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Envejecimiento Prematuro
Envejecimiento Prematuro
Ante el aumento de la esperanza de vida, mantener hábitos saludables y evitar factores de riesgo se
torna fundamental, si queremos vivir mejor nuestra madurez.
El deterioro funcional que acompaña el envejecimiento puede posponerse manteniendo una vida física,
mental y social activa. Por tanto, el objetivo de los programas de promoción de la salud dirigidos a las
personas de edad avanzada, no consisten en prolongar la vida indefinidamente, sino, ante todo, en dar la
mejor vida posible a los años que le quedan a cada persona.
El envejecimiento saludable se define como el proceso de optimizar las oportunidades de salud física,
mental y social que permiten a la gente mayor participar activamente en la sociedad, sin padecer
discriminación y gozar de una calidad de vida buena e independiente.
La propuesta de una estrategia de promoción del envejecimiento activo y saludable gira en torno a diez
líneas:
Participación y soporte social, salud mental, entorno, nutrición, actividad física, prevención de las lesiones,
malos tratos, abuso de substancias adictivas (alcohol, tabaco), uso de medicamentos y problemas asociados
y servicios de prevención.
Ahora sabemos que se puede tener una buena vejez y vivirla con vitalidad. Esta labor depende de
cada uno, porque como bien se dice la vejez activa no sucede al azar.
El deterioro funcional que acompaña el envejecimiento puede posponerse manteniendo una vida física,
mental y social activa. Por tanto, el objetivo de los programas de promoción de la salud dirigidos a las
personas de edad avanzada, no consisten en prolongar la vida indefinidamente, sino, ante todo, en dar la
mejor vida posible a los años que le quedan a cada persona.
El envejecimiento saludable se define como el proceso de optimizar las oportunidades de salud física,
mental y social que permiten a la gente mayor participar activamente en la sociedad, sin padecer
discriminación y gozar de una calidad de vida buena e independiente.
La propuesta de una estrategia de promoción del envejecimiento activo y saludable gira en torno a diez
líneas:
Participación y soporte social, salud mental, entorno, nutrición, actividad física, prevención de las lesiones,
malos tratos, abuso de substancias adictivas (alcohol, tabaco), uso de medicamentos y problemas asociados
y servicios de prevención.
Ahora sabemos que se puede tener una buena vejez y vivirla con vitalidad. Esta labor depende de
cada uno, porque como bien se dice la vejez activa no sucede al azar.
El envejecer es un proceso natural a lo largo del ciclo de la vida. Todo organismo vivo nace y muere. Sin
embargo, encontramos una paradoja en lo referido a esta evolución natural:
La juventud no siempre ha de ir ligada a lo positivo (“estar bien”), ni la vejez a lo negativo (“estar mal”).
Y esta correspondencia no es del todo cierta: mientras vivimos, existen posibilidades de mejoras y cambios
positivos.
TIPOS DE ENVEJECIMIENTO
Dada la diversidad de envejecimientos los geriatras coinciden en clasificar la vejez en tres tipos:
Vejez normal: la que implica una serie de cambios graduales biológicos, psicológicos asociados a la edad,
intrínsecos e inevitables, que ocurren como consecuencia del paso del tiempo. Por tanto, una persona vieja
normal sería la que presenta la “media” de los parámetros correspondientes a su funcionamiento biológico,
psicológico y social.
Vejez patológica: aquella que cursa con alguna enfermedad y discapacidad asociada a cambios que no
son una parte necesaria del envejecimiento. Está confirmada la relación de a mayor edad, mayor
probabilidad de enfermar. La mayor parte de los programas para la “tercera edad” van dirigidos a este tipo
de vejez.
Vejez activa, satisfactoria, con éxito o competente: es aquella que cursa en las mejores condiciones
posibles con baja probabilidad de enfermar, con alto funcionamiento físico funcional, cognitivo y afectivo
y gran compromiso con la sociedad. Este tipo de vejez es la más deseable.
El lograr envejecer bien depende hasta un 75% de nuestros hábitos y de las oportunidades que nos
brinde nuestro entorno social. Envejecer bien lo logramos con cuatro fundamentos clave: