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El pergamino (del latín tardío pergamīnum, y este del griego bizantino pergamēnḗ;
literalmente "de Pérgamo", porque en esta ciudad se preparaban las pieles para escribir)
es un material hecho a partir de la piel de cordero o de otros animales, especialmente
fabricado para poder escribir sobre él. La piel sigue un proceso de eliminación de
la epidermis, de la hipodermis, dejando sólo la dermis,1 y de estiramiento, al final del cual
se consiguen las hojas con las que se elabora un libro, una filacteria o los rollos que se
conocían de la Antigüedad.
El origen de su nombre es la ciudad de Pérgamo, donde se cree que existía una gran
productividad de gran calidad, aunque realmente su existencia se remonta a una época
anterior a la ciudad de Pérgamo.2En la actualidad se considera que entre los manuscritos
más antiguos en pergamino que se conservan es el Rollo de Isaías o 1Qlsa (también
llamado el Gran Rollo de Isaías), datado entre el año 150 al año 100 a. C.
Índice
1Historia
o 1.1Antigua Roma
2Proceso de fabricación del pergamino
3El pergamino en la tauromaquia
4Véase también
5Referencias
o 5.1Bibliografía
6Enlaces externos
Historia[editar]
Desde la Antigüedad se utilizó este material para escribir textos literarios y sagrados. Con
anterioridad al pergamino se utilizaba el papiro que era un material más frágil e incómodo
tanto para el copista como para el lector. El pergamino acabó sustituyendo al papiro por
sus ventajas materiales, por ser un soporte más fácil de conseguir que el papiro, mucho
más duradero3 y de mejor calidad. Pérgamo se convirtió en la ciudad productora por
excelencia, dando su nombre a este material. Los volúmenes de la Biblioteca de
Pérgamo pasaron a copiarse en pergamino, en sustitución del papiro. Una leyenda sin
fundamento histórico4 cuenta que este cambio fue debido a que la ciudad de Alejandría,
rival de la ciudad de Pérgamo en cuanto a construcción de bibliotecas y producción de
textos, dejó de abastecer a Eumenes de material de papiro, material cuya distribución
tenía monopolizada, pero lo cierto es que ya se venía utilizando el pergamino en Egipto
desde el II milenio a. C1, además de que también en estas regiones de Asia se cultivaba el
papiro.
Antigua Roma[editar]
El papiro y el pergamino convivieron durante muchos años. En rollos de papiro siguieron
copiándose los libros que fabricaban los talleres romanos, así como los documentos de
archivo y las cartas, mientras que el pergamino se reservaba para obras de carácter
subalterno o pequeñas composiciones literarias, como relata Marcial en sus Epigramas. El
pergamino empezó a utilizarse para copiar libros de buena factura cuando se difundió el
nuevo formato de codex o códice a partir del siglo IV de nuestra era.
Aunque la forma del libro llamado códice fue conocida desde el siglo I, no se difundió hasta
el siglo IV. Los códices estaban compuestos de cuadernos de pergamino plegados,
cosidos y encuadernados imitando la apariencia formal que tenían los polípticos de tablillas
enceradas sobre las que también se escribía en la Antigüedad. El propio nombre
de códice procede de la manera con la que se identificaban tales tablillas (codex) y los
primeros códices fueron conocidos como codex membranei.
A pesar de todo, en Roma nació enseguida una industria del pergamino que dio lugar a los
comercios llamados tiendas de los membranarii.
Una de las ventajas que el pergamino tenía sobre el papiro era que se podía escribir en él
por las dos caras de la piel, además se podía raspar o lavar y reutilizar; aun así su alto
coste hizo que no sustituyeran el uso de los rollos de papiro durante bastante tiempo.
El pergamino en la tauromaquia[editar]
El pergamino se empleó en la tauromaquia del siglo XVII. Durante la lidia del toro se
empleaban unos pedazos de pergamino llamados parches. Estos parches podían ser de
colores y estaban embadurnados con pez (brea) o goma y podían llevar adornos adheridos
como cintas o lazos entre otros. La forma en la que estos parches eran pegados sobre el
toro se conoció con el nombre de parcheado y podían ser colocados al cuarteo, al sesgo, a
la media vuelta o a pares por hombres que realizaban recortes rápidos con igual técnica
que las banderillas que surgieron en el siglo XVIII.56