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ENSAYO SOBRE TEORÍA EDUCATIVA

Cuando hablamos de teoría educativa, nos referimos también por extensión a las
teorías acerca de la educación y sus autores, o teóricos, ya sea históricos o bien
contemporáneos. Para abordar la temática iniciaremos por dilucidar a que nos
referimos cuando hablamos de ella específicamente, diríamos que concebimos a
la teoría de la educación como aquella parte del conocimiento que es compartida
por diferentes teóricos de la investigación psicológica y educativa entre los cuales
se cuentan Jean Piaget (1952), Vygotsky (1978), David Ausubel (1963) y Jerome
Bruner (1960):

“Asume que todo conocimiento previo da origen a uno nuevo, además el


aprendizaje es un proceso activo, que cada persona modifica constantemente de
acuerdo a sus experiencias, tal como lo expresa Abbott (1999). Es decir, todo
aprendizaje supone una construcción que se realiza a través de un proceso mental
que implica la adquisición de un conocimiento nuevo, así como la posibilidad de
construirlo y adquirir competencias que le permitirá aplicar dicho conocimiento a
situaciones nuevas”. (slideshare)

Para el caso de nuestra materia de trabajo abordamos algunas de las más


importantes aportaciones históricas hacia el hecho educativo en las personas de
algunos educadores, si no por origen si por vocación, que ya se han vuelto
clásicos: Juan Amós Comenio, Juan Jacobo Rousseau, María Montessori y John
Dewey. Cada uno de ellos realizaron valiosas aportaciones, tanto a nivel de
pensamiento, en el caso de la totalidad, como prácticas por parte de algunos de
ellos, tal y como lo abordamos puntualmente en el transcurrir del curso-taller.

Refiriéndonos en específico a la ubicación de la materia en el campo del saber, la


primera interrogante que surge en los educadores en formación, o bien, al aplicar
lo aprendido es: ¿Constituye la materia educativa una Ciencia, de que carácter y
cuál es su lugar dentro del universo del conocimiento? Para responder a estas y
otras interrogantes habremos, antes de abordar de manera puntual algunas
aportaciones educativas de los autores comentados, clarificar estas dudas de
manera razonable y razonada en función de su importancia para nuestra práctica
cotidiana en los diversos niveles y modalidades del Sistema Educativo:

Una teoría científica se caracteriza por la siguiente conceptualización:


“Es un conjunto de conceptos, incluyendo abstracciones de fenómenos observables
y propiedades cuantificables, junto con reglas (leyes científicas) que expresan las
relaciones entre las observaciones de dichos conceptos. Una teoría científica se
construye para ajustarse a los datos empíricos disponibles sobre dichas
observaciones, y se propone como un principio o conjunto de principios para
explicar una clase de fenómenos.
Los científicos elaboran distintas teorías partiendo de hipótesis que hayan sido
corroboradas por el método científico, luego recolectan evidencia para poner a
prueba dichas teorías. Como en la mayoría de las formas del conocimiento
científico, las teorías son inductivas por naturaleza y su finalidad es meramente
explicativa y predictiva.
La fuerza de una teoría científica se relaciona con la cantidad de fenómenos que
puede explicar, los cuales son medidos por la capacidad que tiene dicha teoría de
hacer predicciones falsables respecto de dichos fenómenos que tiende a explicar.
Las teorías son mejoradas constantemente dependiendo de la nueva evidencia que
se consiga, por eso las teorías mejoran con el tiempo. Los científicos utilizan las
teorías como fundamentos para obtener conocimiento científico, pero también
para motivos técnicos, tecnológicos o médicos.
La teoría científica es la forma más rigurosa, confiable y completa de conocimiento
posible. Esto es significativamente distinto al uso común y coloquial de la palabra
"teoría", que se refiere a algo sin sustento o una suposición”.(Wikipedia)

Proponemos la cita completa, que aunque es larga y pudiera darse el caso de ser
interpretada como una muletilla de trabajo, no encontramos otra manera ad hoc
para explicitar las interrogantes planteadas, ya que mutilar el constructo nos
llevaría a parcializar el comparativo que luego ha de llevarnos a interpretar a la
teoría educativa como una más dentro del concierto de aquellos campos del
conocimiento a los que se pudiera categorizar como eminentemente científicos,
aún y cuando tengan finalidades que parecieran disociarse, por ello nada tan
cercano a nuestra preocupación que clarificar plenamente ambos conceptos como
una forma valida de hacerlos asequibles a la comprensión del lector:
Para dar cuerpo a la anterior aseveración a continuación rescatamos lo propio en
cuestión de la teoría educativa:

Paciano Fermoso, en su obra Teoría de la Educación, al tratar sobre la


epistemología de la teoría educativa, señala las dificultades para definirla debido a
la vinculación tradicional del concepto de teoría con las ciencias naturales y con
las funciones descriptivas y explicativas de hipótesis verificadas; dificultades que
se presentan un tanto en las ciencias sociales de las cuales la educación es una
parte. No obstante ello, sostiene que “La teoría de la educación es la justificación
teórica de las actividades prácticas del proceso educativo”. (FERMOSO, Paciano.
1981. P.105.)

Por ello entendemos por Teoría de la Educación el conjunto de proposiciones que el


hombre fórmula para describir, explicar, optimizar e incluso predecir el hecho o
fenómeno de la educación. Una teoría puede ser más o menos rigurosa según se
refiera a hechos de naturaleza científica, filosófica, tecnológica o de otro tipo, pero
en cualquiera de los casos es una forma o manera de describir y explicar la realidad
o los objetos ideales. La teoría educativa describe, explica y se proyecta sobre los
campos, objetos, sujetos y procesos educacionales. Su rigurosidad tiene que ver con
el hecho educativo considerado como ciencia, filosofía, arte o técnica. Como
ciencia, son proposiciones verdaderas, validadas y comprobadas; como filosofía,
son proposiciones fruto de reflexiones rigurosas que responden esencialmente al
para qué y al qué de la educación aunque se proyectan sobre toda la educación;
como arte son proposiciones que expresan la particular manera de percibir,
interpretar, valorar y expresar la educación; y como técnica, son proposiciones que
contienen normas y procedimientos que optimizan o limitan el desarrollo de la
educación.

Como es comprensible, tendremos la necesidad de hacer un comparativo de


estas posiciones para ubicar con exactitud la cualidad científica del campo
educativo y su amplia potencialidad al respecto, para ello tomaremos los
elementos de alineación que nos dan las razones de tal posicionamiento:
1. La teoría científica es un conjunto de conceptos, mientras que la educativa
lo es de proposiciones también de carácter conceptual;
2. Dice la teoría científica que su finalidad es meramente explicativa y
predictiva, en tanto la teoría educativa afirma que también intenta predecir
el hecho o fenómeno de la educación;
3. Las teorías son mejoradas constantemente dependiendo de la nueva
evidencia que se consiga y educacionalmente sus postulados son
proposiciones fruto de reflexiones rigurosas que responden esencialmente
al para qué y al qué de la educación;
4. La teoría científica es la forma más rigurosa, confiable y completa de
conocimiento posible. En el campo de la educación su rigurosidad tiene
que ver con el hecho educativo considerado como ciencia operativa.
Mediante estas cuatro muestras, deducimos entonces que, efectivamente, la
educación puede y debe ser considerada como una ciencia que tiene un lugar
preponderante en el campo cognitivo, pero con una labor mayormente titánica,
dada la materia de que dispone para su entramado de intervención.

Pero para una mayor afirmación de esta estrecha relación nos permitimos la
licencia de proponer una esquematización sociológica que abunde mayormente en
cuanto a la real dimensión científica de la asignatura en estudio, buscando con ello
consolidar el convencimiento pleno sobre la conveniencia de evitar toda
suspicacia de la posición científico –metodológica de esta ciencia en particular:
En el último apartado se aborda algo del pensamiento de Gramsci, al considerar a
la educación en el ámbito de lo social, pero partiendo de una premisa libertaria y
no solo afectivista a priori; el deduce que:
"este problema puede ser relacionado con el del planteamiento moderno de la
doctrina y de la práctica pedagógica, según la cual la relación entre maestro y
alumno es una relación activa, de interacciones recíprocas, por las cuales todo
maestro es al mismo tiempo alumno, y todo alumno maestro. . Esta relación existe
en toda sociedad en su conjunto y para cada individuo con respecto a los demás,
entre las clases intelectuales y las no intelectuales, entre los gobernantes y los
gobernados, entre las élites y los seguidores, entre los dirigentes y los dirigidos,
Por ello Toda relación de hegemonía es necesariamente una relación pedagógica y
se verifica, no sólo en el interior de un país, entre las diferentes fuerzas que lo
componen, sino en todo el campo internacional y mundial, entre grupos de
civilización nacionales y continentales".

Desde nuestro muy particular punto de vista, esta última cuestión reviste singular
importancia, dadas las discusiones actuales en el marco del reformismo a que
hemos estado sometidos, particularmente en el último año gubernamental, en
donde, desde la propia perspectiva filosófica oficial(al menos la histórico-
discursiva) se está a contracorriente del desarrollo histórico de la pedagogía
nacional, por mucho que con una retórica mediática avasallante se trate de
convencer al pueblo y educadores de lo contrario, mediando como pretexto un
sentido de calidad artificial cuyas bases parecen desmoronarse cuando se les
ubica en contextos reales. Realizando pues, al estilo leninista “un análisis concreto
de la realidad concreta”, observamos con preocupación, aquí sí, una peligrosa
bifurcación entre la teoría y la práctica, entre el discurso festivo y la realidad
lacerante, entre lo que se pretende y lo que puede resultar como reacción ante la
adversidad, no solo de carácter político educativo, sino más bien del sentido
común de ser, eminentemente sobrevivencial y peligrosamente reactivo.

Para consolidar nuestra particular orientación acerca de la asignatura en comento,


haremos una puntualización relacional a nivel de posicionamientos concluyentes
sobre el presente trabajo:
a) Toda teoría educativa que conlleve la rigurosidad indispensable ha
de pensarse también como una teoría científica;
b) Los pensadores en materia de educación que han devenido en sus
propios orientadores al nivel de la teoría y la práctica han de
concebirse como científicos socioeducativos;
c) Al comparar los elementos de la teoría científica con la de la teoría
educativa encontramos similitud entre ambas, si bien sus fines
parecieran diferentes, en realidad son complementarios y se
realimentan mutuamente;
d) Es importante conocer los diversos conceptos de las personas que
históricamente realizaron innovaciones y propuestas en el campo de
la educación, porque de ahí derivaremos un concepto de pertenencia
intergeneracional al relacionarnos con sus formas peculiares de
abordar el hecho educativo.

En forma ya muy personal e intrínsecamente ligado a mi propuesta de intervención


en el campo de la investigación áulica, motivo del presente espacio de formación,
las anteriores consideraciones son ampliamente pertinentes para la consolidación
de mi propuesta y la forma en que habré de abordar el tema de “La construcción
de comunidades de aprendizaje: alternativa para mejorar la calidad educativa
en contextos multigrado” ya que contiene un alto sentido relacional en el campo
humano, a partir de una metodología basada en la relación tutora personalizada, a
partir de un marco dialógico, preponderantemente entendido como un encuentro
entre personas que interactúan para construir juntos el conocimiento, involucrando
necesariamente a los alumnos, maestros, padres de familia y a las propias
localidades en un afán compartido por superar los retos del aislamiento, no solo
geográfico, sino eminentemente educativo y social.

PROFR. ISRAEL GAUCIN SALAZAR


Marzo de 2014

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