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INFORME Nª 05 – E.R.C.P./ S.D.P.L.

/UPT

DE : ELIANA ROSA CONDORI POCCOHUACA

PARA : ABOG. EDGAR DANIEL ARIAS CUTIPA

ASUNTO : ANALISIS DE PRESCRIPCION Y CADUCIDAD DE LOS DERECHOS


LABORALES

FECHA : 24 de noviembre de 2019

I. OBJETO
En el presente Informe analizaremos sobre la prescripción y caducidad de los
derechos laborales en nuestra legislación Peruana, así como sus conceptos y plazos.

II. BASE LEGAL


 Ley que establece nuevo plazo de prescripción de las acciones derivadas de
la relación laboral LEY Nº 27321
 Casación Laboral No. 6763-2017 MOQUEGUA
 el artículo 2.1 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales
y Culturales (PIDESC),
 En el Derecho Laboral peruano la prescripción ha sido objeto de diversas
regulaciones a través del tiempo, así tenemos que la hoy derogada
Constitución Política de 1979 estableció en su artículo 49º que la acción de
cobro de remuneraciones y beneficios sociales prescribía a los 15 años,
posteriormente la Constitución Política de 1993 no legisló sobre plazo alguno
de prescripción para las acciones de naturaleza laboral, siendo que este plazo
recién fue establecido por la Ley Nº 26513 publicada en el Diario Oficial “El
Peruano” el 28 de julio de 1995 y recogido posteriormente por la Primera de
las Disposiciones Complementarias, Transitorias y Derogatorias del Texto
Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728 aprobado por Decreto
Supremo Nº 003- 97-TR, que reguló la prescripción extintiva de las acciones
derivadas de una relación jurídico-laboral, siendo que a su vez esta
disposición fue derogada por la Ley Nº 27022 publicada en el Diario Oficial
“El Peruano” el 23 de diciembre de 1998, la cual estableció que las acciones
por derechos derivados de la relación laboral prescriben a los dos (2) años
contados a partir del día siguiente en que se extingue el vínculo laboral, y
esta última disposición fue derogada por la Ley Nº 27321 publicada en el
Diario Oficial “El Peruano” el 22 de julio de 2000, que establece que las
acciones por derechos derivados de la relación laboral prescriben a los cuatro
(4) años contados desde el día siguiente en que se extingue el vínculo laboral.

III. ANTECEDENTES
La prescripción extintiva o liberatoria es el medio por el cual el transcurso del tiempo
unido a la inacción del titular del derecho extingue la acción, pero no el derecho
mismo. En otras palabras, la falta de diligencia del titular de un derecho de iniciar
acciones para hacerlo valer, hará que pierda la posibilidad de exigirlo.
En materia laboral existió la discusión sobre la aplicación de la prescripción extintiva
en tanto los derechos laborales poseen carácter alimentario, sin embargo, se admite
la misma al preferirse a la seguridad jurídica. Es evidente que un empleador no puede
ser un eterno deudor, y más bien debe castigarse la inacción del ex trabajador al no
requerir el pago de su acreencia.

La Constitución no fija plazo prescriptorio alguno, por lo que la jurisprudencia


aplicaba el plazo contenido en el artículo 2001 del Código Civil, de 10 años para las
acciones personales.

Luego, se generó una gran discusión sobre cuándo comenzaba a computarse el plazo,
pues la Ley N° 26513 del año 1995 señaló que la prescripción, fijada en ese momento
en 3 años, empezaba a correr desde que los derechos resultaban exigibles. La gran
pregunta consistía en determinar cuándo el derecho era exigible, si desde que el
trabajador cesaba o desde el día siguiente al vencimiento del plazo que tenía el
empleador para cumplir con su obligación. La jurisprudencia optó por lo primero.

Con la Ley N° 27022 y la Ley N° 27321, actualmente vigente, se zanjó la discusión


al señalarse que el plazo se computaba desde el cese del trabajador. En la actualidad,
la Ley N° 27321 dispone que el plazo es de 4 años. Este plazo se aplica a todo
beneficio laboral (Compensación por Tiempo de Servicios - CTS, vacaciones,
gratificaciones, utilidades legales, bonos, asignación familiar, horas extras, etcétera),
salvo al pago de la indemnización por despido arbitrario, cuyo plazo para interponer
la demanda en el Poder Judicial es de 30 días hábiles contados desde el despido. Este
último plazo se aplica a la demanda de reposición por despido incausado, fraudulento
o nulo, mientras que el plazo para demandar el pago de la indemnización por daño
moral es de 10 años, contados desde ocurrido el daño.

La prescripción extintiva también se regula en otros países de América Latina.


En Argentina, la Ley del Contrato de Trabajo indica que el plazo para plantear
demandas judiciales laborales es de 2 años, en Colombia de 3, desde su exigibilidad,
en Ecuador también son 3 años, pero desde el cese, mientras que en Chile son 2 y en
Uruguay 5 años, ambos contados desde que los derechos resultan exigibles.
Advertimos que el plazo de 4 años con que se cuenta en el Perú para ejercer la acción
judicial de cobro de beneficios sociales es razonable en comparación con otros países
vecinos.

IV. ANALISIS
A diferencia de lo que sucede en el ámbito de nuestro ordenamiento civil, donde, a
pesar de la meritoria labor jurisprudencial de aislar en cada caso los supuestos de
caducidad e interpretar la voluntad legal a través de la dicción de los artículos del
Código civil, persisten ciertas dudas sobre si la caducidad es algo realmente querido
por el legislador de dicho Código, en el Derecho laboral tales dudas desaparecen
totalmente cuando se constata que, una vez obtenida lo que podría llamarse una
versión laboral de la caducidad a través de la elaboración jurisprudencial centrada
intensamente alrededor de la acción por despido, "las normas laborales acogen
entusiásticamente la figura, introduciéndola expresamente en su articulado".
Precisamente, esta regulación específica en las normas laborales de un genuino
régimen jurídico de la caducidad, que parece contradecirse con el que sobre dicho
instituto han configurado la doctrina y la jurisprudencia civil, ha dado pie a que la
doctrina laboralista se pronunciase en diversos sentidos sobre las posibles diferencias
de régimen jurídico que puedan existir entre la caducidad laboral y la caducidad civil,
entendida ésta como figura general del ordenamiento jurídico.

El fundamento de la prescripción: la subjetiva'y la objetiva. La primera justificaría la


prescripción en la presunción de abandono o renuncia del derecho por la inercia del
titular y operaría como una especie de sanción a su negligencia y descuido en el uso
de sus derechos, mientras que la tesis objetiva hallaría el fundamento en el
mantenimiento de la estabilidad de las relaciones jurídicas, siendo su finalidad la
seguridad jurídica, que se consigue poniendo fin a la incertidumbre derivada del no
ejercicio del derecho.

La doctrina de nuestro país parece decantarse mayoritariamente por las tesis


objetivas. Así, para ALBALADEJO, "no es acertado fundamentar la prescripción en
el abandono presunto del derecho por su titular", porque "omisión hecha de la
voluntad de éste, el derecho prescribe porque objetivamente transcurrió el plazo
durante el que cabía imponerlo. Sólo inexactamente cabe decir que tal transcurso
permite suponerlo abandonado".

Si la doctrina laboralista es renuente a elaborar una definición conceptual de la


caducidad, aún se ha mostrado más parca a la hora de analizar los motivos que
inducen al legislador a establecer un plazo tan breve y perentorio para ejercitar un
derecho con tan radical eficacia extintiva sobre el mismo en caso de no realizarse en
la forma y tiempo legalmente fijados.

El único autor que ha tratado en profundidad el tema del fundamento de la caducidad


ha sido el profesor OJEDA AVILES, en su trabajo sobre "La asimilación por el
ordenamiento laboral de la caducidad de derechos". Para el citado autor el
fundamento de la caducidad legal será forzosamente algo diverso que el de la
prescripción. Así, tras rechazar las doctrinas que fundamentan la caducidad ya en la
conveniencia de que el derecho sea diligentemente ejercitado ya en la buena fe
contractual o incluso en la presunción de abandono por considerar que también la
prescripción puede ostentar fácilmente estos mismos fundamentos, llega a la
conclusión de que es la seguridad jurídica la exclusiva motivación de la caducidad,
que, además, "es quizá ésta una raíz que no puede predicarse de la prescripción", ya
que "si no hay automaticidad en la eliminación de posiciones jurídicas inocuas, si la
purificación del entramado jurídico se deja a la voluntad de los particulares, no cabe
hablar de defensa de la seguridad jurídica, puesto que la solución final sigue siendo
incierta hasta el mismo momento en que se oponga la excepción prescriptoria". Por
consiguiente, "la seguridad en el tráfico, la claridad en las posiciones jurídicas
detentadas, parece, pues, la causa diferencial de la caducidad".
V. CONCLUSIONES

Los derechos económicos laborales no son eternos, pues nuestra legislación ha puesto
un límite temporal para su cobro. Sin embargo, muchos desconocen esta situación y
ello ocasiona que numerosos empleadores terminen pagando sumas que pudo haberse
ahorrado si se hubieran acogido a la prescripción de sus obligaciones. Lo mismo
ocurre con numerosos trabajadores que por desconocimiento de la forma cómo se
computa y aplica la prescripción extintiva a sus derechos laborales, a veces no exigen
beneficios que les corresponden o terminan recibiendo menos de lo que hubieran
podido obtener.

VI. RECOMENDACIÓN

Los derechos humanos, como es el caso de los derechos laborales, no pueden verse
afectados por razón de legislación que tienda a disminuirlos o retroceder en lo
avanzado. La legislación que se busca modificar mediante la presente iniciativa,
corrige una situación que violenta el principio de progresividad en el ámbito del
derecho a poder accionar para el reconocimiento de derechos laborales esenciales
como es la remuneración y el reconocimiento efectivo de beneficios sociales.

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