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Lección 1

¿POR QUE FILOSOFIA?

Introducción:

¿Por qué estudiar filosofía en una Academia Ministerial? Es necesario que un


grupo de hombres que desea prepararse para el ministerio estudie filosofía? ¿Acaso
no nos advierte Pablo en Col. 2:8 que debemos tener cuidado con las “filosofías y
huecas sutilezas, [que son] según las tradiciones de los hombres”?

En el pasado estas preguntas no eran relevantes. Durante la Edad Media la


teología se consideraba como la reina de las ciencias, la disciplina que coronaba
todo el currículo; pero ésta reina tenía una dama de compañía llamada “Filosofía”,
y todo hombre educado procuraba entrenarse en ambas disciplinas.

Lamentablemente esa no es la situación actual en las universidades. El mundo


occidental desterró la teología de sus planteles como una disciplina irrelevante,
pero dejó a su dama de compañía en la corte.

Y en ausencia de su reina, sigue siendo la disciplina más importante de todo


currículo, porque la filosofía es la más fundamental de las disciplinas. No obstante,
la pregunta sigue en pie: ¿Por qué estudiar filosofía en esta Academia Ministerial?

Antes de pasar a responder esta pregunta, debemos dar un paso atrás y


preguntarnos ¿qué es la filosofía?

I. ORIGEN Y NATURALEZA DE LA FILOSOFIA:

En cierto modo, podemos decir que la filosofía nace de la capacidad de


asombro que tienen los hombres (el ejemplo del acto de magia). Vivimos en un
mundo asombroso, a la vez que nuestra existencia y participación en él es
asombrosa también.

La filosofía nace cuando el hombre comienza a hacer preguntas acerca de sí


mismo y el mundo que lo rodea. “Toda filosofía nace de la admiración”
(Platón). Y Aristóteles añade a esto: “Por el asombro comenzaron los
hombres… a filosofar”. Por eso alguien dijo que “Lo único que necesitamos
para ser buenos filósofos es la capacidad de asombro.”
Aunque la filosofía no tiene un único origen, aun así se puede decir que fueron
los griegos, alrededor del 600 a. C., quienes intentaron por primera vez dar una
explicación racional del mundo y sus orígenes.

Hasta ese momento los hombres sin la revelación de Dios habían tratado de
responder sus interrogantes a través de mitos (del gr. mithos – mentira).
Alrededor del 700 a.C. muchos de los mitos griegos fueron puestos por escrito
por Homero y Hesíodo, de modo que ahora podían ser discutidos.

Los primeros filósofos criticaron la mitología de Homero porque los dioses


descritos por él se parecían mucho a los seres humanos, y no siempre en su
mejor faceta: eran seres maleducados, inmorales y caprichosos. Por primera vez
se sugirió que tal vez fueron el producto de la imaginación humana.

Jenófanes (570-480 a.C.): “Los etíopes afirman que sus dioses tienen la nariz
chata y son negros. Los tracios a su vez, sostienen que los suyos poseen ojos
azules y cabellera pelirroja. Si se diera el caso de que el ganado, los caballos o
los leones fueran capaces de pintar y esculpir con la maestría con que lo hacen
los hombres, entonces los caballos pintarían sus dioses con forma de caballo, el
ganado, a su vez, con forma de ganado. Y todos darían forma a sus dioses a su
imagen y semejanza, cada uno a su manera” (cit. por B. Magee; pg. 16-17).

A partir de esa búsqueda de una explicación racional del mundo es que nace la
filosofía cuestionando dos asuntos básicos: la existencia y el conocimiento. Y
es el desarrollo de ese pensamiento a través de la historia el que estaremos
estudiando en estas clases.

Ahora bien, ¿qué es filosofía? Esta es una pregunta difícil de responder.


Etimológicamente hablando la filosofía es el amor a la sabiduría; pero el
significado de esta palabra ha sufrido muchas variaciones a lo largo de los
siglos.

Platón decía que el filósofo es “el que capta la esencia o realidad de las cosas,
en contraste con el que percibe solamente las sombras o apariencias” (W. C.
Young; Un Enfoque Cristiano a la Filosofía; pg. 16). Aristóteles, en cambio,
veía la filosofía como la ciencia universal. Para él todas las demás ciencias eran
ramas de la filosofía, de manera que un filósofo era aquel que poseía el más
extenso conocimiento.
Pero para fines de esta clase diremos que la filosofía “es el análisis crítico de
los conceptos fundamentales del inquirir humano, y la discusión normativa de
cómo los humanos deben pensar y actuar, así como también la descripción de la
naturaleza de la realidad” (IPCP; pg. 17).

También podemos definirla como “el intento de pensar racional y críticamente


acerca de las preguntas más importantes de la vida, con miras a obtener
conocimiento y sabiduría acerca de ellos. La filosofía puede ayudar… a formar
una verdadera cosmovisión, racionalmente justificada, esto es, un conjunto
ordenado de presuposiciones que uno cree, especialmente proposiciones acerca
de las preguntas más importantes de la vida” (PFCW; pg. 13).

II. LAS RAMAS DE LA FILOSOFIA:

A. Lógica:

Investiga los principios del razonamiento correcto. Trata con preguntas como:
¿Cuándo una conclusión ha sido derivada legítimamente de ciertas premisas y
por qué?

B. Epistemología:

Estudia el conocimiento y justifica creencias. ¿Qué es el conocimiento?


¿Podemos conocer realmente las cosas? ¿Cómo podemos conocer?

C. Metafísica:

Es el estudio del ser o realidad. ¿Qué significa que algo existe? ¿Cuál es la
realidad última de las cosas? ¿Qué es una sustancia? ¿Qué es una propiedad?

D. Axiología:

Es el estudio de los valores. La ética es una rama de la axiología, lo mismo que


la estética. ¿Qué queremos decir cuando afirmamos que algo está bien o está
mal, o que algo es hermoso o feo? ¿Podemos justificar nuestros valores en esas
áreas?

III. RAZONES PARA ESTUDIAR FILOSOFIA: (*)

A. La filosofía es una ayuda en la tarea apologética:


La apologética es la labor de proveer una defensa razonada del teísmo cristiano,
rebatiendo las objeciones que se levantan contra el mismo y ofreciendo
evidencia positiva a su favor (1P. 3:15; Judas 3).

B. La filosofía ayuda a la iglesia en su labor polémica:

Mientras la apologética envuelve una defensa del teísmo cristiano, la polémica


es la tarea de criticar y refutar las visiones alternativas del mundo.

C. La filosofía es una expresión central de la imagen de Dios en nosotros:

Una de las características incluidas en la imagen de Dios en el hombre es la


capacidad de envolverse en razonamiento abstracto, especialmente aquellos que
tienen que ver con asuntos éticos, religiosos y filosóficos. Dios es un Ser
racional e hizo al hombre un ser racional.

D. La filosofía permea la teología sistemática y le sirve de ayuda en muchos


sentidos:

La filosofía nos ayuda a clarificar los conceptos de la teología sistemática. Por


ejemplo, por medio de la filosofía podemos mostrar que las doctrinas de la
Trinidad y la de la encarnación no son contradictorias; o puede arrojarnos luz en
lo tocante a la naturaleza de la libertad humana.

De igual modo la filosofía nos ayuda a extender la enseñanza bíblica en áreas


donde la Biblia no es explícita (en temas como la eutanasia, la inseminación
artificial, etc.).

E. La disciplina de la filosofía puede facilitar la disciplina espiritual del


estudio:

El estudio es en sí mismo una disciplina espiritual. El estudio de la filosofía nos


ayuda a desarrollar ciertas habilidades que nos ayudarán en el estudio de otras
disciplinas: poner un asunto en su contexto, resolver problemas, aprender cómo
pesar una evidencia o eliminar los factores irrelevantes, cultivar la habilidad de
ver distinciones importantes en vez de confundirlas.

Por otra parte el estudio de la filosofía ayuda al desarrollo de ciertas virtudes y


valores: el deseo por la verdad, la honestidad con el manejo de los datos, la
apertura al criticismo, etc.
“Filosofía es la actividad de pensar claramente acerca de asuntos de importancia
fundamental. El estudio de la filosofía nos ayuda a distinguir entre un buen
razonamiento y uno malo, ayuda a clarificar, evaluar y justificar creencias, y
nos asiste en desarrollar una cosmovisión que traiga orden y significado a
nuestras experiencias.”

“Por cuanto la filosofía desarrolla la habilidad de pensar claramente, resolver


problemas, comunicar persuasivamente, y responder a nuevas situaciones en
formas creativas y flexibles, esta contribuye a vivir bien y hacer un medio de
vida. Las habilidades aprendidas en filosofía no solo contribuyen a la
satisfacción personal, sino que son valiosas también en cualquier carrera
profesional” (La Naturaleza de la Filosofía; Una Carta Abierta de la Facultad
del Departamento de Filosofía de la Universidad de Baylor;
http://www.baylor.edu/philosophy/index.php?id=17505).

F. La disciplina de la filosofía contribuye a fortalecer la confianza de la


comunidad cristiana en general:

Hace poco más de cien años la Iglesia de Cristo enfrentó uno de los más
grandes ataques intelectuales en toda su historia, tanto de parte del naturalismo
(y su engendro, el evolucionismo) como de parte de los teólogos liberales.

Pero en esa ocasión, a diferencia de otras épocas pasadas, “En vez de responder
estos ataques con un vigoroso contraataque intelectual, muchos creyentes
albergaron suspicacia hacia todo tipo de asunto intelectual” (Moreland; Love
Your God with All your Mind; pg. 24).

Cuando una situación similar ocurrió en los primeros años de la Iglesia, los
apologistas dieron respuestas contundentes que afianzaron la fe de los
hermanos que no poseían la capacidad para responder tan contundentemente a
esos ataques culturales e intelectuales.

Como bien señala John G. Pager: “Ya sea que los apologistas persuadieran o no
a los críticos paganos a revisar su visión de los cristianos como unos tontos
iliteratos, ellos tuvieron éxito en proyectar para el grupo como un todo una
favorable imagen de sí mismos como la encarnación de la verdadera sabiduría y
piedad… Lo que sea que podamos decir acerca del propósito expreso de estos
apologistas, su función latente no era tanto la de cambiar la imagen pagana de
los cristianos como prevenir que esa imagen fuera interiorizada por los mismos
cristianos” (cit. por PFCW; pg. 16).
F. La disciplina de la filosofía es absolutamente esencial para la tarea de
integración:

“Integrar significa combinar o formar un todo. En este sentido, la integración


ocurre cuando nuestras creencias teológicas, enraizadas primariamente en las
Escrituras, son combinadas y unificadas con proposiciones juzgadas como
racional a partir de otras fuentes, en una cosmovisión cristiana coherente e
intelectualmente adecuada” (PFCW; pg. 17).

Esta integración ocurre al menos de tres maneras distintas. En primer lugar, la


comunidad de creyentes necesita extraer de todas las áreas del conocimiento
para formar una cosmovisión cristiana integrada que sea consistente con las
Escrituras.

En segundo lugar, el cristiano debe madurar al punto de que llegue a ser una
persona integrada, no fragmentada (un cristiano no puede creer una cosa en la
iglesia y otra en la oficina).

Y finalmente, cuando el evangelio confronta una nueva cultura, la teología


cristiana debe ser relacionada con esa cultura de manera que sea sensible a ella
y fiel a la Escritura.

Estas son algunas de las razones de por qué la iglesia siempre había visto la
filosofía como una disciplina de estudio necesaria.

C. S. Lewis dice al respecto: “Ser ignorante y simple ahora – no ser capaces de


enfrentar los enemigos en su mismo terreno – sería deponer nuestras armas, y
traicionar a nuestros hermanos no educados quienes, después de Dios, no tienen
otra defensa que a nosotros contra los ataques intelectuales de los paganos. La
buena filosofía debe existir, si no es por otra razón, porque la mala filosofía
necesita ser respondida” (cit. por PFCW; pg. 17).
______
(*) Tomadas de PFCW; pg. 14-19.

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