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En el artículo 815 del Código Civil, establece que ¨Nadie puede obligarse a permanecer en el
estado de indivisión de bienes, y siempre puede pedirse la partición a pesar de los pactos y
prohibiciones que hubiera en contrario¨.
Este tipo de partición se encuentra estipulada en el código civil dominicano desde el artículo 1075
hasta el artículo 1080, este expresa que tanto el padre la madre u otro descendiente podrán hacer
la partición de sus bienes entre sus hijos y descendientes.
De esta manera se hace una repartición de bienes amigable entre familiares, en la mayoría de las
ocasiones se hace mediante testamento y se incluye los bienes poseídos hasta ese momento.
Tomando como punto de referencia el capítulo II del régimen de la comunidad del código civil en
los artículos 1399 y 1402, donde exponen que la comunidad empieza desde el día en que el
matrimonio se formaliza ante el juez de paz y que se reputa todo inmueble adquirido dentro del
matrimonio a menos que se demuestre que fue adquirido por uno de los esposos antes del
matrimonio.
La partición de comunidad por causa de divorcio la podemos encontrar en el código civil desde el
artículo 815 hasta el artículo 864, en el artículo 815 párrafo cuatro explica. Que la extinción y
división de comunidad es considerada después que la disolución del matrimonio por el divorcio ha
sido completada, si después de dos años después de la publicación ninguna de las partes asume la
condición de parte diligente para ser efectuada, cada conyugue conservara lo que tienen hasta el
momento.
La Partición Sucesoral.
Según lo establecido en el Código Civil Dominicano en su Art. 725.- Para suceder es preciso existir,
necesariamente, en el momento en que la sucesión se abre. Por consiguiente, están incapacitados
para suceder: 1ro. El que no ha sido aún concebido; 2do. El niño que no haya nacido viable.
El punto de partida de la apertura de la sucesión de una persona, es su muerte. El art. 718 del
Código Civil Dominicano así lo expresa de modo claro; inicia cuando muere la persona de quien se
heredará “decujus”, de ninguna manera antes. De modo que no se puede obtener algún bien
mediante vía hereditaria mientras viva quien conferirá el bien, a menos que así lo disponga
anticipadamente.
Efectos de la particion
Partición Amigable
El artículo 139 del Reglamento de los Tribunales Superiores de Tierras y de Jurisdicción Original de
la Jurisdicción Inmobiliaria, establece una definición referente a la partición amigable y este quiere
decir que se suscita una partición amigable cuando las partes en relación a un inmueble registrado
llegan a un acuerdo para poner fin a su estado de indivisión. Esta comprende desde los artículos
139 al 147 del citado Reglamento.
El artículo 142 del Reglamento de los Tribunales Superiores de Tierras y de Jurisdicción Original de
la Jurisdicción Inmobiliaria, detalla los anexos que debe tener la solicitud aprobación de partición
amigable para el apoderamiento por de la jurisdicción Inmobiliaria para ser presentada antes el
juez.
Partición Litigiosa
El artículo 138 del Reglamento de los Tribunales Superiores de Tierras y de Jurisdicción Original de
la Jurisdicción Inmobiliaria establece que la partición puede ser amigable, sin embargo, en el curso
de la misma se puede tornar litigiosa.
Mientras que el artículo 148 de este mismo reglamento hace referencia al artículo 822 del código
civil al referirse a que la competencia material será la jurisdicción ordinaria, en esta se
establecerán mediante decisión del juez o tribunal los derechos de las partes en cuanto a los
inmuebles resultantes.
Los jueces o tribunales conocerán la partición litigiosa como Litis sobre Derechos Registrado, el
cual es definido por la ley 108-05 como: “El proceso contradictorio que se introduce ante los
Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria en relación con un derecho o inmueble registrado”.
Desde el artículo 28 y siguientes de la ley 108-05 se encuentran contenido lo concerniente a la Litis
sobre Derecho Registrado donde expresa que los tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria son los
competentes.
El código civil de la República Dominicana, establece claramente el plazo y tiempo para que luego
de un divorcio usted pueda reclamar o iniciar un proceso de partición, y este pazo es: 2 AÑOS.
“La acción en partición de comunidad por causa de divorcio, prescribirá a los dos años a partir de
la publicación de la sentencia, si en este término no ha sido intentada la demanda. Se considerará,
que la liquidación y partición de la comunidad, después de la disolución del matrimonio por el
divorcio, ha sido efectuada, si dentro de los dos años que sigan a la publicación de la sentencia de
divorcio, ninguno de los cónyuges asume la condición de parte diligente para hacerla efectuar.
Cada cónyuge conservará lo que tenga en su posesión”.
A la fecha, se ha establecido dos (2) excepciones, que no aplica este plazo, que son:
B). Si el título de un inmueble, fue emitido en el momento en donde el adquiriente era casado, y
en ello figura su estado Civil de Casado, se considera que la otra parte es copropietario, por la cual
no existe plazo y se considera la titularidad siempre, aun pase el tiempo que sea del divorcio.
“en casos de inmueble registrado no existe prescripción y/o extinción”, es decir, siempre su
inmueble será suyo, independientemente del plazo que transcurra.
Para los demás bienes que forman parte de la comunidad, no se conoce ninguna excepción.
¿Qué pasa si no se realiza la separación en el plazo de los 2 años establecidos en el Código Civil?
Todos los activos y pasivos que puedan existir dentro de la comunidad y que este a nombre de uno
de los ex esposos, como es:
Acciones.
Vehículos.
Cuentas de bancos.
Certificados de inversión.
Recuerde que las deudas, formar parte de la masa común de un matrimonio, por la cual si usted
está reclamando activos, automáticamente entran los pasivos.
Estas son una de las razones de él porque se debe de formalizar el divorcio, luego de una
separación, ya que usted, aun no conviva con su esposo legal, todas sus responsabilidades
económicas, activos y pasivos, le son reclamable,
En lo que respecta a la suerte del pasivo definitivo de la comunidad, se reparte igualmente entre
los esposos o sus herederos, pero en el momento de la división pueden variar las reglas legales de
la contribución a las deudas. Pueden convenir, por ejemplo, que el marido soporte las tres cuartas
partes y la mujer una cuarta parte. Después de la disolución de la comunidad, los esposos son
dueños de establecer los estatutos que deseen en este sentido.