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ARTÍCULO 159. (CUOTAS DE LOS COPROPIETARIOS).

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I. Las cuotas de los copropietarios se presumen iguales, salva prueba
en contrario.
II. El concurso de los copropietarios, tanto en los beneficios como en las
cargas, está en proporción a sus cuotas respectivas.
Análisis

La nota característica de la copropiedad viene dada porque la coexistencia


sobre la misma cosa del derecho de propiedad de varias personas, obliga a
descomponer idealmente sus poderes sobre dicha cosa. Ello se consigue
mediante la atribución de cuotas partes a cada uno de los propietarios.
A este respecto el art. 393 CC afirma que "El concurso de los partícipes, tanto
en los beneficios como en las cargas, será proporcional a sus respectivas
cuotas".
De otra parte, establece el citado artículo en su párrafo segundo que dichas
cuotas "se presumirán iguales, mientras no se pruebe lo contrario". Por
supuesto que dicha regla es de carácter dispositivo y supletorio, en evitación de
imprevisiones. Pero no obsta en modo alguno a que los copropietarios (o los
copartícipes en la comunidad de bienes o derechos) lo sean en partes
desiguales.
La desigualdad de la cuota vendrá dada por el título adquisitivo (por ejemplo,
tres hermanos heredan partes desiguales, por estar uno de ellos mejorado, la
explotación familiar) o por las aportaciones realizadas en el momento de nacer
la situación de copropiedad. En este caso, tanto los beneficios como las cargas
serán proporcionales a sus respectivas cuotas.

ARTÍCULO 160. (USO DE LA COSA COMÚN).-Cada propietario tiene derecho


a servirse de la cosa común, siempre que no altere su destino ni perjudique el
interés de la comunidad, ni impida a los demás participantes usarla
según sus derechos. Puede asimismo ceder a otro el goce de la cosa dentro
de los límites de su cuota.

Uso de la cosa común.


El artículo 394 del Código Civil establece que “cada partícipe podrá servirse de
las cosas comunes, siempre que disponga de ellas conforme a su destino y de
manera que no perjudique el interés de la comunidad, ni impida a los
copartícipes utilizarlas según su derecho”. Por tanto, cada copropietario -
siempre que respete esos límites- podrá servirse y usar plenamente la cosa
común, con independencia de la cuota indivisa que le corresponda.
Este uso solidario no puede entenderse de un modo absoluto y para todo
supuesto, sino que será así siempre y cuando lo permita la naturaleza de la
cosa (sea indivisible o no) y dependiendo de las circunstancias personales y
materiales que concurran en cada caso.
Así a modo de ejemplo, cabe recordar que el Tribunal Supremo ha precisado
que la utilización de la finca por uno solo de los partícipes en la comunidad
hereditaria, excluyendo el goce o uso de los demás, es ilegítimo y procede el
desahucio por precario -SSTS de 16 de septiembre de 2010, 29 julio de 2013,
entre otras-

Sin embargo, en relación al uso de vivienda y cuando las circunstancias


personales impidan o desaconsejan el uso simultáneo por todos los
copropietarios, el Tribunal Supremo en sentencia de fecha 19 de febrero de
2.016, Rec. 676/2.015, ha fijado doctrina al considerar una formula justa
su uso por turnos, en concreto dice: “la aplicación por turnos de ocupación
con uso exclusivo por periodos sucesivos y recurrentes será considerada como
una fórmula justa aplicable a los casos de comuneros de viviendas cuando no
sea posible o aconsejable el uso solidario o compartido y la comunidad o algún
comunero así lo inste.”
ARTÍCULO 161. (DISPOSICIÓN DE LA CUOTA).-
Cada copropietario puede disponer de su cuota.
I. En cuanto a la hipoteca constituida por un copropietario se
estará a las disposiciones contenidas en el Libro V.

DISPOSICION DE CUOTA IDEAL Y DE SUS FRUTOS


En su afán de igualar ala copropiedad con la propiedad, el
legislador establece que elcopropietario no solo tiene derecho de uso y de
disfrute del bien, sino también delderecho de disponer. O sea de enajenar, gravar
su cuota ideal.El artículo 977 prescribe: cada copropietario puede disponer de su
cuota ideal y de losrespectivos frutos. Puede también gravarlos.La norma se
basa artículo 1.103 del códice, el artículo 950 del código mexicano; tambiénel
código español, en su artículo 397, permite los llamados actos de alteración
ydisposición del bien común.1.- El condueño tiene así un verdadero derecho
absoluto sobre su cuota ideal. Noobstante este atributo debe entenderse en
concordancia con lo que estipula el numeral971, 1° del código, según el cual l
iusabutendice
de los bienes comunes exige launanimidad. Se trata de una clara paradoja que
debe ser resuelta por el legislador.2.- Nosotros no cuestionamos esta norma
por cuestión ideológica, sino por técnicalegislativa. Eta bien que se fomente la
libre circulación de la riqueza, pero este principio nodebe colisionar con una
redacción adecuada. Indiscutiblemente es esta una faculta de lamayor trascendencia,
puesto que, por un lado, el copropietario singular puede disponer(enajenar) su
cuota ideal (esto es, la totalidad del bien, pues antes de partición no existeuna
cuota o parte material), mientras que, por otro, es exigible, para ser
ejercitado este,la unanimidad de las voluntades de todos los copropietarios (art.
971, 1°). He aquí uncontrasentido lógico, y que es fuente en la práctica de
innumerables e interminablesconflictos judiciales. Pero seamos justos; no es
solo nuestro código el que incurre en dichoyerro, se trata de un efecto de la
copropiedad romana.3.- De manera genérica, el código permite disponer
del bien, así como que puedagravarse. El código argentino es másexplícito:
permite laventa(art. 2.677) y no solo lahipoteca (art.678). respecto a esta
última, establece que cada uno de los copropietariospuede sustituir hipoteca
sobre su parte indivisa en un inmueble común, pero el resultadode ella queda
subordinado al resultado de la partición, y no tendrá efecto alguno en elcaso
que el inmueble toque en lote a otro copropietario, o le sea adjudicado en
licitación.4.- Pero obviamente, si bien un copropietario tiene la potestad de
disponer y gravarsu cota ideal (en buena cuenta la totalidad del bien), también
es cierto que los otroscoparticipes tienen el derecho de retracto en la venta a
un tercero (art. 1.599. 2°). O seaque esta potestad también está limitada

ARTÍCULO 162. (GASTOS DE CONSERVACIÓN).-


I. Cada copropietario debe contribuir a los gastos necesarios para
la conservación y el goce de la cosa común.
II. El cesionario tiene obligación solidaria con el copropietario cedente al
pago de los gastos debidos y no abonados por éste.
El copropietario puede liberarse de esta obligación renunciando a su derecho
Como dijimos al principio, este artículo consagra el derecho de cada comunero a la
conservación de la cosa o derecho común. La obligación de conservar no existe frente a la
comunidad como tal ente (1), en cuyo caso sería congruente que la obligación surgiera en
el mismo momento de nacer la necesidad. Pero no se puede afirmar que los comuneros
estén obligados a conservar la cosa común independientemente de los correlativos
derechos a exigir la conservación. Cualquiera de los comuneros puede preferir que la cosa
se deteriore a gastar en su reparación o conservación. Obviamente, todos los comuneros
pueden estar de acuerdo en que la cosa se deteriore y no gastar nada en ella. No tendría
sentido entonces hablar de una obligación incumplida (cuestión totalmente diversa la de la
función social de la propiedad, queda por ello al margen). De ahí deriva, a mi juicio, el
sentido de la expresión, a primera vista extraña, «derecho para obligar». Se trata de un
derecho individual del comunero tan resistente a los acuerdos de la mayoría como el que
resulta del artículo 397, de impedir toda alteración en la cosa común. Ambos derechos son
caras del mismo interés: mantenimiento del status quo de la cosa, o si se prefiere del
destino de la misma.
La obligación de contribuir a la conservación de la cosa no nace en el mismo momento en
que surja la necesidad, sino desde que cualquiera de los comuneros lo exija. Esto es lo
más congruente con los intereses de los comuneros y corresponde al tenor del artículo.
También me parece que resuelve más adecuadamente los problemas que puedan surgir
en cuanto a la determinación del sujeto obligado.

ARTÍCULO 163. (REEMBOLSO DE GASTOS).-El copropietario que por sí solo


ha soportado los gastos señalados en el artículo anterior tiene derecho a ser
reembolsado por los otros copropietarios en proporción a sus respectivas
cuotas.
ARTÍCULO 164. (ADMINISTRACIÓN).-
I. Todos los copropietarios tienen derecho a concurrir en la
administración de la cosa común.
II. En los actos de administración ordinaria son obligatorios los
acuerdos adoptados por la mayoría absoluta de los copropietarios
calculada según el valor de las cuotas. En caso de no llegar a
un acuerdo la autoridad judicial decide.
III. Los copropietarios deben ser previamente informados del objeto
de las deliberaciones a que se les convoque.
ARTÍCULO 165. (REGLAMENTO Y ADMINISTRACIÓN).-
I. Con el voto de la mayoría absoluta puede aprobarse un reglamento
para la administración ordinaria y el mejor goce de la cosa común.
De igual modo la administración puédase delegar a una persona
determinándose los poderes y obligaciones del administrador.
ARTÍCULO 166. (INNOVACIONES, ALTERACIONES Y ACTOS DE
DISPOSICIÓN).-Es necesario el consentimiento de todos los copropietarios
para realizar innovaciones y alteraciones en la cosa común así como para
celebrar con respecto a ella actos de disposición

El artículo 397 del Código Civil establece “ninguno de los condueños podrá, sin consentimiento de los
demás, hacer alteraciones en la cosa común, aunque de ellas pudieran resultar ventajas para
todos”, de manera que, para realizar alteraciones en la cosa común se requiere la unanimidad de todos
los partícipes, y ello, aunque resultase provechoso para la comunidad de bienes.

Si un comunero hace obras de mejora, el resto puede oponerse en el plazo de un año. Si no lo hace, podrá
el comunero que hizo las obras exigirles el resarcimiento de los gastos correspondientes.

En este punto, es importante tener en cuenta la ya clásica sentencia del Tribunal Supremo de fecha 20 de
junio de 1995 que concluyó que las obras realizadas por un comunero sin consentimiento del resto no
podían considerarse ilícitas porque se habían realizado, y cito textualmente “a vista, ciencia y paciencia
de las otras copropietarias que no se opusieron a la ejecución de las mismas”.

Ggggggggggggg
Copropiedad.- Dos o más personas son propietarios de un mismo bien indiviso.
Clases de copropiedad.- Puede darse por medio de una transferencia donde
los compradores somos varios o por sucesión.
a) Copropiedad ordinaria.- Los copropietarios más que bienes tienen derechos.
Ejemplo, 4 hermanos copropietarios cada uno del 25% donde no saben que
parte de la casa es suya, derecho de todo.
Por eso se habla de bienes, derechos y obligaciones.
b) Derechos y deberes.- Son los siguientes:
c) Derechos de disposición de su cuota parte.- Todos los copropietarios tienen
derecho a disponer de su cuota parte, no pueden obligar a vivir, la limitante
para enajenar es el derecho de prelación que tienen los otros copropietarios
(carta notariada y si no adquieren en 30 días se puede ofrecer a terceros).
d) Derecho de uso y disfrute de la cosa.- Tiene derecho a vivir y disfrutar del
bien (frutos civiles y naturales).
e) Derecho de conservación.- Todos los copropietarios de acuerdo a su cuota
parte deben asumir los gastos indispensables de deterioro.
f) Protección.- Si hay enajenación debe haber la voluntad de todos. Si uno no
quiere efectuar gastos de conservación en el momento de la venta se lo
descuenta.
Innovaciones, alteraciones y actos de disposición.- Una innovación es hacer un
baño por ejemplo, y una alteración es destruir un baño y construir un
dormitorio. Los actos de disposición se limitan al derecho de prelación de los
otros propietarios y luego recién a terceros.
La indivisión se acaba con la destrucción total. También por
concentración. También se pierde la propiedad por expropiación. También por
división material, porque si se divide cada quien tiene su parte y deja de existir
la copropiedad.
Medianería.- Barda que divide a dos propiedades.
Prueba de la medianería.- Son las siguientes:
a) Mediante título.- Se prueba medianería con documento inscrito en Derechos
Reales.
b) Mediante usucapión.- Se puede obtener por usucapión (10 años de uso).
c) Mediante presunciones.- Se presume barda de casa en la que viene
apoyada. Presumir es suponer.

Ggggggggg
ARTÍCULO 167. (DIVISIÓN DE LA COSA COMÚN).-
I. Nadie está obligado a permanecer en la comunidad y cada
copropietario puede pedir en cualquier tiempo la división de la cosa
común.
II. No obstante es válido el pacto para permanecer en comunidad por un
tiempo no mayor de cinco años; pero si median circunstancias
graves la autoridad judicial puede ordenar la división antes del
tiempo convenido.
III. Todo condueño tiene el derecho de pedir en cualquier momento la división de la cosa común,
tal y como establece el artículo 400 del Código Civil “ “Ningún copropietario estará
obligado a permanecer en la comunidad. Cada uno de ellos podrá pedir en cualquier
tiempo que se divida la cosa común”), o bien, en el caso de que se trate de un bien
indivisible, que se adjudique a uno mediante indemnización a los demás o se venda (artículo
404: “Cuando la cosa fuere esencialmente indivisible, y los condueños no convinieren en
que se adjudique a uno de ellos indemnizando a los demás, se venderá y repartirá su
precio”).
IV. Esta facultad de división es irrenunciable, aunque, el artículo 400.2 del Código Civil permite
que los comuneros pacten conservar la cosa común, pero eso sí, por un plazo máximo de 10
años. Caben las prórrogas, pero únicamente de forma posterior, por un máximo de 10 años de
nuevo. El pacto ha de ser acordado por todos los comuneros, y quien no lo haya acordado
podrá pedir la división en cualquier momento.
V. La acción de división deberá ejercitarse en juicio ordinario en que se demande al resto de los
comuneros en la que se pida la adjudicación de la finca a uno de ellos indemnizando a los
demás o la venta de la finca y el reparto del dinero. Hasta hace relativamente poco, la
ejecución de la sentencia y la venta de la finca en pública subasta planteaba algunos problemas
prácticos, puesto que la normativa existente en la LEC 1881 era notablemente insuficiente y
porque la regulación contenida en la LEC estaba pensada para un supuesto distinto, como era
la realización del bien para pagar a los acreedores. Esta laguna ha quedado subsanada al
regular la Ley 15/2015, de 2 de julio, de la Jurisdicción Voluntaria un procedimiento
específico de subasta voluntaria de bienes.
UUUU

La acción de división de cosa común lo que persigue es que cese el


estado de indivisión en el que se encuentra un inmueble
perteneciente a varios comuneros.

Vamos a ver en qué consiste la acción de división de cosa común.

Cuando un inmueble (piso, local, terreno, finca, etc.) pertenece a más de una persona en
propiedad, y una de ellas no quiere seguir con esa propiedad compartida, tiene a su
alcance la denominada acción de división de cosa común.

Por medio de este procedimieento se solicita del Juzgado que se extinga ese condominio,
bien mediante la adjudicación a cada uno de los propietarios (comuneros) de una parte
del inmueble en plena propiedadcuando la finca es DIVISIBLE, o bien cuando la finca es
INDIVISIBLE mediante la venta del bien y reparto de lo conseguido entre todos los
propietarios a razón de su participación.

EJEMPLOS de acción de división de cosa común:

A) Una finca rústica es propiedad de 4 personas. Una de ellas no quiere seguir en esa
situación de indivisión y solicita la división de la finca en 4 porciones iguales, ya que la
finca es divisible.

B) Un piso es propiedad de 3 personas. Uno de ellos no quiere seguir en comunidad con el


resto y solicita del Juzgado a la vista de que el piso es un bien indivisble (no puede
partirse en tres partes iguales), que se venda y se repartan el precio conforme a la
participación que cada uno tenía en la comunidad.

La acción de división de cosa común constituye un derecho indiscutible e incondicional


para cualquier copropietario y es de tal naturaleza que su ejercicio no está sometido a
circunstancia obstativa alguna, excepto cuando exista un pacto entre los
copropietarios para no disolver el condominio y conservar la cosa indivisa. Este pacto,
en caso de existir, no podrá superar los DIEZ AÑOS y podrá ser prorrogado por nuevo
acuerdo.

VI. ARTÍCULO 168. (COSAS NO SUJETAS A DIVISIÓN).-Los


copropietarios no pueden pedir la división de la cosa común si,
dividida, resulta inservible para el uso a que está destinada.
En cuanto a su naturaleza jurídica se ha declarado que es una simple facultad que nace y
renace en todo momento de la relación de comunidad y ha de considerarse subsistente
mientras la propia comunidad dure. Además, la acción de división, es un acto de disposición,
no de administración.
En efecto si la cosa no puede dividirse, porque al hacerlo pierde su identidad o desmerece su
utilidad económica, solo es posible la división (más bien la disolución de la comunidad)
aplicando las reglas del manual de condominios estamos ante la indivisibilidad funcional de la
cosa Por ejemplo, la rampa de entrada y el pasillo de acceso a los garajes pertenecientes a
distintos propietarios, rampa y pasillo sobre los que hay un comunidad formada por los
propietarios de los garajes; o el pozo que es propiedad de los dueños de varias fincas : en tal
caso , ni la división material, ni la ventana de la rampa o pasillos , o del posos , tiene sentido
alguno.

Formas; adjudicando la cosa a uno de los condueños que indemniza a los demás , o
subastándola y repartiéndose el precio

ARTÍCULO 169. (DIVISIÓN EN ESPECIE).-La división debe hacerse


precisamente en especie si la cosa puede ser dividida cómodamente en
partes correspondientes a las cuotas de tos copropietarios.
La división en especie procura terminar con el condominio y convertir las partes ideales de los
condóminos en fracciones materiales, generalmente equivalentes, lo cual no ocurre si alguno
recibe un bien de superior valor a su cuota, en cuyo caso debe compensar económicamente a
los demás. Así, con la división, en lugar de una parte a

La partición debe hacerse en especie. Esa es la regla que impone el art. 2374
CC yC, al punto que, de ser factible ese modo de dividir la cosa común,
ninguno de los copartícipes podría exigir su venta.

Pero si la división material no fuere posible —porque se trata


de una cosa que por sus especiales características no admite división (v.gr., un
anillo), o su división hace antieconómico el aprovechamiento de las partes (art.
2375 CC yC)—, se impone su liquidación o venta judicial (art. 2374 CC yC).

Interesa destacar que el CC yC ha reincorporado el instituto de la licitación —


suprimido del CC por la reforma de la ley 17.711— en el art. 2372 CC yC, que
dice: “Cualquiera de los copartícipes puede pedir la licitación de alguno de los
bienes de la herencia para que se le adjudique dentro de su hijuela por un valor
superior al del avalúo, si los demás copartícipes no superan su oferta…”.
Queda así conformado otro
ARTÍCULO 170. (COSAS INDIVISIBLES).-
I. Si la cosa común no es cómodamente divisible o si cuando su
fraccionamiento se encuentra prohibido por la ley o disposiciones
administrativas se la vende y reparte su precio.
Cualquiera de los copropietarios tiene derecho a pedir que la venta se haga en
pública subasta, y así se hará necesariamente cuando alguno de ellos sea
incapaz
Las situaciones de hecho que se subsumen en esta norma son aquellas en las
cuales existen varios fundos que utilizan en común elementos indispensables
para cada uno de ellos. Basta visualizar dos inmuebles que comparten un patio
o jardín, fuente de aire y luz, o una calle de entrada y salida de vehículos; en
caso de que algunas de las heredades se vieran privado de estos elementos,
quedaría encerrada.

Este condominio, no ha sido de frecuente aplicación en la práctica. Salvat cita


como ejemplos: pasillos, calles o callejones existentes para el servicio de dos o
más inmuebles; pozos o letrinas destinados al uso común, bebederos u obras
análogas; diques de contención o canales de desagües de fábricas o minas. En
sentido coincidente se expresan Valdés y Orchansky y Mariani de Vidal. Esta
última menciona pasillos, callejones, bebederos, pozos, canaletas de desagüe,
diques o represas que sirvan para el riego de diversos fundos, etc.
ARTÍCULO 171. (APLICACIÓN DE LAS REGLAS SOBRE LA DIVISIÓN DE
HERENCIA).-A la división de las cosas comunes se aplican las reglas
sobre la división de la herencia en lo que no se oponga a las
disposiciones del capítulo presente.

Fallece una persona dejando tres herederos en testamento a partes iguales, constando el
activo de la herencia de cinco fincas. Los herederos no se ponen de acuerdo en la
partición de herencia y uno de ellos quiere solicitar la división de cosa común, es decir,
no quiere seguir siendo copropietario junto con los demás en estos bienes.

Después de aceptada la herencia se procederá a la partición de herencia. El artículo


1057 Código Civil también se ha modificado cuando no se quiere partir la herencia.

ARTÍCULO 172. (COMUNIDAD DE OTROS DERECHOS REALES).-Las


reglas de la sección presente pueden también aplicarse, en cuanto sean
pertinentes, a la comunidad de otros derechos reales.

La comunidad es aquella situación jurídica que se produce cuando


la propiedad de una cosa o la titularidad de un derecho corresponde
en conjunto y proindiviso a varias personas.

Estamos ante un concepto que abarca una pluralidad de situaciones,


distintas, stricto sensu, de aquella en que el objeto de la figura es,
puramente, una cosa. La pluralidad de elementos subjetivos recae, no
necesariamente sobre una cosa en sentido jurídico, sino también
puede hacerlo sobre otra serie de derechos diferentes del de dominio.
Es, por tanto, la copropiedad o condominio una variante o especie,
aunque la más común, de una situación genérica, la comunidad, que
no se circunscribe solamente a ese caso.

Naturaleza jurídica. Independientemente de la naturaleza de


la división de la cosa común, se han mantenido diversas posturas en
cuanto a la naturaleza jurídica de la situación comunitaria que, a la
postre, se remiten al concepto y a la naturaleza jurídica de la cuota.
Así para explicar la comunidad se ha acudido a una teoría, conocida
fundamentalmente en tema de derechos subjetivos, como es la de
la interinidad. En ella, y partiendo de la base de que existe una
pluralidad de sujetos que se relacionan con una cosa, se llega a
la conclusión de que no hay un verdadero derecho de propiedad, sino
que éste, al estar condicionado por la pluralidad de sujetos, origina
una situación especial e interina que hace decaer el propio derecho.

Se trata, en suma, de una situación en la que concurren diversidad de


derechos y titularidades, lo cual hace decaer, no sólo la tesis anterior,
sino también aquellas que configuran la comunidad, bien como un
único derecho de propiedad del que son titulares varias personas, bien
como un conjunto de derechos igual al de personas o titulares que
existan.

Ciertamente existe una pluralidad subjetiva, pero ello no implica que


exista un único derecho, en la medida en que en la comunidad romana
hay facultades de disposición sólo de la cuota, ni que existan
tantos derechos como personas formen la comunidad, pues
las facultades que se deriven de la comunidad pueden
ser individuales, pero también las hay conjuntas, como se demuestra
en el propio C.C. cuando se regula la administración y mejor disfrute
de la cosa común (art. 398), y sobre todo cuando se plantea
la posibilidad de disponer de la cosa en su conjunto (art. 397).
La comunidad es aquella situación jurídica que se produce cuando
la propiedad de una cosa o la titularidad de un derecho corresponde
en conjunto y proindiviso a varias personas.

Estamos ante un concepto que abarca una pluralidad de situaciones,


distintas, stricto sensu, de aquella en que el objeto de la figura es,
puramente, una cosa. La pluralidad de elementos subjetivos recae, no
necesariamente sobre una cosa en sentido jurídico, sino también
puede hacerlo sobre otra serie de derechos diferentes del de dominio.
Es, por tanto, la copropiedad o condominio una variante o especie,
aunque la más común, de una situación genérica, la comunidad, que
no se circunscribe solamente a ese caso.

Naturaleza jurídica. Independientemente de la naturaleza de


la división de la cosa común, se han mantenido diversas posturas en
cuanto a la naturaleza jurídica de la situación comunitaria que, a la
postre, se remiten al concepto y a la naturaleza jurídica de la cuota.
Así para explicar la comunidad se ha acudido a una teoría, conocida
fundamentalmente en tema de derechos subjetivos, como es la de
la interinidad. En ella, y partiendo de la base de que existe una
pluralidad de sujetos que se relacionan con una cosa, se llega a
la conclusión de que no hay un verdadero derecho de propiedad, sino
que éste, al estar condicionado por la pluralidad de sujetos, origina
una situación especial e interina que hace decaer el propio derecho.

Se trata, en suma, de una situación en la que concurren diversidad de


derechos y titularidades, lo cual hace decaer, no sólo la tesis anterior,
sino también aquellas que configuran la comunidad, bien como un
único derecho de propiedad del que son titulares varias personas, bien
como un conjunto de derechos igual al de personas o titulares que
existan.

Ciertamente existe una pluralidad subjetiva, pero ello no implica que


exista un único derecho, en la medida en que en la comunidad romana
hay facultades de disposición sólo de la cuota, ni que existan
tantos derechos como personas formen la comunidad, pues
las facultades que se deriven de la comunidad pueden
ser individuales, pero también las hay conjuntas, como se demuestra
en el propio C.C. cuando se regula la administración y mejor disfrute
de la cosa común (art. 398), y sobre todo cuando se plantea
la posibilidad de disponer de la cosa en su conjunto (art. 397).

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