Está en la página 1de 1

Introducción del contrabjo de cinco

cuerdas.
Hasta los tiempos modernos, los musicos se las iban arreglando para conseguir unas pocas notas
extras en el registro de los 16 y 32 pies por medio de gigantescos instrumentos con cuerdas muy largas. En
1619, Praetorius nos informa de la construcción de dos grandísimas violas de gamba sub-bass afinadas en D E
A d g (34). De acuerdo con Sybyl Marcuse, este instrumento tenía 225 cm de alto, con un cuerpo de 173 cm
de longitud (35).

En 1882, Henri Kling escribió a un tal Carl Otho, de la Leipzig Gewandhaus Orchestra, había
añadido una quinta cuerda a su contrabajo para tener acceso y descender hasta la nota Do, y Hans von Bülow
había usado un instrumento similar en su ciclo de actuaciones de Beethoven (el segundo número de la revista
I. S. B. contiene una fotografía de 1882 en donde Willy Krause, solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín
nos ensea un contraabajo de cinco cuerdas.

Esta innovación, sin embargo, no fue totalmente exitosa, ya que la quinta cuerda interfería algo en la
forma de tocar, y porque la forma del mástil, así como la del puente podía no ser lo suficientemente amplio
para permitir a todas las cuerdas vibrar en todas las direcciones sin tocar las otras cuerdas o el mástil. Si, por
ejemplo, un bajista tuviese que tocar:

Es casi imposible hacerlo sin tocar la cuerda A o la cuerda C con el arco.

Los problemas con el curva del cuello y del puente no son los únicos obstáculos para la creación de
un contrabajo de cinco cuerdas. La presión extra ejercida sobre la tapa delantera requiere que esta sea
reforzada con “cuatro barras según convengan, con una forma elíptica, que pasen paralelas de principio a fin
por el interior de la panza” (Ellis, 1895) (37). Pero estas barra de tensión tienen el inconveniente de
sobrecargar la estructura del instrumento. Como el resultado no es enteramente satisfactorio, el uso del
contrabajode cinco cuerdas fue postpuesto derante varios años más: en 1893, era todavía raro encontrar uno.
En la decada de los años veinte, Auguste Tolbecque mencionaba el esfuerzo de los constructores franceses
Grand y Bernardel para producir un satisfactorio contrabajo de afinación baja:

“La extensión de las grandes orquestas es más baja que el más pequeño órgano de acompañamiento,
el cual alcanza el Do grave. Los más diestros constructores con los que he estad hablando están luchando
contra los inconvenientes y tratando de idear un contrabajo de cinco cuerdas capaz de bajar hasta el Bb Este
notable resultado fue obtenido por MM Grand y por Bernardel, con la asistencia técnica de Mr Lyon; con sólo
la longitud normal de una cuerda, ellos han tenido éxito en conseguir producir un sonid tan lleno como
hubiese sido posible desear. Permitasenos esperar que el contrabajo alcanzará el Do grave algún día, y su uso
extenderá el rango de las orquestas por los registros graves” (38)

También podría gustarte