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año LIV
mayo – junio 2014
núm. 321
«Evangelii gaudium».
Aplicaciones
e implicaciones litúrgicas
Editorial
El eco de «Evangelii gaudium» en la pastoral litúrgica
(Jaume Fontbona).............................................................. 235
Artículos
Dionisio Borobio
Implicaciones sacramentales de «Evangelii gaudium». 239
Jordi Latorre
El qué y el cómo de la homilía. Una experiencia del
Espíritu en el seno de la celebración litúrgica................. 255
Carlos María Galli
La fuerza evangelizadora de la piedad católica popular
en la Exhortación «Evangelii gaudium».......................... 269
Guillermo Rosas
La liturgia y los marginados.............................................. 299
Puntos de vista
Padres y pastores (Lino Emilio Díez Valladares)......... 311
La Exhortación «Evangelii gaudium» (Moisés Daniel
Pérez Díaz)......................................................................... 315
Joaquim Gomis y la renovación del lenguaje cristiano
(Josep Lligadas)................................................................. 325
Crónicas
Resplandezca la Iglesia de Dios (Juan-Miguel Ferrer
Grenesche)......................................................................... 335
Pérez, o sea que «la piedad popular es uno de los rasgos distintivos
de la espiritualidad y de la identidad católica de nuestros pueblos de
América Latina y El Caribe». Finalmente, el cuarto autor, el profesor
chileno Guillermo Rosas, se detiene en la acción solidaria que surge
del Evangelio anunciado y celebrado. Los pobres y marginados
ocupan un lugar preferencial para Dios y también en la teología
y en la vida del pastor Francisco. El profesor chileno subraya el
ejercicio de la caridad como una de las consecuencias de la liturgia,
pues la liturgia nos lleva a la vida y nos anima a poner en práctica
lo celebrado.
Además de estas cuatro interesantes aportaciones, este número
ofrece las habituales secciones de puntos de vista, crónicas y libros.
Con todo, desearía destacar el punto de vista dedicado a nuestro
querido Joaquim Gomis (†2013), escrito magistralmente por un
discípulo suyo, Josep Lligadas; pero también, en la línea de cola-
boradores latinoamericanos de este número, la aportación del
profesor nicaragüense Moisés Daniel Pérez Díaz, que nos ayudará
a comprender mejor Evangelii gaudium, pues se ha forjado desde
una Iglesia que desea ser «pobre y para los pobres».
Jaume Fontbona
8,50 €
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Phase 321 (2014) 239-253
Implicaciones sacramentales de
«Evangelii gaudium»
Dionisio Borobio
Resumen
Abstract
This article details the implications and applications that «Evangelii gaudium» has
in the celebration of the sacraments of the Church. The papal document is focused
on evangelization; but evangelization involves celebration, people participating,
persons taking part, need of inculturation… Therefore evangelization has an impact
on the sacraments.
10. Conclusión
Somos conscientes de que, en estas pocas páginas, no hemos reco-
gido ni todo lo que el papa ha dicho o escrito sobre los sacramentos;
y, menos aún, todo lo que piensa y nos vaya a comunicar sobre el
tema en un futuro.
Nuestra intención ha sido interpretar y aplicar lo que el papa nos
dice en Evangelii gaudium a la pastoral y celebración de la liturgia
y los sacramentos, destacando sus implicaciones más importantes.
Estamos convencidos de que nada de lo que es y sucede en la vida,
puede quedar al margen de la celebración. Celebramos con y desde
nuestra vida concreta, siempre enraizada en la vida de Cristo,
fuente, centro y culmen de nuestro ser y existir como cristianos.
Dionisio Borobio
Sacerdote oriundo de Bilbao, doctor en teología litúrgica y licen-
ciado en filosofía, ha dedicado su vida a la docencia de la liturgia y
de los sacramentos hasta su reciente jubilación como catedrático
de la Universidad Pontificia de Salamanca.
la música y el canto en
las celebraciones cristianas
Resumen
Abstract
The author offers some thoughts on what and how of such an important field of
Christian preaching, as an action of the Holy Spirit in the liturgical assembly and
the minister. The homily has its frame in biblical hermeneutics when it interprets
and updates the message of the Holy Scriptures with a catechetical purpose, in the
privileged context of the liturgical celebration. Hence the two functions of the
homily: exegetical and updater, the latter developed in the mysterical and experiential
level. Celebratory contexts determine the tonality and mode of each homily; without
neglecting brevity, clarity, simplicity and sympathy that characterize the homily,
because its conversational nature.
2. Homilía y catequesis
Jesús envió a los apóstoles a enseñar todo lo que él había mandado
para hacer discípulos suyos, bautizándoles en el nombre de la
Trinidad divina (cf. Mt 28,16-20). La Iglesia continúa el mandato
de su Señor por la evangelización y la catequesis. Por evangeliza-
ción entendemos el primer anuncio (kérygma, en griego anuncio
o pregón) del misterio cristiano que pretende suscitar la fe en
Jesucristo, moviendo a la conversión de vida y a la adhesión a la
comunidad eclesial, por medio del bautismo. Por catequesis (cate-
chesis, en griego, enseñanza) entendemos el proceso de formación
del cristiano, a partir de la escucha de la Palabra y de la celebración
de los misterios cristianos. Constituye la formación continuada
del cristiano, a lo largo de toda su vida. La praxis catequética es
variada en la vida de la Iglesia, de acuerdo con las circunstancias
en las que se desarrolla.
La catequesis catecumenal es aquella que forma al candidato
cristiano en vistas a la celebración de los sacramentos de la inicia-
ción cristiana: bautismo, confirmación y primera Eucaristía. La
catequesis sacramental, en cambio, prepara para la celebración de
los otros sacramentos cristianos: penitencia, unción de enfermos,
orden ministerial y matrimonio. Hay otras formas de catequesis no
ligadas a una celebración sacramental, como es la que se desarrolla
en el seno de los grupos de fe de adolescentes, jóvenes y adultos,
en las misiones populares, en los grupos bíblicos o formativos, etc.
Mientras que todas ellas preparan, o siguen la celebración de los
sacramentos, hay, finalmente, una catequesis que se desarrolla en
el seno de la celebración litúrgica y que, por ello, reviste un sentido
mistagógico, y es la homilía.
La homilía es la catequesis mistagógica. Es catequesis porque mira
a formar la fe y la vida de la comunidad cristiana y de sus miembros;
pues explica y actualiza la Escritura «inspirada por Dios y útil para
enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda
obra buena» (2Tim 3,16-17).8 Es mistagógica porque introduce en
12 Antes los curas predicaban siempre contra el baile y la moda, hoy lo hacen
siempre a favor del compromiso y el esfuerzo: «Queridos hermanos, tenemos
que…», «…debemos procurar que…», «…hay que…». Nuestras homilías
frecuentemente abusan de tonalidad ética, dejando en segundo término, o
incluso olvidando que la homilía también consuela, enseña, exhorta, y mueve
a la contemplación y al agradecimiento a Dios por él y por sus obras.
7. Homilía y conversación
El arte de la homilía es el arte de la conversación, como su mismo
nombre indica.13 Por ello la homilía no puede abandonar el modo
familiar y amical de la conversación. El modo discursivo nos lleva-
ría a componer sermones o discursos académicos –o populistas–,
ajenos al contexto litúrgico y a su finalidad catequética.
Breve, clara, sencilla y simpática son las cuatro características
de la homilía litúrgica. Las muchas palabras cansan incluso a la
asamblea más sufrida; por otra parte la psicología humana tiende
13 Cf. K. Spang, El arte del buen decir. Predicación y retórica (Dossiers CPL 95),
Barcelona: CPL 2002; T. Cabestrero, ¿Se entienden nuestras homilías? Necesidad
de un lenguaje más comunicativo (Dossiers CPL 97), Barcelona: CPL 2003.
14 Sirva como ejemplo la anécdota que san Juan Bosco señala entre sus
recuerdos: Apenas ordenado, en 1841, hubo de predicar en varias fiestas
patronales de su comarca natal, cerca de Turín. Preparó unos sermones que
buenas piezas retóricas, muy alabados pero poco comprendidos por el pueblo.
Un sacerdote amigo le aconsejó: «Abandone el lenguaje y el desarrollo del
tema según los clásicos, hable en dialecto o en italiano corriente, de forma
popular. Y más que doctos razonamientos, aténgase a ejemplos sencillos y
prácticos. Recuerde siempre que el pueblo entiende poco y que nunca se le
explican bastante las verdades de la fe»: «Memorias del oratorio» [31], en San
Juan Bosco. Obras fundamentales (BAC 402), Madrid: BAC 1995, 397.
La iglesia.
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Phase 321 (2014) 269-298
Resumen
Abstract
The author presents popular piety in the Apostolic Exhortation «Evangelii gaudium».
He points out the notes in the Exhortation intended to encourage a new pastoral
stage; he develops the ecclesiological framework of the subject, that is, the mission
of God's people in cultures; he discusses the valuation of popular piety that Latin
American Church has made from Puebla, and considers the evangelizing power of
popular piety in the papal document.
8 Cf. D. Fares, Papa Francesco è come un bambù. Alle radice della cultura
dell’incontro, Roma: Àncora 2014.
9 Cf. J. M. Bergoglio, Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo, Cla-
retiana: Buenos Aires 2013.
10 Cf. V. Fernández – P. Rodari, Il progetto di Francesco, Bologna: EMI 2014,
91-105.
adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea solo
receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un
nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados… Todo cristiano
es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de
Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misio-
neros», sino que somos siempre «discípulos misioneros» (EG 120).
Con todo el magisterio Francisco afirma que el pueblo peregrino
de Dios es el sujeto comunitario de la evangelización (AG 35, DH
13, EN 59, ChL 32, RMi 26). Pero esto no conlleva un proceso auto-
mático en cada bautizado. Señala la con-vocación eclesial. Pero toda
vocación debe ser cultivada y ejercitada: «todos estamos llamados
a crecer como evangelizadores» (EG 121). Hay que dejar que los
demás nos evangelicen sin postergar la propia misión a causa de
nuestras imperfecciones y límites. Por el contrario, se trata de que
«encontremos el modo de comunicar a Jesús que corresponda a la
situación en que nos hallemos» (EG 121).
Me gusta decir que lo que es de todo el pueblo de Dios corresponde a todos
en el pueblo de Dios. El pueblo de Dios es el gran sujeto evangelizador
(EG 111, 120) y cada fiel cristiano, desde su lugar, está llamado a ser
un protagonista activo de la misión (EG 121). Esta Exhortación no
es solo para los agentes pastorales organizados ni, muchos menos,
para los especialistas en teología pastoral, sino para todos los fieles
cristianos insertos en la tradición católica. Francisco expresa en
primera persona lo que todos estamos llamados a ser y hacer.
La misión… no es una parte de mi vida, o un adorno que me puedo
quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es
algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme.
Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que
reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de
iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la
enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que
han decidido a fondo ser con los demás y para los demás (EG 273).
La vocación misionera de los creyentes sencillos se expresa en
la comunicación de la fe de persona a persona (EG 127-129). Reto-
mando un párrafo de Pablo VI acerca del contacto personal (EN
46), Francisco se refiere a una forma de anuncio cotidiano: llevar
el Evangelio a las personas que tratamos. Esta predicación infor-
28 Cf. P. Trigo, En el mercado de Dios, un Dios más allá del mercado, Santander:
Sal Terrae 2003, 164-165.
con nuevas expresiones que son elocuentes. Puede decirse que «el
pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo». (DP 450; A 264).
Aquí toma importancia la piedad popular, verdadera expresión de
la acción misionera espontánea del pueblo de Dios. «Se trata de una
realidad en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el
agente principal» (Juan Pablo II, Ecclesia in Asia 21). (EG 122).
Francisco se remite a la valoración hecha por los papas de una
realidad que, en algún tiempo –¿todavía hoy?– ha sido mirada
con desconfianza y menosprecio. Cita como un signo de su reva-
lorización a la Evangelii nuntiandi, que explicaba que la «la piedad
popular “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y senci-
llos pueden conocer” y que “hace capaz de generosidad y sacrificio
hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe”» (EN 48).
Luego agrega el testimonio de Benedicto XVI que en Aparecida
señaló que se trata de un «precioso tesoro de la Iglesia católica»
que refleja «el alma de los pueblos latinoamericanos» (EG 123).
La piedad popular es la forma peculiar de vivir la fe de la mayoría de los
católicos en el seno de una cultura determinada, que transmite la fe por
cauces personales, familiares y sociales sin que ello menoscabe el
carácter personal y libre de la respuesta creyente. Como toda forma
de vida cristiana está llamada a crecer hacia la unión amorosa con
Dios. Por eso hay que atender las cautelas que expresa Francisco
en el número 70: evitar poner el centro «en formas exteriores de
tradiciones de ciertos grupos, o en supuestas revelaciones privadas
que se absolutizan»; advertir que «hay un cierto cristianismo de
devociones, propio de una vivencia individual y sentimental de la
fe, que en realidad no responde a una auténtica “piedad popular”»;
asumir que «en las últimas décadas se ha producido una ruptura
en la transmisión generacional de la fe cristiana»; considerar que
«hay un cierto éxodo hacia otras comunidades de fe»; reconocer
«la falta de acompañamiento pastoral a los más pobres… y nuestra
dificultad para recrear la adhesión mística de la fe en un escenario
religioso plural» (EG 70).
Sin perder la mirada realista, la Exhortación coincide con Apare-
cida al describir las riquezas que el Espíritu despliega en la «espi-
ritualidad popular» o «mística popular». Francisco cita el texto
de la Conferencia que dice que es «una verdadera espiritualidad
encarnada en la cultura de los sencillos» (EG 124, cita A 262). Ase-
vera con firmeza que en el acto de fe de los fieles hay que acentuar
más «el credere in Deum que el credere Deum» (EG 124). Francisco
se funda en la teología tomista del acto de la fe (ST II-II, 2, 2) que
muchos teólogos argentinos compartimos. El credere in Deum (creer
en dirección a Dios como el fin y el sentido de la vida), sostenido
en el credere Deo (creerle a Dios con una adhesión confiada), tiene
prioridad sobre el credere Deum (creer en Dios y en el contenido
revelado). El credere in Deum se perfecciona en el amare Deum, el
amor que une a Dios. Esta doctrina valora la entrega de la fe hecha
piedad filial y fraterna en los miembros humildes del pueblo de
Dios (EG 124).31
Solo la mirada de fe animada por el amor reconoce la riqueza
teologal de la piedad católica.
Para entender esta realidad hace falta acercarse a ella con la mirada
del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar. Solo desde la con-
naturalidad afectiva que da el amor podemos apreciar la vida teologal
presente en la piedad de los pueblos cristianos, especialmente en sus
pobres. Pienso en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo
enfermo que se aferran a un rosario aunque no sepan hilvanar las
proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada
en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda
a María, o en esas miradas de amor entrañable al Cristo crucificado.
Quien ama al santo pueblo fiel de Dios no puede ver estas acciones
solo como una búsqueda natural de la divinidad. Son la manifes-
tación de una vida teologal animada por la acción del Espíritu Santo
que ha sido derramado en nuestros corazones (cf. Rom 5,5) (EG 125).
La piedad popular es «una forma de ser misioneros» (EG 124
citando A 264). Las peregrinaciones a los santuarios son gestos que
testimonian la fe. En América Latina son un fenómeno espontáneo,
familiar y popular, distinto de lo que sucede en algunos países
europeos donde oficinas diocesanas organizan peregrinaciones de
Resumen
Uno de las preocupaciones del papa es el ejercicio de la caridad con los más pobres
y los marginados. Estos ocupan un lugar preferencial para Dios y también en el papa
Francisco. El artículo trata de adentrarnos en el pensamiento del pontífice respecto
a la atención a los pobres y marginados así como de asentar el ejercicio de la caridad
como una de las consecuencias de la liturgia, ya que la liturgia debe llevarnos a la
vida y a poner en práctica todo lo que se celebra.
Abstract
One concern of the Pope is the exercise of charity to the poor and outsiders. They
occupy a preferential place for God and the pope Francis. The article deals with the
thinking of the Pope concerning the care of the poor and outsiders, as well as settles
the exercise of charity as a consequence of the liturgy, since liturgy should lead to
life and put in practice all that we celebrate.
Padres y pastores
Lino Emilio Díez Valladares
1. El ministerio de la presidencia
La tercera edición del Misal, que tanto se hace esperar en su traduc-
ción castellana para España, vuelve a subrayar en su Ordenación
general del Misal Romano la importancia de cuidar el ejercicio de la
ministerialidad en nuestras celebraciones, destacando la figura reno-
vada, con su función propia, del sacerdote (u obispo) que preside.
La «nueva» figura del sacerdote según SC 33 es la del presidente
de la asamblea in persona Christi: «las oraciones que dirige a Dios
el sacerdote –que preside la asamblea representando a Cristo– se
dicen en nombre de todo el pueblo santo y de todos los circuns-
tantes». Conviene subrayar que el concepto no es nuevo, porque
ya aparece en el Nuevo Testamento y en los testimonios post-
apostólicos, aunque sea relativamente reciente su revalorización
(cf. LG 21, PO 6 y 13, OGMR 7, 10 y 11). Ordinariamente ya no
contexto que las explique y las haga cercanas, no que las aleje y
las convierta en una especie de argot semimágico para iniciados.
Recuerdo que Joaquim Gomis comentaba a veces que, cuando se
habla de «comunidad» sin mayor contextualización, mucha gente
pensará en la comunidad de vecinos; y si se habla de «ministerio»
mucha gente pensará en los responsables gubernamentales de
defensa o de asuntos exteriores...Y aún otra cosa. Estas que acabo
de citar son ejemplos indiscutibles de palabras y expresiones que
configuran el lenguaje cristiano. Pero en cambio hay otras que si
desaparecen no se va a perder nada importante...
Joaquim Gomis nos ha ayudado a todos, y ha ayudado a la Iglesia,
a realizar un camino que aun tiene muchos tramos por recorrer.
Habrá que recorrerlos.
Josep Lligadas
Doctor en teología y secretario del Centre de Pastoral Litúrgica.
Los sacramentos
de La iniciación cristiana
llibre
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Crónicas
Arturo Elberti estudia en este volu- desde sus raíces bíblicas y judías
men la historia de la liturgia latina. hasta el Concilio Vaticano II. En la
En una primera parte aborda el segunda parte del volumen trata la
aspecto histórico del culto cristiano liturgia desde una perspectiva teo-
El presente libro, traducido del del libro, el autor indica los prin-
inglés, muestra brevemente las cipios para una correcta reforma:
diferentes reformas litúrgicas que apertura al desarrollo y a la con-
ha habido a lo largo de la historia tinuidad de la tradición eclesial,
para centrarse en el estudio del unión a una tradición litúrgica obje-
movimiento litúrgico y la reforma tiva y mantener la continuidad
realizada antes del Concilio Vati- sustancial del rito.
cano II por el papa Pío XII. Al final
Pierangelo Ruaro, Glorificate Dio nel vostro corpo. Luoghi, gesti e canti
che danno forma a la fede, Torino: Elledici 2013, 143 pp.
Recordando que la liturgia se com- demasiado las palabras. Así, de
pone de palabras y gestos, Pieran- modo sencillo y breve explica los
gelo Ruaro analiza los principa- gestos del cuerpo, de la liturgia
les gestos litúrgicos, pues consi- en general, del año litúrgico, del
dera que en estos 50 años de vida espacio celebrativo, de la música,
postconciliar se han enfatizado de la muerte.
Este libro, traducido del inglés, del creyente tomando como ejem-
intenta devolver la centralidad que plo la vivencia de la Iglesia antigua
debe ocupar la liturgia en la vida donde la liturgia no era compren-
dida como un culto con un fin en sí Se producirá así una unión entre
mismo, sino como expresión, mani- liturgia, teología, espiritualidad y
fiesto, cumplimiento de aquello existencia personal de los fieles,
que la Iglesia cree y que constituye que permita a la liturgia ser partici-
su fe, como el lugar donde la Iglesia pación en el misterio divino.
toca la nueva vida del resucitado.
Este libro recoge algunos breves tan sus elementos históricos funda-
estudios sobre el lenguaje simbó- mentales que permiten descubrir
lico de la liturgia: posturas, accio- lo esencial de lo secundario y así
nes, objetos, vestidos, espacios comprender mejor su naturaleza y
litúrgicos. De cada tema se presen- significado.