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El Nacionalismo reaccionario y el golpe del 30’

Durante los años que van desde 1912 a 1922 comenzaron a gestarse una serie de acontecimientos que conmovieron
profundamente la seguridad psicológica de las élites liberales conservadoras y que comenzaron a convertirse en el caldo
de cultivo de un nacionalismo reaccionario y antidemocrático.

Durante esta etapa se manifiesta una “mentalidad defensiva”, es decir un pensamiento difuso que solo atina a
reaccionar y “defenderse” de las cosas que ve como malas o nocivas para sus intereses tradicionales, aunque no alcanza
a determinar cuál es el verdadero motivo de sus preocupaciones, ni el modo de resolverlo. Esta “mentalidad” termina
decantando en una serie de imprecisiones, y contradicciones que ven en el opositor ya no a un competidor digno de
respeto o con quien discutir ideas, sino a un enemigo a quien debe exterminarse pues es el causante de todos los males.
El primer acontecimiento que desata esta “mentalidad defensiva” llegó con la sanción de la Ley Sáenz Peña la cual
colocó al conservadurismo por primera vez en la historia ante el trance de tener que enfrentarse a una autentica
consulta popular. Sin herramientas para hacer frente a los nuevos tiempos “democráticos” los conservadores confiaron
únicamente en su autopercibida capacidad para gobernar el país y no intentaron mejorar su relación con el pueblo
votante, ni mejorar sus propuestas para crear un país más inclusivo. El resultado fue que, si hasta 1915 el 60% de los
diputados pertenecía a la clase alta, después de 1916 este sector se redujo al 35%.

La indignación campeó entre los conservadores que fueron incapaces de comprender que no habían sido elegidos. En su
propia visión ellos eran los únicos capacitados para goberar el país y si la eección había sido adversa no podía ser
consecuencia de sus errores, sino por estrategias impúdicas e inmorales de sus oponentes. Fue esto lo que estuvo detrás
del desarrollo de una feroz campaña difamatoria contra el presidente y su partido manifestando una sorprendente
arrogancia clasista e incluso racista. El diario La Nación clamaba por la “exclusión deliberada y despectiva de las zonas
superiores de la sociedad (…) y los connubios con las multitudes inferiores” mientras Carulla veía en el radicalismo una
mera “ola de demagogia”. Progresivamente aparecieron así curiosas reflexiones en las filas conservadoras donde se
planteaba la “revisión” de la Ley Saenz Peña pues sus consecuencias (que ellos quedaran fuera del poder) les parecían
lamentables.

En este ambiente de ideas cada vez más antidemocráticas, la llegada de Alvear al gobierno fue un período de reducción
de tensiones, pues Alvear (aunque radical) era un miembro de la aristocracia argentina y como tal evitaba la
identificación directa que el conservadurismo hacía del radicalismo con la “chusma” y las “multitudes inferiores”. Sin
embargo el suspiro duraría poco pues a la exagerada (e infundada) confianza en la restauración alvearista siguió
rápidamente un aún más exagerado temor al posible retorno de Yrigoyen. Cuando la UCR finalmente lanzó la
candidatura presidencial del viejo caudillo la reacción superó las expresiones más descabelladas e iracundas entre los
círculos de la clase alta argentina: se aludía a la “vuelta del malón”, la “esencia del candombe”, la “tiranía del
populacho”, de los “degenerados” o “negros” mostrando asi una abierta y desatada campaña antiyrigoyenista.

La aplastante victoria electoral de Yrigoyen aumentó considerablemente el volumen de las críticas conservadoras a la
Ley Sáenz peña y no fueron pocos quienes exigieron el retorno al voto cantado. La democracia, evidentemente fallaba,
pues un retorno de Yrigoyen al poder era impensado. El escritor Leopoldo Lugones, furioso antiyrigoyenista declaró en
1929 que :

“El partido radical ha hecho pues la revolución y la Constitución está derogada por él con el consentimiento expreso del
pueblo (…) El pueblo, al consentirlo y ratificarlo (…) reemplazando el concepto normal de la elección por la idea
revolucionaria del plebiscito, nos ha desobligado de la fidelidad de la Constitución. Esta norma gubernativa ha
desaparecido”.
Lugones finalmente se atrevía a tocar un delicadísimo nervio de la tradición liberal conservadora de 1880. Para él (y
buena parte de los conservadores) El curso de los acontecimientos, había puesto de relieve que la Constitución estaba
equivocada si evitaba que la aristocracia conservadora mantuviera el poder y por eso ya no era necesario acatarla.

La Segunda Presidencia de Yrigoyen

Bajo las circunstancias mencionadas, la victoria de Yrigoyen fue aceptada con indisimulable “repugnancia” por parte de
los conservadores (ex PAN, o Antipersonalistas) ya embarcados en una clara transformación ideológica. Antes de
iniciarse formalmente el segundo gobierno yrigoyenista, la estrategia estaba clara: una cerrada oposición habría de
manifestarse en todos los ámbitos controlados por el conservadurismo, desde lo político (controlaban el senado y
algunas provincias), lo social y lo cultural. Yrigoyen y sus partidarios no debían prosperar.

Yrigoyen asumía su gobierno con 77 años, debilitado física y emocionalmente y con una desconfianza general
acrecentada durante los últimos años. Al momento de asumir su segundo mandato, los objetivos que persiguió fueron
los mismos que había impulsado durante el primero y también utilizando los mismos modos: exigía revisar cada decisión
ministerial personalmente y alternaba las tareas de gobierno con entrevistas de tipo social y recepciones de todo tipo.
Los pasillos de la casa de gobierno se poblaban de largas filas en que se mezclaban simples correligionarios de comité
con ministros esperando la tan ansiada entrevista con el mandatario. La diferencia radicaba ahora en la marcada
disminución de la capacidad laboral del ya anciano Presidente, lo que hacía que los despachos se amontonaran durante
días o semanas y hasta la mínima decisión de ocupar cargos vacantes podía llevar meses.

Pronto la prensa antiyrigoyenista atacó cerradamente el marcado “personalismo” del mandatario que impedía el normal
funcionamiento de las instituciones. Se denunció que Yrigoyen estaba incapacitado para ejercer el mando, que padecía
demencia y que su falta de aptitudes hundiría al país. Estos ataques a la figura presidencial fueron elevando el tono
hasta volverse en insultos y francas descalificaciones al primer mandatario que, en contrapartida, prefería no responder
los agravios.

Mientras el gobierno de Yrigoyen caía cada vez más en una lentitud pasmosa, las condiciones políticas y sociales se
agravaban a pasos acelerados. En 1929 estalló la Crisis de Wall Street que sumió al mundo en una debacle económica sin
precedentes, y nuestro país no fue la excepción. Nuevamente la prensa hizo el centro de todas las críticas en la supuesta
corrupción y la inoperancia del viejo mandatario. Poco a poco el constante bombardeo mediático contra la figura de
Yrigoyen comenzó a hacer efecto en la población, que comenzaba a sufrir los efectos de la crisis.

Los militares

Los militares, no eran ajenos al convulsionado plano de ideas que el país atravesaba desde 1912. La mayoría de sus
oficiales, pertenecían a las clases altas y compartían con ellas la idea general de que la democracia había fallado, de que
era un sistema político imperfecto que solo permitía la demagogia, la corrupción y la inmoralidad y que era necesario
reemplazarla por un gobierno de orden y autoridad.

Hacia fines de 1929 con el país inmerso en una profunda crisis económica y social, e inmerso en un clima de ideas
enrarecido, comenzaron a llevarse a cabo reuniones entre políticos conservadores, antipersonalistas y miembros del
ejército con el fin de organizar una conspiración militar que acabara con el flagelo del radicalismo. En los primeros meses
de 1930 los grandes medios de prensa reiniciaron su campaña de desprestigio contra el gobierno de Yrigoyen, se
sucedieron manifestaciones de desocupados y estudiantes y se multiplicaron los pedidos de renuncia para el presidente.
El 5 de Septiembre Yrigoyen, visiblemente deteriorado y enfermo pidió licencia y delegó el mando en su vicepresidente.
El momento parecía propicio para iniciar la Revolución.
El General José Félix Uriburu, ultranacionalista de derecha, y simpatizante del fascismo italiano, encabezó un
levantamiento el día 6 con los cadetes del Colegio Militar de la Nación. En su marcha hacia la Casa de Gobierno tuvo
escasa resistencia y en horas de la tarde logró que tanto el Vicepresidente Martinez como Yrigoyen, firmaran la renuncia
a sus cargos. El golpe se había consumado.

El Gobierno de Facto

Luego de la renuncia de Yrigoyen, el General Uriburu encabezó un gobierno provisional, disolvió el Parlamento y nombró
nuevos ministros. El 10 de Septiembre de 1930 la Corte Suprema de Justicia de la Nación (integrada por hombres
vinculados a la aristocracia) legalizó la toma del poder por medio de una acordada que dictaminaba que el gobierno
provisional era un gobierno de facto cuyo título no puede ser legalmente discutido en cuanto ejercitaba la función
administrativa y política derivada de su posesión de la fuerza. Por lo tanto los hechos adminsitrativos, de gestión o de
gobierno que el nuevo mandatario o sus ministros tomaran, tendrían valor legal. Uriburu quedó asi al mando del país y
se preparó para llevar a cabo una verdadera Revolución.

ACTIVIDADES

1. ¿Cómo puedes definir con tus palabras la “mentalidad defensiva”? ¿Puedes mencionar ejemplos en la
actualidad de este tipo de “mentalidad” en otros ámbitos de la realidad?

2. ¿Qué efecto generó la “ley Sáenz Peña” y como reaccionaron los conservadores a ese nuevo desafío?

3. ¿Por qué motivo la actitud de las elites conservadores fue distinta en relación al gobierno de Alvear? Y
¿Cómo reaccionó ante la candidatura para la segunda presidencia de Yrigoyen?

4. ¿Cuál fue la estrategia asumida por los conservadores ante la llegada de Yrigoyen al poder y como se
manifestó?

5. ¿Qué conclusiones puedes sacar sobre la cita de Lugones en relación al concepto de pueblo y
Constitución?

6. ¿Qué cosas crees complicaron la gestión de Yrigoyen durante su segundo mandato y como fueron
explotadas por sus opositores?

7. ¿Qué características puedes mencionar sobre el ejército en los años previos al golpe del 30?

8. ¿Por qué crees que es importante la “acordada” de la Corte Suprema de la Nación y que repercusión
tuvo en la sucesión de golpes de estado que sufrirá nuestro país en el siglo XX?
Elites Liberales
(1912-1922)

Acontecimientos

Ley Saenz Peña Primera Guerra


Mundial

Crisis Modelo
Victoria Radical
Económico

Mentalidad Defensiva
Culpa a otros de sus errores

Radicalismo Personalista
(Movimiento Popular)

Inmorales Corruptos Demagogos

Victoria de Yrigoyen 2° Mandato

Democracia No funciona “Constitución Derogada”

Conservadurismo reaccionario

Militares: Prensa y Medios de comunicación: Crisis Económica de


-Misma Clase social -Misma Clase Social 1929
-Porponen Orden y Autoridad Mejores Hombres de la Sociedad fuera del -Corrupción
-Democracia incapaz de solucionar Gobierno -Desmanejos
los problemas -Democracia incapaz de solucionar los problemas -Incapacidad
 La importancia de la acordada de la Corte Suprema de Justicia

Cualquier
Acto o hecho

De Iure: De facto:
Con reconocimiento jurídico y legal Por la fuerza de los hechos aunque
carezcan de reconocimiento jurídico

Un hecho de “iure” o jurídico, se Un hecho de fuerza no surge de la


amolda a la “legitimidad” establecida “legitimidad” establecida por las
por las leyes por lo que es legal y leyes por lo que es ilegal y todas las
todas las consecuencias que ese acto consecuencias que ese acto de
de conlleve son igualmente legales. “facto” conlleve son igualmente
ilegales.

Bajo esta premisa, un gobierno de facto es un gobierno ilegal y las consecuencias o hechos
emanados de ese gobierno son igualmente ilegales e ilegítimos. La corte Suprema, con su
“acordada” transformó en “de iure” las consecuencias emanadas de un gobierno “de facto”

La consecuencia será que a lo largo de todo el siglo XX se abrirá la posibilidad de instaurar


gobiernos “de facto” para “legitimar” hechos, situaciones o cosas que no se encuentren
amparadas en la constitución y en las leyes

La Dictadura de Uriburu

Tras el golpe del 6 de septiembre de 1930 el Gral. José Félix Uriburu asumió como presidente “de facto” de la nación.
Sus primeras medidas apuntaron a acabar con el radicalismo, a su modo de ver, fuente de todos los males del país. Para
ello no reparó en medios. Declaró el estado de sitio, reimplantó la Ley marcial y la pena de muerte. Los radicales, fueron
los objetivos principales del nuevo gobierno militar. Fueron perseguidos, encarcelados, torturados y acusados de los
crímenes más bizarros desde traición a la patria hasta corrupción y peculado.

Uriburu, despreciaba la democracia, para él la República era un sistema corrupto y la legitimidad de los dirigentes de un
país no podía sustentarse en la voluntad popular. El principal objetivo de Uriburu , era construir un régimen político
corporativo, basado en una legitimidad basada en la autoridad y la jerarquía. Por eso alentó la creación de una
organización “paramilitar”; llamada “Legión Cívica” que estaba integrada por civiles que recibían entrenamiento militar y
estaban a las órdenes directas del propio Uriburu. La principal función sería reprimir a los opositores políticos, evitar
todo intento de resistencia y transformarse en la base de poder de su gobierno.

Sin embargo, la mayoría de los integrantes de las fuerzas armadas y de los sectores conservadores no estaban de
acuerdo con la pretensión de Uriburu de imponer un régimen corporativo y solo querían el fin del radicalismo que creían
ya se había consumado con la caída de Yrigoyen. Es por eso que pusieron la vista en la figura del Gral. Agustín P. Justo,
un militar y político muy hábil que había sido ministro de guerra durante el gobierno de Alvear y que estaba de acuerdo
con un retorno a la normalidad.
Así, a las presiones del sector militar y civil, se sumó un intento de levantamiento de militares radicales en Corrientes en
1931, que terminaron de decidir a Uriburu por llamar a elecciones y restaurar las instituciones democráticas. Las
elecciones se realizarían con el Radicalismo Proscripto (prohibido) y bajo presiones y violencias políticas finalmente
triunfaría la fórmula presidencial de Agustín Justo y Julio Roca hijo: comenzaba la “Década infame”.

1. Averigua que es el “corporativismo dirigista” como sistema de gobierno. Explícalo con tus palabras y
menciona si alguna vez fue instaurado en algún país, y menciona los distintos tipos de corporativismo
que existe

2. Completa el siguiente cuadro comparativo

Corporativismo República liberal


Representados Corporaciones Individuos
Economía Regulada y controlada Libre mercado
Derechos y Obligaciones En función del lugar que ocupa En función de su individualidad
en el orden social como persona
Objetivo Eliminar la lucha de clases y el Permitir el desarrollo individual
conflicto político y la regulación espontánea de los
conflictos

3. ¿Qué significa para vos el término “paramilitar”? Busca su significado y explicalo con tus palabras
4. Averigua en libros o internet información sobre la “Legión cívica”, los “Camisas negras” y los “camisas
pardas”.
a. Menciona el origen de cada una
b. Menciona que funciones estaban destinadas a cumplir y quienes fueron sus fundadores
c. ¿Qué relación puedes establecer entre estos tres grupos paramilitares?

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