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RSL

Qué es el retraso simple del lenguaje?

Se habla de retraso simple del lenguaje cuando un niño sin ninguna otra alteración aparente, va
adquiriendo el lenguaje más tarde que otros de su misma edad.

Es decir, se piensa en un retraso simple del lenguaje si hemos descartado otros problemas que puedan
afectar al lenguaje (sordera, déficit motor o cognitivo, trastornos emocionales o trastornos del espectro
autista).

Hay otros trastornos del lenguaje que también cumplen el criterio anterior y a lo largo del texto veremos
como se diferencian del retraso simple.

En el retraso simple suele estar más afectada la expresión del lenguaje que la comprensión (el niño
comprende más de lo que habla).

¿Cómo se manifiesta?

El lenguaje se va adquiriendo más tarde de lo normal, pero en el orden habitual, es decir se desarrolla
por los cauces normales, pero más lentamente. Por ejemplo, las primeras palabras aparecen a los dos
años, en lugar de al año, que es lo más frecuente. La unión de dos palabras aparece después (“papá
coche”) a los tres años, cuando lo habitual es a los 18 meses.

Es decir, en el retraso simple, el lenguaje es más inmaduro, pero éste se va adquiriendo en el orden
esperado.

El vocabulario es escaso y se reduce a las cosas familiares de su entorno. Al ser éste más limitado se hace
más difícil construir las primeras frases. Esto hace que en las interacciones estos niños tomen un rol más
pasivo, esperan a que se les pregunten y contestan con frases más cortas.
La comprensión del lenguaje, aunque de forma menos llamativa, también puede ser inmadura.

El niño comprende las cuestiones concretas y familiares (“dame la pelota”) pero pueden tener lagunas
en los conceptos más abstractos (espacio-temporales) o en comprender frases que hacen referencia a
algo que no está presente (“¿cuando vas de viaje?”).

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Retraso simple del lenguaje

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¿Qué es el retraso simple del lenguaje?

Se habla de retraso simple del lenguaje cuando un niño sin ninguna otra alteración aparente, va
adquiriendo el lenguaje más tarde que otros de su misma edad.

Es decir, se piensa en un retraso simple del lenguaje si hemos descartado otros problemas que puedan
afectar al lenguaje (sordera, déficit motor o cognitivo, trastornos emocionales o trastornos del espectro
autista).

Hay otros trastornos del lenguaje que también cumplen el criterio anterior y a lo largo del texto veremos
como se diferencian del retraso simple.
En el retraso simple suele estar más afectada la expresión del lenguaje que la comprensión (el niño
comprende más de lo que habla).

¿Cómo se manifiesta?

El lenguaje se va adquiriendo más tarde de lo normal, pero en el orden habitual, es decir se desarrolla
por los cauces normales, pero más lentamente. Por ejemplo, las primeras palabras aparecen a los dos
años, en lugar de al año, que es lo más frecuente. La unión de dos palabras aparece después (“papá
coche”) a los tres años, cuando lo habitual es a los 18 meses.

Es decir, en el retraso simple, el lenguaje es más inmaduro, pero éste se va adquiriendo en el orden
esperado.

El vocabulario es escaso y se reduce a las cosas familiares de su entorno. Al ser éste más limitado se hace
más difícil construir las primeras frases. Esto hace que en las interacciones estos niños tomen un rol más
pasivo, esperan a que se les pregunten y contestan con frases más cortas.

La comprensión del lenguaje, aunque de forma menos llamativa, también puede ser inmadura.

El niño comprende las cuestiones concretas y familiares (“dame la pelota”) pero pueden tener lagunas
en los conceptos más abstractos (espacio-temporales) o en comprender frases que hacen referencia a
algo que no está presente (“¿cuando vas de viaje?”).

¿En qué se diferencia de otros trastornos del lenguaje?

El trastorno específico del lenguaje o disfasia es una patología más severa que el retraso simple del
lenguaje. En éste el lenguaje se adquiere también más tarde. Pero lo hace sin respetar las pautas
evolutivas de la normalidad y sobretodo suele estar más afectada la comprensión del lenguaje que en el
retraso simple.
La respuesta al tratamiento es lenta en este trastorno y mucho más rápida en el retraso simple del
lenguaje.

De todas formas, incluso para profesionales expertos, al principio puede ser difícil distinguir un trastorno
de otro. A veces, lo que inicialmente parece un retraso simple en el lenguaje, con el paso de los años
evoluciona como una disfasia. Es importante consultar pronto, pues la evolución es mejor si se interviene
precozmente.

¿Cuáles son las causas del retraso simple del lenguaje?

Existe un componente hereditario, puede haber algún familiar que le ocurrió lo mismo.

También puede haber factores ambientales que causen este retraso:

- Si los padres tienen un pobre o inadecuado vocabulario o estimulan poco a su hijo.

- Cada vez son mas frecuentes las familias bilingües. Esto, también pueden causar el retraso.

- Modelos de crianza (sobreprotección) que pueden entorpecer un correcto desarrollo, como son:

Anticiparse a las demandas del niño. No darle oportunidad a decir lo que quieren.

Mantener hábitos como comer triturado, el uso del biberón o el chupete más allá del año de vida.

Actitudes de indiferencia. No prestar atención a las demandas del niño, despreciar sus intentos de
dialogar o ridiculizar sus errores al hablar.
Es importante fomentar la autonomía personal y social del niño.

Por último, otros problemas familiares como situaciones conflictivas o críticas pueden contribuir a un
retraso en el lenguaje.

LOS SÍNTOMAS DEL R. S. L.

El retraso simple del lenguaje afecta, aunque no de igual manera, tanto a la producción del lenguaje
como a la comprensión del mismo. De ahí que los diferenciemos los síntomas en cada uno de estos
campos de la lengua.

1. EXPRESIÓN:

Diferencia cronológica en la aparición de las primeras palabras. Normalmente, los niños comienzan a
pronunciarlas entre los 12 y los 18 meses, pero cuando presentan un retraso simple del lenguaje, las
primeras palabras no aparecerán hasta los 2 años de edad.

A los 3 años de edad los niños con R.S.L empiezan a expresarse con holofrases cuando deberían haberlas
utilizado ya desde los 12 ó 15 meses. La holofrase hace referencia a cuando un niño utiliza para
comunicarse una sola palabra que encierra en sí misma un mayor significado, por ejemplo: si el niño dice
papá señalando el coche del padre, nos está diciendo que es el coche de su padre.

El pronombre YO no lo adquiere hasta la edad de 4 años, cuando la edad normal son los 3 año de edad
del niño.

Utiliza un vocabulario reducido y con habla truncada. Generalmente omite sílabas iniciales y suele tener
un habla infantilizada.

Su expresión carece normalmente de artículos y de pronombres posesivos.


Nivel Fonológico:

Se observa que el niño habla como bebé, cambia algunas letras COCO (Toto). o las omite PATO (ato).

Nivel Semántico:

Posee pocas palabras para comunicarse, solamente las cosas cotidianas, esto le impide avanzar en sus
conocimientos.

Nivel Morfosintáctico:

Las oraciones con las que se expresa son cortas, ejemplo agua vaso ( yo quiero agua en el vaso),
observamos en este ejemplo que omite el pronombre YO, verbo QUIERO etc.

Nivel Pragmático:

Al poseer poco vocabulario no le permite expresarse libremente, generalmente esperan que le


pregunten y contesta en forma corta; esto influye en la descripción de objetos y en el desarrollo del
pensamiento.

TDAH

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Sanitas, parte de Bupa

Psicología

TDAH: qué es, síntomas y causas


El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un problema de salud mental que suele
aparecer en la infancia, generalmente a partir de los 7 años, y que está clasificado como un trastorno de
conducta. Se caracteriza, de ahí su denominación, porque los niños se muestran hiperactivos (una
actividad física excesiva), impulsivos y tiene problemas para mantener la atención en una única actividad
de forma continuada.

Todo ello conlleva problemas en el rendimiento escolar, así en sus relaciones personales con los amigos,
los profesores y la propia familia.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un problema de salud mental que suele
aparecer en la infancia, generalmente a partir de los 7 años, y que está clasificado como un trastorno de
conducta. Se caracteriza, de ahí su denominación, porque los niños se muestran hiperactivos (una
actividad física excesiva), impulsivos y tiene problemas para mantener la atención en una única actividad
de forma continuada.

Todo ello conlleva problemas en el rendimiento escolar, así en sus relaciones personales con los amigos,
los profesores y la propia familia.

Causas del TDAH

No se conocen las causas del TDAH, aunque los diferentes estudios que se han realizado en este sentido
apuntan a que hay un componente genético importante, hasta el punto de que algunos expertos
consideran que existe un 76% de posibilidades de que los hijos de una persona con este trastorno
también lo desarrollen. Asimismo, los estudios más recientes consideran que el ambiente familiar
(hogares desestructurados) y el entorno social (relaciones conflictivas) sólo pueden actuar como
impulsores de los síntomas, pero no contribuir a la aparición de la enfermedad.

Síntomas del TDAH

Es importante advertir que cualquier persona puede en un momento dado presentar alguno de los
síntomas relacionados con el TDAH, sin que ello implique ninguna relación con la enfermedad. De hecho,
el diagnóstico de TDAH implica dos condiciones fundamentales: la coexistencia de diversos síntomas y
que éstos se manifiesten en los diferentes ambientes sociales del niño (familia, colegio, círculo de
amigos) y de forma constante y prolongada, causando, además problemas evidentes de relación social y
de rendimiento escolar.
También hay que tener en cuenta que no todas las personas diagnosticadas de TDAH presentan los
mismos síntomas, sino que existe una gran variabilidad de unos a otros. De hecho, en función de los
síntomas de cada paciente, se han establecido tres tipos diferentes de TDAH:

1) TDAH con hiperactividad-impulsividad

Frecuentemente, mantiene un estado de excitación continua.

Habla mucho, incluso en situaciones en que debe permanecer callado, como durante la clase.

Se muestra inquieto en clase y le cuesta mucho permanecer sentado. Se remueve constantemente en la


silla y puede llegar a levantarse durante la clase.

En situaciones en las que debe mantener una actitud de espera, no para de moverse, saltar y correr.

Interrumpe muy a menudo a los demás en conversaciones, juegos, etc. En actividades de grupo es
incapaz de esperar su turno. Incluso tiende a responder antes de que la persona que habla con él haya
terminado de formular la pregunta.

No puede mantenerse tranquilo mientras juega.

2) TDAH con falta de atención

Tiene problemas para mantener la atención en cualquier actividad que esté realizando, lo que le lleva a
cometer errores por perderse los detalles de las cosas.

Se distrae con suma facilidad ante cualquier estímulo externo.

No termina lo que empieza y cambia de actividad rápidamente.

Le resulta muy difícil organizarse, de modo que pierde cosas que necesita para realizar una actividad o
las olvida en casa frecuentemente cuando se trata de cosas del colegio. También olvida los deberes que
tiene que hacer o las tareas que se le encomiendan en casa.

A veces se muestra como ausente, como si no escuchara lo que se le está diciendo.

3) TDAH combinado.
El niño manifiesta los síntomas de los dos tipos anteriores es decir, de hiperactividad-impulsividad y de
falta de atención.

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