Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PLANIFICACIÓN CURRICULAR
FACILITADORA
2019
Presentación
Históricamente —fines del siglo XVI— los jesuitas usaron el término disciplina para describir los
cursos académicos, aludiendo así a un orden estructural más que secuencial, y el término ratio
studiorum para referirse a un esquema de estudios, más que a una tabla secuencial de
contenidos o syllabus. El término curriculum asimiló ambos sentidos (estructura y secuencia),
de modo que al combinarlos se obtiene la noción, por una parte, de totalidad ciclo completo, y
por la otra, de secuencia ordenada de estudios. Esto último permite entender por qué,
metafóricamente, se asimila curriculum a carrera, es decir, a algo que progresa, que avanza.
Este breve recorrido etimológico del término es sólo un punto de partida, pues las diversas
connotaciones que a lo largo de los siglos se le han dado (y que se le dan en el presente) al
término curriculum nos permiten entrever la complejidad de su conceptualización. Ahora bien,
¿por qué el acercamiento a la definición de curriculum plantea obstáculos e incógnitas? La razón
es que las ideas sobre el curriculum no son universales, es decir, no están más allá de las
determinantes históricas. Por el contrario, el curriculum es un producto de la historia humana y
social, así que cambia como todas las construcciones sociales de tiempo en tiempo, de acuerdo
con las transformaciones e innovaciones en las ideas, en las utopías, en la ordenación de la vida
social, en la estructura de los discursos sobre la vida pública y privada, etcétera.
Por lo anterior, pareciera que no se puede definir el curriculum sin plantear previamente una
visión del mundo que opere como marco de referencia de dicha definición y, al mismo tiempo,
la haga comprensible.
En síntesis, el estudioso del curriculum necesita desarrollar una visión histórica amplia acerca de
éste como objeto de estudio, puesto que no es inmutable; por el contrario, cambia y se
transforma en respuesta a las circunstancias históricas, a las estructuras económicas y políticas,
y a los intereses humanos, así como a las motivaciones personales y grupales de los sectores que
elaboran los currícula.
Antes de ver las definiciones, habrá que recordar que el curriculum es, en gran medida, de
naturaleza prescriptiva, es decir, se aspira a definir algo que se caracteriza por ser una
pretensión de realidad, un querer ser, un deber ser. Lo anterior supone circunscribir y
seleccionar un conjunto de intencionalidades que se consideran como las "verdaderas" o
"mejores" respecto a otras; aquí entran en escena las diferencias de valor que permiten
legitimar ciertas posiciones y excluir y rechazar otras. Esto no debe inducir a pensar que estas
posiciones son arbitrarias, es decir, que en última instancia da lo mismo elegir una
conceptualización u otra. Por el contrario, la elección de uno u otro concepto de curriculum
depende de la capacidad para integrar en el esquema prescriptivo para la acción, tanto las
reflexiones derivadas de la práctica como los aportes teóricos provenientes de la investigación
curricular, de la enseñanza y del aprendizaje. Analicemos algunas definiciones:
Como se puede apreciar, los conceptos anteriores encuentran su sentido y razón de ser en el
contexto de un modelo curricular que apunta a logros terminales de los alumnos luego de haber
cumplido con un plan de estudios programado en el tiempo. Desde esta perspectiva, la
educación es un medio para alcanzar un fin (considerado éste como resultado del aprendizaje),
por lo que, el curriculum es la planeación necesaria tanto de los fines resultados de aprendizaje
como de los medios educativos para obtenerlos. En la categoría de medios caben la planeación
de todos los componentes del diseño de un programa curricular para la conducción de los
procesos de enseñanza-aprendizaje de cualquier nivel educativo.
Es necesario detener esta lectura y preguntarse si estas reflexiones, desarrolladas a partir de las
anteriores definiciones de curriculum, cubren de manera adecuada los requerimientos de un
primer acercamiento. Para ello nos preguntamos: ¿Es el curriculum una planeación que prevé
todos los aspectos posibles a desarrollar? ¿Qué tan abierto o cerrado puede ser el plan
curricular? ¿El curriculum formula necesidades como conductas terminales? ¿Puede el
curriculum anticipar también los procesos a desarrollar? ¿Existen otras alternativas al modelo
medios- fines?
Al analizar la definición anterior se observa que al autor le interesa lo que ocurre en la situación
real; pretende entender el curriculum como lo que sucede en la escuela y el aula. Desde esa
perspectiva, el estudio del curriculum es un estudio de caso, pues el documento que se origina
más que atender a un deber ser prescriptivo persigue un estudio antropológico y sociológico de
la escuela como agente de enseñanza y aprendizaje. Por tanto, el curriculum debe reflejar algo
más que intenciones, debe, además, indicar cuál es el modo de llevar a cabo dichos propósitos
a la práctica y debe especificar los criterios que presiden el modo de hacerlo.
En resumen, el curriculum es visualizado, por una parte, como intención, plan o prescripción
respecto a lo que se pretende que logre la escuela; por otra parte, también se le percibe como
lo que ocurre, en realidad, en las escuelas. Esto le hará expresar a Stenhouse (1987, p. 27) que:
"el estudio del curriculum se interesa por la relación entre sus dos acepciones: como intención
y como realidad." Las dos acepciones nos remiten a la vieja (y siempre nueva) cuestión de la
relación teoría-práctica; por ello, el autor citado (1987, p. 27) expresa: "El problema central del
estudio del curriculum es el hiato existente entre nuestras ideas y aspiraciones y nuestras
tentativas por hacerlas operativas." (Casarini Ratto, 2017)
Definiendo el currículo
Citando a Coricá y Dinerstein, para aquellos que participan activamente en los procesos
educativos desde cualquier ámbito del sistema, la palabra currículum resulta muy cercana, sin
embargo no siempre nos detenemos a pensar de que se trata, quienes implica, o cuál es su
identidad. Pansza, M. (2005) describe de forma muy simple las diferentes concepciones que se
tienen del currículum, ella menciona lo siguiente: Currículo es un término polisemántico que se
usa indistintamente para referirse a planes de estudio, programas e incluso la implementación
didáctica. Algunos autores presentan la teoría curricular como un campo disciplinario autónomo
y otros como un área de la didáctica. Con base en lo anterior, se puede agrupar las definiciones
de currículo en los cinco rubros siguientes:
Los primeros tres destacan el carácter dinámico del currículo, entendiéndolo no solo como una
proposición o plan, sino como un proceso vivo, en el cual intervienen seres humanos que le
imprimen sus características peculiares. Sobresale la concepción activa y flexible del mismo y se
valora la influencia de los factores externos al ámbito escolar, o sea consideran lo social.
- Elementos constituyentes
- Relaciones entre los elementos constituyentes. Destaca la existencia de metas, las cuales
apuntan los elementos y sus relaciones. Interpretan el enfoque de sistemas como un proceso
sistemático y lineal. (Kaufmán).
Pansza, M., propone que el currículo representa una serie estructurada de experiencias de
aprendizaje que en forma intencional son articuladas con una finalidad concreta que es: producir
los aprendizajes esperados. Para lograr esto se tienen dos aspectos interconectados: el diseño y
la acción. Implican una concepción de la realidad, del conocimiento y del aprendizaje.
Para ayudarnos a identificar la forma en que la definición de este término ha evolucionado con
el tiempo, Coricá y Dinerstein (2009) presentan una perspectiva histórica, lineal y secuencial de
las cuales resalta la propuesta de Gimeno:
“Es la expresión y concreción del plan cultural que una institución escolar
hace realidad dentro de unas determinadas condiciones que matizan ese
proyecto.”
Con base en lo anterior, se logra identificar que conforme se modifica el paradigma educativo la
definición de currículo también se actualiza. Una perspectiva más cercana a la que se plantea en
este curso y que complementa la postura de Gimeno corresponde a la proporcionada por
Casarini, Ratto (2010) quien indica lo siguiente:
Hay que pensar en el currículo en términos de proyecto; esta denominación es más abarcativa
que la del plan de estudios entendido, de manera tradicional, como selección y secuencia de
contenido. La idea de proyecto permite visualizar al currículum como la propuesta que
determina lo que ocurre en el aula… que guía la práctica del docente y que al mismo tiempo
retroalimenta el diseño o de la propuesta original.
Con esto se concluye que el currículum es el proyecto integral que vincula las necesidades
sociales de formación profesionistas y la propuesta educativa de las instituciones que atienden
estas necesidades. No obstante, currículum presenta diversos matices más allá de lo que se
planea o se espera que sea, ante esta peculiaridad se definen también las modalidades de
currículum.
A lo largo del tiempo, la educación se ha tenido que enfrentar a varios retos, siendo el principal
reto, cumplir y llevar a cabo un buen proceso de enseñanza aprendizaje, con el fin de mejorar
las necesidades de la sociedad, es por ello que el currículum, ha sido una herramienta esencial
en varios contextos, pero ha sido de mucha ayuda principalmente en el contexto educativo. Es
de suma importancia ya que permite planear adecuadamente todos los aspectos que implican
o intervienen en el proceso de enseñanza aprendizaje, con el fin de mejorar dicho proceso pues
cada acción es elegida y realizada en razón de que venga o pueda ser justificada.
Es importante que los docentes le den un interés especial a la forma en que van a transmitir el
conocimiento adquirido, haciéndolo de una manera particular manteniendo siempre el enfoque
hacia un objetivo especial: lograr que los estudiantes lleguen a tener un buen desenvolvimiento
dentro de la sociedad, teniendo como base los conocimientos, habilidades y actitudes de cada
individuo para obtener resultados eficientes y satisfactorios.
Es por esta razón que la labor del currículo educativo debe ser el estar presente en las
dificultades que se tienen dentro de un ambiente escolar formativo para mejorar la enseñanza,
teniendo en cuenta las necesidades de cada ser humano.
Educar y formar son dos finalidades del currículo que deben ser tenidas en cuenta ya que éste
responde a las necesidades sociales, políticas y económicas de un país.
El currículo no sólo puede basarse en mostrar una posible respuesta de lo que se quiere lograr
en el ámbito educativo, sino que también debe contribuir a crear un ambiente libre, sencillo y
de apoyo para quienes lo llevan a cabo, es decir, aplicable tanto para el maestro como para el
alumno, ya que es una guía que contribuye a tener una visión de los objetivos a lograr.
Abierto: El currículo tiene una parte común al territorio nacional: Enseñanzas comunes o
mínimas y otra complementada por cada una de las comunidades autónomas con competencias
en educación.
Flexible: Se puede adaptar a la realidad del entorno del centro educativo y de los alumnos a los
que va dirigido.
Inclusivo: Existe una parte de formación común para todos los alumnos a nivel nacional, que
cursen estas enseñanzas.
Profesor Reflexivo: Un currículo con las características anteriores, debe dar como resultado
la figura de un profesor reflexivo, guía y orientador.
El educando aprende a internalizar valores que le transmiten los padres. Pero hay que recordar
que también los padres están inscritos dentro de una sociedad y mantienen una posición
determinada. Si los padres tienen una visión autoritaria de la educación de esa forma tratarán a
los hijos. De esta forma la familia interactúa y reproduce una concepción acerca de la educación
que será determinante en la construcción del currículo. Después de la familia como primera
instancia socializadora aparece la institución escolar.
El hablar de la escuela como una institución nos obliga en primer término a explicar que es una
institución. Una institución es fundamentalmente un conjunto estructurado de
comportamientos sociales, regulados por normas y sanciones, los cuales se reproducen de
manera constante por medio de una organización definida. Dentro de esta institución todos
estamos vinculados de una u otra manera al proceso educativo, en el cual los agentes más
importantes son el maestro, el educando y la propia escuela. Al respecto Durkheim menciona lo
siguiente: “… cada sociedad, en un momento determinado de su desenvolvimiento, posee un
régimen educativo”. Si bien es cierto la escuela plantea una educación organizada y dirigida de
manera sistemática por el Estado, ya sea en sectores privados o públicos. La sociedad establece
su propia evolución de acuerdo al momento histórico en el cual se encuentre. Por lo tanto la
educación que necesite o exija la sociedad tendrá que ser en función de su sistema de valores,
tipo de personas que espera que la escuela forme, la naturaleza de su cultura, las necesidades e
intereses que posean los individuos en ese momento. Dichas necesidades se verán reflejadas en
los planes de estudios y en particular en la estructura curricular. La educación en cualquier
contexto tiene su raíz en la interpretación que haga el hombre de su propio entorno y de las
necesidades que se verán reflejadas en el modelo educativo que adopte la sociedad.
Tipos de Currículo
George Posner en su libro Análisis de Currículo afirma que en el trabajo con estudiantes se
desarrollan varios currículos simultáneos y todos contribuyen, significativamente, a su
formación integral, por tanto hay que considerar el:
Currículo Nulo. Se refiere a temas de estudio que los docentes no los enseñan, ignoran. Se
produce con contenidos amplios que requieren mucho tiempo impartirlos; por preferencia del
docente por temas específicos; por evaluación inadecuada, porque incluye conocimientos que
no fueron adecuadamente tratados en clase; por falta de motivación porque temas importantes
se desarrollan con displicencia y desinterés, restándole importancia al contenido; por falta de
preparación del docente en ciertos temas. Pero cualquier tipo de currículo nulo acarrea
pérdidas, por lo cual es necesario analizarlo para su eliminación o control.
Currículum nulo por preferencia del docente. Arrieta de Meza, Beatriz; Meza Cepeda,
Rafael Daniel: El Currículum nulo y sus diferentes... OEI – Revista Iberoamericana de Educación
5 Se refiere a aspectos que son detallados al máximo, con un gran consumo de tiempo por parte
del docente, del estudiante y de la institución educativa en sí, por una preferencia manifiesta
del docente a un tema específico, cuya aplicabilidad no se corresponde con la dedicación que se
solicita del mismo. CURRÍCULUM NULO POR EVALUACIÓN INADECUADA Se refiere a la
frustrante evaluación que resulta, cuando los elemento del conocimiento que integran el
cuestionario de la misma, no fueron adecuadamente presentados durante el desarrollo del
programa. El caso extremo está dado por una evaluación basada en elementos programáticos
que no se consideraron durante el tiempo de desarrollo de la asignatura. CURRÍCULUM NULO
Por falta de incentivo Se da cuando puntos importantes del programa diseñado, se ofrecen
al discente con displicencia, falta de interés y hasta restándole importancia al contenido, cuando
por el contrario, el contenido en cuestión, puede que sea imprescindible en el futuro ejercicio
profesional.
Currículum nulo por falta de preparación del docente Se presenta cuando se encarga a
un docente, una programación que desconoce, o para la cual está poco preparado, no siendo la
mayoría de las veces, parte de su propia formación. El resultado para el estudiante de este tipo
de exposiciones puede ser desastroso.
Currículum nulo por desfase del conocimiento Se produce cuando nos encontramos con
conocimientos, aparentemente necesarios y de gran aplicabilidad, que son desarrollados sobre
la base de exposiciones con contenido no actualizado u obsoleto.
Currículum nulo por exceso de ayudas audiovisuales Es difícil pensar en algo más
propicio a la distracción y falta de atención, que el recargar las exposiciones magistrales con
material audiovisual de todo tipo, el cual algunos docentes utilizan, más con el fin de demostrar
su experticia, que como el resultado de una adecuada planificación de una sesión de información
o formación. Arrieta de Meza, Beatriz; Meza Cepeda, Rafael Daniel: El Currículum nulo y sus
diferentes... OEI – Revista Iberoamericana de Educación
Currículum nulo por desfase entre la preparación previa del alumno y el nuevo material
Especialmente en asignaturas con imprescindible prelación, encontramos alumnos a los cuales
les faltan bases fundamentales, para la aprehensión del nuevo conocimiento. Cuando esto
sucede, generalmente se recurre a los denominados cursos propedéuticos, pero por experiencia
se sabe que esto no es factible en todos los programas universitarios. Las deficiencias por
desfase se detectan generalmente en las pruebas diagnósticas que algunos profesores aplican
antes de dar inicio a sus cursos, con el fin de planificar de acuerdo al grado de profundidad del
conocimiento que tengan sus alumnos y saber en cuales aspectos hacer más énfasis.
CURRÍCULUM NULO POR SUPERFICIALIDAD Se trata de programas o puntos de la programación,
que son tratados en una forma muy superficial, cuando en el ejercicio profesional serían de gran
interés por su aplicabilidad. La superficialidad puede obedecer a diversos factores; guarda
relación con otros tipos de currículum nulo, como la falta de preparación adecuada del docente,
apatía y desactualización, entre otros.
FUNDAMENTOS CURRICULARES
Se conciben como fundamentos el sistema de conocimientos que permite interpretar la
realidad y operar con ella para tomar decisiones curriculares en un determinado contexto
social. No todos los autores coinciden en establecer los mismos criterios en cuanto a los
fundamentos curriculares (Solórzano, s. f.). Los fundamentos esenciales asumidos son:
Filosóficos:
El currículo se estructura en beneficio de los individuos y la sociedad y debido a esta gran
responsabilidad, el mismo está permeado de visiones filosóficas. Unos enfatizan la dimensión
material de la realidad en vez de la espiritual. Mientras otras enfatizan el significado de las ideas
sobre los datos de la realidad. Otros creen que todo conocimiento se deriva de la realidad.
Hasta cierto grado, la filosofía y el currículo enfocan el mismo problema: ¿Qué debe la persona
lograr ser?, ¿Qué puede lograr ser?, ¿Qué debemos enfatizar?
Existen tres categorías filosóficas de relevancia para la toma de decisión curricular. Estas son la
ontología, la epistemología y la axiología. La ontología tiene que ver con la naturaleza de la
realidad: ¿Qué es realidad? Existen tres posiciones ontológicas:
La ontología de la cultura del siglo XX es especialmente empírica, basada en los sentidos. Nos
enfrentamos con el problema de distinguir aquello que es genuinamente real de aquello que es
aparentemente real o espurio.
La epistemología tiene que ver con la naturaleza del conocimiento y la naturaleza de observar
el conocimiento. Se cuestiona: ¿Qué es verdadero? ¿Cómo conocemos la verdad? ¿Cómo
sabemos que sabemos? El conocimiento lo clasifican en:
La axiología tiene que ver con los problemas de los valores. Se cuestiona: ¿Qué es bueno?, ¿Qué
debe preferir el hombre?, ¿Qué es lo deseable? Por lo regular estos cuestionamientos se dividen
en dos categorías principales. La ética tiene que ver con los conceptos del bien y el mal, según
se aplica a la conducta humana. La estética tiene que ver con las cualidades de la belleza y el
gozo en la experiencia humana. Ambas categorías de cuestionamientos valorativos tienen
implicaciones curriculares.
Socio-culturales: Doll (1974) considera que la sociedad y la cultura afectan el desarrollo del
currículo en tres formas: inhibiendo el cambio a través del poder de la tradición, acelerando el
cambio que surge de los cambios sociales y culturales, y aplicando presiones que se originan en
los segmentos principales de la sociedad y la cultura. La tradición se puede percibir como un
retador del cambio, lo cual no siempre es malo, ya que desalienta los esfuerzos para eliminar
aquello que ha probado ser útil a la sociedad.
No se limita al grupo clase ya que incluye un contexto más amplio, que es la sociedad y los
valores y actitudes que están presentes en su desarrollo y aquellos que debe desarrollar la
institución escolar para incorporar al curriculum los elementos de la cultura que debe transmitir
la escuela.
Psicológicos:
Jean Piaget es el investigador de las etapas de desarrollo relacionados con el intelecto más
conocido. Este identificó cuatro niveles principales de desarrollo: sensorial-motriz (desde el
nacimiento hasta los 18 meses); pre-operacional (desde los 18 meses hasta los siete años);
operaciones concretas (desde los siete años a los doce) y operaciones formales (de los doce años
en adelante). En esta última el individuo comienza el pensamiento formal. Ya puede razonar
basándose en suposiciones sencillas, puede deducir conclusiones del análisis y aplicar estas
hipótesis o suposiciones. Para Piaget el desarrollo intelectual procede en forma gradual y
continua.
1.- Si el aprendizaje se basa en la conducta observable del hombre, lo principal es lo que hace
su conducta medible basada en estímulo-respuesta y reforzamiento.
2.- Si el aprendizaje se orienta al desarrollo personal, con una visión optimista, el currículum
tenderá a un carácter más flexible, tendrá en cuenta el autoaprendizaje a partir de experiencias
y conocimientos anteriores, o sea, la posibilidad del alumno de construir su conocimiento en
interacción con el contexto socio-cultural.
3.- Si el aprendizaje se construye en la relación sujeto objeto mediatizado o con el empleo de
instrumentos de orden cultural e históricos a partir de las posibilidades, conocimientos y
características del sujeto, entonces el curriculum se caracterizará por rescatar el papel de la
práctica educativa en la solución de los problemas.
Las bases y fundamentos analizados deben tenerse en cuenta para cualquier propuesta
curricular y a su vez se relacionan con los enfoques asumidos.
Las posibles relaciones y aportes que se puedan generar con otras disciplinas.
Dentro del currículo, el alumno, el docente, los padres y miembros de la comunidad son
elementos fundamentales.
Por las características particulares del concepto de currículo que se ha asumido, los factores
sociales deben asumir un papel especial en el proceso de ejecución del currículo, el cual se
explícita en los párrafos siguientes.
Es importante que el docente estimule a los estudiantes para que se hagan responsables -
en un alto porcentaje - de su propio proceso de aprendizaje. Para esto, deben propiciarse
acciones didácticas independientes, en las que él puede desenvolverse sin asistencia directa
del maestro y -desde luego- ejercitar su iniciativa.
Es muy valioso que los nidos tengan conciencia de esa responsabilidad y por tanto participen
con entusiasmo, junto con el docente, en la selección de objetivos, búsqueda y elaboración
de material, etc.
Como se puede percibir, el papel del alumno es, dentro de este concepto de currículo, muy
activo. Es decir, no se puede aceptar la visión del alumno como receptor y repetidor de
conocimientos, en tanto el docente no debe estar constantemente “transmitiéndole
conocimientos". Por el contrario, es el niño quien debe “aprender a aprender"; o sea vivir
experiencias de aprendizaje que le ayuden a autoinformarse y autoformarse. Dentro de esta
visión de aprender a aprender es necesario estimular las relaciones de apoyo mutuo entre
los alumnos. Así. los niños que manifiesten mayores habilidades o capacidades en alguna de
las áreas afectiva, motora o intelectual, pueden convertirse en orientadores y colaboradores
en el proceso de aprendizaje de sus compañeros.
Para ello, el docente debe ser muy creativo para dar dinamismo al proceso educativo,
interactuar directa c indirectamente con los niños y utilizar técnicas y recursos variados que
permitan el trabajo independiente. Sin duda, para lograr esto, es fundamental el grado de
confianza que el docente tenga en sus alumnos.
En su papel como orientador del proceso de formación de los alumnos, el docente debe
tener presente la doble faceta individual y social de la educación. Esto lo llevará a estimular
la autorrealización y formación integral del alumno, a la par de proveerle situaciones que le
permitan su desarrollo social.
Dentro del desarrollo del proceso educativo, generalmente no se ha dado al papel de los
padres y otros miembros de la comunidad la importancia que este debe tener. Es necesario
que estos actores sociales no sean vistos únicamente como proveedores de recursos
materiales para la escuela, sino también como responsables indirectos del desarrollo del
currículo. Desde esta visión, ellos deben convertirse en elementos generadores de
experiencias de aprendizaje c incluso el docente debe estimularlos para que se incorporen
al trabajo escolar, cooperando en el desarrollo de actividades que ellos dominan y que
deben ser incorporadas dentro de las experiencias del niño. Así, la escuela y el maestro
deben abrirse para que otras personas asuman, en algunas ocasiones, el papel orientador
en el aprendizaje a los alumnos.
No hay duda de que si se consideran los intereses, las necesidades y las expectativas de
padres y vecinos, la escuela responderá mejor a las demandas sociales de su entorno.
Los alumnos, el docente y los padres o vecinos, como elementos del currículo, interactúan
y se complementan de manera constante. Esto implica que, para lograr un proceso de
aprendizaje adecuado, deben garantizarse buenas relaciones alumno-alumno, alumno-
docente, docente-padres y, alumno-docente-padres y vecinos.
Contexto sociocultural
El contexto socio-cultural, como elemento del currículo, constituye el entorno social inmediato
en que está inmerso el alumno, como sujeto de las experiencias de aprendizaje.
Este entorno aporta el material cultural necesario para que el currículo responda a las
necesidades, intereses y expectativas del grupo social al cual pertenece el alumno.
Al considerar este elemento dentro del currículo se garantiza alcanzar un propósito educativo
fundamental que es la comprensión de la propia cultura y la integración exitosa del individuo a
su medio social.
Es necesario que el docente, junto con los alumnos y acudiendo a los padres y vecinos, logre
visualizar los rasgos sociales y culturales propios del grupo, para convertirlos en material
esencial para el currículo. Se trata pues de que las manifestaciones culturales propias del grupo
se conviertan en elementos básicos en el proceso de aprendizaje.
Estas manifestaciones culturales son aportadas a la escuela por los niños y solo si se comprenden
y consideran se podrán propiciar experiencias de aprendizaje pertinentes con el contexto socio
cultural; esto se logrará si se establecen relaciones adecuadas entre la escuela y la comunidad.
En realidad son estas relaciones las que garantizan que el proceso educativo se enriquezca en la
escuela y se revierta en forma positiva en la comunidad.
Lo anterior significa que no debe darse una relación unidireccional, en la cual la escuela recibe
de la comunidad los aportes para enriquecer el currículo, sin aportar ella nada. Por el contrario,
la escuela debe aprovechar su papel como institución social y cooperar en el fortalecimiento de
los valores culturales del grupo. En este sentido, mediante el trabajo curricular y las acciones de
proyección (campañas de divulgación cultural, reuniones, exposiciones, etc.), la escuela debe
estimular a la comunidad para que revalore sus propias características, analice su realidad socio-
cultural e inicie acciones para fortalecer y mejorar su propio entorno social.
Elementos Reguladores.- (Objetivos, contenidos y Evaluación). Se parte del análisis del nivel
más concreto del currículo, el nivel de aula. Entonces se trata de especificar objetivos de
aprendizaje en el aula y se marcan y dan sentido a los contenidos y el sistema de evaluación. Los
objetivos son las expectativas del currículo, aquello que se espera alcanzar con todas las
experiencias realizadas en el aula por alumnos y maestros. Estos objetivos deben ser
congruentes con los grandes fines propuestos en el diseño y con las políticas educativas
derivadas de los elementos orientadores.
La base teórica de referencia, en este caso, está formada por los aportes de las ciencias que
constituyen los fundamentos del currículo, en este caso, por ejemplo, la sicología en sus diversos
aspectos (evolutiva, general, teorías del aprendizaje, y otros)
Luego que se han definidos los objetivos de aprendizaje en el aula, se eligen los contenidos, o
sea las informaciones, datos, conceptos, leyes, teorías, hechos, principios y generalizaciones de
la ciencia; las habilidades, hábitos y destrezas; y, las actitudes y valores que se pretende que el
alumno desarrolle. Los contenidos, dice Miriam Hernández, son los elementos objetivadores del
proceso, responden a la pregunta ¿QUÉ enseñar o aprender? (HERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, Ana
Miriam, en "Hacia una eficiencia Educativa, una propuesta para el debate", ISPETP, Cuba 1993,
pág.15) . Como puede observarse, los contenidos están compuestos por conocimientos,
destrezas, comportamientos.
La Evaluación, es el elemento del currículo que facilita la valoración, o (incluso) la medición del
logro de los objetivos propuestos. Responde, según Julián de Zubiría Sámper, a la pregunta, ¿Se
cumplió?, el objetivo, se entiende. Actualmente se habla de que la evaluación debe ser
diagnóstica, es decir de inicio para decir ¿cómo se está? y además porque se recomienda
"conocer primero lo que el alumno sabe, y actuar en consecuencia" (David Ausubel). Las otras
formas de evaluación, son formativa y sumativa, conocidas en la literatura pedagógica sobre el
tema. Además, en las circunstancias actuales, la evaluación ha evolucionado tanto, o mejor
dicho, el concepto de evaluación ha sido revisado y contrastado con otros procesos que en las
circunstancias actuales la evaluación debe ser de procesos, actores, producto y resultado.
Todas las acciones que realiza el individuo para enfrentarse al mundo constituyen su accionar,
cuando las actividades han sido programadas desde la perspectiva de la enseñanza y el
aprendizaje, constituyen actividades didácticas.
Esto implica que en determinada situación de aprendizaje, donde se estimulan una serie de
acciones didácticas o actividades en las que toma parte el alumno, surge la experiencia de
aprendizaje. Se identifican pues como un sistema de actividades que generan interacciones
entre el alumno y su ambiente; en ella intervienen acciones físicas (sicomotoras), operaciones
mentales (cognoscitivas) y connotaciones afectivas (soc io afectivas), orientadas a determinados
aprendizajes. En estas interacciones surgen los aprendizajes logrados, como las
transformaciones que sufre el individuo, como producto de ese proceso educativo, y que le
permiten desarrollarse integralmente, al enriquecer sus capacidades intelectuales, motrices y
afectivas.
Es fundamental que las experiencias de aprendizaje que viva el alumno, propiciadas o motivadas
por la escuela, respondan a sus intereses, necesidades y expectativas.
Por lo anterior, el docente debe conocer muy bien esas necesidades, expectativas, intereses.
Esto lo logrará, si trata de comprender el enlomo familiar y social en que se desarrollan sus
alumnos; si se acerca a ellos para conocerlos mejor y si se provee de información relativa a las
características propias de los niños, de acuerdo con su edad.
Es muy importante que el educador considere las experiencias de aprendizaje previas que ha
vivido el alumno, tanto fuera como dentro de la escuela. Si se tiene en cuenta el principio de
educación permanente, se sabe que el alumno vive un constante proceso de aprendizaje,
producto de sus interacciones en el grupo familiar y comunal, que lo llevan a un contacto
permanente con los medios de comunicación masiva y con muchas personas.
Estas experiencias previas deben orientar al docente para propiciar situaciones de aprendizaje
que se adecúen a las posibilidades reales de los alumnos y estimulen en ellos nuevas
experiencias de aprendizaje.
Dentro de esta valoración de las experiencias de los alumnos, es fundamental que el docente
explote las relaciones educación - trabajo, para que los alumnos valoren el trabajo del hogar, del
campo, etc.
Para llenar esta necesidad, el maestro debe propiciar muchas situaciones que lleven a los
alumnos a valorar el trabajo y a interiorizar cienos valores como la cooperación y la solidaridad,
que serán esenciales para su futura incorporación al mundo del trabajo. Esto implica que la
escuela debe propiciar situaciones de aprendizaje más prácticas que teóricas que permitan al
alumno ‘‘aprender haciendo”.
Estrategias Metodológicas para el aprendizaje
Las estrategias metodológicas están constituidas por una serie de métodos, técnicas y
procedimientos que se emplean en la orientación y la ejecución de los procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Debe destacarse que no se trata de actividades “sueltas”, sino de una serie de acciones
didácticas que se enlazan y que permiten alcanzar un determinado aprendizaje. Esto es, son un
grupo de acciones que se integran para promover en el alumno la vivencia de experiencias de
aprendizaje.
Por el enfoque que se ha dado aquí al currículo, las estrategias empleadas para el logro de
aprendizajes deben concretarse en situaciones que conllevan al desarrollo de experiencias de
aprendizaje en el alumno.
Para concretar ese enfoque, a la hora de plantear los procedimientos metodológicos, lo que
debe hacerse es describir esas situaciones de aprendizaje.
Estos no son valiosos en sí mismos sino como medios para estimular el desarrollo de
experiencias de aprendizaje. Por esto es necesario que se considere el nivel de los alumnos y los
objetivos por lograr, a la hora de elaborar y seleccionar los recursos didácticos.
Casi siempre las escuelas cuentan con pocos recursos; para llenar este faltante y, a la vez,
estimular la creatividad de docentes, padres y alumnos, es necesario utilizar los materiales de
desecho para elaborar recursos didácticos. Para la recolección de esos materiales y la
elaboración misma de los recursos debe solicitarse la ayuda de los alumnos, los padres y vecinos.
El docente debe tratar de sacar el mayor provecho posible del material didáctico; para ello debe
tener en cuenta que un determinado recurso puede ser aplicado para generar diferentes
experiencias de aprendizaje; es decir, puede ser utilizado con diferentes intenciones.
Así por ejemplo, un paisaje natural podría propiciar descripciones orales, reflexiones sobre
temáticas como la deforestación, prácticas de agricultura, etc.
A las computadoras puede dárseles diferentes usos; así, en algunos casos éstas serán empleadas
para la instrucción directa de los alumnos, mediante programas previamente adquiridos o
elaborados; en otros casos, puede tratarse de que el alumno trabaje con la computadora para
construir él mismo el conocimiento y autoaprender.
En el primer caso es importante el criterio del docente para seleccionar programas de acuerdo
con las características, necesidades c intereses de los alumnos y de la comunidad; asimismo
debe garantizar que estos programas llenen las expectativas de los objetivos planeados.
En el segundo caso es esencial que el docente aproveche este equipo para estimular la
creatividad e iniciativa de los alumnos a la vez que fortalecer sus capacidades intelectuales.
En síntesis, en relación con los recursos y el equipo, el docente debe tener presente que estos
no deben ser un fin en sí mismos sino elementos que adquieren valor en tanto él y los alumnos
hagan un uso adecuado de ellos y los exploten en todas sus posibilidades.
Ambiente Escolar
El ambiente escolar es el escenario en que se desarrollan los procesos de enseñanza y
aprendizaje. Tradicionalmente, el concepto de ambiente escolar se ha restringido a las cuatro
paredes del aula.
Dentro de la línea de currículo asumida en esta unidad didáctica, el ambiente escolar debe
ampliarse más allá del salón de clase c incorporar en el todo elemento especial en el cual pueden
interactuar los niños y el docente. Así debe formar parte de él la huerta, el comedor, el patio, el
río, el parque, el mercado, el campo de deportes, etc.
El ambiente escolar debe convertirse en un elemento propiciador de experiencias de
aprendizaje motivantes y permanentes; por tanto, el docente con la cooperación de los alumnos
y otras personas, debe preocuparse por enriquecer, acondicionar y mejorar cada vez más el
ambiente físico.
Es importante señalar que este ambiente físico agradable debe complementarse con un
ambiente afectivo que facilite el desarrollo de las experiencias de aprendizaje. Esto es que los
niños y el maestro interactúen en un ambiente de libertad, consideración, alegría, respeto, etc.
En conclusión se puede manifestar que los elementos que integran la estructura curricular y que
han sido descritos anteriormente, no tienen valor por sí mismos sino que adquieren su
significado en la interrelación que se establece entre unos y otros (Bolaños Bolaños & Molina
Bogantes, 1990).
Todo currículo responde a las preguntas: ¿para qué enseñar? ¿Qué enseñar? ¿Cuándo enseñar?
¿Cómo enseñar? ¿Con qué? ¿Qué, cómo y cuándo evaluar? Estas preguntas se corresponden
con los fines, objetivos, contenidos, metodología, recursos y evaluación; elementos esenciales
a la hora de realizar cualquier tipo de planificación curricular.
Tercer nivel: se basa en los documentos curriculares del segundo nivel de concreción,
corresponde a la planificación microcurricular y es elaborada por los docentes para el desarrollo
de los aprendizajes a nivel de aula que responde a las necesidades e intereses de los estudiantes
de cada grado o curso.
• Usar las tecnologías para planificar estrategias para facilitar la construcción del aprender
• Usar las tecnologías en el aula
• Usar programas que cubren áreas de interés especial o expertise técnico, pero que no
ensamblan con un área temática del curriculum Podríamos enumerar diversas otras, pero la idea
es ejemplificar acciones que implican el uso de las TICs, pero que generalmente no implican una
real integración curricular de estas tecnologías.
Que el curriculum oriente el uso de las TICs y no que las TICs orienten al curriculum (Dockstader,
1999) 4. Implica una innovación educativa (Dede, 2000; Gros, 2000) 5. Un uso invisible de las
TICs, para hacer visible el aprender (Sánchez, 2001) 6. Un cambio desde una concepción
centrada en las TICs a una concepción centrada en el aprender con las TICs (Sánchez, 1998) 7.
La concreción de un proyecto curricular que incorpore las TICs como estrategia de
individualización educativa (Reparaz et al., 2000) 8. Las habilidades en el uso de las TICs
requeridas/desarrolladas deben estar directamente relacionadas con el contenido y las tareas
de la clase (Dockstader, 1999) 9. Las habilidades en el uso de las TICs requeridas/desarrolladas
tienen que estar unidas a un modelo de aprender lógico y sistemático (Dockstader, 1999) V.
Niveles para la integración curricular de las Tics
No es lo mismo usar que integrar curricularmente las TICs, así como también no es lo mismo
“estar en la escuela” que “estar en el aula aprendiendo”, construyendo aprendizajes. En general,
podemos distinguir tres niveles para llegar a la integración de las TICs: Apresto, Uso e
Integración.
Apresto de las TICs es dar los primeros pasos en su conocimiento y uso, tal vez realizar algunas
aplicaciones, el centro está en vencer el miedo y descubrir las potencialidades de las TICs. Es la
iniciación en el uso de las TICs, no implica un uso educativo, el centro está más en las TICs que
en algún propósito educativo.
Uso de las TICs implica conocerlas y usarlas para diversas tareas, pero sin un propósito curricular
claro. Implica que los profesores y aprendices posean una cultura informática, usen las
tecnologías para preparar clases, apoyar tareas administrativas, revisar software educativo, etc.
Las tecnologías se usan, pero el propósito para qué se usan no está claro, no penetran la
construcción del aprender, tienen más bien un papel periférico en el aprendizaje y la cognición.
Las tecnologías no son usadas para apoyar una necesidad intencional del aprender. Si bien es
cierto que son usadas para apoyar actividades educativas, a este nivel muchas veces le cuesta
despegarse de una mirada donde la tecnología está al centro. En otras palabras, parte
importante de este nivel corresponde a un enfoque más tecnocéntrico del uso de la tecnología
para apoyar el aprender (Sánchez, 1998).
Jacobs propone un continuo de cinco opciones para la integración curricular, comenzando con
diseños basados en una disciplina y diseños paralelos, para proseguir con aquellos
multidisciplinarios, interdisciplinarios e integrados.
Fogarty parte del modelo propuesto por Jacobs y propone un modelo conformado por tres áreas
de integración curricular: Integración dentro de una disciplina, integración a través de las
disciplinas, e integración dentro de la mente del aprendiz. Todas son necesarias para integrar
completamente el curriculum.
La integración dentro de una disciplina puede dar forma fragmentada, conectada y anidada. La
integración a lo largo de las disciplinas puede ser secuenciada, compartida, tejida, enroscada e
integrada. La integración dentro de la mente del aprendiz puede tomar forma inmersiva y en
red.
A pesar de que la propuesta de Fogarty no está formulada explícitamente para el ámbito de las
TICs, se cree que es posible reutizarla en el ámbito de la Informática Educativa. Las distintas
formas del modelo de Fogarty pueden aplicarse directamente al uso de TICs, de manera de
aplicar los conceptos de diseño y desarrollo curricular a las prácticas con TICs.
Así, es posible generar planes de trabajo de integración curricular de TICs que consideren los
dominios y las formas curriculares propuestas por Fogarty. Un estudio interesante sería
determinar el impacto y la efectividad de las varias formas curriculares propuestas por este
modelo, en la real integración curricular de las TICs. Un análisis más detenido de este modelo y
su aplicación en la integración de las TICs nos lleva a proponer seis formas de utilización de las
tecnologías en el ámbito curricular: Anidada, tejida, enroscada, integrada, inmersa y en red.
La forma anidada implica que en una asignatura el profesor estimula el trabajo de distintas
habilidades, de pensamiento, social y de contenido específico, utilizando las TICs.
La forma tejida implica que un tema relevante es tejido con otros contenidos y disciplinas, los
aprendices utilizan el tema para examinar conceptos e ideas con el apoyo de las TICs
En la forma inmersa las asignaturas son parte del expertise del aprendiz, filtrando el contenido
con el apoyo de las TICs y llegando a estar inmerso en su propia experiencia.
Bolaños Bolaños, G., & Molina Bogantes, Z. (1990). Introduccion al curriculo. Costa Rica:
Córica, J. L., & Dinerstein, P. (2009). Diseño Curricular y Nuevas Generaciones. Argentina:
Editorial Virtual Argentina.
Díaz-Barriga Arceo, F., Lule González, M., Pacheco Pinzón, D., Saad Dayán, E., &
RojasDrummond, S. (2011). Metodología de Diseño Curricular para Educación Superior. México,
D.F.: Trillas.
Sacristán Gimeno José, “El currículo, una reflexión sobre la práctica”, Ed. Morata, Madrid 1994.