pero tomada la expresión, "sujeto de derecho" en abstracto, o sea sin referirla a
ningún derecho o deber concreto, viene a ser sinónimo de persona.

3° Persona y cosa. A las personas, o sea, a los posibles sujetos de derecho, se contraponen
las cosas, las cuales sólo pueden llegar a ser objetos de derechos. Entre esas cosas no se
incluyen en la actualidad a los seres humanos. En cambio, la expresión comprende tanto las
llamadas cosas corporales, como las incorporales.

Determinación de las personas.

la Por una parte, el Derecho vigente reconoce la personalidad jurídica a todos los individuos
de la especie humana, independientemente de su edad, sexo, salud, situación familiar y
otras circunstancias. Pero no siempre fue así:

A) El Derecho romano no consideraba la personalidad y la capacidad jurídica como un


atributo de la naturaleza humana, sino como una consecuencia del "estado", el cual tenía
los caracteres de un privilegio o concesión de la ley. Así en Derecho romano carecía
totalmente de personalidad el esclavo, porque no tenía el status líbertatís; carecía de
personalidad, a los efectos del ius civile el extranjero, porque no tenía el status civitatis, y
tenían limitada la capacidad jurídica los alieni jurís (sujetos a la potestad de otro), porque
carecían del status familiae. Y,

B) El Derecho medioeval, moderno e incluso contemporáneo conoció la llamada muerte


civil, institución mediante la cual el individuo a consecuencia de ciertos votos religiosos o de
ciertas condenas penales, perdía su personalidad jurídica, por lo menos en el campo del
Derecho Privado. 2° Por otra parte, el Derecho vigente reconoce personalidad jurídica a
entes distintos a los individuos de la especie humana, pero que persiguen fines humanos (p.
ej.: al Estado, las sociedades mercantiles, etc.). Son las llamadas personas jurídicas stricto
sensu o también personas complejas, morales, abstractas o colectivas (todas esas
expresiones se emplean como sinónimas).

71
La idea de reconocer personalidad jurídica a entes que no fueran individuos de la especie
humana, sólo apareció en forma clara y distinta en la etapa bizantina del Derecho romano,
bajo Teodosio II. El desarrollo de la institución de las personas jurídicas fue obra laboriosa
de la jurisprudencia medioeval, que con elementos de los Derechos romano, germánico y
canónico acertó a encontrar soluciones prácticas adecuadas, aunque no pudo crear una
doctrina coherente en la materia. La Revolución Francesa extendió su animadversión hacia
los gremios y corporaciones a todas las personas jurídicas stricto sensu, lo que explica que el
Código Napoleónico no las regule.

La reglamentación legislativa expresa de las personas jurídicas tiene su origen en el siglo


pasado. Fue el Código Civil chileno de 1855 el primer código importante que reglamentó
dichas personas. Le siguieron el viejo Código Civil portugués, algunos Códigos Civiles
americanos, y el Código Civil español. Pero fue el B.G.B. el primero que incluyó una
reglamentación completa en la materia, que luego inspiró a los Códigos Civiles japonés,
suizo, peruano de 1936 y venezolano de 1942. En la actualidad existe una rica y valiosa
bibliografía sobre las personas jurídicas; pero aún se discute vivamente acerca de la
naturaleza de las mismas, como se verá al estudiar la asignatura "Introducción al Derecho".

3° En cambio, el Derecho vigente ha corregido las desviaciones antiguas y medioevales de


reconocer la personalidad jurídica a ciertos entes. En especial no se la reconoce a los
animales, a los cuales los emperadores romanos llegaron a conceder honores y los juristas
medioevales a exigir responsabilidades penales.

Las disposiciones protectoras de los animales que existen en el derecho vigente no implican
concesión de derechos a tales seres, sino que son normas dictadas en protección de
intereses humanos que tienen por objeto a los animales y que pueden ser utilitarios (p. ej.:
evitar la extinción de una especie), o de otro orden (p. ej.: evitar el desagrado de presenciar
crueldades inútiles). Menos aun puede considerarse que el Derecho vigente sujete a los
animales al cumplimiento de deberes civiles o penales, aun cuando sus dueños puedan
llegar a incurrir en responsabilidad con motivo de hechos de sus animales.

Las disposiciones protectoras de los vegetales tienen el mismo carácter que las protectoras
de los animales; en realidad protegen intereses humanos que tienen por objeto tales entes.

72
II. Desde otro punto de vista vale la pena destacar que desde hace mucho tiempo se discute
si el Derecho Positivo se limita a reconocer la personalidad jurídica de los entes que la
tienen o si la personalidad de los mismos es creada por el Derecho Positivo. En otras
palabras, se discute si la personalidad jurídica es anteriora. Derecho Positivo, que sólo la
declara, o si es una consecuencia de dicho Derecho, que la constituye o crea.

Sin examinar las teorías propuestas, podemos presentar las siguientes conclusiones: 1°) El
Derecho Positivo debe atribuir personalidad jurídica a los individuos de la especie humana y
a determinadas personas jurídicas (.stricto sensu), porque así lo exige la consideración
racional de la naturaleza humana, mientras que, queda en libertad para atribuirla o no a
otros entes; pero 2°) el Derecho Positivo .puede desconocer y de hecho ha desconocido ese
deber de modo que la determinación de cuáles son los entes que gozan de personalidad
jurídica en un ordenamiento dado, la hace el Derecho Positivo.

Clasificación de las personas.

Las personas en Derecho, o sea, las personas jurídicas en sentido lato, se clasifican en:

I. Personas naturales, individuales, físicas, simples o concretas que son los individuos de la
especie humana y sólo ellos.

II. Personas jurídicas en sentido estricto, colectivas, morales, complejas o abstractas, que
son todos los entes aptos para ser titulares de derechos o deberes y que no son individuos
de la especie humana. Se subdividen en personas jurídicas de Derecho Público y de Derecho
Privado. Distinguir conceptualmente entre ambas es tan difícil como distinguir
conceptualmente entre Derecho Público y Derecho Privado.

1° El Código Civil (art. 19, ord. 1° y 2°) enumera como personas de Derecho Público, la
Nación, las entidades que la componen, las Iglesias de cualquier credo, las Universidades y
los demás seres o cuerpos morales de carácter público. Nos limitaremos a examinar esta
enumeración aun cuando sea incompleta ya que no abarca a las personas jurídicas de
Derecho Público sujetas al ordenamiento internacional.
73
A) La Nación, entendida en el sentido de Estado. De acuerdo con la doctrina tradicional el
Estado tendría una doble personalidad, según sea el carácter jurídico de su actuación: si
actúa en ejercicio de funciones públicas, se le denomina Estado-poder, y si actúa en el plano
privado y patrimonial, se le denomina Estado-persona jurídica o Fisco Nacional.
Modernamente, sin embargo, se considera que el Estado tiene una personalidad única,
aunque pueda actuar en los dos planos señalados. Debe advertirse que si bien el Estado
tiene personalidad jurídica, no son personas jurídicas todos sus órganos (p. ej.: no son
personas jurídicas el Congreso, los Tribunales, etc,).

B) Las entidades que componen el Estado, en particular los Estados de la Unión y las
Municipalidades. Esas entidades son las llamadas entidades públicas territoriales o
"Corporaciones Territoriales". La propia Constitución consagra expresamente la
personalidad jurídica de los Municipios (Const., art. 168).

C) Las Iglesias de cualquier credo. La situación legal varía según se trate de la Iglesia católica
o de otros cultos: a) La Iglesia Católica ciertamente no requiere el reconocimiento por parte
del Ejecutivo de que sus normas internas no contrarían los principios de orden público de la
Constitución y demás leyes.

Por otra parte, Venezuela reconoce la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y
del Estado de la Ciudad del Vaticano; reconoce a la Iglesia Católica en la República como
persona jurídica de carácter público, y declara que gozan además de personalidad jurídica
para los actos de la vida civil las Diócesis, los Capítulos Catedralicios, los Seminarios, las
Parroquias, las Ordenes, Congregaciones religiosas y demás institutos de perfección cristiana
canónicamente reconocidos (Convenio entre la Santa Sede y la República de Venezuela, arts.
3° y 4a)2. b) Los cultos no católicos, en cambio, requieren el mencionado reconocimiento
por parte del Ejecutivo antes de lo cual, en nuestro concepto, no gozan de personalidad
jurídica. *

D) Las Universidades. Debe advertirse que analizamos una disposición del Código Civil de
1942 y que en ese momento no existían sino Universidades del Estado, de modo que todas
eran indudablemente personas de Derecho Público. Desde 1953 existen en Venezuela
Universidades Privadas que adquieren su personalidad jurídica mediante el cumplimiento

74
de las formalidades que señala la Ley de Universidades; pero respecto de las cuales resulta
al menos dudoso afirmar que sean personas de Derecho Público.

E) Los demás seres o cuerpos morales de carácter público (como p. ej.: los Institutos
Autónomos), cuya determinación, clasificación y estudio corresponde al Derecho Público. 2°
Las Personas de Derecho Privado se subdividen en personas de tipo fundacional (las
fundaciones), y de tipo asociativo (asociaciones en sentido amplio).

Aunque en las tesis finales desarrollaremos esta materia, conviene adelantar algunas
nociones básicas.

A) Las personas de tipo fundacional se caracterizan por ser un conjunto de bienes atribuido
exclusiva y permanentemente a la consecución de un fin. Carecen pues de sustrato personal
(no tienen miembros; los fundadores no forman parte de la fundación) y sólo tienen
sustrato real (o sea, bienes, en lat. res, reí). De allí que se las llame universitas bonorum
(universalidades de bienes).

B) Las personas de tipo asociativo (o asociaciones en sentido amplio) se caracterizan por ser
un conjunto de personas que persiguen un fin común para cuya consecución destinan
determinados bienes de manera exclusiva y permanente. Tienen pues, tanto sustrato
personal (miembros que forman parte de la asociación), como sustrato real (bienes). Se las
llama universitas personarum (universalidad de personas).

Nuestro Código Civil menciona tres clases de tales personas: las corporaciones, las
asociaciones en sentido estricto y las sociedades.

Las corporaciones se caracterizan: 1°) porque son mandadas a crear o reconocidas por una
ley especial que regula su funcionamiento; y 2°) porque en ellas predominan intereses
colectivos sobre los intereses individuales. Ejemplo de corporaciones son los colegios
profesionales (de abogados, médicos, etc.).

Para evitar confusiones debe aclararse que no todo lo que se llama "corporación" en el
lenguaje ordinario, es corporación en sentido jusprivatista. Así por ejemplo, la Corporación
Venezolana de Fomento nunca fue una corporación de Derecho Privado sino un Instituto
75
Autónomo y, por lo tanto, una persona de Derecho Público. A su vez, las entidades
comerciales que llevan el nombre de corporación, tampoco son corporaciones sino
sociedades mercantiles (la explicación es que equivocadamente se ha traducido por
corporación la palabra inglesa corporation, que significa sociedad mercantil).

b) Las asociaciones propiamente dichas son las demás personas de Derecho Privado cuyos
miembros no persiguen un fin de lucro para ellos mismos (aunque el ente pueda realizar
operaciones lucrativas).

Ejemplo: un club de ajedrez o de deportes, una agrupación de investigadores científicos, etc.


(siempre que se constituyan como personas en Derecho, para lo cual deben cumplir las
formalidades señaladas por la ley).

c) Las sociedades se caracterizan por ser personas de Derecho Privado cuyos miembros
persiguen un fin de lucro para ellos mismos (el lucro del ente no es sino un medio para el
lucro de sus componentes). La subdivisión de las sociedades se estudiará también en el
último capítulo. Sin embargo, debe destacarse que, así como no es corporación todo lo que
tiene nombre de corporación, existen muchos entes que se autodenominan sociedades
cuando en realidad son asociaciones.

El hecho se explica porque antes del Código de 1942, nuestra terminología legal no
distinguía en forma neta entre asociación y sociedad, de modo que más de una asociación
en el sentido que da á la palabra el Código vigente, se llama sociedad simplemente porque
nació bajo el imperio del Código de 1922 o porque siguió la terminología de éste.

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Persona física

concepto jurídico referido a un ser humano real en oposición a una persona jurídica

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Este aviso fue puesto el 4 de noviembre de 2013.

Persona física (o persona natural) es un concepto jurídico, cuya elaboración fundamental


correspondió a los juristas romanos.

Cada ordenamiento jurídico tiene su propia definición de persona, aunque en términos


generales, es todo miembro de la especie humana susceptible de adquirir derechos y
contraer obligaciones. En algunos casos se puede hacer referencia a éstas como personas de
existencia visible, de existencia real, física o natural.

Su origen etimológico viene de persona-ae, que era aquella máscara (per sonare, es decir,
para hacerse oír) que llevaban los actores en la Antigüedad y que ocultaba su rostro al
tiempo que hacía sonar su voz. Esto es, una ficción que se sobrepone al ser que la porta. Ello
es así porque no todos los seres humanos -especialmente en otros tiempos- podían ser
considerados personas[cita requerida]. Actualmente, y dependiendo del sistema legal que
se considere, el nasciturus o "que está por nacer" disfruta de una consideración jurídica
propia distinta de la de persona física, y por tanto sometido a un régimen distinto de
derechos.
78
Hoy, las personas físicas tienen, por el solo hecho de existir, atributos dados por el Derecho.
La personalidad abre la puerta de la titularidad de derechos, de modo que sólo siendo
considerado tal se podía contratar o contraer matrimonio, por poner un par de ejemplos.

Antecedentes sobre el concepto de persona física

Inicio y fin de la existencia de la persona física

Relación entre el concepto de persona física y los derechos humanos

Véase también

Referencias

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Persona jurídica

sujeto de derechos y obligaciones como institución

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Persona jurídica (o persona moral) es un individuo con derechos y obligaciones que existe,
pero no como persona física, sino como institución que es creada por una o más personas
físicas para cumplir un objetivo social que puede ser con o sin fines de lucro. Las personas se
pueden clasificar en dos grandes tipos: jurídicas individuales o jurídico colectivas, que
generalmente se les suele denominar "personas físicas" y "personas morales",
respectivamente.

En otras palabras, una persona jurídica colectiva es quien tiene la capacidad de adquirir
tanto derechos como obligaciones y que no es una persona física. Así, a éstas primeras, el
Derecho les atribuye y reconoce una personalidad jurídica propia, por lo que en este
sentido, la personalidad debe entenderse como la aptitud para ser sujeto activo o pasivo de
las relaciones jurídicas.

Tomando en cuenta sus elementos, también se define a las personas jurídicas como entes
colectivos integrados por personas y bienes adscritos a una personalidad común y a los que
se les reconoce una personalidad jurídica distinta de las personas naturales que las
integran.[1]

80
Antecedentes

Naturaleza jurídica Editar

Teoría de la ficción Editar

Jurídicamente es la persona física como la moral, de ahí que lo correcto es identificarla


como persona moral -pues se capta por el entendimiento y no por los sentidos- y
corresponde a una ficción del derecho al dar reconocimiento por ley a lo que materialmente
no existe, basándose en esta teoría, es la confirmación de un ente individual e
independiente el cual genera similares obligaciones y derechos que una persona física. Las
características que tienen estas dos figuras son: nacionalidad, domicilio, nombre, capacidad
y patrimonio, cuando hablamos de la teoría de la ficción decimos que la persona moral es
un organismo el cual es representado por otro o por otros, en este caso -al final-personas
físicas.

Teoría Editar

Hans Kelsen niega la dualidad derecho objetivo-derecho subjetivo. Utilizando los estudios
de Duguit, pero planteando su doctrina en un terreno puramente lógico, sostiene que los
derechos subjetivos no existen sino en cuanto expresión del derecho objetivo. Si no existen
derechos subjetivos con valor propio, autónomo, tampoco debe existir el sujeto de derecho.
Los derechos subjetivos y el sujeto de derecho, o sea la persona, son conceptos auxiliares,
que facilitan el conocimiento del derecho. Persona, sea física o jurídica, es sólo la expresión
unitaria personificadora de un haz de deberes y facultades jurídicas, un complejo de
normas. El hecho de ser un centro de imputación de normTexto en subíndiceas, convierte a
ese centro en persona.

La teoría de Kelsen hace una crítica sobre la diferencia que hacen los civilistas (persona
moral y física).Todas las personas son jurídicas. La única diferencia entre una y otra es que
las "morales" (como los civilistas las llaman) o de existencia ideal actúan como órganos, un
órgano (es la hipóstasis que se hace sobre el actuar de un individuo; en el que su acto se le
atribuye a la colectividad tal que ella lo hubiera hecho). Así la persona física es individual y
la de existencia ideal colectiva. La persona está constituida por una norma de
capacidad,(imputación central), la cual la faculta para llenar el ámbito de validez personal de
una norma de imputación periférica, así una persona, sólo es el núcleo al cual se le imputa
un actuar.

81
Teoría de la realidad Editar

La teoría de la realidad surgió en el siglo XIX y XX, como reacción a la teoría de la Ficción,
como principales expositores debemos citar a los alemanes Gierke y Jellinek. Esta teoría
parte de la idea de que una persona jurídica es una realidad concreta preexistente a la
voluntad de las personas físicas. Se basa en el sustrato material que conforma a una
persona jurídica, es de carácter objetivo. La figura legal de "Persona Jurídica" existe con
anterioridad a la idea de la "Persona Física", estas últimas toman o dejan esta figura. Son un
medio jurídico para facilitar y regular las tareas entre asociaciones o sociedades y existen
por sí mismas, por ende son sujeto de derecho y adquieren una capacidad independiente a
la de las personas físicas que la componen. En esta se ven 2 subclases:

Teoría orgánica Editar

Para esta teoría, las personas jurídicas no son entes artificiales creados por el Estado sino,
por el contrario, realidades vivas. Los entes colectivos son organismos sociales dotados
tanto como el ser humano de una potestad propia de querer y por ello, capaces
naturalmente de ser sujetos de derecho (Gierke). A diferencia de la teoría de la ficción, que
sostenía que la autorización estatal era creativa de la personalidad jurídica, sostiene Gierke
que sólo tiene valor declarativo. Las personas físicas que componen a la persona jurídica
funcionan como organismos de la voluntad colectiva de la persona jurídica. Es necesario que
quede claro que para esta teoría lo más importante que debe ser amparado por la ley, es
esa voluntad colectiva que surge de la asociación de las personas físicas.

Teoría de la institución Editar

Esta teoría tiene su punto de partida en la observación de la realidad social, que


demostraría que una de las tendencias más firmes en las sociedades contemporáneas es el
desarrollo de la vida colectiva, de la vida social. El ser humano abandona todo aislamiento,
porque comprende que para realizar sus fines y para satisfacer sus necesidades de todo
orden precisa unirse a otros hombres, asociarse a ellos. Entra enseguida voluntariamente en
muchas asociaciones. En el fondo subyace siempre el ser humano, porque él es el fin de
todo Derecho, pero la vida de estas entidades está por encima de la de cada uno de sus
miembros, considerados aisladamente. La institución se define como un organismo que
tiene fines de vida y medios superiores en poder y en duración a los individuos que la
componen. Comprende a la persona jurídica bajo la idea de "empresa" en cuanto lo que
importa no son en sí sus órganos, sino si se cumple la finalidad planteada o no. La persona
jurídica encuentra su justificación en el cumplimiento de ese fin planteado.
82
La teoría de la institución tiene un claro fundamente iusnaturalista, puesto que el derecho
de asociación es considerado uno de los derechos naturales del hombre, como ha
proclamado León XIII en su encíclica Rerum Novarum.

Teorías propiamente jurídicas Editar

Todas estas teorías tienen un mismo punto de partida: si bien es verdad que desde el ángulo
biológico y aun metafísico la única persona es el ser humano, desde lo jurídico se llama
persona a todo ente capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones. Desde este punto
de vista tan persona es el hombre como los entes de existencia ideal, puesto que ambos
tienen esa capacidad. No haber advertido el significado jurídico de la palabra sería el error
inicial del planteo de la teoría de la ficción.

La diferencia que existe entre las dos personas (natural y judicial) es de varias formas por
ejemplo: la jurídica: es todo con la justicia

Nacimiento de la persona jurídica Editar

Las personas jurídicas nacen como consecuencia de un acto jurídico (acto de constitución),
según un sistema de mera existencia, o bien por el reconocimiento que de ellas hace una
autoridad u órgano administrativo o por concesión. En ambos casos puede existir un
requisito de publicidad, como la inscripción en un registro público.

Organismos rectores

Responsabilidad de la persona jurídica Editar

Tradicionalmente se ha rechazado la posibilidad de que una persona jurídica tenga


responsabilidad penal por un delito. El argumento es que el dolo o la culpa no pueden
recaer en ella, sino en las personas físicas que están detrás de una persona jurídica y toman
las decisiones. Según esta concepción doctrinal, la persona jurídica sería sólo responsable
civilmente, es decir, tendría que resarcir daños y perjuicios. Además, históricamente la
teoría del delito se ha construido sobre la base de la persona natural.

83
En la actualidad, sin embargo, existen ordenamientos donde es posible sancionar
penalmente a una persona jurídica por un delito. Si bien no pueden imponérsele todo los
tipos de penas, existen algunas, como las pecuniarias o las inhabilitaciones, que pueden ser
adecuadas para los delitos económicos o tributarios. No obstante, parte de la doctrina
considera estas situaciones como propias del derecho administrativo sancionador y no del
derecho penal.

De todos modos, por lo general, en el Common Law se acepta la posibilidad de exigir


responsabilidad penal a una persona jurídica, mientras que en el Derecho continental, solo
algunos países, como Italia, Alemania o España (desde la reforma del código penal L.O.
5/2010), o Francia lo admiten.

La personería jurídica o personalidad jurídica es el reconocimiento a un ser humano, una


organización, una empresa u otro tipo de entidad para asumir una actividad o una
obligación que produce una plena responsabilidad desde la mirada jurídica, tanto frente a sí
mismo como respecto a otros.

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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PÁGINAS RELACIONADAS

Personalidad jurídica

unidad sobre la que la ley efectúa imputaciones directas, arrogándole derechos y


obligaciones

Sujeto de derecho internacional

Entidades con derechos y obligaciones impuestas por el Derecho internacional

84
Responsabilidad jurídica

obligación de pagar deudas

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Persona jurídica

85
sujeto de derechos y obligaciones como institución

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Persona jurídica (o persona moral) es un individuo con derechos y obligaciones que existe,
pero no como persona física, sino como institución que es creada por una o más personas
físicas para cumplir un objetivo social que puede ser con o sin fines de lucro. Las personas se
pueden clasificar en dos grandes tipos: jurídicas individuales o jurídico colectivas, que
generalmente se les suele denominar "personas físicas" y "personas morales",
respectivamente.

En otras palabras, una persona jurídica colectiva es quien tiene la capacidad de adquirir
tanto derechos como obligaciones y que no es una persona física. Así, a éstas primeras, el
Derecho les atribuye y reconoce una personalidad jurídica propia, por lo que en este
sentido, la personalidad debe entenderse como la aptitud para ser sujeto activo o pasivo de
las relaciones jurídicas.

Tomando en cuenta sus elementos, también se define a las personas jurídicas como entes
colectivos integrados por personas y bienes adscritos a una personalidad común y a los que
se les reconoce una personalidad jurídica distinta de las personas naturales que las
integran.[1]

Antecedentes

Naturaleza jurídica Editar

Teoría de la ficción Editar

Jurídicamente es la persona física como la moral, de ahí que lo correcto es identificarla


como persona moral -pues se capta por el entendimiento y no por los sentidos- y
corresponde a una ficción del derecho al dar reconocimiento por ley a lo que materialmente
no existe, basándose en esta teoría, es la confirmación de un ente individual e
independiente el cual genera similares obligaciones y derechos que una persona física. Las
características que tienen estas dos figuras son: nacionalidad, domicilio, nombre, capacidad
86
y patrimonio, cuando hablamos de la teoría de la ficción decimos que la persona moral es
un organismo el cual es representado por otro o por otros, en este caso -al final-personas
físicas.

Teoría Editar

Hans Kelsen niega la dualidad derecho objetivo-derecho subjetivo. Utilizando los estudios
de Duguit, pero planteando su doctrina en un terreno puramente lógico, sostiene que los
derechos subjetivos no existen sino en cuanto expresión del derecho objetivo. Si no existen
derechos subjetivos con valor propio, autónomo, tampoco debe existir el sujeto de derecho.
Los derechos subjetivos y el sujeto de derecho, o sea la persona, son conceptos auxiliares,
que facilitan el conocimiento del derecho. Persona, sea física o jurídica, es sólo la expresión
unitaria personificadora de un haz de deberes y facultades jurídicas, un complejo de
normas. El hecho de ser un centro de imputación de normTexto en subíndiceas, convierte a
ese centro en persona.

La teoría de Kelsen hace una crítica sobre la diferencia que hacen los civilistas (persona
moral y física).Todas las personas son jurídicas. La única diferencia entre una y otra es que
las "morales" (como los civilistas las llaman) o de existencia ideal actúan como órganos, un
órgano (es la hipóstasis que se hace sobre el actuar de un individuo; en el que su acto se le
atribuye a la colectividad tal que ella lo hubiera hecho). Así la persona física es individual y
la de existencia ideal colectiva. La persona está constituida por una norma de
capacidad,(imputación central), la cual la faculta para llenar el ámbito de validez personal de
una norma de imputación periférica, así una persona, sólo es el núcleo al cual se le imputa
un actuar.

Teoría de la realidad Editar

La teoría de la realidad surgió en el siglo XIX y XX, como reacción a la teoría de la Ficción,
como principales expositores debemos citar a los alemanes Gierke y Jellinek. Esta teoría
parte de la idea de que una persona jurídica es una realidad concreta preexistente a la
voluntad de las personas físicas. Se basa en el sustrato material que conforma a una
persona jurídica, es de carácter objetivo. La figura legal de "Persona Jurídica" existe con
anterioridad a la idea de la "Persona Física", estas últimas toman o dejan esta figura. Son un
medio jurídico para facilitar y regular las tareas entre asociaciones o sociedades y existen
por sí mismas, por ende son sujeto de derecho y adquieren una capacidad independiente a
la de las personas físicas que la componen. En esta se ven 2 subclases:

87
Teoría orgánica Editar

Para esta teoría, las personas jurídicas no son entes artificiales creados por el Estado sino,
por el contrario, realidades vivas. Los entes colectivos son organismos sociales dotados
tanto como el ser humano de una potestad propia de querer y por ello, capaces
naturalmente de ser sujetos de derecho (Gierke). A diferencia de la teoría de la ficción, que
sostenía que la autorización estatal era creativa de la personalidad jurídica, sostiene Gierke
que sólo tiene valor declarativo. Las personas físicas que componen a la persona jurídica
funcionan como organismos de la voluntad colectiva de la persona jurídica. Es necesario que
quede claro que para esta teoría lo más importante que debe ser amparado por la ley, es
esa voluntad colectiva que surge de la asociación de las personas físicas.

Teoría de la institución Editar

Esta teoría tiene su punto de partida en la observación de la realidad social, que


demostraría que una de las tendencias más firmes en las sociedades contemporáneas es el
desarrollo de la vida colectiva, de la vida social. El ser humano abandona todo aislamiento,
porque comprende que para realizar sus fines y para satisfacer sus necesidades de todo
orden precisa unirse a otros hombres, asociarse a ellos. Entra enseguida voluntariamente en
muchas asociaciones. En el fondo subyace siempre el ser humano, porque él es el fin de
todo Derecho, pero la vida de estas entidades está por encima de la de cada uno de sus
miembros, considerados aisladamente. La institución se define como un organismo que
tiene fines de vida y medios superiores en poder y en duración a los individuos que la
componen. Comprende a la persona jurídica bajo la idea de "empresa" en cuanto lo que
importa no son en sí sus órganos, sino si se cumple la finalidad planteada o no. La persona
jurídica encuentra su justificación en el cumplimiento de ese fin planteado.

La teoría de la institución tiene un claro fundamente iusnaturalista, puesto que el derecho


de asociación es considerado uno de los derechos naturales del hombre, como ha
proclamado León XIII en su encíclica Rerum Novarum.

Teorías propiamente jurídicas Editar

Todas estas teorías tienen un mismo punto de partida: si bien es verdad que desde el ángulo
biológico y aun metafísico la única persona es el ser humano, desde lo jurídico se llama
persona a todo ente capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones. Desde este punto

88
de vista tan persona es el hombre como los entes de existencia ideal, puesto que ambos
tienen esa capacidad. No haber advertido el significado jurídico de la palabra sería el error
inicial del planteo de la teoría de la ficción.

La diferencia que existe entre las dos personas (natural y judicial) es de varias formas por
ejemplo: la jurídica: es todo con la justicia

Nacimiento de la persona jurídica Editar

Las personas jurídicas nacen como consecuencia de un acto jurídico (acto de constitución),
según un sistema de mera existencia, o bien por el reconocimiento que de ellas hace una
autoridad u órgano administrativo o por concesión. En ambos casos puede existir un
requisito de publicidad, como la inscripción en un registro público.

Organismos rectores

Responsabilidad de la persona jurídica Editar

Tradicionalmente se ha rechazado la posibilidad de que una persona jurídica tenga


responsabilidad penal por un delito. El argumento es que el dolo o la culpa no pueden
recaer en ella, sino en las personas físicas que están detrás de una persona jurídica y toman
las decisiones. Según esta concepción doctrinal, la persona jurídica sería sólo responsable
civilmente, es decir, tendría que resarcir daños y perjuicios. Además, históricamente la
teoría del delito se ha construido sobre la base de la persona natural.

En la actualidad, sin embargo, existen ordenamientos donde es posible sancionar


penalmente a una persona jurídica por un delito. Si bien no pueden imponérsele todo los
tipos de penas, existen algunas, como las pecuniarias o las inhabilitaciones, que pueden ser
adecuadas para los delitos económicos o tributarios. No obstante, parte de la doctrina
considera estas situaciones como propias del derecho administrativo sancionador y no del
derecho penal.

De todos modos, por lo general, en el Common Law se acepta la posibilidad de exigir


responsabilidad penal a una persona jurídica, mientras que en el Derecho continental, solo
algunos países, como Italia, Alemania o España (desde la reforma del código penal L.O.
5/2010), o Francia lo admiten.
89
La personería jurídica o personalidad jurídica es el reconocimiento a un ser humano, una
organización, una empresa u otro tipo de entidad para asumir una actividad o una
obligación que produce una plena responsabilidad desde la mirada jurídica, tanto frente a sí
mismo como respecto a otros.

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

Última edición hace 1 mes por SeroBOT

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Personalidad jurídica

unidad sobre la que la ley efectúa imputaciones directas, arrogándole derechos y


obligaciones

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Entidades con derechos y obligaciones impuestas por el Derecho internacional

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obligación de pagar deudas

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Acto jurídico

acto destinado a producir una consecuencia legal

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Puedes colaborar agregando referencias a fuentes fiables como se indica aquí. El material
sin fuentes fiables podría ser cuestionado y eliminado.

Este aviso fue puesto el 27 de octubre de 2016.

El acto jurídico es la declaración o manifestación de voluntad, sancionada por el Derecho,


destinada a producir efectos jurídicos queridos por su autor o por las partes, que pueden
consistir en crear, modificar, transferir, transmitir o extinguir derechos y obligaciones.[1]

La doctrina alemana distingue el acto del negocio jurídico, siendo este último una especie
de acto jurídico, caracterizado por tener una declaración de voluntad, a diferencia del acto
jurídico como concepto más amplio que abarca los hechos voluntarios (tanto lícitos como
ilícitos).[2]

Acto jurídico deriva del latín actus, -us, de verbal de ago -ere; así en el mismo sentido se nos
señala que acto jurídico es " todo comportamiento humano valorado por el derecho".

Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un sujeto y un objeto con bastante
capacidad, se necesita algo que los ponga en relación, estableciendo un lazo o un vínculo
que los una, haciendo pasar la relación jurídica del estado de posibilidad al estado de
existencia. Este tercer elemento es un hecho, que por ser productor de efectos jurídicos se
denomina hecho jurídico, cuando tal hecho procede de la voluntad humana recibe el
nombre de acto jurídico.

Usualmente la doctrina indica que son actos jurídicos solamente los típicos o formales
previstos y descritos explícitamente por la ley.

Hechos Jurídicos: Acciones con consecuencias jurídicas. Se denominan Naturales, ya que se


generan espontáneamente, no por la voluntad humana.

Elementos del acto jurídico Editar

Los elementos del negocio jurídico se clasifican en esenciales, naturales y accidentales. Los
sujetos, o partes, que pueden ser uno o varios, son aquellas personas físicas o jurídicas que

92
realizan el acto y se verán afectados por el mismo, ya que en su virtud, adquirirán,
modificarán, transferirán o extinguirán derechos. Los que no forman parte del acto jurídico
se denominan terceros.

Elementos esenciales Editar

Los esenciales son aquellos sin los cuales el negocio jurídico no puede darse aún. Son los
componentes imprescindibles de todo acto jurídico, sin que la autonomía de la voluntad
pueda soslayarlos, además estos elementos son los que permiten que un acto jurídico se
concretice y pueda alcanzar su denominación distinguiéndose de otros actos jurídicos. La
doctrina y la ley en casi todos los países de sistema de derecho continua uniforme en
señalar que estos requisitos son la manifestación de la voluntad, la capacidad, el objeto, la
causa y la forma o solemnidad. Sin embargo debe distinguirse entre los elementos
esenciales de carácter general (los ya expuestos) y los de carácter especial que son los que
requieren cada acto jurídico en particular, pero que deben concurrir con los elementos de
carácter general, en una compra-venta por ejemplo los elementos esenciales especiales
serían el bien que se vende y el precio que debe ser pactado.

Requisitos de existencia Editar

Los requisitos de existencia son aquellos sin los cuales el acto no genera efecto alguno y su
omisión acarrea la inexistencia o nulidad absoluta del acto. Son requisitos de existencia:

Sujeto.

Forma.

Objeto.

Causa.

Solemnidades esenciales cuando la ley así lo requiera.

Véase también: Perfeccionamiento (Derecho)

Requisitos de validez Editar

Los requisitos de validez son aquellos que no obstan a la generación del acto jurídico, pero
su omisión no le brinda una existencia sana al acto, por lo que puede acarrear la nulidad
relativa del acto.

93
Voluntad exenta de vicios.

Objeto Lícito

Causa lícita

Capacidad de ejercicio.

Formalidad

Algunos autores sostienen que las solemnidades que la ley impone a ciertos actos también
son requisitos de validez, como también lo sería la ausencia de lesión.

Elementos naturales Editar

Los elementos naturales son lo que normalmente llevan consigo cada negocio jurídico, a no
ser que sus autores los eliminen. Son los que están insertos en la naturaleza de un acto
jurídico concreto y determinado, de tal manera que el derecho se los atribuye aún cuando
las partes no los hayan incluido. Su presencia en el contenido de un acto jurídico
determinado con prescindencia de la voluntad de las partes es lo que los hace elementos
naturales. Messineo señala que se les suele considerar así, pues no son verdaderos y
propios elementos sino más bien efectos implícitos de determinados negocios. No obstante
que la ley reconoce la presencia de estos elementos, la autonomía de la voluntad puede
separarlos del acto jurídico sin que su separación afecte la validez del acto jurídico. En un
préstamo de dinero, por ejemplo, los intereses.

Elementos accidentales o modalidades Editar

Los elementos accidentales son los que solo existen cuando las partes los determinan y
agregan expresamente al negocio. Son incorporados al acto jurídico por voluntad de las
partes en ejercicio de su autonomía sin que esto afecte la validez del acto jurídico, pero
siempre que no se desvirtúe la esencia del acto y no exista prohibición de la ley. Los
elementos accidentales se diferencian de los naturales porque son ajenos al acto jurídico,
así estos serán modalidades alternativas de realizar el acto jurídico. Algunos de los
elementos accidentales (o modalidades) del negocio jurídico son:

Condición es el acontecimiento futuro e incierto del que depende el nacimiento o extinción


de un derecho o de una obligación.
94
Se clasifica en:

Resolutoria: es aquella condición que, una vez cumplida pone fin a un derecho o a una
obligación( "te daré mil dólares mensuales "hasta" que te cases" en este caso, el derecho del
deudor se extinguirá cuando el acreedor contraiga matrimonio).

Suspensiva- aquella condición que superdita el nacimiento de la obligación al cumplimiento


de un hecho futuro. ("te regalo mi carro "cuando" te cases". Hasta que no se verifique la
condición (matrimonio), la persona a la que se le regalaría el carro no tiene derecho a exigir
su entrega).

Con la finalidad de proteger a que la condición no sufra interferencias se ejercen "actos


conservatorios" (llamados en algún sector de la doctrina efectos prolegómenos o
prodrómicos).

Plazo es el tiempo que se fija para el cumplimiento de una obligación, también se la define
como un hecho futuro y cierto del que depende la exigibilidad o extinción de una obligación
y del derecho que le es correlativo.

Modo o cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un derecho con la


finalidad de fijar como debe conducirse para su ejecución - por ejemplo, un millonario
puede donar una herencia para una fundación con el fin de que ésta destine el dinero a la
construcción de una escuela.

Clasificación del acto jurídico Editar

El negocio jurídico es una manifestación de voluntad que tiene por objeto la producción de
ciertos y determinados efectos jurídicos. Es un acto integrado por una o varias declaraciones
de voluntad privada, dirigidas a la producción de un determinado efecto jurídico y en el que
el derecho objetivo reconoce como base, cumplidos los requisitos y dentro de los límites
que el ordenamiento establece.

Actos positivos y negativos Editar

En los primeros, el nacimiento, modificación, extinción, etc. de un derecho, depende de la


realización del acto; tal es, por ejemplo, la firma de un pagaré, la entrega de una suma de
dinero, la realización de un trabajo o de una obra de arte. En los segundos, en cambio, la
conducta jurídica consiste en una omisión o abstención; tal es el caso de las obligaciones de
no hacer. El propietario de una casa alquilada a un tercero debe abstenerse de perturbarlo

95
en el goce de ella; en este hecho negativo, en esta abstención, consiste el cumplimiento de
su obligación.

Actos unilaterales y bilaterales Editar

Los actos jurídicos son unilaterales cuando para su perfección, requieren de la voluntad de
una sola parte, que puede ser una sola persona, en el caso del testamento; o la voluntad de
varias personas pero que son una sola parte, pues su voluntad es expresada con el mismo
sentido, como por ejemplo en el caso de las comunidades que son representadas por un
administrador. Dentro de los actos unilaterales se pueden clasificar entre actos recepticios y
no recepticios. Son bilaterales cuando requieren el consentimiento de dos o más voluntades
(consentimiento), como los contratos.

Esta clasificación no debe confundirse con la de contratos que son unilaterales y bilaterales.
Los contratos son siempre actos jurídicos bilaterales, desde que no existen sin el concurso
de voluntades; pero en orden a sus efectos, se llama unilaterales a los que crean
obligaciones a cargo de una sola de las partes, tales como el depósito, la donación y
bilaterales a aquellos que las crean para ambas, como la compraventa y el contrato de
trabajo.

Actos entre vivos y actos mortis causa Editar

Los actos jurídicos cuya eficacia no depende del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad
emanan, se llaman actos entre vivos, como son los contratos. Cuando no deben producir
efectos sino después del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan, se denominan
actos mortis causa o actos de última voluntad, como son los testamentos.

Actos gratuitos y onerosos Editar

Actos a título gratuito o simplemente gratuitos son aquellos en que la obligación está a
cargo de una sola de las partes y responden a un propósito de liberalidad; tales los
testamentos, la donación, la renuncia sin cargo a un derecho. En cambio, en los actos
onerosos las obligaciones son recíprocas y cada contratante las contrae en vista de que la
otra parte se obliga a su vez; así ocurre en la compraventa, la permuta, etc.

Actos formales y no formales Editar


96
Actos formales o solemnes son aquellos cuya eficacia depende de la observancia de las
formalidades ordenadas por la ley. Son no formales o no solemnes aquellos cuya validez no
depende del cumplimiento de solemnidad alguna. Los actos jurídicos, en general, pueden
ser formales o no formales. Son formales aquellos actos jurídicos para cuya existencia o
validez es necesaria la manifestación de ciertos caracteres externos, en vista a producir
plenos efectos jurídicos. Ejemplo de esto son los contratos solemnes, que requieren de una
solemnidad propiamente tal, o los contratos reales, que requieren de la entrega de todas.

Las formalidades, tal como las reconoce la doctrina, pueden ser:

Formalidades ad solemnitatem: Se refiere a aquellas formalidades que constituyen requisito


de existencia o validez del acto en cuestión, y ante cuya omisión el acto es nulo, inexistente,
o no produce efecto jurídico alguno. Por ejemplo, en la mayoría de los países, la
compraventa de bienes raíces debe celebrarse en escritura pública, sin la cual se entiende
que la venta es nula. Dichas solemnidades se establecen en consideración a la naturaleza del
acto, dada la importancia que el determinado negocio jurídico tiene para el ordenamiento
jurídico nacional.

Formalidades habilitantes: Son aquellas formalidades establecidas en consideración de las


personas incapaces o ausentes, en vistas de proteger su patrimonio con ciertas cortapisas
legales que impiden a sus representantes disponer libremente de su patrimonio. Tal es el
caso, por ejemplo, de las restricciones de los guardadores de la venta de bienes raíces de
sus pupilos, la que, en la mayoría de los países, debe hacerse en pública subasta previa
autorización de juez competente. Su omisión implica la nulidad del acto en cuestión.

Formalidades ad probationem: Aquellos requisitos externos al acto jurìdico que se exigen en


consideración a la acreditación formal de un acto ante la sociedad o las autoridades. Por
regla general, se traduce en la escrituración del determinado acto, como es en el caso de los
contrato de trabajo, donde es de interés del legislador que dichos actos se mantengan
escriturados o registrados, en protección de los trabajadores. Su omisión jamás acarrea la
nulidad, sino que formas distintas de ineficacia de los actos jurídicos, tales como la
inadmisibilidad de la prueba testimonial.

Formalidades de publicidad: Aquellas formalidades destinadas a dar publicidad al


determinado acto jurídico, y que por regla general se traducen en la inscripción del negocio
en un registro público, de modo que todas las personas tengan acceso al conocimiento de su
contenido y efectos. Su violación acarrea, como norma general, la inoponibilidad del acto
frente a tercero.

Actos patrimoniales y extrapatrimoniales Editar


97
Los primeros son los que tienen un contenido económico, y los segundos se refieren a
derechos y obligaciones que no son susceptibles de apreciación en pecuniaria.

Son aquellos que versan o son relativos a patrimonios o bienes, es decir, son cuantificables
en dinero o de naturaleza pecuniaria. Esta clasificación se asemeja un tanto a aquellos actos
jurídicos simples, por cuanto engloba a los que generan consecuencias dentro del
patrimonio de los celebrantes y, que por cierto son la generalidad de contratos civiles.

Actos de administración y de disposición o enajenación Editar

En el acto de administración sólo se transfiere la tenencia, el uso; por ejemplo, el


arrendamiento, comodato, este acto no saca de la esfera de actuación del sujeto al bien en
cuestión, objeto del acto por el contrario. En los de disposición se transmite el dominio, la
propiedad de la cosa por ejemplo: la enajenación y el gravamen.

Actos abstractos de causa y causados Editar

El acto abstracto no obstante de constituir una declaración de voluntad que revela el ánimo
de generar efectos jurídicos que, interesen al agente, no llevan la causa incorporada en si,
ejemplo: el giro de una letra que conteniendo una obligación de pago, es independiente de
su causa. El acto causado tiene causa evidente y notoria. Ejemplo: el arrendamiento.

Ineficacia del acto jurídico Editar

La ineficacia del acto jurídico es la privación de los efectos del acto jurídico, sea como
resultado de no cumplir los requisitos legales, como resultado de una sanción o como vía
consecuencial.[3] Son causales de ineficacia:

La caducidad.

La inexistencia.

La inoponibilidad.

La nulidad.

La resciliación.

98
La rescisión.

La rescisión por lesión.

La resolución.

La revocación.

La simulación.

Véase también

Referencias

Bibliografía

Última edición hace 2 meses por Eduardosalg

PÁGINAS RELACIONADAS

Contrato

acuerdo manifestado voluntariamente entre dos, o más, sujetos

Inoponibilidad

Ineficacia del acto jurídico

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El acto jurídico es la declaración o manifestación de voluntad, sancionada por el Derecho,


destinada a producir efectos jurídicos queridos por su autor o por las partes, que pueden
consistir en crear, modificar, transferir, transmitir o extinguir derechos y obligaciones.[1]

100
La doctrina alemana distingue el acto del negocio jurídico, siendo este último una especie
de acto jurídico, caracterizado por tener una declaración de voluntad, a diferencia del acto
jurídico como concepto más amplio que abarca los hechos voluntarios (tanto lícitos como
ilícitos).[2]

Acto jurídico deriva del latín actus, -us, de verbal de ago -ere; así en el mismo sentido se nos
señala que acto jurídico es " todo comportamiento humano valorado por el derecho".

Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un sujeto y un objeto con bastante
capacidad, se necesita algo que los ponga en relación, estableciendo un lazo o un vínculo
que los una, haciendo pasar la relación jurídica del estado de posibilidad al estado de
existencia. Este tercer elemento es un hecho, que por ser productor de efectos jurídicos se
denomina hecho jurídico, cuando tal hecho procede de la voluntad humana recibe el
nombre de acto jurídico.

Usualmente la doctrina indica que son actos jurídicos solamente los típicos o formales
previstos y descritos explícitamente por la ley.

Hechos Jurídicos: Acciones con consecuencias jurídicas. Se denominan Naturales, ya que se


generan espontáneamente, no por la voluntad humana.

Elementos del acto jurídico Editar

Los elementos del negocio jurídico se clasifican en esenciales, naturales y accidentales. Los
sujetos, o partes, que pueden ser uno o varios, son aquellas personas físicas o jurídicas que
realizan el acto y se verán afectados por el mismo, ya que en su virtud, adquirirán,
modificarán, transferirán o extinguirán derechos. Los que no forman parte del acto jurídico
se denominan terceros.

Elementos esenciales Editar

Los esenciales son aquellos sin los cuales el negocio jurídico no puede darse aún. Son los
componentes imprescindibles de todo acto jurídico, sin que la autonomía de la voluntad
pueda soslayarlos, además estos elementos son los que permiten que un acto jurídico se
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concretice y pueda alcanzar su denominación distinguiéndose de otros actos jurídicos. La
doctrina y la ley en casi todos los países de sistema de derecho continua uniforme en
señalar que estos requisitos son la manifestación de la voluntad, la capacidad, el objeto, la
causa y la forma o solemnidad. Sin embargo debe distinguirse entre los elementos
esenciales de carácter general (los ya expuestos) y los de carácter especial que son los que
requieren cada acto jurídico en particular, pero que deben concurrir con los elementos de
carácter general, en una compra-venta por ejemplo los elementos esenciales especiales
serían el bien que se vende y el precio que debe ser pactado.

Requisitos de existencia Editar

Los requisitos de existencia son aquellos sin los cuales el acto no genera efecto alguno y su
omisión acarrea la inexistencia o nulidad absoluta del acto. Son requisitos de existencia:

Sujeto.

Forma.

Objeto.

Causa.

Solemnidades esenciales cuando la ley así lo requiera.

Véase también: Perfeccionamiento (Derecho)

Requisitos de validez Editar

Los requisitos de validez son aquellos que no obstan a la generación del acto jurídico, pero
su omisión no le brinda una existencia sana al acto, por lo que puede acarrear la nulidad
relativa del acto.

Voluntad exenta de vicios.

Objeto Lícito

Causa lícita

Capacidad de ejercicio.

Formalidad

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Algunos autores sostienen que las solemnidades que la ley impone a ciertos actos también
son requisitos de validez, como también lo sería la ausencia de lesión.

Elementos naturales Editar

Los elementos naturales son lo que normalmente llevan consigo cada negocio jurídico, a no
ser que sus autores los eliminen. Son los que están insertos en la naturaleza de un acto
jurídico concreto y determinado, de tal manera que el derecho se los atribuye aún cuando
las partes no los hayan incluido. Su presencia en el contenido de un acto jurídico
determinado con prescindencia de la voluntad de las partes es lo que los hace elementos
naturales. Messineo señala que se les suele considerar así, pues no son verdaderos y
propios elementos sino más bien efectos implícitos de determinados negocios. No obstante
que la ley reconoce la presencia de estos elementos, la autonomía de la voluntad puede
separarlos del acto jurídico sin que su separación afecte la validez del acto jurídico. En un
préstamo de dinero, por ejemplo, los intereses.

Elementos accidentales o modalidades Editar

Los elementos accidentales son los que solo existen cuando las partes los determinan y
agregan expresamente al negocio. Son incorporados al acto jurídico por voluntad de las
partes en ejercicio de su autonomía sin que esto afecte la validez del acto jurídico, pero
siempre que no se desvirtúe la esencia del acto y no exista prohibición de la ley. Los
elementos accidentales se diferencian de los naturales porque son ajenos al acto jurídico,
así estos serán modalidades alternativas de realizar el acto jurídico. Algunos de los
elementos accidentales (o modalidades) del negocio jurídico son:

Condición es el acontecimiento futuro e incierto del que depende el nacimiento o extinción


de un derecho o de una obligación.

Se clasifica en:

Resolutoria: es aquella condición que, una vez cumplida pone fin a un derecho o a una
obligación( "te daré mil dólares mensuales "hasta" que te cases" en este caso, el derecho del
deudor se extinguirá cuando el acreedor contraiga matrimonio).

Suspensiva- aquella condición que superdita el nacimiento de la obligación al cumplimiento


de un hecho futuro. ("te regalo mi carro "cuando" te cases". Hasta que no se verifique la

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condición (matrimonio), la persona a la que se le regalaría el carro no tiene derecho a exigir
su entrega).

Con la finalidad de proteger a que la condición no sufra interferencias se ejercen "actos


conservatorios" (llamados en algún sector de la doctrina efectos prolegómenos o
prodrómicos).

Plazo es el tiempo que se fija para el cumplimiento de una obligación, también se la define
como un hecho futuro y cierto del que depende la exigibilidad o extinción de una obligación
y del derecho que le es correlativo.

Modo o cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un derecho con la


finalidad de fijar como debe conducirse para su ejecución - por ejemplo, un millonario
puede donar una herencia para una fundación con el fin de que ésta destine el dinero a la
construcción de una escuela.

Clasificación del acto jurídico Editar

El negocio jurídico es una manifestación de voluntad que tiene por objeto la producción de
ciertos y determinados efectos jurídicos. Es un acto integrado por una o varias declaraciones
de voluntad privada, dirigidas a la producción de un determinado efecto jurídico y en el que
el derecho objetivo reconoce como base, cumplidos los requisitos y dentro de los límites
que el ordenamiento establece.

Actos positivos y negativos Editar

En los primeros, el nacimiento, modificación, extinción, etc. de un derecho, depende de la


realización del acto; tal es, por ejemplo, la firma de un pagaré, la entrega de una suma de
dinero, la realización de un trabajo o de una obra de arte. En los segundos, en cambio, la
conducta jurídica consiste en una omisión o abstención; tal es el caso de las obligaciones de
no hacer. El propietario de una casa alquilada a un tercero debe abstenerse de perturbarlo
en el goce de ella; en este hecho negativo, en esta abstención, consiste el cumplimiento de
su obligación.

Actos unilaterales y bilaterales Editar

Los actos jurídicos son unilaterales cuando para su perfección, requieren de la voluntad de
una sola parte, que puede ser una sola persona, en el caso del testamento; o la voluntad de
varias personas pero que son una sola parte, pues su voluntad es expresada con el mismo

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sentido, como por ejemplo en el caso de las comunidades que son representadas por un
administrador. Dentro de los actos unilaterales se pueden clasificar entre actos recepticios y
no recepticios. Son bilaterales cuando requieren el consentimiento de dos o más voluntades
(consentimiento), como los contratos.

Esta clasificación no debe confundirse con la de contratos que son unilaterales y bilaterales.
Los contratos son siempre actos jurídicos bilaterales, desde que no existen sin el concurso
de voluntades; pero en orden a sus efectos, se llama unilaterales a los que crean
obligaciones a cargo de una sola de las partes, tales como el depósito, la donación y
bilaterales a aquellos que las crean para ambas, como la compraventa y el contrato de
trabajo.

Actos entre vivos y actos mortis causa Editar

Los actos jurídicos cuya eficacia no depende del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad
emanan, se llaman actos entre vivos, como son los contratos. Cuando no deben producir
efectos sino después del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan, se denominan
actos mortis causa o actos de última voluntad, como son los testamentos.

Actos gratuitos y onerosos Editar

Actos a título gratuito o simplemente gratuitos son aquellos en que la obligación está a
cargo de una sola de las partes y responden a un propósito de liberalidad; tales los
testamentos, la donación, la renuncia sin cargo a un derecho. En cambio, en los actos
onerosos las obligaciones son recíprocas y cada contratante las contrae en vista de que la
otra parte se obliga a su vez; así ocurre en la compraventa, la permuta, etc.

Actos formales y no formales Editar

Actos formales o solemnes son aquellos cuya eficacia depende de la observancia de las
formalidades ordenadas por la ley. Son no formales o no solemnes aquellos cuya validez no
depende del cumplimiento de solemnidad alguna. Los actos jurídicos, en general, pueden
ser formales o no formales. Son formales aquellos actos jurídicos para cuya existencia o
validez es necesaria la manifestación de ciertos caracteres externos, en vista a producir
plenos efectos jurídicos. Ejemplo de esto son los contratos solemnes, que requieren de una
solemnidad propiamente tal, o los contratos reales, que requieren de la entrega de todas.

105
Las formalidades, tal como las reconoce la doctrina, pueden ser:

Formalidades ad solemnitatem: Se refiere a aquellas formalidades que constituyen requisito


de existencia o validez del acto en cuestión, y ante cuya omisión el acto es nulo, inexistente,
o no produce efecto jurídico alguno. Por ejemplo, en la mayoría de los países, la
compraventa de bienes raíces debe celebrarse en escritura pública, sin la cual se entiende
que la venta es nula. Dichas solemnidades se establecen en consideración a la naturaleza del
acto, dada la importancia que el determinado negocio jurídico tiene para el ordenamiento
jurídico nacional.

Formalidades habilitantes: Son aquellas formalidades establecidas en consideración de las


personas incapaces o ausentes, en vistas de proteger su patrimonio con ciertas cortapisas
legales que impiden a sus representantes disponer libremente de su patrimonio. Tal es el
caso, por ejemplo, de las restricciones de los guardadores de la venta de bienes raíces de
sus pupilos, la que, en la mayoría de los países, debe hacerse en pública subasta previa
autorización de juez competente. Su omisión implica la nulidad del acto en cuestión.

Formalidades ad probationem: Aquellos requisitos externos al acto jurìdico que se exigen en


consideración a la acreditación formal de un acto ante la sociedad o las autoridades. Por
regla general, se traduce en la escrituración del determinado acto, como es en el caso de los
contrato de trabajo, donde es de interés del legislador que dichos actos se mantengan
escriturados o registrados, en protección de los trabajadores. Su omisión jamás acarrea la
nulidad, sino que formas distintas de ineficacia de los actos jurídicos, tales como la
inadmisibilidad de la prueba testimonial.

Formalidades de publicidad: Aquellas formalidades destinadas a dar publicidad al


determinado acto jurídico, y que por regla general se traducen en la inscripción del negocio
en un registro público, de modo que todas las personas tengan acceso al conocimiento de su
contenido y efectos. Su violación acarrea, como norma general, la inoponibilidad del acto
frente a tercero.

Actos patrimoniales y extrapatrimoniales Editar

Los primeros son los que tienen un contenido económico, y los segundos se refieren a
derechos y obligaciones que no son susceptibles de apreciación en pecuniaria.

Son aquellos que versan o son relativos a patrimonios o bienes, es decir, son cuantificables
en dinero o de naturaleza pecuniaria. Esta clasificación se asemeja un tanto a aquellos actos

106
jurídicos simples, por cuanto engloba a los que generan consecuencias dentro del
patrimonio de los celebrantes y, que por cierto son la generalidad de contratos civiles.

Actos de administración y de disposición o enajenación Editar

En el acto de administración sólo se transfiere la tenencia, el uso; por ejemplo, el


arrendamiento, comodato, este acto no saca de la esfera de actuación del sujeto al bien en
cuestión, objeto del acto por el contrario. En los de disposición se transmite el dominio, la
propiedad de la cosa por ejemplo: la enajenación y el gravamen.

Actos abstractos de causa y causados Editar

El acto abstracto no obstante de constituir una declaración de voluntad que revela el ánimo
de generar efectos jurídicos que, interesen al agente, no llevan la causa incorporada en si,
ejemplo: el giro de una letra que conteniendo una obligación de pago, es independiente de
su causa. El acto causado tiene causa evidente y notoria. Ejemplo: el arrendamiento.

Ineficacia del acto jurídico Editar

La ineficacia del acto jurídico es la privación de los efectos del acto jurídico, sea como
resultado de no cumplir los requisitos legales, como resultado de una sanción o como vía
consecuencial.[3] Son causales de ineficacia:

La caducidad.

La inexistencia.

La inoponibilidad.

La nulidad.

La resciliación.

La rescisión.

La rescisión por lesión.

La resolución.

La revocación.
107
La simulación.

Véase también

Referencias

Bibliografía

Última edición hace 2 meses por Eduardosalg

PÁGINAS RELACIONADAS

Contrato

acuerdo manifestado voluntariamente entre dos, o más, sujetos

Inoponibilidad

Ineficacia del acto jurídico

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Subject: Obligaciones y contratos derecho comercial

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DERECHO COMERCIAL

108
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0. MICROCURRICULO

A. LA COSTUMBRE COMERCIAL

B. HISTORIA DEL DERECHO MERCANTIL

C. ACTOS DE COMERCIO

F. LAS OBLIGACIONES Y LOS CONTRATOS COMERCIALES

G. OBLIGACIONES Y CONTRATOS MERCANTILES

H. DE LOS ACTOS, OPERACIONES Y EMPRESAS MERCANTILES

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F. LAS OBLIGACIONES Y LOS CONTRATOS COMERCIALES

Documento de dominio público

Obligaciones mercantiles

Toda obligación consiste en dar o no hacer alguna cosa y es mercantil cuando nazca de un
acto mercantil de un acto de comercio.

Características:

Prohibición de los términos o plazos de gracia o cortesía.

109
Se refiere al cumplimiento de las obligaciones puras en el derecho mercantil siendo
obligación pura aquella que no esta sometida a condición o a plazo para su cumplimiento.

Constitución en mora (retraso en el pago por parte del deudor).

Contratos mercantiles

Un contrato será mercantil cuando este incluido en el código de comercio, que será el que
fije los requisitos que ha de cumplir un contrato para ser considerado mercantil.

Constitución en mora, establece que si la obligación debe cumplirse determinado día la


obligación de indemnizar nace el día siguiente, sin que el acreedor se dirija a el reclamando
el pago.

El criterio doctrinal dice que el contrato mercantil es el contrato que se produce en el


ejercicio de una empresa mercantil y que lleva consigo determinadas características:

La conclusión

La rapidez en la ejecución

La falta de formalidades.

El articulo 1254 del código civil establece que el contrato existe desde que una o varias
personas consienten en obligarse respecto de otra u otras a dar alguna cosa o prestar algún
servicio.

110
Rigen dos principios:

El principio de perfección

El principio de validez y obligatoriedad, que establece que los contratos serán obligatorios
cualquiera que sea la forma en que se hallan celebrado siempre que en ellas concurran las
condiciones necesarias para su validez.

Estos dos principios no pueden ser atendidos de forma absoluta, dada la existencia de:

Contratos reales: aquellos que se perfeccionan por la entrega de la cosa, objeto del contrato
y no por el mero acuerdo de voluntades.

Contratos formales: son aquellos que requieren una forma especial para su celebración.
Podemos distinguir:

Las letras de cambio

La finaza mercantil

Contrato de transporte

Constitución de sociedades mercantiles

Clases de contrato mercantil

111
- Contrato de cambio o fundamentales: son los que tienden a realizar el fin de comercio, que
consiste en acercar los productos a los consumidores.

- Contrato de adhesión: son aquellos en la que una de las dos partes del contrato impone a
la otra, las condiciones y el contenido del contrato y por tanto esta ha de optar si aceptarla
o no.

Contratos mixtos: aparecen como englomerados de diversos contratos reconocidos en la ley


y no designados con ninguno.( Reúne otros contratos, no es puro).

Contrataos típicos: aquellos que sin ser mixtos tampoco se pueden acoplar a ninguno de los
tipos de contratos existentes.

- compra-venta mercantil: Aquel contrato en el que uno de los contratantes se obliga a


entregar una cosa determinada y el otro a pagar por ello un precio cierto en dinero o signo
que lo presente.

Requisitos para que la compra sea mercantil:

Cuando la realice un empresario o comerciante que se dedique habitualmente a dicha


actividad y se pueda defender por la aplicación de la analogía.

Es un doble requisito:

Que compre las cosas par venderlas

Tenga animo o intención de lucrarse con la reventa.

112
Requisito indiferente, los bienes han de ser adquiridos para ser revendidos en la misma
forma o en otra diferente. La reventa la definimos como la venta hecha por un comprador
pero adquirido para revender.

La compra-venta mercantil según la doctrina seria aquella que realizan los comerciantes que
compran a otras para revender y que el código de comercio parece decantarse por dos
criterios:

La intención lucrativa del comprador.

El deseo de evitar en lo posible la aplicación del régimen mercantil a quienes no son


comerciantes.

Perfección del contrato

Es el momento a partir del cual el contrato comienza a existir, y por tanto, obliga a las partes
contratantes. A partir del contrato los interesado ya no pueden revocar su declaración y
deben de determinar la ley aplicable al contrato.

Formación del contrato

La oferta: es la declaración encaminada a la perfección de un contrato y que contiene los


elementos esenciales del mismo. Debe reunir:

Ha de ser completa: ha de contener todos los elementos esenciales del contrato para que
perfeccionándola solo falte él si de la otra parte.

El proponente ha de tener intención de conducir el contrato.

113
Debe de ser pretendida por algún tiempo, si el código de comercio no señala ningún plazo.

La aceptación: que las dos partes estén de acuerdo y acepten.

La perfección del contrato: La coincidencia entre la propuesta y la aceptación que


perfecciona el contrato.

Hay cuatro teorías:

La teoría de la declaración que considera perfecta el contrato desde el momento en que se


contesta aceptando la propuesta.

Teoría del conocimiento, que retrase el momento de la perfección del contrato.

Teoría de la expedición: no basta con que se conteste aceptando la propuesta sino es


preciso que esta contestación se deposite en el correo.

Teoría de la recepción: no es preciso que la aceptación llegue al conocimiento del oferente


sino es suficiente con el mero hecho de haberla recibido.

Obligaciones del vendedor

1. Entregar la cosa

Especialidades; .

- La entrega se debe hacer en el momento y plazo convenido.

114
- Se entiende entregar la cosa en derecho mercantil, aun antes de que el comprador haya
obtenido su posesión. Y en derecho civil se entiende entregada la cosa si se ha pagado el
precio, salvo que se haya acordado aplazar el pago.

- La entrega debe ser total.

2. Transmisión o momento de la transmisión al comprador del riesgo de la cosa vendida.

En el código civil es el momento en el que se transmite desde que se ha estipulado la venta


y en el código de comercio desde que el vendedor le ha entregado la cosa.

3. La obligación de saneamiento:

El código de comercio establece que el vendedor esta obligado a garantizar a su comprador


la posesión legal y pacifica de la cosa vendida y los vicios o defectos de que esta adoleciera,
salvo pacto en contra.

En base a este articulo distinguiremos:

Evicción: el vendedor esta obligado a garantizar al comprador el saneamiento por evicción, a


indemnizar al comprador por habérsele privado del bien comprado.

En el código civil el comprador tiene derecho al precio de la cosa vendida en el momento de


la evicción mas el importe de las reparaciones y el gasto en que haya incurrido.

En el código de comercio esta obligación de saneamiento es inaplicable cuando compra en


tiendas o almacenes abiertos al publico porque en estas cosas el comprador no puede ser
privado de lo adquirido aunque no perteneciese al vendedor.
115
Vicios o defectos: todo vendedor debe garantizar al comprador los vicios o defectos de
cantidad o calidad de que adolezcan las cosas vendidas y entregadas cuando las hagan
impropias para su uso o disminuyan su utilidad. Pueden ser:

Ocultos: son aquellos que el comprador no pudo conocer en el momento de la recepción,


hay un plazo de 30 días para reclamar.

Manifiestos: si puedo conocer en el momento de la recepción, hay cuatro dias para reclamar
si no se examinaran en el momento de la recepción.

El vendedor tiene derecho a exigir que se examine la mercancía en el momento de la


recepción, en cuyo caso deberá reclamarse la recepción. En el caso de que exista vicios o
defectos se tiene derecho a solicitar la restricción del contrato o su cumplimiento fiel con
arreglo a lo convenido con indemnización en su caso, por los prejuicios que se hayan podido
ocasionar.

Obligaciones del comprador

Obligación de pagar el precio convenido

El pago deberá realizarse en el tiempo y lugar pactado y a falta de pacto, deberá pagarse con
la entrega.

Recibir la cosa entregada

El comprador puede negarse cuando adolezca de vicios o defectos, de cantidad o de calidad


o cuando el vendedor pretenda entregarles una vez transcurrido el plazo de entrega. Si el
comprador demora hacerse cargo o rehúsa la recepción puede exigir el cumplimiento

116
procediendo en su caso al deposito de la mercancía o puede exigir la restricción del
contrato, con indemnización por los prejuicios que le haya podido ocasionar.

Clases de compraventa

Compra ventas especiales:

- Por razón del consentimiento del comprador o vendedor, distinguiremos:

Las ventas sobre muestras

Las ventas a ensayo o prueba

Ventas salvo confirmación

Ventas salvo aprobación

- por la naturaleza y continuidad en la entrega de las cosas vendidas, existe un contrato que
es el de suministros:

- compra venta en los que se fraccionan o aplaza el pago del precio:

Venta con precio aplazado

Venta a plazos

117
- compra ventas internacionales

Ventas FOB

Ventas FIB

- Compra ventas bursátiles, compra y venta de acciones en la bolsa.

La empresa se define como:

Como organización de capital y trabajo con valor superior al que resulta de la suma de sus
elementos individualmente considerados. Ello se debe a la clientela que es lo que se
engloba contablemente dentro del fondo de comercio.

Los problemas de la transmisión entre vivos:

El relativo a la succión de deudas y cesión de créditos. Respecto a la succión de deudas


supone un cambio o innovación del deudor en la que es necesario el consentimiento del
acreedor. En cuanto a la cesión de créditos debe ser convenido con el acreedor y notificarse
al deudor.

La cesión de contratos. La subrogación en la posición contractual del cedente, no puede


producirse sin el consentimiento de la otra parte contratante, salvo que la ley o el propio
contrato establezcan otra cosa.

La prohibición de competencia. La obligación de entrega implica una serie de obligaciones


positivas como la de entregar los distintos elementos que componen a la empresa o mandar
circulares a los clientes y una obligación negativa como la de no hacer la competencia.

118
Si bien esta ultima no es absoluta ni en el tiempo ni en el espacio.

Clases de negocios jurídicos:

Compra venta de la empresa

Se transmite un conjunto de elementos en funcionamiento. Basta la estipulación de un


único contrato pero para la entrega de cada elemento será indispensable respetar la propia
ley de circulación.

Obligaciones típicas de la compraventa:

- entregar la cosa:

Por inventarios

Sin inventarios

- distintas obligaciones accesorias:

Facilitar las listas de clientes

Transmisión know how

- prohibición de competencia:

119
El antiguo empresario no realice la competencia.

Arrendamientos de la empresa:

Se arrienda el local y lo en ella instalado.

Se arrienda la empresa como unidad patrimonial.

La finalidad del arrendamiento ha de ser la de continuar con la explicación.

Obligaciones de arrendador:

La entrega de poder de disposición sobre las materias primas, mercaderias, maquinaria, etc.

La obligación de colaboración que implica la labor de asesoramiento o facilita las listas de


asesoramiento de clientes.

Asegurar al arrendatario el goce pacifico de la empresa. Implica la prohibición de


competencia.

Obligaciones del arrendatario:

Obligación de explotar la empresa, que implica devolverla tal como la recibió.

La obligación de explotarla con diligencia de buen comerciante sin alterar su objeto.

120
Pago al precio convenido

Existe la hipoteca mobiliaria de la empresa sino tan solo la hipoteca mobiliaria de


establecimiento.

Usufructo de empresa:

(usar y disfrutar de una cosa)

Como tal no cabe el usufructo de empresa, sino que habrá tanto usufructos como bienes
integrantes de la empresa.

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Date: mar., 24 de dic. de 2019 19:11

Subject: Compraventa

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Contrato de compraventa

contrato en el que un vendedor da algo en favor de un comprador a cambio de un precio

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«Compra» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Compra (desambiguación).

«Venta» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Venta (desambiguación).

La compraventa (en latín emptio venditio[1]) es un contrato consensual, bilateral, oneroso y


típico en virtud del cual una de las partes (vendedor) se obliga a dar algo en favor de la otra
(comprador) a cambio de un precio en dinero.[2]

Importancia

Características

Historia

Función económica

Especies

Elementos

Efectos del contrato de compraventa

Modalidades especiales de la compraventa

122
Regulación por países

Véase también

Referencias

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Última edición hace 16 días por un usuario anónimo

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Contrato de arrendamiento

contrato por el cual el arrendador se obliga a transferir temporalmente el uso y goce de una
cosa mueble o inmueble al arrendatario, quien a su vez se obliga a pagar por ese uso o goce
un determinado precio

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123
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Para otros usos de este término, véase Locación (audiovisual).

El contrato de arrendamiento o locación (locatio-conductio por su denominación originaria


en latín) es un contrato por el cual existe una relación entre dos partes, mediante la cual se
obligan de manera reciproca y por un tiempo determinado la cesión de un bien o servicio
quedando obligada la parte que aprovecha la posesión a pagar un precio cierto.

Tiene que ver con el precio que puede consistir en una suma de dinero pagada de una sola
vez, o bien en una cantidad periódica, que en este caso recibe el nombre de renta. También
puede pagarse la renta en cualquier otra cosa equivalente, con tal de que sea cierta y
determinada, por ejemplo, con los frutos que produce la cosa arrendada (renta en especie);
que a la vez puede ser una cantidad fijada previamente o un porcentaje de la cosecha
(aparcería).

Naturaleza jurídica

Clases de arrendamientos

Regulación por país

Véase también

Notas y referencias

Enlaces externos

Última edición el 10 nov 2019 a las 23:27

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Contrato de donación

transferencia voluntaria de la propiedad de una persona (el donante) a otra

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En este artículo sobre derecho se detectaron varios problemas, por favor, edítalo para
mejorarlo:

Necesita ser wikificado conforme a las convenciones de estilo de Wikipedia.

Necesita referencias adicionales para su verificación.


125
Estas deficiencias fueron encontradas el 22 de mayo de 2014.

El contrato de donación es un contrato en el cual por un acto entre vivos se transfiere


gratuitamente a otra persona la propiedad de un bien con animus donandi, que es la
materialización de la causa motivo determinante del contrato y que debe ser aceptada por
el donatario.[1]

Naturaleza jurídica

Elementos de la donación

Características Editar

Tipos de donación Editar

Revocación Editar

Regulaciones Editar

Véase también Editar

Referencias Editar

Última edición hace 5 días por Fundn

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Date: mar., 24 de dic. de 2019 22:42

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Contrato de seguro

acuerdo por el cual una de las partes, el asegurador, se obliga a resarcir de un daño o a
pagar una suma de dinero a la otra parte

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Para otros usos de este término, véase Seguros (desambiguación).

Este artículo tiene referencias, pero necesita más para complementar su verificabilidad.

Puedes colaborar agregando referencias a fuentes fiables como se indica aquí. El material
sin fuentes fiables podría ser cuestionado y eliminado.

Este aviso fue puesto el 18 de junio de 2018.

Este artículo o sección necesita ser wikificado, por favor, edítalo para que las cumpla con las
convenciones de estilo.

Este aviso fue puesto el 12 de febrero de 2019.


127
El contrato de seguro es el acuerdo por el cual una de las partes, el asegurador, se obliga a
resarcir de un daño o a pagar una suma de dinero a la otra parte, tomador, al verificarse la
eventualidad prevista en el contrato, a cambio del pago de un precio, denominado prima,
por el tomador. El contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe
interés asegurable, salvo prohibición expresa de la ley.

El contratante o tomador del seguro, que puede coincidir o no con el asegurado, por su
parte, se obliga a efectuar el pago de esa prima, a cambio de la cobertura otorgada por el
asegurador, la cual le evita afrontar un perjuicio económico mayor, en caso de que el
siniestro se produzca.

El contrato de seguro es consensual; los derechos y obligaciones recíprocos de asegurador y


tomador, empiezan desde que se ha celebrado la convención, aun antes de emitirse la
«póliza» o documento que refleja datos y condiciones del contrato de seguro.

El seguro

Elementos personales del contrato de seguros

Elementos formales del contrato de seguro

Elementos reales del contrato de seguro

Tipos de seguros

Agente de seguros

Información básica sobre los seguros

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

Última edición hace 8 días por Dorieo

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Prenda (derecho)

entrega en posesión del acreedor de un bien mueble ofrecido en garantía de un crédito

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129
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Para el contrato que le da origen, véase Contrato de prenda.

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.

Este aviso fue puesto el 2 de octubre de 2010.

La prenda es un derecho real accesorio de garantía que tiene como función accesoria el
asegurar al acreedor el cumplimiento y satisfacción de su crédito, mediante un poder
especial que se le confiere sobre la cosa pignorada.

Es requisito esencial de la prenda, la puesta en posesión del acreedor del bien mueble
ofrecido en garantía del crédito, que puede ser propiedad del deudor o de un tercero,
constituyéndose así, con ese desplazamiento de la posesión, la prenda sobre el bien mueble
entregado.

La prenda no otorga a quien la posee la posibilidad de venderla, puesto que la prenda solo
traslada la posesión y no el dominio del bien pignorado.

En el caso del derecho nicaragüense, cuando la deuda se encuentra en mora el acreedor


puede por vía judicial pedir ésta sea vendida en subasta pública, para con el dinero
resultante poder cubrir la deuda. En el caso de existir un remanente una vez saldada la
deuda, el remanente es propiedad del antiguo propietario de la cosa.

En España puede también efectuarse la realización (venta) del bien pignorado, por conducto
notarial.

En el caso de que el deudor cumpla con las obligaciones garantizadas por la prenda, el
acreedor pignoraticio deberá devolverle la posesión de la cosa dada en prenda, en el mismo
estado de conservación y uso que en el que le fue entregada.

Características

130
Véase también

Enlaces externos

Última edición hace 3 meses por SeroBOT

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Hipoteca

compromiso de una propiedad a un prestamista como garantía de pago de una deuda

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Clientes haciendo cola frente a las oficinas del Northern Rock para retirar sus ahorros.

«Derecho real de hipoteca» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Derechos reales.

La hipoteca es un derecho real de garantía, que se constituye para asegurar el cumplimiento


de una obligación (normalmente de pago de un crédito o préstamo), que confiere a su titular
un derecho de realización de valor de un bien, (generalmente inmueble) el cual, aunque
gravado, permanece en poder de su propietario, pudiendo el acreedor hipotecario, en caso
de que la deuda garantizada no sea satisfecha en el plazo pactado, promover la venta
forzosa del bien gravado con la hipoteca, cualquiera que sea su titular en ese momento
(reipersecutoriedad) para, con su importe, hacerse pago del crédito debido, hasta donde
alcance el importe obtenido con la venta forzosa promovida para la realización de los bienes
hipotecados.

La hipoteca como contrato: características legales

Sistemas de amortización

Variantes adicionales

Normativa y situación por países

Cláusulas abusivas en los créditos hipotecarios

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

132
Última edición hace 6 días por REDEFREDEF

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Fianza

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Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.

Este aviso fue puesto el 12 de diciembre de 2011.

Para el contrato, véase Contrato de fianza.

Una fianza es una garantía que busca asegurar el cumplimiento de una obligación. Sin
embargo, es un término que puede resultar equívoco, al hacer referencia tanto a una
garantía real como a una garantía personal.

Garantía personal

Tipos de Fianzas

Requisitos de Existencia

Requisitos de Validez

Garantía real

Extinción de la fianza

Véase también

Última edición hace 5 meses por Aosbot

PÁGINAS RELACIONADAS

Contrato de fianza

Contrato de prenda

tipo de contrato

Codeuda en garantía

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Date: mar., 24 de dic. de 2019 22:47

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El contrato de Franchising (franquicia)

Abog. Jose Ignacio Argañaras

INTRODUCCIÓN:

SISTEMAS DE COMERCIALIZACIÓN EN LA ORGANIZACIÓN DE MERCADO ACTUAL.-

En las modernas formas de Comercialización, las bases de toda organización comercial se


han visto sensiblemente alteradas con el objeto de roformularlas y repotenciarlas,
alcanzando niveles de excelencia casi exacerbados lo que ha ocasionado obligatoriamente
una reformulación en el aspecto jurídico de la cuestión.-

135
En este orden han aparecido modalidades contractuales en las que una de las partes fija
condiciones, como forma de asegurar la calidad del producto y la atención en cualquier
lugar, asegurando la notoriedad y popularidad de su marca; dejando en claro que en este
caso y como pasa con las restantes modalidades, son modelos construidos por la realidad,
por la costumbre comercial, al margen del derecho, desarrollándose paralela e
independientemente y a los que se les aplica analógicamente las instituciones y/ o normas
ya reguladas en nuestro derecho. El rasgo característico de todas ellas es el de cumplir con
una función económica de integración de empresas en formas de comercialización en un
mundo globalizado que se guía muchas veces por la apariencia.-

En la modalidad que nos ocuparemos en particular, podríamos afirmar que es una actuación
independiente dentro de una integración empresaria, en donde mediante un acuerdo de
partes en donde una de ellas poseedora de un determinado producto, sistema de
comercialización y o de producción, hace un licenciamiento a favor de la otra, para que esta
lo produzca, comercialice y utilice la marca del mismo siguiendo las mismas pautas de la
primera.-

ORIGEN Y ANTECEDENTES HISTORICOS.-

Originariamente, la palabra franquicia, es sinónimo de privilegio. En la Edad Media, en


Europa, existian las denominadas Ciudades con Cartas Francas, garantizaban ciertos
privilegios a las ciudades y/o ciudadanos y también surge en virtud de la concesión hecha
por la Iglesia Católica, a ciertos señores de tierras para que actuaran en su nombre
recolectando los impuestos para la misma. Este Contrato surge, como Franquicia comercial,
en los Estados Unidos de Norteamérica, en el año 1850 aproximadamente, cuando la
compañía SINGER & CO o Singer Sewing Machine Company , crea una novedosa forma de
distribución y venta, que continua hasta nuestros días, para sus maquinas de coser,
producto base de dicha empresa. No demos olvidar a la empresa GENERAL MOTORS, que a
partir de 1898, adopta el franchising como estrategia de expansión para su red de
distribuidores. Otros, manifiestan que históricamente, fue en la década del treinta que
HOWWARD JOHNSON establece la primera franquicia con una cadena de mas o menos 25
franquiciados y luego a partir de la década del cincuenta aparecen las grandes franquicias.-

Es importante recalcar que la legislación específica sobre la materia surge recién en la


década del setenta en California.-

136
En América Latina, se ha receptado bajo diversas denominaciones, sin que se hayan
concretado norma específica alguna. En Centroamérica particularmente se ha legislado
sobre el distribuidor en forma tan genérica que el contrato de franquicia puede considerarse
alcanzado por sus disposiciones, ej. Guatemala ley 78/71, Honduras ley 50, Costa Rica, ap.
21 Cod. De Comercio, etc; En nuestro pais, ya es una realidad, en virtud de la invasión
progresiva de las cadenas de comercialización de comidas rápidas o FAST FOOD.-

TERMINOLOGIA.-

En el ámbito internacional, este modelo de contratación es conocido por su nombre o


designación dada en su país de origen, Estados Unidos de América, mientras que en el
mundo de habla hispana traducido a idioma castellano es "FRANQUICIA", pero
lamentablemente, el significado idiomático de esta palabra no expresa el concepto y el
contenido del " Contrato de Franchising", en su totalidad. Pero a nuestro humilde entender,
siguiendo a MARTORELL se lo debe denominar "FRANQUICIA COMERCIAL", ya que, es la
terminología utilizada en los proyectos de legislación española .-

CONCEPTO.-

A nível doctrinario, no existe un consenso sobre su conceptualización, siendo en


aproximación un contrato por el cual, un comerciante (franquiciante), otorga a otro
(franquiciado), la licencia, para que venda productos o servicios de su titularidad.
Generalmente, se paga un canon por este privilegio, mas una regalía (royalti) sobre grandes
ventas.- Para otros, es un sistema de distribución comercial llevado a cabo por empresas
independientes y con una organización piramidal basada en una relación contractual , la que
engloba, la transmisión de un know how, la licencia y usos de una marca, asistencia técnica y
contable bajo control de otorgante y de conformidad con un método preestablecido por él,
en contraprestación de lo cual se paga un canon y otras prestaciones adicionales.- Otros
entienden, que este contrato, es una forma de la Concesión (Guyenot), postura a la que se
adhiere el Dr. Jose Ignacio Romero para la comercialización de un producto , siendo un
contrato en virtud del cual, un comerciante otorga la concesión para la comercialización de
un producto determinado, pero además, con el aditamento de la transferencia de los signos
distintivos, las técnicas de comercialización y el savoir faire comercial, asegurando, una
forma de explotación rentable ya probada.-
137
NATURALEZA JURIDICA.-

La doctrina mas autorizada califica al FRANCHISING, como un contrato de colaboración


empresaria, que implica básicamente, un modelo de colaboración entre distintas empresas
independientes, a los fines de que por medio de la acción común de las mismas, se logre, el
desarrollo de los negocios en forma más eficaz. Pero si bien debería existir un equilibrio de
poder, en realidad es el franquiciante quien somete al franquiciado y pone a disposición del
mismo dos elementos: el primero, es una técnica empresarial para asegurar el éxito de la
franquicia y en segundo lugar, producto, marca en el mercado que gozan de una fama y
buen nombre en el mercado. Siendo uniforme tales elementos para todos los franquiciados
que integran la red del franquiciante, creando así una imagen de distribución.-

Para otros autores, el franchising contiene todas las características del contrato de
concesión manifestando que son de aplicación las normas reguladoras de la misma y
agregando las normas relativas a la transferencia de marcas, designaciones comerciales y
tecnología.-

Desde el punto de vista del Código Civil, opinan los autores, que se trata de un contrato
atípico, innominado, conmutativo, no formal, bilateral, oneroso de ejecución continuada,
siéndole de aplicación, los principios generales de los contratos, la autonomía de la voluntad
y los principios de orden público y buena fe en su celebración y ejecución.-

RAZONES DE SU APLICACION Y ÉXITO.-

La razón fundamental del éxito del contrato de franquicia es que resulta el vinculo ideal
entre los grandes capitales y las pequeñas y medianas empresas, además de ser estrategia
de diversificación y marketing extraordinaria, como sistema de comercialización de un
producto o servicio; Ya que permite por un lado la expansión geográfica y la conquista de
mercados desconocidos, ocupar zonas, controlar la distribución de los productos en dichas
zonas y por sobre todo valorizar la marca. Un ejemplo de esto es la red multinacional de
138
franquicias COCA-COLA, la que se expandió por diferentes países del mundo con un éxito sin
precedentes, tampoco hay que olvidar cadenas como MC?DONALDS que se encuentran en
casi todos los paises del mundo utilizando este sistema de distribución y venta, agregando
cada vez un mayor valor a la marca en cuestión.-

EL CONTRATO DE FRANQUICIA PROPIAMENTE DICHO.-

CLASES.-

Existen en la Practica distintos tipos de contratos de Franquicia:

Franquicia de Servicio: Simplemente se suministra un servicio, como técnica determinada,


ej. Asesoramiento inmobiliario, enseñanza, hotelería, etc.-

Franquicia de Distribución: Se fija en este caso al franquiciado, los productos que tiene que
vender con la aportación de la marca, ej. Productos alimenticios, textiles, etc.-

Dichas clases estan contenidas en dos grandes categorías clasificadas como:

DE PRODUCTO Y MARCA REGISTRADA (de venta): Cuando únicamente se limita a la


distribución y venta de productos con marca registrada.-

NEGOCIO LLAVE EN MANO O PAQUETE: Cuando la franquicia consiste en la habilitación de


una unidad completa de comercialización y explotación.-

CONTENIDO ESENCIAL DEL CONTRATO DE FRANQUICIA.

Debe aportar el Know How del franquiciaante.

Debe indicar las fuentes de suministro de los productos.

Debe aportar los derechos de propiedad industrial relacionados con el objeto del contrato.

Debe definir las contraprestaciones económicas.

Debe establecer el cuadro de exclusividades.

139
Debe establecer los medios de control sobre la gestión del franquiciado.

ESTRUCTURA DEL CONTRATO DE FRANQUICIA.

Manifiestos.

Establecimiento de la independencia empresarial de las partes.

Ubicación física de la franquicia.

Duración y condiciones de renovación.

Determinación de la zona de exclusividad territorial

Condiciones de aprovisionamientos

Contenido del Saber Hacer.

Confidencialidad.

Cláusulas de no competencia.

Obligaciones financieras: Canon y royalties.

Obligaciones del franquiciante.

Obligaciones del franquiciado.

Limitaciones de responsabilidad.

Condiciones de cesión y transferencia.

Término y resolución del contrato.

ELEMENTOS.-

Los elementos que hacen a la esencia del contrato de franquicia comercial, coinciden los
autores, siempre presentes tanto en el ámbito nacional cuanto internacional, son los
siguientes:

Licencia de Marca: Hace a la esencia del contrato de franquicia comercial, que el


franquiciante sea titular de una marca sobre un producto o servicio, ya que la clientela es
140
atraida por el renombre y prestigio de la misma, y por supuesto que el franquiciado además
de utilizar su marca, utilice también sus signos y símbolos distintivos, juntamente con una
serie de normas con relación a la forma de actuar del franquiciado, en cuanto a la actividad
y administración a desarrollar.-

Transferencia de un know how: El franquiciante tiene la obligación de poner en práctica al


franquiciado con respecto a la conducción, estructura y organización del negocio y por
supuesto, este, debe seguir las instrucciones al pie de la letra, logrando una uniformidad en
el producto y en la presentación del mismo. Esto puede incluir desde la decoración del local,
cuanto el listado de proveedores y entidades financieras.-

Regalías o Canon: Se debe establecer alguna forma de retribución del franquiciado al


franquiciante, ya que estamos frente a un contrato oneroso, en contraprestación a los
servicios, asistencia, marca, etc. Durante la vigencia del contrato.-

Territorio: Se trata de la delimitación de un ámbito territorial a favor del franquiciado en


donde desarrollara el contrato, el mismo puede ser elemento esencial para el éxito de la
operación comercial.-

Asistencia del franquiciante al franquiciado: la misma puede estar condensada en un


manual operativo, dependiendo el grado de los términos del acuerdo pudiendo crearse un
centro de asistencia y servicio mínimo para los franquiciados que componen la cadena,
donde se brinda información de mercado, técnica o simplemente de compras.-

La no competencia y/o las posibilidades de subfranquiciar: Impidiendo por un lado de forma


expresa la posibilidad de que el franquiciante realice negocios competitivos y por otro lado
prohibiendo o no la posibilidad de subcontratar.-

Confidencialidad: Consiste el la obligación de secreto, ya que, el franquiciado tiene acceso a


información confidencial del franquiciante, prolongándose aun por un plazo prudencial
posterior a la conclusión del contrato.-

Plazo de duración del Contrato: Por lo general las partes tienden a establecer un plazo lo
suficientemente largo para recuperar la inversion inicial hecha por el franquiciante. En
nuestro derecho y en virtud de la autonomía de la voluntad, las partes pueden rescindir sin
causa y en cualquier tiempo. Lo aconsejable en definitiva, es un término de entre dos a cinco
años con opción a renovarlo por iguales plazos inclusive en forma automática.-

DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LAS PARTES.-

Del Franquiciante:

141
Adjudicar el derecho de explotar una unidad negocial u operativa en franquicia.-

Suministrarle al franquiciado el Know-how, las técnicas e instrucciones y el sistema para


operar.-

Otorgarle al franquiciado exclusividad territorial o zonal.-

Otorgarle al franquiciado licencia para la utilización de nombres, marcas, emblemas, etc.-

Proporcionarle los manuales que contengan un detalle de los sistemas y procedimientos de


operaciones de la franquicia de que se trate.-

Proporcionarle especificaciones de relaciones con terceros, clientes, publicidad, promoción,


diseño y equipamiento del local o locales, pautas contables, cursos de capacitación del
personal, seguro de los bienes, atención al público.-

Suministrarle productos y servicios.-

Limitar o vetar la elección de los locales.-

Actos de fiscalización o control del cumplimiento de las condiciones pactadas en el contrato


de franquicia.-

Establecer condiciones para la revocación o extinción del contrato y sus causales.-

Del Franquiciado:

Pagarle al franquiciante una tasa inicial por entrar a la cadena, adquiriendo el derecho de
utilización de la franquicia.-

Pagarle al franquiciante una regalía periódica, calculada en función de la venta bruta del
negocio franquiciado.-

Ajustarse a todas las instrucciones de comercialización y técnicas del franquiciante.-

Adquirir la licencia de utilización de nombre, marca, etc.-

Dar cumplimiento al programa de entrenamiento dictado por el franquiciante.-

Guardar la debida reserva, secreto, de toda la información suministrada por el


franquiciante.-

Satisfacer los aportes porcentuales oportunamente convenidos para las campañas


publicitarias.-

142
Dar intervención al franquiciante en la elección de local o locales en donde se va ha
establecer la franquicia.-

Aportes para la elección y puesta en marcha del local .-

Ajustar el sistema informático y contable al los requerimientos del franquiciante.-

Dar cumplimiento a la normativa vigente que regule los distintos aspectos que hacen a la
operatividad de la franquicia.-

Mantener el esquema de atención al publico.-

No ceder ni subfranquiciar.-

Abstenerse de seguir utilizando el nombre y /o la marca una vez concluida la relación


contractual.-

VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL CONTRATO DE FRANQUICIA.-

Ventajas para el franquiciante

El franquiciado corre con los gastos de inversión.

El franquiciante encuentra en esta fórmula de comercio asociado gran capacidad de


expansión de su negocio con una aportación no muy elevada de capital.

La expansión se produce con personal ajeno.

La expansión del negocio a través de la apertura de sucursales exigirá un incremento de la


plantilla de la empresa, no siempre motivada, con el consiguiente incremento de costes de
personal.

Creación de una fuerte imagen de marca.

Se producirá un efecto multiplicador que fortalecerá la presencia de la marca del


franquiciante en el mercado.

No será necesario un control tan directo de la gestión.

143
La mayor motivación por parte del franquiciado comparada con la que tendría como
empleado le incentivará a la consecución del éxito y resultados de su propio
establecimiento. Su interés en el éxito de la empresa es mayor al haber invertido su capital y
su trabajo en la misma.

Facilidad para acceder a mercados exteriores.

Las posibilidades de expansión exceden del ámbito local o incluso nacional pudiendo
desarrollarse en otros países a través de la fórmula de master franquicia.

Mejor planificación de las funciones de fabricación y aprovisionamiento.

El desarrollo de una red de franquicias supone poder realizar grandes economías de escala
en fabricación, compras de stock, materiales, bienes de equipo, ...

Rentabilización de los esfuerzos de marketing y comunicación.

Aprovechamiento de las múltiples economías de escala que pueden derivarse de la


coexistencia de varios establecimientos que desarrollan una misma actividad operando bajo
la misma imagen

También el Franquiciado puede beneficiarse de numerosos factores.

Garantía de independencia y de integración en una red comercial claramente apreciada e


identificada por el público. .

Adquisición del know-how del franquiciador y conocimiento a priori de la rentabilidad y


posibilidades del negocio que se pretende acometer.

Aprovechamiento de las múltiples economías de escala que pueden derivarse de la


coexistencia de varios establecimientos que desarrollan una misma actividad operando bajo
la misma imagen (condiciones de compra más favorables, rentabilización de los esfuerzos de
marketing y comunicación ...)

Frecuentemente el franquiciante aportará ayudas financieras al franquiciado para acometer


las inversiones iniciales necesarias.

Asistencia al franquiciado en la realización de estudios de mercado, localización del


emplazamiento más adecuado, formación del personal, empleo de medios publicitarios y
promocionales, merchandising y decoración del local, aspectos técnicos y de gestión,
contabilidad e informática,

144
Dado que el franquiciante continuará con su labor de investigación y experimentación de
nuevas técnicas y productos/servicios, el franquiciado podrá beneficiarse sin riesgo de
aquellas pruebas que resulten exitosas.

El franquiciado podrá explotar el know-how del franquiciante bajo unas condiciones


geográficas preestablecidas ya que dispondrá de una zona de exclusividad territorial para la
explotación del know-how del franquiciante.

INCONVENIENTES.-

La integración en una red de Franquicia representará tener que soportar unos costes
adicionales que no encontraríamos en caso de apertura de un comercio independiente
(derecho de entrada y royalties de funcionamiento y publicidad). Sin embargo deben
contemplarse como una inversión dirigida a la reducción de riesgos.

El franquiciado tendrá un margen reducido de creatividad ya que todos los aspectos de la


explotación del negocio están predefinidos por el franquiciante y estipulados en los
manuales.

Si el negocio consigue superar las previsiones iniciales de rentabilidad establecidas por el


franquiciante, es muy posible que el franquiciado comience a cuestionarse la necesidad de
pagar los royalties de funcionamiento y termine por no aceptar de buen agrado las visitas
periódicas del personal de control del franquiciante.

El bajo rendimiento y capacidad de otros puntos de venta de la red pueden afectar


gravemente la imagen y reputación de nuestro negocio.

Pueden darse limitaciones para la venta o traspaso del negocio. El franquiciante puede
tener derechos de compra y de rescisión del contrato según las condiciones definidas en el
mismo.

Existencia de riesgos asociados a la gestión del franquiciante.-

Un franquiciante en fase de lanzamiento pondrá más esfuerzos en la captación de nuevos


franquiciados que en la prestación de servicios adecuados de asistencia y apoyo. La
limitación de recursos financieros puede generar importantes deficiencias en la prestación
de estos servicios.

Un franquiciante no ético que con ánimo de lucro no pretende establecer una correcta
relación de apoyo al franquiciado.

Un franquiciante falto de los recursos financieros y humanos necesarios o simplemente


explotador de un negocio carente de la suficiente solidez y fiabilidad.

145
.

ASPECTOS ECONOMICOS FINANCIEROS A TENER EN CUENTA-.

La adopción de cualquier decisión respecto a la integración en una red de franquicias


mediante la apertura de uno de sus puntos de venta debe siempre partir de un minucioso
análisis económico y financiero. El candidato a través de este estudio deberá conocer cuáles
son sus posibilidades de ganarse la vida razonablemente bien, al tiempo que obtiene un
rendimiento adecuado a su propia inversión. Cabría preguntarse ¿qué renta, sin riego
alguno obtendría si hubiera colocado este dinero en una cuenta a plazo fijo?.

Interesa destacar que el franquiciado debe poseer capital suficiente para iniciar el negocio.
Una parte sustancial del capital necesario, la aportará él mismo. La financiación y préstamos
se formalizará en bancos, entidades financieras, instituciones de capital-riesgo, etc. El
franquiciado deberá recibir por parte del franquiciante una información en detalle sobre los
fondos que deberá aquél destinar y el destino de los mismos. En esta previsión se
especifican por separado el coste de adquisición del derecho al uso de la franquicia unido a
la documentación confidencial y operativa, y por otro lado los cálculos del franquiciante en
cuanto a su previsión del capital circulante necesario.

Se trata por tanto de transmitir al potencial franquiciado una proyección lo más realista de
los fondos requeridos para la apertura, lanzamiento y desarrollo de una nueva unidad. Por
otra parte el concepto de inversión va estrechamente unido al de rentabilidad, y también al
concepto de riesgo. El franquiciado está dispuesto a realizar una inversión, para convertirse
en un miembro más de la red, con unas condiciones más favorables de riesgo que las que
tendría si actuara de forma autónoma. Todo candidato a franquiciado deberá conocer antes
de firmar un contrato, las inversiones totales necesarias para la puesta en marcha de la
franquicia seleccionada, una cuenta de explotación que transmita la rentabilidad del
negocio basada en casos reales, así como los plazos de amortización.

CONCLUSION.-

146
En definitiva la Franquicia tiene por objeto el desarrollo acelerado de las empresas
contratantes mediante la conjunción de recursos financieros y humanos en el marco de una
relación comercial solidaria.

Presentado en la Universidad Austral - Facultad de Ciencias Empresariales

Master en Asesoramiento Jurídico de Empresas.

Autor:

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Arrendamiento financiero

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148
El arrendamiento financiero, alquiler con derecho de compra, leasing financiero,
arrendamiento por renting o leasing operativo es un contrato mediante el cual, el
arrendador traspasa el derecho a usar un bien a un arrendatario, a cambio del pago de
rentas de arrendamiento durante un plazo determinado, al término del cual el arrendatario
tiene la opción de comprar el bien arrendado pagando un precio determinado, devolverlo o
renovar el contrato.

En efecto, vencido el término del contrato, el arrendatario tiene la facultad de adquirir el


bien a un precio determinado, que se denomina «residual», pues su cálculo viene dado por
la diferencia entre el precio originario pagado por el arrendador (más los intereses y gastos)
y las cantidades abonadas por el arrendatario al arrendador. Si el arrendatario no ejerce la
opción de adquirir el bien, deberá devolverlo al arrendador, salvo que el contrato lo diga

Antecedentes

Derecho real

Naturaleza jurídica

Una operación financiera

Características

Costo

Utilización

Ventajas y desventajas

Véase también

Referencias

Enlaces externos

Última edición hace 6 meses por Aosbot

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Date: mar., 24 de dic. de 2019 22:49

Subject: Acto de comercio

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Acto de comercio

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Este artículo o sección necesita una revisión de ortografía y gramática.

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Puedes colaborar editándolo. Cuando se haya corregido, puedes borrar este aviso. Este
aviso fue puesto el 7 de mayo de 2017.

Un acto de comercio es un concepto jurídico utilizado para diferenciar el campo de la


actuación del Derecho mercantil, con respecto al Derecho civil (como Derecho común). La
idea que subyace es la necesidad de distinguir casos concretos, en la medida que en los
negocios jurídicos, contratos y obligaciones poseen estatutos jurídicos diferenciados: de
Derecho civil o de Derecho mercantil. Es un sistema que supone la aplicación a estos de la
legislación civil en forma subsidiaria o por exclusión: si no se trata de un acto de comercio,
se regirá por el Derecho civil. De todos modos, en algunos sistemas, un mismo acto puede
ser comercial para una de las partes y civil para la otra situación conceptualizada como
"actos mixtos" o "de doble carácter".

Por otro lado, es necesario tener presente que existen actualmente ordenamientos que
poseen un tratamiento unitario de los actos, obligaciones y contratos, como el del Código
Civil de Suiza y el de Italia, que incluyen la reglamentación de las sociedades de capital y
títulos de crédito en la legislación común, estableciendo un estatuto o régimen diferenciado
solo para los comerciantes o empresarios.

Definición

Importancia

Regulaciones por país

Referencias

Última edición hace 2 meses por SeroBOT

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Date: mar., 24 de dic. de 2019 22:51

Subject: Acto administrativo

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Acto administrativo

acto jurídico emanado de un funcionario público en ejercicio de una función administrativa.

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Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.

Este aviso fue puesto el 12 de diciembre de 2011.

Un acto administrativo es toda manifestación o declaración de un poder público en el


ejercicio de potestades administrativas, mediante el que impone su voluntad sobre los
152
derechos, libertades o intereses de otros sujetos públicos o privados y que queda bajo el del
comienzo.

Se trata de una declaración de voluntad, intelectual, no son actividades materiales (ej.:


ejecuciones coactivas). Sin embargo, por declaración no ha de entenderse únicamente la
que formalmente se presenta por escrito como tal (aunque esto sea lo frecuente y lo
deseable).

La declaración puede y será normalmente de voluntad, pero puede serlo también de otros
estados intelectuales: de juicio, de deseo, de conocimiento.

La declaración en la que el acto administrativo consiste debe proceder de una


Administración, por lo que se excluyen los actos jurídicos del administrado que, aunque
sometidos al Derecho Administrativo se rigen por disposiciones diferentes.

El acto administrativo es esencialmente material, lo cual no excluye que la voluntad del


administrado pueda jugar como presupuesto de su existencia (ej.: resolución de conclusión
de un procedimiento por desistimiento o renuncia del administrado o interesado) o de
eficacia (ej.: toma de posesión de un funcionario). Lo normal es que el acto emane del
órgano que directamente tiene competencia para dictarlo, pero puede surgir de una forma
indirecta, es decir ser dictado por una persona que no tenga la condición subjetiva de
Administración, pero que actúa poderes delegados por una Administración (ej.:
concesionarios).

La declaración administrativa en que el acto consiste se presenta como el ejercicio de una


potestad administrativa, es lo que conecta el acto a la legalidad.

La declaración (de voluntad, juicio, deseo o conocimiento) en que consiste el acto


administrativo es unilateral, es decir ha de ser producida unilateralmente por una
Administración pública, sin la intervención ni el concurso ni el consenso o acuerdo de
ninguna otra entidad.

El acto administrativo ha de ser producido por una Administración pública entendiéndose


ésta en sentido amplio.

El acto administrativo ha de dictarse en ejercicio de una potestad administrativa, es decir de


una potestad pública. Cuando una Administración pública dicta un acto administrativo actúa
ejercitando una potestad pública, de imperium, revestida de prerrogativas, estando en una
posición de superioridad respecto a los particulares. Las Administraciones públicas no
pueden emitir actos administrativos cuando actúan como cualquier otro particular, sin
ejercitar una potestad pública, porque en tal caso están actuando como cualquier sujeto
particular, privado.
153
La potestad administrativa ejercitada para dictar un acto administrativo es distinta de la
potestad reglamentaria. Ambas potestades son públicas pero la potestad reglamentaria es
una potestad normativa que permite producir normas jurídicas innovando el ordenamiento
jurídico administrativo. Sin embargo la potestad administrativa productora de actos
administrativos no es una potestad normativa, su producto – el acto administrativo – no
innova el ordenamiento jurídico. Como ejemplo del producto de una potestad
reglamentaria podemos citar un real decreto del Consejo de Ministros, una orden
ministerial que regulen el ejercicio de una actividad comercial, innovando normativamente
la regulación jurídica existente hasta entonces sobre esa materia. Como ejemplo de un acto
administrativo se puede citar una resolución administrativa dictada por un Consejero de una
Comunidad Autónoma concediendo una ayuda económica o subvención por la creación de
empleo o por la contratación de trabajadores. También la potestad administrativa
expropiatoria es una potestad pública pero no es de carácter normativo. Lo mismo ocurre
con la potestad administrativa sancionadora. La resolución administrativa que resuelve un
procedimiento administrativo de expropiación forzosa y la que resuelve un procedimiento
sancionador son actos administrativos, no son normas jurídicas. Por ello es posible precisar
aún más el concepto de acto administrativo tomando el que da el profesor Eduardo García
de Enterría, sobre la base de la definición que de aquel dio Zanobini. Así se puede decirse
que el acto administrativo es una declaración unilateral de voluntad, juicio, deseo o
conocimiento realizada por una Administración pública en el ejercicio de una potestad
administrativa distinta de la potestad reglamentaria.

Clases de actos administrativos

Definiciones de acto administrativo[1]

Elementos

Autorización administrativa

Regulación por país

Referencias

Última edición hace 8 días por Dorieo

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mar., 24 de dic. de 2019 23:09

Subject: Concentracion de empresas

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Enciclopedia juridica

Enciclopedia jurídica

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Concentración de empresas

Derecho Mercantil

Se consideran concentraciones económicas aquellas operaciones que supongan una


modificación estable de la estructura de control de las empresas partícipes mediante la
fusión de dos o más empresas anteriormente independientes, la toma de control de la
totalidad o parte de una empresa o empresas mediante cualquier medio o negocio jurídico,
la creación de una empresa común y en general la adquisición del control conjunto sobre
una empresa, cuando ésta desempeñe con carácter permanente las funciones de una
entidad económica independiente y no tenga por objeto o efecto fundamental coordinar el
comportamiento competitivo de empresas que continúen siendo independientes.

155
Si se cumplieran los requisitos que marca la Ley, tales concentraciones deberán notificarse
la Servicio de Defensa de la Competencia.

Es una operación que tendrá dimensión comunitaria cuando (1) la cifra total de negocios
realizada en el plano mundial por todas las empresas afectadas represente un montante
superior a los 5 mil millones de ECUS y (2) la cifra total de negocios realizada
individualmente en la CE por al menos dos empresas implicadas represente un montante
superior a 250 millones de ECUS. Dichas operaciones pueden ser declaradas compatibles o
no con la libre competencia de la CE y de acuerdo con su legislación específica. Para ello, la
Comisión deberá tener presente, entre otras consideraciones, las siguientes: (1) la
conveniencia de mantener y desarrollar una efectiva competencia en la CE, (2) la posición en
el mercado de las empresas implicadas, así como su potencia económica y financiera. En
términos generales, se estima que existe operación de concentración cuando dos o más
empresas antes independientes se fusionan. En todo caso, las operaciones de concentración
de empresas, a las que pueda aplicárseles la normativa de exención, deberán notificarse a la
Comisión en el plazo de una semana desde la celebración del contrato o de la publicación de
la oferta de compra o venta.

Tratado CEE, artículos 85 y 86. Reglamento n.º 4064/89 del Consejo del 21 de diciembre de
1989. Reglamento n.º 2367/1990 de la Comisión del 25 de julio de 1990, relativo a las
notificaciones, plazos y audiencias, conforme al Reglamento n.º 4064/89 del Consejo, sobre
control de operaciones de concentración entre empresas.

Véase Fusión impropia.

Concentración | Concentración procesal

2020 Enciclopedia jurídica | Aviso legal | Diccionario jurídico de derecho | Mais verbetes : In
pari causa, melior est causa possidentis | Alienable | Sociedad de estatuto
administrativizado

156
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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mar., 24 de dic. de 2019 23:10

Subject: Contratos de sociedad

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

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Contrato de sociedad

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El contrato de sociedad es aquel por el cual dos o más personas físicas o personas jurídicas
acuerdan realizar sendas o aportaciones para conseguir un fin común.[1] Los estatutos de la
sociedad, aprobados por el contrato de sociedad, serán la norma que regirá el
funcionamiento de la sociedad, siendo nulos aquellos preceptos que contravengan las
157
normas imperativas contenidas en leyes y reglamentos. Para todo aquello que no quede
regulado en los estatutos societarios (si es que estos existen), serán de aplicación las normas
dispositivas contenidas en las regulaciones sectoriales de cada Estado (por ejemplo, en
España, el Código de Comercio).

Rol en la economía Editar

El contrato de sociedad es una de las herramientas jurídicas más comunes y apropiadas para
la constitución de empresas con propósitos económicos. Por medio de él se genera una
persona jurídica nueva, distinta de sus integrantes individualmente considerados y donde
sus miembros restringen su responsabilidad patrimonial a una cantidad previamente
estipulada en los estatutos de conformidad a la ley.

Elementos Editar

Son elementos esenciales de este contrato:

a) los sujetos o partes o socios, que deben ser uno o más;

b) los aportes, es decir, las prestaciones que debe realizar cada socio para la formalización
del contrato. Estas prestaciones pueden consistir en obligación de dar (suma de dinero o
cosa material) o en obligaciones de hacer (aportar su trabajo).

c) el objeto de la sociedad, es decir, el motivo por el cual fue constituida.

d) el propósito de lucro es el fin de la sociedad para lograr una ganancia apreciable en


dinero.

Consentimiento Editar

Al igual que cualquier contrato, el contrato de sociedad tiene como elemento básico la
existencia de consentimiento por parte de los socios. Las personas contratantes deben
poseer capacidad jurídica, así como plena capacidad de obrar en el momento de

158
perfeccionarse el contrato. Además, tal perfección sólo se producirá cuando se otorgue el
consentimiento, siendo así requisito sine qua non para que exista el contrato de sociedad.

Objeto Editar

Todas las prestaciones pueden ser objeto de un contrato excepto que conformen un hecho
ilícito, imposible o litigioso real y física.

Causa Lícita Editar

Hace referencia a la actividad que se realiza no debe ser contraria a la ley.

Véase también

Referencias

Última edición hace 3 meses por Aosbot

PÁGINAS RELACIONADAS

Contrato

acuerdo manifestado voluntariamente entre dos, o más, sujetos

Acto jurídico

acto destinado a producir una consecuencia legal

Sociedad mercantil

sociedad para la realización de actos de comercio

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Puedes colaborar editándolo. Cuando se haya corregido, puedes borrar este aviso. Este
aviso fue puesto el 7 de mayo de 2017.

Un acto de comercio es un concepto jurídico utilizado para diferenciar el campo de la


actuación del Derecho mercantil, con respecto al Derecho civil (como Derecho común). La
idea que subyace es la necesidad de distinguir casos concretos, en la medida que en los
negocios jurídicos, contratos y obligaciones poseen estatutos jurídicos diferenciados: de
Derecho civil o de Derecho mercantil. Es un sistema que supone la aplicación a estos de la
legislación civil en forma subsidiaria o por exclusión: si no se trata de un acto de comercio,
se regirá por el Derecho civil. De todos modos, en algunos sistemas, un mismo acto puede
ser comercial para una de las partes y civil para la otra situación conceptualizada como
"actos mixtos" o "de doble carácter".

Por otro lado, es necesario tener presente que existen actualmente ordenamientos que
poseen un tratamiento unitario de los actos, obligaciones y contratos, como el del Código
Civil de Suiza y el de Italia, que incluyen la reglamentación de las sociedades de capital y
títulos de crédito en la legislación común, estableciendo un estatuto o régimen diferenciado
solo para los comerciantes o empresarios.

Definición

Importancia

Regulaciones por país

Referencias

Última edición hace 2 meses por SeroBOT

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

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Subject: Asociacion de empresas

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Está aquí:InicioLibrosIntroducción a la Organización de EmpresasUnidad didáctica 9.


Tamaño, concentración y crecimiento de la empresa5. Formas de unión y asociación de
empresas

5. Formas de unión y asociación de empresas

Se entiende por unión toda concentración derivada de transmisión patrimonial o


intercambio de participaciones financieras; vínculos fácilmente identificables y que procuran
una cierta permanencia. Mientras que asociación representa toda vinculación temporal por
contratos especiales o por colaboración económica, que induzca a acciones coordinadas o a
tareas propias de comportamiento como grupo económico.

Revisando las denominaciones tradicionales de las formas típicas de concentración,


tenemos las siguientes: trust, cártel y holding.

Se denomina trust a la concentración vertical o agrupación de empresas situadas en


diferentes fases del mismo proceso productivo, considerada íntegramente y que tiene como
finalidad la reducción de los costes de producción y la posibilidad de actuar
monopolísticamente en el sector de actividad.

El cártel es una forma de concentración horizontal por la que se agrupan las empresas de
una misma fase del proceso productivo, llevando como finalidad el ejercicio del monopolio.

162
La sociedad holding representa la compañía que posee como activo paquetes de acciones
de diversas empresas, siendo la típica expresión de la sociedad matriz que no realiza
directamente ninguna actividad productiva, sino únicamente el control sobre aquellas
sociedades que actúan en diferentes sectores y fases productivas. Su finalidad reside en
ampliar el ciclo del capital a través de una diversificación industrial que permita distribuir el
riesgo de la inversión.

A continuación, se realiza una breve explicación de las formas de unión y asociación


previstas en la legislación española:

Se denomina sociedad de empresas a la sociedad anónima en la que participan otras


sociedades o empresarios individuales agrícolas, industriales o mercantiles. Las empresas
socios mantienen su personalidad jurídica y su libertad de mercado.

La agrupación temporal de empresas se constituye con el fin de lograr un mejor desarrollo


de obras, servicios o suministros, pudiéndose agrupar tanto sociedades como empresarios
individuales.

La cesión de unidades de obra se refiere a la subcontratación de la misma por otras


empresas, previamente documentadas en las formas establecidas para poder disfrutar de
los beneficios fiscales previstos.

Las asociaciones sin personalidad jurídica son aquellas en las que pueden ser socios diversas
personas físicas o jurídicas para realizar alguna actividad que favorezca el desarrollo de
estas, sin necesidad de constituir personalidad jurídica independiente.

La sociedad holding se constituye con diferentes tipos de participación en el capital de otras


sociedades y formas de dominio sobre ellas. El dominio se expresa tanto de forma simple
como radiado y este puede ser: directo, indirecto, recíproco y circular.

Fuente: Bueno, Cruz y Durán (2002)

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Date: mié., 25 de dic. de 2019 01:08

Subject: Antecedentes de la constitucion

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Constitución argentina de 1853

Primera Carta Magna

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La Constitución argentina de 1853 es la constitución que sentó las bases jurídicas del Estado
de la actual República Argentina, con el nombre oficial de Confederación Argentina. El texto
actual incluye reformas realizadas en 1860, 1866, 1898, 1957 y 1994.

Argentina

Este artículo es una parte de la serie:

166
Constitución de la Nación Argentina

Texto completo de la Constitución vigente

Texto de la Constitución

Análisis del texto original

Preámbulo

Constitución de 1853

Reformas constitucionales

Reforma de 1860

Reforma de 1866

Reforma de 1898

Reforma de 1949

Reforma de 1957

Estatuto Temporario de 1972

Reforma de 1994

Otros países · Portal de Derecho

La Constitución de 1853 fue aprobada por representantes de trece de las catorce provincias
argentinas entonces existentes (actualmente hay 23 provincias), con la importante ausencia
de la provincia de Buenos Aires, que se separó de la Confederación Argentina y constituyó el
Estado de Buenos Aires hasta 1859. Fue sancionada por el Congreso General Constituyente,
reunido en Santa Fe, y promulgada el 25 de mayo de 1853 por Justo José de Urquiza, a la
sazón director provisional de la Confederación Argentina.

La Constitución de 1853 tomó como modelo la Constitución de Estados Unidos, inspirada en


los principios del liberalismo clásico y la doctrina política del federalismo. Estableció un
sistema republicano, en una época en la que predominaba universalmente la monarquía,
con división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, con predominio del Poder
Ejecutivo conformando un régimen presidencialista, limitado por un congreso bicameral,
167
con el objetivo de equilibrar la representación poblacional (Cámara de Diputados) con la
representación igualitaria de las provincias (Cámara de Senadores). Paralelamente
estableció una federación de provincias autónomas cada una de ellas con sus propios
poderes ejecutivo, legislativo y judicial, con facultades exclusivas y también compartidas con
el Estado nacional.

El modelo, elaborado por los convencionales a partir de los ensayos precedentes de orden
constitucional y de la obra pionera de Juan Bautista Alberdi, ha sido objeto de reiteradas
críticas: se ha objetado al mecanismo elegido para la dinámica federal y se ha afirmado que
careció de verdadera efectividad, al intentar imponer un modelo íntegramente basado en
experiencias extranjeras a una Argentina cuya peculiaridad histórica la hacía muy distinta de
las colonias británicas en Norteamérica. Sin embargo, la importancia histórica del proyecto
constitucional ha sido incuestionable, y virtualmente todas las disputas acerca de la práctica
y la teoría políticas en la Argentina moderna han incluido una toma de partido acerca de las
que subyacieron a la Constitución de 1853.

La Constitución de 1853 tuvo vigencia continuada, con reformas, hasta 1930, cuando un
golpe de Estado derrocó al gobierno constitucional, elegido bajo el sistema de voto secreto y
obligatorio establecido en 1912. Desde entonces y hasta 1983, sucesivos golpes de Estado
interrumpieron todos los procesos constitucionales. Desde el 10 de diciembre de 1983 rige
plenamente la Constitución de 1853, con las reformas realizadas en 1860, 1866, 1898, 1957
y 1994.

El documento original de la Constitución Nacional de 1853 se encuentra inserto en el Gran


Libro de Acuerdos, Leyes y Decretos del Congreso General Constituyente, el cual está
expuesto desde el año 2005 en un templete en el Salón Azul del Palacio del Congreso, junto
con la Constitución de 1994 y los pactos preexistentes.[1]

Antecedentes Editar

Ejemplar de la Constitución exhibida en el Museo del Bicentenario.

Constitución de los Estados Unidos Editar

168
La Constitución de 1853 se inspiró particularmente en la Constitución estadounidense al
adoptar el modelo presidencialista de esta última, así como el federalismo, componente
esencial del orden constitucional norteamericano. Aunque formal, es sugerente también el
inicio del preámbulo argentino, que parafrasea el famoso comienzo de su equivalente
estadounidense («Nosotros, el pueblo»), pero subrayando el contenido estrictamente
representativo del sistema adoptado en Argentina: «Nosotros, los representantes del
pueblo».

Proyectos constitucionales precedentes Editar

El régimen legal al que se atendrían las Provincias Unidas del Río de la Plata surgidas en la
Revolución de Mayo, a partir del antiguo Virreinato del Río de la Plata, había sido,
naturalmente, una de las preocupaciones centrales desde la renuncia del último Virrey;
aunque en el primer momento la preocupación, más acuciante, de hacer efectiva la
soberanía por la vía de las armas —en el prolongado enfrentamiento con los ejércitos fieles
a la Corona de España— soslayó momentáneamente las decisiones definitivas sobre la
organización que ésta habría de cobrar, los intentos fueron consustanciales a los hitos de la
organización patriótica.

La misma conformación de la Primera Junta de Gobierno y su ampliación en la llamada Junta


Grande, que incluía los delegados provinciales, dio testimonio de la división entre los
intereses de la ciudad de Buenos Aires y los de las provincias mediterráneas. En buena
medida, la división se remontaba a la época colonial, en que el papel portuario de Buenos
Aires la hacía titular de intereses comerciales muy distintos a los del interior artesanal y
agricultor. Sólo un pequeño caserío, Buenos Aires, se beneficiaba del tráfico de mercaderías
traídas por los buques británicos, a los que pagaba con la exportación de los frutos del país,
principalmente cuero crudo y minerales; el conflicto entre los comerciantes que importaban
bienes del Reino Unido, y los fabricantes del interior que no podían competir con la
potencia industrial de este, dio lugar ya a diversos conflictos durante el Virreinato. Apenas
declarada la independencia de la nación, se plasmaría en el carácter unitario de los primeros
ordenamientos jurídicos.

El primer proyecto de estabilizar las sucesivas intentonas que definieron los órganos
ejecutivos del poder nacional en los primeros años de organización fue la convocatoria, en
1812, de una Asamblea General Constituyente, con el objeto de dictar una ley fundamental
para la organización nacional. La Asamblea, conocida como Asamblea del Año XIII, se reunió
efectivamente entre el 31 de enero de 1813 y 1815; dictó un reglamento para la

169
administración, un Estatuto del Poder Ejecutivo, y promulgó varias normas que dirigirían la
actividad legislativa en los años subsiguientes, pero se vio impedida de tratar la elaboración
de una Constitución. Se presentaron ante ella cuatro proyectos: uno elaborado por la
Sociedad Patriótica, otro por una comisión asesora designada por el Segundo Triunvirato, y
dos anónimos; todos ellos de corte republicano, introduciendo la división de poderes de
acuerdo al formato impuesto por los teóricos de la Revolución francesa, eran sin embargo
fuertemente centralistas, delegando la mayoría del poder público en un poder ejecutivo
central con sede en Buenos Aires.

Esto, sumado a la ausencia de algunos diputados provinciales, impidió que se llegara a un


acuerdo al respecto. La indefinición de la Asamblea, que llevaba ya dos años de
deliberaciones, fue uno de los argumentos que esgrimió en 1815 Carlos María de Alvear
para proponer la creación temporal de un régimen unipersonal, el llamado Directorio. La
Asamblea lo promulgó, pero la vacuidad de este nombramiento, no respaldado por el
control efectivo de las fuerzas civiles y militares, llevó a la continuación de las asonadas,
trasladándose la tarea de elaborar un proyecto al Congreso de Tucumán de 1816.

La acción del Congreso en este sentido fue limitada, aunque fructífera en otros aspectos;
suya fue la Declaración de independencia de la Argentina, el 9 de julio del '16, pero las
deliberaciones acerca de la forma de gobierno resultaron más arduas. En su seno se oponían
los pensadores de corte liberal, comprometidos con una forma republicana de gobierno,
con partidarios de un régimen monárquico-constitucional. Célebre entre estos últimos fue la
propuesta de Manuel Belgrano, que promovió el establecimiento de un descendiente de los
incas en el trono nacional. Los monárquicos afirmaban que era imposible erigir una
república a falta de instituciones históricamente desarrolladas, y que ésta resultaría lábil e
inestable, mientras que sus oponentes esgrimían precisamente la falta de prejuicios
heredados como una de las razones principales para ensayar un gobierno democrático.

El Congreso tuvo que trasladarse a Buenos Aires a comienzos de 1817, ante la amenaza que
representaba el avance de los ejércitos realistas en el norte del país; el 3 de diciembre de
ese año sancionó un reglamento provisorio. Sin embargo, los delegados provinciales
consideraron que el traslado estaba orientado sobre todo a asegurar el predominio porteño
en la redacción final del texto constitucional, presionando sobre los congresistas.

En 1819 vieron cumplidos sus temores ante la presentación de la protoconstitución de 1819,


caracterizada por un fortísimo centralismo. No estipulaba el texto en cuestión ni siquiera el
170
régimen electoral por el que se designaría al Director del Estado, pero le garantizaba
amplísimas competencias, entre ellas la de designar a los gobernadores de provincia y de
proveer a todos los empleos de la administración nacional.

El Congreso ordenó también a San Martín y Manuel Belgrano regresar a la capital, al frente
de sus respectivos ejércitos, para defender la autoridad del directorio; ambos generales, sin
embargo, se negaron a acatar el mandato. San Martín detuvo a sus tropas en Rancagua, en
el actual territorio chileno, y dictó la llamada Acta de Rancagua, en la que desconocía la
autoridad del Directorio para darle semejantes órdenes; Belgrano, por su parte, pactó con
las fuerzas federales de José Gervasio Artigas, mientras el Ejército del Norte se sublevaba,
poniéndose a las órdenes del gobernador cordobés. La tensión se resolvió finalmente en la
batalla de Cepeda (1820), donde las tropas unidas de las provincias derrotaron a las del
director José Rondeau. El resultado de la batalla fue el tratado del Pilar, por el que se
estipulaba una forma federativa de organización, en la que Buenos Aires sería una más
entre las 13 provincias.

Derrotado por las armas, el ideal unitario siguió sin embargo vigoroso en Buenos Aires.
Bernardino Rivadavia, ministro del gobernador Martín Rodríguez, rediseñó en términos más
republicanos el proyecto de constitución del '19. Aprobado el proyecto por la Comisión de
Negocios Constitucionales, creada ad hoc, el 1 de septiembre de 1826, la constitución de
1826 fue aprobado por la legislatura porteña, pero frontalmente rechazado por las restantes
provincias. Los años siguientes presenciaron el ocaso temporal del unitarismo y el alza de los
caudillos provinciales, regímenes bonapartistas. Establecidos éstos, vieron también en el
proyecto de una Constitución la posibilidad de sofrenar definitivamente la hegemonía
porteña por medios administrativos; el gobernador santiagueño Juan Felipe Ibarra, el
cordobés Mariano Fragueiro y el riojano Facundo Quiroga instaban, a comienzos de la
década del '30, a formar una asamblea representativa presidida por Quiroga. Este sufragó
incluso los estudios de un joven Juan Bautista Alberdi, de cuya pluma procederían
finalmente las bases del proyecto de Constitución para el '53. La principal oposición venía de
Buenos Aires, pero no de los letrados y comerciantes unitarios porteños, sino del caudillo
bonaerense Juan Manuel de Rosas, que aseveraba que la idea era prematura. La muerte de
Quiroga en Barranca Yaco dio final a esta iniciativa, que sin embargo había logrado
plasmarse en 1831 en el Pacto Federal, suscrito inicialmente por Buenos Aires, Entre Ríos y
Santa Fe en 1831, al que se suscribirían paulatinamente las restantes provincias.

El Pacto Federal estipulaba la formación de una Comisión Representativa, con sede en Santa
Fe, al que cada una de las provincias adheridas enviaría un representante con atribuciones
171
para celebrar tratados de paz, hacer declaración de guerra, ordenar el levantamiento del
Ejército, nombrar el general que debería mandarlo, determinar el contingente de tropa con
que cada una de las provincias debería contribuir, invitar a las demás provincias a reunirse
en federación y a que, por medio de un Congreso Federativo, se arreglara la administración
del país, bajo el sistema federal, su comercio interior y exterior, y la soberanía, libertad e
independencia de cada una de las provincias.

Buena parte del texto del Pacto Federal jamás se cumplió; aunque es uno de los pactos
preexistentes que mencionará la Constitución del '53, no tuvo gran efecto durante los años
de la hegemonía de Rosas, que insistía en la inadecuación de una Constitución prematura.
Esta actitud se hizo evidente en 1847, cuando Alberdi, desde el exilio, invitó a los miembros
de la intelectualidad exiliada a colaborar con Rosas para gestionar la deseada Constitución.
Rosas no respondió siquiera a la propuesta, pero otros caudillos federales, en especial Justo
José de Urquiza, le darían pábulo.

Las Bases de Alberdi Editar

Wikisource tiene una copia del libro:

Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina de Juan B.


Alberdi

Estatua de Juan B. Alberdi (1810-1884) en su tumba en el Cementerio de la Recoleta en


Buenos Aires. Su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina fue el principal documento de trabajo de los constituyentes.

En 1852, el destacado jurista y pensador argentino Juan Bautista Alberdi escribió un libro
que obraría como primer documento de trabajo para los constituyentes: Bases y puntos de
partida para la organización política de la República Argentina.

Las «Bases» de Alberdi están integradas por 36 capítulos y un proyecto de constitución. Fue
escrita rápidamente en abril de 1852 para influir en las deliberaciones de la Convención
Constituyente que comenzaría a reunirse en la ciudad de Santa Fe a partir del 20 de
noviembre de ese mismo año. Él mismo reflexiona sobre esa situación varios años más
adelante con esta palabras:

172
Mi libro de las BASES es una obra de acción que, aunque pensada con reposo, fue escrita
velozmente para alcanzar al tiempo en su carrera... Hay siempre una hora dada en que la
palabra humana se hace carne. Cuando ha sonado esa hora, el que propone la palabra,
orador o escritor, hace la ley. La ley no es suya en ese caso; es la obra de las cosas. Pero esa
es la ley duradera, porque es la verdadera ley.[2]

La obra maestra de Alberdi fue y sigue siendo reiteradamente sintetizada bajo el lema de
«gobernar es poblar». La frase está tomada del Capítulo XXXI y estaba directamente referido
a la escasa población que por entonces habitaba la Argentina, mucho menor que la que
habitaba por entonces en Chile, Bolivia o Perú.

Años después, él mismo se encargaría de precisar el significado de ese lema para cuestionar
la inmigración de italianos y españoles que habían empezado a predominar ampliamente
entre los extranjeros que se radicaban en el país.

Gobernar es poblar en el sentido que poblar es educar, mejorar, civilizar, enriquecer y


engrandecer espontánea y rápidamente, como ha sucedido en los Estados Unidos. Mas para
civilizar por medio de la población es preciso hacerlo con poblaciones civilizadas; para
educar a nuestra América en la libertad y en la industria es preciso poblarla con poblaciones
de la Europa más adelantada en libertad y en industria... hay extranjeros y extranjeros; y
que si Europa es la tierra más civilizada del orbe, hay en Europa y en el corazón de sus
brillantes capitales mismas, más millones de salvajes que en toda la América del Sud. Todo
lo que es civilizado es europeo, al menos de origen, pero no todo lo europeo es civilizado; y
se concibe perfectamente la hipótesis de un país nuevo poblado con europeos más
ignorantes en industria y libertad que las hordas de la Pampa o del Chaco.[3]

Población de países latinoamericanos y porcentaje sobre el total

1850 % 1930 %

Argentina 1.100.000 3,5 11.800.000 11,1

Bolivia 1.400.000 4,4 1.100.000 1,9

Chile 1.300.000 4,1 4.400.000 4,1

Paraguay 500.000 1,5 900.000 0,8

Perú 1.900.000 6,0 5.600.000 5,3

Uruguay 100.000 0,3 1.700.000 1,6

Fuente: Del Pozo, José[4]

173
En su obra, Alberdi analiza detalladamente el derecho constitucional sudamericano,
criticándolo por ser básicamente copias de las constituciones estadounidense y francesa, sin
tener en cuenta las necesidades de progreso económico y material que precisaban los
países sudamericanos después de la independencia. En sucesivos capítulos analiza las
anteriores constituciones de la Argentina (Cap. III) y las constituciones entonces vigentes de
Chile (Cap. IV), Perú (Cap. V), Colombia (Cap. VI), México (Cap. VII), Uruguay (Cap. VIII) y
Paraguay (Cap. IX).

Alberdi analiza también las nuevas constituciones de la época, como la californiana (Cap. XI),
a la que pone como ejemplo de su punto de vista constitucional. En el capítulo XII aborda la
cuestión de «monarquía o república» defendiendo el presidencialismo como solución
intermedia para las naciones latinoamericanas:

Se atribuye a Bolívar este dicho profundo y espiritual: «Los nuevos Estados de la América
antes española necesitan reyes con el nombre de presidentes». Chile ha resuelto el
problema sin dinastías y sin dictadura militar, por medio de una Constitución monárquica en
el fondo y republicana en la forma: ley que anuda a la tradición de la vida pasada la cadena
de la vida moderna. La república no puede tener otra forma cuando sucede inmediatamente
a la monarquía; es preciso que el nuevo régimen contenga algo del antiguo.[5]

En el capítulo XIII bajo el título «la educación no es la instrucción», sostiene que las escuelas
y universidades deben ser desarrolladas de modo íntimamente relacionado con una política
de industrialización. También menciona aquí que la religión debe ser parte de la educación
más quedar fuera de la instrucción, sentando las bases de la escuela laica.

En el capítulo XIV Alberdi sostiene que los países americanos deben mirar a Europa como
fuente de cultura, comercio y población, y sobre todo de futuro, en términos que llegan
hasta el racismo abierto:

¿Quién conoce caballero entre nosotros que haga alarde de ser indio neto? ¿Quién casaría a
su hermana o a su hija con un infanzón de la Araucania, y no mil veces con un zapatero
inglés?

En América todo lo que no es europeo es bárbaro: no hay más división que ésta: 1.º, el
indígena, es decir, el salvaje; 2.º, el europeo, es decir, nosotros, los que hemos nacido en
América y hablamos español, los que creemos en Jesucristo y no en Pillán (dios de los
indígenas)... ¿De dónde le vendrá esto en lo futuro? Del mismo origen de que vino antes de
ahora: de Europa.[6]

174
Alberdi aborda la cuestión crucial de la inmigración capítulo XV, no solo para «poblar» el
país, sino para reconfigurar radicalmente la mano de obra:

Haced pasar el roto, el gaucho, el cholo, unidad elemental de nuestras masas populares, por
todas las transformaciones del mejor sistema de instrucción; en cien años no haréis de él un
obrero inglés.[7]

Alberdi pensaba en una población de 50 millones de personas que debían venir


espontáneamente, libremente, por las garantías que la Constitución debía dar para proteger
su propiedad, su libertad, la libre circulación, la tolerancia religiosa y un amplio acceso a la
tierra. Sostenía que había que facilitar la radicación de los inmigrantes en todo el país, y no
solo en el litoral. Atribuía una importancia especial al ferrocarril: «el ferrocarril es el medio
de dar vuelta al derecho lo que la España colonizadora colocó al revés en este
continente».[7]

Se adelantaba Alberdi también a la cuestión de las diversas etnias que traería la inmigración:

El pueblo inglés ha sido el pueblo más conquistado de cuantos existen; todas las naciones
han pisado su suelo y mezclado a él su sangre y su raza. Es producto de un cruzamiento
infinito de castas; y por eso justamente el inglés es el más perfecto de los hombres, y su
nacionalidad tan pronunciada que hace creer al vulgo que su raza es sin mezcla. No temáis,
pues, la confusión de razas y de lenguas. De la Babel, del caos saldrá algún día brillante y
nítida la nacionalidad sudamericana.[7]

Sin embargo Alberdi subraya una y otra vez que la población argentina debe configurarse
básicamente como anglo-sajona:

Con tres millones de indígenas, cristianos y católicos, no realizaríais la república


ciertamente. No la realizaríais tampoco con cuatro millones de españoles peninsulares,
porque el español puro es incapaz de realizarla allá o acá. Si hemos de componer nuestra
población para nuestro sistema de gobierno, si ha de sernos más posible hacer la población
para el sistema proclamado que el sistema para la población, es necesario fomentar en
nuestro suelo la población anglo-sajona. Ella está identificada con el vapor, el comercio y la
libertad, y no será imposible radicar estas cosas entre nosotros sin la cooperación activa de
esa raza de progreso y de civilización.

Alberdi repasa en la Bases, una a una las bases que precisaba el país para constituirse no
solo jurídicamente, sino sobre todo materialmente. En capítulos sucesivos[8] recorre las
leyes principales que deberían ser sancionadas, la formación de un aparato estatal federal
por encima del poder de las provincias adoptando un federalismo atenuado:

175
Una provincia en sí es la impotencia misma, y nada hará jamás que no sea provincial, es
decir, pequeño, obscuro, miserable, provincial, en fin, aunque la provincia se apellide
Estado. Sólo es grande lo que es nacional o federal...Caminos de fierro, canales, puentes,
grandes mejoras materiales, empresas de colonización, son cosas superiores a la capacidad
de cualquier provincia aislada, por rica que sea. Esas obras piden millones; y esta cifra es
desconocida en el vocabulario provincial.[9]

Recomienda establecer un sistema de sufragio calificado por «la inteligencia y la


fortuna»;[9] se opone terminantemente a la capitalización de Buenos Aires (Cap. XXVI:
«Todo gobierno nacional es imposible con la capital en Buenos Aires»); insiste en que los
constituyentes carezcan de mandatos (Cap. XXIX:).

En síntesis, para Alberdi la Constitución de 1853 tenía un fin esencialmente económico,


elaborada a partir de las necesidades específicas del país, partiendo de su problema
esencial: la despoblación (Cap. XXXII).

El clima político de 1853 Editar

La Constitución de 1853 se elaboró inmediatamente a la zaga de la derrota porteña en la


batalla de Caseros, que dejó a Urquiza al frente de los asuntos nacionales. El 6 de abril de
1852 Urquiza se reunió con Vicente López y Planes, gobernador de Buenos Aires, Juan Pujol,
gobernador de Corrientes y representantes santafesinos, decidiendo en esa reunión llamar,
en los términos del Pacto Federal de 1831, a un Congreso Constituyente para agosto del año
siguiente. Se envío inmediatamente una circular a las provincias, manifestando los
resultados de la reunión.

Sin embargo, Urquiza estaba al tanto de la fuerte oposición que la élite porteña mostraba a
su liderazgo, y a cualquier intento de limitar la hegemonía de Buenos Aires sobre el resto del
país. Para enfrentarla, encomendó a Pujol y a Santiago Derqui la tarea de elaborar un
proyecto constitucional que resultara aceptable a los porteños; el 5 de mayo se reunió con
varios destacados dirigentes en Buenos Aires —entre ellos Dalmacio Vélez Sársfield,
Valentín Alsina, Tomás Guido y Vicente Fidel López—, ofreciéndoles rescatar el proyecto de
Constitución Argentina de 1826 de Rivadavia, a cambio de que respaldaran su autoridad al
frente del gobierno nacional.

176
El 29 de mayo tuvo lugar la reunión definitiva con los representantes provinciales, en San
Nicolás de los Arroyos. Las deliberaciones duraron dos días, y finalmente concluyeron en la
firma del acuerdo de San Nicolás, que otorgaba a Urquiza el directorio provisorio de la
Confederación y convocaba para agosto a la realización de la Convención Constituyente, a la
que cada una de las provincias enviaría dos representantes. Además de las provincias
directamente representadas —Entre Ríos, por Urquiza; Buenos Aires, por López y Planes;
Corrientes, por Benjamín Virasoro; Santa Fe, por Domingo Crespo; Mendoza, por Pascual
Segura; San Juan, por Nazario Benavídez; San Luis, por Pablo Lucero; Santiago del Estero,
por Manuel Taboada; Tucumán, por Celedonio Gutiérrez; y La Rioja, por Manuel Vicente
Bustos— se atuvieron al acuerdo Catamarca, que designó a Urquiza como su representante,
y Córdoba, Salta y Jujuy, que lo ratificarían posteriormente.

La oposición porteña no se haría esperar; enfrentándose a López y Planes, a quien


consideraban urquicista, Alsina, Bartolomé Mitre, Vélez Sársfield e Ireneo Portela
denunciaron el acuerdo, alegando que no se habían dado a López atribuciones para
firmarlo, que el mismo vulneraba los derechos de la provincia, y que por su intermedio se
otorgaban poderes despóticos a Urquiza. Los debates al respecto —conocidos como las
jornadas de junio— fueron vehementes, y concluyeron con la renuncia de López y Planes el
23 de junio de 1852. La Legislatura eligió para reemplazarlo a Manuel Guillermo Pinto, pero
Urquiza hizo uso de las facultades de que lo dotaba el acuerdo para intervenir la provincia,
disolver su legislatura y reponer a López al frente. Cuando este volviera a renunciar, Urquiza
asumió personalmente el gobierno, nombrando un consejo de estado de 15 miembros
como cuerpo deliberante.

Museo y Salón de la Jura de la Constitución, Santa Fe, Argentina.

El control personal de los asuntos por Urquiza duró hasta septiembre, cuando este partió a
Santa Fe para las sesiones de la Convención Constituyente, junto con los diputados electos
Salvador María del Carril y Eduardo Lahitte, dejando al general José Miguel Galán como
gobernador provisorio. Tres días más tarde, el 11 de septiembre, Mitre, Alsina y Lorenzo
Torres se alzaron contra las tropas de Galán y restauraron la Legislatura. El 22 del mismo
mes revocarían su adhesión al acuerdo, rechazarían la autoridad de Urquiza y enviarían al
general José María Paz para intentar extender la revuelta al interior; no lo lograron, pero el
amplio apoyo con que contaban hizo desistir a Urquiza de su intención de reprimir la
revuelta, e intentó negociar con los sublevados, enviando a Federico Báez para tratar con
ellos.

177
Los porteños retiraron sus diputados de la Asamblea, e instaron a las provincias a hacer lo
propio. Frente a la negativa de los gobiernos provinciales, Alsina y Mitre prepararon fuerzas
para atacar Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, con el objeto de debilitar la posición de Urquiza
y cuestionar su legitimidad. El 21 de noviembre un ejército a las órdenes de Juan Madariaga
intentó tomar por asalto la ciudad de Concepción del Uruguay, pero fue rechazado por la
guarnición encabezada por Ricardo López Jordán, que notificó a Urquiza de la situación; el
fracaso de Madariaga desbarató el intento de Paz de avanzar sobre Santa Fe, y la intención
de Mitre de ganar para su causa al correntino Pujol para atacar Entre Ríos se vio frustrada
por la adhesión de este a Urquiza. Sin los representantes porteños, pero con el acuerdo de
las provincias, la Convención comenzó a sesionar en noviembre de 1852.

Los constituyentes

Elaboración del texto constitucional

La Constitución

La Constitución de 1853 y la historia política argentina

Evolución histórica

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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PÁGINAS RELACIONADAS

Congreso Constituyente de Santa Fe

Pacto de San José de Flores

Reforma constitucional argentina de 1860

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Constitución argentina de 1853

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179
La Constitución argentina de 1853 es la constitución que sentó las bases jurídicas del Estado
de la actual República Argentina, con el nombre oficial de Confederación Argentina. El texto
actual incluye reformas realizadas en 1860, 1866, 1898, 1957 y 1994.

Argentina

Este artículo es una parte de la serie:

Constitución de la Nación Argentina

Texto completo de la Constitución vigente

Texto de la Constitución

Análisis del texto original

Preámbulo

Constitución de 1853

Reformas constitucionales

Reforma de 1860

Reforma de 1866

Reforma de 1898

Reforma de 1949

Reforma de 1957

Estatuto Temporario de 1972

Reforma de 1994

Otros países · Portal de Derecho

La Constitución de 1853 fue aprobada por representantes de trece de las catorce provincias
argentinas entonces existentes (actualmente hay 23 provincias), con la importante ausencia
180
de la provincia de Buenos Aires, que se separó de la Confederación Argentina y constituyó el
Estado de Buenos Aires hasta 1859. Fue sancionada por el Congreso General Constituyente,
reunido en Santa Fe, y promulgada el 25 de mayo de 1853 por Justo José de Urquiza, a la
sazón director provisional de la Confederación Argentina.

La Constitución de 1853 tomó como modelo la Constitución de Estados Unidos, inspirada en


los principios del liberalismo clásico y la doctrina política del federalismo. Estableció un
sistema republicano, en una época en la que predominaba universalmente la monarquía,
con división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, con predominio del Poder
Ejecutivo conformando un régimen presidencialista, limitado por un congreso bicameral,
con el objetivo de equilibrar la representación poblacional (Cámara de Diputados) con la
representación igualitaria de las provincias (Cámara de Senadores). Paralelamente
estableció una federación de provincias autónomas cada una de ellas con sus propios
poderes ejecutivo, legislativo y judicial, con facultades exclusivas y también compartidas con
el Estado nacional.

El modelo, elaborado por los convencionales a partir de los ensayos precedentes de orden
constitucional y de la obra pionera de Juan Bautista Alberdi, ha sido objeto de reiteradas
críticas: se ha objetado al mecanismo elegido para la dinámica federal y se ha afirmado que
careció de verdadera efectividad, al intentar imponer un modelo íntegramente basado en
experiencias extranjeras a una Argentina cuya peculiaridad histórica la hacía muy distinta de
las colonias británicas en Norteamérica. Sin embargo, la importancia histórica del proyecto
constitucional ha sido incuestionable, y virtualmente todas las disputas acerca de la práctica
y la teoría políticas en la Argentina moderna han incluido una toma de partido acerca de las
que subyacieron a la Constitución de 1853.

La Constitución de 1853 tuvo vigencia continuada, con reformas, hasta 1930, cuando un
golpe de Estado derrocó al gobierno constitucional, elegido bajo el sistema de voto secreto y
obligatorio establecido en 1912. Desde entonces y hasta 1983, sucesivos golpes de Estado
interrumpieron todos los procesos constitucionales. Desde el 10 de diciembre de 1983 rige
plenamente la Constitución de 1853, con las reformas realizadas en 1860, 1866, 1898, 1957
y 1994.

El documento original de la Constitución Nacional de 1853 se encuentra inserto en el Gran


Libro de Acuerdos, Leyes y Decretos del Congreso General Constituyente, el cual está

181
expuesto desde el año 2005 en un templete en el Salón Azul del Palacio del Congreso, junto
con la Constitución de 1994 y los pactos preexistentes.[1]

Antecedentes Editar

Ejemplar de la Constitución exhibida en el Museo del Bicentenario.

Constitución de los Estados Unidos Editar

La Constitución de 1853 se inspiró particularmente en la Constitución estadounidense al


adoptar el modelo presidencialista de esta última, así como el federalismo, componente
esencial del orden constitucional norteamericano. Aunque formal, es sugerente también el
inicio del preámbulo argentino, que parafrasea el famoso comienzo de su equivalente
estadounidense («Nosotros, el pueblo»), pero subrayando el contenido estrictamente
representativo del sistema adoptado en Argentina: «Nosotros, los representantes del
pueblo».

Proyectos constitucionales precedentes Editar

El régimen legal al que se atendrían las Provincias Unidas del Río de la Plata surgidas en la
Revolución de Mayo, a partir del antiguo Virreinato del Río de la Plata, había sido,
naturalmente, una de las preocupaciones centrales desde la renuncia del último Virrey;
aunque en el primer momento la preocupación, más acuciante, de hacer efectiva la
soberanía por la vía de las armas —en el prolongado enfrentamiento con los ejércitos fieles
a la Corona de España— soslayó momentáneamente las decisiones definitivas sobre la
organización que ésta habría de cobrar, los intentos fueron consustanciales a los hitos de la
organización patriótica.

La misma conformación de la Primera Junta de Gobierno y su ampliación en la llamada Junta


Grande, que incluía los delegados provinciales, dio testimonio de la división entre los
intereses de la ciudad de Buenos Aires y los de las provincias mediterráneas. En buena
medida, la división se remontaba a la época colonial, en que el papel portuario de Buenos
Aires la hacía titular de intereses comerciales muy distintos a los del interior artesanal y
agricultor. Sólo un pequeño caserío, Buenos Aires, se beneficiaba del tráfico de mercaderías
traídas por los buques británicos, a los que pagaba con la exportación de los frutos del país,
principalmente cuero crudo y minerales; el conflicto entre los comerciantes que importaban
bienes del Reino Unido, y los fabricantes del interior que no podían competir con la
182
potencia industrial de este, dio lugar ya a diversos conflictos durante el Virreinato. Apenas
declarada la independencia de la nación, se plasmaría en el carácter unitario de los primeros
ordenamientos jurídicos.

El primer proyecto de estabilizar las sucesivas intentonas que definieron los órganos
ejecutivos del poder nacional en los primeros años de organización fue la convocatoria, en
1812, de una Asamblea General Constituyente, con el objeto de dictar una ley fundamental
para la organización nacional. La Asamblea, conocida como Asamblea del Año XIII, se reunió
efectivamente entre el 31 de enero de 1813 y 1815; dictó un reglamento para la
administración, un Estatuto del Poder Ejecutivo, y promulgó varias normas que dirigirían la
actividad legislativa en los años subsiguientes, pero se vio impedida de tratar la elaboración
de una Constitución. Se presentaron ante ella cuatro proyectos: uno elaborado por la
Sociedad Patriótica, otro por una comisión asesora designada por el Segundo Triunvirato, y
dos anónimos; todos ellos de corte republicano, introduciendo la división de poderes de
acuerdo al formato impuesto por los teóricos de la Revolución francesa, eran sin embargo
fuertemente centralistas, delegando la mayoría del poder público en un poder ejecutivo
central con sede en Buenos Aires.

Esto, sumado a la ausencia de algunos diputados provinciales, impidió que se llegara a un


acuerdo al respecto. La indefinición de la Asamblea, que llevaba ya dos años de
deliberaciones, fue uno de los argumentos que esgrimió en 1815 Carlos María de Alvear
para proponer la creación temporal de un régimen unipersonal, el llamado Directorio. La
Asamblea lo promulgó, pero la vacuidad de este nombramiento, no respaldado por el
control efectivo de las fuerzas civiles y militares, llevó a la continuación de las asonadas,
trasladándose la tarea de elaborar un proyecto al Congreso de Tucumán de 1816.

La acción del Congreso en este sentido fue limitada, aunque fructífera en otros aspectos;
suya fue la Declaración de independencia de la Argentina, el 9 de julio del '16, pero las
deliberaciones acerca de la forma de gobierno resultaron más arduas. En su seno se oponían
los pensadores de corte liberal, comprometidos con una forma republicana de gobierno,
con partidarios de un régimen monárquico-constitucional. Célebre entre estos últimos fue la
propuesta de Manuel Belgrano, que promovió el establecimiento de un descendiente de los
incas en el trono nacional. Los monárquicos afirmaban que era imposible erigir una
república a falta de instituciones históricamente desarrolladas, y que ésta resultaría lábil e
inestable, mientras que sus oponentes esgrimían precisamente la falta de prejuicios
heredados como una de las razones principales para ensayar un gobierno democrático.

183
El Congreso tuvo que trasladarse a Buenos Aires a comienzos de 1817, ante la amenaza que
representaba el avance de los ejércitos realistas en el norte del país; el 3 de diciembre de
ese año sancionó un reglamento provisorio. Sin embargo, los delegados provinciales
consideraron que el traslado estaba orientado sobre todo a asegurar el predominio porteño
en la redacción final del texto constitucional, presionando sobre los congresistas.

En 1819 vieron cumplidos sus temores ante la presentación de la protoconstitución de 1819,


caracterizada por un fortísimo centralismo. No estipulaba el texto en cuestión ni siquiera el
régimen electoral por el que se designaría al Director del Estado, pero le garantizaba
amplísimas competencias, entre ellas la de designar a los gobernadores de provincia y de
proveer a todos los empleos de la administración nacional.

El Congreso ordenó también a San Martín y Manuel Belgrano regresar a la capital, al frente
de sus respectivos ejércitos, para defender la autoridad del directorio; ambos generales, sin
embargo, se negaron a acatar el mandato. San Martín detuvo a sus tropas en Rancagua, en
el actual territorio chileno, y dictó la llamada Acta de Rancagua, en la que desconocía la
autoridad del Directorio para darle semejantes órdenes; Belgrano, por su parte, pactó con
las fuerzas federales de José Gervasio Artigas, mientras el Ejército del Norte se sublevaba,
poniéndose a las órdenes del gobernador cordobés. La tensión se resolvió finalmente en la
batalla de Cepeda (1820), donde las tropas unidas de las provincias derrotaron a las del
director José Rondeau. El resultado de la batalla fue el tratado del Pilar, por el que se
estipulaba una forma federativa de organización, en la que Buenos Aires sería una más
entre las 13 provincias.

Derrotado por las armas, el ideal unitario siguió sin embargo vigoroso en Buenos Aires.
Bernardino Rivadavia, ministro del gobernador Martín Rodríguez, rediseñó en términos más
republicanos el proyecto de constitución del '19. Aprobado el proyecto por la Comisión de
Negocios Constitucionales, creada ad hoc, el 1 de septiembre de 1826, la constitución de
1826 fue aprobado por la legislatura porteña, pero frontalmente rechazado por las restantes
provincias. Los años siguientes presenciaron el ocaso temporal del unitarismo y el alza de los
caudillos provinciales, regímenes bonapartistas. Establecidos éstos, vieron también en el
proyecto de una Constitución la posibilidad de sofrenar definitivamente la hegemonía
porteña por medios administrativos; el gobernador santiagueño Juan Felipe Ibarra, el
cordobés Mariano Fragueiro y el riojano Facundo Quiroga instaban, a comienzos de la
década del '30, a formar una asamblea representativa presidida por Quiroga. Este sufragó

184
incluso los estudios de un joven Juan Bautista Alberdi, de cuya pluma procederían
finalmente las bases del proyecto de Constitución para el '53. La principal oposición venía de
Buenos Aires, pero no de los letrados y comerciantes unitarios porteños, sino del caudillo
bonaerense Juan Manuel de Rosas, que aseveraba que la idea era prematura. La muerte de
Quiroga en Barranca Yaco dio final a esta iniciativa, que sin embargo había logrado
plasmarse en 1831 en el Pacto Federal, suscrito inicialmente por Buenos Aires, Entre Ríos y
Santa Fe en 1831, al que se suscribirían paulatinamente las restantes provincias.

El Pacto Federal estipulaba la formación de una Comisión Representativa, con sede en Santa
Fe, al que cada una de las provincias adheridas enviaría un representante con atribuciones
para celebrar tratados de paz, hacer declaración de guerra, ordenar el levantamiento del
Ejército, nombrar el general que debería mandarlo, determinar el contingente de tropa con
que cada una de las provincias debería contribuir, invitar a las demás provincias a reunirse
en federación y a que, por medio de un Congreso Federativo, se arreglara la administración
del país, bajo el sistema federal, su comercio interior y exterior, y la soberanía, libertad e
independencia de cada una de las provincias.

Buena parte del texto del Pacto Federal jamás se cumplió; aunque es uno de los pactos
preexistentes que mencionará la Constitución del '53, no tuvo gran efecto durante los años
de la hegemonía de Rosas, que insistía en la inadecuación de una Constitución prematura.
Esta actitud se hizo evidente en 1847, cuando Alberdi, desde el exilio, invitó a los miembros
de la intelectualidad exiliada a colaborar con Rosas para gestionar la deseada Constitución.
Rosas no respondió siquiera a la propuesta, pero otros caudillos federales, en especial Justo
José de Urquiza, le darían pábulo.

Las Bases de Alberdi Editar

Wikisource tiene una copia del libro:

Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina de Juan B.


Alberdi

Estatua de Juan B. Alberdi (1810-1884) en su tumba en el Cementerio de la Recoleta en


Buenos Aires. Su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina fue el principal documento de trabajo de los constituyentes.

185
En 1852, el destacado jurista y pensador argentino Juan Bautista Alberdi escribió un libro
que obraría como primer documento de trabajo para los constituyentes: Bases y puntos de
partida para la organización política de la República Argentina.

Las «Bases» de Alberdi están integradas por 36 capítulos y un proyecto de constitución. Fue
escrita rápidamente en abril de 1852 para influir en las deliberaciones de la Convención
Constituyente que comenzaría a reunirse en la ciudad de Santa Fe a partir del 20 de
noviembre de ese mismo año. Él mismo reflexiona sobre esa situación varios años más
adelante con esta palabras:

Mi libro de las BASES es una obra de acción que, aunque pensada con reposo, fue escrita
velozmente para alcanzar al tiempo en su carrera... Hay siempre una hora dada en que la
palabra humana se hace carne. Cuando ha sonado esa hora, el que propone la palabra,
orador o escritor, hace la ley. La ley no es suya en ese caso; es la obra de las cosas. Pero esa
es la ley duradera, porque es la verdadera ley.[2]

La obra maestra de Alberdi fue y sigue siendo reiteradamente sintetizada bajo el lema de
«gobernar es poblar». La frase está tomada del Capítulo XXXI y estaba directamente referido
a la escasa población que por entonces habitaba la Argentina, mucho menor que la que
habitaba por entonces en Chile, Bolivia o Perú.

Años después, él mismo se encargaría de precisar el significado de ese lema para cuestionar
la inmigración de italianos y españoles que habían empezado a predominar ampliamente
entre los extranjeros que se radicaban en el país.

Gobernar es poblar en el sentido que poblar es educar, mejorar, civilizar, enriquecer y


engrandecer espontánea y rápidamente, como ha sucedido en los Estados Unidos. Mas para
civilizar por medio de la población es preciso hacerlo con poblaciones civilizadas; para
educar a nuestra América en la libertad y en la industria es preciso poblarla con poblaciones
de la Europa más adelantada en libertad y en industria... hay extranjeros y extranjeros; y
que si Europa es la tierra más civilizada del orbe, hay en Europa y en el corazón de sus
brillantes capitales mismas, más millones de salvajes que en toda la América del Sud. Todo
lo que es civilizado es europeo, al menos de origen, pero no todo lo europeo es civilizado; y
se concibe perfectamente la hipótesis de un país nuevo poblado con europeos más
ignorantes en industria y libertad que las hordas de la Pampa o del Chaco.[3]

Población de países latinoamericanos y porcentaje sobre el total

1850 % 1930 %

186
Argentina 1.100.000 3,5 11.800.000 11,1

Bolivia 1.400.000 4,4 1.100.000 1,9

Chile 1.300.000 4,1 4.400.000 4,1

Paraguay 500.000 1,5 900.000 0,8

Perú 1.900.000 6,0 5.600.000 5,3

Uruguay 100.000 0,3 1.700.000 1,6

Fuente: Del Pozo, José[4]

En su obra, Alberdi analiza detalladamente el derecho constitucional sudamericano,


criticándolo por ser básicamente copias de las constituciones estadounidense y francesa, sin
tener en cuenta las necesidades de progreso económico y material que precisaban los
países sudamericanos después de la independencia. En sucesivos capítulos analiza las
anteriores constituciones de la Argentina (Cap. III) y las constituciones entonces vigentes de
Chile (Cap. IV), Perú (Cap. V), Colombia (Cap. VI), México (Cap. VII), Uruguay (Cap. VIII) y
Paraguay (Cap. IX).

Alberdi analiza también las nuevas constituciones de la época, como la californiana (Cap. XI),
a la que pone como ejemplo de su punto de vista constitucional. En el capítulo XII aborda la
cuestión de «monarquía o república» defendiendo el presidencialismo como solución
intermedia para las naciones latinoamericanas:

Se atribuye a Bolívar este dicho profundo y espiritual: «Los nuevos Estados de la América
antes española necesitan reyes con el nombre de presidentes». Chile ha resuelto el
problema sin dinastías y sin dictadura militar, por medio de una Constitución monárquica en
el fondo y republicana en la forma: ley que anuda a la tradición de la vida pasada la cadena
de la vida moderna. La república no puede tener otra forma cuando sucede inmediatamente
a la monarquía; es preciso que el nuevo régimen contenga algo del antiguo.[5]

En el capítulo XIII bajo el título «la educación no es la instrucción», sostiene que las escuelas
y universidades deben ser desarrolladas de modo íntimamente relacionado con una política
de industrialización. También menciona aquí que la religión debe ser parte de la educación
más quedar fuera de la instrucción, sentando las bases de la escuela laica.

En el capítulo XIV Alberdi sostiene que los países americanos deben mirar a Europa como
fuente de cultura, comercio y población, y sobre todo de futuro, en términos que llegan
hasta el racismo abierto:
187
¿Quién conoce caballero entre nosotros que haga alarde de ser indio neto? ¿Quién casaría a
su hermana o a su hija con un infanzón de la Araucania, y no mil veces con un zapatero
inglés?

En América todo lo que no es europeo es bárbaro: no hay más división que ésta: 1.º, el
indígena, es decir, el salvaje; 2.º, el europeo, es decir, nosotros, los que hemos nacido en
América y hablamos español, los que creemos en Jesucristo y no en Pillán (dios de los
indígenas)... ¿De dónde le vendrá esto en lo futuro? Del mismo origen de que vino antes de
ahora: de Europa.[6]

Alberdi aborda la cuestión crucial de la inmigración capítulo XV, no solo para «poblar» el
país, sino para reconfigurar radicalmente la mano de obra:

Haced pasar el roto, el gaucho, el cholo, unidad elemental de nuestras masas populares, por
todas las transformaciones del mejor sistema de instrucción; en cien años no haréis de él un
obrero inglés.[7]

Alberdi pensaba en una población de 50 millones de personas que debían venir


espontáneamente, libremente, por las garantías que la Constitución debía dar para proteger
su propiedad, su libertad, la libre circulación, la tolerancia religiosa y un amplio acceso a la
tierra. Sostenía que había que facilitar la radicación de los inmigrantes en todo el país, y no
solo en el litoral. Atribuía una importancia especial al ferrocarril: «el ferrocarril es el medio
de dar vuelta al derecho lo que la España colonizadora colocó al revés en este
continente».[7]

Se adelantaba Alberdi también a la cuestión de las diversas etnias que traería la inmigración:

El pueblo inglés ha sido el pueblo más conquistado de cuantos existen; todas las naciones
han pisado su suelo y mezclado a él su sangre y su raza. Es producto de un cruzamiento
infinito de castas; y por eso justamente el inglés es el más perfecto de los hombres, y su
nacionalidad tan pronunciada que hace creer al vulgo que su raza es sin mezcla. No temáis,
pues, la confusión de razas y de lenguas. De la Babel, del caos saldrá algún día brillante y
nítida la nacionalidad sudamericana.[7]

Sin embargo Alberdi subraya una y otra vez que la población argentina debe configurarse
básicamente como anglo-sajona:

Con tres millones de indígenas, cristianos y católicos, no realizaríais la república


ciertamente. No la realizaríais tampoco con cuatro millones de españoles peninsulares,
porque el español puro es incapaz de realizarla allá o acá. Si hemos de componer nuestra
población para nuestro sistema de gobierno, si ha de sernos más posible hacer la población
para el sistema proclamado que el sistema para la población, es necesario fomentar en
188
nuestro suelo la población anglo-sajona. Ella está identificada con el vapor, el comercio y la
libertad, y no será imposible radicar estas cosas entre nosotros sin la cooperación activa de
esa raza de progreso y de civilización.

Alberdi repasa en la Bases, una a una las bases que precisaba el país para constituirse no
solo jurídicamente, sino sobre todo materialmente. En capítulos sucesivos[8] recorre las
leyes principales que deberían ser sancionadas, la formación de un aparato estatal federal
por encima del poder de las provincias adoptando un federalismo atenuado:

Una provincia en sí es la impotencia misma, y nada hará jamás que no sea provincial, es
decir, pequeño, obscuro, miserable, provincial, en fin, aunque la provincia se apellide
Estado. Sólo es grande lo que es nacional o federal...Caminos de fierro, canales, puentes,
grandes mejoras materiales, empresas de colonización, son cosas superiores a la capacidad
de cualquier provincia aislada, por rica que sea. Esas obras piden millones; y esta cifra es
desconocida en el vocabulario provincial.[9]

Recomienda establecer un sistema de sufragio calificado por «la inteligencia y la


fortuna»;[9] se opone terminantemente a la capitalización de Buenos Aires (Cap. XXVI:
«Todo gobierno nacional es imposible con la capital en Buenos Aires»); insiste en que los
constituyentes carezcan de mandatos (Cap. XXIX:).

En síntesis, para Alberdi la Constitución de 1853 tenía un fin esencialmente económico,


elaborada a partir de las necesidades específicas del país, partiendo de su problema
esencial: la despoblación (Cap. XXXII).

El clima político de 1853 Editar

La Constitución de 1853 se elaboró inmediatamente a la zaga de la derrota porteña en la


batalla de Caseros, que dejó a Urquiza al frente de los asuntos nacionales. El 6 de abril de
1852 Urquiza se reunió con Vicente López y Planes, gobernador de Buenos Aires, Juan Pujol,
gobernador de Corrientes y representantes santafesinos, decidiendo en esa reunión llamar,
en los términos del Pacto Federal de 1831, a un Congreso Constituyente para agosto del año
siguiente. Se envío inmediatamente una circular a las provincias, manifestando los
resultados de la reunión.

Sin embargo, Urquiza estaba al tanto de la fuerte oposición que la élite porteña mostraba a
su liderazgo, y a cualquier intento de limitar la hegemonía de Buenos Aires sobre el resto del
país. Para enfrentarla, encomendó a Pujol y a Santiago Derqui la tarea de elaborar un

189
proyecto constitucional que resultara aceptable a los porteños; el 5 de mayo se reunió con
varios destacados dirigentes en Buenos Aires —entre ellos Dalmacio Vélez Sársfield,
Valentín Alsina, Tomás Guido y Vicente Fidel López—, ofreciéndoles rescatar el proyecto de
Constitución Argentina de 1826 de Rivadavia, a cambio de que respaldaran su autoridad al
frente del gobierno nacional.

El 29 de mayo tuvo lugar la reunión definitiva con los representantes provinciales, en San
Nicolás de los Arroyos. Las deliberaciones duraron dos días, y finalmente concluyeron en la
firma del acuerdo de San Nicolás, que otorgaba a Urquiza el directorio provisorio de la
Confederación y convocaba para agosto a la realización de la Convención Constituyente, a la
que cada una de las provincias enviaría dos representantes. Además de las provincias
directamente representadas —Entre Ríos, por Urquiza; Buenos Aires, por López y Planes;
Corrientes, por Benjamín Virasoro; Santa Fe, por Domingo Crespo; Mendoza, por Pascual
Segura; San Juan, por Nazario Benavídez; San Luis, por Pablo Lucero; Santiago del Estero,
por Manuel Taboada; Tucumán, por Celedonio Gutiérrez; y La Rioja, por Manuel Vicente
Bustos— se atuvieron al acuerdo Catamarca, que designó a Urquiza como su representante,
y Córdoba, Salta y Jujuy, que lo ratificarían posteriormente.

La oposición porteña no se haría esperar; enfrentándose a López y Planes, a quien


consideraban urquicista, Alsina, Bartolomé Mitre, Vélez Sársfield e Ireneo Portela
denunciaron el acuerdo, alegando que no se habían dado a López atribuciones para
firmarlo, que el mismo vulneraba los derechos de la provincia, y que por su intermedio se
otorgaban poderes despóticos a Urquiza. Los debates al respecto —conocidos como las
jornadas de junio— fueron vehementes, y concluyeron con la renuncia de López y Planes el
23 de junio de 1852. La Legislatura eligió para reemplazarlo a Manuel Guillermo Pinto, pero
Urquiza hizo uso de las facultades de que lo dotaba el acuerdo para intervenir la provincia,
disolver su legislatura y reponer a López al frente. Cuando este volviera a renunciar, Urquiza
asumió personalmente el gobierno, nombrando un consejo de estado de 15 miembros
como cuerpo deliberante.

Museo y Salón de la Jura de la Constitución, Santa Fe, Argentina.

El control personal de los asuntos por Urquiza duró hasta septiembre, cuando este partió a
Santa Fe para las sesiones de la Convención Constituyente, junto con los diputados electos
Salvador María del Carril y Eduardo Lahitte, dejando al general José Miguel Galán como
gobernador provisorio. Tres días más tarde, el 11 de septiembre, Mitre, Alsina y Lorenzo
190
Torres se alzaron contra las tropas de Galán y restauraron la Legislatura. El 22 del mismo
mes revocarían su adhesión al acuerdo, rechazarían la autoridad de Urquiza y enviarían al
general José María Paz para intentar extender la revuelta al interior; no lo lograron, pero el
amplio apoyo con que contaban hizo desistir a Urquiza de su intención de reprimir la
revuelta, e intentó negociar con los sublevados, enviando a Federico Báez para tratar con
ellos.

Los porteños retiraron sus diputados de la Asamblea, e instaron a las provincias a hacer lo
propio. Frente a la negativa de los gobiernos provinciales, Alsina y Mitre prepararon fuerzas
para atacar Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, con el objeto de debilitar la posición de Urquiza
y cuestionar su legitimidad. El 21 de noviembre un ejército a las órdenes de Juan Madariaga
intentó tomar por asalto la ciudad de Concepción del Uruguay, pero fue rechazado por la
guarnición encabezada por Ricardo López Jordán, que notificó a Urquiza de la situación; el
fracaso de Madariaga desbarató el intento de Paz de avanzar sobre Santa Fe, y la intención
de Mitre de ganar para su causa al correntino Pujol para atacar Entre Ríos se vio frustrada
por la adhesión de este a Urquiza. Sin los representantes porteños, pero con el acuerdo de
las provincias, la Convención comenzó a sesionar en noviembre de 1852.

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Bibliografía

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La sistemática de la Constitución vigente

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La sistemática de la Constitución vigente

Publicado por Antonio Rodríguez a 10/09/2015

La Constitución contiene un breve preámbulo, al que siguen once Títulos, que comprenden
169 artículos. Cierran la Constitución cuatro disposiciones adicionales, nueve transitorias,
una derogatoria y una final. Analizaremos brevemente esta organización sistemática de la
Constitución de 1978.

El Preámbulo

No todas las constituciones están dotadas de preámbulo, en el caso de la vigente en España


el Prof. Morodo ha escrito que el Preámbulo “pretendía incluir una fórmula que proyectase

192
intencionadamente el principio rupturista asentado, generalmente, en todos los procesos
de implantación de las democracias liberales y socialistas.”

El conjunto del Preámbulo transpira bien a las claras una realidad constituyente, obra de un
poder constituyente, unas Cortes con tales atribuciones y que habían emanado de unas
elecciones libres.

El Título preliminar

Lucas Verdú sostuvo que este primer Título “recoge la fórmula política de la Constitución
que –a su juicio- es la expresión ideológica, jurídicamente organizada en una estructura
social”. Los nueve preceptos que componen este Título no tienen la misma naturaleza y,
junto a algunos muy trascendentes, los hay de relativa importancia constitucional, y que,
desde luego, no configuran la llamada fórmula política de la Constitución

Los nueve Títulos restantes

En ellos se recoge la denominada parte dogmática que recoge los principios que regirán la
política del Estado, así como los derechos fundamentales que protege la constitución, y la
parte orgánica, sobre la organización del Estado en todos sus aspectos básicos. La parte
dogmática de la Constitución –contenida en el Título I “De los derechos y deberes
fundamentales”- está antepuesta a la parte orgánica. De esta forma la propia estructura de
la Constitución recuerda a ciudadanos y poderes públicos que éstos están al servicio de los
derechos y libertades de las personas. Este Título está dividido en cinco Capítulos,
subdividiéndose, a su vez, el Capítulo segundo en dos secciones; la ubicación del
reconocimiento de los respectivos derechos y libertades tendrá trascendencia en cuanto a
sus garantías.

Nuestra Constitución ha seguido el criterio clásico de, tras ceder por deferencia respetuosa a
la Corona el primero de los Títulos dedicados a la parte orgánica, es decir el II, reservar el
siguiente a las Cortes Generales. Siguiendo análogo criterio, se posterga al Gobierno al
Título siguiente, el IV, las Cortes constituyentes tuvieron la cortesía para con las Cortes
Generales de regular su composición y funcionamiento en el título previo al que se dedica a
la regulación del Gobierno y de la Administración.

193
El Título V se rotula en el encabezamiento como “De las relaciones entre el Gobierno y las
Cortes Generales”, aunque, de hecho, resulta imposible deslindar, en un régimen
parlamentario, los artículos que directa o indirectamente se refieren a las relaciones entre
el Gobierno y las Cortes Generales de aquéllos que se residencian en los títulos dedicados a
estos dos poderes.

La Constitución dedica su Título VI al poder judicial, concebido como un auténtico Poder


dotado de independencia funcional y sometido tan sólo al imperio de la Ley. El
constituyente decide rotular este título no por el órgano que asume la función, sino por ésta
última, sin duda para dejar claro que lo que se instituye es un auténtico poder del estado, el
llamado Poder Judicial.

El Título VII de la Constitución “Economía y Hacienda” contiene, la mayor parte de los


preceptos que integran lo que la doctrina da en llamar la Constitución económica.

A la altura del Título VIII los constituyentes emplazaron el complejo, polémico e importante
Título dedicado a la Ordenación Territorial del estado, que incluye tres capítulos, y del que
surge parte de la problemática política existente en la actualidad.

El llamado Título IX establece la opción de crear un Tribunal con la función de la


interpretación del texto constitucional, el Tribunal Constitucional. Y el Título X lo dedica a la
reforma constitucional.

Las disposiciones que cierran la Constitución

La mayor parte de las disposiciones finales y transitorias están centradas en problemas de la


ordenación territorial del estado. Sin embargo, la disposición transitoria octava versa sobre
alguna cuestión relativa a la transición temporal desde el régimen de Derecho público

194
establecido por la Ley para la reforma Política, al sistema establecido en la Constitución y la
transitoria novena aporta una solución metodológica para afrontar las dos primeras
renovaciones parciales del tribunal Constitucional.

Especial importancia encierra la disposición derogatoria, no sólo porque deroga


expresamente la totalidad de las leyes fundamentales del franquismo, sino también porque
contiene el gesto histórico de derogar leyes del siglo XIX. Posiblemente ya sin vigencia en
1978. Pero el apartado más interesante de esta disposición derogatoria será el tercero, al
disponer que quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en la
Constitución.

Cierra el texto de la constitución la llamada disposición final que establece la entrada en


vigor de la Constitución el mismo día de la publicación de su texto oficial en el B.O.E.

Antonio Rodríguez

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 01:37

Subject: Reforma del 94

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Reforma constitucional argentina de 1994

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La reforma de la Constitución de la Nación Argentina de 1994 fue una importante


modificación de la carta magna argentina, que modernizó y definió su texto, sobre cuya
legitimidad plena no existía consenso. Entre otros cambios, introdujo los derechos de
tercera y cuarta generación, normas para la defensa de la democracia y la
constitucionalidad, las características de los órganos de gobierno, y nuevos órganos de
control. La Convención Constituyente se celebró en las ciudades de Santa Fe (sede
tradicional de las convenciones constituyentes) y de Paraná (primera capital de la
Confederación).

Argentina

Este artículo es una parte de la serie:

Constitución de la Nación Argentina

Texto completo de la Constitución vigente

Texto de la Constitución

Análisis del texto original o real

Preámbulo

Constitución de 1853

201
Reformas constitucionales

Reforma de 1860

Reforma de 1866

Reforma de 1898

Reforma de 1949

Reforma de 1957

Estatuto temporario de 1972

Reforma de 1994

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Antecedentes

Pacto de Olivos y el Núcleo de Coincidencias Básicas

Ley 24 309

Elección de constituyentes

Convencionales constituyentes

Deliberaciones

Contenido

Sanción

Debate sobre la inconstitucionalidad parcial de la reforma

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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202
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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 01:43

Subject: Congreso constituyente

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

El Congreso Constituyente de Santa Fe y la sanción de la Constitución de 1853

De acuerdo con el tratado de San Nicolás, se establecía una representación igualitaria para
todos los miembros de la Confederación, debiendo enviar cada provincia dos diputados.
Este fue uno de los motivos que se adujeron en la Legislatura de Buenos Aires para no
aceptar el acuerdo. De aplicarse el criterio contrario, es decir la representación proporcional
a la población, Buenos Aires habría tenido como mínimo 18 diputados constituyentes y
habría obtenido con sólo el apoyo de dos provincias más la mayoría absoluta en la
asamblea. Este problema reflejaba dos realidades: por un lado una provincia con elevada
población en relación a las demás que no encontraba justo una representación de dos
diputados, y por el otro, otras jurisdicciones provinciales que exigían ser oídas en igualdad
de condiciones con sus pares más poblados. Los gobernadores reunidos en San Nicolás
habían optado por la última solución, lo que produjo junto con otros motivos, como ya
vimos, el rechazo del acuerdo por parte de Buenos Aires.

Consecuentemente la provincia de Buenos Aires estuvo ausente de las deliberaciones de


la Convención Constituyente. Los dos diputados que habían sido elegidos al efecto durante
el breve gobierno personal de Urquiza en Buenos Aires, Salvador María del Carril y Eduardo
Lahitte, fueron retirados por una decisión de la Legislatura porteña inmediatamente de
producida la revolución septembrina.

203
Los hombres que participaron del Congreso eran de distinto origen. Algunos diputados
venían de la vieja generación de Mayo, otros pertenecían a la primera generación de
unitarios y otros a la generación del 37; algunos habían vivido en el país, en tanto otros se
habían exiliado y habían regresado después del triunfo de Urquiza. Entre ellos había
hombres de letras, juristas y militares; sacerdotes y civiles. Si bien muchos divergían en sus
ideas económicas, religiosas y políticas, se logró una amplia tolerancia que permitió el
surgimiento de la anhelada constitución.

El 20 de noviembre se realizó la reunión oficial de la Convención Constituyente. Domingo


Crespo, gobernador de Santa Fe, llevó a cabo la instalación oficial en nombre del director
provisorio, quien se hallaba ausente debido a la invasión que había sufrido Entre Ríos.
Facundo de Zuviría, representante de Salta, fue nombrado presidente. Este, en el primer
discurso que pronunció llegó a proponer la suspensión de las deliberaciones en razón de la
situación por la que atravesaban las provincias, algunas de las cuales habían sufrido la
invasión de las fuerzas porteñas. Mencionó además como un obstáculo importante la falta
de antecedentes constitucionales y la necesidad de reunir material y preparar hombres para
la elaboración de la constitución. Su discurso produjo gran efecto y algunas dudas, pero
éstos fueron rápidamente aventados por el discurso siguiente de Manuel Leiva, quien
intentó demostrar que las condiciones para redactar una constitución estaban dadas.

Pocos días después de iniciadas las deliberaciones se eligió la comisión que debía redactar
el proyecto preliminar. Esta estuvo integrada originalmente por Manuel Leiva, Juan María
Gutiérrez, José Benjamín Gorostiaga, Pedro Díaz Colodrero y Pedro Ferré. El 25 de febrero
de 1853 se agregaron Santiago Derqui y Martín Zapata. Salustiano Zavalía ocupó el lugar de
Ferré cuando éste debió ausentarse por las negociaciones con Buenos Aires en marzo, y más
tarde Juan del Campillo reemplazó a Derqui.

La constitución que resultaría de esta Convención Constituyente tuvo como modelos a las
constituciones de Estados Unidos (1787), de la monarquía española (1812), de Suiza (1832),
de Chile (1833), y de Francia (1783 y 1848). Además se tuvo muy en cuenta el libro Bases de
Juan Bautista Alberdi. Alberdi residía en Chile, y no regresó a su país inmediatamente
después de Caseros como hicieron la mayoría de los exiliados, aunque quedó vinculado
epistolarmente con algunos de éstos. Bastó que Juan María Gutiérrez le pidiera colaboración
para que Alberdi contestara con su libro. La primera edición apareció en mayo de 1852 y
tuvo una gran difusión. Pero ante el pedido de sus amigos de que agregara a aquélla un
proyecto de constitución, Alberdi entregó en julio para su publicación una segunda edición
con lo solicitado. Tanto su libro como el proyecto tuvieron influencia decisiva en el
documento que elaboraron los constituyentes de Santa Fe.

Dos cuestiones fueron las más discutidas en el seno de la convención: la cuestión de la


capital y la cuestión religiosa. En cuanto a la primera, hubo dos posiciones: los
intransigentes o capitalizadores y los negociadores. Los primeros, que eran el grueso de los
204
convencionales y especialmente Gutiérrez y Gorostiaga, eran partidarios de una política
enérgica contra Buenos Aires. Para ellos la representación de la voluntad nacional se hallaba
en los convencionales y no debía negociarse nada. Sostenían que Buenos Aires debía ser
impuesta como capital por la Convención Constituyente y no mediante una ley al respecto.
A su vez, los negociadores, encabezados por Facundo de Zuviría y Roque Gondra,
impulsaban una política de conciliación con Buenos Aires y en consecuencia se oponían a
que ésta fuera declarada capital porque ello produciría la ruptura. Finalmente el artículo 3º
quedó redactado de la siguiente manera: "Las autoridades que ejercen el Gobierno federal
residen en la ciudad de Buenos Aires, que se declara Capital de la Confederación por ley
especial". La mencionada ley fue presentada el 18 de abril en las deliberaciones del
Congreso como ley complementaria a la Constitución proyectada. Esta ley se adoptó
inmediatamente después de la sanción de la Constitución, pero también estipulaba la
designación de una capital temporaria para el caso de que los porteños se resistieran a
unirse a la Confederación, que fue lo que finalmente ocurrió.

El segundo enfrentamiento de los convencionales tuvo que ver con el problema religioso y
especialmente con el artículo que establecería la libertad de culto. También aquí se dieron
dos posiciones. Los que defendían la tolerancia religiosa y una amplia libertad se
denominaron el "círculo" y respondían a la influencia de Salvador María del Carril. A él
pertenecían Zavalía, Derqui, Delgado, Gorostiaga y Gutiérrez, entre otros. Sus ideas serían
las sancionadas finalmente en la constitución. Este grupo bautizó a la oposición con el
nombre de "montoneros". Este era un grupo reducido formado por el padre Centeno, fray
Manuel Pérez, el correntino Díaz Colodrero, el santafesino Leiva, y el presidente salteño
Zuviría. Estos eran conservadores y querían una constitución inscripta en el catolicismo
tradicional, como habían sido todos los anteriores estatutos y ensayos constitucionales.

La redacción de la Constitución finalizó en los últimos días del mes de abril de 1853 y el
proyecto fue aprobado el 1º de mayo. El 24 de mayo se constituyó una comisión -integrada
por del Carril, Gorostiaga y Zapata- para visitar a Urquiza en su residencia de San José y
entregarle el primer original de la Constitución. Pero Urquiza no estaba allí pues había
debido viajar a Buenos Aires para observar la situación del coronel Lagos y las tropas que
sitiaban esa ciudad. Hasta allí se dirigió la mencionada comisión para cumplir con su misión,
encontrando a Urquiza en el pueblo de San José de Flores en las afueras de Buenos Aires.
Urquiza promulgó aquí la Constitución el 25 de mayo, e inmediatamente se enviaron
chasques a las provincias para que pudiera ser jurada el 9 de julio. Con excepción de Buenos
Aires, todas las provincias juraron esta Constitución. La Convención Constituyente continuó
en funciones un tiempo más ejerciendo una labor legislativa y sancionó las leyes de aduana,
de libertad de los ríos, electoral y de capitalización de Paraná. Una vez electas las nuevas
autoridades, la Convención se disolvió.

205
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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 01:57

Subject: Caracteristicas del gobierno republicano

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LETRASCATEGORÍAS Ir

Definición › Humanidades ⛪› Gobierno Republicano

Gobierno Republicano

Es un sistema en donde el pueblo puede ejercer una soberanía, por medio de los gobiernos
que eligen, por un determinado tiempo y donde ejercen un determinado cargo. La palabra
república proviene del latín “res” que significa “cosa pública”, o que pertenece al pueblo, es
decir, que el poder reside en el pueblo, que se delega transitoriamente en sus
representantes. Tiene una gran diferencia fundamental en comparación con los gobiernos
monárquicos donde el soberano tiene poder vitalicio y muchas veces hereditario.

Una de las características importantes que distingue un gobierno republicano es que se


rigen por un conjunto de leyes fundamentales, en las que se establece la creación de la
sociedad, la forma de gobierno y los derechos de los ciudadanos, todo está establecido en
una constitución.

206
Otras de las características de la república son:

Todos los ciudadanos tienen derechos a la igualdad de la ley.

Los gobernantes deben ser responsables ante el pueblo que los eligió, por sus actos durante
este el gobierno.

La publicidad de dichos actos, no deben ser secretos sino puestos al conocimiento del
pueblo para poder ser controlados.

Algunos de los gobiernos republicanos son los siguientes:

Canadá, México, Rusia, Estados Unidos, Chile, Uruguay, Francia, Paraguay, Argentina.

La característica fundamental de éste sistema es la división de poderes, que son establecido


constitucionalmente tres, siendo divido en cuanto a las funciones específicas que
desarrollen:

Un órgano administrador, representado por el poder ejecutivo.

Un hacedor de leyes, llamado poder legislativo.

Un órgano encargado de aplicar las leyes en los casos específicos sometidos a su


apreciación, que es llamado poder judicial.

La mejor definición de gobierno republicano por el constitucionalista Argentino Aristóbulo


del Valle. Conforme él, una República es un pueblo organizado a base a la igualdad de todas
las personas, en donde el gobierno es un simple agente del pueblo, que es elegido por el
pueblo de tiempo y responsable ante su pueblo y su administración.

Bibliografía

Conceptodefinicion.de, Redacción. ( Última edición:20 de abril del 2017). Definición de


Gobierno Republicano. Recuperado de: https://conceptodefinicion.de/gobierno-
republicano/. Consultado el 25 de diciembre del 2019

207
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Concepto de Gerencia

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 01:57

Subject: Caracteristicas del gobierno republicano

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Definición › Humanidades ⛪› Gobierno Republicano

Gobierno Republicano

Es un sistema en donde el pueblo puede ejercer una soberanía, por medio de los gobiernos
que eligen, por un determinado tiempo y donde ejercen un determinado cargo. La palabra
208
república proviene del latín “res” que significa “cosa pública”, o que pertenece al pueblo, es
decir, que el poder reside en el pueblo, que se delega transitoriamente en sus
representantes. Tiene una gran diferencia fundamental en comparación con los gobiernos
monárquicos donde el soberano tiene poder vitalicio y muchas veces hereditario.

Una de las características importantes que distingue un gobierno republicano es que se


rigen por un conjunto de leyes fundamentales, en las que se establece la creación de la
sociedad, la forma de gobierno y los derechos de los ciudadanos, todo está establecido en
una constitución.

Otras de las características de la república son:

Todos los ciudadanos tienen derechos a la igualdad de la ley.

Los gobernantes deben ser responsables ante el pueblo que los eligió, por sus actos durante
este el gobierno.

La publicidad de dichos actos, no deben ser secretos sino puestos al conocimiento del
pueblo para poder ser controlados.

Algunos de los gobiernos republicanos son los siguientes:

Canadá, México, Rusia, Estados Unidos, Chile, Uruguay, Francia, Paraguay, Argentina.

La característica fundamental de éste sistema es la división de poderes, que son establecido


constitucionalmente tres, siendo divido en cuanto a las funciones específicas que
desarrollen:

Un órgano administrador, representado por el poder ejecutivo.

Un hacedor de leyes, llamado poder legislativo.

Un órgano encargado de aplicar las leyes en los casos específicos sometidos a su


apreciación, que es llamado poder judicial.

La mejor definición de gobierno republicano por el constitucionalista Argentino Aristóbulo


del Valle. Conforme él, una República es un pueblo organizado a base a la igualdad de todas

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las personas, en donde el gobierno es un simple agente del pueblo, que es elegido por el
pueblo de tiempo y responsable ante su pueblo y su administración.

Bibliografía

Conceptodefinicion.de, Redacción. ( Última edición:20 de abril del 2017). Definición de


Gobierno Republicano. Recuperado de: https://conceptodefinicion.de/gobierno-
republicano/. Consultado el 25 de diciembre del 2019

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Date: mié., 25 de dic. de 2019 01:53

Subject: Propositos del preambulo


210
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Preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina

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La Constitución de la Nación Argentina está encabezada por un párrafo conocido como "el
Preámbulo", que da cuenta del contexto, de los fundamentos y los objetivos de la ley
suprema[1]. Su texto actual es el siguiente:

Argentina

Este artículo es una parte de la serie:

Constitución de la Nación Argentina .

Texto completo de la Constitución vigente

Texto de la Constitución

Análisis del texto original

Preámbulo

Constitución de 1853

Reformas constitucionales

Reforma de 1860

211
Reforma de 1866

Reforma de 1898

Reforma de 1949

Reforma de 1957

Reforma de 1972

Reforma de 1994

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Primera página del manuscrito original de la constitución de 1853, con el preámbulo en la


parte superior.

Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General
Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento
de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia,
consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y
asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos
los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección
de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta
Constitución, para la Nación Argentina.

Desde entonces fue modificado en tres oportunidades: en la Reforma constitucional de


1860 para sustituir la palabra "Confederación" por la palabra "Nación"; en la Reforma
constitucional de 1949 para incluir la frase "la irrevocable decisión de constituir una Nación
socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana"; y en la proclama
dictatorial de 1956 para suprimir la frase agregada en 1949.[2]

Los constitucionalistas argentinos debaten si el Preámbulo forma parte o no forma parte de


la Constitución, como norma jurídica.

Constitución de Estado unidos Editar

El preámbulo de la Constitución está inspirado en un texto muy similar ubicado a la cabeza


de la Constitución de los Estados Unidos de América:
212
Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, con objeto de formar una unión más perfecta,
establecer la justicia, asegurar la tranquilidad doméstica, proveer a la defensa común,
promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros y
nuestra posteridad, ordenamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos
de América.

Ambos preámbulos son similares, pero es notable la diferencia de los sujetos que se
atribuyen el dictado de la Constitución: mientras en el caso estadounidense quien establece
la Constitución es "el pueblo" ("We, the people"), en el caso argentino son "los
representantes del pueblo" ("Nosotros, somos representantes del pueblo"), aunque más
adelante precisa que esa representación provenía de las provincias: "el pueblo, es el pueblo
de las provincias en su conjunto".[3]

Domingo F. Sarmiento, quien fuera convencional constituyente en la reforma de 1860,


destacó el hecho de que el Preámbulo fuera una copia casi textual de la constitución
estadounidense, otorgándole de ese modo al derecho y la jurisprudencia constitucional
estadounidense, un rol de guía para la "interpretación genuina" de la Constitución
argentina:

De esta declaración y del texto literal del preámbulo y principales disposiciones resulta un
hecho de consecuencias inmensas. Por él, el derecho constitucional norteamericano, la
doctrina de sus estadistas, las declaraciones de sus tribunales, la práctica constante, en los
puntos análogos o idénticos, hace autoridad en la República Argentina, pueden ser alegadas
en juicio, sus autores citados como autoridad reconocida, y adoptada su interpretación
como interpretación genuina de nuestra constitución. El Congreso quiso que la" joven
federación, inexperta en la práctica de la forma de gobierno que abrazaba, no se lanzase en
la nueva carrera a tientas, y sin guía, y la dotó desde luego de toda la ciencia y de toda la
práctica de la única federación que existe.

Domingo F. Sarmiento[4]

Sujeto Editar

Al definir como "los representantes del pueblo", al sujeto que dicta la Constitución, el
Preámbulo hace dos aclaraciones:

que dichos representantes están reunidos en Congreso General Constituyente; y


213
que por dicho Congreso se reunió por "voluntad y elección de las provincias que os
componen". Las provincias son así reconocidas constitucionalmente como las instituciones
que "componen" la Confederación o Nación.

Pactos preexistentes Editar

La expresión "pactos preexistentes" se refiere sin mencionarlos a los siguientes pactos y


tratados firmados entre las provincias en el curso de las guerras civiles:[5]

Tratado del Pilar del 23 de febrero de 1820.

Tratado de Benegas del 24 de noviembre de 1820.

Tratado del Cuadrilátero del 25 de enero de 1822.

Pacto Federal del 4 de enero de 1831.

Protocolo de Palermo del 6 de abril de 1852.

Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos del 31 de mayo de 1852.

Si bien el Preámbulo, como parte de la Constitución, fue aprobado en el año 1853, los
especialistas han considerado que la expresión también resulta aplicable al Pacto de San
José de Flores firmado el 11 de noviembre de 1859, entre la Confederación Argentina y el
Estado de Buenos Aires, por el cual se acordó la paz entre ambos estados, la incorporación
de Buenos Aires a la Confederación Argentina y una reforma constitucional que se concretó
en 1860.

Los fines del Preámbulo Editar

El cuerpo principal del Preámbulo está dedicado a enumerar una serie de fines que
conforman un programa legislativo y político.

Son seis los fines enumerados por el Preámbulo, a saber:

constituir la unión nacional;

afianzar la justicia;

consolidar la paz interior;


214
proveer a la defensa común;

promover el bienestar general;

y asegurar los beneficios de la libertad.

En líneas generales toma el modelo del preámbulo estadounidense y en el mismo orden,


con algunas adaptaciones a la realidad argentina. La parte del preámbulo estadounidense
referida a los fines dice:

...in Order to form a more perfect Union, establish Justice, insure domestic Tranquility,
provide for the common defence, promote the general Welfare, and secure the Blessings of
Liberty...

...para formar una Unión más perfecta, establecer la Justicia, asegurar la Tranquilidad
interior, proveer a la defensa común, promover el Bienestar general y asegurar las
Bendiciones de la Libertad...

"Constituir la unión nacional" Editar

Al igual que los estadounidense, los constituyentes argentinos consideraron que la "unión"
era la primera finalidad de la Constitución, pero modificaron la expresión para referirse a la
"unión nacional" y utilizaron el verbo "constituir", para denotar que la Nación Argentina
misma se estaba constituyendo por obra de la Carta Magna.

A diferencia de lo que sucedió en Estados Unidos, las guerras civiles entre las entidades
políticas que derivaron del Virreinato del Río de la Plata, antecedieron a la Constitución y se
extendieron durante más de tres décadas. En esas luchas la integridad de la Argentina como
estado-nación estuvo varias veces en cuestión, al puntos que varias de ellas, como Paraguay,
Bolivia y Uruguay, no formaron parte de la Nación Argentina, constituida como Estado. La
Constitución de 1853, sancionada inmediatamente después de la batalla de Caseros (1852),
tenía como fin primordial poner fin a las guerras civiles, unificando a las provincias en un
solo estado-nación, constituido a partir de ese instrumento. Las guerras civiles no finalizaron
sin embargo, allí se extenderían por al menos una década y media más hasta que la "unión
nacional" comenzara a consolidarse.

A partir de entonces el territorio de las catorce provincias fundadoras, que incluía las Islas
Malvinas, se extendería a los territorios indígenas de las pampas, la Patagonia y la llanura
chaco-formoseña, así como una porción del territorio Antártico, así como los espacios

215
marítimos, aéreos y subterráneos circundantes, pertenecientes a la Nación. Con esa
expansión el territorio argentino se triplicó, pasando a 2,7 millones de km² de superficie
americana y 3,7 millones de km², computando también el territorio antártico.

El mandato constitucional respecto de la "unión nacional" se relaciona en la actualidad con


la recuperación de las Islas Malvinas y otros territorios en poder del Reino Unido,[6] el
reconocimiento de la soberanía argentina sobre el territorio antártico.

La Crisis de 2001 provocó el inicio de un estado de disolución nacional que incluyó la emisión
de cuasimonedas provinciales y la publicación del New York Times de una noticia dando
cuenta de una operación internacional para dividir a la Argentina en dos, creando un nuevo
país independiente en la Patagonia, protegido por una base estadounidense en Tierra del
Fuego y abandono del reclamo de soberanía en la Antártida.[7][8][9]

"Afianzar la justicia" Editar

Como en el preámbulo de la Constitución de EE. UU., la justicia se ubica en segundo lugar


entre los fines. Los constituyentes argentinos cambiaron levemente la fórmula
estadounidense, y en lugar de usar la palabra "establecer" (la justicia), usaron la palabra
"afianzar" (la justicia). El concepto de justicia se encuentra dos veces incluido en el
preámbulo, asociado en la segunda oportunidad con la razón y Dios como fuente de justicia.

La idea de justicia del preámbulo no se refiere al Poder Judicial, sino a la justicia que debe
existir en las relaciones sociales, con su significación profunda de equilibrio igualitario
simbolizado por la balanza,[10] se ubica de este modo como un valor constitucional
prioritario, anterior a la libertad y solo precedido por la "unión nacional" sobre la que se
constituyó la república federal.

La reforma constitucional de 1949 incluyó en el preámbulo la expresión "patria socialmente


justa", incorporando el concepto de justicia social. El agregado fue excluido por la dictadura
que tomó el poder en 1955.

"Consolidar la paz interior" Editar

216
En este punto, los convencionales argentinos modificaron el modelo estadounidense y
cambiaron la expresión "asegurar la tranquilidad interior" (insure domestic Tranquility) por
"consolidar la paz interior". La introducción del valor de la paz, como el tercer valor en grado
de importancia, está directamente relacionado con las más de tres décadas de guerras
civiles que precedieron a la Constitución de 1853. La sola sanción de la Constitución y el
establecimiento de un gobierno nacional, no pusieron fin a las guerras civiles, que recién
terminarían 15 años después.

"Proveer a la defensa común" Editar

La expresión es idéntica a la que utiliza el preámbulo constitucional de EE. UU. (provide for
the common defence). El objetivo de la defensa se relaciona íntimamente con la soberanía y
apunta tanto a constituir y sostener unas Fuerzas Armadas capaces de impedir las
agresiones bélicas de otras naciones, como a impulsar un desarrollo económico y social que
cubra todo el territorio nacional, de modo de reducir las fragilidades internas que pudieran
facilitar la dominación por otras naciones y afectar la acción soberana del país.[11]

"Promover el bienestar general" Editar

La expresión también es idéntica a la que utiliza el preámbulo constitucional de EEUU (


promote the general Welfare). "Bienestar general" es una categoría esencialmente social de
base económica, orientada al conjunto de la población. "Promover" es un verbo que denota
proactividad del Estado para que el conjunto de la población "esté bien", interpretada en el
siglo XX como mandato para la construcción del Estado de Bienestar y las instituciones
vinculadas al mismo, como la seguridad social y los derechos laborales y sindicales.[12]

"Asegurar los beneficios de la libertad" Editar

Los constituyentes de 1853 volvieron a inspirarse en el preámbulo estadounidense que dice


"asegurar las Bendiciones de la Libertad" (secure the Blessings of Liberty), pero cambiando
la palabra "bendiciones", de corte religioso, por la palabra "beneficios". La expresión
resultante es diferente de su original: mientras que la Constitución de EEUU otorga a la
Libertad, con mayúscula, un rango de deidad protectora, la Constitución argentina toma
algo de distancia de la libertad, para referirse a sus efectos positivos.

Destinatarios Editar

217
El preámbulo de la Constitución argentina identifica a los tres grupos de destinatarios de la
misma:

"nosotros"

"nuestra posteridad"

"todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino".

Los dos primeros están tomados del preámbulo de la Constitución de Estados Unidos, pero
el último fue creación de los constituyentes argentinos.

Se ha criticado el uso del género masculino y la utilización de la palabra "hombres", como


propio del patriarcado, en una época en la que las mujeres eran consideradas incapaces de
derecho y estaban privadas de casi todos los derechos políticos, sociales y civiles que la
Constitución garantizaba a los varones.[13][14]

El derecho constitucional argentino ha recogido esas críticas y utilizado un lenguaje


inclusivo de género, como ha sido el caso de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires de
1996, que precisa en su Preámbulo a las personas destinatarias como "las mujeres y
hombres que quieran gozar de su hospitalidad". De manera complementaria, la reforma
constitucional de 1994, otorgó rango constitucional a la Declaración Universal de Derechos
Humanos, cuyo artículo primero utilizó la expresión "todos seres humanos" en lugar de
"todos los hombres", que contenía el proyecto original, a propuesta de Hansa Mehta y
Eleanor Roosevelt, con el fin de incluir a las mujeres, luego de un largo debate contra la
opinión de los hombres representados en la Comisión redactora.[15] La reforma
constitucional de 1994 también otorgó rango constitucional a la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

Algunos periodistas, como Mariano Grondona,[16] políticos como Esteban Bullrich del
Pro,[17] y medios de comunicación, como Canal 13 y el diario La Nación,[18] han difundido
erróneamente la información que el Preámbulo incluye la expresión "de buena voluntad" en
su frase final.

Dios Editar

218
El Preámbulo argentino finaliza con una invocación a la "protección de Dios", considerándolo
como "fuente de toda razón y justicia".

La frase fue incluida en el texto de 1853 y mantenida por todas las reformas
constitucionales posteriores. En este aspecto la Constitución argentina se aparta de la de
Estados Unidos, que no hace mención de ningún ser sobrenatural, y adopta la tradición
previa a 1853, de las constituciones hispanoamericanas (Venezuela de 1811, Chile de 1822 y
1833 y México de 1824), españolas (1812, 1837 y 1845) y francesas (1791, 1793, 1795, 1814
y 1848).[19]

En sintonía con la libertad de cultos establecida en el artículo 14 y la promoción de la


inmigración, que fue uno de los fines de la Constitución de 1853 (preámbulo y artículos 14 y
25), la palabra "Dios" no se encuentra asociada a ninguna religión en particular, pero el
artículo 2 establece que "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano",
estableciendo así un estatus constitucional propio y preferente para la religión católica.[20]

En el Preámbulo, Dios aparece como "protector" y "fuente" de la razón y la justicia,


aludiendo así a la función normativa y a la función judicial.

La jurisprudencia y la doctrina constitucional han concluido que la invocación a Dios en el


Preámbulo, implica adoptar una postura teísta del Estado, que no debe tomarse como una
"cuestión menor, frívola o insignificante", sino como una "adhesión política y jurídica a una
particular cosmovisión en la cual lo trascendente tiene su lugar, reconociéndose al factor
religioso como una dimensión propia de la persona",[21][22] sin que ello pueda ir en
perjuicio de la libertad religiosa y la imparcialidad del Estado frente a la autonomía de las
diferentes religiones.[21]

Oración laica Editar

Modificaciones Editar

Véase también Editar

Fuentes Editar

Última edición el 11 dic 2019 a las 03:47


219
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Subject: Garantias de la libertad

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≡MATERIAS

Garantías de Libertad

Libertad es considerada la capacidad del hombre para decidir por sí mismo sobre las
acciones de su vida, así como sus objetivos y sus metas a alcanzar. Las garantías de libertad
tutelan la capacidad jurídica para el actuar libre del hombre que vive dentro de una
sociedad, respetando la esfera jurídica en que se encuentre, la cual debe garantizar su
ejercicio pleno.

Las garantías de libertad son un conjunto de derechos públicos subjetivos para ejercer sin
vulnerar los derechos de otras personas, libertades específicas que las autoridades del
Estado deben respetar, y que no pueden tener más restricciones que las expresamente
señaladas en la Constitución.

220
La libertad se manifiesta como la capacidad que tiene un individuo para tomar de manera
voluntaria sus deciciones. Es un concepto muy complejo donde donde el Estado debe ser
una institucion que tutele el cumplimiento del bien común y de esta manera garantizar el
ejercicio pleno de este derecho.

En la legislación mexicana las garantías de libertad se encuentran consagradas en diferentes


artículos constitucionales, y se identifican de la siguiente forma:

Artículo Libertad que otorga o prohibición que impone:

1°, segundo párrafo Prohibición de la esclavitud. Los esclavos del extranjero que entren al
territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.

2°, apartado A Autodeterminación de los pueblos indígenas.- Tienen derecho a la


autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y
locales, así como a disponer de medios para financiar sus funciones autónomas.

3°, Libertad de educación.- Establece los criterios que debe tener la educación impartida por
el Estado, la federación, entidades y municipios, así como los particulares y por las
universidades y las instituciones superiores autónomas por ley

4°, segundo párrafo Libertad de procreación.- Toda persona tiene derecho a decidir de
manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos

5°, Libertad de trabajo.- La Constitución otorga libertad para elegir profesión, industria,
comercio o trabajo que se desee, limitado únicamente por aquellos trabajos que se
consideren contrarios a la ley.

6°, Libertad de expresión.- Se otorga libertad para manifestar ideas personales, siempre y
cuando no sean contrarios a la moral, vulneren los derechos de terceros o como resultado
tengan una conducta delictiva.

221
7°, Libertad de imprenta.- Otorga libertad de escribir y publicar sobre cualquier materia,
siempre y cuando se haga dentro de la directrices jurídicas}

8°, Libertad de peticion.- Este derecho consagra la petición a favor de una persona, sólo
pueden hacer uso de tal derecho los ciudadanos mexicanos.

9°, Libertad de asociación y de reunión.- Libertad de asociarte o de reunirte pacíficamente


con objetivos lícitos.

10°, Libertad de posesión y portación de armas.- Se consagra el derecho de poseer armas en


tu domicilio para tu seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley
Federal y las reservadas para el uso exclusivo del ejército.

11, Libertad de tránsito.- Establece la libertad de tránsito y de cambio de residencia. De


entrar y salir del país, viajar por él y cambiar de residencia cuando se desee.

15, Prohibición de extraditar reos políticos.- No se autoriza la celebración de tratados para la


extradición de reos políticos, ni para la de aquellos delincuentes del orden común que hayan
tenido en el país donde cometieron el delito, la condición de esclavos

24, Libertad religiosa.- Libertad de eleigir la religion o fe a profesar.

28, Libertad de concurrencia en el mercado.- Es la posibilidad que tienen las empresas para
tener un negocio y competir en el mercado, en las mismas condiciones que las demás.

,
222
Las Garantías Sociales.

Garantías de Seguridad jurídica.

Garantía de Propiedad

Garantías de Igualdad

Principio de Legalidad

De "garantías individuales" a "derechos humanos" (Vídeo)

Garantías de Libertad

Clasificación de las garantías individuales

La unilateralidad de las garantías individuales

Las Garantías Individuales

Facultades del Poder Federal.

Los Poderes Federales

Teoria Politica

Teoría Constitucional

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Habeas corpus

institución jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente en un plazo
preventivo determinado ante el juez de instrucción

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Para el grupo musical, véase Habeas Corpus (banda).

El habeas corpus[1] (hasta 2010, castellanizado como hábeas corpus)[2] es una institución
jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente en un plazo preventivo
determinado ante el juez de instrucción, quien podría ordenar la libertad inmediata del
detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.

Este término proviene del latín hábeas corpus [ad subiiciendum] ‘que tengas [tu] cuerpo
[para exponer]’, "tendrás tu cuerpo libre", siendo hábeās la segunda persona singular del

224
presente de subjuntivo del verbo latino habēre (‘tener’). O puede ser llamado igualmente
como "cuerpo presente" o "persona presente".

La institución del hábeas corpus permite evitar arrestos y detenciones arbitrarias,


asegurando los derechos básicos de ser escuchado por la justicia y saber de qué se le acusa.
También puede decirse que tutela los derechos fundamentales derivados de la vida y la
libertad frente a cualquier acto u omisión de cualquier autoridad, funcionario o persona que
pueda vulnerar dichos derechos.

Origen y objeto de esta institución Editar

Aunque el habeas corpus como acción o remedio en la forma y desarrollo con que existe
hoy como institución no existió en Roma, las palabras latinas con que se le denomina
denotan que su origen proviene del Derecho Romano. En la época de los Pretores y con el
nombre de «Interdicto» ya era designado en las Pandectas bajo el título de Homine libero
exhibendo y los compiladores de dicho cuerpo legal romano transcribían un comentario del
jurisconsulto Ulpiano, que decía:

Este remedio se ha instituido para proteger la libertad personal a fin de que ninguna
persona libre natural fuere detenida.

La palabra persona libre incluía a cualquier niño o adulto, hombre o mujer, sea uno o sean
varios, que eran sui iuris,. De ahí se deduce que este remedio era para devolver la condición
de persona libre a aquella a quien se hubiese intentado convertir en esclava sin motivos
legales. Es decir, con este interdicto ya se devolvía la libertad a aquellos a quienes se les
privaba de ella con una .... ilegal.

Su adopción en Inglaterra

Su adopción en España

Bien jurídico que tutela

El habeas corpus mundial

Regulación por países

Véase también

225
Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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PÁGINAS RELACIONADAS

Recurso de amparo

Imputado (Chile)

Hamdi vs Rumsfeld

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Habeas corpus

institución jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente en un plazo
preventivo determinado ante el juez de instrucción

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Para el grupo musical, véase Habeas Corpus (banda).

El habeas corpus[1] (hasta 2010, castellanizado como hábeas corpus)[2] es una institución
jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente en un plazo preventivo
determinado ante el juez de instrucción, quien podría ordenar la libertad inmediata del
detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.

Este término proviene del latín hábeas corpus [ad subiiciendum] ‘que tengas [tu] cuerpo
[para exponer]’, "tendrás tu cuerpo libre", siendo hábeās la segunda persona singular del
presente de subjuntivo del verbo latino habēre (‘tener’). O puede ser llamado igualmente
como "cuerpo presente" o "persona presente".

La institución del hábeas corpus permite evitar arrestos y detenciones arbitrarias,


asegurando los derechos básicos de ser escuchado por la justicia y saber de qué se le acusa.
También puede decirse que tutela los derechos fundamentales derivados de la vida y la
libertad frente a cualquier acto u omisión de cualquier autoridad, funcionario o persona que
pueda vulnerar dichos derechos.

Origen y objeto de esta institución


227
Su adopción en Inglaterra

Su adopción en España

Bien jurídico que tutela

El habeas corpus mundial

Regulación por paísesEditar

Argentina Editar

En este país, la acción de hábeas corpus tiene reconocimiento constitucional explícito desde
la reforma a la Constitución de 1994. Pero anteriormente ya gozaba de efectiva vigencia en
la práctica jurisprudencial. La Constitución de la Nación Argentina[5], en su artículo 43
(último párrafo), expresa: "Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado
fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de
detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de habeas corpus podrá
ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato,
aún durante la vigencia del estado de sitio".[6]

El hábeas corpus, regulado por la Ley 23.098, es un procedimiento que permite una rápida
solución judicial cuando tu libertad física se ve amenazada, atacada o restringida de forma
ilegítima por una autoridad pública. El procedimiento del habeas corpus se puede usar: si
una autoridad pública, que no tiene una orden escrita de detención, amenaza o limita la
libertad física de una persona; si una persona alojada en una cárcel, comisaría u otra
repartición y ve agravada ilegítimamente las condiciones de su privación de libertad. 36
horas

El habeas corpus se inicia a con una denuncia ante un juez. La denuncia debe contener:
nombre y domicilio del denunciante; nombre, domicilio y demás datos personales de la
persona perjudicada; autoridad que limitó la libertad de la persona perjudicada; causa del
acto perjudicial; y describir por qué la limitación de la libertad es ilegítima. No es necesario
que la denuncia sea por escrito, se puede hacer de forma oral y no se exigen formalidades.
Puede hacerse en cualquier día, sea hábil o inhábil y a cualquier hora. No hace falta la
intervención de un abogado. Es un procedimiento rápido porque pretende solucionar un
tema urgente. Dentro de la 24 horas el juez pide que se presenten la persona afectada y la
autoridad que dictó la medida. Terminada la audiencia, el juez toma una decisión y la lee
inmediatamente a todos los presentes. Si el juez considera que la detención es legal,

228
rechaza el hábeas corpus. Si el juez considera que la detención es ilegal, ordena la inmediata
libertad de la persona afectada.[7]

Bolivia Editar

La finalidad con la que nació el habeas corpus en Bolivia, se adscribe dentro de los fines que
persiguió esta garantía desde sus primeras articulaciones jurídicas, hasta su configuración
moderna: dotar a la persona humana de un medio de defensa breve y sumario, destinado a
conservar o recuperar su libertad, cuando la misma hubiere sido indebida o arbitrariamente
vulnerada, como alternativa a los procedimientos ordinarios caracterizados por la
morosidad en su trámite y resolución.

Esta acción tutelar instituida en resguardo de los derechos a la libertad física y a la libertad
de locomoción, no puede dirigirse en contra de particulares, sino únicamente en contra de
funcionarios y/o autoridades públicas.

Al igual que sucede con el Amparo Constitucional, existe un álgido debate respecto a la
naturaleza jurídica del habeas corpus (ahora denominado en la Constitución del 9 de
febrero de 2010 como Acción de Libertad) en sentido de determinar si en Bolivia se
configura como un juicio, un recurso, una acción, un derecho, un proceso o un
procedimiento. Al respecto es posible indicar que:

En el art. 18 de la Constitución de 1967 se configuraba como un recurso constitucional,


posición que se ve fortalecida con el criterio jurisprudencial del Tribunal Constitucional, en
el sentido de que el habeas corpus únicamente revisaba la actuación de las autoridades
públicas, y no así la de los particulares.

Otros se oponen a considerar al habeas corpus como un “recurso”, pues indican que un
“recurso” puede ser accionado por el sujeto procesal que, en un juicio, se siente lesionado
por una medida judicial; mientras que el habeas corpus es una acción que no siempre
procede dentro de un proceso judicial o administrativo.

Por otra parte, existen quienes sostienen que es un “derecho” que tiene todo ciudadano
detenido o preso, para que el juez o tribunal competente resuelva si su privación de libertad
es o no ilegal.

229
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opinión Consultiva 8/87 de fecha 30
de enero de 1987, ha indicado que: “El hábeas corpus es su sentido clásico, regulado por los
ordenamientos americanos, tutela de manera directa la libertad personal o física contra
detenciones arbitrarias, por medio del mandato judicial dirigido a las autoridades
correspondientes, a fin de que se lleve al detenido a la presencia del juez para que este
pueda examinar la legalidad de la privación y en su caso, decretar su libertad”, y continua
indicando que de un análisis del amparo y del habeas corpus se tiene que: “puede afirmarse
que el Amparo es el género y el hábeas corpus uno de sus aspectos específicos, en efecto,
de acuerdo con los principios básicos de ambas garantías recogidos por la convención así
como con los diversos matices establecidos en los ordenamientos de los Estados partes, se
observa que en algunos supuestos el hábeas corpus se regula de manera autónoma con la
finalidad de proteger esencialmente la libertad personal de los detenidos o de aquellos que
se encuentran amenazados de ser privados de su libertad, pero en otras ocasiones el
Hábeas Corpus es denominado “amparo de la libertad” o forma parte integrante del
amparo”.

La nueva Constitución Política del Estado boliviana de 2009 cambia el nombre del Recurso
de Hábeas Corpus por el de “Acción de Libertad” dentándose así el término “acción”
procesal entendida básicamente como el derecho de todo ciudadano de acudir a un órgano
jurisdiccional en defensa de sus derechos fundamentales que protege la acción de libertad
(la libertad de locomoción, la vida, la salud e integridad personal).

Para el Constitucionalista boliviano Boris Wilson Arias López, en su libro Amparo


Constitucional y Hábeas Corpus, la figura jurídica del habeas corpus es sui géneris, debido a
que no existe ningún otro parangón con el que se la pueda comparar, razón por la cual no se
puede catalogar dentro de una institución o género mayor.

Chile Editar

La Constitución de 1828 establecía en su artículo 104 una acción popular para proteger la
libertad y seguridad personal.

La Constitución de 1833 consagró formalmente el habeas corpus, señalando en su artículo


143 que "Todo individuo que se hallase preso o detenido ilegalmente por haberse faltado a
lo dispuesto en los artículos 135, 137, 138 y 139, podrá ocurrir por sí o cualquiera a su
nombre, a la magistratura que señale la ley, reclamando que se guarden las formas legales.
Esta magistratura decretará que el reo sea traído a su presencia, y su decreto será
precisamente obedecido por los encargados de las cárceles o lugares de detención. Instruida
de los antecedentes, hará que se reparen los defectos legales y pondrá al reo a disposición
del juez competente, procediendo en todo, breve y sumariamente, corrigiendo por sí, o
dando cuenta a quien corresponda corregir los abusos". Con la Ley de Organización y
230
Atribuciones de los Tribunales de 1875 se estableció la magistratura competente: la Corte
de Apelaciones respectiva. En el Código de Procedimiento Penal en 1906 se contempló una
regulación del "procedimiento de amparo".

La Constitución de 1925 reconocía esta acción en su artículo 16, reproduciendo con ligeras
modificaciones la regulación proveniente de la Constitución de 1833. En 1932 se
complementó la reglamentación de su procedimiento mediante un auto acordado de la
Corte Suprema. Desde aquella época el habeas corpus es conocido en Chile como "recurso
de amparo". El Código Orgánico de Tribunales de 1943 estableció que el "amparo" sería
conocido en primera instancia por la Corte de Apelaciones respectiva y, en segunda
instancia, por la Corte Suprema.

La Constitución de 1980 contempló el habeas corpus en su artículo 21, como un recurso


protector de la libertad personal y la seguridad individual (lo amplía a esta última).
Consagra, además del tradicional "amparo represivo" o "correctivo", la figura denominada
"amparo preventivo" (ante perturbación o amenaza a la libertad personal y la seguridad
individual). Por otro lado, este texto constitucional contempla, en el artículo 20, el llamado
recurso de protección (amparo en derecho comparado).

En el Código Procesal Penal del 2000 se contempló, a la vez, un "amparo ante el juez de
garantía", de carácter correctivo y en única instancia.

Colombia Editar

Presente en la Constitución Política Colombiana, el habeas corpus tiene el doble carácter de


derecho fundamental y de acción, por la cual cualquier persona privada de la libertad que se
considere estarlo ilegalmente, puede acudir ante cualquier Juez de la República, para que en
el término de 36 horas, se pronuncie sobre la legalidad de dicha restricción y en
consecuencia, ordene la inmediata libertad del retenido, o, la considere ajustada al
derecho.[8]

Pese a ser considerado como derecho fundamental, al existir la correlativa acción, esta
desplaza a la acción de tutela, al tener un término inferior para su resolución, dado el
máximo interés en juego. Se encuentra regulada en la Ley 1095 de 2006. También es el

231
derecho que tiene toda persona privada de la libertad a solicitar la revisión judicial del
encarcelamiento y la cesación inmediata cuando este haya sido ilegal.

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en concordancia con el artículo 93 de


la Constitución Política de 1991, este derecho hace parte de los tres derechos
fundamentales que no pueden ser limitados en Estado de Excepción. A saber, la tutela, el
habeas corpus y el debido proceso; entendiendo por este último la garantía y la protección
judicial.

Costa Rica Editar

El caso de Costa Rica es muy interesante. En efecto, si bien el habeas corpus existía desde
tiempo atrás, al sancionarse en 1989 la Ley de Jurisdicción Constitucional y crearse dentro
de la Corte Suprema una Sala Constitucional verdaderamente autónoma, ha creado un
órgano especial dentro del Poder Judicial, pero con características afines al denominado
"modelo concentrado". La Sala Constituciona,l interpretando en forma extensiva la ley de la
materia, ha actuado no sólo en la libertad personal y su defensa, sino que ha llegado incluso
hasta intervenir en procesos penales en curso para enmendar yerros o marcar pautas de
conducta a la magistratura, considerando que el habeas corpus procede en cualquier
procedimiento penal cuando no se respeta el debido proceso, entendiendo por tal al juez
regular, el derecho de defensa, el principio de inocencia, el in dubio pro reo, la libre
actuación de las pruebas, la doble instancia, el derecho a la sentencia justa, la eficacia de la
sentencia, etc. (cf. Daniel González Álvarez, Justicia constitucional y debido proceso en
"Ciencias Penales", San José, marzo de 1994 Nº 8; Gilberth Armijo Sancho, El control
constitucional en el proceso penal, Editec Editores, San José 1992). Yendo más allá, Rubén
Hernández señala dos casos en los cuales la Sala Constitucional ha anulado dos sentencias
penales firmes (cf. R. Hernández Valle, Derecho procesal constitucional, Edit. Juricentro, San
José 1995, pág. 155). Los defensores de esta irrupción de las acciones de habeas corpus
dentro de un proceso penal en curso e incluso para alterar una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada, han aducido que no se trataba de una incursión de la Sala
Constitucional en las salas, cortes o juzgados penales, sino de una incursión de la
Constitución en defensa de los derechos humanos, desconocidos por el ordenamiento
procesal penal costarricense, del cual dan varios ejemplos. Admitiendo que ese
ordenamiento procesal penal fuera represivo y no garantista (no obstante ser un país de
gran tradición democrática) y que la jurisprudencia de la Sala Constitucional haya
contribuido a enmendar esos extremos, es indudable que como práctica habitual es
perniciosa y sólo puede explicarse como un proceder transitorio y, en todo caso, de carácter
excepcional, que debería ser minuciosamente reglamentado. Por eso, con el nuevo Código

232
Procesal Penal de 1996, moderno y garantista, la situación ha cambiado notablemente (cf.
Gilbert Armijo S., Javier Llobet R. y Juan Marcos Rivero S., Nuevo proceso penal y
constitución IJSA, San José 1998).

Ecuador Editar

La Nueva Constitución de la República del Ecuador publicada en el Registro Oficial Nª 449 de


20 de octubre de 2008, en el Art. 89 de la Sección 3ª del Capítulo III del Título II, establece:

"La acción de hábeas corpus tiene por objeto recuperar la libertad de quien se encuentre
privado de ella de forma ilegal, arbitraria o ilegítima, por orden de autoridad pública o de
cualquier persona, así como proteger la vida y la integridad física de las personas privadas
de libertad. Inmediatamente de interpuesta la acción, la jueza o juez convocará a una
audiencia que deberá realizarse en las veinticuatro horas siguientes, en la que se deberá
presentar la orden de detención con las formalidades de ley y las justificaciones de hecho y
de derecho que sustenten la medida. La jueza o juez ordenará la comparecencia de la
persona privada de libertad, de la autoridad a cuya orden se encuentre la persona detenida,
de la defensora o defensor público y de quien la haya dispuesto o provocado, según el caso.
De ser necesario, la audiencia se realizará en el lugar donde ocurra la privación de libertad.
La jueza o juez resolverá dentro de las veinticuatro horas siguientes a la finalización de la
audiencia. En caso de privación ilegítima o arbitraria, se dispondrá la libertad. La resolución
que ordene la libertad se cumplirá de forma inmediata. En caso de verificarse cualquier
forma de tortura, trato inhumano, cruel o degradante se dispondrá la libertad de la víctima,
su atención integral y especializada, y la imposición de medidas alternativas a la privación de
la libertad cuando fuera aplicable. Cuando la orden de privación de la libertad haya sido
dispuesta en un proceso penal, el recurso se interpondrá ante la Corte Provincial de
Justicia."[9]

España Editar

Véase también: Manifestación de personas

En la historia jurídica española figura en el denominado recurso de manifestación de


personas del Reino de Aragón (1428) y en las Constituciones de 1837,1869 y 1876. En 1526
el Fuero Nuevo del Señorío de Vizcaya establece el habeas corpus en su territorio.

233
El artículo 17.4 de la Constitución española de 1978 señala que «La ley regulará un
procedimiento de "hábeas corpus" para producir la inmediata puesta a disposición judicial
de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el plazo máximo
de duración de la prisión provisional.»

En la actualidad el procedimiento de habeas corpus se encuentra regulado en el


ordenamiento jurídico español por la Ley Orgánica 6/1984 de 24 de mayo, en la que se
desarrolla la garantía constitucional que permite a todo aquel que se encuentre detenido o
privado de libertad solicite ser puesto de inmediato a disposición judicial. El artículo 1 de la
L.O. 6/1984 de 24 de mayo considera personas detenidas ilegalmente:[10]

Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o particular,
sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las formalidades prevenidas
y requisitos exigidos por las Leyes.

Las que estén ilícitamente internadas en cualquier establecimiento o lugar.

Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las Leyes si, transcurrido el mismo,
no fuesen puestas en libertad o entregadas al Juez más próximo al lugar de la detención.

Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la Constitución y
las Leyes Procesales garantizan a toda persona detenida.

El artículo 3 de la citada Ley determina quiénes están legitimados para solicitar el


procedimiento, que son:

El detenido, su cónyuge, descendientes, ascendientes y hermanos.

El Defensor del Pueblo.

El Ministerio Fiscal.

El Juez de Instrucción competente puede iniciar de oficio (comenzar) el proceso.

La solicitud ha de cursarse ante el Juzgado de Instrucción de guardia del lugar donde se


hallare privado de libertad, donde hubiera sido detenido o bien del lugar donde se hubiera
tenido última noticia de su paradero. El Juez competente adoptará las resoluciones
oportunas para conocer de inmediato el estado del privado de libertad, recabando para ello

234
de la autoridad custodia del detenido toda la información necesaria. En el plazo de 24 horas
desde que se acuerde la incoación del procedimiento mediante auto, el Juez oirá tanto al
privado de libertad, como al Ministerio Fiscal, como al que ordenó la detención y el
responsable de la custodia del mismo, resolviendo lo que proceda sobre la legalidad o
ilegalidad de la privación de libertad y ordenando, en cada caso, la continuación de la
detención o la inmediata puesta en libertad del detenido.

Las Sentencias 172 y 173 del Tribunal Constitucional de 1998, consideran que el abogado del
detenido podría solicitar el habeas corpus en nombre del detenido, siempre que haya sido
apoderado, tácita o expresamente a tal efecto.

México Editar

En el Derecho Mexicano se instituyó en el año de 1840, en la llamada Constitución Yucateca,


por el abogado Manuel Crescencio Rejón, una institución jurídica que controlara el ejercicio
del poder público, protegiendo los derechos del individuo frente a aquel, en forma muy
similar al derecho de hábeas corpus estadounidense, al que se le denominó juicio de
amparo, figura que prevalece en la legislación mexicana actual.

Paraguay Editar

La Constitución paraguaya de 1992 en su Art. 133, consecuente con la evolución del habeas
corpus que no solamente constituye en la actualidad un mecanismo judicial reparador de las
privaciones ilegales de la libertad, sino también de otros tipos de amenazas a la misma,
como el seguimiento, vigilancia u otros tipos de restricciones a la libertad ambulatoria, ha
reconocido siguientes modalidades:

Habeas corpus preventivo: Es la acción que tiene por finalidad evitar las detenciones ilegales
o cualquier otra modalidad de restricción ilegal a la libertad física.

Habeas corpus reparador: Es el habeas corpus tradicional o clásico que supone la existencia
de una persona privada de su libertad corporal y que se deduce para hacer cesar la
detención ilegal.

habeas corpus genérico: en virtud del cual se podrán demandar rectificación de


circunstancias que, no estando contempladas en los dos casos anteriores, restrinjan la
libertad o amenacen la seguridad personal. Asimismo, esta garantía podrá interponerse en

235
casos de violencia física, psíquica o moral que agraven las condiciones de personas
legalmente privadas de su libertad.[11]

Perú Editar

En la legislación peruana, la primera remisión al habeas corpus que se encuentra remite a


las Cortes de Cádiz de 1812 a donde concurrieron representantes peruanos. En dichas cortes
un representante de Guatemala presentó un proyecto de ley en la que se solicitaba que se
consagre para el imperio español un mecanismo equivalente al habeas corpus inglés. Dicha
ley nunca se llegó a promulgar y dicha iniciativa no fue introducida en la Constitución
Española.

Una vez declarada la independencia del Perú, la Constitución de 1860 consagró la


disposición de que nadie podrá ser arrestado sin mandato escrito del juez, excepto flagrante
delito, debiendo ser puesto dentro de las 24 horas a disposición del juzgado que
corresponde.

El 21 de octubre de 1897 se promulgó una ley que buscaba reglamentar la citada disposición
constitucional. Esta norma acoge el habeas corpus de acuerdo al modelo inglés. En 1916 fue
promulgada la Ley N° 2223 que señala que todos los derechos reconocidos por la
Constitución del Estado (1867) darán lugar a recursos destinado a amparar a los habitantes
de la República. A estos recursos son aplicables los dispositivos de la ley de habeas corpus.

La Constitución de 1920 fue el primer texto constitucional que consagró el habeas corpus
señalándolo como recurso y el Código de Procedimientos en Materia Criminal de ese mismo
año lo reglamentó. Posteriormente la Constitución de 1933 amplió el ámbito de aplicación
del habeas corpus a todos los derechos constitucionales, dando lugar al hábeas corpus civil.
Su reglamentación se dio en el Código de Procedimientos Penales de 1940. Posteriormente
el Decreto Ley N° 17083 estableció la pautas procesales propias del habeas corpus civil.

La Constitución de 1979 introdujo la Acción de Amparo por lo que el habeas corpus civil
careció de efecto y el habeas corpus se restringió, nuevamente, a tutelar los derechos
relativos a la libertad y la integridad física de las personas. Estas garantías constitucionales
fueron reguladas por la Ley Nª 23506.

236
Constitución Política de 1993 y el Código Procesal Constitucional promulgado en el 2004.
Este último cuerpo legislativo incluye la posibilidad de interponer esta acción de garantía
contra resoluciones judiciales firmes.

República Dominicana Editar

La Ley 5353 de hábeas corpus del 22 de octubre de 1914 establece en su artículo 1 lo


siguiente:

"Todo el que por cualquier causa haya sido privado de su libertad en la República
Dominicana tiene derecho, sea a petición suya o de cualquiera persona, excepto cuando
haya sido detenido por sentencia de Juez o Tribunal competente, a un mandamiento de
hábeas corpus con el fin de averiguar cuales son las causas de la prisión o privación de su
libertad y para que en los casos previstos se le devuelva ésta.

El mandamiento de hábeas corpus podrá ser requerido, expedido y entregado cualquier día;
pero el caso no será visto sino en día hábil o habilitado especialmente al efecto.

En caso de enfermedad comprobada o por cualquier otro motivo justificado, la audiencia


será celebrada sin la presencia del impetrante, el cual se hará representar sin necesidad de
un poder, por un abogado o por cualquier defensor que postule en su nombre."

Actualmente la Ley 5353 de hábeas corpus del 22 de octubre de 1914, fue derogada por el
Nuevo Código Procesal Penal Dominicano (Ley 76-02), rigiéndose de este modo por el Título
VII del CPP, en los artículos 381 hasta el 392. Sin embargo esta derogación entra en
contradicción con la constitución aprobada en 2010, ya que somete el habeas corpus a
requisitos de admisibilidad que la constitución no provee.

Uruguay Editar

El recurso de habeas corpus se encuentra regulado en la Constitución de 1967, que en su


artículo 17 se expresa así:

237
"En caso de prisión indebida el interesado o cualquier persona podrá interponer ante el Juez
competente el recurso de 'hábeas corpus', a fin de que la autoridad aprehensora explique y
justifique de inmediato el motivo legal de la aprehensión, estándose a lo que decida el Juez
indicado".

En el caso de que corresponda el recurso de habeas corpus, según la Ley 16.011,[12] no


corresponderá el recurso de amparo.

En Uruguay se entiende a habeas corpus en un sentido amplio y no solo el perjudicado


puede presentar el recurso sino un familiar, amigo, etc. Y no solo se entiende para casos de
prisión, se aplica a cualquier tipo de privación de libertad por parte del estado. Se ha
reglamentado por la Ley 16.893.[13]

En octubre de 2010 el Senado uruguayo reglamentó nuevamente el habeas corpus,


recogiendo el espíritu de la Constitución de 1918.[14] Es decir, mejorando las garantías y el
respeto a los derechos humanos.

Venezuela Editar

AL respecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 27,


contempla un procedimiento de amparo el cual será especial y expedito:

Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en el goce y
ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aún de aquellos inherentes a la
persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos.

El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público, breve, gratuito y


no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente tendrá potestad para restablecer
inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella.
Todo tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.

238
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por cualquier persona, y
el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la custodia del tribunal de manera
inmediata, sin dilación alguna.

El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno, por la declaración del
estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha señalado en Sentencia Nº 113 del
17 de marzo de 2000 lo siguiente: "... el Hábeas Corpus se concibe como una verdadera
garantía contra arrestos y detenciones arbitrarias... ". Cuando haya transcurrido el lapso
para presentar al detenido ante el Juzgado de Control debe acordarse el mandamiento de
habeas corpus, dado que el Ministerio Público no ha iniciado la averiguación penal
respectiva ante los tribunales. El objetivo es poner a la persona que ha sido detenida de
forma ilegal a la disposición del tribunal, por lo que el Juez Constitucional decide sobre la
legitimidad de esa privación de libertad en particular. El Amparo Constitucional en la
modalidad de habeas corpus procede ante la detención ilegítima o por la violación del
derecho a la libertad que asiste a todo ciudadano.

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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Habeas corpus

institución jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente en un plazo
preventivo determinado ante el juez de instrucción

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Vigilar

Editar

Para el grupo musical, véase Habeas Corpus (banda).

El habeas corpus[1] (hasta 2010, castellanizado como hábeas corpus)[2] es una institución
jurídica que obliga a que toda persona detenida se la presente en un plazo preventivo
determinado ante el juez de instrucción, quien podría ordenar la libertad inmediata del
detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.

240
Este término proviene del latín hábeas corpus [ad subiiciendum] ‘que tengas [tu] cuerpo
[para exponer]’, "tendrás tu cuerpo libre", siendo hábeās la segunda persona singular del
presente de subjuntivo del verbo latino habēre (‘tener’). O puede ser llamado igualmente
como "cuerpo presente" o "persona presente".

La institución del hábeas corpus permite evitar arrestos y detenciones arbitrarias,


asegurando los derechos básicos de ser escuchado por la justicia y saber de qué se le acusa.
También puede decirse que tutela los derechos fundamentales derivados de la vida y la
libertad frente a cualquier acto u omisión de cualquier autoridad, funcionario o persona que
pueda vulnerar dichos derechos.

Origen y objeto de esta institución

Su adopción en Inglaterra

Su adopción en España

Bien jurídico que tutela

El habeas corpus mundial

Regulación por paísesEditar

Argentina Editar

En este país, la acción de hábeas corpus tiene reconocimiento constitucional explícito desde
la reforma a la Constitución de 1994. Pero anteriormente ya gozaba de efectiva vigencia en
la práctica jurisprudencial. La Constitución de la Nación Argentina[5], en su artículo 43
(último párrafo), expresa: "Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado
fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de
detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de habeas corpus podrá
ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato,
aún durante la vigencia del estado de sitio".[6]

El hábeas corpus, regulado por la Ley 23.098, es un procedimiento que permite una rápida
solución judicial cuando tu libertad física se ve amenazada, atacada o restringida de forma
ilegítima por una autoridad pública. El procedimiento del habeas corpus se puede usar: si
una autoridad pública, que no tiene una orden escrita de detención, amenaza o limita la
241
libertad física de una persona; si una persona alojada en una cárcel, comisaría u otra
repartición y ve agravada ilegítimamente las condiciones de su privación de libertad. 36
horas

El habeas corpus se inicia a con una denuncia ante un juez. La denuncia debe contener:
nombre y domicilio del denunciante; nombre, domicilio y demás datos personales de la
persona perjudicada; autoridad que limitó la libertad de la persona perjudicada; causa del
acto perjudicial; y describir por qué la limitación de la libertad es ilegítima. No es necesario
que la denuncia sea por escrito, se puede hacer de forma oral y no se exigen formalidades.
Puede hacerse en cualquier día, sea hábil o inhábil y a cualquier hora. No hace falta la
intervención de un abogado. Es un procedimiento rápido porque pretende solucionar un
tema urgente. Dentro de la 24 horas el juez pide que se presenten la persona afectada y la
autoridad que dictó la medida. Terminada la audiencia, el juez toma una decisión y la lee
inmediatamente a todos los presentes. Si el juez considera que la detención es legal,
rechaza el hábeas corpus. Si el juez considera que la detención es ilegal, ordena la inmediata
libertad de la persona afectada.[7]

Bolivia Editar

La finalidad con la que nació el habeas corpus en Bolivia, se adscribe dentro de los fines que
persiguió esta garantía desde sus primeras articulaciones jurídicas, hasta su configuración
moderna: dotar a la persona humana de un medio de defensa breve y sumario, destinado a
conservar o recuperar su libertad, cuando la misma hubiere sido indebida o arbitrariamente
vulnerada, como alternativa a los procedimientos ordinarios caracterizados por la
morosidad en su trámite y resolución.

Esta acción tutelar instituida en resguardo de los derechos a la libertad física y a la libertad
de locomoción, no puede dirigirse en contra de particulares, sino únicamente en contra de
funcionarios y/o autoridades públicas.

Al igual que sucede con el Amparo Constitucional, existe un álgido debate respecto a la
naturaleza jurídica del habeas corpus (ahora denominado en la Constitución del 9 de
febrero de 2010 como Acción de Libertad) en sentido de determinar si en Bolivia se
configura como un juicio, un recurso, una acción, un derecho, un proceso o un
procedimiento. Al respecto es posible indicar que:

242
En el art. 18 de la Constitución de 1967 se configuraba como un recurso constitucional,
posición que se ve fortalecida con el criterio jurisprudencial del Tribunal Constitucional, en
el sentido de que el habeas corpus únicamente revisaba la actuación de las autoridades
públicas, y no así la de los particulares.

Otros se oponen a considerar al habeas corpus como un “recurso”, pues indican que un
“recurso” puede ser accionado por el sujeto procesal que, en un juicio, se siente lesionado
por una medida judicial; mientras que el habeas corpus es una acción que no siempre
procede dentro de un proceso judicial o administrativo.

Por otra parte, existen quienes sostienen que es un “derecho” que tiene todo ciudadano
detenido o preso, para que el juez o tribunal competente resuelva si su privación de libertad
es o no ilegal.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opinión Consultiva 8/87 de fecha 30


de enero de 1987, ha indicado que: “El hábeas corpus es su sentido clásico, regulado por los
ordenamientos americanos, tutela de manera directa la libertad personal o física contra
detenciones arbitrarias, por medio del mandato judicial dirigido a las autoridades
correspondientes, a fin de que se lleve al detenido a la presencia del juez para que este
pueda examinar la legalidad de la privación y en su caso, decretar su libertad”, y continua
indicando que de un análisis del amparo y del habeas corpus se tiene que: “puede afirmarse
que el Amparo es el género y el hábeas corpus uno de sus aspectos específicos, en efecto,
de acuerdo con los principios básicos de ambas garantías recogidos por la convención así
como con los diversos matices establecidos en los ordenamientos de los Estados partes, se
observa que en algunos supuestos el hábeas corpus se regula de manera autónoma con la
finalidad de proteger esencialmente la libertad personal de los detenidos o de aquellos que
se encuentran amenazados de ser privados de su libertad, pero en otras ocasiones el
Hábeas Corpus es denominado “amparo de la libertad” o forma parte integrante del
amparo”.

La nueva Constitución Política del Estado boliviana de 2009 cambia el nombre del Recurso
de Hábeas Corpus por el de “Acción de Libertad” dentándose así el término “acción”
procesal entendida básicamente como el derecho de todo ciudadano de acudir a un órgano
jurisdiccional en defensa de sus derechos fundamentales que protege la acción de libertad
(la libertad de locomoción, la vida, la salud e integridad personal).

Para el Constitucionalista boliviano Boris Wilson Arias López, en su libro Amparo


Constitucional y Hábeas Corpus, la figura jurídica del habeas corpus es sui géneris, debido a
que no existe ningún otro parangón con el que se la pueda comparar, razón por la cual no se
puede catalogar dentro de una institución o género mayor.

243
Chile Editar

La Constitución de 1828 establecía en su artículo 104 una acción popular para proteger la
libertad y seguridad personal.

La Constitución de 1833 consagró formalmente el habeas corpus, señalando en su artículo


143 que "Todo individuo que se hallase preso o detenido ilegalmente por haberse faltado a
lo dispuesto en los artículos 135, 137, 138 y 139, podrá ocurrir por sí o cualquiera a su
nombre, a la magistratura que señale la ley, reclamando que se guarden las formas legales.
Esta magistratura decretará que el reo sea traído a su presencia, y su decreto será
precisamente obedecido por los encargados de las cárceles o lugares de detención. Instruida
de los antecedentes, hará que se reparen los defectos legales y pondrá al reo a disposición
del juez competente, procediendo en todo, breve y sumariamente, corrigiendo por sí, o
dando cuenta a quien corresponda corregir los abusos". Con la Ley de Organización y
Atribuciones de los Tribunales de 1875 se estableció la magistratura competente: la Corte
de Apelaciones respectiva. En el Código de Procedimiento Penal en 1906 se contempló una
regulación del "procedimiento de amparo".

La Constitución de 1925 reconocía esta acción en su artículo 16, reproduciendo con ligeras
modificaciones la regulación proveniente de la Constitución de 1833. En 1932 se
complementó la reglamentación de su procedimiento mediante un auto acordado de la
Corte Suprema. Desde aquella época el habeas corpus es conocido en Chile como "recurso
de amparo". El Código Orgánico de Tribunales de 1943 estableció que el "amparo" sería
conocido en primera instancia por la Corte de Apelaciones respectiva y, en segunda
instancia, por la Corte Suprema.

La Constitución de 1980 contempló el habeas corpus en su artículo 21, como un recurso


protector de la libertad personal y la seguridad individual (lo amplía a esta última).
Consagra, además del tradicional "amparo represivo" o "correctivo", la figura denominada
"amparo preventivo" (ante perturbación o amenaza a la libertad personal y la seguridad
individual). Por otro lado, este texto constitucional contempla, en el artículo 20, el llamado
recurso de protección (amparo en derecho comparado).

En el Código Procesal Penal del 2000 se contempló, a la vez, un "amparo ante el juez de
garantía", de carácter correctivo y en única instancia.

244
Colombia Editar

Presente en la Constitución Política Colombiana, el habeas corpus tiene el doble carácter de


derecho fundamental y de acción, por la cual cualquier persona privada de la libertad que se
considere estarlo ilegalmente, puede acudir ante cualquier Juez de la República, para que en
el término de 36 horas, se pronuncie sobre la legalidad de dicha restricción y en
consecuencia, ordene la inmediata libertad del retenido, o, la considere ajustada al
derecho.[8]

Pese a ser considerado como derecho fundamental, al existir la correlativa acción, esta
desplaza a la acción de tutela, al tener un término inferior para su resolución, dado el
máximo interés en juego. Se encuentra regulada en la Ley 1095 de 2006. También es el
derecho que tiene toda persona privada de la libertad a solicitar la revisión judicial del
encarcelamiento y la cesación inmediata cuando este haya sido ilegal.

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en concordancia con el artículo 93 de


la Constitución Política de 1991, este derecho hace parte de los tres derechos
fundamentales que no pueden ser limitados en Estado de Excepción. A saber, la tutela, el
habeas corpus y el debido proceso; entendiendo por este último la garantía y la protección
judicial.

Costa Rica Editar

El caso de Costa Rica es muy interesante. En efecto, si bien el habeas corpus existía desde
tiempo atrás, al sancionarse en 1989 la Ley de Jurisdicción Constitucional y crearse dentro
de la Corte Suprema una Sala Constitucional verdaderamente autónoma, ha creado un
órgano especial dentro del Poder Judicial, pero con características afines al denominado
"modelo concentrado". La Sala Constituciona,l interpretando en forma extensiva la ley de la
materia, ha actuado no sólo en la libertad personal y su defensa, sino que ha llegado incluso
hasta intervenir en procesos penales en curso para enmendar yerros o marcar pautas de
conducta a la magistratura, considerando que el habeas corpus procede en cualquier
procedimiento penal cuando no se respeta el debido proceso, entendiendo por tal al juez
regular, el derecho de defensa, el principio de inocencia, el in dubio pro reo, la libre
actuación de las pruebas, la doble instancia, el derecho a la sentencia justa, la eficacia de la
sentencia, etc. (cf. Daniel González Álvarez, Justicia constitucional y debido proceso en
"Ciencias Penales", San José, marzo de 1994 Nº 8; Gilberth Armijo Sancho, El control
245
constitucional en el proceso penal, Editec Editores, San José 1992). Yendo más allá, Rubén
Hernández señala dos casos en los cuales la Sala Constitucional ha anulado dos sentencias
penales firmes (cf. R. Hernández Valle, Derecho procesal constitucional, Edit. Juricentro, San
José 1995, pág. 155). Los defensores de esta irrupción de las acciones de habeas corpus
dentro de un proceso penal en curso e incluso para alterar una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada, han aducido que no se trataba de una incursión de la Sala
Constitucional en las salas, cortes o juzgados penales, sino de una incursión de la
Constitución en defensa de los derechos humanos, desconocidos por el ordenamiento
procesal penal costarricense, del cual dan varios ejemplos. Admitiendo que ese
ordenamiento procesal penal fuera represivo y no garantista (no obstante ser un país de
gran tradición democrática) y que la jurisprudencia de la Sala Constitucional haya
contribuido a enmendar esos extremos, es indudable que como práctica habitual es
perniciosa y sólo puede explicarse como un proceder transitorio y, en todo caso, de carácter
excepcional, que debería ser minuciosamente reglamentado. Por eso, con el nuevo Código
Procesal Penal de 1996, moderno y garantista, la situación ha cambiado notablemente (cf.
Gilbert Armijo S., Javier Llobet R. y Juan Marcos Rivero S., Nuevo proceso penal y
constitución IJSA, San José 1998).

Ecuador Editar

La Nueva Constitución de la República del Ecuador publicada en el Registro Oficial Nª 449 de


20 de octubre de 2008, en el Art. 89 de la Sección 3ª del Capítulo III del Título II, establece:

"La acción de hábeas corpus tiene por objeto recuperar la libertad de quien se encuentre
privado de ella de forma ilegal, arbitraria o ilegítima, por orden de autoridad pública o de
cualquier persona, así como proteger la vida y la integridad física de las personas privadas
de libertad. Inmediatamente de interpuesta la acción, la jueza o juez convocará a una
audiencia que deberá realizarse en las veinticuatro horas siguientes, en la que se deberá
presentar la orden de detención con las formalidades de ley y las justificaciones de hecho y
de derecho que sustenten la medida. La jueza o juez ordenará la comparecencia de la
persona privada de libertad, de la autoridad a cuya orden se encuentre la persona detenida,
de la defensora o defensor público y de quien la haya dispuesto o provocado, según el caso.
De ser necesario, la audiencia se realizará en el lugar donde ocurra la privación de libertad.
La jueza o juez resolverá dentro de las veinticuatro horas siguientes a la finalización de la
audiencia. En caso de privación ilegítima o arbitraria, se dispondrá la libertad. La resolución
que ordene la libertad se cumplirá de forma inmediata. En caso de verificarse cualquier
forma de tortura, trato inhumano, cruel o degradante se dispondrá la libertad de la víctima,
su atención integral y especializada, y la imposición de medidas alternativas a la privación de

246
la libertad cuando fuera aplicable. Cuando la orden de privación de la libertad haya sido
dispuesta en un proceso penal, el recurso se interpondrá ante la Corte Provincial de
Justicia."[9]

España Editar

Véase también: Manifestación de personas

En la historia jurídica española figura en el denominado recurso de manifestación de


personas del Reino de Aragón (1428) y en las Constituciones de 1837,1869 y 1876. En 1526
el Fuero Nuevo del Señorío de Vizcaya establece el habeas corpus en su territorio.

El artículo 17.4 de la Constitución española de 1978 señala que «La ley regulará un
procedimiento de "hábeas corpus" para producir la inmediata puesta a disposición judicial
de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el plazo máximo
de duración de la prisión provisional.»

En la actualidad el procedimiento de habeas corpus se encuentra regulado en el


ordenamiento jurídico español por la Ley Orgánica 6/1984 de 24 de mayo, en la que se
desarrolla la garantía constitucional que permite a todo aquel que se encuentre detenido o
privado de libertad solicite ser puesto de inmediato a disposición judicial. El artículo 1 de la
L.O. 6/1984 de 24 de mayo considera personas detenidas ilegalmente:[10]

Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o particular,
sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las formalidades prevenidas
y requisitos exigidos por las Leyes.

Las que estén ilícitamente internadas en cualquier establecimiento o lugar.

Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las Leyes si, transcurrido el mismo,
no fuesen puestas en libertad o entregadas al Juez más próximo al lugar de la detención.

Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la Constitución y
las Leyes Procesales garantizan a toda persona detenida.

El artículo 3 de la citada Ley determina quiénes están legitimados para solicitar el


procedimiento, que son:

247
El detenido, su cónyuge, descendientes, ascendientes y hermanos.

El Defensor del Pueblo.

El Ministerio Fiscal.

El Juez de Instrucción competente puede iniciar de oficio (comenzar) el proceso.

La solicitud ha de cursarse ante el Juzgado de Instrucción de guardia del lugar donde se


hallare privado de libertad, donde hubiera sido detenido o bien del lugar donde se hubiera
tenido última noticia de su paradero. El Juez competente adoptará las resoluciones
oportunas para conocer de inmediato el estado del privado de libertad, recabando para ello
de la autoridad custodia del detenido toda la información necesaria. En el plazo de 24 horas
desde que se acuerde la incoación del procedimiento mediante auto, el Juez oirá tanto al
privado de libertad, como al Ministerio Fiscal, como al que ordenó la detención y el
responsable de la custodia del mismo, resolviendo lo que proceda sobre la legalidad o
ilegalidad de la privación de libertad y ordenando, en cada caso, la continuación de la
detención o la inmediata puesta en libertad del detenido.

Las Sentencias 172 y 173 del Tribunal Constitucional de 1998, consideran que el abogado del
detenido podría solicitar el habeas corpus en nombre del detenido, siempre que haya sido
apoderado, tácita o expresamente a tal efecto.

México Editar

En el Derecho Mexicano se instituyó en el año de 1840, en la llamada Constitución Yucateca,


por el abogado Manuel Crescencio Rejón, una institución jurídica que controlara el ejercicio
del poder público, protegiendo los derechos del individuo frente a aquel, en forma muy
similar al derecho de hábeas corpus estadounidense, al que se le denominó juicio de
amparo, figura que prevalece en la legislación mexicana actual.

Paraguay Editar

La Constitución paraguaya de 1992 en su Art. 133, consecuente con la evolución del habeas
corpus que no solamente constituye en la actualidad un mecanismo judicial reparador de las
privaciones ilegales de la libertad, sino también de otros tipos de amenazas a la misma,
248
como el seguimiento, vigilancia u otros tipos de restricciones a la libertad ambulatoria, ha
reconocido siguientes modalidades:

Habeas corpus preventivo: Es la acción que tiene por finalidad evitar las detenciones ilegales
o cualquier otra modalidad de restricción ilegal a la libertad física.

Habeas corpus reparador: Es el habeas corpus tradicional o clásico que supone la existencia
de una persona privada de su libertad corporal y que se deduce para hacer cesar la
detención ilegal.

habeas corpus genérico: en virtud del cual se podrán demandar rectificación de


circunstancias que, no estando contempladas en los dos casos anteriores, restrinjan la
libertad o amenacen la seguridad personal. Asimismo, esta garantía podrá interponerse en
casos de violencia física, psíquica o moral que agraven las condiciones de personas
legalmente privadas de su libertad.[11]

Perú Editar

En la legislación peruana, la primera remisión al habeas corpus que se encuentra remite a


las Cortes de Cádiz de 1812 a donde concurrieron representantes peruanos. En dichas cortes
un representante de Guatemala presentó un proyecto de ley en la que se solicitaba que se
consagre para el imperio español un mecanismo equivalente al habeas corpus inglés. Dicha
ley nunca se llegó a promulgar y dicha iniciativa no fue introducida en la Constitución
Española.

Una vez declarada la independencia del Perú, la Constitución de 1860 consagró la


disposición de que nadie podrá ser arrestado sin mandato escrito del juez, excepto flagrante
delito, debiendo ser puesto dentro de las 24 horas a disposición del juzgado que
corresponde.

El 21 de octubre de 1897 se promulgó una ley que buscaba reglamentar la citada disposición
constitucional. Esta norma acoge el habeas corpus de acuerdo al modelo inglés. En 1916 fue
promulgada la Ley N° 2223 que señala que todos los derechos reconocidos por la
Constitución del Estado (1867) darán lugar a recursos destinado a amparar a los habitantes
de la República. A estos recursos son aplicables los dispositivos de la ley de habeas corpus.

249
La Constitución de 1920 fue el primer texto constitucional que consagró el habeas corpus
señalándolo como recurso y el Código de Procedimientos en Materia Criminal de ese mismo
año lo reglamentó. Posteriormente la Constitución de 1933 amplió el ámbito de aplicación
del habeas corpus a todos los derechos constitucionales, dando lugar al hábeas corpus civil.
Su reglamentación se dio en el Código de Procedimientos Penales de 1940. Posteriormente
el Decreto Ley N° 17083 estableció la pautas procesales propias del habeas corpus civil.

La Constitución de 1979 introdujo la Acción de Amparo por lo que el habeas corpus civil
careció de efecto y el habeas corpus se restringió, nuevamente, a tutelar los derechos
relativos a la libertad y la integridad física de las personas. Estas garantías constitucionales
fueron reguladas por la Ley Nª 23506.

Constitución Política de 1993 y el Código Procesal Constitucional promulgado en el 2004.


Este último cuerpo legislativo incluye la posibilidad de interponer esta acción de garantía
contra resoluciones judiciales firmes.

República Dominicana Editar

La Ley 5353 de hábeas corpus del 22 de octubre de 1914 establece en su artículo 1 lo


siguiente:

"Todo el que por cualquier causa haya sido privado de su libertad en la República
Dominicana tiene derecho, sea a petición suya o de cualquiera persona, excepto cuando
haya sido detenido por sentencia de Juez o Tribunal competente, a un mandamiento de
hábeas corpus con el fin de averiguar cuales son las causas de la prisión o privación de su
libertad y para que en los casos previstos se le devuelva ésta.

El mandamiento de hábeas corpus podrá ser requerido, expedido y entregado cualquier día;
pero el caso no será visto sino en día hábil o habilitado especialmente al efecto.

En caso de enfermedad comprobada o por cualquier otro motivo justificado, la audiencia


será celebrada sin la presencia del impetrante, el cual se hará representar sin necesidad de
un poder, por un abogado o por cualquier defensor que postule en su nombre."

250
Actualmente la Ley 5353 de hábeas corpus del 22 de octubre de 1914, fue derogada por el
Nuevo Código Procesal Penal Dominicano (Ley 76-02), rigiéndose de este modo por el Título
VII del CPP, en los artículos 381 hasta el 392. Sin embargo esta derogación entra en
contradicción con la constitución aprobada en 2010, ya que somete el habeas corpus a
requisitos de admisibilidad que la constitución no provee.

Uruguay Editar

El recurso de habeas corpus se encuentra regulado en la Constitución de 1967, que en su


artículo 17 se expresa así:

"En caso de prisión indebida el interesado o cualquier persona podrá interponer ante el Juez
competente el recurso de 'hábeas corpus', a fin de que la autoridad aprehensora explique y
justifique de inmediato el motivo legal de la aprehensión, estándose a lo que decida el Juez
indicado".

En el caso de que corresponda el recurso de habeas corpus, según la Ley 16.011,[12] no


corresponderá el recurso de amparo.

En Uruguay se entiende a habeas corpus en un sentido amplio y no solo el perjudicado


puede presentar el recurso sino un familiar, amigo, etc. Y no solo se entiende para casos de
prisión, se aplica a cualquier tipo de privación de libertad por parte del estado. Se ha
reglamentado por la Ley 16.893.[13]

En octubre de 2010 el Senado uruguayo reglamentó nuevamente el habeas corpus,


recogiendo el espíritu de la Constitución de 1918.[14] Es decir, mejorando las garantías y el
respeto a los derechos humanos.

Venezuela Editar

AL respecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 27,


contempla un procedimiento de amparo el cual será especial y expedito:

251
Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en el goce y
ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aún de aquellos inherentes a la
persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos.

El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público, breve, gratuito y


no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente tendrá potestad para restablecer
inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella.
Todo tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.

La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por cualquier persona, y
el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la custodia del tribunal de manera
inmediata, sin dilación alguna.

El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno, por la declaración del
estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha señalado en Sentencia Nº 113 del
17 de marzo de 2000 lo siguiente: "... el Hábeas Corpus se concibe como una verdadera
garantía contra arrestos y detenciones arbitrarias... ". Cuando haya transcurrido el lapso
para presentar al detenido ante el Juzgado de Control debe acordarse el mandamiento de
habeas corpus, dado que el Ministerio Público no ha iniciado la averiguación penal
respectiva ante los tribunales. El objetivo es poner a la persona que ha sido detenida de
forma ilegal a la disposición del tribunal, por lo que el Juez Constitucional decide sobre la
legitimidad de esa privación de libertad en particular. El Amparo Constitucional en la
modalidad de habeas corpus procede ante la detención ilegítima o por la violación del
derecho a la libertad que asiste a todo ciudadano.

Véase también

Referencias

Bibliografía

252
Enlaces externos

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Derecho Laboral

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Derecho Laboral

Introducción

253
El Derecho de Trabajo

Denominaciones del Derecho del Trabajo

Elementos Fundamentales del Derecho del Trabajo

Características del Derecho del Trabajo

Objeto del Derecho del Trabajo

El Trabajo como hecho social

Naturaleza Jurídica del Derecho del Trabajo

Autonomía del Derecho del Trabajo

Ámbito de aplicación del Derecho del Trabajo

Excepciones de la aplicación del Derecho del Trabajo

Fuentes del Derecho Laboral

Ramas del Derecho Laboral

Organismos Encargados de la Protección del Trabajo y del Trabajador

Relaciones del Derecho del Trabajo con otras Disciplinas

Evolución Histórica del Trabajo

Período de Industrialización y Capitalismo

El Derecho Del Trabajo en América

Antecedentes Post Coloniales: Constitución de 1830 y Códigos Civiles

Internacionalización del Derecho Del Trabajo

INTRODUCCIÓN

Etimológicamente la palabra trabajo proviene del latín trabis, que significa traba, dificultad,
impedimento el cual nace por la necesidad de evolución y desarrollo del hombre por y para
el surgimiento de su familia y el suyo propio; el trabajo es considerado como un factor de
producción que supone el intercambio de bienes y servicios para la satisfacción de las
necesidades humanas, este hecho social crea la necesidad de regulación y es por ello que
surge dentro del Derecho la rama del Derecho del Trabajo que no es mas que el conjunto de
Normas de orden público que regulan las relaciones jurídicas que tienen por causa el trabajo
254
como hecho social y que por gozar de un sistema homogéneo de estas normas, además de
un sistema administrativo y judicial propio lo hacen ser autónomo de las demás ramas, claro
está que relacionándose con ellas.

Este Derecho del Trabajo no surge de la noche a la mañana, tiene un período de evolución
histórica que se irá desarrollando a lo largo del presente manuscrito, pasando por la época
antigua, edad media, edad moderna y contemporánea, llegando a América y comparando su
evolución con respecto a las antiguas potencias europeas, en donde se observa mayor
evolución de las normas en América Latina que con respecto a los países europeos.

Finalmente se destaca la Ley Orgánica del Trabajo Venezolana de 1997, se convierte en el


instrumento que rige las relaciones de trabajo hasta nuestros días.

El Derecho de Trabajo

Según Rafael Alfonso Guzmán, es el conjunto de preceptos de orden público regulador de


las relaciones jurídicas que tienen por causa el trabajo por cuenta y bajo la dependencia
ajena con objeto de garantizar a quien lo ejecuta su pleno desarrollo como persona humana
y a la comunidad la efectiva integración del individuo en el cuerpo social y la regulación de
los conflictos entre los sujetos de esas relaciones.

Rafael Caldera lo resume como el conjunto de normas jurídicas que regulan al trabajo como
hecho social.

Denominaciones del Derecho del Trabajo

El Derecho de trabajo ha sido nombrado de muchas maneras entre las que destacan El
Derecho Social, el cual ha sido empleada con mucha frecuencia, inclusive, hoy día en
Venezuela, no obstante muchos de los que se dedican a esta rama jurídica, a veces emplean
la expresión Derecho Social como sinónimo de Derecho del Trabajo o laboral, también se
utiliza para hacer referencia a una tercera rama del Derecho, además de la tradicional,
división del Derecho Público y Privado, o para identificar una corriente jurídica. También ha
255
sido denominado como Derecho Obrero, Derecho Industrial, El Nuevo Derecho y Legislación
del Trabajo, términos que limitan el contenido de la disciplina en la mayoría de los casos.

Elementos Fundamentales del Derecho del Trabajo

Tiene Normas adjetivas y Sustantivas.

Obligatorio cumplimiento de las normas ya que son impuestas por el Estado.

Regula la relaciones entre la mano de obra y el capital

Regula las relaciones entre patrono y trabajador (obrero, empleado)

Características del Derecho del Trabajo

Es autónomo: Porque a pesar de que forma parte del Derecho Positivo tiene sus propias
normas, es independiente.

Es dinámico: Porque regula las relaciones jurídicas laborales, establecidas entre los dos
polos de la sociedad capitalista.

Es de gran fuerza expansiva: Porque nació protegiendo a los obreros y luego a los
empleados. Es eminentemente clasista.

Es imperativo: Como normas del Derecho Público es imperativo y por lo tanto no puede
renunciarse ni relajarse por convenios particulares.

Es concreto y actual: Si bien es cierto que en la Ley del Trabajo existen normas de carácter
abstracto, la normativa esta adaptada a las necesidades del país, teniendo en cuenta la
diversidad de sexos, los regímenes especiales del trabajo como por ejemplo del trabajo de
menores, aprendices, mujeres, trabajadores domésticos, conserjes, trabajadores a
domicilio, deportistas y trabajadores rurales.

Objeto del Derecho del Trabajo:

Regula los deberes y derechos tanto de los obreros como de los patronos.
256
Norma todo lo referente a salario, horas de trabajo, despidos justificado y no justificados,
contratos individuales, sindicatos, huelgas entre otros.

Regula los conflictos de la relación jurídico-laboral.

Es decir, hay que verlo como un hecho social, porque implica una serie de condiciones
sociales de cada trabajo.

El Trabajo como hecho social

La legislación venezolana representa un conjunto de normas positivas, establecidas por el


Estado Venezolano, para regular las relaciones jurídicas que se establezcan entre patronos y
trabajadores con ocasión al hecho social trabajo. Lo que indica la materia, las personas que
intervienen, el espacio y el tiempo en que se realizan las relaciones laborales, es decir, no se
termina al campo de aplicación del Derecho del Trabajo.

El artículo 1 de la Ley Orgánica del Trabajo (L.O.T.), establece:

"Esta ley regirá las situaciones y relaciones jurídicas del trabajo como hecho social"

Naturaleza Jurídica del Derecho del Trabajo

Entre los tratadistas se discute la naturaleza jurídica del Derecho del Trabajo es de orden
público o es de orden privado. Unos opinan, que para saber si la norma es de Derecho
Público, hay que analizar la relación jurídica existente, será pública si la norma que lo rige es
de carácter público.

Otros para determinar su naturaleza se refieren a los sujetos intervinientes en esta relación,
determinando que si los sujetos antedichos son de Derecho Privado, la relación es de
Derecho Privado, y viceversa. El Derecho del Trabajo por su naturaleza es un híbrido, ya que
está integrado por normas de Derecho Público y de Derecho Privado.

257
Autonomía del Derecho del Trabajo

Es autónomo por los siguientes motivos

Es un sistema homogéneo de reglas orientadas por un propósito tutelar del trabajo, por
cuenta y bajo dependencia ajena. Se refiere a que el Derecho laboral tiene sus propias leyes
sustantivas, porque tiene normas especiales para la materia laboral.

Por sus fuentes y métodos de interpretación propia; tiene fuentes muy particulares al
Derecho laboral, en cualquier proceso se debe entender quien es el débil jurídico, es decir,
la balanza se va a inclinar al débil jurídico.

Primera Instancia: Sustanciación ? Mediación- Ejecución

Segunda Instancia: Recurso de casación ? Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia.

Por los órganos especiales encargados de su aplicación, tanto en lo administrativo como lo


judicial: En este punto se tiene que hablar de la entrada en vigencia del Constitución
Nacional de 1999 y de la Ley orgánica Procesal Laboral:

Ámbito de aplicación del Derecho del Trabajo

En cuanto a la esfera de aplicación de las normas jurídicas en materia de trabajo, vale citar
el contenido del capítulo V, artículos 59 y 60, de la Ley Orgánica de Trabajo en los que se
señala el campo de aplicación de la Ley.

Artículo 59

"En caso de conflicto de leyes prevalecerán las del trabajo, sustantivas o de procedimiento.
Si hubiere dudas en la aplicación de varias normas vigentes, o en la interpretación de una
determinada norma, se aplicará las más favorable al trabajador, la norma adoptará deberá
aplicarse en su integridad."

Artículo 60
258
"Además de las disposiciones constitucionales y legales de carácter imperativo, para la
resolución de un caso determinado se aplicará, en el orden indicado:

La convención colectiva de Trabajo o el Laudo arbitral, si fuere el caso.

El Contrato de Trabajo.

Los principios que inspiran la legislación del trabajo, tales como los contenidos explícita o
implícitamente en declaraciones constitucionales o en los convenios y recomendaciones
adoptadas en el seno de la Organización Internacional del Trabajo y en las jurisprudencias y
doctrinas nacionales.

La Costumbre y el uso, en cuanto no contraríen las disposiciones legales ni los principios a


que se refiere el literal anterior.

Los principios universalmente admitidos por el Derecho de Trabajo.

Las normas y principios generales del Derecho.

La equidad.

Excepciones de la aplicación del Derecho del Trabajo.

Tal como se establece en los artículos 7 y 8 de la Ley Orgánica del Trabajo, se exceptúan los
siguientes:

Los cuerpos Armados: Siendo estos los integrantes de la Fuerza Armada Nacional, los
servicios policiales y los demás que están vinculados a la defensa y la seguridad de la nación
y al mantenimiento del orden público. Se rigen por la Ley de la Previsión Social de las
Fuerzas Armadas Policiales.

Los Funcionarios Públicos: Que pueden ser nacionales, estadales o municipales, los cuales se
rigen por la Ley de Estatuto de la Función Pública y subsidiariamente la Ley del Trabajo en el
ingreso, permanencia y la salida.

Fuentes del Derecho Laboral

259
La Jurisprudencia: Es en todo caso, fuente formal de normas jurídicas individuales, por
cuanto establece, en la forma lógica de la norma jurídica, imperativos de la conducta que
bien pueden ser formas obligatorias de comportamiento o composición de sanciones, dada
una conducta indebida. La jurisprudencia puede ser vinculante (Sala Constitucional) es decir,
que lo que rece en esa jurisprudencia, su cumplimiento es Ley.

La Costumbre: Es la repetición constante y reiterada de un comportamiento, con la


convicción de que responde a una necesidad jurídica.

La Doctrina: Es el estudio de uno o varios juristas, no es vinculante puesto que se basa en


reflexiones que tienen una base de sustentación bastante subjetiva. (El prestigio de
doctrinario).

La Legislación: La cual está contenida en las leyes, como la Ley Orgánica del Trabajo, La
Constitución, Leyes Especiales, Reglamentos.

Como Fuentes Específicas del Derecho Laboral, conforme al artículo 60 de la ley Orgánica
del Trabajo:

Convención Colectiva: Su principal característica es que tiene sindicato (art. 398 y 508 LOT).
Según Jaime (op. Cit) La convención Colectiva es fuente original del Derecho del Trabajo y
muchas de las innovaciones del legislador han encontrado su origen en la práctica constante
de la convención colectiva.

Laudo Arbitral: Son las decisiones tomadas por los árbitros nombrados en un proceso de
arbitraje y sus decisiones tiene el mismo peso o valor de una sentencia (artículo 493 LOT)

Contrato de trabajo: Que es ley entre las partes, ya sea un contrato individual o colectivo,
que se celebra entre trabajadores y patrono.

Ramas del Derecho Laboral

Laboral Individual: Regula la relación entre un patrono y un trabajador o un patrono y varios


trabajadores.

Laboral Colectivo: Una vez introducido el pliego conflictivo hay fuero sindical. Regula las
relaciones entre un patrono y un grupo organizado de trabajadores (sindicato).

Laboral Procesal: A partir de la Ley Procesal del Trabajo, ventila todo lo contencioso laboral
a través de los tribunales laborales.

Organismos Encargados de la Protección del Trabajo y del Trabajador


260
Organismos Administrativos y Judiciales: El Ministerio del Trabajo es el órgano
administrativo encargado de asegurar el cumplimiento de la legislación laboral, es el
inicialmente y luego se le atribuye a la Oficina Nacional del Trabajo creada por decreto
ejecutivo el 29/09/1936, y el Ministerio del Trabajo y comunicaciones decretado en marzo
de 1937, desde el 24/04/1945 el Ministerio del Trabajo fue separado del de comunicaciones
y tiene asignada las funciones

Como órgano ejecutor de la Legislación Laboral: En ese sentido le compete principalmente


desarrollar las actividades de inspección, conciliación, fomento en las relaciones obreros-
patronales y arbitraje, colocación de trabajadores y sancionamiento de infracciones.

Como órgano técnico en la preparación y reforma de la legislación del trabajo.

Como instrumento de renovación social, proponiendo al mejoramiento de las condiciones


de vida y trabajo, en general.

Organismos Internacionales: La Organización Internacional del Trabajo instituida en 1919,


por acuerdo de las naciones signatarias del Tratado de Versalles, el cuerpo de normas
establecidos por la OIT constituye la parte esencial de la reglamentación internacional del
trabajo.

Relaciones del Derecho del Trabajo con otras Disciplinas

Con el Derecho Civil: Nuestro Código Civil sigue el sistema del principio de la autonomía de
la voluntad: por el cual el juez deberá indagar e interpretar la voluntad de las partes.

Con el Derecho Constitucional: Que ha sido influido por el Derecho del Trabajo hasta el
punto de provocar reformas en la Constitución de las Naciones.

Con el Derecho Penal: Que tiene tipos especiales de normas para infracciones relativas al
trabajo.

Con el Derecho Administrativo: El Derecho del Trabajo ha creado un tren burocrático


especial: Ministerio del Trabajo y sus dependencias.

Con el Derecho Procesal: Que a la vez que amplió su radio con la especialidad del
procedimiento laboral mediante la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos del
Trabajo, el Derecho Procesal le sirve de fuente supletoria.

Evolución Histórica del Trabajo

261
El Derecho del Trabajo no es muy antiguo, pero el trabajo existe desde que el hombre ocupa
el mundo e incluso se habla en la Biblia específicamente en el libro del Génesis del trabajo
pero como castigo, no era una norma jurídica si no una manera de disciplinar a nuestros
primeros padres por desobediencias a Dios, eso hizo que naciera el trabajo como un castigo
y en realidad no existía legislación sobre la actividad laboral, no se sabía lo que significaba
pacto entre trabajador y empleador; en los primeros años no existía una sociedad de
consumo como la que conocemos hoy en día, el hombre se dedicaba a subsistir y no se
colocaba en relación a la subordinación respecto a alguien, sólo tomaba lo que necesitaba
de la naturaleza, pero como el hombre necesitaba agruparse para su sobre vivencia,
comenzó a organizar el trabajo de su producción el excedente para intercambiarlo por otro
(trueque), así se interrelacionaba con los demás y a la vez satisfacía sus otras necesidades.
No existe un detalle en la historia que nos muestre cuál ha sido la evolución del trabajo, lo
único que tenemos son las instituciones que quedaron plasmadas y que nosotros la
interpretamos de determinadas formas, ejemplo el Código Humarabi, donde encontramos
algunas muestras basadas en hechos naturales y religiosos que posteriormente pasaron a
ser limitaciones del derecho del trabajador.

Las leyes de Marcu surgieron posteriormente y de ella concluimos que el hombre hizo una
limitación a la jornada de trabajo, no precisamente para que el trabajador descansara sino
porque se dio cuenta que hay un tiempo de luz y un tiempo de sombra y en el primero la
mayoría de los animales trabaja para poder descansar en el segundo, así se pensó que el
hombre debería hacer lo mismo, trabajar en tiempo de luz y descansar en tiempo de
sombra, esto implica de un recuento formal debe empezar de la Roma antigua o Roma
Clásica, no hay necesidad de empezar desde Grecia porque toda la concesión de Grecia la
vamos a tener en Roma.

Roma Clásica: Se consideraba que el trabajo no era para las personas sino para los animales
y las cosas, dentro de las cuales se encontraban ciertas categorías de la especie humana que
tenían condición de esclavo. El trabajo era en esos tiempos denigrante y despreciativo, la
condición de esclavo en Roma se adquiría por ejemplo por el hecho de perder una guerra,
así el ganador de la misma tenía dos opciones matar o no al perdedor si lo hacía allí todo
quedaba, pero en el caso que decidiera no hacerlo la persona pasaba a ser de su propiedad,
pero como el hecho de mantenerlo le ocasionaba un costo, pues eso gastos debían
reintegrarse de alguna manera, por ello debía trabajar para este y así se consideraba su
esclavo. No existía en Roma el Derecho al trabajo en el sentido técnico de la expresión por la
tanto no era regulado, no había Derecho del trabajo.

262
Los romanos se preocupaban por desarrollar el Derecho Civil pero no la de las demás ramas
del Derecho, en todo caso la actividad principal que desarrollaban en Roma era la
agricultura pero habían otras tales como el transporte, el comercio, las llamadas
profesiones liberales (jurisconsultos, ingenieros, médicos, etc) pero en muchos casos las
personas que desarrollaban esta actividad no eran ciudadanos romanos por eso no podía
ser sujetos a una relación de trabajo además ellos no eran retribuidos por prestar esa
actividad sólo se reconocían ciertos honores públicos, de allí viene la idea de lo que
conocemos hoy en día como defensor Ad-Litem, con una carta Ad honorem y lógicamente la
expresión honorario.

Edad Media: Efectivamente comienza con la caída del Imperio Romano con la invasión de
los monjes católicos romanos, escondieron toda la información y los conocimientos, por lo
tanto eran los únicos que tenían acceso a la cultura; hubo una época en que no pasó nada,
el hombre se dedico a pasar el tiempo, no progresó la ciencia ni la cultura, luego que los
monjes comienzan a mostrar la cultura surge una nueva concepción de trabajo, ya no es
considerado como denigrante peyorativo para el esclavo, surge una nueva concepción moral
de trabajo llegando incluso a la concepción de la cualidad humana, esto gracias a una
expresión salida de los monasterios portugueses "El ocio es el enemigo del alma" es muy
importante pues esto quiere decir que el hombre tiene necesidad de subsistir, sostener a su
familia, perfeccionar el grupo social y dedicarse al cultivo de su alma, surge una idea muy
interesante "Todos debemos trabajar en la medida de sus posibilidades"el fenómeno social
que se caracterizó en la edad media es el feudalismo que son mini-estados con grandes
extensiones de tierra en manos de un mismo Estado, este fenómeno hace que se muestre el
atesoramiento del poder a través de dos formas:

El acaparamiento de tierras y propiedades (señor feudal).

También existían otras personas que realizaban otras actividades artesanales o


profesionales, liberales que eran realmente el sustento de esos dos entes de poder porque
eran definitivamente los que trabajaban; este sector minoritario que debían crear
organismo de defensa contra el poder omniponte de los Señores Feudales y de la Iglesia, así
surge las corporaciones que son agrupaciones de personas que tienen la exclusividad de una
actividad laboral lo que hace que los Señores Feudales le reconozcan su existencia y le den
valor. Lo importante de estas corporaciones en su estructura jerárquica pero no escrita eran
las siguiente:

Maestro.

263
Oficiales y ayudantes. (asistente del maestro en el comienzo del oficio o arte que
desarrollaban)

El poder de la Iglesia Católica.

El maestro no era superior en cuanto al desarrollo de la actividad pudiéndose comparar con


los aprendices, el maestro era un patrono que en sentido etimológico significaba padre del
oficio que desarrollaba pero había concepción del jefe y subordinado tal como lo
conocemos hoy.

Al final de la Edad media un cambio en la concepción económica del hombre, se dejó de


pensar que el poder económico se demuestra con el atesoramiento de tierra y surge en
Europa una concepción liberal en donde la muestra del poder se da cuando se detectan
bienes e inmuebles (muebles y piedras preciosas) ya que lo mas sencillo de acceder era
esto. Lo cual trae como consecuencia una clase consumista en el mundo. Hoy en día hay la
necesidad de producir mas de un mismo bien ya que no es rentable producir
artesanalmente a consecuencia se da el hecho socioeconómico llamado la Revolución
Industrial.

Edad Moderna: El descubrimiento de América dio lugar a la extracción masiva de oro y


piedras preciosas de este continente para ser transportados a Europa lo cual trajo como
consecuencia una de las primeras medidas inflacionarias de la historia de la humanidad;
surge una nueva clase social, la burguesía, quien comienza a obtener poder político
mediante la corrupción, el atesoramiento de dinero cambia, la concepción moral del trabajo
(que en la edad media estaba representada por corporaciones)

Los maestros se cambiaron por patronos en el sentido que reconoce los aprendices por
trabajadores, el taller por la fábrica y el precio justo por el precio del mercado y entre precio
del mercado conseguiremos el salario, surge la necesidad de la producción en serie y
aparecen las máquinas como medios o formas de producir y a la par de ello la competencia
entre productores y los riesgos que debe asumir el patrono para conducir.

Así en Francia en 1791 se da la llamada "Le Chatelier" que le da carácter delictual a las
asociaciones y corporaciones y el trabajador no puede reunirse ya que pierde exclusividad
en el área que maneja, lo cual afecta el poder político.

264
Edad Contemporánea: Se inicia con la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII y las
consecuencias mas importante es la concesión política, surge el concepto de Estado
organizado; en ese tiempo en Europa empezaron a desaparecer las pocas condiciones que
habían en cuanto al trabajo, estas existían de acuerdo al liberalismo dando como origen
otras concesiones como es la comunista los medios de producción deben ser de las
personas, no de las que las poseen sino de las que la hacen producir, estas concesiones se
fundan a través de la Iglesia Católica.

En el año de 1940 surge el manifiesto comunista del Derecho del Trabajo como programa
autónomo y principios propios habían nacidos normas propias que no se podían encuadrar
en ninguna de las ramas del Derecho por lo que se hizo necesaria crear una rama nueva que
es lo que hoy conocemos como el Derecho al Trabajo.

Período de Industrialización y Capitalismo:

Leyes Destinadas a la Protección de la Mujer y el Menor

En América, el amparo de la mujer y el menor se concreta también en las leyes dictadas por
casi todos los países del continente durante las primeras décadas del presente siglo
pudiendo citar a modo de ejemplo la ley argentina del 14 de octubre de 1907, la ley chilena
de contrato de trabajo del 8 de septiembre de 1924 estableciendo como edad mínima 14
años; Colombia, Guatemala, Perú y México regulan las jornadas del menor en un período
nunca mayor de las 6 horas interrumpidas por un descanso de duración variable. La
prohibición de trabajo nocturno para los menores de 18 años, en Brasil (Código de Menores
de 27-2-1914) o en Guatemala, cuya Ley de trabajo prohíbe el trabajo de los menores en
ocupaciones nocturnas insalubres o peligrosas, son ejemplos de la preocupación del
legislador americano por defender la mano de obra infantil de las distintas naciones. Igual
podría decirse la legislación protectora de la mujer, que se dicta ordinariamente en los
países de América durante el primer cuarto del siglo pasado, la prohibición de despido de la
mujer embarazada; los plazos de descanso previo y posteriores al alumbramiento, la
prohibición de trabajos peligrosos, incómodos o insalubres para la madre o para la vida del
feto; y, en fin, la prohibición de trabajo nocturno para las mujeres, es norma habitual de la
legislación americana del período señalado.

265
Ley de Pobres

Las leyes de pobres de Inglaterra derivan de las normas y prácticas con las que desde la
primera mitad del siglo XVI se había intentado suprimir el vagabundeo. El sistema de
caridad institucionalizada que surge en estos momentos proporciona ayudas a los pobres
pero les prohibe mendigar fuera de sus parroquias de origen: los mendigos quedaban
confinados dentro de áreas específicas y el salirse de las mismas estaba fuertemente
penalizado. Todas estas normas fueron recopiladas en el reinado de Isabel I y dieron origen
a la primera ley oficial de pobres conocida como Ley de Isabel del año 1601. Esta ley
estableció los principios de un sistema nacional de ayuda legal y obligatoria a los pobres y
constituyó la base de lo que más tarde se conocería como antigua ley de pobres.

El sistema de ayuda legal a los pobres que se instituyó en ese momento se caracterizaba por
los siguientes elementos: (a) la parroquia era la unidad básica de aplicación; (b) las ayudas
se financiaban fundamentalmente a través de impuestos sobre las propiedades locales; (c)
la gestión corría a cargo de funcionarios nombrados por los jueces locales; y (d) las ayudas
variaban dependiendo del tipo de pobre: limosnas y asilos para los pobres incapacitados
(ancianos y enfermos), aprendizaje de oficios para los niños, trabajo para los pobres
capacitados, y castigo o prisión para los que podían y no querían trabajar.

Las sucesivas leyes de pobres que se fueron promulgando a partir de la Ley de Isabel se
complementaron con las llamadas leyes de asentamiento. Estas leyes impedían que un
recién llegado a una parroquia pudiera establecerse irregularmente en ella y se convirtiera
en una carga económica adicional para los habitantes de la misma.

Aunque el principio del asentamiento no era nuevo, fue la Ley de Asentamiento de 1662 la
que estableció una definición precisa y uniforme de asentamiento. Las disposiciones sobre
el asentamiento fueron a menudo ignoradas, eludidas y modificadas por leyes posteriores,
pero los requisitos para el asentamiento y las restricciones a la movilidad de los pobres
continuaron existiendo y se convirtieron en una característica esencial de la antigua ley de
pobres.

Ley Aplicable a las Industrias Algodoneras, Ley de Prusia de 1839 y Ley de Francia de 1861

266
En 1796 fue aprobado el 22 de junio la primera ley destinada a resguardar el patrimonio
humano de los nocivos efectos de la Revolución Industrial prescribía disposiciones
sanitarias: limitaba a 12 horas máximas la jornada diaria, incluyendo el tiempo de comedor;
hacía obligatoria la instrucción del menor y establecía un sistema de inspección periódico
del trabajo, no obstante esta ley ni siquiera fue aplicada. El primer ordenamiento de este
tipo realmente efectivo fue la llamada Ley de Fábricas de 1833. Por Otro lado, Prusia en
1839, sanciona legalmente el amparo de la mano de obra infantil y femenina, y Francia
asegura el 22 de febrero de 1851 el aprendizaje del menor en condiciones cónsonas con su
edad y sus fuerzas.

El Derecho Del Trabajo en América

Para el principio de los años 1900 la legislación americana se dibuja con mayor avance con
respecto a la europea, en cuanto se refiere al trabajo y a los empleados. Las leyes europeas
estaban dirigidas hasta entonces a la protección del trabajo manual, predominante en las
grandes industrias de la época. Puede decirse, que la legislación tutelar del trabajo en
América se adelanta a los países de Europa cuando extiende sus reglas a los empleados de
las empresas particulares. Pueden citarse en tal sentido: Bolivia, que por ley de 21/11/1924
reglamenta el trabajo de los empleados de comercio y otras industrias; Brasil y Chile (leyes
de 24/12/25 y 17/10/25, respectivamente). Lo mis puede decirse de los Códigos de Trabajo
de algunos Estados de México (Chihuahua, Puebla, Michoacán, Veracruz). Panamá, con su
ley de 1914, y Perú, con la ley de 7/2/24, también reglamentan el Contrato de Trabajo de los
empleados de Comercio.

El Derecho Del Trabajo En Venezuela: Leyes Indias

Suele afirmarse que las leyes indias son un precedente histórico de la moderna legislación
laboral . Denominase a sí la recopilación de Cédulas , cartas, provisiones y leyes ordenadas
por Carlos II DE España el 18 de Mayo de 1680 , con el propósito de unificar y divulgar las
disposiciones dictadas hasta entonces en materia de gobierno, justicia guerra , hacienda y
las penas aplicables a los transgresores

267
En las leyes de Indias España creo el monumento legislativo mas humano de los tiempos
modernos, son un resultado de una pugna y representan en cierta medida una victoria de
los segundos.

En las páginas de la recopilación la presencia de numerosas disposiciones, que bien podrían


quedar incluidas en una legislación contemporánea del trabajo, en especial las que
procuraron asegurar a los indios la percepción efectiva del salario.

Las Leyes de Indias llevan el sello del conquistador orgulloso: de acuerdo con el
pensamiento de fray Bartolomé de las Casas, se reconoció a los indios su categoría de seres
humanos, pero en la vida social, económica y política, no eran los iguales de los vencedores.

En la Nueva España, las actividades estuvieron regidas por las Ordenanzas de Gremios, éstas
y la organización gremial fueron un acto de poder de un gobierno absolutista para controlar
mejor la actividad de los hombres.

El derecho Constitucional de Apatzingan, expedido por el Congreso de Anáhuac, declaro en


su art. 38 que "ningún género de cultura, industria o comercio, puede ser prohibido a los
ciudadanos, excepto los que formen la subsistencia publica".

Antecedentes Post Coloniales: Constitución de 1830 y Códigos Civiles

En el desarrollo de las reseñas históricas del Derecho del trabajo venezolano podemos
distinguir dos períodos que comprenden desde la Constitución de la República
Independiente de Venezuela demarcada en la Gran Colombia en 1830 hasta la ley de
talleres y establecimientos públicos de 1917 y el segundo el que se extiende desde la ultima
fecha hasta nuestros días.

Primer Período 1830-1917: Gran Parte de las provincias, estados y municipalidades de la


República sancionaron Códigos, leyes y ordenanzas de policías en los cuales se insertaban
reglas de aplicación regional sobre el trabajo jornalero ya que poseían un carácter

268
estrictamente policial atento al cuidado del orden público y las buenas costumbres que a la
regulación moderadora del trabajo y la protección del trabajador.

Segundo Período 1917 ? hasta nuestros días: Esta comienza propiamente el 26 de junio de
1917 con la ley de talleres y establecimientos públicos, anteriormente las leyes de minas
habían establecido normas para regular las relaciones entre el trabajador y el patrono,
conteniendo disposiciones muy particulares referentes al trabajo en especial la ley de 1915
que estableció el sistema de reparación de accidentes de trabajo, que sirvió de base para la
Ley del Trabajo de 1928.

Ley del Trabajo de 1928

Esta ley deroga la anterior constituyendo un cuerpo normativo de concepción mas técnica
dedicado al trabajo subordinado que establece la obligación patronal por primera vez de
pagar las indemnizaciones en los casos de accidentes y enfermedades profesionales ya que
hasta la fecha se regían por las reglas de las Leyes de Minas y por las disposiciones del
Código Civil. Es de advertir que esta responsabilidad, de naturaleza jurídica civil se asentaba
en la teoría contractual según la cual el patrono responde del riesgo en todo caso, salvo en
la culpa del obrero o sirviente.

Ley de Trabajo de 1936

La Ley del Trabajo del 16 de julio representa un esfuerzo técnico realizado por la
cooperación de la organización internacional del trabajo, se inspira en la ley federal de
República de México y en el Código chileno del 13 de mayo del mismo año.

Con las reformas sucesivas de 1945, 1947,1966,1974,1975 y 1983 se mantuvo en vigencia


hasta el primero de mayo de 1991.

Acogió los lineamientos de los diferentes convenios de la OIT ratificado con mucha
posterioridad por Venezuela e hizo el primer reconocimiento de los derechos de asociación
y contratación colectiva y de huelga acerca de los cuales la ley de 1928 guardaba un
269
absoluto silencio. Este trípode institucional basta por sí sola para justificar históricamente su
promulgación y explicar su larga vigencia.

El 30 de noviembre de 1938 fue sancionado el reglamento de dicha ley, que rigió con la
explicable discordancia entre la numeración de sus articulados con la del texto legal (tres
veces modificado desde su promulgación en 1936 hasta el 31 de diciembre de 1973 fecha en
que fue derogado).

Ley Orgánica del Trabajo de 1990

El 20 de diciembre de 1990 entra parcialmente en vigor la Ley Orgánica del Trabajo (G.O.Nº
4240), destinada a sustituir desde el primero de mayo de 1991 la que, con ligera
modificaciones, rigiera durante casi 55 años la relación de trabajo en el país. El nuevo
instrumento concentro en 665 artículos casi toda la legislación dispersa sobre la materia
dictada desde 1936, pues constituye un agregado de disposiciones de la Constitución
Nacional.

Presenta la relación de Trabajo como una figura del Sistema Legal aunque relacionado con la
del contrato individual del Trabajo para entender el origen y desarrollo del nexo entre el
patrono y su trabajador. Incluye relaciones especiales de trabajo como lo es el transporte
aéreo, lacustre, fluvial y marítimo, de los trabajadores motorizados, minusválidos, de la
mujer y de la familia.

En cuanto a las relaciones colectivas cambió los nombres de Contrato Colectivo por
Convenciones Colectivas de Trabajo y de convención obrero-patronal por: Reuniones
normativas laborales. Esta Ley también autoriza a los sindicatos nacionales y regionales a
actuar en todo el territorio del país y en jurisdicción de varios estados.

Finalmente podemos decir que esta ley aumentó la participación de los trabajadores en los
beneficios de la empresa, la antigüedad paso a ser de 30 días de salario por años de
servicios, pero en cuanto a sus defectos podemos decir que goza de vicios de forma y fondo
que opacan los resultados, no está apegada a las reglas metodológicas en cuanto a la
formación, ordenación de títulos, secciones y capítulos de la Ley y también la inobservancia

270
de convenios internacionales del Organización Internación del Trabajo Suscrito por
Venezuela.

Ley de reforma de la ley orgánica del Trabajo de 19/06/97

Se creó en el acuerdo de la Comisión Tripartita, esta ley limitó la antigüedad del Trabajador
en el servicio, redujo la causa del salario sobre las prestaciones sociales, insertó los
beneficios de orden laboral en una ley de seguridad social integral, contiene también
deficiencias de fondo y forma, deficiencias metodológicas, de técnica legislativa y semántica

Reglamentos aplicados a las Leyes Laborales:

Reglamento de la Ley del Trabajo de 1973 Este reglamento vigente desde el primero de
febrero de 1974, incorpora los textos dispersos de algunos decretos-leyes, reglamento y
resoluciones dictados desde 1945. No fue expresamente derogado por la LOT por lo cual sus
disposiciones son aplicables en cuanto no estén modificadas o contradichas para la Ley. Este
incorpora textos dispersos de decretos-leyes, reglamentos y resoluciones dictadas desde
1945. Equipara las condiciones de los trabajadores rurales a los urbanos de acuerdo a:
jornadas, vacaciones, antigüedad, cesantía etc. Suple lagunas de la antigua ley en cuanto a
mejoras de procesos industriales, suspensión de los contratos de trabajo, trabajo de
aprendices, trabajadores domésticos, a domicilio, conserjes, de los deportistas profesionales
y de los trabajadores rurales. Introdujo algunas modificaciones de los conceptos de patrono,
intermediario, contratista, empleado de confianza, exigió formalidad escrita a los contratos
para obras determinadas por tiempo determinada.

Reglamento General de la Ley Orgánica del Trabajo (1999): Entra en vigencia el 25/1/99, con
267 artículos destinado a sustituir parcialmente al reglamento de 1973 y deroga 8
normativas entre ellas: Reglamento parcial de la Ley Orgánica del Trabajo para negociar los
convenios colectivos de trabajo de los funcionarios o empleados del servicio de la
administración pública nacional; Reglamento parcial de Ley Orgánica del Trabajo sobre la
participación de los trabajadores en los beneficios de la empresa; Reglamento Parcial de la
Ley Orgánica Del Trabajo sobre cuidado Integral de los Hijos de Los Trabajadores;
reglamento Parcial de la Ley Orgánica del Trabajo sobre la remuneración, entre Otros.

Internacionalización del Derecho Del Trabajo

271
Son la reglas adoptadas por países para regir de modo más uniforme las relaciones jurídicas
laborales de cada uno de ellos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) quien
constituye parte esencial de la reglamentación internacional sobre el trabajo adoptada por
la Naciones Unidas, El Consejo de Europa; La Comunidad Europea entre otros, ha sido el
precurso de los mejores beneficios tanto para patronos como para trabajadores, el
establecimiento de las mejores condiciones de trabajo, inspirador de los principios
fundamentales del Derecho del Trabajo y gran consejero de los países en los conflictos
laborales que se suceden en ellos, protector de los principios y convenios acordados por la
gran mayoría de los países. Esta organización llevo acabo el Código Internacional del Trabajo
el cual es una recopilación ordenada y sistemática de los Convenios y recomendaciones
adoptadas por la Conferencia Internacional del Trabajo. Su contenido es sobre: Condiciones
de Trabajo, salario, reposos, higiene y seguridad, política y seguridad social.

Todo esto es para asegurar un progeso de las legislaciones de los Estados miembros de la
OIT, para que somentan los instrumentos a la autoridad a quien competa darle forma de ley
o que haga efectivas sus disposiciones (Poder Legislativo) quien somete el convenio a su
consideración.

No es un código como tal, solo es de carácter programático y solo obliga al Estado que lo ha
ratificado para desarrollar luego legislaciones de acuerdo a la regla internacional.

Convenios ratificados por Venezuela:

Sobre limitación de las horas de trabajo.

Protección de la maternidad.

Trabajo nocturno de la mujer.

Sobre la edad mínima.

Trabajo nocturno de los menores.

Método para la fijación de salarios mínimos.

Libertad sindical y protección y negociación colectiva.

Nómina de seguridad social.

272
Peñaloza Marielvi

flakita0303@gmail.com

Josenny Suárez

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD YACAMBU

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Subject: Derecho a la huelga

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Huelga

suspensión colectiva de la actividad laboral

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274
«Huelgas» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Huelgas (desambiguación).

Strike, pintura de Stanisław Lentz

La huelga es una forma de protesta en la que sus participantes o miembros se abstienen de


realizar la actividad que realizan normalmente en perjuicio de aquellos a los que dirigen sus
reclamos o sus quejas. El tipo más importante y extendido es la huelga laboral o paro que es
la suspensión colectiva de su actividad por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar
mejoras en las condiciones de trabajo o manifestarse contra recortes en los queridos
derechos sociales;[1] según la Organización Internacional del Trabajo, es uno de los medios
legítimos fundamentales de que disponen los ciudadanos y específicamente los
trabajadores (a través del movimiento sindical y las organizaciones sindicales) para la
promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales.[2][3]

Orígenes de la huelga

Derecho de huelga

Tipos de huelgas

Terminología en algunos países

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

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Subject: Derecho de propiedad

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Propiedad

poder directo e inmediato sobre un objeto o bien

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Para otros usos de este término, véase Propiedad (desambiguación).

Derecho de propiedad

276
La propiedad o dominio es un poder directo e inmediato sobre una cosa, que atribuye a su
titular la capacidad de gozar y disponer de la cosa sin más limitaciones que las que
establezcan las leyes. Es el derecho real que implica el ejercicio de las facultades jurídicas
que aplican el ordenamiento jurídico concede sobre un bien.[1]

El objeto del derecho de propiedad está constituido por todos los bienes susceptibles de
apropiación. Para que se cumpla tal condición, en general, se requieren tres condiciones:
que el bien sea útil, ya que si no lo fuera, carecería de fin la apropiación; que el bien exista
en cantidad limitada, y que sea susceptible de ocupación, porque de otro modo no podrá
actuarse.

El derecho de propiedad abarca todos aquellos bienes materiales que pueden ser
apropiados, de utilidad, de existencia limitada y que pueden ser ocupados.[2] Con todo, el
dominio no sólo se circunscribe a las cosas corporales, sino también recae sobre las
incorporales tales como el derecho de propiedad industrial o intelectual.[3]

Para el jurista Guillermo Cabanellas la propiedad no es más "que el dominio que un


individuo tiene sobre una cosa determinada, con la que puede hacer lo que desee su
voluntad". Según la definición dada el jurista venezolano-chileno Andrés Bello en el artículo
582 del Código Civil de Chile, el dominio consiste en:

el derecho real en una cosa corporal para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no
siendo contra la ley o contra el derecho ajeno. La propiedad separada del goce de la cosa se
llama mera o nuda propiedad.

Habitualmente se considera que el derecho de propiedad pleno comprende tres facultades


principales: uso (ius utendi), goce (ius fruendi) y disfrute (ius abutendi),[4] distinción que
proviene del derecho romano o de su recepción medieval.[5] Tiene también origen romano
la concepción de la propiedad en sentido subjetivo, como sinónimo de facultad o atribución
correspondiente a un sujeto.

Por el contrario, en sentido objetivo y sociológico, se atribuye al término el carácter de


institución social y jurídica y, según señala Ginsberg, puede ser definida la propiedad como
el conjunto de derechos y obligaciones que definen las relaciones entre individuos y grupos,
con respecto a qué facultades de disposición y uso sobre bienes materiales les
corresponden.

277
Teoría de la propiedad Editar

El derecho de propiedad es el más completo que se puede tener sobre una cosa: la
propiedad se halla sometida a la voluntad, exclusividad y a la acción de su propietario, sin
más límites que los que marca la ley o los provocados por "la concurrencia de varios
derechos incompatibles en su ilimitado ejercicio"[6] (limitaciones de carácter extrínseco).
No obstante, el reconocimiento de que la propiedad, como institución, está orientada a una
función social,[7] implica que en la actualidad existan limitaciones intrínsecas o inherentes
al derecho; así como obligaciones que se derivan de la propiedad en sí.

En doctrina jurídica, especialmente aquellos ordenamientos con importante influencia


latina, se considera que el dominio o propiedad está integrado por tres facultades o
derechos:

Ius utendi Editar

El ius utendi es el derecho de uso sobre la cosa. El propietario tiene el derecho a servirse de
la cosa para sus intereses y de acuerdo con la función social del derecho, siempre y cuando
esas conductas no violen preceptos legales ya establecidos o causen lesiones a los derechos
de otros propietarios.

Por ejemplo, bajo el principio del ius utendi no podría un propietario de un bien inmueble
justificar la tenencia de una plantación de marihuana, al estar prohibida por la mayoría de
los ordenamientos jurídicos. De la misma forma, un empresario no puede justificar bajo este
principio ruidos excesivos típicos de una actividad industrial en una zona residencial, que
hagan intolerable la vivencia de los demás vecinos.

Ius fruendi Editar

El ius fruendi es el derecho de goce sobre la cosa. En su virtud, el propietario tiene el


derecho de aprovechar y disponer los frutos o productos que genere el bien. La regla
general es que el propietario de una cosa es también propietario de todo aquello que la cosa
produzca, con o sin su intervención.

278
Los frutos pueden ser naturales o civiles. Los frutos naturales son aquellos que la cosa
produce natural o artificialmente sin detrimento de sustancias. En ese aspecto se distinguen
de los denominados "productos" así: tratándose de un manzanar, las manzanas son frutos
naturales y la leña de los árboles son sus productos.

Los frutos civiles están constituidos por aquellas sumas de dinero que recibe el propietario
por ceder a otro el uso o goce de la cosa. Usando el ejemplo anterior, el fruto civil que
percibe el propietario del manzanar es la renta que le es pagada al darlo en arrendamiento.
Tratándose de dinero, los frutos que percibe su propietario son los intereses.

Ius abutendi Editar

El ius abutendi es el derecho de disposición sobre la cosa. El propietario, bajo la premisa de


que la cosa está bajo su dominabilidad (poder de hecho y voluntad de posesión), puede
hacer con ella lo que quiera, incluyendo dañarla o destruirla (disposición material), salvo que
esto sea contrario a su función social: por ejemplo, el propietario de un bien integrante del
patrimonio cultural no debe destruirlo y, de hecho, debe estar obligado a su conservación.

Del mismo modo, puede el propietario disponer de su derecho real (disposición jurídica):
así, puede enajenar la cosa, venderla, donarla y, en general, desligarse de su derecho de
propiedad y dárselo a otra persona; o incluso renunciar al derecho o abandonar la cosa, que
pasaría a ser res nullius. Son también actos de disposición aquellos en los que el propietario
constituye en favor de otra persona un derecho real limitado, como el usufructo, la
servidumbre, la prenda o la hipoteca.[8]

En conclusión tiene el derecho real de dominio quien tenga estos tres principios (Uso, Goce
y Disposición)

Caracteres del derecho de propiedad Editar

El derecho de propiedad es un moral, exclusivo y perfecto poder, pero con carácter de


limitación y subordinación, así como también perpetuo.

279
Es un poder moral porque la apropiación que se hace del bien es reflexiva y no instintiva, es
decir, la destinación al fin se hace previo el conocimiento del fin que se acepta
libremente.[cita requerida]

Es un derecho exclusivo, derivado de la limitación esencial de la utilidad en muchos objetos,


que no puede aplicarse a remediar las necesidades de muchos individuos a la vez. Por esta
razón, no son bienes apropiables los llamados de uso inagotable o bienes libres, que existen
en cantidades sobrantes para todos, como el aire atmosférico, el mar o la luz solar.

Es un derecho perfecto. El derecho de propiedad puede recaer sobre la sustancia misma de


la cosa, sobre su utilidad o sobre sus frutos; de aquí deriva el concepto de dominio
imperfecto según que el dominio se ejerza sobre la sustancia (dominio radical) o sobre la
utilidad (dominio de uso o sobre los frutos, dominio de usufructo). Estas dos clases de
dominio, al hallarse en un solo sujeto, constituyen el dominio pleno o perfecto. El derecho
de propiedad es un derecho perfecto, pues por él, todo propietario puede reclamar o
defender la posesión de la cosa, incluso mediante un uso proporcionado de la fuerza, y
disponer plenamente de su utilidad y aún de su substancia, con la posibilidad en
determinados supuestos de destruir la cosa.

Es un derecho limitado o restringido por las exigencias del bien común, por la necesidad
ajena y por la ley, y subordinado, en todo caso, al deber moral.

Es perpetuo, porque no existe un término establecido para dejar de ser propietario.

Clasificación Editar

Se puede esquemáticamente presentar la división de las varias especies de propiedad, de


acuerdo a lo siguiente:

Por sujeto Editar

Pública, si corresponde a la colectividad en general.

Privada, cuando el derecho es o está asignado a determinada persona o grupo y las


facultades del derecho se ejercitan con exclusión de otros individuos [cita requerida].

Individual, si el derecho lo ejerce un solo individuo

Colectiva privada, cuando el derecho es ejercido por varias personas

Colectiva pública, si la propiedad corresponde a la colectividad y es ejercida por un ente u


organismo público.

Por naturaleza Editar


280
Propiedad mueble, si puede transportarse de un lugar a otro.

Propiedad inmueble, o bienes raíces o fincas son las que no pueden transportarse de un
lugar a otro

Propiedad corporal, la que tiene un ser real y puede ser percibida por los sentidos, como
una casa, un libro, entre otros

Propiedad incorporal, si está constituida por meros derechos, como un crédito, una
servidumbre, entre otros

Por objeto Editar

Propiedad de bienes destinados al consumo

Propiedad de bienes de producción

Modos de adquirir la propiedad Editar

Artículo principal: Modos de adquirir la propiedad

Los modos de adquirir la propiedad son aquellos hechos o negocios jurídicos que producen
la radicación o traslación de la propiedad en un patrimonio determinado. A este modo de
adquirir la propiedad se le llama también "título" y existen diversas clasificaciones, por
ejemplo:

A título universal

A título oneroso y gratuito

Originarios

Derivados

Modos de transmisión Editar

Virtual Editar

Surge por medio de la palabra de los contratantes al entregar el documento que denota la
propiedad y no la posesión. Al cumplirse con la entrega virtual y al momento de que el
causante le da la posesión del bien al causahabiente, se constituye la entrega física. La
transmisión física de la propiedad, refiere que el bien mueble o inmueble, es existente y
está dentro del comercio, ya que jurídicamente esta figura es regulada por el derecho.[9]

281
Jurídica o Real Editar

Procede respecto de bienes muebles inscritos y sólo surte efectos desde su inscripción en el
registro público de la propiedad. Se refiere que debe existir y se debe constituir para su
realización con un ordenamiento jurídico del derecho positivo, ya que es verificable,
compatible y no es contradictorio con la existencia del derecho. Es posible o jurídica cuando
el sujeto es capaz jurídicamente en la relación del objeto en el contrato.[9]

Véase también

Referencias

Última edición hace 15 días por Eduardosalg

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Date: mié., 25 de dic. de 2019 13:25

Subject: La iguadad ante la ley

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Igualdad ante la ley

282
principio que establece que cada individuo debe ser tratado por igual por la ley sin
discriminación o privilegios por el estado

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Estatua de la Igualdad, París. Alegoría de igualdad.

La Igualdad ante la ley, Igualdad bajo la ley, Igualdad ante los ojos de la ley o Igualdad
jurídica es el principio que reconoce que todas las personas deben ser tratadas de la misma
manera por la ley (principio de isonomía), y que estén sujetas a las mismas leyes de justicia
(debido proceso), reconoce la equiparación igualitaria de todos los ciudadanos en derechos
civiles y políticos,[1] por lo tanto, la ley debe garantizar que ningún individuo o grupo de
individuos sea privilegiado o discriminado por el estado sin distinción de raza, sexo,
orientación sexual, género, origen nacional, color, origen étnico, religión u otras
características ya sean personales o colectivas sin parcialidad.

Es un principio propio del liberalismo y la democracia. Hay un viejo dicho que dice "todos
son iguales ante la ley", El autor Anatole France dijo en 1894: "En su majestuosa igualdad, la
ley prohíbe a los ricos y pobres dormir bajo puentes, mendigar en las calles y robar
panes".[2] La creencia en la igualdad ante la ley se llama igualitarismo legal. El principio de
igualdad ante la ley es incompatible y deja de existir con sistemas legales como la esclavitud,
la servidumbre, el colonialismo, la monarquíay la teocracia, Igualdad ante la ley, es el
conjunto de derechos y garantías del ordenamiento jurídico. El contenido de las leyes sea
igual para todos, o desigual si así corresponde, sobre la fase o en función de la justicia.
Igualdad ante la ley, es deben interpretar y aplicar el ordenamiento jurídico, sin incurrir en
discriminación, este principio solo implica la no discriminación por parte del estado como
una limitación de su poder y no aplica a personas o empresas privadas ya que implicaría una
violación de derechos y libertades individuales como los de libre Asociación, expresión o de
propiedad.

Historia Editar

Liberalismo clásico Editar

Igualdad de derechos y el Igualitarismo material Editar

283
Igualdad absoluta e igualdad relativa Editar

Ley parricida Editar

En las monarquías Editar

El principio por países Editar

Referencias Editar

Véase también Editar

Enlaces externos Editar

Última edición el 18 dic 2019 a las 15:34

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 13:31

Subject: Idoneidad para los cargos publicos

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Derecho

Inicio Derecho constitucional La idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos

La idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos

29 de julio de 2016 Publicado por Hilda

284
El artículo 16 de la Constitución de la Nación argentina, establece la igualdad ante la ley de
todos los habitantes y el único requisito que impone para ocupar un empleo es la idoneidad.

La idoneidad implica que alguien sea capaz y competente para realizar un trabajo o cumplir
una función. Esta idoneidad puede estar determinada por leyes que establecen los
requisitos técnicos, físicos o éticos que restrinjan a ciertas personas de ocuparlos, por
ejemplo, un policía de calle o un guardavidas no podrá tener una dificultad en la marcha.

Todos estamos de acuerdo con que todos los hombres y mujeres debemos gozar de
igualdad, pero esto en la práctica es muy difícil, lo mismo que demostrar la idoneidad
relativa de una persona con respecto de otra, en relación a un mismo cargo, que muchas
veces se decide en forma arbitraria por quien tiene el derecho de seleccionar al empleado.
Cuando se trata de un empleo privado, esto es una facultad del empleador, ya que él tiene
amplia capacidad de decisión sobre quién ocupará el empleo, pero cosa distinta ocurre con
los empleos públicos, que pagamos todos y que muchas veces ocupan amigos o parientes de
políticos de turno, violando el derecho de otras personas a acceder a ellos, ya que ni
siquiera se abre un concurso de antecedentes y oposición, y en otras, aún presentándose
otros candidatos, se evalúan las condiciones de modo subjetivo.

En la práctica lo que observamos es que están ocupados por quienes tienen alguna relación
con el poder de turno, que tal vez puedan tener idoneidad, pero si ellos consiguen el
empleo en desmedro de la posibilidad que puede tener otro ciudadano más capaz pero sin
vinculación política, la igualdad ante la ley resulta un derecho no reconocido.

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Categorías: Derecho constitucional

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 13:46


288
Subject: Idoneidad para el empleo publico

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

AL DÍA | ARGENTINA

La idoneidad: requisito constitucional del empleo público

Ed. Microjuris.com Argentina

1 año ago

Autor: Bazán Lazcano, Marcelo

Fecha: 29-nov-2018

Cita: MJ-DOC-13771-AR | MJD13771

Doctrina:

Por Marcelo Bazán Lazcano (*)

Sería un error pensar que cuando se designa a una persona como agente de una repartición
pública, cualquiera sea ésta, es decir, pertenezca o no al Poder Ejecutivo y sea o no ella
parte de algún órgano extrapoderes del Estado, como el Defensor del Pueblo o la Auditoría
General de la Nación, por ejemplo, también se ha verificado alguna selección preestablecida
a tal fin. Normalmente, cuando se designa a alguien para un cargo, incluso para el de
director de una biblioteca, de un archivo o de un hospital público, no puede decirse que
haya mediado, como debería con arreglo a la Constitución, algún concurso público de
oposición y antecedentes. Considerar estas designaciones como resultado o consecuencia
del intento de llevar a los mejores a la función pública sería una ilusión.

289
Aunque nombrar empleado o funcionario a una persona no implica su aptitud para la
función que el cargo exige, parecería que la potestad para hacerlo de la autoridad de quien
emana el nombramiento lleva consigo la habilidad requerida para el desempeño de aquélla.

Sería igualmente un error pensar que aunque el concurso no haya tenido lugar, considerar
que la designación «a dedo» no es discriminatoria. No se puede considerar que todo
nombramiento de una persona para un cargo es discriminatorio, en el sentido negativo de
esta palabra. Pero ¿no es discriminatorio respecto de los aspirantes idóneos a ese cargo la
designación desprovista de toda prueba o concurso? No está claro qué clase de legitimidad
habría en la designación de una persona cuyo único mérito reside en su afinidad, simpatía,
parentesco o alguna otra relación «subjetiva» con quien tiene la potestad de nombrarla.
Dado que no estamos convencidos de que es realmente irrestricta tal potestad, en el
sentido de no hallarse condicionada por la «idoneidad» exigida por el art.16 de la
Constitución, podemos decir con razón que no existen buenas razones para considerar
legítimo el acto administrativo del nombramiento contrario a ella.

Hay, además, muchas que sé que son propias de determinadas personas, habilidades o
destrezas que sólo estas personas poseen o pueden adquirir, como escribir, dibujar, pintar,
investigar, analizar, proyectar, etcétera.

Cabe preguntarse: ¿Todos los «discapacitados» son inidóneos para algunas de estas cosas
difíciles para los mismos «capacitados»? Una prueba de oposición puede revelar la ineptitud
para ellas de algunos de los segundos y la aptitud con que no pocos de los primeros las
resolverían.

Cuando se efectúan nombramientos en alguna repartición estatal sin que haya habido la
selección que supone el sistema de concursos, ¿se ha observado la Constitución o se la ha
violado? Aquí contemplamos este tipo de nombramientos como violatorios de la
Constitución. Su realización, en otras palabras, no se entenderá que lleva aparejada
legitimidad.

De acuerdo con esta estipulación, el Defensor del Pueblo y no solamente el afectado y las
asociaciones antidiscriminatorias deberían interponer la acción de amparo público
tendiente a hacer cesar de inmediato la arbitrariedad de acto administrativo lesivo del

290
derecho de «incidencia colectiva» protegido expresamente por la norma del art. 43 de la
Constitución. Si la designación no ha operado por concurso, entonces ella ha excluido, «con
ilegalidad manifiesta», a los que habiendo mediado aquél, habrían podido obtener
legítimamente el cargo o empleo de cuya vacante se trata.

Usando nuestra noción constitucional de provisión de cargos administrativos de cargos en


las reparticiones públicas, que incluye la selección mediante el procedimiento transparente
mencionado, podemos también decir que los resultados de ella son que tales cargos serían
discernidos entre los más capaces.Este modo de actuación resultaría conveniente en todos
los aspectos vinculados con la más eficaz prestación de los servicios públicos.

Así, en vez de decir que los nombramientos por concurso conducen al hecho de que la
carrera administrativa se altere inconvenientemente en detrimento de los más meritorios y
capaces dentro del «ranking» correspondiente a ella, podemos decir que conduce al hecho
de que éste se torne más justo y transparente. Porque si el estado de cosas de tal «ranking»
se da como resultado de un método de ingreso y ascensos determinado por «dedocracia» y
si la valoración de que son objeto los integrantes de la «carrera» no se ordena en relación
con la idoneidad específica y no solamente la antigüedad, sino por el azar del clientelismo o
la acción de los grupos de poder que se apoyan entre sí dentro de algunas instituciones
públicas, la deplorable discriminación permanecerá inalterada en este aspecto y la
prestación del servicio público no mejorará nunca.

Deberá estar claro ahora qué ha de entenderse por «consecuencias» del acto administrativo
arbitrario de nombramiento y también que ellas afectan a la comunidad toda y no
solamente a los discriminados y por eso excluidos como resultado de tal acto. Las
consecuencias del nombramiento o ascenso arbitrario son las consecuencias del servicio
administrativo ineficaz, que es el resultado de la política administrativa partidista o de los
grupos mafiosos, politizados o no en el sentido partidario de esta palabra. Así, por ejemplo,
si la actividad administrativa pública es el resultado de una obstinada práctica de
favoritismos tendientes a impedir que se produzcan los cambios necesarios a su
mejoramiento, entonces todo lo que sea una consecuencia de cualquier iniciativo noble y
provechosa será objeto de indiferencia y hasta de persecuciones. No hay diferencia «en
principio» entre las consecuencias nefastas de la distorsión de los fines altruistas que deben
perseguir las autoridades públicas y el estado de cosas caracterizado por el abandono o la
desaprensión derivados de su ineptitud. Esta es una observación lógica de alguna
importancia para comprender el castigo y en el mejor de los casos el mudo reproche de que
puede ser víctima quien se proponga en la Argentina su reconstrucción más genuina, que
291
debe comenzar por la ejecución de un cambio radical de la mala práctica institucionalizada
en los diferentes ámbitos del Estado.

———-

(*) Profesor titular de Derecho Administrativo en la Universidad Católica de La Plata. Exjefe


de Redacción de la Revista del Archivo General de la Nación.

Categorías: CONSTITUCIONAL DOCTRINA,DIARIO CONSTITUCIONAL

Etiquetas: ACTO ADMINISTRATIVO,ACTO ADMINISTRATIVO


IRREGULAR,AMPARO,CONCURSO DE CARGOS,CONSTITUCIÓN NACIONAL,EMPLEADOS
PÚBLICOS,FUNCIONARIOS PÚBLICOS,INGRESO AL EMPLEO PÚBLICO,NOMBRAMIENTO DE
EMPLEADOS PÚBLICOS,NOMBRAMIENTO DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS,PRINCIPIO DE
IDONEIDAD

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 13:52

Subject: Partidos politicos tambien para construccion

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Partido político

asociación de individuos unidos por objetivos comunes y que persiguen como meta alcanzar
el control del gobierno para llevar a la práctica esos objetivos

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Afiche italiano que muestra los distintos partidos políticos en una elección al Parlamento
Europeo

Se entienden como partidos políticos a entidades de interés público creadas para promover
la participación de la ciudadanía en la vida democrática y contribuir a la integración de la
representación nacional; quienes los conforman comparten objetivos, intereses, visiones de
la realidad, principios, valores y proyectos para ejecutar total o parcialmente en gobiernos
democráticos de países.[1]Éstos son los encargados de presentar candidaturas a ocupar
diferentes cargos políticos. Para eso movilizan el llamado apoyo electoral. También
contribuyen a organizar y orientar la labor legislativa, articulan y agregan nuevos intereses y
preferencias en la ciudadanía.[2]

293
Es esencial para contribuir a estructurar el apoyo político a determinados programas,
intereses socio-económicos y valores. También interpreta y defiende las preferencias de los
ciudadanos, forma gobiernos, y establece acuerdos políticos en el ámbito legislativo.[3]

El concepto de partido político ha sido definido de diferentes maneras según el momento


histórico y la específica realidad sociocultural. Stefano Bertolini lo define como “un grupo de
individuos que participan en elecciones competitivas con el fin de hacer acceder a sus
candidatos a los cargos públicos representativos”, y por su parte Ramón Cotarelo lo define
como “toda asociación voluntaria perdurable en el tiempo dotada de un programa de
gobierno de la sociedad en su conjunto, que canaliza determinados intereses, y que aspira a
ejercer el poder político o a participar en él mediante su presentación reiterada en los
procesos electorales”.

Historia

Tipos Editar

Desde un enfoque institucional Maurice Duverger diferencia entre:

Partidos de creación interna (partidos de cuadros): nacen en el seno del Parlamento. En un


principio se presentaron como facciones que se disputaban el poder, por ejemplo los Tories
(conservadores) y los Whigs (liberales) en Inglaterra, especialmente durante el siglo XIX.
Tenían una connotación negativa, se creía que actuaban en desmedro del bien común
persiguiendo intereses egoístas. Pero con el tiempo se tornó evidente la imposibilidad de
mantener una relación directa entre el pueblo y sus representantes. Para responder a las
nuevas demandas sociales, se requiere una mayor organización, y entonces se pasa de un
escenario de inorganicidad a otro crecientemente orgánico.

Partidos de creación externa (partidos de masas): surgen a partir de la lucha por la extensión
de los derechos políticos entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Aparecen
estrechamente vinculados con grupos que realizaban sus actividades fuera del Parlamento,
como los sindicatos, entidades religiosas y periódicos. Por ejemplo, el Partido Laborista
británico. Los partidos de masas resolvían los problemas de financiación que requiere el
funcionamiento de un partido mediante el reclutamiento masivo de afiliados. Su
organización solía ser una estructura piramidal jerárquica: la base estaba formada por los
militantes y la cúspide por la élite dirigente del partido. A cambio de los recursos aportados
por los militantes, las élites dirigentes se comprometían a defender los intereses de sus

294
afiliados, razón por la que a diferencia de los partidos de cuadros presentaban una ideología
muy claramente definida.

Estos dos modelos de partido quedaron obsoletos por la evolución que sufrieron las
democracias durante el siglo XX. Otto Kirchheimer y otros autores propusieron nuevas
formas de partidos cuya organización interna difería substancialmente de las dos anteriores:

Partidos multicompresivos ("Catch-all"): es una innovación introducida por Kircheimer.


Durante la segunda mitad del siglo XX, el crecimiento económico y el desarrollo del estado
del bienestar supusieron una mejora en las condiciones generales de la población, y
difuminaron la distinción entre masas obreras y élites, surgiendo una clase social
heterogénea de límites difusos, la clase media. Por esa razón progresivamente se hizo más
difícil que partidos socialdemocrátas tradicionales, tuvieran un apoyo tan amplio como
anteriormente. Eso hizo surgir organizaciones con estrategias interclasistas, cuyo mensaje
político se dirigía a grupos más amplios. Al mismo tiempo, la aparición de medios de
comunicación de masas favoreció que muchos partidos pasaran de una organización
burocrática que movilizaba electorados a una estructura más flexible que recurría a los
medios para la difusión de ideas. Estos partidos dejaron de ser partidos defensivos con una
ideología compacta, para ser organizaciones con una estrategia ofensiva de captura masiva
de votos vía mensajes en los medios de comunicación, lo cual sin duda influyó en una
pérdida de carga ideológica.

Partidos "cártel": al dejar muchos partidos de tener un grupo social de referencia bien
definido, renunciaron a la lealtad de recursos y a buen número de presupuestos ideológicos.
Como alternativa de financiación, muchas estructuras partidarias pasaron a depender de
recursos públicos. Esta fuente llevó a los partidos a funcionar como cárteles que impedían o
trataban de impedir el acceso a dicho recurso por parte de competidores, razón por la que
se los describe con el término "cartel" tomado de los economistas de la competencia
imperfecta. En un sistema dominado por partidos de tipo "cártel", los partidos mayoritarios
forman una clase política homogénea que impide la competencia de nuevas formaciones, lo
cual maximiza su financiación y los beneficios para sus miembros. Estos partidos usan su
posición hegemónica para reservarse la mayor parte de las ayudas públicas (sean
subvenciones o prerrogativas de cualquier naturaleza, como ser espacios gratuitos en los
multimedios de difusión), buscando excluir a partidos minoritarios. Este tipo de estructuras
favorecen el bipartidismo, y tienden a reducir el número de partidos con representación
parlamentaria.

Comparación entre los modelos de partido

Partido de cuadros Partido de masas Partido multicomprensivo Partido cártel

295
Período

hegemónico Siglo XIX 1880-1960 1945- 1970-

Tipo de sufragio Sufragio censitario Sufragio extendido /

Sufragio universal Sufragio universal Sufragio universal

Objetivos Distribuir privilegios Reformar/cambiar la sociedad

(alta carga ideológica) Mejoras sociales

(sin cambios estructurales) Política como profesión

(políticos gestores)

Dinámica de competición

electoral Gestionada y controlada Movilización del

electorado Lucha partidaria

por el electorado común Coordinada entre

partidos dominantes

Tipo de militancia Escasa y elitista Masiva, homogénea

y activa En declive, heterogénea

y más pasiva Escasa, sin funciones

relevantes

Fuente de recursos Contactos personales

del candidato Cuotas y contribuciones

de militantes Contribuciones de

diversas fuentes Subvenciones estatales

Teórico del modelo Maurice Duverger Maurice Duverger Otto Kirchheimer


Richard Katz

Peter Mair

En cambio desde un enfoque sociológico o genérico adquieren relevancia ciertas divisiones


sociales estructurales acaecidas durante el proceso de formación de los Estados nacionales y
de la economía moderna. Se destacan dentro de esta corriente Seymour Lipset y Stein
296
Rokkan, quienes desarrollan la teoría de los clivajes históricos. Se refieren a cuatro fisuras
importantes:

Conflictos entre países centrales y periféricos: diversas poblaciones se resisten a las


imposiciones lingüísticas, religiosas o políticas de las grandes potencias colonizadoras.
Surgimiento de partidos regionales que reivindican la identidad cultural de ciertos grupos.

Problemas en la relación entre Iglesia y Estado: se disputan el control de la educación y el


ordenamiento de las demandas sociales. Formación de partidos confesionales y laicos.

Diferencias entre el campo y la ciudad: emergen partidos urbanos y agrarios.

Tensiones entre capitalistas y trabajadores: la defensa de la propiedad y la libre empresa se


enfrenta a los reclamos de los sindicatos. Nacen los partidos socialistas y los movimientos
obreros. Se consolida la distinción entre partidos de derecha y de izquierda.

Características Editar

Las considerables dificultades para establecer una definición unánime del concepto de
partido político han llevado a la doctrina a identificar cuatro características fundamentales,
que se perfilan como criterios para considerar que una organización determinada es un
partido político.

En concreto, un partido político es una organización estable y permanente; que se basa en


una ideología y un programa de gobierno para definir unos objetivos; que busca alcanzar
dichos objetivos mediante el ejercicio del poder político; y que dicho ejercicio busca ocupar
cargos públicos electivos.[38]

En todo caso, esta caracterización sólo es válida para los sistemas políticos democráticos,
pluralistas y competitivos. Un sistema político que no reúna cualquiera de estas tres
características produce partidos políticos que, en mayor o menor medida, difieren de las
características y funciones descritas.[39]

Organización Editar

Estructura Editar

297
Dirigencia: concentra los recursos de poder y representa el centro de la organización.
Distribuyen incentivos e interactúan con otros actores claves dentro del sistema. Toman las
decisiones principales

Candidatos: potenciales ocupantes de los cargos públicos electivos, ya sean de carácter


ejecutivo o legislativo. Son seleccionados por los demás miembros del partido.

Burocracia: cuerpo administrativo.

Técnicos e intelectuales: asesoran permanentemente a los dirigentes, colaboran en la


redacción de proyectos y asisten a los candidatos en épocas de campaña electoral.

Militantes: son los que están afiliados al partido, participan activamente de manera
constante.

Afiliados: están inscritos en el padrón del partido y aportan a su financiación a través de


cuotas periódicas, limitan su participación a la elección interna de los candidatos y
autoridades.

Además en el exterior del partido pueden encontrarse simpatizantes: se muestran


favorables a sus principios pero se mantienen apartados de la organización colaborando con
sus votos y opiniones.

Factores Editar

Robert Michels, desde un enfoque monocausal, plantea que la dimensión del partido
político es la variable fundamental que define su organización, dado que incide en:

La cohesión interna: en formaciones políticas pequeñas es más fácil un acuerdo en torno a


valores y objetivos. Pero si aumentan sus proporciones habrá una mayor heterogeneidad.

El estilo político: las grandes agrupaciones son más pragmáticas.

La movilización de los afiliados: el tamaño varía en sentido inverso a la participación.

La burocratización: a medida que crece la organización es más notable la división del


trabajo. Se fomentan las desigualdades internas en pro de la eficiencia del partido.

Panebianco considera que no se puede establecer un nexo tan rígido de causalidad. Afirma
que los factores que definen el perfil de la organización partidaria y permiten conocer sus
expectativas de supervivencia o éxito son:

298
Competencia: medida en la que se convierte en un actor indispensable para desempeñar un
papel determinado.

Gestión de las relaciones con el entorno: capacidad de adaptación, aptitud para formular
estrategias de negociación, establecer alianzas y conflictos con otras organizaciones.

Comunicación: control ejercido sobre los canales de información internos y externos.

Reglas formales: es importante conocer quiénes tienen facultades para modificar las
normas, las posibles desviaciones y el grado en el que se cumplen los estatutos.

Financiación: es un asunto muy polémico. Existen distintos criterios. Algunos afirman que
debe ser pública sólo durante las campañas electorales para garantizar la participación de
todos los partidos. Otros consideran que el Estado tiene que ocuparse de todos los gastos
para su mantenimiento y funcionamiento. Esto afectaría su independencia. Quienes se
inclinan por la financiación privada sostienen que los costos económicos deben ser
solventados por los ciudadanos interesados. Se pueden adoptar medidas negativas de
limitación directa (estableciendo un máximo de gastos permitidos) o indirecta (obligarlos a
dar publicidad del origen de los recursos y de su finalidad); o medidas positivas de
prestación directa (subvención de actividades) o indirecta (ayudas como destinar espacios
gratuitos en la televisión pública para los partidos). La contribución puede ser con base en
los cargos obtenidos o en función del porcentaje de votos recibidos con independencia de si
ha conseguido o no representación. Lo más adecuado es combinar ambos criterios.

Reclutamiento: definición de los requisitos de admisión, carrera y permanencia.

Índice de centralidad Editar

Este índice mide la capacidad de los presidentes y los dirigentes de imponer disciplina en su
partidos; cuando un presidente tiene un partido centralizado, es muy probable que pueda
lograr imponer su programa legislativo.[40]

La capacidad de los dirigentes o de los candidatos presidenciales es uno de los factores de la


centralidad. Cuando los líderes determinan quiénes se presentarán como candidatos y su
lugar en la lista electoral, los legisladores tienen incentivos para adherirse a la línea del
partido en la legislatura.[40] El segundo factor son las características del sistema electoral.
Así, la centralización es mayor cuando los legisladores son elegidos en distrito único; o en
grandes distritos con listas cerradas y bloqueadas. El tercer factor es la simultaneidad de las
elecciones presidenciales y legislativas: los partidos son más centralizados y los dirigentes
más poderosos cuando las elecciones son simultáneas. Los otros factores son: el grado de
autonomía de las autoridades subnacionales, el grado de democracia interna en los partidos
y la existencia de elecciones primarias.[41]
299
Ideología Editar

Cada partido posee una ideología que le da claridad conceptual y lo guía en su acción
política. Se compone de:

Doctrinas: conjunto de creencias que se toman como válidas.

Teorías: sistematización explicativa, comprensiva e interpretativa de la realidad.

Plataforma: agrupación de los principales problemas sociales, políticos y económicos.

Programas: aquellos remedios para paliar los problemas.

Consignas: eslóganes o lemas característicos del partido.

Existen diversas maneras de agrupar o clasificar las ideologías políticas, usualmente las
ideologías pueden agruparse según el posicionamiento frente a una serie de cuestiones
clave. Las diferentes clasificaciones ideológicas se basan en diferentes cuestiones claves.
Una de las clasificaciones más comunes de las ideologías ha sido el espectro político basado
en la distinción izquierda política frente a derecha política. Esta es una clasificación
unidimensional que puede clasificar de manera aproximada los partidos políticos de una
gran cantidad de territorios, aunque en muchos casos una explicación adecuada de la
conducta electoral requiere clasificaciones multidimensionales más complejas (entre ellas
son de uso frecuente el gráfico de Pournelle o el gráfico de Nolan entre otros).

Poder político Editar

El partido político trata de ostentar el poder político, bien sea detentando la capacidad de
decidir, bien sea participando en el proceso de toma de decisiones junto con otros actores
políticos (partidos o no).

En los sistemas pluralistas y competitivos, existe una separación formal entre las estructuras
del Estado y las estructuras del partido político. Los partidos actúan como estructuras
intermedias que conectan al Estado con los ciudadanos y la sociedad civil.

Cargos públicos electivos Editar

300
Dentro de los distintos actores políticos, los partidos tienen un estatus específico, que les
separa del resto de organizaciones presentes en la sociedad civil, y les sitúa en una posición
privilegiada dentro del proceso de toma de decisiones.

Ese estatus se caracteriza por ostentar el monopolio de la participación en procesos


electorales plurales y competitivos, que eventualmente pueden desembocar en el
nombramiento de cargos públicos electivos que, en mayor o menor medida, pueden ser
controlados por los partidos o viceversa.[42]

Al contrario que el resto de actores políticos, los partidos no se limitan a tratar de influir en
el proceso de toma de decisiones, sino que desarrollan el papel último y fundamental a la
hora de tomar la decisión concreta. El resto de organizaciones (sindicatos, patronales,
organizaciones de consumidores, etc.) participan en el proceso de toma de decisiones, pero
la naturaleza de dicha participación es radicalmente distinta a la del partido político,
limitándose a influir, informar o presionar.

Ello no excluye la posibilidad de que varios partidos políticos compartan el poder y


participen conjuntamente en la toma de una determinada decisión, debiendo existir
consenso entre todos ellos.

Tipos Editar

Richard Gunther y Larry Diamond se proponen como objetivo reordenar las tipologías más
importantes. Lograron diferenciar cinco géneros:

Partidos de notables: nacen entre principios y mediados del siglo XIX en Europa, en el marco
de regímenes semidemocráticos y de sufragio censitario. Contaban con estructuras
organizativas mínimas, asentadas sobre redes interpersonales en el seno de un ámbito
geográfico reducido. Débilmente ideologizados. Basados en la distribución de beneficios
particulares a los residentes. Se subdividen en partidos de notables y clientelistas.

Partidos de masas: surgen a fines del siglo XIX y comienzos del XX en Europa, se extienden
en la actualidad a países asiáticos y africanos. Se caracterizan por tener una organización
sólida y una amplia base de afiliados que aportan económicamente al partido. Mantienen
lazos fuertes con organizaciones externas como sindicatos, entidades religiosas y medios de

301
comunicación. Se clasifican en: nacionalistas (pluralistas o ultranacionalistas) socialistas
(socialdemócratas o leninistas) y religiosos (confesionales o fundamentalistas).

Grupos étnicos: se conforman principalmente en la etapa de la descolonización de los años


60 y años 70. Carecen de una organización demasiado extendida y sofisticada. No tienen
estructuras programáticas que incorporen a toda la sociedad. Utilizan generalmente la vía
electoral para lograr beneficios particularistas para sus seguidores.

Partidos electoralistas: se consolidan en la década de 1970 en el marco de la expansión de


los medios de comunicación y el declive del estado del bienestar. Son organizacionalmente
débiles aunque desarrollan una gran actividad durante las campañas electorales. Se
distinguen los partidos atrapatodo, los programáticos y los personalistas.

Grupos movimentistas: surgen en el seno de las democracias postindustriales. Adoptan


características diversas dependiendo del contexto. Abarcan los partidos libertarios de
izquierda que se basan en la idea de “consenso negativo”, es decir que abarcan una base de
seguidores heterogénea pero sustancialmente posicionada sobre diferentes temas. Por
ejemplo el Partido Verde alemán. También incluye a los de extrema derecha cuyo núcleo
ideológico está relacionado con la búsqueda de principios como el orden, la tradición, la
identidad y la seguridad. Estos últimos son hostiles con otros partidos, con el Estado y el
sistema en general; existen algunos principios xenófobos y racistas. Por ejemplo el Frente
Nacional en Francia.

Funciones Editar

Socialización política y creación de opinión.

Armonización de intereses.

Formación de elites políticas.

Canalización de peticiones de la población hacia los poderes.

Reforzamiento y estabilización del sistema político.

Ascendentes (cuando fluyen desde la sociedad al Estado):

Estructuración del voto: ordenan la multiplicidad de opciones electorales.

Movilización e integración social: alientan la participación política, la concurrencia a los


comicios y la asistencia a actos públicos.

Agregación de demandas: las sistematizan y priorizan. Armonizan intereses sectoriales


integrándolos en un programa común.
302
Fomentan la socialización política: transmiten principios, proyectos e ideas que propician el
aprendizaje cívico.

Creación y orientación de la opinión política.

Descendentes (derivan de la interacción con el Gobierno):

Reclutamiento, formación y selección de potenciales líderes políticos.

Garantizan la renovación de las autoridades mediante el consenso y la aceptación de las


reglas de la competencia.

Diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas.

Control de los representantes.

Régimen financiero Editar

La financiación (España) o financiamiento (Hispanoamérica) de los partidos políticos aborda


la cuestión esencial de cómo se sufragan los gastos que generan las distintas actividades
partidistas.

Históricamente, los partidos políticos han pasado de financiarse de forma exclusivamente


privada a utilizar un sistema mixto en el que predominan las aportaciones de carácter
público. Semejante evolución se produce en paralelo con la propia consolidación de los
partidos políticos como entes de relevancia pública y no meras asociaciones privadas.

Los recursos privados proceden de las cuotas de los afiliados, de los rendimientos
patrimoniales del partido, de los donativos recibidos y de los préstamos obtenidos. Respecto
a los recursos públicos, se puede establecer una división fundamental entre las aportaciones
directas (transferencias desde el presupuesto público en función de determinados criterios
objetivos) y las aportaciones indirectas, extremadamente heterogéneas, y que incluyen
desde la cesión del dominio público hasta variadas exenciones fiscales, pasando por
emisiones gratuitas y tasadas de propaganda en medios de comunicación.[43]

Por lo general se exigen ciertos requisitos para la percepción de recursos públicos, como una
determinada cantidad de votos o de representación parlamentaria, algo que también influye
en la cantidad de fondos asignados, que son desembolsados según un calendario. En ciertos

303
casos, se prohíben las contribuciones privadas procedentes de determinadas fuentes,
pudiendo establecerse un límite a los fondos donados. Finalmente, es frecuente que existan
organismos dedicados al control presupuestario de los partidos, así como mecanismos de
sanción contra las irregularidades financieras.[44]

Régimen jurídico Editar

Argentina Editar

La Constitución de la Nación Argentina en el artículo 38 establece que los partidos políticos


son de creación libre, que el Estado los debe apoyar económicamente y que a su vez debe
garantizar:

Una organización democrática.

Representación de las minorías.

Competencia para la postulación de candidatos.

Asimismo, los partidos deberán hacer público su patrimonio.

La Constitución Nacional dice que los partidos políticos son instituciones fundamentales del
sistema democrático. Los partidos políticos son organizaciones necesarias para la política
nacional y tienen como función elegir a los candidatos que se presentan para las elecciones
de cargos públicos. La ley les garantiza el derecho a su constitución, organización, gobierno
propio y libre funcionamiento, deben dar publicidad del origen y destino de sus fondos y
patrimonio y el Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la
capacitación de sus dirigentes.[2]

La existencia de los partidos requiere un grupo de electores, entendiendo que elector es


toda persona con derecho a votar, una carta orgánica que regule su organización y
funcionamiento, elecciones periódicas de autoridades, donde se respete el porcentaje
mínimo por sexo, reconocimiento judicial como partido político e inscripción en el registro
público correspondiente.

304
Para afiliarse a un partido se necesita estar inscripto en el registro electoral del distrito en
que solicites la afiliación; comprobar su identidad con DNI; presentar una solicitud que te
entregan en cualquier local partidario y que contiene: su nombre y domicilio, DNI, estado
civil, profesión u oficio y tu firma certificada. No puede haber doble afiliación, es decir estar
afiliados a dos partidos en el mismo momento; para poder afiliarse a un partido se debe
renunciar antes a toda otra afiliación anterior, pudiendo hacer la renuncia por telegrama
gratuito o personalmente ante la secretaría electoral de su distrito.

La elección de autoridades partidarias se lleva a cabo periódicamente, para la designación


de candidatos a cargos electivos nacionales se aplica el sistema de elecciones primarias
abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), en todo el territorio de la Nación, para un
mismo día y para todos los partidos políticos.

España Editar

Artículo principal: Partido político (España)

En España existen dos leyes orgánicas que son las principales a la hora de regular la cuestión
de los partidos políticos. Son la Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos,
conocida como Ley de Partidos; y la Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, sobre Financiación
de los Partidos Políticos.

Wikisource contiene obras originales de o sobre Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de


Partidos Políticos.

Wikisource contiene obras originales de o sobre Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, sobre
Financiación de los Partidos Políticos.

Véase también

Notas

Referencias

Última edición hace 27 días por SeroBOT

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De: Gisela Ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

Date: mié., 25 de dic. de 2019 14:05

Subject: Partidos politicos en la constitucion reformada

To: gisela ybarra <ybarraaguayo@gmail.com>

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Manual de la Constitución Reformada II (página 9)

Luis Indice

No obstante, más allá de la circunstancia histórica de la época —acentuada en mucho


posteriormente— hemos de entender ahora que la movilidad no presupone únicamente
una necesaria actualización monetaria frente al deterioro que produce un proceso
inflacionario, sino un ajuste periódico que, sin congelamiento del haber, y aunque no haya
inflación, mantenga al jubilado en una situación de permanente relación proporcionalmente
razonable entre pasividad y actividad.

16. — Por eso, toda prohibición legal de indexación —como la que impuso en 1991 la ley
23.928— no alcanza para impedir que, de acuerdo con la constitución:

306
a) el haber de las prestaciones siga sometido a movilidad, porque aunque no haya inflación,
debe siempre reflejar la necesaria proporción razonable con el haber de actividad;

y, además,

b) si acaso hay inflación, ésta se tome en cuenta para actualizar la pérdida del valor
monetario, aunque la "indexación" se encuentre legalmente vedada.

No aceptamos la tesis de que la jurisprudencia de la Corte (que en forma constante reiteró


siempre la necesaria proporcionalidad sustitutiva del haber jubilatorio en relación con el de
actividad) no fue una aplicación directa del principio constitucional de movilidad del art. 14
bis, sino una mera interpretación de leyes que en su momento fueron dando desarrollo a
ese principio y que, al extinguirse su vigencia, impiden asignar a aquella jurisprudencia el
carácter de un axioma constitucional inconmovible. (La tesis que rechazamos fue sostenida
minoritariamente en un voto concurrente de tres jueces de la Corte en la sentencia del 27
de diciembre de 1996 en el caso "Chocobar Sixto Celestino c/Caja Nacional de Previsión para
el personal del Estado y Servicios Públicos".)

17. — En suma: a) el presupuesto constitucional de la movilidad nunca desaparece, así se


trate de épocas en que no hay inflación; b) la movilidad es un concepto que trasciende las
simples mediciones de los factores económicos (voto disidente del juez Fayt en el caso
"Chocobar", fallado por la Corte el 27 de diciembre de 1996).

La relación de las jubilaciones y pensiones con el derecho de propiedad.

18. — Debemos recordar que el derecho jubilatorio y pensionario tiene, además del art. 14
bis, otra ascendencia constitucional reconocida desde mucho antes de la reforma de 1957,
en el derecho de propiedad.

Como extracto de esta base, téngase en cuenta que el derecho judicial ha reconocido sin
discrepancias que: a) son constitucionales los aportes y contribuciones de empleadores y
trabajadores para integrar el fondo común con que los organismos previsionales atienden al
307
pago de los beneficios previstos en la ley; b) son constitucionales las obligaciones de
afiliación y de aportación forzosas; c) la aportación no confiere, por sí sola, un derecho a la
jubilación futura, aunque es condición normal para su otorgamiento: d) el beneficio
jubilatorio no está en relación económica estricta con los aportes efectuados; e) la no
obtención del beneficio dentro de un régimen legal no presupone, por el solo hecho de la
exclusión, que el aporte implique una confiscación, o que haya derecho a conseguir su
reintegro cuando la ley no lo admite; f) el beneficio otorgado importa, para su titular, la
adquisición de un status que queda protegido por el derecho constitucional de propiedad
inviolable y que ingresa a su patrimonio con carácter, en principio, irrevocable.

Las entidades de la seguridad social.

19. — Los organismos que otorgan los beneficios de la seguridad social, cuando son del
estado federal o de las provincias, han de gozar de autonomía financiera y económica, lo
que parece caracterizar a las entidades autárquicas; pero la cláusula también deja margen
para su posible organización como entes públicos "no estatales" (o "paraestatales").

Para gozar de la autonomía referida, es menester que cuenten con patrimonio propio, lo
que sugiere la idea de que el sistema es contributivo, y de que la aportación de los
interesados vinculados al sistema no podría suplirse totalmente con fondos exclusivos del
estado.

Los organismos de la seguridad social han de ser administrados por los interesados con
participación del estado, lo que impone integrar sus órganos con afiliados.

No puede existir superposición de aportes, lo que elimina la obligación de aportar a más de


un organismo en razón de una misma actividad y para una misma prestación.

308
20. — Del fallo de la Corte en el caso "Spota", del 25 de julio de 1978, se desprende que lo
prohibido es la "superposición" y no la "multiplicidad" de aportes, por manera que si se
desempeña más de una actividad, no es inconstitucional contribuir por cada una.

Un principio similar utilizó la Corte en el caso "Santoro Guillermo", del 28 de mayo de 1995,
cuando interpretando la ley 18.037 estableció la improcedencia de la doble afiliación al
sistema nacional y al de la provincia de Buenos Aires de un profesional farmacéutico que se
desempeñaba en relación de dependencia en una empresa en jurisdicción provincial.

21. — Del derecho judicial de la Corte se desprende que los obligados a aportar a un
régimen u organismo de seguridad social han de tener una razonable relación con el mismo,
y que por faltar esa relación no puede gravarse a un sector en beneficio exclusivo de otro
(hay declaración de inconstitucionalidad de normas que —por ej.— imponían a un sector de
comerciantes e industriales la obligación de aportar sobre el producto de las ventas de
instrumental empleado por profesionales del arte de curar, a favor de la caja de previsión
que afiliaba a esos profesionales).

22. — Las normas constitucionales sobre los organismos de la seguridad social, su


administración, aportación, etc., han de entenderse comprensivas tanto del sistema de
seguros sociales cuanto del de jubilaciones y pensiones.

23. — Como el art. 14 bis no ha previsto expresamente la habilitación para que entidades
privadas financien, otorguen y liquiden los beneficios de la seguridad social, se hace difícil
opinar cuál es la consecuencia de esa omisión normativa en la constitución.

Resulta aventurado afirmar que, admitida la posibilidad de que el estado conceda por ley a
entidades privadas aquella competencia, su organización haya de ajustarse necesariamente
a las pautas que el art. 14 bis fija para las entidades aludidas como "del estado" (federal o
provincial).

La competencia provincial.

309
24. — Es poco claro el enunciado de que el seguro social estará a cargo de entidades
nacionales (que nosotros llamamos federales) o provinciales.

Sugerimos las siguientes premisas:

a) Radicada en el estado federal la competencia legislativa que proviene doblemente del art.
75 inc. 12 y del propio art. 14 bis hay que interpretar qué quiere decir la norma cuando
consigna que el seguro social estará a cargo de entidades nacionales o provinciales. ¿Deja
una opción amplia y libérrima? ¿O, al contrario, esa opción sólo está destinada a salvar la
competencia provincial para el caso exclusivo de ciertas actividades circunscriptas al
territorio provincial?

b) La respuesta que vamos a dar es aplicable no sólo a un régimen de seguro social, sino
también al de jubilaciones y pensiones. Con ese alcance amplio, tiene probabilidad de
acierto constitucional la opinión que sólo reconoce a la competencia provincial la facultad
de "legislar" y "administrar" un sistema de seguridad social limitado a las actividades o
trabajos sobre los cuales las provincias tienen potestad para regularlos. Así, sin duda alguna,
el empleo público en la administración local. Y si se acepta que el poder de policía provincial
permite a las provincias reglar el ejercicio de profesiones liberales, también hay que
conceder que pueden dictar leyes, y crear y administrar organismos de seguridad social para
otorgar prestaciones (de seguro social o de jubilaciones y pensiones) a quienes en su
jurisdicción ejercen tales profesiones (abogados, médicos, ingenieros, etc.).

c) Otra interpretación adicional permite considerar asimismo que la fórmula de "entidades


nacionales o provinciales" deja opción para que la "administración" y la "gestión" de la
seguridad social se descentralicen en ámbitos locales para aplicar en ellos las leyes que en la
materia tiene que dictar el congreso para todo el territorio. (Esta interpretación se avala con
la reserva que hace el art. 75 inc. 12 para que los códigos de derecho común sean aplicados
sin alteración de las jurisdicciones locales por los "tribunales" de provincia, la cual reserva
daría pie para preservar también esa misma aplicación por organismos "administrativos"
locales.)

310
25. — El derecho judicial de la Corte no ayuda a esclarecer demasiado las cuestiones recién
aludidas.

Una sentencia del 8 de noviembre de 1983, en el caso "Provincia de Buenos Aires


c/Dirección Nacional de Recaudación Previsional" invocó "facultades concurrentes de la
nación y de las provincias, sin que pueda admitirse que la constitución las haya centralizado
exclusivamente en el gobierno nacional", lo que deja duda acerca de si la aludida
"concurrencia" de competencias es ejercitable por las provincias más allá de lo que es
propio de la relación de empleo público provincial.

Hay —no obstante— jurisprudencia de la misma Corte que al admitir la constitucionalidad


de "cajas forenses provinciales ha sostenido que tales organismos pueden ser creados por
las provincias en el ámbito propio de su poder de policía local sobre el ejercicio profesional,
y sobre una materia que hace a la seguridad social (ver, por ej., el fallo de agosto 21 de 1973
en el caso "Sánchez Marcelino y otro c/Caja Forense de la provincia del Chaco").

La reforma de 1994.

26. — La cláusula añadida al art. 125 de la constitución por la reforma de 1994 no dilucida el
problema sino parcialmente. En efecto, dice que "las provincias y la ciudad de Buenos Aires
pueden conservar organismos de seguridad social para los empleados públicos y los
profesionales", pero no dice que pueden "tener" o "crear" tales organismos.

El uso del verbo "conservar" dejaría entrever que les está permitido mantener los
organismos que al tiempo de la reforma existían en sus jurisdicciones, pero atento que
muchas provincias los transfirieron al sistema nacional no está claro si podrían recuperarlos
para su órbita local.

La absorción centralista de los sistemas y las entidades de seguridad social provinciales por
el estado federal no nos merece adhesión, porque creemos que conspira contra nuestra
tradicional descentralización federal y contra la autonomía de las provincias.

311
III. EL DEBER DEL ESTADO EN EL ÁMBITO DE LA

SEGURIDAD SOCIAL

27. — Más allá de que la ley implemente un sistema de seguridad social a cargo de
entidades privadas, y no del estado, seguimos reiterando que la presencia reglamentaria,
reguladora y controladora del estado viene impuesta por el art. 14 bis, reforzado por el art.
75 inc. 23, que obliga a legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la
igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos; todo
ello, en particular respecto de niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidad.

Hay aquí alusiones directas a las prestaciones de la seguridad social, y a los derechos que
surgen del art. 14 bis y de los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional
(ver nº 3).

Por eso, el estado no puede desatender, ni transferir, ni declinar su protagonismo activo


sobre todo el sistema de la seguridad social, cualesquiera sean las entidades o los
organismos que otorguen las prestaciones.

En el derecho judicial de la Corte hay certeras afirmaciones en el sentido de que la norma de


base del art. 14 bis vincula a todos los poderes públicos, cada uno en su área de
competencias y, sin duda, también a las provincias cuando en sus jurisdicciones existen
regímenes locales propios.

28. — Así:

a) El principio de que el mandato constitucional del art. 14 bis en orden a la movilidad de


jubilaciones y pensiones se dirige primordialmente al legislador fue encarado por la Corte en
el caso "Valles, Eleuterio S.", del 29 de octubre de 1987, en el que sostuvo que cambios
circunstanciales pueden hacer que la solución arbitrada originariamente por la ley

312
sobrevenga irrazonable, en cuyo caso aquel mandato constitucional atañe a los restantes
poderes públicos para que dentro de la órbita de sus respectivas competencias hagan
prevalecer el espíritu del constituyente dentro del marco que exigen las diversas formas de
justicia.

b) En el caso "Mac Kay Zernik Sergio L.C.", fallado el 3 de noviembre de 1988, la Corte
Suprema desplegó pautas importantes en materia de seguridad social. Sostuvo el tribunal
que las normas sobre seguridad social contenidas en el art. 14 bis de la constitución, al
propio tiempo que consagran derechos para los jubilados, encomiendan expresamente al
estado el otorgamiento de tales beneficios. Este mandato constitucional, cuyo
cumplimiento atañe a los poderes públicos dentro de la órbita de sus respectivas
competencias, se vería frustrado si las autoridades que representan al estado desconocieran
las leyes y actuaran de manera omisiva en perjuicio de la clase pasiva.

c) En el caso "G.D.J. c/Caja Nacional de Previsión de la Industria, Comercio y Actividades


Civiles", fallado el 23 de noviembre de 1995, la Corte recordó una vez más que "el
cumplimiento del mandato constitucional que impone otorgar y asegurar los beneficios de
la seguridad con carácter integral e irrenunciable atañe a los poderes públicos dentro de la
órbita de sus respectivas competencias".

IV. LA PROTECCIÓN DE LA FAMILIA

29. — La tercera parte del art. 14 bis in fine está dedicada a la protección integral de la
familia, mediante la defensa del "bien de familia", la "compensación económica familiar", y
el acceso a una "vivienda digna".

a) El bien de familia, en cuanto supone un inmueble donde habita el núcleo familiar, y al que
se rodea de determinadas seguridades en razón de su destino de vivienda doméstica, se
relaciona con el acceso a una vivienda digna. Pero este último enunciado va más allá de su
carácter programático, porque obliga al estado a procurar mediante políticas diversas que
todos los hombres puedan obtener un ámbito donde vivir decorosamente, sean o no
propietarios de él, tengan o no convivencia familiar.

313
En el caso "Carrizo José A." (incidente en autos "Rodríguez c/Carrizo") del 10 de setiembre
de 1985, la Corte interpretó que la afectación de un inmueble al régimen de bien de familia
debe tenerse por operada desde el momento en que así fue solicitado por el interesado, y
no a partir del asiento de constancia en el folio real correspondiente.

b) La compensación económica familiar se traduce en el derecho a recibir determinadas


prestaciones que, más allá de una retribución conmutativa del trabajo, se destinan a
sufragar la subsistencia de parientes del trabajador que están a su cargo y para los cuales
tiene obligación alimentaria. Su forma más común es el salario familiar o la asignación
familiar, que complementa al salario estrictamente retributivo.

Un caso en que la Corte, por vía de superintendencia, interpretó con benevolencia y


elasticidad las normas sobre seguridad social, fue resuelto con fecha 13 de abril de 1989
(resolución 230/89, expediente 561/88), extendiendo a un empleado del poder judicial el
pago de la asignación prenatal por hijo, pese a no estar casado con la madre de éste.

30. — Para diversos temas relativos a la familia, el matrimonio, la patria potestad y la


filiación, ver el cap. XIV, acápite VIII, especialmente nos. 64 a 71.

31. — Para los tratados con jerarquía constitucional, ver cap. XIV, nos. 70 y 71.

V. LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA CONSTITUCIÓN MATERIAL

32. — En el derecho constitucional material, la seguridad social exhibe múltiples


insuficiencias; entre otras, no ha llegado a prestar cobertura integral a todos los riesgos y
necesidades, ni a toda la población.

El sistema gira fundamentalmente en torno de las clásicas jubilaciones y pensiones,


extendidas a favor de todo tipo de actividad. Pero los mismos condicionamientos que
bloquean o aminoran el goce efectivo de los demás derechos sociales, mantienen a la
generalidad de las prestaciones previsionales en niveles de monto insuficiente, el que
normalmente sólo mejora cuando el beneficiario logra su actualización o reajuste por vía
314
judicial. En este orden, ya explicamos que el derecho judicial ha proyectado normas
favorables y justas.

No obstante esto último, cabe afirmar que el sistema previsional no ha superado sucesivas
quiebras, y ha soportado un mal flujo de recursos —cuando no su desviación a otros fines—
durante largos períodos, lo que le permitió al juez Fayt, de la Corte Suprema, sostener en su
voto disidente en el caso "Chocobar", del 27 de diciembre de 1996, que la perspectiva
temporal desde la reforma de 1957 hasta el presente revela contradicción social por
elusiones o fraudes al sistema, y una reprochable acción de los poderes públicos.

No nos cabe duda —entonces— de que la constitución formal ha padecido en esta materia
múltiples violaciones, por acción y por omisión, superadas sólo parcialmente —pero con
efecto limitado a los casos favorecidos judicialmente por sentencias recaídas en cada uno de
ellos— mediante fuente de derecho judicial.

Capítulo XXIII

Los Derechos politicos

I. El régimen electoral y los derechos políticos. - Su encuadre interrelacionado. - Los


derechos políticos. - La democracia participativa. - Los tratados internacionales de jerarquía
constitucional. - El poder del estado y la designación de los gobernantes. - II. La reforma
constitucional de 1994 en materia de derechos políticos. - El artículo 37 y el derecho elec-
toral. - III. El derecho electoral. - El derecho electoral objetivo. - El cuerpo electoral. - Los
extranjeros. - Los ciudadanos no habitantes. - Las mujeres. - El electorado pasivo. - El
derecho electoral subjetivo. - El sufragio. - El electorado pasivo. - El derecho judicial en
materia de derecho electoral. - La prohibición de reelección. - IV. Los partidos políticos. - Su
encuadre antes de la reforma constitucional de 1994. - La naturaleza constitucional de los
partidos. - La dinámica de los partidos. - La reglamentación legal y el control de los partidos.
- El poder disciplinario de los partidos. - El derecho judicial en materia de partidos políticos.
V. La reforma constitucional de 1994 en materia de partidos políticos. - El artículo 38 y las
pautas garantistas para los partidos políticos. - La competencia partidaria para postular
candidatos. - El monopolio de las candidaturas por los partidos. - La expresión libre. - El
financiamiento de los partidos. - El sistema de partidos, más allá de los artículos 37 y 38. - VI.
La reforma constitucional de 1994 y los nuevos derechos políticos. - Las formas
semidirectas. - La "consulta" popular de 1984. - La iniciativa popular para proyectos de ley. -
315
La ley 24.747. - La consulta popular. - La ley reglamentaria. - ¿Hay materias sustraídas? - La
reforma de la constitución por vía de consulta popular. - VII. La judiciabilidad y la
legitimación procesal en materia de derechos políticos y de cuestiones electorales y
partidarias. - La relación entre judiciabilidad y legitimación. - El derecho judicial. - Apéndice:
Ley 24.747, sobre iniciativa legislativa popular.

I. EL RÉGIMEN ELECTORAL Y LOS DERECHOS POLÍTICOS

Su encuadre interrelacionado.

1. — La trama del régimen electoral y los derechos políticos proporciona unitariamente un


amplio temario que, desde enfoques diferentes, pertenece a la vez a la parte dogmática y a
la parte orgánica de la constitución. En cuanto el régimen electoral y los partidos se
relacionan con el status de los habitantes, la creación, el funcionamiento y el
reconocimiento de los partidos políticos, y la regulación de los derechos políticos y
electorales, componen un aspecto de la parte dogmática. En cuanto se vinculan con el
funcionamiento del poder y las relaciones con sus órganos, y lato sensu con la dinámica del
propio estado y del gobierno, encuadran en el derecho constitucional del poder o parte
orgánica de la constitución.

Cuando valoramos a la democracia como una forma de estado, los derechos políticos, los
partidos y el régimen electoral encuentran su ámbito. Y aún más: en nuestras valoraciones
actuales, son un ingrediente constitutivo del sistema democrático, porque definido éste en
torno de los derechos humanos, no cabe duda de que los derechos políticos (y sus
contenidos conexos, que son los partidos y el régimen electoral) integran hoy el plexo de
aquellos derechos, al lado de los derechos civiles y de los derechos sociales.

Los derechos políticos.

2. — La categoría de los derechos políticos no puede definirse solamente por la finalidad


que persiguen, porque muchos derechos clásicamente considerados "civiles" son
susceptibles de ejercerse con fines políticos, y no por eso se convierten en derechos
políticos. (Así, el derecho de reunión y el de petición a las autoridades, como —entre

316
otros— la libertad de expresión e información, se usan con finalidad política en una
campaña preelectoral, o para influir sobre el poder, o para aportar consensos y disensos.)

Por eso pensamos que los derechos políticos son tales cuando, únicamente: a) se titularizan
en sujetos que tienen: a") calidad de ciudadanos —o siendo extranjeros, reciben
excepcionalmente esa titularidad en virtud de norma expresa—; a") calidad de entidades
políticas reconocidas como tales —por ej.: los partidos—; b) no tienen ni pueden tener otra
finalidad que la política. De este modo, el área de los derechos políticos se estrecha, pero
adquiere una caracterización bien concisa, que traza la línea divisoria frente a los derechos
civiles.

La democracia participativa.

3. — El ya sugerido ensamble de los derechos políticos con los partidos políticos y el


régimen electoral proporciona posible expansión cuando se alude a la democracia
participativa que, por supuesto, no se agota en el derecho de sufragio.

Como tampoco allí se recluye el régimen electoral, ni éste se circunscribe a la fecha en que
se realizan comicios, insertamos en seguida al proceso electoral en toda su secuela para
requerirle la legitimidad propia de un sistema democrático participativo, abarcando un lapso
sin cronologías fijas y con un clima ambiental propicio de muy amplia libertad para la
intervención, la participación, y la competencia de las fuerzas políticas y de las personas; la
igualdad de oportunidades para todas ellas; la transparencia de las campañas
preelectorales; la correcta confección de los padrones electorales, su publicidad, y la
legitimación de los ciudadanos y los partidos para tener acceso a ellos, rectificarlos,
impugnarlos, etc.; la libertad de información, de comunicación, y de expresión; la li-bertad
de propaganda y publicidad en orden a las ofertas y programas electorales; el escrutinio
también público y controlado, etc.

La democracia que se ha dado en calificar de "participativa" tiene proyecciones dilatadas. En


ellas debe insertarse con fluidez y sin reduccionismos el protagonismo político de las
personas y de las agrupaciones, para dinamizar desde su base popular al sistema
constitucional democrático. Y es el derecho constitucional el que queda convocado a brindar
cabida a esos roles políticos activos. Lo que no surja de las normas de la constitución en

317
forma expresa (la "letra constitucional") tiene que alcanzar albergue en tres ámbitos, como
mínimo: a) el espíritu o la filosofía política de la constitución; b) la cláusula de los derechos
implícitos del art. 33; c) el plexo de valores. Como sumatoria de refuerzo, se añaden los
tratados sobre derechos humanos que integran, dentro del orbe de los derechos humanos,
a los derechos políticos.

No obstante que los derechos estrictamente políticos —como el sufragio— pueden quedar
reservados solamente a los ciudadanos, creemos que la participación política (que merece
tal adjetivación porque atañe al régimen político) no se recluye en el cuerpo electoral ni en
las personas que invisten ciudadanía argentina. En el área que excede a lo puramente
electoral ha de quedar abierta a cuantos integran la población del estado. Piénsese en que
también quienes no titularizan derechos electorales pueden pretender participar mediante
vías informales para dar presencia a sus intereses ante los órganos de poder, y ejercer
muchos de sus derechos civiles con fines políticos (petición, reunión, expresión, asociación,
etc.).

5. — Si de justiciabilidad y legitimación procesal hablamos, vale insistir en que todo el


proceso electoral en su vasta gama de aspectos y momentos tiene que ser susceptible de
control. Control político por parte de los partidos y, a su turno, control en una vía idónea de
acceso a la justicia, en la cual se reconozca ampliamente la legitimación de cuantos,
titularizando derechos políticos, postulan esa personería para intervenir en el proceso
judicial. (Para esto, ver el apartado VII.)

Los tratados internacionales de jerarquía constitucional.

6. — El art. 23 del Pacto de San José de Costa Rica consigna que "todos los ciudadanos
deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: a) de participar en la dirección de
los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b)
de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal
e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, y
c) de tener acceso en condiciones generales de igualdad a las funciones públicas de su país";
y en el apartado 2 del mismo artículo se agrega: "la ley puede reglamentar el ejercicio de los
derechos y oportunidades a que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de
edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena por
juez competente en proceso penal".

318
El art. 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos guarda marcada analogía
con la norma transcripta del Pacto de San José.

El poder del estado y la designación de los gobernantes.

7. — Cuando se asume como cierto que el poder del estado es un poder "total" —porque es
"de" toda la sociedad y "para" toda la sociedad, se comprende que ese poder ha de surgir
de la participación de toda la sociedad, y no de la decisión o la imposición de una sola
persona, de un grupo, o de un sector sobre el resto del conjunto total. De ahí que el proceso
electoral, anudado a los derechos políticos y a los partidos políticos, sea el que brinda
ocasión a ese efecto para la participación política.

Es indudable que un régimen electoral de sufragio universal, con proceso electoral legítimo,
abre el acceso al poder de acuerdo a la ley y no por la fuerza. Nuestra constitución ha
previsto el procedimiento electoral para designar a los gobernantes, estableciendo las
condiciones de capacidad política en el electorado pasivo, es decir, en aquéllos que pueden
ser elegidos por el electorado activo mediante el voto. Presidente y vicepresidente de la
república, diputados y senadores tienen estipuladas en la constitución las condiciones de
elegibilidad. También los jueces de la Corte Suprema, bien que no son elegidos por el cuerpo
electoral.

8. — La legitimidad de origen, por eso, depende en nuestra constitución del acceso al poder
mediante el mecanismo electoral que ella prevé. Toda fuerza armada o reunión de personas
que se atribuye los derechos "del pueblo" (según la fórmula del art. 22) y saltea la vía
electoral para ocupar el poder, margina al cuerpo electoral (o pueblo) del derecho de
sufragio, y priva de legitimidad de origen al gobernante a quien instala en el poder.

El nuevo art. 36 sanciona severamente la interrupción del orden institucional y sus secuelas.
Ver T. I, cap. VII, nos. 51 a) y 61.

II. LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994 EN MATERIA DE DERECHOS POLÍTICOS

319
El artículo 37 y el derecho electoral.

9. — El art. 37 nuevo consigna:

"Esta Constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al
principio de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia. El sufragio es
universal, igual, secreto y obligatorio.

La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos
y partidarios se garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y
en el régimen electoral."

Se trata de una norma nueva, porque el texto de 1853-1860 no contenía dispositivos


explícitos sobre los derechos políticos, más allá de los mínimos referentes al sistema
electoral en las partes destinadas a la designación de funcionarios.

Conviene también tomar en cuenta el segundo párrafo del art. 77 que dice así:

"Los proyectos de ley que modifiquen el régimen electoral y de partidos políticos deberán
ser aprobados por mayoría absoluta del total de los miembros de las Cámaras."

Por su parte, el art. 99 inciso 3º prohíbe que en materia electoral el poder ejecutivo dicte
decretos de necesidad y urgencia.

Con fórmula operativa, el art. 37 garantiza directamente el ejercicio pleno de los derechos
políticos, que ya no se circunscriben al sufragio para elegir gobernantes, sino que se
explayan hacia otros aspectos en el derecho de iniciativa legislativa y en la consulta popular
(artículos 39 y 40). (Ver acápite VI).

320
La alusión al principio de la "soberanía popular" traduce la recepción de la participación
política en la sociedad democrática.

10. — Luego viene la calificación del sufragio como universal, igual, secreto y obligatorio.

La obligatoriedad, vigente desde antes por ley, merece abrir la duda acerca de si convenía
que la constitución la impusiera. Como dentro de lo opinable tenemos preferencia personal
por el sufragio voluntario, pensamos que la norma constitucional no debería haber definido
el punto, porque en un sentido o en otro era mejor que se relegara a la ley. No obstante, no
sentimos herido ningún principio que se nos haga fundamental en nuestras valoraciones
sobre el tema.

11. — Interesa ponderar que la norma comentada prescribe la igualdad real de


oportunidades entre varones y mujeres en el área de los derechos políticos y de los
partidos.

Aun cuando tal igualdad se define "para el acceso a cargos electivos y partidarios", damos
por cierto que, como principio subyacente, la constitución ha levantado hasta su propio
nivel el derecho electoral activo y pasivo de las mujeres que, hasta hoy, dimanaba de la ley.

La norma obliga a garantizar mediante acciones positivas en la regulación del régimen


electoral la ya mencionada igualdad real de oportunidades para hombres y mujeres; y en la
disposición transitoria segunda se establece que tales acciones positivas no podrán ser
inferiores a las vigentes al tiempo de sancionarse la constitución reformada y durarán lo que
la ley determine.

De esta manera, se mantiene como mínimo todo cuanto, en pro de la igualdad de


oportunidades, estaba previsto en la legislación hasta el 24 de agosto de 1994. Si en esa
legislación (ley 24.012) algún sector de la doctrina interpretó que la "discriminación inversa"
a favor de la mujer era inconstitucional, hay que decir ahora que tal inconstitucionalidad
habrá de darse por desaparecida en virtud de que la constitución la ha asumido
directamente como pauta para esclarecer el art. 37.

321
Que la legislación en vigor no sea susceptible de modificaciones que disminuyan los cupos
femeninos, pero que la ley pueda acordar la temporalidad de la medida, nos hace
comprender que tales cupos quedan congelados como mínimo en tanto configuran una
"acción positiva" transitoria, que en el futuro podrá suprimirse o reemplazarse por otra,
cuando el congreso estime que la discriminación inversa en favor de la mujer tiene que
desaparecer o adquirir perfiles diferentes.

12. — Asimismo, la norma recae en materia propia de la parte dogmática en su sistema de


derechos y, por ende, obliga a las provincias. Quiere decir que el derecho provincial también
debe garantizar cuanto el art. 37 indica, y hacerlo aplicable para el acceso a cargos electivos
y partidarios de índole local.

III. EL DERECHO ELECTORAL

13. — "Derecho electoral" es una locución que tiene dos sentidos: a) objetivamente (y de
modo análogo a como se habla de derecho civil, penal, comercial, etc.) es el que regula la
actividad electoral en cuanto a sus sujetos, a su objeto, a los sistemas, etc.; b)
subjetivamente, designa la potencia de determinados sujetos para votar o para ser elegidos.

a) En cuanto al primer sentido, el derecho electoral constitucionalmente abordado nos


conduce a estudiar: a) el electorado —cuerpo electoral, electorado activo, electorado
pasivo—; b) el objeto —designación de gobernantes, decisiones políticas sobre las cuales se
recaba opinión, etc.—; c) los sistemas —territoriales y personales de distribución del
electorado, forma de votar, cómputo y control de votos, asignación de cargos, resultados,
etc.—.

Asimismo, al derecho electoral le interesa el estudio de los partidos políticos conectados


con el electorado y con los órganos del poder.

b) En cuanto al segundo sentido, el derecho electoral nos lleva a examinar cuáles son los
sujetos que tienen derecho político de sufragio y derecho político de ser elegidos, así como
las garantías que para ejercer tales derechos les están deparadas en un caso y en otro.

322
El "derecho de elegir" como capacidad electoral configura subjetivamente el derecho
electoral activo; y el de "ser elegido", el derecho electoral pasivo.

Dentro del cuerpo electoral y del electorado activo, no se incluye a los órganos del poder
que, por diferentes normas constitucionales, tienen competencia para designar a los
individuos portadores de otros órganos.

El derecho electoral objetivo.

El cuerpo electoral.

14. — El cuerpo electoral es un nombre plural o colectivo con el que se designa al conjunto
de personas que componen el electorado activo, y que por esto disfrutan del derecho de
sufragio.

El cuerpo electoral es, entonces, nada más que una pluralidad de individuos, pluralidad en la
que —acaso— podría haber asociaciones —si éstas, como tales, sufragaran (por ej.: si los
sindicatos eligieran diputados en un sistema de tipo funcional o corporativo). El cuerpo
electoral no es un ente distinto de la suma de los electores, ni por ende, un órgano del
estado. A lo sumo, le cabe el rótulo de sujeto auxiliar del estado o del poder, en cuanto
conjunto de personas o entidades con capacidad electoral activa.

Es correcto atribuir al cuerpo electoral el ejercicio del llamado "poder" electoral siempre
que tal "poder" no sea reputado un poder estatal ni incluido dentro de él.

Los extranjeros.

15. — Para que un individuo entre a componer el electorado activo debe tener la aptitud
básica que es condición jurídica para el ejercicio de los derechos políticos. Esa aptitud se
llama ciudadanía, y puede ser natural, o ser adquirida por naturalización. La constitución
formal, al prescribir que los extranjeros gozan de los mismos derechos "civiles" de los
323
ciudadanos, quiere aclarar, a contrario sensu, que no gozan necesariamente de los mismos
derechos políticos. Nuestra constitución no confiere directamente los derechos políticos a
los extranjeros, pero tampoco prohíbe que la ley se los reconozca.

La progresividad y maximización del plexo total de derechos da margen para que nuestro
sistema democrático pueda ampliar el orbe de los derechos políticos a favor de los
extranjeros que, afincados como habitantes, acrediten un lapso suficiente de permanencia
en nuestro país. Es una propuesta que formulamos para promover las valoraciones
colectivas favorables.

Los ciudadanos no habitantes.

16. — La ley 24.007, de 1991, ha previsto que los ciudadanos residentes en forma efectiva y
permanente fuera del territorio sean electores que puedan votar en las elecciones
federales.

El sistema es atractivo y simpático pero, con la constitución actual, nos resulta


inconstitucional. Precisamente, el ciudadano que en forma permanente reside en el exterior
no es habitante, no forma parte de la población de nuestro estado ni, por ende, integra el
"pueblo" mentado en el art. 45 de la constitución.

En cambio, y a la inversa de lo establecido en la citada ley, bien cabría que quienes se


hallaren transitoriamente en el exterior pudieran sufragar en el lugar en que
ocasionalmente se encontraren, porque en tal hipótesis no habrían dejado de componer el
cuerpo electoral.

Las mujeres.

17. — Ver nº 11.

El electorado pasivo.
324
18. — El derecho electoral se ocupa asimismo del electorado pasivo, o sea, de los individuos
que tienen capacidad política para ser designados (o derecho electoral pasivo). En este
punto, nuestra constitución no contiene una norma uniforme, porque para los distintos
órganos de poder formula normas propias.

Como principio general ha de tenerse presente que cuando la constitución establece las
condiciones de elegibilidad para un cargo o función, ellas no pueden El primero es,
individualmente considerado, el candidato; el segundo, se denomina elector y en su
conjunto forman el cuerpo electoral";

"En el régimen representativo el cuerpo electoral es el órgano primario del estado que
expresa la voluntad soberana de la nación derivando de él todos los órganos del estado. De
ahí que el sufragio, además de un derecho de naturaleza política, sea una función
constitucional, y su ejercicio un poder de la comunidad nacional, es decir, una competencia
constitucional dentro de los límites y bajo las condiciones que la misma constitución ha
determinado".

La prohibición de reelección.

25. — Las cláusulas constitucionales que prohíben la reelección de gobernantes no implican


una proscripción lesiva del derecho a ser elegido, ni violan el art. 23.2 del Pacto de San José
de Costa Rica.

Tal criterio es aplicable a las constituciones de nuestras provincias que impiden la reelección
del gobernador. Así lo resolvió la Corte Suprema en su fallo del 6 de octubre de 1994 en el
caso "Partido Justicialista de Santa Fe c/Provincia de Santa Fe".

De él se desprende que la reforma de la constitución federal en 1994, que habilitó una


inmediata reelección del presidente y vicepresidente de la república, no puede entenderse
como obligación provincial de autorizar también la reelección de los gobernadores locales.

325
IV. LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Su encuadre antes de la reforma constitucional de 1994.

26. — La constitucionalización formal de los partidos políticos data de la reforma de 1994.


Con anterioridad, y sin norma alguna en la constitución formal, existieron en la constitución
material. La constitución histórica les daba albergue en su matriz de principios y valores e,
incluso, en la norma del art. 14 sobre el derecho de asociarse y en el art. 33 sobre derechos
implícitos. Por algo, el derecho judicial de la Corte y la legislación infraconstitucional les
confirieron desarrollo.

Desde 1962 —además— existe en el poder judicial federal la llamada "Justicia Electoral",
creada por el decreto-ley 7163/62, cuya Cámara Nacional Electoral tiene competencia
territorial en todo el país como tribunal de alzada.

27. — En el fallo de la Corte del 22 de abril de 1987 en el caso "Ríos Antonio J." se alude al
art. 1º de la constitución (ya antes de la reforma de 1994) como base de la existencia y
pluralidad de los partidos, en tanto el voto del doctor Petracchi remite al derecho de
asociarse con fines políticos en cuanto derecho no enumerado, que forma parte del más
amplio de asociarse con fines útiles del art. 14, por lo que, como derecho no enumerado,
nace del art 33.

En la citada sentencia encontramos la afirmación de que el reconocimiento jurídico de los


partidos deriva de la estructura de poder del estado moderno, en conexión de sentido con
el principio de la igualdad política, la conquista del sufragio universal, los cambios internos y
externos de la representación política y su función de instrumentos de gobierno. Al
reglamentarlos —añade— el estado democrático cuida una de las piezas principales y más
sensibles de su complejo mecanismo vital.

28. — Con fecha 17 de junio de 1986, en el caso "Recurso de hecho deducido por José E.
Ormache en la causa Fiscal del Superior Tribunal de Justicia doctor Mestres. Informa sobre
Ormache José E.", la Corte Suprema declaró inconstitucional la norma de la constitución de
la provincia de Entre Ríos que prohibía a los empleados administrativos del poder judicial

326
local afiliarse a partidos políticos y desarrollar actividad política, por violatoria de los arts.
14, 16 y 33 de la constitución federal.

La naturaleza constitucional de los partidos.

29. — El partido político, en su encuadre constitucional, tiene para nosotros la siguiente


fisonomía:

a) políticamente, es un sujeto auxiliar del estado (o del poder); b) jurídicamente, es siempre


una persona jurídica de derecho público "no estatal" (aunque la ley pueda definirlo de otro
modo).

La asociación política reconocida y personalizada como partido se compone: a) de hombres


que tienen calidad de afiliados o miembros; b) de una ideología política, que ha de tener
amplitud y generalidad suficientes para abarcar un panorama político de conjunto, y no
ceñirse a un mero aspecto parcial de la política general; esa ideología cuaja en el programa
y en la plataforma partidarias; c) de un fin político, que genéricamente consiste en influir o
gravitar políticamente conforme al proyecto señalado en el inc. b); el fin inmediato puede,
en determinados casos y para algunos partidos, enderezarse a la conquista o a la retención
del poder, pero ello es únicamente un aspecto no esencial del fin, y por eso más bien se nos
aparece como un "medio" para el fin genérico.

La dinámica de los partidos.

30. — La presencia dinámica de los partidos se hace patente a través de: a) la formulación
de ideologías políticas, de opiniones públicas y de políticas activas; b) la participación en el
proceso electoral; c) la gravitación, las influencias y las presiones sobre el poder; d) la
ocasional ubicación de un partido determinado (que hoy es uno y mañana puede ser otro)
en el uso del poder estatal —que en un sentido figurativo suele asignarle el rótulo de
partido "gobernante"—; esto último se vincula con la permanencia y la alternancia
partidarias en el poder; e) la recíproca situación de los partidos en posiciones de consenso,
disenso u oposición.

327
En la dinámica del poder, las relaciones de los partidos en cuanto sujetos auxiliares del
estado con órganos del poder o con órganos extrapoderes componen una categoría de las
relaciones "extraórganos". Nuestro derecho constitucional material conoce las siguientes:

a) relaciones en la formación de los órganos de poder del estado, como se advierte en la


postulación partidaria de candidaturas para los cargos de origen electivo;

b) relaciones en el ejercicio del poder por los órganos estatales, que se evidencian en la
composición partidaria de dichos órganos; en las presiones que los partidos ejercen sobre el
poder, y viceversa; en la influencia que juegan para la designación de funcionarios públicos,
etc.

Se advierte, por ejemplo, la estructura partidaria del congreso; la distinta relación que se
traba entre el poder ejecutivo y el congreso según que el presidente de la república cuente
o no con mayoría de su propio partido en una cámara o en ambas; la política del ejecutivo
que responde a un programa partidario, acentuándose la vinculación cuando el presidente
es jefe o líder del partido, etc.

La reglamentación legal y el control de los partidos.

31. — Esta cuestión suscita una encontrada multiplicidad de enfoques, que giran alrededor
del control estatal sobre los partidos. Procurando circunscribir nuestra opinión a la esfera
propia del derecho constitucional argentino, abordamos una doble perspectiva:

a) creemos que constitucionalmente es válido (lo que significa que no es inconstitucional)


que la ley reglamente razonablemente los requisitos a que deben ajustarse los partidos para
obtener su reconocimiento, y que al reglamentarlos excluya de ese reconocimiento a los
que por su doctrina y su actividad se opongan abiertamente al proyecto político
democrático de la constitución; esto presupone el llamado control "cualitativo" (o
doctrinario) de los partidos;

328
b) sobre la base de la afirmación anterior, los órganos competentes (justicia electoral) para
otorgar o negar el reconocimiento a los partidos, quedan habilitados para denegar (o en su
caso cancelar) el reconocimiento al partido que discrepa con la constitución;

c) desde el prisma de la prudencia y la conveniencia políticas, es posible estimar que, pese a


la constitucionalidad que habilita la solución antes expuesta, resulta preferible no usar ese
método, sino más bien otro más pragmático, conforme al cual el reconocimiento a un
partido sería denegado sólo cuando éste ofreciera "peligro real y actual" para el sistema
constitucional.

Optamos por el criterio último.

32. — El problema constitucional más grave a resolver es el del partido llamado


"antisistema" que, mimetizándose con el sistema democrático, tiende a su destrucción, al
modo como Duverger rotula la "lucha contra el régimen", o "sobre el régimen". De todos
modos, no parece que en este supuesto deba aban-donarse la pauta tan pragmática de
denegar el reconocimiento a un partido sola-mente cuando su actividad concreta
representa un peligro real, actual y presente. De no ser así, es mejor dejarlo actuar a rostro
descubierto que prohibirlo.

33. — No es constitucional la afiliación coactiva o forzosa; las desigualdades arbitrarias


entre afiliados y no afiliados; las trabas a la desafiliación, etc. Se puede incurrir en tales
extremos no sólo cuando el estado impone la afiliación o dificulta la desafiliación, o cuando
desiguala a los individuos según estén o no afiliados a un partido determinado o a
cualquiera, sino también cuando en similares prácticas incurren los propios partidos. De ahí
que para reconocerlos, el estado deba exigirles una organización interna democrática.

En suma, el pluralismo constitucional de la sociedad libre se satisface con: una "democracia"


entre partidos, y una "democracia" de partidos; este desdoblamiento atiende a la relación
democrática "interpartidaria" y a la estructura y vida "internas" democráticas de cada
partido.

El poder disciplinario de los partidos.

329
34. — El poder disciplinario de los partidos es un aspecto que, aun con peculiaridades
derivadas de la naturaleza de los partidos, corresponde al tema del poder disciplinario de las
asociaciones.

En forma muy breve sostenemos que: a) los partidos, como cualquier asociación, disponen
de poder disciplinario sobre sus afiliados; b) en ejercicio del mismo pueden aplicar sanciones
conforme a sus estatutos o a su carta orgánica, respetados el debido proceso y la
razonabilidad; c) no gustamos decir que ese poder disciplinario, y las sanciones que en uso
de él recaen en los afiliados, pertenezcan a la "zona de reserva" del partido como
exclusivamente propia de él y como exenta de control judicial; d) lo que sí afirmamos es
que: d") las sanciones partidarias deben quedar sometidas a revisión judicial, y que siendo
éste el principio constitucional que adoptamos hay que añadir, a partir de allí, que: d") el
tribunal judicial al que se lleva en revisión una sanción partidaria sólo la debe descalificar
cuando resulta arbitraria, o cuando ha sido dispuesta sin sujetarse a las formas básicas del
debido proceso; e) una vez conciliados de esta manera el control judicial y la libertad que,
como propia de toda asociación, debe reconocérsele a los partidos en su vida y en su
organización internas, no consentimos que la revisión judicial se estreche porque se alegue
que el afiliado sancionado o expulsado no sufre perjuicio; sobre todo en el caso de
separación del partido, el agravio, y su repercusión dañina, radican en el hecho de que quien
voluntariamente quiere pertenecer a un partido, ve violado su derecho de asocia-ción si se
lo expulsa sin causa razonable o sin previo derecho de defensa.

El derecho judicial en materia de partidos políticos.

35. — Una breve incursión en el derecho judicial emergente de la Corte Suprema nos coloca
ante principios como éste:

a) "el régimen representativo dio origen a la existencia de los partidos políticos organizados,
los que virtualmente se convirtieron en órganos indispensables para el funcionamiento del
sistema"; b) "el hecho de que los sistemas electorales estén relacionados con el régimen de
partidos políticos y que éstos sean órganos intermedios entre gobernantes y gobernados y
pieza clave para la existencia del régimen representativo significa reconocer que los partidos
existen por y para el régimen representativo y no éste por y para aquéllos"; c) "esta Corte ha
reconocido a los partidos políticos la condición de auxiliares del estado, organizaciones de
330
derecho público no estatal, necesarios para el desenvolvimiento de la democracia y, por
tanto, instrumentos de gobierno cuya institucionalización genera vínculos y efectos jurídicos
entre los miembros del partido, entre éstos y el partido en su relación con el cuerpo
electoral, y la estructura del estado"; "son grupos organizados para la selección de
candidatos a representantes en los órganos del estado. Esa función explica su
encuadramiento estatutario y, en los hechos, que sistema de partidos y sistema
representativo hayan llegado a ser sinónimos"; d) "los partidos políticos condicionan los
aspectos más íntimos de la vida política nacional e, incluso, la acción de los poderes
gubernamentales y, al reglamentarlos, el estado cuida una de las piezas principales y más
sensibles de su complejo mecanismo vital; en consecuencia, resulta constitucionalmente
válido el ejercicio del poder reglamentario al establecer controles gubernamentales, con el
objeto de garantizar la pluralidad, la acción y el sometimiento de los partidos a las
exigencias básicas del ordenamiento jurídico y su normalidad funcional"; e) "la ley orgánica
de los partidos políticos después de definirlos como "instrumentos necesarios para la
formulación y realización de la política nacional", les asigna, "en forma exclusiva, la
nominación de candidatos para cargos públicos electivos" (art. 2º, ley 23.298); todo el resto
de la ley está dirigido a garantizar a las agrupaciones el derecho a su constitución,
organización, gobierno propio y libre funcionamiento, así como el derecho a obtener la
personalidad jurídico política para actuar en los distritos electorales (art. 1º, ley 23.298)"; f)
"la defensa jurisdiccional del régimen representativo exige que los partidos no excedan su
normalidad funcional; es decir, se limiten a proveer la dirección política y la alta jerarquía
del estado; formular los planes para la realización de la política nacional; seleccionar lo
mejor de su dirigencia para su nominación como candidatos para cargos públicos electivos
(art. 2º, ley 23.298); canalizar la voluntad popular y la opinión mediante una costante labor
de información política al pueblo; a estas tareas se le suman como implícitas las de preparar
al ciudadano para el buen uso de la herramienta de trabajo cívico que es el voto, respetar
los marcos del sistema político y cumplir su función de órganos intermedios entre el cuerpo
electoral y el elegido, entre el gobierno y los gobernados"; g) puede negarse el
reconocimiento a una agrupación política cuando su actuación traduce un peligro cierto y
real para la subsistencia del estado democrático; h) a efectos de apreciar, en las causas
judiciales, el carácter subversivo de una agrupación, los jueces han de ponderar el programa
real y verdadero, aunque oculto, y no el programa ficticio que les es presentado por los
partidos con miras a la obtención de su reconocimiento.

V. LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994 EN MATERIA DE PARTIDOS POLÍTICOS

El artículo 38 y las pautas garantistas para los partidos políticos.

331
36. — En el art. 38 nuevo leemos:

"Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático.

Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución,
la que garantiza su organización y funcionamiento democráticos, la representación de las
minorías, la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el
acceso a la información pública y la difusión de sus ideas.

El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación de


sus dirigentes.

Los partidos políticos deberán dar publicidad del origen y destino de sus fondos y
patrimonio."

La nueva norma es sobria. Los define como instituciones fundamentales del sistema
democrático, con lo que esclarece dos cosas: la fundamentalidad del sistema partidario, y su
integración en y para la democracia.

Acabamos de aludir a la "democracia", porque de la tónica del art. 38 se desprende que el


estado no queda inerme frente a partidos antisistema que en una circunstancia concreta
realmente renegaran de la democracia. (Ver nº 31).

37. — Se enmarca a los partidos con directrices como éstas: libertad para su creación y sus
actividades; representación de las minorías (dentro de su estructura interna, según
entendemos); competencia para postular candidaturas a cargos públicos electivos; acceso a
la información pública; difusión de sus ideas; contribución estatal al sostén económico de las
actividades y de la capacitación de sus dirigencias; obligación partidaria de dar a publicidad
el origen y destino de sus fondos y su patrimonio.

332
Hay una columna vertebral dentro de ese diagrama: los partidos gozan de libertad dentro
del respeto a la constitución, y ésta les garantiza su organización y funcionamiento
democráticos, con el lineamiento antes pautado.

El esquema severo, pero simultáneamente elástico, deja espacio suficiente para la


regulación legal y para la normativa interna en cartas y estatutos de cada agrupación
política.

38. — La norma del art. 37 que explicamos en el nº 11 obliga a garantizar mediante acciones
positivas en la regulación de los partidos políticos la igualdad real de oportunidades para
hombres y mujeres.

39. — La tónica de libertad y de garantismo que inspira al art. 38 se completa con el


estímulo a la participación interna de afiliados, de corrientes y de minorías en la vida
partidaria, más un aspecto básico de la libertad de expresión e información. Tal es el sentido
que asignamos a la alusión que se hace a la representación minoritaria, y al acceso a la
información pública y a la difusión de las ideas.

Consensos y disensos según la línea doctrinaria y programática de los partidos quedan, de


esta manera, asegurados, no sólo entro de ellos, sino en su proyección externa al ámbito de
la sociedad.

40. — Con relación a los dos aspectos de organización y funcionamiento consideramos que
cuando el art. 38 dice que la constitución "garantiza…" está imputando al estado el deber
de proveer las garantías consiguientes; pero, además, las garantías deparadas por la
constitución proyectan hacia el interior de los partidos el mismo conjunto de pautas, que
ellos tienen que acoger y a las que deben atenerse en su organización y en su actuación.
Quiere decir que lo garantizado también implica, para los partidos, el deber de dar
recepción a todas las pautas cubiertas por las garantías. En resumen, estamos frente a
garantías "para" la democracia, tanto dentro de los partidos como en su actividad hacia
afuera, es decir, intra y extrapartidariamente.

333
41. — En cuanto a la representación de las minorías, podemos dar al texto la amplitud que
merece cuando se presupone la organización y el funcionamiento democráticos de los
partidos. En consecuencia, hay aquí —además de un parámetro para la estructura interna
de los mismos— una directiva obligatoria para el régimen electoral, que debe establecer un
sistema que asegure el acceso pluralista de los partidos a los cargos que se provean por
elección popular para los órganos de poder colegiados. No se trata de una receta única para
implantar un sistema determinado, pero sí de la exclusión de cualquiera que, como el de
lista completa, adjudica todos los cargos a un solo partido, porque en ese supuesto no se
deja sitio a las representaciones minoritarias.

La competencia partidaria para postular candidatos.

42. — Cuando el art. 38 hace referencia a garantizar la competencia para la postulación de


candidatos a los cargos públicos de elección popular, entreabre espacios sugestivos, que
pueden ser razonablemente cubiertos por la ley de partidos políticos y por la de régimen
electoral, así como por decisiones internas de los mismos partidos.

Si se asume como cierto que la postulación de candidaturas surge desde la estructura


interna partidaria, y se ofrece luego públicamente al electorado, es viable imaginar al menos
dos aspectos posibles: a) uno, que el estado debe garantizar a los partidos una competencia
interna entre los afiliados que aspiran a investir el papel de candidatos; b) otro, que no
puede prohibirse la postulación partidaria de candidaturas para ofrecer al electorado. Cada
aspecto tiene su perfil propio, y vale detenerse brevemente en él.

"Competencia" tiene dos acepciones que son útiles para dilucidar el tema. Una alude a la
acción de "competir", y el verbo competir significa contender entre dos o más sujetos. Otra
alude a la incumbencia, atribución o función que son propias de un órgano, y el verbo que
acá se inserta no es "competir" sino "competer", que quiere decir pertenecer, corresponder
o incumbir al órgano competente; de allí deriva la locución "tener, investir o asumir
competencia", o "ser competente" (para algo).

Reduciendo lo anterior a dos alternativas, es viable suponer que garantizar la competencia


para postular candidatos apunta doblemente: a) a "hacer" competencia (competir) y b) a
"tener" competencia (competer).

334
A) 43. — En la acepción de "hacer" competencia (o competir para la postulación de
candidatos, se haría viable un desdoblamiento: a) internamente, los partidos deberían
acoger y practicar algún sistema de selección de candidaturas que eliminara el señalamiento
o la imposición por las jefaturas partidarias, abriéndose a la competitivi-dad; b)
externamente, los partidos deberían entablar entre sí otra metodología también
competitiva en la oferta de candidatos para que la sociedad dispusiera de suficiente
capacidad de opción.

En cuanto al inc. a) nos aventuramos a sugerir que la ley podría razonablemente obligar a
los partidos a seleccionar los candidatos que han de ofrecer al electorado mediante un
procedimiento intrapartidario que diera participación a los afiliados y, acaso, también a
quienes no lo son.

En cuanto al inc. b), no hay duda de que los procesos electorales legítimos exigen que exista
efectiva competitividad leal entre los candidatos de los diferentes partidos que concurren a
cada acto electoral.

B) 44. — Cuando acudimos a la segunda acepción —"tener" com-petencia, o "ser"


competente— ya dejamos de lado el verbo "competir" y nos ceñimos al verbo "competer".
La garantía de competencia para postular candidaturas equivale, entonces, a asegurar que
los partidos tienen facultad, o derecho, o habilitación para proponer al electorado, y para
someter a su votación en un comicio, los candidatos que cada partido postula oficialmente
para un cargo electivo.

No hay duda de que éste es un sentido que el art 38 ha asumido claramente en su letra y en
su espíritu: la constitución ha querido que los partidos postulen candidatos.

El monopolio de las candidaturas por los partidos.

45. — Antes de la reforma de 1994, el monopolio de las candidaturas por los partidos ya
había suscitado debate acerca de su constitucionalidad. El impedimento legal para
presentar candidatos sin patrocinio de un partido fue considerado por algún sector como
335
una "condición" de elegibilidad que se añadía inconstitucionalmente a las previstas en la
constitución.

Siempre habíamos pensado que la constitución no imponía ni prohibía el monopolio


partidario de las candidaturas, y que le quedaba discernido a la ley escoger razonablemente
una de las alternativas.

Ahora, con el art. 38, la situación no ha variado demasiado. Creemos que:

a) la norma constitucional nueva garantiza (o asegura) a los partidos la facultad de postular


candidatos; que

b) no prohíbe que la ley arbitre razonablemente un sistema ampliatorio que adicione la


posibilidad de candidaturas no auspiciadas por un partido.

De todos modos, cuando en el nº 50 hagamos referencia a la composición prevista para el


senado por el art. 54, diremos que para este supuesto la constitución implanta el monopolio
de los partidos en la postulación de senadores.

46. — Antes de la reforma de 1994, en el caso "Ríos, Antonio J.", del 22 de abril de 1987, la
Corte declaró que no era inconstitucional el sistema legal que adjudicaba a los partidos
políticos en forma exclusiva la nominación de candidaturas para los cargos públicos
electivos.

La expresión libre.

47. — La garantía al acceso a la información pública y a la difusión de las ideas nos resulta
vital. Son aplicaciones que de la libertad de expresión y de información (tanto en la
búsqueda, recepción y transmisión de la última) hace el artículo a favor de los partidos.

336
Sin duda, ellos revisten un protagonismo importante en la formación y divulgación de
opiniones públicas, y cercenarles la libertad en ese campo sería interferir y trabar una
función fundamental dentro de la sociedad y del sistema político en su conjunto.

El financiamiento de los partidos.

48. — Por fin, aparece el sostenimiento económico por parte del estado. Es común en el
derecho comprado, y tiene tradición legal en nuestro medio.

El tema presenta margen amplio para diversidad de opiniones doctrinarias. Desde un


ángulo, podría sostenerse que en la sociedad organizacional contemporánea hay
muchísimas entidades que, al igual que los partidos —y para algunos, más aún que éstos—,
resultan trascendentales por sus fines en orden al bien común público, no obstante lo cual
carecen de ayuda económica del estado. Desde otro ángulo, cuando se atiende al intenso fin
institucional que incumbe a los partidos como sujetos auxiliares del estado, la idea opositora
al subsidio oficial se aplaca o se desvanece, en virtud de que esa cooperación —sobre todo
si toma en cuenta la presencia de los partidos que han alcanzado representación en los
órganos de poder— coadyuva a que aquel fin institucional les resulte más fácilmente
accesible.

Un estado que acoge un sistema de partidos, que prohija la participación, que se vale de
ellos para cubrir —en todo o en parte principal— sus elencos de poder, está en condiciones
de afrontar parcialmente su sostenimiento económico. Reparemos en que el nuevo artículo
lo dirige a y para que desarrollen sus actividades y para que capaciten a sus dirigentes, lo
cual importa un señalamiento y una cobertura amplia del destino de los recursos estatales
para las organizaciones partidarias.

A la par, se los obliga a hacer público el origen y el uso de sus fondos y de su patrimonio, lo
que no siempre es fácil de efectivizar, pero proporciona un ámbito para el control de los
ingresos no estatales y del objetivo al cual se aplican.

Acabamos de aludir al control de los ingresos "no estatales", pero también en orden a los de
origen estatal ese control es imprescindible; la constitución no ha incluido pauta alguna

337
sobre el control en ninguno de ambos sentidos, y consideramos que la ley debe implantarlo
rigurosamente, porque el silencio del art. 38 no se ha de interpretar como excluyente de la
fiscalización, máxime si tomamos en cuenta que en su último párrafo consigna el ya citado
deber partidario de dar publicidad del origen y destino de sus fondos y patrimonio.

El hacerlo público a simple título informativo, y sin que opere un control eficaz por parte del
estado, no satisface a las exigencias democráticas ni a la ética política.

El sistema de partidos, más allá de los artículos 37 y 38.

49. — El sistema de partidos no queda agotado en los artículos 37 —sobre derechos


políticos— y 38 —específico sobre los parti- dos—. Hay que indagar en otros.

Fundamentalmente, es al senado al que hay que dirigir la primera mirada. El art. 54, al
elevar a tres senadores el número de los que se elegirán en cada provincia y en la ciudad de
Buenos Aires, estipula que corresponden dos bancas al partido que obtiene el mayor
número de votos, y la restante al que le sigue en número de votos.

Similar fisonomía puede descubrirse en la disposición transitoria cuarta, cuando regula la


transición electoral para integrar el senado. En efecto, el segundo párrafo de esta cláusula
prevé que la designación por la legislatura también se hará de modo que en la integración
del cuerpo, y en lo posible, el reparto de dos bancas y una banca se efectúe a favor del
partido o la alianza que tenga mayor número de miembros en la legislatura, y del que le siga
en número de miembros de ella.

También debe prestarse atención al párrafo tercero, para finalmente comprender que
mientras las legislaturas locales tengan a su cargo la designación de los senadores, su papel
se limitará a convalidar a quienes resulten nominados por los partidos políticos.

50. — No queda duda de que ahora, conforme al art. 54, la competencia para postular
candidatos a senadores es propia y exclusiva de los partidos políticos.

338
Además, es posible que —más allá de las críticas que parte del universo doctrinario y
político formulan al tercer senador y al sistema electoral establecido por el art. 54— haya
que reconocer que se ha procurado conferir al senado una fisonomía pluralista, conciliando
la mixtura de "partido mayoritario-oposición".

El senado como órgano tradicionalmente representativo de las provincias acopla,


claramente, una definida representación partidaria, dado el modo de reparto de los tres
escaños por jurisdicción, y coloca bajo duda un aspecto polémico: ¿las bancas son de los
partidos, o solamente se trata de una expresión normativa que no va más allá de la
distribución de las tres bancas?

51. — Hay otros artículos de la constitución que, luego de la reforma, obligan a que haya
determinada presencia partidaria en las estructuras gubernamentales. Así:

a) el art. 85, al diseñar la Auditoría General de la Nación, prescribe que el presidente de este
organismo de control será designado "a propuesta del partido político de oposición con
mayor número de legisladores en el congreso";

b) el art. 99 inc. 3º, al referirse a la Comisión Bicameral Permanente, establece que en su


composición se debe respetar la proporción de las representaciones políticas de cada
cámara;

c) en el régimen de ballotage para la elección directa del presidente y vicepresidente de la


república se hace alusión a las "fórmulas" de candidatos, dejando entrever que su
postulación cuenta con respaldo partidario, al menos mientras subsista el monopolio de las
candidaturas por los partidos políticos.

52. — Por lo expuesto, y sin desconocer que el sistema de partidos reclama reformas
importantes, consideramos que —guste o no— hay ahora cláusulas constitucionales que los
reconocen e institucionalizan como organizaciones fundamentales del sistema democrático.
Lo traducimos en la afirmación —con carácter de principio constitucional— de que debe

339
haber partidos, y de que es la sociedad —también en ella y desde ella— el ámbito de su
creación y su funcionamiento libre y democrático.

VI. LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994 Y

LOS NUEVOS DERECHOS POLÍTICOS

Las formas semidirectas.

53. — Los arts. 39 y 40 han incorporado dos formas semidirectas de participación política en
materia de derechos políticos: la iniciativa legislativa popular, y la consulta popular.

Con esta reforma de 1994 se ha desbaratado el argumento de que, antes de ella, las formas
semidirectas eran inconstitucionales por colisionar con el principio "representativo"
enunciado normativamente en el art. 22, que después de la reforma subsiste incólume. (Ver
T. I, cap. VII, nos. 62/64).

La "consulta" popular de 1984.

54. — El único antecedente que registra nuestra historia en el orden federal es la consulta
popular, no obligatoria ni vinculante, realizada en 1984 para el conflicto austral con Chile,
que para nosotros fue perfectamente constitucional.

Cuando por vía de amparo un ciudadano impugnó dicha convocatoria a consulta popular
efectuada en 1984 por el poder ejecutivo para que el cuerpo electoral votara
voluntariamente por "sí" o por "no" acerca del arreglo del diferendo austral con Chile, la
Corte entendió que la pretensión no configuraba "causa" o "caso" judiciable en los términos
del entonces art. 100 de la constitución y de la ley 27 (art. 2º). (La disidencia de los doctores
Fayt y Belluscio entró al fondo del asunto, y ambos jueces consideraron que no existía
violación alguna a la constitución).

340
La iniciativa popular para proyectos de ley.

55. — El art. 39 prescribe:

"Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley en la


Cámara de Diputados. El Congreso deberá darles expreso tratamiento dentro del término de
doce meses.

El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada


Cámara, sancionará una ley reglamentaria que no podrá exigir más del tres por ciento del
padrón electoral nacional, dentro del cual deberá contemplar una adecuada distribución
territorial para suscribir la iniciativa.

No serán objeto de iniciativa popular los proyectos referidos a reforma constitucional,


tratados internacionales, tributos, presupuesto y materia penal."

(La bastardilla es nuestra).

El art. 39 diseña escuetamente el derecho de iniciativa legislativa. La norma queda abierta


para que la ley reglamentaria la desarrolle y la cierre.

56. — a) Se reconoce este derecho a los ciudadanos con el objeto de que presenten
"proyectos de ley" en la cámara de diputados, la que viene así a ser cámara de origen para
su tratamiento.

Si se trata de una materia para la cual la constitución exige que lo sea el senado —como es
el caso de la legislación prevista en el art. 75 inciso 19, párrafo segundo— nos parece que el
proyecto igualmente ha de ser presentado en la cámara de diputados, y que ésta debe
girarlo al senado para comenzar allí el trámite.

341
b) La norma procura evitar que el derecho de iniciativa se esterilice en una mera propuesta
de quienes lo ejerzan, y obliga al congreso a conferirle tratamiento dentro del término de
doce meses, que interpretamos corridos, sin deducir el tiempo de receso congresional.

c) Quedan excluidas de la posibilidad de presentación de proyectos algunas materias


taxativamente enumeradas; así, los referidos a la reforma de la constitución, a tratados
internacionales, a tributos, al presupuesto, y a la legislación penal.

57. — El congreso tiene la obligación de dictar la ley reglamentaria para el ejercicio de este
derecho.

La constitución prescribe pautas: esa ley requiere el voto de la mayoría absoluta sobre el
total de los miembros de cada cámara, y no puede exigir para ejercer la iniciativa más del 3%
del padrón electoral federal, debiendo contemplar dentro de esa cifra una adecuada
distribución territorial para la suscripción de la iniciativa.

Este último recaudo procura que en el 3% de los ciudadanos promotores del proyecto que
se presente no quede arbitrariamente excluida o discriminada —en relación con la totalidad
del territorio— la participación de zonas, regiones o provincias.

Conforme a la disposición transitoria tercera, la ley reglamentaria del art. 39 debía ser
dictada dentro de los dieciocho meses de sancionada la reforma de la constitución.

La ley 24.747.

58. — El plazo se venció, y recién el 27 de noviembre de 1996 el congreso dictó la ley


reglamentaria del art. 39 bajo el nº 24.747.

342
Como comentario a su texto podemos resumidamente decir, en orden a los puntos
fundamentales, que:

a) Ni la constitución ni la ley prevén qué ocurre si el congreso no se expide en el plazo de


doce meses señalado en el art 39 constitucional; no nos cabe duda que de ocurrir tal
situación estaríamos ante una inconstitucionalidad por omisión, pero no se ha articulado
expresamente remedio alguno para instar al órgano, ni para subsanar la omisión.

Una vía pudo ser la de someter a consulta popular el proyecto, al modo como lo estipula la
constitución de la provincia de La Rioja.

b) El plazo constitucional de doce meses para que el congreso trate el proyecto, que de
acuerdo a la letra del art. 39 parece correr desde su presentación en la cámara de
diputados, es objeto de dilación en la ley; en efecto, su art. 11 le da inicio desde que la
cámara lo admite, para lo cual los arts. 8º y 10 exigen previamente una tramitación ante
comisiones parlamentarias.

c) En esa previa tramitación, si la Comisión de Asuntos Constitucionales —que es la primera


llamada a intervenir después de la presentación del proyecto— lo rechaza, el art. 9º dice
que no se admitirá recurso alguno; queda la impresión de que acá se altera el deber de la
cámara de tratarlo dentro del lapso de doce meses, ya que el rechazo por la citada comisión
bloquea definitivamente —sin recurso alguno— la iniciativa.

d) El porcentaje de firmantes del proyecto que fija el art. 39 (3% del padrón federal) es un
tope y no un piso; el art. 4º de la ley reglamentaria lo ha reducido al 1,50%, que debe
representar como mínimo a seis distritos electorales, salvo que la iniciativa tenga alcance
regional, en cuyo caso el porcentual ha de obtenerse solamente sobre el total empadronado
en la totalidad de provincias que integran la región, sin considerar el número de distritos.

e) El art. 39 de la constitución ha acogido la iniciativa "formulada", ya que el proyecto tiene


que presentarse articulado; el art. 5º de la ley 24.747 así lo reglamenta, estipulando
requisitos.

343
La consulta popular.

59. — El art. 40 nuevo dice así:

"El congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta popular un


proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser vetada. El voto afirmativo del proyecto
por el pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su promulgación será automática.

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Subject: Constitucion de la provincia

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Constitución de la Ciudad de Buenos Aires

Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

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La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires es la norma fundamental de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, sancionada en 1996, de acuerdo con lo dispuesto en la reforma
de la Constitución de la Nación Argentina realizada en 1994.

Ciudad de Buenos Aires

Este artículo es una parte de la serie:

Constitución de la Ciudad de Buenos Aires

Texto completo de la Constitución vigente

Constitución de la ciudad de Buenos Aires (1996)

Otros países · Portal de Derecho

Historia Editar

345
El estatuto jurídico de la ciudad de Buenos Aires fue históricamente peculiar. Su gran
volumen poblacional y el poder económico de la que la dotó históricamente su puerto, el
más activo e importante del país, le dieron de una enorme influencia política. En 1853, los
convencionales que sancionaron la Constitución Nacional vieron conveniente separarla de la
provincia homónima y colocarla bajo administración federal, como sede de los poderes
nacionales.

La ley dictada a ese efecto no se hizo, sin embargo, efectiva. Buenos Aires no aceptó la
sanción de la Constitución hasta casi una década más tarde, y una de las condiciones que
puso para plegarse a ella fue la derogación de su estatuto federal. No sería hasta 1880
cuando se haría efectiva su federalización, para dotar al gobierno nacional de autoridad
administrativa directa sobre el entorno en que se asentaba. De acuerdo con las condiciones
entonces fijadas, la autoridad ejecutiva sobre la ciudad era directamente designada por el
Presidente de la Nación.

Mediante el art. 129 incluido en la reforma constitucional argentina de 1994, la ciudad


obtuvo una mayor autonomía que habilitó a dictar su propia constitución y a tener un
gobierno autónomo.

El 21 de diciembre de 1995 el Congreso Nacional sancionó la ley 24.620, llamada ley Snopek,
que permitía la elección de un Jefe de Gobierno y Vicejefe de Gobierno y de 60
representantes que dictarían el Estatuto Organizativo. La ley establecía que el Jefe de
Gobierno y el Vicejefe de Gobierno debían reunir las mismas condiciones que se requieren
para ser diputado nacional.

La Asamblea Estatuyente inició sus labores el 19 de julio de 1996, y sesionó por primera vez
en forma plena el 2 de agosto. La Asamblea se dividió en cuatro bloques que correspondían
a cada uno de los partidos políticos elegidos: Frepaso, UCR, PJ y ND. En la primera sesión
fueron elegidas las autoridades de la asamblea, siendo electa Graciela Fernández Meijide
como presidenta, Oscar Shuberoff como vicepresidente 1.º e Inés Pérez Suárez como
vicepresidente 2.º. También se autodesignó como Convención Constituyente y crearon las
comisiones de trabajo que elaborarían la Constitución de la ciudad de Buenos Aires. Estas
comisiones eran:

346
Comisión de Sistemas de Control

Comisión de Justicia y Seguridad

Comisión de Poder Ejecutivo

Comisión de Políticas Especiales

Comisión de Presupuesto y Hacienda

Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Comisión de Redacción y Normas de Gobernabilidad para la Transición

Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento.

La Convención funcionó durante setenta y cinco días, en cumplimiento de lo dispuesto por


el artículo 7.º de la Ley 24620.[1] Las sesiones de la Convención Constituyente finalizaron el
1 de octubre de 1996, cuando fue sancionada la Constitución de la ciudad de Buenos Aires.
El texto, en general, fue aprobado por unanimidad salvo por algunas reservas hechas por el
Partido Justicialista. Las reservas referentes a parte del texto de la Constitución pueden
agruparse en tres categorías argumentativas: la colisión con postulados del llamado bloque
constitucional,[2] la transgresión normativa de las diferentes leyes que resguardan los
intereses del Estado nacional en el territorio federal y la contradicción de determinados
principios del Partido Justicialista.[3] A pesar de dichas diferencias, los convencionales
realizaron un esfuerzo por construir consensos, lo que llevó a que la casi totalidad del texto
constitucional haya sido aprobado por unanimidad.

Véase también: Elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de 1996#Convención


Estatuyente

Constituyentes Editar

Los integrantes de la Convención Constituyente fueron:

Presidente

Graciela Fernández Meijide (Frepaso)


347
Vicepresidente 1º

Oscar Shuberoff (UCR)

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Vicepresidente 2º

Inés Pérez Suárez (PJ)

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Vicepresidente 3º

Patricia Bullrich (ND)

-Sec. de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Presidentes de Bloque

Aníbal Ibarra (Frepaso)

-Vocal de la Comisión de Redacción

Miguel Ángel Inchausti (UCR)

Juan Manuel Arnedo Barreiro (PJ)

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

348
Jorge Argüello (ND)

-Sec. de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Federico Arenas (PJ)

-Sec. de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Jorge Arguello (ND)

-Vicepte. de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

María Elena Barbagelata (FREPASO)

-Sec. de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Néstor Bilancieri (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

349
-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Delia Bisutti (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poderes Especiales

Antonio Elio Brailovsky (ND)

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Héctor Bravo (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Ángel Bruno (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Roberto Cabiche (UCR)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

José Canata (UCR)

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

350
-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Alfredo Carella (PJ)

-Vicepte. 2º de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

Susana Carro (UCR)

-Sec. de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Jorge Castells (PJ)

-Vicepte. de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

Silvia Collin (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Roy Cortina (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

351
Esteban Crevari (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Liliana Chiernajowski (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Jorge Enríquez (UCR)

-Pte. de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Redacción

Marcelo Escolar (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Fernando Finvarb (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Nilda Garré (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

352
-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Redacción

Raúl Garré (PJ)

-Pte. de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Carlos Gómez Ríos (UCR)

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Julio César Guarido (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo

Nora Ginzburg (UCR)

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos

Martín Hourest (UCR)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

353
-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Eduardo Jozami (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Redacción

Elsa Kelli (UCR)

-Pte. de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

María Elena López (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

María José Lubertino (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Antonio Macris (UCR)

-Pte. de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

354
Alberto Maques (UCR)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Leticia Maronese (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Enrique Martínez (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Ubaldo Mascaldi (UCR)

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Liliana Monteverde (PJ)

-Sec. de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de DEscentralización y Participación Vecinal

Rafael Moscona (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

355
Hipólito Orlandi (UCR)

-Pte. de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos

Carlos Oviedo (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Alicia Pierini (PJ)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Mabel Piñeiro (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Raúl Puy (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Martín Redrado (PJ)

356
-Pte. de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Osvaldo Riopedre (UCR)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Enríque Rodríguez (ND)

-Vicepte. 3º de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos

Carlos Ruckauf (PJ)

-Vocal de la Comisión de Redacción

Miguel Saguier (PJ)

-Sec. de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Víctor Santa María (ND)

-Pte. de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

357
Gustavo Vivo (UCR)

-Sec. de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Clorinda Yelicic (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Eugenio Zaffaroni (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Silvia Cristina Ana Zangaro (FREPASO)

-Sec. de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

Véase también

Bibliografía

Notas

Enlaces externos

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Reforma constitucional argentina de 1994

358
Elecciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de 1996

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La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires es la norma fundamental de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, sancionada en 1996, de acuerdo con lo dispuesto en la reforma
de la Constitución de la Nación Argentina realizada en 1994.

Ciudad de Buenos Aires

Este artículo es una parte de la serie:

Constitución de la Ciudad de Buenos Aires

Texto completo de la Constitución vigente

Constitución de la ciudad de Buenos Aires (1996)

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El estatuto jurídico de la ciudad de Buenos Aires fue históricamente peculiar. Su gran


volumen poblacional y el poder económico de la que la dotó históricamente su puerto, el
más activo e importante del país, le dieron de una enorme influencia política. En 1853, los
convencionales que sancionaron la Constitución Nacional vieron conveniente separarla de la
provincia homónima y colocarla bajo administración federal, como sede de los poderes
nacionales.

360
La ley dictada a ese efecto no se hizo, sin embargo, efectiva. Buenos Aires no aceptó la
sanción de la Constitución hasta casi una década más tarde, y una de las condiciones que
puso para plegarse a ella fue la derogación de su estatuto federal. No sería hasta 1880
cuando se haría efectiva su federalización, para dotar al gobierno nacional de autoridad
administrativa directa sobre el entorno en que se asentaba. De acuerdo con las condiciones
entonces fijadas, la autoridad ejecutiva sobre la ciudad era directamente designada por el
Presidente de la Nación.

Mediante el art. 129 incluido en la reforma constitucional argentina de 1994, la ciudad


obtuvo una mayor autonomía que habilitó a dictar su propia constitución y a tener un
gobierno autónomo.

El 21 de diciembre de 1995 el Congreso Nacional sancionó la ley 24.620, llamada ley Snopek,
que permitía la elección de un Jefe de Gobierno y Vicejefe de Gobierno y de 60
representantes que dictarían el Estatuto Organizativo. La ley establecía que el Jefe de
Gobierno y el Vicejefe de Gobierno debían reunir las mismas condiciones que se requieren
para ser diputado nacional.

La Asamblea Estatuyente inició sus labores el 19 de julio de 1996, y sesionó por primera vez
en forma plena el 2 de agosto. La Asamblea se dividió en cuatro bloques que correspondían
a cada uno de los partidos políticos elegidos: Frepaso, UCR, PJ y ND. En la primera sesión
fueron elegidas las autoridades de la asamblea, siendo electa Graciela Fernández Meijide
como presidenta, Oscar Shuberoff como vicepresidente 1.º e Inés Pérez Suárez como
vicepresidente 2.º. También se autodesignó como Convención Constituyente y crearon las
comisiones de trabajo que elaborarían la Constitución de la ciudad de Buenos Aires. Estas
comisiones eran:

Comisión de Sistemas de Control

Comisión de Justicia y Seguridad

Comisión de Poder Ejecutivo

Comisión de Políticas Especiales

Comisión de Presupuesto y Hacienda

Comisión de Descentralización y Participación Vecinal


361
Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Comisión de Redacción y Normas de Gobernabilidad para la Transición

Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento.

La Convención funcionó durante setenta y cinco días, en cumplimiento de lo dispuesto por


el artículo 7.º de la Ley 24620.[1] Las sesiones de la Convención Constituyente finalizaron el
1 de octubre de 1996, cuando fue sancionada la Constitución de la ciudad de Buenos Aires.
El texto, en general, fue aprobado por unanimidad salvo por algunas reservas hechas por el
Partido Justicialista. Las reservas referentes a parte del texto de la Constitución pueden
agruparse en tres categorías argumentativas: la colisión con postulados del llamado bloque
constitucional,[2] la transgresión normativa de las diferentes leyes que resguardan los
intereses del Estado nacional en el territorio federal y la contradicción de determinados
principios del Partido Justicialista.[3] A pesar de dichas diferencias, los convencionales
realizaron un esfuerzo por construir consensos, lo que llevó a que la casi totalidad del texto
constitucional haya sido aprobado por unanimidad.

Véase también: Elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de 1996#Convención


Estatuyente

Constituyentes Editar

Los integrantes de la Convención Constituyente fueron:

Presidente

Graciela Fernández Meijide (Frepaso)

Vicepresidente 1º

Oscar Shuberoff (UCR)

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Vicepresidente 2º
362
Inés Pérez Suárez (PJ)

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Vicepresidente 3º

Patricia Bullrich (ND)

-Sec. de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Presidentes de Bloque

Aníbal Ibarra (Frepaso)

-Vocal de la Comisión de Redacción

Miguel Ángel Inchausti (UCR)

Juan Manuel Arnedo Barreiro (PJ)

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Jorge Argüello (ND)

-Sec. de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

363
Federico Arenas (PJ)

-Sec. de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Jorge Arguello (ND)

-Vicepte. de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

María Elena Barbagelata (FREPASO)

-Sec. de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Néstor Bilancieri (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Delia Bisutti (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poderes Especiales

364
Antonio Elio Brailovsky (ND)

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Héctor Bravo (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Ángel Bruno (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Roberto Cabiche (UCR)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

José Canata (UCR)

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Alfredo Carella (PJ)

-Vicepte. 2º de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

365
Susana Carro (UCR)

-Sec. de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Jorge Castells (PJ)

-Vicepte. de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

Silvia Collin (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Roy Cortina (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

Esteban Crevari (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Liliana Chiernajowski (FREPASO)

366
-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Jorge Enríquez (UCR)

-Pte. de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Redacción

Marcelo Escolar (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Fernando Finvarb (FREPASO)

-Vicepte. de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Nilda Garré (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Redacción

Raúl Garré (PJ)

-Pte. de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

-Vocal de la Comisión de Redacción

367
-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Carlos Gómez Ríos (UCR)

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Julio César Guarido (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo

Nora Ginzburg (UCR)

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos

Martín Hourest (UCR)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Eduardo Jozami (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Redacción

368
Elsa Kelli (UCR)

-Pte. de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

María Elena López (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

María José Lubertino (UCR)

-Vicepte. de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Antonio Macris (UCR)

-Pte. de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Alberto Maques (UCR)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Leticia Maronese (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

369
-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Enrique Martínez (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Ubaldo Mascaldi (UCR)

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

Liliana Monteverde (PJ)

-Sec. de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de DEscentralización y Participación Vecinal

Rafael Moscona (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Hipólito Orlandi (UCR)

-Pte. de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos

370
Carlos Oviedo (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

Alicia Pierini (PJ)

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Mabel Piñeiro (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Raúl Puy (FREPASO)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Martín Redrado (PJ)

-Pte. de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Presupuesto y Hacienda

Osvaldo Riopedre (UCR)

-Vocal de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

371
-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Enríque Rodríguez (ND)

-Vicepte. 3º de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Descentralización y Participación Vecinal

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos

Carlos Ruckauf (PJ)

-Vocal de la Comisión de Redacción

Miguel Saguier (PJ)

-Sec. de la Comisión de Políticas Especiales

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Víctor Santa María (ND)

-Pte. de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

-Vocal de la Comisión de Políticas Especiales

Gustavo Vivo (UCR)

-Sec. de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías

-Vocal de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales

Clorinda Yelicic (FREPASO)

372
-Pte. de la Comisión de Poder Legislativo y Poder Constituyente

-Vocal de la Comisión de Poder Ejecutivo

Eugenio Zaffaroni (FREPASO)

-Pte. de la Comisión de Redacción

-Vocal de la Comisión de Justicia y Seguridad

Silvia Cristina Ana Zangaro (FREPASO)

-Sec. de la Comisión de Justicia y Seguridad

-Vocal de la Comisión de Sistemas de Control

-Vocal de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento

Véase también

Bibliografía

Notas

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