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BERNABE PAJARES (Expresiones Polares en Heráclito) PDF
BERNABE PAJARES (Expresiones Polares en Heráclito) PDF
ALBERTO BERNABÉ
U NIVERSIDAD C OMPLUTENSE , M ADRID
1. Introducción
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1. Fr. 4 (B 72 D.-K.)
w|i mavlista dihnekw÷ı oJmilou÷si,
touvtwi diafevrontai.
Con lo que más frecuentemente tratan
con eso se hallan en desacuerdo.
2. Fr. 9 (B 54 D.-K.)
aJrmonivh ajfanh;" fanerh÷" kreivttwn.
Ensambladura oculta, más fuerte que la manifiesta.
3. Fr. 10 (B 22 D.-K.)
cruso;n ga;r oiJ dizhvmenoi,
gh÷n pollh;n ojruvssousi
kai; euJrivskousin ojlivgon.
Los buscadores de oro
mucha tierra cavan
y encuentran poca cosa.
5. Fr. 24 (B 89 D.-K.)
toi÷" ejgrhgorovsin e{na kai; koino;n kovsmon ei\nai,
tw÷n de; koimwmevnwn e{kaston eij" i[dion ajpostrevfesqai.
[Heráclito dice que] para los que están despiertos, el orden del mundo
es uno y común,
pero que cada uno de los que duermen se vuelve hacia uno propio.
Se afirma del kovsmo" que puede ser común o propio (koinov" / i[dio").
Pero está claro que el orden común del mundo se refiere a quienes es-
tán despiertos (ejgrhgorovsin), y el propio, a los que están durmiendo
(koimwmevnwn), esto es, al mundo de los ensueños. Otra cosa es determi-
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Los tipos de expresiones polares que sí van a ser analizados son los
siguientes:
2
Real Academia Española, Diccionario de la lengua española. 22a. ed., accesible por
Internet: <http://buscon.rae.es/draeI/>.
EXPRESIONES POLARES EN HERÁCLITO [ 107 ]
6. Fr. 51 (B 30 D.-K.)
kovsmon tovnde, to;n aujto;n aJpavntwn,
ou[te ti" qew÷n ou[te ajnqrwvpwn ejpoivhsen,
ajll! h\n ajei; kai; e[stin kai; e[stai:
pu÷r ajeivzwon, aJptovmenon mevtra kai; ajposbennuvmenon mevtra
Este orden del mundo, el mismo para todos,
no lo hizo dios ni hombre alguno,
sino que fue siempre, es y será;
fuego siempre vivo, prendido según medidas y apagado
según medidas.
Es obvio que se trata de refutar una idea que otros sostienen (ou[te ...
ajllav). Pero no es menos obvio que nadie podría haber sostenido que el
mundo lo hizo un hombre. Antes (§ 1) se ha hecho referencia a la apa-
rente “carencia de lógica” de las expresiones polares. Y éste sería un
buen ejemplo. Pero debemos entender la utilización del recurso tradi-
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6d. Homero, Odisea 9.521 (cf. Hesíodo, Fr. 204, Himno a Hermes 144,
Himno a Afrodita 35)
oujdev ti" a[llo" ou[te qew÷n makavrwn ou[te qnhtw÷n ajnqrwvpwn.
Ningún otro de los dioses felices ni de los hombres mortales.
7. Fr. 1
tou÷ de; lovgou tou÷d! ejovnto"
ajei; ajxuvnetoi givnontai a[nqrwpoi
kai; provsqen h] ajkou÷sai kai; ajkouvsante" to; prw÷ton
Esta palabra, que siempre es,
resulta que son incapaces de entenderla los hombres,
tanto antes de haberla oído, como tras haberla oído a lo primero.
8. Fr. 73 (B 63 D.-K.)
e[nqa d! ejovnti ejpanivstasqai
kai; fuvlaka" givnesqai ejgerti; zwvntwn kai; nekrw÷n.
Y ante él, que está allí, se alzan de nuevo
y se tornan guardianes en vela de vivos y muertos.
3
Cf. M. Marcovich, op. cit., ad loc., pp. 396–398, con bibliografía anterior.
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4
Sigo las lecturas de la nueva edición de T. Kouremenos, G. M. Parássoglou y K.
Tsantsanoglou, The Derveni Papyrus. Florencia, 2006.
5
En este caso me permito diferir de la edición citada. Leo en 3 con R. Janko, “The
Derveni papyrus: an Interim Text”, ZPE 141 (2002): 1–62, ejmpoªdw;n o[nte" eijsi en vez
de ejmpoªdw;n dï! ijsi de los editores griegos, y en 4, yªucai; timwºr≥oiv, propuesto como
alternativa por K. Tsantsanoglou, “The First Columns of the Derveni Papyrus and
their Religious Significance”, en A. Laks y G. W. Most, eds., Studies on the Derveni
Papyrus. Oxford, 1997, p. 113, en vez de yªucai÷" ejcqºr≥oiv.
6
Es difícil determinar si se trata de “cambiar de lugar” o de “cambiar de actitud”.
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7
Al respecto, vid. A. Bernabé, “Magoi en el Papiro de Derveni: ¿magos persas,
charlatanes u oficiantes órficos?”, en E. Calderón, A. Morales y M. Valverde, eds.,
Koinos logos. Homenaje al profesor José García López. Murcia, 2006, pp. 99–109.
[ 112 ] ALBERTO BERNABÉ
9. Fr. 2 (B 34 D.-K.)
favti" aujtoi÷si marturei÷
pareovnta" ajpei÷nai.
Son un buen testimonio del dicho
“estando aquí, están ausentes”.
8
En el Papiro de Derveni aparece dos veces (XVIII 3 y XXI 8–9) la expresión kata;
fav t in, que D. Sider (“Heraclitus in the Derveni Papyrus”, en A. Laks-G. W. Most,
eds., op. cit., p. 132) traduce correctamente ‘in accord with what men say’.
9
A diferencia de lo que ocurre en Parménides B 4.1, leu÷sse d! o{mw" ajpeovnta novwi
pareovnta bebaivw" “Mira pues lo que, aun ausente, está firmemente presente al enten-
der”, en donde novwi marca una diferencia de ámbito que deshace el oxímoron.
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Cf. M. Marcovich, op. cit., pp. 126–129.
[ 116 ] ALBERTO BERNABÉ
eij mh; ga;r Dionuvswi pomph;n ejpoiou÷nto kai; u{mneon a\isma aijdoivoisin,
los dos dativos están en los extremos, los dos objetos directos en
la parte intermedia y los dos verbos, en la central, en torno a kaiv
que hace de centro de todo el periodo.
e) El superlativo ajnaidevstata pone énfasis en que, por más
que pasear un falo pueda resultar indecoroso, no hacerlo sería lo
más indecoroso.
f) Por otra parte, hay juegos fónicos: el elemento aijd- se reite-
ra, compone el comienzo de aijdoivoisin, luego forma parte del ne-
gativo ajnaidevstata más adelante, se refiere al nombre de !Aivdh",
que sería un alter ego de Dioniso y aún podremos encontrarlo en
lhnai? z ousi, que se pronuncia lhn-aid-sousi. Y en la frase
ajnaidevstata ei[rgast! a[n: hay otro juego fónico entre el ajn- inicial
y el a[n final.12
g) Por último, el nombre de Dioniso está al principio y al final
del fragmento entero.
11
Cf. Ilíada 1.49: deinh; de; klaggh; gevnet! ajrgurevoio bivoio “y un terrible zumbido
surgió del arco de plata”.
12
Cf. D. Sider, op. cit., pp. 145–146; F. Casadesús, “Heráclito y el orfismo”, § 4, en A.
Bernabé y F. Casadesús, Orfeo y la tradición órfica: un reencuentro (en prensa), en donde
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se comparan los juegos de palabras de Heráclito con los del autor del Papiro de Derveni.
13
Por citar algunos trabajos relevantes, cf. K. Reinhardt, Parmenides und die Geschichte
der griechischen Philosophie. Bonn, 1916, pp. 195 y ss.; V. Macchioro, Eraclito. Nuovi studi
sull’orfismo. Bari, 1922, pp. 87 y ss.; W. K. C. Guthrie, A History of Greek Philosophy.
Cambridge I, 1962, pp. 464, 480 y ss.; Marcovich, op. cit., ad loc.; G. Colli, La sapienza
greca, III. Milán, 1980, p. 55 con bibliografía; C. Diano y G. Serra, Eraclito. I frammenti
e le testimonianze. Vicenza, 1980, ad Fr. 21; M. L. West, “The Orphics of Olbia”, ZPE 45
(1982): 19 (quien compara las expresiones del filósofo con las de las láminas óseas de
Olbia); M. Conche, Heraclite. Fragments. París, 1986, ad Fr. 106 (cuya interpretación no
comparto); R. Seaford, “Immortality, Salvation, and the Elements”, HSCPh 90 (1986):
14 y ss.; F. Casadesús, “Heráclito y el orfismo”, en Enrahonar 22 (1995): 107 y ss.; R.
Sorel, Orphée et l’orphisme. París, 1995, pp. 119 y ss.; D. Sider, op. cit., p. 145.
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El Fr. 91 (102 D.-K.) expresa la misma idea, pero con otra presentación formal:
tw÷i me;n qew÷i kala; pavnta kai; ajgaqa; kai; divkaia,
a[nqrwpoi de; a} me;n a[dika uJpeilhvfasin a} de; divkaia.
Para el dios todas las cosas son hermosas y justas,
pero los hombres consideran unas justas y otras injustas.
Las cosas justas no se oponen a las injustas y la divinidad advierte que son la misma,
pero los mortales tienen un error de apreciación que les impide advertir esta realidad.
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15
Para Marcovich (op. cit., p. 109) la unidad incluye, engloba, subsume en sí los
opuestos. Parafrasea así el fragmento (p. 106): “Conexiones [sc. de dos opuestos]
son cosas como por ejemplo totalidades y no totalidades, algo que es convergente y
que es divergente, algo que está en el tono y algo que está fuera del tono. En cierta
manera, cada una de estas cosas [i. e., par de opuestos] puede ser una unidad y de
hecho esta unidad subyace a todas las cosas que son”. Por su parte, Conche (op. cit.,
pp. 434 y ss.) interpreta que un “todo” tiene una unidad natural: la fuv s i" asocia
todas sus partes que están entre sí en una interacción viva y éstas interaccionan.
Los movimientos de organización y desorganización están siempre presentes en
todo lo que existe, del mismo modo que cada uno de los músicos de una orquesta
toca su parte, pero forman un conjunto armónico.
[ 122 ] ALBERTO BERNABÉ
16 Fr. 32 (B 59 D.-K.)
gnavfwn oJdo;" eujqei÷a kai; skolih;
miva ejstiv, kai; hJ aujthv
Del rodillo del cardador el camino recto y el torcido
uno es y el mismo.
Parece lógico que de lo frío sólo pudiera predicarse que “es frío” y de
lo caliente, que “está caliente”. Pero el hecho es que los polos contra-
rios que configuran (diríamos hoy) la escala de temperaturas y el nivel
de humedad se convierten el uno en el otro. Luego no son contrarios
irreductibles el uno al otro.
27. Fr. 1
ginomevnwn ga;r pavntwn kata; to;n lovgon tovnde
ajpeivroisin ejoivkasi, peirwvmenoi
kai; ejpevwn kai; e[rgwn
toiouvtwn oJkoivwn ejgw; dihgeu÷mai
kata; fuvsin diairevwn e{kaston
kai; fravzwn o{kw" e[cei.
tou;" de; a[llou" ajnqrwvpou"
lanqavnei oJkovsa ejgerqevnte" poiou÷sin,
o{kwsper oJkovsa eu{donte" ejpilanqavnontai.
Pues, aunque todo acontece de acuerdo con esta palabra,
se asemejan a inexpertos, pese a que tienen experiencia
de dichos y hechos
del tipo de los que yo voy describiendo,
desmenuzando, de acuerdo con su hechura, cada cosa
y diciendo cómo se halla.
Pero a los demás hombres
les pasa inadvertido cuanto hacen despiertos,
igual que olvidan cuanto hacen dormidos.
6. Conclusiones
nar los genitales o la indignidad moral o religiosa; bivo" (13 Fr. 47 [B 62])
puede ser la vida como espacio de tiempo que media entre el nacimiento
y la muerte o como otra manera de vivir, propia de los inmortales; divkh (22
Fr. 28 [B 80]) es el orden normal de las cosas, pero el orden puede no ser
incompatible con una e[ri" que no sería desorden, sino contraposición nece-
saria para el propio mantenimiento del orden; ajnevlpisto" (10 Fr. 11 [B 18])
puede significar ‘inesperado’ en el sentido de que no es esperable porque
nuestro conocimiento limitado de las cosas sólo espera lo que es habitual,
o en el sentido de que no puede esperarse, porque es imposible; algo
parecido ocurre con ajnexereuvnhton (10 Fr. 11 [B 18]) que puede entenderse
como ‘que no puede ser escudriñado’ por nuestra propia deficiencia, o
porque no es posible en absoluto; consecuentemente, el verbo e[lpomai
‘esperar’ puede referirse a la actitud de considerar que no hay otra cosa
que lo que normalmente conocemos o a la actitud abierta a la posibilidad
de una alternativa.
Un caso interesante es el de aujtov", que expresa identidad, pero la
identidad puede ser entendida en muchos sentidos. En un sentido físi-
co (camino arriba y abajo, 17 Fr. 33 [B 60]), en un sentido funcional (el
rodillo del cardador, 16 Fr. 32 [B 59]) o de función religiosa (Hades y
Dioniso, 19 Fr. 50 [B 15]), o aplicado a los efectos (el médico y las
enfermedades en 30 Fr. 46 [B 58]); incluso la identidad del mundo
consigo mismo (6 Fr. 51 [B 30]). En el ejemplo del río parece que aujtov"
se refiere más bien al nombre o al lecho, que son el mismo, mientras
que las aguas son otras. En 18 Fr. 41 [B 88] los polos pueden ser una
misma cosa por diversos modelos.
Cosas parecidas cabría decir de xunov" ‘común’ con el significado de
‘general, que afecta a todos’ (el lovgo", 4 Fr. 23 [B 114 + 2], la guerra en
22 Fr. 28 [B 80]), o ‘coincidente’ como el principio y el fin de la circun-
ferencia (20 Fr. 34 [B 103]).
La totalidad no tiene por qué ser una serie de cosas separadas y por
tanto múltiple, ya que se puede concebir una totalidad como unidad
(15 Fr. 25 [B 10], 21 Fr. 26 [B 50]).
Los ejemplos citados no son sino muestras de la rica capacidad de
matices de la expresión lingüística de Heráclito, que para él no es sino
trasunto de la propia realidad. De ahí su interrés por los juegos
etimológicos, como la relación entre aijdov" y !Aivdh" (19 Fr. 50 [B 15]) o
entre ejxeurivskw y ejxereunavw (10 Fr. 11 [B 18]), o la invasión de la lengua en
la realidad en el ejemplo del arco (24 Fr. 39 [B 48]), en el que el hecho
de que bivo" ‘vida’ y biov" ‘arco’ sean homófonos implica para él que son
una misma cosa.
EXPRESIONES POLARES EN HERÁCLITO [ 137 ]
7. Colofón