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Diplomatuara en pensamiento tomista

TP2 - Sobre la filosofía de la naturaleza

Presentación: antes del 15 de diciembre de 2014 Autor: Roberto Pablo


Noriega Jaime
CONSIGNAS:

a) A partir de la lectura del texto “Sobre los principios de la


naturaleza” exponer del modo más completo posible los siguientes CALIFICACIÓN:
conceptos: ACTO-POTENCIA-MATERIA-FORMA-PRIVACIÓN-
GENERACIÓN-CORRUPCIÓN. (La finalidad de esta consigna es
armar su glosario según expresiones de Santo Tomás)

b) Desarrolle un argumento mostrando que la cosmología de Santo


Tomás es aplicable a la realidad en nuestros tiempos. (La finalidad Profesor: Mario
de esta consigna es ser capaz de insertar la enseñanza del Caponnetto
Aquinate en el análisis de nuestro tiempo)

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título: TP2-Nombres Apellidos

↓ a) Los seres, tanto los substanciales como los accidentales, se dividen en dos: los
que son y los que pueden ser pero no son. Los primeros se dice que son en acto y los
segundos en potencia. Todo lo que está en potencia es llamado materia1 y todo por
lo que algo recibe el ser es llamado acto. La forma hace que lo que es en potencia
pase a ser en acto. Dado que se pasa a ser en acto por la presencia del acto, la
forma es acto para la materia.
La generación es un movimiento hacia la forma. El punto de llegada de la generación
es la forma, pues ella es la que da el ser a la materia. Si la forma estuviera presente
en el comienzo de este movimiento, lo que habrá de ser generado ya sería porque la
materia recibe el ser de la forma, que es acto.
La generación es un cierto cambio desde el no ser al ser, desde el no ente al ente.
La corrupción es, al contrario que la generación, un cierto cambio del ser al no ser.
Hay dos clases de generación, conforme las dos clases de seres –substanciales y
accidentales-: la generación a secas para el movimiento hacia la forma substancial y
la generación según algún aspecto para el movimiento hacia la forma accidental. Del
mismo modo, la corrupción se divide en corrupción a secas y corrupción según
algún aspecto. En la generación, una substancia llega a ser simplemente, mientras
que en la generación según algún aspecto la substancia llega a ser según ese

1
Lo que está en potencia de ser una substancia es distinto de aquello que
está en potencia de ser un accidente. A la primera manera de estar en
potencia la llama materia a partir de la cual y a la segunda materia en la cual.
1
aspecto y no absolutamente, como en el caso anterior. La generación y la corrupción
a secas sólo afectan a las substancias, mientras que la generación y la corrupción
según algún aspecto se dan en cualquiera de los otros géneros de cosas, que
corresponden a los accidentes.
Los tres principios que se requieren para que haya generación son el ser en potencia
o materia, el no ser en acto o privación y aquello por lo cual este ser es, la forma. La
materia y la privación no son realmente distintas, sino que se distinguen por la razón.
La privación es la materia en tanto que no ha recibido el ser de una forma tal.
La materia es el principio de la generación presente tanto en el punto de partida como
en el punto de llegada de la generación, mientras que la privación sólo está presente
en la partida y la forma en la llegada.
La generación involucra dos términos opuestos, iniciándose en uno para finalizar en
el otro. Santo Tomás identifica al último con la forma, puesto que su presencia en
acto es signo de la plenitud de la generación, pero no identifica los otros dos
principios con el término inicial de la generación, sino que tan sólo dice que tienen que
ver con ese término, que los encontramos junto a él. 2
La materia y la privación no son dos cosas distintas, sino que están al mismo tiempo
en un único sujeto. Materia y privación no designan dos entes distintos, sino al mismo
considerado bajo distintas perspectiva. Tomás jerarquiza a estos principios que se
encuentran en el punto de partida de la generación: la privación es un principio por
accidente, no por sí misma, dando por supuesto que la materia sí es un principio por
sí misma.3
Siempre encontramos una materia siendo bajo una determinada forma, recibiendo el
acto de ésta, esto es, siendo actualizada por esa forma. Este estar siendo de una
determinada manera, que es algo positivo, es a la vez un no estar siendo muchas
otras cosas. Este no ser tantas otras cosas es para la materia un estar privada de
muchas otras formas. La privación es un accidente necesario porque la materia
nunca se despoja de la privación.
La materia y la forma son principios en el llegar a ser y en el ser. La privación es un
principio solamente en el llegar a ser. Esto significa que la privación es principio de la
generación, junto con la materia y la forma. Una vez generada la nueva substancia,
esa privación ya no tiene lugar. La forma y la materia son principios no sólo mientras
2
Cf. Rego, Thomas. “Materia, forma y privación en el opúsculo de Principiis naturae de Santo
Tomás de Aquino”[en línea]. Sapientia. 64.224 (2008), 119-120
Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/materia-formaprivacion-
principiis-naturae.pdf [Fecha de consulta: 10-12-2014]
3
Loc. cit.
se genera la substancia sino también cuando la substancia ya es y se mantiene
siendo.
La materia es aquello en lo que se conoce la forma y la privación. Esto quiere decir
que la forma o la privación sólo se encuentran en composición con la materia, siendo
posible conocerlas haciendo abstracción de la materia del compuesto.

b) El proceso de integrar la posibilidad humana ilimitada de la modernidad científico-técnica


con la imposibilidad humana, (aparentemente) también ilimitada de la contemporaneidad,
para construir proyectos humanos y humanizantes, es una ardua tarea. Creemos en el valor
de defender lo humano por sobre lo técnico y asumiendo la desilusión contemporánea del
hombre frente a sí mismo (destrucción masiva en conflictos bélicos, empobrecimiento hasta la
muerte de una parte importante de la población mundial, pérdida de los ideales, imposibilidad
de articular discursos humanizadores), nos animamos a sostener la búsqueda de hacer de
este mundo el mejor espacio posible para nosotros y para todos los que vienen detrás
nuestro.
Así como se impone el reconocimiento de la grandeza de la ciencia y la tecnología no se
puede dejar de reconocer la ambivalencia de sus resultados. Es innegable que todo progreso
científico técnico por un lado resuelve algunos problemas y por otro los crea en otro nivel.
Esto nunca puede transformarse en un obstáculo para la investigación. Conocer las
implicancias negativas si bien no debe paralizar el avance, exige mayor perspicacia en la
aplicación de la ciencia y moderación en nuestras expectativas acerca de sus logros, algo que
no puede venir de la ciencia misma. La dicotomía progreso técnico – resguardo de la vida,
dada la capacidad humana de desafiar la propia existencia y la de los demás con el desarrollo
de sus propias capacidades, pone de relieve la entidad de la problemática a que está llamado
a atender el desarrollo de una filosofía de la naturaleza capaz de concebir el mundo físico en
su realidad más profunda.
Asumiendo que la finalidad de todo conocimiento no es otra que la realización humana,
entiendo que, a pesar de la distancia que nos separa de la cosmovisión dentro de la cual se
gestó la cosmología de Santo Tomás, sigue siendo válido su aporte y lo será hasta el fin de la
historia, en la medida que sienta las bases de una concepción realista de la naturaleza en un
orden de conocimiento humanizante. La ciencia y la tecnología no pueden alcanzar los
principios del orden natural porque escapan no sólo a sus intereses sino a sus posibilidades
de desarrollo real. La ciencia, tal como se la entiende desde la modernidad, podrá explicar
causalmente el origen de la energía atómica pero nunca podrá responder a la pregunta sobre
el sentido último del uso que se puede hacer de ella. Un desarrollo científico técnico que se
desentienda de los fundamentos que sólo la filosofía de la naturaleza permite contemplar,
podrá alcanzar algunos estándares de desarrollo cuantificables pero difícilmente favorezca un
desarrollo integral, humanamente hablando. La ciencia sólo puede ocuparse del ente móvil en
beneficio de la humanidad en la medida que la filosofía puede tener el lugar que le
corresponde en cuanto dadora de sentido.

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