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Entonces, Junior se dio cuenta que habían

encontrado ese lugar maravilloso en el que


nunca más se sentirían solos y abandonados.
El perrito comprendió finalmente que
mientras estuviesen juntos siempre tendrían
una esperanza de sobrevivir, y fue así como
se quedaron en aquel lugar durante todo el
invierno y por muchos largos años,
celebrando la gran familia en la que se habían
convertido.

Miguel Eduardo Salazar


Sánchez
Con el tiempo, el chico se aburrió del
Había una vez un cachorrito peludo y
cachorrito y lo dejó abandonado en las calles
hermoso de nombre Junior.
donde creció junto a las ratas, los gatos y otros
perros que dormían a la intemperie y nunca
tenían nada que comer.

El perrito había nacido junto a sus hermanos


bajo el cuidado de su madre, pero un buen
día la suerte de Junior cambió. Un chico que
pasaba cerca de la guarida descubrió al
perrito y decidió llevarlo consigo a casa.

En pocas semanas, Junior se acostumbró a


vivir como un perrito callejero, pero con la
llegada del invierno, cada vez se hacía más
difícil conseguir comida y el frío era tan
intenso que el pobre perrito no podía dormir
en las noches.

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