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1. INTRODUCCIÓN.
un escenario de equidad y solo así podrá mejorarse el bienestar y desarrollo de la sociedad futura
(Domínguez, López y Vázquez, 2016).
En nuestro contexto, la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE, en adelante)
realiza una apuesta decidida por estos valores y prácticas. Así, se inspira, entre otros principios, en la
calidad de la educación para todo el alumnado, independientemente de sus condiciones y
circunstancias; en la equidad como garantía de la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo
de la personalidad; en la inclusión educativa, la igualdad de derechos y oportunidades; y en la no
discriminación y la accesibilidad universalidad en tanto elemento compensador de las desigualdades
personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad.
A pesar de ello, asegurar la equidad y la calidad en la educación representa aún uno de los
eslabones más frágiles del sistema educativo. Mientras que la inclusión es asumida de forma casi
universal desde un plano teórico y legal, sigue teniendo muchos déficit en la práctica ordinaria de los
centros educativos (Arnaiz y Guirao, 2015), pudiéndose provocar en numerosas ocasiones situaciones
de segregación y de exclusión (Bolívar y López, 2009; Arnaiz, 2011; Escudero y Martínez, 2011). Si
bien queda clara la necesidad de establecer prácticas educativas que puedan compensar las
diferencias de oportunidades para el aprendizaje, la aplicación de determinadas medidas o la
organización de determinados recursos puede suponer la creación de grupos específicos, que lejos de
ayudar a transformar la práctica docente contribuyen a que la diversidad se perciba como un problema,
y más aún, sirva para establecer grupos diferenciados, enmascarando procesos desencadenantes de
exclusión o segregación (Moliner, Sales, Ferrández y Roig, 2012). La reflexión sobre ello debe guiar
cualquier práctica educativa y las medidas de atención a la diversidad que se determinen deben
contribuir a una verdadera educación inclusiva.
La inclusión social se trabaja en la inclusión Desde la escuela hay que combatir actitudes de
escolar. exclusión (discriminación) y fomentar la inclusión
(acogida, cohesión social).
Todo el profesorado debe asumir su Esto está en contradicción con sacar a los casos
responsabilidad en el progreso de todo el problema del aula, para enviarlos a profesionales
alumnado, sin exclusiones. especializados y desentenderse de ellos.
Hay que proporcionar apoyo al profesorado para El asesoramiento colaborativo es una de las
que se pueda responsabilizar de la educación de respuestas educativas eficientes de apoyo al
todo el alumnado. profesorado para proceder a una resolución
conjunta de los problemas.
Aun siendo conscientes de la responsabilidad de los centros para dar respuesta a todas las
diferencias, creemos necesario abordar cuando estas se traducen en necesidades educativas
específicas que requieren una respuesta educativa distinta a la ordinaria.
El artículo 71.2 de la LOE (2006) identifica al alumnado con necesidad específica de apoyo
educativo como aquel que requiere una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar
necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, TDAH, por sus altas
capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones
personales o de historia escolar (necesidades de compensación educativa en la Ley 17/2007, de
Educación en Andalucía), correspondiendo a la Administración educativa disponer los recursos
necesarios para que este alumnado pueda alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades
personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado.
Asegurar en una etapa obligatoria que todo el alumnado pueda lograr adquirir las herramientas
básicas para poder ejercer una ciudadanía activa, requiere de una serie de medidas ordinarias y
específicas contempladas en nuestro sistema educativo, estrechamente relacionadas entre sí, que van
desde la selección de un determinado diseño curricular hasta otras que suponen modificaciones
importantes en la propia estructura del currículo junto a medidas de tipo organizativo.
La LOE (2006) establece que los centros contarán con la debida organización escolar y
realizarán las adaptaciones y diversificaciones curriculares precisas para facilitar a todo el alumnado la
consecución de los fines establecidos.
otra que se establezca en el proyecto educativo. Pueden organizarse las actividades con un
carácter diferente al anual para adaptarse a las necesidades y la evolución del alumnado.
7. Oferta de asignaturas específicas, de carácter práctico o aplicado, incluidas materias de diseño
propio, previa su solicitud de autorización.
8. Agrupaciones de materias con carácter opcional en cuarto de ESO. Consiste en agrupar
materias troncales de opción y específicas en bloques relacionados con la continuidad de los
estudios o el acceso al mundo laboral.
iii. Planes específicos personalizados para el alumnado que no promocione de curso. Podrán
incluir la incorporación del alumnado a un programa de refuerzo de materias generales
troncales así como un conjunto de actividades programadas para realizar un seguimiento
personalizado del mismo y el horario previsto para ello, a fin de superar las dificultades
detectadas en el curso anterior.
2. Programas de adaptación curricular. La adaptación curricular es una medida de modificación
de los elementos del currículo para dar respuesta al alumnado con necesidades específicas de
apoyo educativo. Podemos distinguir tres tipos en función del alumnado destinatario y el grado
de adaptación de los distintos elementos curriculares:
i. Adaptaciones curriculares no significativas. Estas adaptaciones pueden ser individuales o
grupales, dirigidas al alumnado con NEAE que presenta un desfase curricular importante
respecto a su grupo clase. Mantienen los objetivos y los criterios de evaluación aunque
puedan modificarse el resto de elementos del currículo. Son propuestas, elaboradas y
evaluadas por el profesorado de la materia pudiendo contar con el asesoramiento del Dpto.
de Orientación.
Las Instrucciones de 8 de marzo de 2017 distingue las adaptaciones curriculares de
acceso como aquellas que suponen la provisión o adaptación de recursos específicos que
garanticen que los alumnos y alumnas con NEE que lo precisen puedan acceder al
currículo. En el caso de las no significativas, estas instrucciones las entiende como
aquellas que contemplan modificaciones en la organización, temporalización y
presentación de los contenidos, en los aspectos metodológicos (modificaciones en
métodos, técnicas y estrategias de enseñanza- aprendizaje y las actividades y tareas
programadas, y en los agrupamientos del alumnado dentro del aula), así como en los
procedimientos e instrumentos de evaluación.
ii. Adaptaciones curriculares significativas. Destinadas al alumnado con necesidades
educativas especiales que presenta un desfase curricular importante a fin de favorecer su
accesibilidad al currículo. Implican modificaciones que afectan a la consecución de los
objetivos y los criterios de evaluación. Son elaboradas por el profesorado especialista e
implementadas por este junto con el profesorado de la materia pudiendo contar con el
asesoramiento del Dpto. de Orientación.
iii. Adaptaciones curriculares para el alumnado con altas capacidades intelectuales.
Contemplan medidas extraordinarias de ampliación o enriquecimiento del currículo
ordinario o medidas excepcionales de flexibilización del periodo de escolarización (un
añade permanencia por etapa). Dicha flexibilización debe contar con la autorización de los
progenitores. Son responsabilidad del profesorado de cada materia pudiendo contar con el
asesoramiento del Dpto. de Orientación.
3. Programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento (PMAR). Suponen una organización
curricular propia en ámbitos que integren actividades referidas a contenidos de las distintas
materias. Se distinguen dos ámbitos, ámbito lingüístico y social y ámbito científico-matemático,
y si los centros así lo determinan, en función de sus posibilidades organizativas, pueden
adoptarse hasta dos ámbitos más, el ámbito de lenguas extranjeras y el ámbito práctico. Para
el desarrollo del programa se cuenta con un refuerzo de la acción tutorial por parte del
orientador u orientadora del centro.
El desarrollo de estos ámbitos requieren una metodología específica, integradora y práctica,
aunque la evaluación deba hacerse desagregada por materias.
Los programas pueden cursarse durante un curso o dos, coincidiendo con los niveles de 2º y
3º de ESO, por alumnado con dificultades de aprendizaje no imputables a falta de estudio o
esfuerzo, que hayan repetido al menos una vez y no estén en condiciones de promocionar, o
excepcionalmente vayan a repetir en 2º y la decisión se adopte tras la evaluación inicial.
Se establecen grupos de un máximo de 15 alumnos y alumnas integrándose el alumnado en
los grupos ordinarios de 2º y 3º, con los que comparten el resto de materias.
4. A MODO DE CONCLUSIÓN.
En línea con las ideas aportadas por Luzón, Porto, Torres y Ristacco (2009), consideramos
que el éxito de la atención a la diversidad pasa necesariamente por:
• Adoptar una perspectiva de centro en el diseño de la respuesta educativa. Esto implica apostar
por medidas organizativas generales que favorezcan la atención a la diversidad del alumnado,
tales como los agrupamientos flexibles, la reducción de los grupos a través de desdobles,
favorecer el desarrollo de materias de diseño propio con un marcado carácter práctico y
contextualizadas a las necesidades del alumnado o establecer repartos de la docencia
contemplando la posibilidad de agrupar materias en ámbitos.
• Mayor implicación del profesorado en la planificación curricular como instrumento para la
mejora. Es necesario adaptar las programaciones tras la evaluación inicial, así como adoptar
diseños de estas que superen el ámbito del libro de texto.
• Establecer una enseñanza centrada en el alumnado, lo que implica adoptar metodologías
activas, motivadoras y basadas en el aprendizaje cooperativo.
• Mayor compromiso y trabajo colaborativo del profesorado, lo que enriquecerá las propuestas
curriculares y la incorporación de medidas de atención a la diversidad en dichas propuestas.
• Incrementar las expectativas del alumnado sobre su propio proceso de enseñanza y
aprendizaje.
• Potenciar la acción tutorial, para detectar las posibles dificultades, conocer los intereses del
alumnado y poder adoptar medidas tan pronto como sean necesarias.
• Favorecer la colaboración e implicación de las familias en el proceso educativo.
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