Análisis de Sinfonía en Gris Mayor de Rubén Darío

María Fernanda Cabrera Sosa

La métrica del poema está dada en treinta y tres versos dodecasílabos y rima cruzada

asonante. Al ser versos dodecasílabos, se pueden dividir en dos hemistiquios. Con dichos

hemistiquios se aplican las reglas en la última estrofa, en el verso 30 y 32, siendo que la final

del hemistiquio se encuentra una palabra esdrújula, por lo que las sílabas siguientes a la sílaba

tónica acentuada se cuentan como una sola y la métrica de verso dodecasílabo se sigue

conservando.

Tenemos también que las reglas de las palabras agudas a final del verso aumentan

una silaba más a la medida del verso, y encontramos esto en los versos finales de todas las

estrofas excepto la última; en los versos 4, 6, 10, 13, 15, 17, 19, 21, 23, 25, 27, 29, y 31.

Todos los demás versos, o son versos modelo y se cumple con la métrica gracias a las

sinalefas.

De acuerdo con la división de las estrofas tenemos los siguientes temas; en la primera

estrofa se trata primeramente la imagen del mar y del cielo; en la segunda estrofa del sol y

del viento. En la tercera estrofa se nos presenta el muelle y el marinero. A partir de la estrofa

cuatro comienza un tipo de descripción de la historia y la añoranza presente en el marinero,

su experiencia con el mar y el reconocimiento que se da entre el mar y el marinero. Podemos

poner como ejemplo la parte que refiere que la espuma marina reconoce su nariz roja, y

demás partes del cuerpo.

 Encontramos como tema el mar, y la presencia de una isotopía que nos refleja dicha

imagen; ondas, movimiento, el cielo, el viento marino, entre otros. Del verso 1 al 13 hay una

fuerte descripción del paisaje marítimo, para luego dar lugar a la presencia de un marino

(desde el verso 11) cuyas primeras acciones incluyen estar sentado, fumando su pipa en un

estado de añoranza a tiempos pasados y a un país brumoso.

Darío acostumbraba mucho darle personificaciones al lobo, así que encontramos al viejo lobo

personificando al marinero. Se habla de sus experiencias con el sol de Brasil y con los tifones

de mar de China, así como el reconocimiento del mar al marino, como ya se había

mencionado anteriormente.

En la estrofa seis se continúa describiendo un poco las acciones del marinero, que está

fumando y sigue recordando sus experiencias pasadas. Hay un cambio de ritmo y de escenas

en las estrofas siete y ocho, puesto que, de la remembranza y la añoranza, se pasa a un

escenario aun mas gris que el que se nos presentaba al inicio.

El ambiente se vuelve tan monótono y gris, que al referir que el lobo se duerme, no sabemos

si en realidad muere. “La siesta del trópico” es un verso presente en ambas estrofas. En la

ultima estrofa se presenta a la cigarra y al grillo, con guitarra y violín respectivamente, los

sonidos envuelven una escena tranquila, algo apagada y gris.