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La discriminación del estímulo y el control del estímulo son dos formas de considerar el
mismo fenómeno, se puede decir que no pueden estar uno sin el otro. Si un organismo no
discrimina entre dos estímulos, su conducta no está bajo el control de esas señales.
Podemos decir que no siempre se puede predecir cuál de los diversos estímulos que
experimenta un organismo obtendrá control de su conducta instrumental.
Los estímulos pueden definirse de múltiples formas. Algunas veces, objetos o eventos muy
diferentes se consideran instancias del mismo estímulo porque comparten la misma función.
El fenómeno de generalización del estímulo fue observado primero por Pavlov, quien
encontró que después de haber utilizado un estímulo como EC, sus perros en el laboratorio
presentaban también la respuesta condicionada a otros estímulos similares. Es decir, no
lograban responder de manera diferencial ante estímulos similares al estímulo condicionado
original. Desde entonces, la generalización del estímulo ha sido examinada en diversas
situaciones y especies.
En los experimentos de Reynolds (1961), es evidente que dichos estímulos tenían dos
características, el color del fondo y la forma de triángulo. Tal vez es menos obvio el hecho de
que todas las situaciones estímulos pueden analizarse en términos de características múltiples.
Incluso si la tecla solo tuviese el fondo rojo, sería posible describirla no solo en términos del
color, sino también de ser brillante, forma o ubicación en la cámara experimental.
El tema central en el análisis del control del estímulo es qué determina cuál de las numerosas
características de la situación estímulo obtiene control sobre la conducta instrumental. Es
difícil hacer un análisis experimental de estímulos tan complejos como los que se encuentran
en un juego de fútbol. Los estudios de laboratorio por lo general son realizados con estímulos
que constan de rasgos que pueden identificarse más fácilmente.
La variable más evidente que determina características del estímulo llega a controlar la
respuesta es la capacidad sensorial y la orientación del organismo. La capacidad sensorial y
oriental determina cuales estímulos están incluidos en el mundo sensorial de un organismo.
Ejemplo la gente no puede escuchar sonidos con una frecuencia tonal de unos 20, 000 ciclos
por segundo. Llamado ultrasonido, porque están fuera del rango de la audición humana. Sin
embargo, otras especies pueden escuchar los ultrasonidos; por ejemplo, los perros pueden
escuchar silbidos que escapan al rango de la audición humana y es posible entrenarlos para
que respondan a dichos sonidos. Los perros son también mucho más sensibles a los olores.
El hecho de que el individuo entre en contacto con el estímulo también establece limitaciones
a los estímulos que pueden llegar a controlar la conducta. Considere por ejemplo la cuna de
un niño. Es común que los padres coloquen móviles y otros adornos dentro y alrededor de la
cuna para que el niño pueda mirar estímulos interesante.
Dado la capacidad sensorial establece un límite sobre los estímulos que pueden llegar a
controlar la conducta, es común utilizar estudios de control del estímulo para determinar lo
que un organismo puede o no percibir.
Los estudios sobre el control del estímulo también se han empleado para determinar los
umbrales visual y auditivo de diversas especies pinipedas (leones de mar, focas comunes y
elefantes marinos), (Levenson y Schusterman, 1999; Kastak y Schusterman, 1998). En esos
estudios, primero se reforzó a los pinipedas (con un trozo de pescado) por apoyar el mentón
sobre una pieza de tubo de plástico; Esto se hizo al inicio de cada ensayo para que la cabeza
de los sujetos estuviesen en una posición estándar. Los ensayos consistieron luego en la
presentación de una señal visual o auditiva o sin estimulo alguno. En presencia del estímulo
objeto, el sujeto tenía que mover la cabeza hacia un lado o presionar sobre una rueda o pelota
para obtener un trozo de pescado. Las respuestas no se reforzaban en ausencia del estímulo
objetivo. Después de establecido la respuesta, ante una señal visual o auditiva que estaba muy
por arriba del lumbral del sujeto, se hizo variar constantemente la intensidad del estímulo
objetivo para obtener estimaciones de los límites de la sensibilidad visual y auditiva.
Tener los órganos sensoriales necesarios y la orientación sensorial apropiada no garantiza que
la conducta del organismo quedara bajo el control de un estímulo partícula. Que un estímulo
llegue a controlar la conducta también depende de la presencia de otras señales en el entorno.
En particular, la fuerza del aprendizaje de un organismo acerca de un estímulo depende de la
facilidad con que pueden condicionarse otras señales en la situación. Este fenómeno se llama
ensombramiento, e ilustra la competencia entre estimulo por tener acceso a los procesos de
aprendizaje.
Pavlov (1927) fue el primero en observar que si dos estímulos se presentan al mismo tiempo,
la presencia del estímulo que es más fácil de entrenar puede obstaculizar el aprendizaje sobre
otro. En muchos experimentos Pavlovianos, los dos estímulos diferían en intensidad. Por lo
general, el estímulo más intenso se condiciona con más rapidez y ensombrece el aprendizaje
acerca del estímulo más débil. Pavlov encontró que el estímulo débil podía condicionarse, si
se presentaba solo, pero ocurría condicionarse, si el estímulo débil al presentar al mismo que
un estímulo más intenso.
Tipo de reforzamiento
El desarrollo del control del estímulo también depende del tipo reforzamiento que se utilice.
Ciertos tipos de estímulos tienen mayor probabilidad de obtener control de la conducta
instrumental en situaciones apetitivas. Esta relación ha sido exhaustivamente investigada en
experimentos con palomas.
Los hallazgos anteriores indican que el control de la conducta instrumental por el estímulo es
determinado en parte por el tipo de reforzamiento que se utiliza. La investigación posterior
demostró que el factor crucial es si el EC compuesto por tono + luz adquiere propiedades
positivas o aversivas. El control visual predomina cuando el EC adquiere propiedades
positivas o apetitivas, y el auditivo cuando el EC adquiere propiedades negativas o aversivas.
Es probable que el predominio del control visual en las situaciones apetitivas y del control
auditivo en las situaciones aversivas se relacione con los sistemas de conducta que son
activados en ambos casos. Una señal para el alimento activa el sistema de alimentación. Es
probable que la comida consumida por palomas y ratas sea identificada más por señales
visuales que por señales auditivas. Por consiguiente, la activación del sistema de alimentación
se acompaña de una mayor atención a los estímulos visuales que a los auditivos. En contraste,
una señal que indica un resultado aversivo activa el sistema de conducta defensiva.
Responder a señales auditivas puede ser particularmente adecuado para la evitación del
peligro.
Otro factor que puede determinar cuál de varias características de un estímulo compuesto
adquiere control sobre la conducta, es la naturaleza de la respuesta que se requiere para el
reforzamiento. La importancia de la respuesta instrumental para el control del estímulo fue
demostrada en un experimento clásico de Dobrzecka, Szwejkowska y Konorski. Estos
investigadores estudiaron en perros el control de la conducta instrumental por estímulos
auditivos.
Factores del aprendizaje en el control del estimulo
Los factores del estímulo y de la respuesta detallados en la sección anterior establecen las
condiciones previas de la manera en que los animales, humanos y no humanos, aprenden
acerca de los estímulos ambientales que encuentran. Los factores del estímulo y de la
respuesta son los puntos de partida para el control del estímulo. Aun cuando el hecho de que
ciertos estímulos puedan ser percibidos no asegura que éstos llegarán a controlar la conducta.
La sugerencia de que la experiencia con los estímulos puede determinar la medida en que
éstos llegan a controlar la conducta, tuvo su origen en los esfuerzos por explicar el fenómeno
de la generalización del estímulo. Como ya se observó, la generalización del estímulo se
refiere al hecho de que una respuesta condicionada con un estímulo ocurrirá también cuando
se presenten otros estímulos similares a la señal original. Pavlov sugirió que la generalización
del estímulo ocurre a partir de que el aprendizaje sobre un EC se transfiere a otros estímulos
como consecuencia de la semejanza física de esos estímulos de prueba con el EC original.
Lashley y Wade propusieron que los animales tienen que aprender a tratar los estímulos
como si fueran diferentes entre sí. De tal forma, a diferencia de Pavlov, Lashley y Wade
consideraban que la forma del gradiente de generalización del estímulo es determinada
principalmente por las experiencias previas de aprendizaje más que por las propiedades
físicas de los estímulos probados.
Numerosos estudios han demostrado que el control de estímulos puede ser modificado de
manera considerable por las experiencias del aprendizaje.
El experimento de Jenkins y Harrison dio lugar a dos principios importantes: (1) demostraron
que el entrenamiento discriminativo incrementa el control por el estímulo de la conducta
instrumental. (2) es más probable que una dimensión particular del estímulo adquiera control
sobre la respuesta si el estímulo positivo (E+) y el estímulo negativo (E-) difieren a lo largo
de esa dimensión del estímulo.
Teoría de Spence sobre el aprendizaje discriminativo.
Una de las primeras y más influyentes teorías del aprendizaje discriminativo fue la propuesta
por Kenneth Spence 1936. Aunque Spence propuso su teoría hace casi 75 años está a seguido
estimulando la investigación. La idea básica de la teoría de Spence sobre el aprendizaje
discriminativo está fundamentada en la última de las posibilidades descritas ante según esta
teoría el reforzamiento de una repuesta en presencia de E+ condiciona tendencia ex citatorias
de repuesta ante E+ en consecuencia de él no reforzamiento de la respuesta durante E−
condiciona propiedades inhibitoria ante E− que ayudan a suprimir la conducta instrumental.
Se dice que un estímulo es discreto si se presenta por un periodo breve, tiene un inicio y un
final claros y es fácil de describir. Las claves contextuales pueden ser características visuales,
auditivas u olfativas de la habituación o el lugar donde se presentan los estímulos
discriminativos discretos.
Experimentos como el de kins ilustran el hecho de que las claves contextuales pueden llegar a
controlar la conducta si funcionan como una señal de un estímulo incondicionado o un
reforzador. Las claves contextuales no tienen que indicar reforzamiento para obtener control
sobre la conducta.
Las relaciones entre dos eventos como estímulo condicionado y estimulo incondicionado se
denominan relaciones binarias. En ciertas circunstancias, la naturaleza de una relación binaria
es determinada por un tercer evento, denominado modulador.
Tema 7
Esto expone dos efectos conductuales básicos de la extinción. El más evidente es el que la
respuesta objetivo disminuye cuando ya no obtiene reforzamiento. Este es el efecto
conductual principal de la extinción y el resultado que más ha ocupado la atención de los
científicos. Las investigaciones de la extinción se han interesado en la rapidez con la cual
disminuye la respuesta y el tiempo que dura la supresión de la misma. Si la llave de su
departamento ya no abre la puerta, usted dejará de intentarlo. Sin embargo, advierta que antes
de darse por vencido del todo, es probable que manipule la llave de formas distintas en un
esfuerzo por hacerla funcionar. Esto ilustra el segundo efecto conductual básico de la
extinción, a saber, que incrementa la variabilidad de la respuesta, por lo menos al principio.
Los dos efectos conductuales básicos de la extinción están bien ilustrados en un experimento
en el que se utilizaron dos grupos de ratas de laboratorio. El aparato y el procedimiento
fueron preparados para facilitar la medición de la variabilidad de la respuesta.
Recuperación espontánea
La extinción, por lo general, produce una disminución en la conducta condicionada, pero
este efecto se disipa con el tiempo. Si se introduce un periodo de descanso después del
entrenamiento de extinción, se observa la recuperación de la respuesta. Dicho efecto se
denomina recuperación espontánea, toda vez que durante el periodo de descanso no se hace
nada específico que produzca la recuperación.
Optimización de la extinción
La evidencia acumulada de que la extinción no borra gran parte de lo que se aprendió
originalmente es una mala noticia para distintas formas de terapia por exposición cuya meta
es eliminar el temor patológico, las fobias y los malos hábitos.
La atención que se dirige a esta pregunta es una de las áreas más recientes e importantes de la
investigación en la teoría del aprendizaje. No tenemos muchas respuestas aún y algunos de
los hallazgos han sido incongruentes, pero existen algunas señales que sugieren formas en
que podría mejorarse la terapia por exposición.
Otra forma de incrementar los efectos de la extinción es llevar a cabo los ensayos de
extinción cercanos en el tiempo (masivos) en lugar de hacerlo de manera extendida
(espaciados).
Las señales de extinción pueden reducir de igual modo el efecto de renovación mediante la
reactivación del desempeño de extinción en el contexto de renovación. Esta predicción ha
sido confirmada en estudios de condicionamiento apetitivo con ratas. También se han
encontrado resultados alentadores en un estudio sobre la terapia de exposición en personas
con miedo a las arañas.
En los estudios del momento conductual se han examinado diferentes formas de interrupción.
Esos estudios han incluido proporcionar comida adicional antes de la sesión experimental,
proporcionar comida adicional durante los intervalos entre los componentes del programa
múltiple y suspender el reforzamiento (extinción).
Los estudios del momento conductual han alentado dos conclusiones importantes. La primera
es que el momento conductual se relaciona directamente con la tasa de reforzamiento. Una
tasa más alta de reforzamiento produce conducta con mayor momento y menos susceptible a
la interrupción. Otro hallazgo común (pero no universal) es que el momento conductual no se
relaciona con la tasa de respuesta. Por consecuencia, dos conductas que ocurren con tasas
similares no necesariamente tienen grados similares de momento conductual. Se ha
enfatizado la tasa de reforzamiento más que la tasa de respuesta como el determinante
principal del momento conductual. Esta conclusión es confirmada además por estudios que
demuestran que los programas que proporcionan tasas similares de reforzamiento pero tasas
diferentes de respuesta producen igual momento y resistencia al cambio.