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INTRODUCCIÓN:

La estancia de un ser querido en la unidad de cuidados intensivos es para la


familia una experiencia estresante, traumática y desagradable que se relaciona
con enfrentarse a una situación de salud cercana a la muerte, el sufrimiento, la
ruptura de roles y el desconocimiento.
En este contexto, intervenciones realizadas para que la familia entienda lo que
está pasando y lo que debe hacer fomentan la sensación de tranquilidad, confort,
seguridad; favorece la adaptación y previene resultados psicológicos adversos.
Durante las prácticas asistenciales en una unidad dedicada al cuidado de
pacientes en situación crítica, constatamos como los familiares y acompañantes
atraviesan una situación traumática y con importantes consecuencias para la vida
futura tanto del enfermo como de los propios seres queridos.
Los primeros momentos son los más delicados, la familia llega a un ambiente
desconocido, intuyendo que las próximas horas serán cruciales. Su padre, madre,
hijo, hermano, etc, está inconsciente, rodeado de cables, conectado a tubos. No
saben si son las últimas horas que van a estar a su lado o si quedará incapacitado
para el resto de su vida.
PAUTAS GENERALES DE ACTUACIÒN
El establecimiento de una relación comunicativa eficaz entre paciente-familia-
profesional, requiere que nos presentemos por nuestro nombre y categoría una
vez que entramos por primera vez en contacto con ellos y siempre que sea
necesario.
El respecto a la intimidad exige que la comunicación o cualquier acto cuidador sea
llevado a cabo manteniendo un ambiente lo más privado posible. Los pacientes
tienen derecho a que los actos clínicos no sean interrumpidos ni siquiera por otros
profesionales que sean ajenos a esos actos clínicos.
Antes de realizar cualquier tipo de procedimiento este es explicado al paciente-
familia, solicitando además su colaboración y su consentimiento. Al final de cada
explicación se verifica la comprensión de la misma preguntando sobre las dudas al
respecto y si hay algún punto que requiera mayor aclaración.
El mantenimiento de una actitud serena, relajada, facilita la fluidez de la
comunicación y que el paciente-familia exprese sus dudas, temores, vivencias,
etc.
Utilizar siempre un enfoque sereno aporta seguridad, tranquilidad y confianza. Es
fundamental el tono de voz, que debe ser neutro, respetuoso y nunca elevado
(salvo alteraciones auditivas que los precisen). Se debe utilizar un lenguaje claro y
sencillo, sin tecnicismos y empleando mensajes cortos y concretos.
PAUTAS ESPECÍFICAS DE ACTUACIÓN
En el caso de niños o menores se intenta que éstos continúen con los hábitos de
alimentación, así como los horarios de actividad-juego, descanso-sueño,
semejantes a los patrones habituales de su hogar. Se proporcionan aquellas
actividades lúdicas acordes con su edad y su tipo de proceso asistencial. Es
fundamental facilitar el contacto filial así como la comodidad de los padres.
En el caso de pacientes discapacitados se hace aún más evidente la necesidad de
que permanezca acompañado por sus familiares. En los casos en los que la
discapacidad afecta a la comunicación, se contacta con la persona que puede
hacer de intérprete.
En el caso de pacientes extranjeros se proporcionan igualmente instrumentos que
favorezcan la comunicación efectiva. Ante todo, se mantiene el respeto a la
diversidad en cuanto a las costumbres y estilos de vida, así como a las vivencias y
creencias particulares respecto al proceso salud enfermedad de estos pacientes-
familias. Especial consideración merece en estos casos el tema de la intimidad, no
se trata de imponer nuestros criterios sino de adaptar nuestros cuidados a las
particularidades que sobre esta necesidad manifiesta cada grupo humano.
Se considera paciente “frágil” a aquél que cumple tres o más de los siguientes
criterios:
 Patología(s) crónica(s) que condiciona(n) incapacidad funcional.
 Polimedicados.
 Deterioro mental: cognitivo y/o depresión.
 Incapacidad para realizar las actividades de la vida diaria (AVD) y/o
incapacidad para salir a la calle.
 Edad superior a 80 años.
 Aislamiento social y/o carencia de familia que lo atienda aunque cuente con
otros apoyos.
PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN LOS CUIDADOS DEL PACIENTE CRÍTICO
La participación de los familiares del paciente crítico en los cuidados influye muy
positivamente tanto en el enfermo, como en los familiares y los profesionales.
Esta participación se da cuando uno o varios miembros de la familia se involucran
de forma voluntaria, gradual y guiada por la enfermera responsable del paciente,
en el cuidado de su ser querido en función de sus posibilidades y la situación. No
ocurre de modo ocasional como las visitas, sino que responde al acuerdo entre el
paciente, el equipo asistencial y el familiar, individualizado a cada situación y
pretende la maximización de los posibles efectos beneficiosos derivados de la
interacción directa entre seres queridos.
Será el profesional de enfermería quien identificará a los familiares capaces de
asumir el rol de cuidador. La participación en el cuidado será de carácter
progresivo. También serán ellos quienes proporcionan a la familia los
conocimientos necesarios para colaborar en los siguientes cuidados: higiene
general, movilización pasiva, alimentación, administración de medicación oral,
cambios posturales.
INFORMACIÓN
Mantener informado al paciente y a su familia en todo momento, disminuye la
ansiedad. A esto se suma la incertidumbre sobre el diagnóstico, el miedo a lo
desconocido, así como una serie de sensaciones que se experimenta por
encontrarse fuera del entorno habitual y del hogar.
La información proporcionada será continua, se brindará nociones sobre las
actividades a realizar en el plan de cuidados que se da a un paciente crítico.
EL PACIENTE ACOMPAÑADO POR SU FAMILIA (VISITAS)
Conclusión: Un plan de cuidados estandarizado basado en la teoría de la comprensión
facilitada es una estrategia de aplicación del conocimiento de enfermería que consolida
un modelo de atención integral que favorece la visibilidad, continuidad, eficiencia, calidad
y excelencia del cuidado, y disminuye la hostilidad que para los familiares de los pacientes
genera la experiencia del cuidado intensivo.

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