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QUÉ ES FILOSOFÍA
Antonio Orozco
Los sofistas decían que no existe el ser; que si existiera sería incomprensible
y si fuera comprensible sería incomunicable.
Platón, gran discípulo de Sócrates, dirá que los filósofos desean y buscan el
saber, como captación de la verdad. En cambio, los filodoxos sólo buscaban
opiniones, apariencias. Kant se lamenta de que muchos transforman la
filosofía en filodoxia, como si no pudiéramos alcanzar más que meras
opiniones sobre la realidad, y no verdaderas certezas.
Ahora bien, esta verdad o sabiduría que anhela el filósofo, ¿es mera
curiosidad? Evidentemente no. Por supuesto que hay una gran dosis de
curiosidad, de asombro, de admiración ante la existencia del cosmos. Pero si
buscamos el arjé -el principio de todas las cosas- no sólo es para admirarlo
sino para descubrir el sentido de la vida. Es decir, se trata de un saber qué
sentido tiene la existencia para poder vivir de modo adecuado a lo que
somos.
O sea, que hace 25 siglos estaban más o menos como hoy: con un gran
número de relativistas y escépticos, y unos cuantos que se esforzaban en
conocer y difundir la verdad de las cosas: del mundo, del hombre y de Dios.
¿Qué hay de la verdad, qué hay de la bondad, que hay de la belleza? ¿En
qué consiste la verdadera sabiduría? ¿Y la ética? ¿cómo debe ser mi
conducta para ser "autenta", para vivir con autenticidad humana...?
FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO
Como hoy: los escépticos abundan, los sofistas son legión y el materialismo
campea a sus anchas. A pesar de los 20 siglos de cristianismo.
Algo parecido hemos de hacer hoy, que vivimos en una época escéptica,
agnóstica y relativista que requiere, como insiste el Papa Juan Pablo II, una
nueva evangelización.
Para ello se requiere utilizar, como los primeros evangelizadores, todos los
medios sobrenaturales (oración, expiación), pero también todos los medios
humanos (trabajo). Es necesario afinar bien ese instrumento formidable que
es la razón para reconducir a nuestros contemporáneos al principio. Al
principio absoluto de todas las cosas (Dios), a los principios que rigen el
pensamiento correcto y a los principios éticos, que regulan el crecimiento de
la persona como tal, libre y responsable hacia la plenitud humana y
sobrenatural.
Una actividad intelectual que tiene 25 siglos de existencia, ¿no merece una
atención mayor por parte de los intelectuales?
¿Por qué nació? ¿por qué no ha cesado desde entonces?
CUESTIONES VITALES
RAZÓN Y FE
Para conocer a fondo a una persona es preciso que ella nos abra libremente
su alma, su mente, su corazón y nos revele lo que ahí acontece. Lo mismo
pasa con Dios. La razón puede descubrir que existe, a partir de la creación.
Pero ¿qué es y cómo es Dios en su vida íntima? Esto sólo podemos
conocerlo si Dios nos abre libremente su intimidad y nos revela lo que hay en
Él. Y esto sólo puede suceder por voluntad suya (si quiere, con absoluta
libertad) y de un modo sobrenatural. Esto es lo que ha hecho Dios a lo largo
de la Historia Sagrada, por medio de los patriarcas y profetas del Antiguo
Testamento y, finalmente por medio de Jesucristo, perfecto Dios y perfecto
hombre.
Pero hay cosas sobre Dios que podemos conocerlas sin necesidad de la
divina revelación: que Dios es nuestro primer principio y nuestro último fin, el
gran por qué de nuestra existencia, el fundamento y el sentido de nuestro
vivir.
Todo esto se desarrolla a lo largo de los cursos filosóficos. Pero vale la pena
advertir desde ahora que la filosofía, como saber racional que es, constituye
un instrumento inestimable para comunicarnos verdades de modo
rigurosamente racional con cualquier persona que admita alguna verdad y
confíe en alguna certeza. Con el escéptico absoluto nada se puede hacer si
no rezar.
Por otra parte, la fe, en la medida de lo posible, debe ser doctrinal, es decir,
bien fundada en sus principios sobrenaturales (los artículos de la fe) y en sus
principios racionales (los del conocimiento intelectual).
La Filosofía puede ser como un idioma común con el que, aún contando con
la diversidad de opiniones entre los mismos filósofos, cabe el diálogo, la
conversación comunicadora de conocimientos. Toda ciencia es un vehículo
de comunicación de verdades, una base sobre la que se puede hablar y
entenderse. Pues bien, la Filosofía puede ser la base sobre la que conversar
acerca de los grandes temas: el mundo, el hombre, Dios.
Antonio Orozco
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