Está en la página 1de 35

UNIVERSIDAD DE ORIENTE

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD


“Dr. Francisco Battistini Casalta”
Departamento de Bioanálisis.

RELACIÓN UREA-CREATININA EN EL DESARROLLO DE


INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA EN PACIENTES NEFRÓPATAS
QUE ASISTEN A LA UNIDAD DE HEMODIÁLISIS Y DIÁLISIS
PERITONEAL JESUS DE NAZARENO, C.A. PUERTO ORDAZ,
ESTADO BOLIVAR.

Tutor académico: Anteproyecto presentado por:


Lcda. Zulinan Vásquez. Br. Yoslennys L. Brito Rodríguez.
C.I: 26.138.701.
Br. Yorgelis A. Díaz Velásquez.
C.I: 26.163.819.

Ciudad Bolívar, octubre 2019.


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………….… Pág. 1
JUSTIFICACIÓN……………………………………………………….……….….. Pág. 15
OBJETIVOS…………………………………………………………………….…... Pág. 17
METODOLOGÍA………………………………………………………………..….. Pág. 18
ACTIVIDADES PREPARATORIAS…………………………………………….… Pág. 21
INSTITUCIONES Y PERSONAL PARTICIPANTE……………………………….Pág. 22
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES……………………………………………... Pág. 23
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………......Pág. 24
APÉNDICES…………………………………………………………………………. Pág. 29
INTRODUCCIÓN

La enfermedad renal crónica (ERC) se define como la presencia persistente durante


al menos de 3 meses de alteraciones estructurales o funcionales del riñón, que se
manifiestan por: indicadores de lesión renal, como alteraciones en estudios de laboratorio
en sangre u orina, en estudios de imagen o en una biopsia, independientemente de que se
acompañe o no de una disminución de la tasa de filtración glomerular (TFG) menos de 60
ml/min por 1.73 m2 de la superficie corporal, independientemente de que se acompañe o no
de otro indicadores renales 1.

En décadas recientes, el mundo ha experimentado profundas transformaciones


demográficas y epidemiológicas que han condicionado un enorme aumento en la
prevalencia e incidencia de las enfermedades crónicas no transmisibles. En 2005,
aproximadamente 35 millones de personas alrededor del mundo fallecieron de
enfermedades crónicas; esta cifra dobla el número de muertes de todas las enfermedades
infecciosas, condiciones maternas y perinatales, y deficiencias nutricionales combinados.
Mientras es esperable que la mortalidad por estas últimas condiciones decline en 3% en la
próxima década, las muertes por enfermedades crónicas aumentarán en 17% en el mismo
período 2.

La ERC afecta a cerca del 10% de la población mundial, es una enfermedad de gran
impacto a las personas afectadas, su familia, la sociedad y los servicios de salud. La ERC,
además de poner a la persona en riesgo de insuficiencia renal crónica (IRC) terminal,
aumenta el riesgo de morbimortalidad cardiovascular (CV), a niveles 10 veces la del riesgo
promedio de la población 1,2.
En América Latina, la tasa de incidencia de la enfermedad renal crónica ha pasado
de 27,8 casos por millón de personas en 2002 a 188 en el 2012, siendo la diabetes su
principal causa. Centroamérica ha presentado durante las últimas dos décadas un
desconcertante aumento de la ERC, causante de miles de muertes. De acuerdo a los datos
disponibles, las tasas de mortalidad específica por insuficiencia renal crónica, (y superiores
a 10 muertes por 100.000) corresponden en orden decreciente a Nicaragua (42,8), El
Salvador (41,9), Perú (19,1), Guatemala (13,6) y Panamá (12,3). Canadá y Cuba han
notificado las tasas más bajasde mortalidad. Así, en Nicaragua y El Salvador la mortalidad
fue 17 veces mayor, comparado con Cuba; la tasa correspondiente a hombres triplicó la de
las mujeres. En Chile, el número de pacientes en hemodiálisis, que es una terapia de alto
costo, ha experimentado un crecimiento mayor a 30 veces en los últimos treinta años,
alcanzando actualmente una prevalencia de 857 pacientes por millón de habitantes 3.

Según datos de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (SLNH),


en América Latina un promedio de 613 pacientes por millón de habitantes tuvieron acceso
en 2011 a alguna de las alternativas de tratamiento para la sustitución de la función que sus
riñones 3.

En el caso de Venezuela, el Ministerio del Poder Popular para la Salud, mantiene un


registro relativamente específico de la enfermedad renal para ambos géneros aunque
orientado a los últimos tres estadios de la disfunción y sin discriminar entre casos agudos y
crónicos, clasificándolos como Insuficiencia Renal (IR) y otros trastornos del riñón. La
tendencia mostrada en 2008 por los porcentajes del total de egresos hospitalarios
diagnosticados con IR indica claramente que hay diferencias específicas concernientes al
género y a la edad, por cuanto prevalece más en hombres (hasta el 35.35% del total de
egresos) que en mujeres (13.81%) y se incrementa con la edad a partir del rango de 15 a 19
años hasta los 60, indistintamente del género [18,19]. En términos absolutos, los hombres
con la IR como causa de egreso hospitalario alcanzó la cifra de 4,328 de un total de 63,425,
mientras que las mujeres con la misma enfermedad como causa de egreso llegó a 2,837 de
un total de 200,306, sumando 7,165 pacientes en 2008. Ese mismo año, la IR fue causa de
muerte hospitalaria de 431 hombres y de 198 mujeres, totalizando 629 decesos. Tanto los
registros de morbilidad como de mortalidad indican claramente la gravedad de la
Enfermedad Renal, incluyendo la IR, como problema de salud para Venezuela 4.

Varios factores de riesgo de la ERC han sido identificados, y se definen como


atributos asociados con el aumento de riesgo de desarrollar la enfermedad. Entre los
atributos identificados hay unos que incrementan la susceptibilidad de la persona a la ERC,
llamados factores de susceptibilidad; existen otros que originan directamente la
enfermedad, conocidos como factores de iniciación, y otros que causan el empeoramiento
del daño renal y aceleran la declinación del FG, sin embargo son mayoritariamente
prevenibles o modificables y son llamados factores de progresión. Destacan entre los
factores de susceptibilidad: edad avanzada, género, historia familiar de ERC, reducción
congénita o adquirida de la masa renal, bajo peso al nacer, hiperfiltración primaria,
enfermedad cardiovascular, raza, etnias minoritarias, bajo ingreso económico y bajo nivel
educativo 5.

Entre los atributos que inician directamente la ERC se hallan: Diabetes, HTA,
obesidad, síndrome metabólico, dislipidemia, hipercalcemia, infecciones y obstrucción del
tracto urinario bajo, litiasis renal, enfermedades autoinmunes o hereditarias,
glomerulopatías primarias, nefrotoxicidad por drogas o medicamentos como los
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y analgésicos, exposición voluntaria o involuntaria
a productos nefrotóxicos en el ambiente laboral o domiciliar 6.

Los factores de progresión son: falta de control de la hiperglucemia y/o de la


presión arterial alta, proteinuria persistente, ingestión exagerada de proteínas, obesidad
dislipidemias, obstrucciones e infecciones del tracto urinario, tabaquismo, ingesta de
medicamentos y exposición a productos nefrotóxicos, incluyendo algunos metales pesados
como el plomo, cadmio, mercurio, cobre, cromo y arsénico que aumentan la excreción de
proteínas y calcio, provocando nefritis túbulo-intersticial crónica; otros nefrotóxicos son los
pesticidas 7.

La Diabetes Mellitus (DM) es una enfermedad crónica de elevada prevalencia, debe


destacarse que la incidencia de ERC por nefropatía diabética (ND) en tratamiento
sustitutivo continúa aumentando en prácticamente todas las unidades. Es lamentable que
esto ocurra a pesar de que probablemente la progresión de la microangiopatía es en gran
medida evitable con una intervención precoz. Resulta muy frecuente que estos enfermos
tengan mal control metabólico y de la presión arterial, que su enfermedad progrese sin un
diagnóstico del daño renal, que lleguen a las unidades de diálisis sin accesos vasculares y
que necesiten diálisis de urgencia con la conocida repercusión en la supervivencia de estos
pacientea 6,7.

La ND está compuesta por una constelación de lesiones que incluye la


glomeruloesclerosis, la nefroangioesclerosis, la nefritis intersticial crónica y la necrosis
papilar, la primera de ellas es la lesión más importante e implica un incremento difuso de la
matriz mesangial y el engrosamiento de la membrana basal glomerular 7.

El incremento de pacientes ERC por ND en diálisis ocurre a pesar de su menor


supervivencia. Por lo tanto, algunos de los factores que pudieran contribuir a este
incremento de la incidencia podrían ser: la mayor longevidad de la población de diálisis, el
mejor manejo de la ECV y la mayor flexibilidad en la entrada de estos pacientes a diálisis,
incluyendo a pacientes añosos. No puede olvidarse que 20% de los pacientes diabéticos
pueden tener otra enfermedad renal como causa de IRC distinta a la ND 8.

La Hipertensión Arterial (HTA) es causa, consecuencia y factor agravante de la


IRC. La relación HTA-IRC tiene diferentes formas de expresión: HTA maligna, HTA
vasculorrenal (con su forma más grave, la nefropatía isquémica), la nefroangioesclerosis o
nefropatía hipertensiva como complicación de la HTA esencial, así como la HTA con
microalbuminuria o con proteinuria. Los factores modificables demuestran un claro
beneficio en la prevención del riesgo cardiovascular y renal asociado al tratamiento anti
hipertensivo del anciano. La disminución de las cifras de presión arterial sistólica entre 16 y
20 mmHg es capaz de reducir a la mitad el riesgo de desarrollar ERC y este riesgo se
reduce en dos terceras partes cuando esta disminuye más de 20 mmHg 9.

El término genérico de glomerulonefritis se emplea para designar aquellas


enfermedades que afectan a la estructura y función glomerular. Se trata de entidades muy
heterogéneas, tanto en su etiología como en sus manifestaciones clínicas y evolución.
Muchas enfermedades glomerulares tienen una causa identificable, por lo que resulta
práctico distinguir dos grandes grupos: glomerulonefritis primarias y secundarias, teniendo
alta incidencia en el desencadenante den ERC 8,9.

La edad predispone a un mayor deterioro vascular renal, a una mayor propensión a


tener asociada otra comorbilidad, a posibles anomalías obstructivas de vías urinarias así
como a una mayor exposición a agentes nefrotóxicos que exponen a dichos enfermos a una
susceptibilidad incrementada para IRC, por lo que resulta casi mandatario su detección
sobre todo en personas de 60 años y más. Se ha afirmado que la edad no constituye un
impedimento para la hemodiálisis pero es un factor de riesgo. La mortalidad en el grupo de
pacientes de 65 y más años se duplica con respecto al de 44 a 64 años y es cuatro veces más
alta que en los pacientes menores de 44 años y de forma general se considera que por cada
10 años de incremento de la edad, el riesgo de mortalidad aumenta 1,8 veces 10.

Así pues, la tasa de filtración glomerular (TFG) puede disminuir por tres causas
principales: a. Pérdida del número de nefronas por daño al tejido renal, b. Disminución de
la TFG de cada nefrona, sin descenso del número total y un proceso combinado de pérdida
del número de nefronas. c. Disminución de la función. 11
La pérdida estructural y funcional del tejido renal tiene como consecuencia una
hipertrofia compensatoria de las nefronas, este proceso esta mediado por moléculas
vasoactivas, proinflamatorias y factores de crecimiento; que intentan mantener la TFG. En
las etapas iniciales de ERC la compensación se mantiene con TFG aumentada permitiendo
una adecuada depuración de sustancias; no es hasta que hay una pérdida de al menos 50%
de la función renal que se ven incrementos de urea y creatinina en plasma. Cuando la
función renal se encuentra con una TFG menor del 5 a 10% el paciente no puede subsistir
sin Terapia de Reemplazo Renal 11.

Se reconocen cinco estadios de la ERC: el 1 conceptualizado como lesión renal con


presencia de proteinuria o albuminuria como marcadores y con FG normal o aumentado (≥
90 ml/min/1.73 m2 ), el 2 descrito como lesión renal con los marcadores usuales y con
disminución leve del FG (≥ 60 y ≤ 89 ml/min/1.73 m2 ), el 3 caracterizado por la
disminución moderada del FG (≥ 30 y ≤ 59 ml/min/1.73 m2 ), el 4 tipificado como la
disminución severa del FG (≥ 15 y ≤ 29 ml/min/1.73 m2 ) y el 5 conocido como
Insuficiencia Renal Crónica Terminal (IRCT), tipifica una condición de fallo renal (FG <
15 ml/min/1.73 m2) 12.

Los pacientes habitualmente son asintomáticos, hasta que pierden una función
significativa de la función renal. Los síntomas se desarrollan con lentitud y son
inespecíficos. El síndrome urémico es la manifestación del deterioro funcional de múltiples
sistemas orgánicos secundario a la disfunción renal. El paciente con IRC también tiene
riesgo elevado de presentar desnutrición calórica proteica, ya sea inducida por la
enfermedad subyacente o por el tratamiento de diálisis 12.

La hipertensión arterial (HTA) es la complicación más común de la IRC en


presencia de uremia, siendo su causa el aumento del volumen corporal, lo que produce
mayor daño renal, cayendo en un círculo vicioso que perpetúa el deterioro de la función
renal. Existe disminución de la producción de eritropoyetina, que ocasiona anemia (TFG
disminuye a menos de 30ml/min/1.73m2). A su vez la anemia ocasiona un aumento del
gasto cardiaco, hipertrofia y dilatación de las cavidades cardiacas, angina, insuficiencia
cardíaca, disminución de la concentración y agilidad mental, alteración del ciclo menstrual
y del estado inmunológico 13.

La uremia produce disfunción plaquetaria manifestada como diátesis hemorrágica.


Los pacientes de IRC también presentan acidosis, hiperglucemia, malnutrición y aumento
de la osmolaridad sérica. Otra de las complicaciones de la uremia es una leve intolerancia a
carbohidratos. En las mujeres con IRC es común la amenorrea y la incapacidad de llevar un
embarazo a término. Una vez que la TFG disminuye a menos de 20 ml/min/1.73 m2, se
presentan síntomas como anorexia, hipo, náusea, vómito y pérdida de peso que son los
síntomas más tempranos de la uremia. Los pacientes presentan aliento urémico debido al
desdoblamiento del amonio en la saliva, que se asocia a sabor metálico 14.

Los pacientes con IRC cursan con síntomas tempranos de disfunción del sistema
nervioso central causados por la uremia como dificultad para concentrarse, somnolencia e
insomnio, después se presentan cambios de comportamiento, pérdida de la memoria y
errores de juicio, que pueden asociarse con irritabilidad neuromuscular como hipo,
calambres y fasciculaciones. En el estado urémico terminal es común observar asterixis,
clonus y corea, así como estupor, convulsiones y finalmente coma. La neuropatía periférica
ocurre con frecuencia afectando más los nervios sensitivos de las extremidades inferiores
en las porciones distales. Su presencia es una indicación firme de iniciar Terapia de
Reemplazo Renal. Una de las manifestaciones más comunes es el síndrome de piernas
inquietas 15.

Las manifestaciones dermatológicas de la uremia incluyen palidez, equimosis y


hematomas, mucosas deshidratadas, prurito y excoriaciones. Algunos pacientes presentan
una coloración grisácea debido a la acumulación de hierro secundaria a repetidas
transfusiones, aunque se ve menos con la administración de eritropoyetina. En estados
avanzados, se visualiza la escarcha urémica (elevada concentración de urea en sudor) 15.

Ante toda sospecha de deterioro de la función renal es indispensable la realización


de una correcta investigación que nos ayude a diferenciarla de la Insuficiencia Renal Aguda
(IRA). La base diagnóstica se fundamenta en una exhaustiva historia clínica donde se
recojan antecedentes personales y familiares, síntomas clínicos, parámetros analíticos y
pruebas de imagen. Antecedentes personales y familiares: factores de riesgo cardiovascular,
uso de drogas, exposición a elementos tóxicos, así como malformaciones o enfermedades
hereditarias. b. Síntomas clínicos: previamente descritos. Cabe destacar que en numerosas
ocasiones la ausencia de síntomas o clínica inespecífica pueden estar presentes, sin olvidar
que la clínica urémica se manifiesta en fases muy avanzadas. c. Parámetros analíticos: es
frecuente observar alteraciones como 16.

Hematología y metabolismo: - Anemia: normocítica, normocrómica (déficit de


eritropoyetina). En ocasiones patrón microcítico (relación con sangrado o intoxicación por
aluminio) o macrocítico (relacionado con déficit de ácido fólico o vitamina B12). - Tiempo
de hemorragia: alargado (toxinas urémicas). - Lípidos: triglicéridos y LDL con HDL
(alteración del catabolismo). - Hidratos de carbono: intolerancia a la glucosa con glucemia
normal 16.

Productos del metabolismo proteico: aumentan con la disminución de la función


renal. - Creatinina: niveles en relación directa con masa muscular. Es preciso una reducción
del 20-30% de FG para que se incremente su valor. - Urea: influenciable por múltiples
factores, como aporte de proteínas en la dieta, deshidratación, fármacos-diuréticos y
corticoides, no siendo considerada como cifra única, parámetro idóneo que traduzca el FG.
- Ácido úrico: puede reflejar exclusivamente una alteración del metabolismo de las purinas.
Es importante conocer que la elevación de la creatinina en sangre y la disminución de su
aclaramiento estimado son predictores tanto de muerte como de futuros eventos
cardiovasculares 16.

Iones: - Sodio y Potasio, cifras normales hasta fases avanzadas. Hipo e


hipernatremia en situaciones de sobrecarga y depleción de volumen. Hiperpotasemia en
fases avanzadas (salvo en nefropatía diabética y nefropatía intersticial crónica). - Calcio:
normal o bajo en relación al hiperparatiroidismo secundario. - Fósforo: hiperfosforemia con
IRC moderada- severa. Depósito de fosfato cálcico favorecido por hiperparatiroidismo. -
Magnesio: hipermagnesemia ligera. - Acidosis metabólica: mal manejo de bicarbonato e
incapacidad renal para excretar aniones orgánicos 16.

El tratamiento de la ECR se centra: 1. Modificación de la dieta: restricción de sodio


a < 3g/día, restricción de líquidos, evitar los productos como: plátanos, patatas; restricción
de productos lácteos, y la restricción de proteínas 1g/kg/día. 2. Control de la presión
arterial: la HTA no controlada acelera la pérdida de la función renal. Un control adecuado
de la TA es < 130/80 mm de Hg. Se prefiere la utilización de Inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina (IECA) y Antagonistas de Receptores de Angiotensina (ARA)
por sus propiedades renoprotectoras. 3. Adecuado tratamiento de las enfermedades
asociadas: como Anemia, Osteodistrofía renal e hiperparatiroidismo secundario. 4.
Preparación para el tratamiento reemplazo renal (TRR): conviene asesorar a los pacientes
en fases tempranas para determinar sus preferencias sobre el TRR, que son la hemodiálisis,
la diálisis peritoneal y, la adecuación para el trasplante renal 17.

Ahora bien, la hemodiálisis es un proceso mediante el cual se intercambian


bidireccionalmente el agua y los solutos entre dos soluciones de diferente composición y
que están separadas entre sí por una membrana semipermeable. Esta membrana permite el
paso de agua y moléculas de pequeño y mediano peso molecular (hasta 50.000 Daltons),
pero impide el paso de la albúmina (69.000 Daltons) o moléculas de mayor peso molecular
y células 18-
Durante la diálisis, la sangre del paciente entra en contacto con una membrana, por
cuya superficie opuesta circula un líquido de diálisis. La composición del líquido de diálisis
favorece la depuración de las sustancias acumuladas en la sangre, a la vez que aporta al
paciente otros elementos, como el bicarbonato (transporte bidireccional) 18.

Junto con el acceso vascular, los elementos principales de la hemodiálisis son el


dializador, el circuito extracorpóreo de sangre y el circuito de líquido de diálisis. Estos
elementos están controlados por una máquina o monitor de diálisis, donde se disponen los
sistemas de bombeo, calentamiento, generación de líquido de diálisis, monitorización,
alarmas y otros que permiten controlar con estrictas medidas de seguridad el tipo de diálisis
y la ultrafiltración pautada a cada paciente. Debido a la circulación extracorpórea de la
sangre, durante la sesión de hemodiálisis se requiere anticoagular al paciente 19-

La hemodiálisis convencional ha sido la técnica más extendida durante años y


utiliza dializadores de baja permeabilidad (celulósicos) y superficie media (1,2-1,6 m2),
flujos de sangre entre 200 y 300 ml/min, flujo de líquido de diálisis a 500 ml/min y acetato
o bicarbonato como alcalinizantes. No requiere monitores sofisticados ni cuidados
especiales en el tratamiento del agua de diálisis. Sin embargo, la tolerancia del paciente es
mejorable y la eficacia depuradora, especialmente de moléculas medianas, es limitada, lo
que ha llevado al desarrollo de otras modalidades de diálisis más eficientes y con mejor
tolerancia. Las más importantes son la hemodiálisis de alta eficacia y alto flujo, la
hemofiltración y las diferentes variantes de la hemodiafiltración 16,19.

Se consideran indicaciones claras para iniciar el tratamiento crónico con diálisis: la


uremia grave sintomática, la hiperpotasemia no controlable con medicación, la acidosis
metabólica grave y la sobrecarga de volumen con edema agudo de pulmón y/o hipertensión
arterial refractaria. Sin embargo, cuando no se produce ninguna de las situaciones
anteriores, el momento de abandonar el tratamiento conservador resulta más controvertido
20
.
En general, debe indicarse hemodiálisis cuando el aclaramiento de creatinina (CCr)
es inferior a 5-10 ml/min. Los pacientes diabéticos y aquellos que tienen factores de
comorbilidad se benefician de un comienzo más precoz de la diálisis, cuando el CCr se
encuentra entre 10-15 ml/min. No debe olvidarse que aunque la excreción urinaria de
creatinina depende fundamentalmente de la filtración glomerular, una pequeña proporción
es secretada por el túbulo. Esta proporción aumenta en la insuficiencia renal avanzada,
2
incrementando erróneamente la estimación del filtrado glomerular .

Hoy en día se tiende a iniciar con mayor antelación el tratamiento sustitutivo con
diálisis, ya que esto parece disminuir el número de complicaciones e ingresos hospitalarios
a corto y medio plazo. Además, la desnutrición y los bajos niveles de albúmina al comienzo
de la diálisis crónica parecen asociarse a un posterior incremento de la mortalidad. Algunos
autores han propuesto que el inicio de la diálisis crónica debe hacerse de forma progresiva,
incrementando la dosis de la misma conforme decae la función renal residual. Es lo que se
conoce como diálisis incremental 20,21.

En la actualidad no existe ninguna contraindicación absoluta para la diálisis crónica.


La edad no se considera contraindicación y en muchas unidades de diálisis se están
incluyendo pacientes por encima de los 80-85 años. Algunos factores, como el estado
general del enfermo y la calidad de vida, deben primar sobre la edad cronológica. En
general, la esperanza de vida debe ser el factor que indique o contraindique el tratamiento
crónico con alguna modalidad de diálisis 22.

Dentro de las contraindicaciones relativas se pueden considerar: (14) a) ECV agudo


con secuelas graves. b) Insuficiencia cardíaca congestiva o arterioesclerosis graves
sintomáticas que condicionen deterioro importante del estado general y/o de la calidad de
vida del paciente. c) Enfermedades malignas diseminadas o metastásicas (excepto el
mieloma múltiple). d) Cirrosis avanzada con encefalopatía o hemorragia activa persistente.
e) Demencia 20,22.
El mieloma múltiple no es una causa que por sí misma contraindique la diálisis
crónica, ya que la respuesta al tratamiento quimioterápico puede conseguir, en algunos
casos, amplia supervivencia, con recuperación de la función renal hasta en un 20% de los
casos. En todo caso, la situación general del enfermo y las complicaciones asociadas
23
constituyen los elementos primordiales a considerar .

Orejas y Cobo, (2010), en su metanálisis sobre fallo renal crónico y hemodiálisis,


Madrid, España, reportó que entre las causas más frecuentes de ERC se encuentran la
neuropatía diabética (30 a 40 %), nefroangiosclerosis (20 a 30 %), enfermedades
glomerulares (15 a 20 %), riñón poliquístico autosómico dominante y otras enfermedades
hereditarias (7 a 12 %), nefropatías intersticiales (8 a 18 %), no filiadas (10 a 15 %) y de
causas combinadas (5 a 10 %). Además, indicó la presencia de factores pronósticos y la
pertenencia a determinados grupos de riesgo. La edad constituye un importante factor de
riesgo sobre la morbilidad y la mortalidad entre 40 a 60 %, la diabetes mellitus (30 - 40 %)
es otro de los principales factores pronósticos de morbilidad y mortalidad. La presencia de
cardiopatía isquémica al inicio de la diálisis se considera como uno de los factores que
afectan la supervivencia (20 - 45 %). La prevalencia de hipertrofia ventricular izquierda
(HVI) en la IRC, fluctúa entre 41 y 70 %. La relación entre HTA y supervivencia sigue un
patrón de curva en "U", de forma que tanto los valores altos como los bajos de presión
arterial posdiálisis predicen un incremento de la mortalidad 24.

Pazos (2013), realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y transversal, con una


muestra de 57 historias clínicas con IRC en hemodiálisis, Servicio de Medicina Interna del
Hospital Provincial General Docente Riobamba, obteniendo que la tasa de incidencia fue
25 y de prevalencia de 42.3 por 100000 habitantes respectivamente. El 54.3% de patología
se presentó en edades entre 58 a 65 años y el 12.3% entre 18 a 25 años. Según el género,
64.9% fueron hombres y 35.1% mujeres. Los posibles factores desencadenantes más
comunes encontrados fueron nefropatías en un 43.8%, hipertensión arterial en un 31.6%,
Diabetes Mellitus tipo II en un 24.6% e Hipertrofia Prostática en un 21.1%. Las
complicaciones fueron Anemia 47.3%; Neumonía 14% y depresión 15.8%. En los
pacientes en diálisis fue Peritonitis 9.1% y fiebre de origen desconocido (FOD) en 5.2% 25.

Durante el último cuatrimestre de 2012, el Ministerio de Salud Pública realizó un


tamizado en 1336 personas con presencia de factores de riesgo de la Enfermedad Renal,
para la detección, atención y prevención de la IRC, encontrando una prevalencia de los
estadios 3 al 5 del 25.4% (ambos sexos) y una prevalencia de los estadios 1 y 2 del 43.3%
(ambos sexos), concentradas principalmente en personas de 40 y más años (92.9% de los
detectados), y en menor proporción en los segmentos entre 20 y 39 años e inferior a 20
años (6.2 y 0.1%, respectivamente). Encontraron también que la ERC (estadios 1-5)
presentó una prevalencia del 52.1% en mujeres y del 16.6% en hombres; además se
concentró en amas de casa (64.5%) y en agricultores y obreros (19.5%), debido a la
composición por género de la muestra. En el mismo tamizado se determinó una prevalencia
de proteinuria del 15.4% (ambos sexos). Citados en orden de importancia, la HTA (56.6%),
la Diabetes Mellitus (32.0%), el uso crónico de AINE (14.7%), el contacto con pesticidas
(10.2%) y la historia familiar de ERC (5.2%), fueron los principales factores de riesgo de la
ERC identificados durante el tamizado 26.

Muñoz Medina Carlos et al., (2017), realizaron un estudio en 80 pacientes con ERC
estadio 5 en el Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Ruiz y Páez, Ciudad
Bolívar, Venezuela, donde se exhibió la causa de ERC más frecuente; Diabetes Mellitus e
Hipertensión arterial 30 % en 24 pacientes. En segundo lugar, se registró Hipertensión
arterial 23,75 % en 19 pacientes. Seguido de Diabetes Mellitus 20% en 16 pacientes; Lupus
Eritematoso Sistémico 11,25 % en 9 pacientes; Poliquistosis renal 8,75 % en 7 pacientes;
otros 6,25 % en 5 pacientes. Se observó también, que del total de pacientes evaluados, la
edad afectada más frecuente fue entre 50 a 59 años 43,75 % en un total de 35 pacientes,
observándose que el sexo más común fue el masculino 30 % en 24 pacientes, seguido del
femenino 13,75 % en 11 pacientes. En segundo lugar, se registró el grupo etario de 60 a 69
años 21,25 % en 17 pacientes en total, el sexo masculino obtuvo 15 % en 12 pacientes,
mientras que el femenino 6,25 % en 5 pacientes 27.
En vista de todo lo que se ha argumentado, considerando la alta incidencia de esta
problemática, la falta de información pertinente a nivel estadístico en la región, así como
también las repercusiones desde el punto de vista biopsicosocial que pueden presentar los
pacientes y a la ausencia de trabajos de este tipo en la zona, se decide realizar esta
investigación para determinar las causas de hemodiálisis y parámetros de laboratorio en
pacientes que acuden a la Unidad de hemodiálisis y diálisis peritoneal Jesús de Nazareno,
C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar, durante el periodo Mayo – Agosto 2019, con la
finalidad de aportar datos que permitan atender dicha problemática en estudio.
JUSTIFICACIÓN

La Enfermedad Renal Crónica es de alta prevalencia a nivel mundial afectando al


17% de los individuos mayores de 20 años, lo cual constituye una importante causa de
morbimortalidad y costo socioeconómico creciente. Existe un aumento significativo de
pacientes que ingresan a un tratamiento con diálisis, con una tasa de aumento en la
prevalencia de 4.5 % en 1999 a 48.3% en 2009, sobretodo en pacientes con ERC terminal.

En Venezuela se estima que 15.000 de sus habitantes padecen de enfermedades


renales y de éstos 85% tiene la necesidad de terapia de hemodiálisis. El rango de edad de
los pacientes se encuentran entre 26 y 65 años, con predominio en 48% de sexo masculino,
de los cuales 40% mantiene una actividad normal y 60% tiene limitaciones físicas para
realizarlas.

La hemodiálisis es el tratamiento sustitutivo de elección en los pacientes con falla


renal terminal; Desde su invención, su uso ha logrado entre otras cosas prolongar la
supervivencia en este grupo tan vulnerable de personas, a la vez que se ha convertido en
una opción terapéutica en una amplia variedad de patologías específicas.

A pesar de todos sus beneficios, los pacientes que son sometidos a sesiones de
hemodiálisis pueden presentar en un determinado momento complicaciones atribuibles al
procedimiento, estas complicaciones aumentan la morbilidad de los pacientes por lo que a
través del presente estudio se pretende determinar las causas de hemodiálisis y parámetros
de laboratorio que presentan los pacientes en la unidad de hemodiálisis, todo esto con el fin
de prevenir e implementar oportunamente estrategias que permitan reducir la instauración
de dicho procedimiento terapéutico.
Más allá de los avances médicos en el campo de los trasplantes renales, la
morbilidad y mortalidad cardiovascular elevada y la alta prevalencia de la nefropatía
crónica dejan entrever que aún queda un largo camino por recorrer para mejorar el
pronóstico en esta población. Sin embargo, la mayor comprensión de los riesgos
cardiovasculares durante los estadios iniciales de la ERC y el surgimiento de medidas
terapéuticas que demoran su progresión y de la morbilidad asociada permiten comprender
el valor de las acciones de salud desde etapas muy tempranas.
OBJETIVOS

Objetivo general

Relacionar los parámetros de Urea – Creatinina en el desarrollo de insuficiencia


renal crónica en los pacientes nefrópatas que asisten a la Unidad de hemodiálisis y diálisis
peritoneal Jesús de Nazareno, C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar, durante el periodo Mayo
– Agosto 2019.

Objetivos específicos

1. Medir los parámetros de Urea - Creatinina (pre y post diálisis) en los


pacientes nefrópatas que acuden a la unidad de hemodiálisis y diálisis
peritoneal Jesús de Nazareno, C.A.

2. Distribuir a los pacientes en estudio de acuerdo al sexo y grupo etario.

3. Señalar las causas más frecuentes de insuficiencia renal crónica en los


pacientes con tratamiento de hemodiálisis en estudio.
METODOLOGÍA

Tipo de Estudio

Estudio descriptivo de campo, de corte transversal.

Población

Representada por la totalidad de pacientes que son atendidos en la Unidad de


hemodiálisis y diálisis peritoneal Jesús de Nazareno, C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar,
durante el periodo Mayo – Agosto 2019.

Muestra

Representada por los pacientes que serán atendidos en el primer turno de la Unidad
de hemodiálisis y diálisis peritoneal Jesús de Nazareno, C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar
que cumplan con los criterios de inclusión y exclusión de esta institución.
Criterios de inclusión

- Pacientes con diagnóstico de ERC grado V dialítico dependientes, en tratamiento de


hemodiálisis que aceptaron participar voluntariamente en el estudio a través de un
consentimiento informado.
- Individuos de ambos sexos, mayores 15 años.

Criterios de exclusión

- Pacientes que no aceptaron participar en el estudio.


- Pacientes de ERC grado V dialítico dependientes no incorporados al programa de
hemodiálisis por presentar enfermedad en estado terminal.
- Casos en diálisis peritoneal.
- Individuos menores de 15 años.
- Pacientes embarazadas.
- Individuos de reciente incorporación en el citado programa (menos de 2 meses).
- Pacientes portadores del virus hepatitis C (VHC) o B (VHB) y de HIV.

Procedimiento

Se redactará una carta dirigida a la directiva de la unidad de hemodiálisis y diálisis


peritoneal Jesús de Nazareno, C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar (Apéndice A), a fin de
solicitar la autorización y colaboración para la realización de un trabajo de investigación
dirigido a determinar las causas de hemodiálisis y parámetros de laboratorio en dichos
pacientes. Luego, se procederá a la entrega de un consentimiento informado a los pacientes
que manifestaron participar en el estudio (Apéndice B).

Posteriormente, se realizará un instrumento, el cual será completado con los datos


obtenidos en cada paciente que formará parte del estudio (Apéndice C). El instrumento,
elaborado por los investigadores, permitirá registrar mediante un interrogatorio, y una
evaluación física del paciente los siguientes datos: identificación del paciente
(nombre/apellido), edad (grupo etario: 15–24, 25–34, 35–44, 45–54, 55–64, 65–74), sexo
(masculino/femenino), cuidad o estado de procedencia, causa de insuficiencia renal crónica
(nefroangiosclerosis, riñones poliquísticos, neuropatía diabética, glomerulonefritis
primaria, no filiada (aún no se ha encontrado la causa), otras), tiempo de evolución en
tratamiento de hemodiálisis (menos de un año, 1–2 años, 3–4 años, 7–8 años, más de 8
años), acceso vascular (fístula arteriovenosa, catéter venoso central), forma de entrada al
programa dialítico (urgencia, consulta, electivo), otra enfermedad adicional, portador del
virus de hepatitis C (VHC) o B (VHB) y HIV (sí/no), es diabético o toma diuréticos.

Análisis estadístico

Los datos serán procesados con estadística descriptiva y se presentarán en tablas de


frecuencia simple de una y doble entrada (con números y porcentaje). Para su análisis se
utilizará la prueba Chi Cuadrado (x2) y para el manejo estadístico de los resultados del
estudio se utilizará el paquete estadístico SPSS para Windows, Versión 22.0.
ACTIVIDADES PREPARATORIAS

 Selección del tema a investigar.


 Solicitud a la Lcda. Zulinam Vásquez para ser el Asesor de la investigación.
 Recopilación de bibliografías y antecedentes del tema.
 Selección de la unidad de hemodiálisis y diálisis peritoneal Jesús de Nazareno,
C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar, donde se llevará a cabo el estudio.
 Entrevista con los responsables de los centros seleccionados a fin de obtener el
consentimiento para la realización de la investigación.
 Reproducción de los instrumentos, ficha de recolección de datos y consentimiento
informado.
INSTITUCIONES Y PERSONAL PARTICIPANTE

Instituciones:

 Universidad de Oriente Núcleo Bolívar.


 Escuela de medicina, Dr. Francisco Battistini Casalta, Biblioteca.
 Unidad de hemodiálisis y diálisis peritoneal Jesús de Nazareno, C.A., Puerto Ordaz,
estado Bolívar.

Personal Participante

 Lcda. Zulinam Vaquez, Asesor.


 Br. Yorgelis Dìaz, tesista.
 Br. Yoslennys Brito, tesista.
CALENDARIO Y HORARIO DE ACTIVIDADES

Calendario

 Inicio del anteproyecto: junio 2019.


 Finalización del anteproyecto: julio 2019.
 Período de recolección de la información: agosto – septiembre 2019.
 Inicio de trabajo de grado: septiembre 2019.
 Fecha probable de entrega de trabajo de grado: octubre 2019.

Horario de Actividades

Martes y jueves: 6:30AM a 8:00 AM (recolección de muestra)

Sábado: 9AM a 12 PM (ensamble de proyecto)


REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

1. Treto, J., Valdivia, J., Gutiérrez, C., Delgado, E., Méndez, D. 2014. Factores de
riesgo en hemodiálisis. Rev Inv Medicoquirúrg. 1(9): 61.

2. Goodkin, D., Bragg-Gresham, J., Koenig, K., Wolfe, R., Akiba, T., Andreucci, V.
2013. Association of comorbid conditions and mortality in hemodialysis patients in Europe,
Japan and the United States: The Dialysis Outcomes and Practice Patterns Study (DOPPS).
J Am Soc Nephrol. 14(12):3270-3277.

3. Samina, S., Joy, L., Wawuar, H. 2015. ¿La atención nefrológica antes de la diálisis
influye en la supervivencia de los pacientes después del inicio de esta? Kidney Int. 1:15-23.

4. Natural Kidney Foundation. 2013. Kidney Early Evaluation Program. Annual data
report. Program introduction Am J Kidney Dis. 42(4): S55- S115.

5. Patel, S., Kimmel, P., Singh, A. 2012. New Clinical Practice guidelines for chronic
kidney disease a framework for K/DOQI. Semin Nephrol. 22: 459-58.

6. Go, A., Chertow, G., Fon, D., McCulloch, C., Hsu. C. 2014. Chronic Kidney
disease and the risks of death, cardiovascular events, and hospitalization. N Engl J Med.
351: 1296-1305.
7. Foley, R., Parfey, P. 2009. Cardiovascular desease and mortality in ESRD. J
Nephrol. 11(5): 239-245.

8. Luño, J., García de Vinuesa, S. 2012. Protección cardiovascular y renal asociada al


tratamiento antihipertensivo en el anciano. Nefrol. 22(1): S30- S34.

9. Port, K. 2015. End Stage Renal disease: magnitude of the problem, prognosis and
future trends and possible solutions. Kidney Int. 48(Suppl 50): 3- 6.

10. Almaguer, M., Herrera, R., Alfonso, J., Magrans, Ch., Mañalich, R. 2016. Primary
health care strategies for the prevention of end-stage renal disease in Cuba. Kidney Int
6(97): S4-S10.

11. Otero, A., Abelleira, A., Ganoso, P. 2010. Enfermedad renal crónica oculta (ERCO)
y factores de riesgo vascular (FRV) asociados. Estudio epidemiológico. Nefrol. 25(3): 276-
287.

12. Foley, R., Murray, A., Li, S., Herzog, C., Mc Bean, A. 2011. Chronic kidney
disease and the risk for cardiovascular disease, renal replacement, and death in the United
States Medicare population 1998- 1999. J Am Soc Nephrol. 16(2): 489-95.
13. Cuba. Ministerio de Salud Pública. Programa de Prevención de la insuficiencia renal
crónica. La Habana: MINSAP; 2018.

14. Mazzuchi, N. 2017. Incidencia y prevención del tratamiento de la insuficiencia renal


crónica extrema en Latinoamérica. Rev Nefrol Sal Pub. 7(3):164-169.

15. Lorenzo, I., Rodríguez, P., Anese, C. 2012. Factores predictivos en la progresión de
la enfermedad renal. Nefrol. 19(6): 524-530.

16. López, M., Buch, A., Valdivia, J., Benitez, O., García, A. 2016. Programa de
atención integral a la insuficiencia renal crónica. Desarrollo de la rehabilitación del
enfermo renal crónico. J Bras Nefrol. 8(4): 136-140.

17. Luño, J., García de Vinuesa, S. 2011. Control de la presión arterial en la nefropatía
diabética. Nefrol. 21(3): 12.

18. Valdés, F., Lorenzo, D., Calviño, M. 2014. Diabetes Mellitus y riesgo
cardiovascular. Nefrol. 21(3): 52-55.

19. Jofré, R. 2016. Factores que afectan la calidad de vida en los pacientes prediálisis,
diálisis y trasplante renal. Nefrol. 19(1): 85-90.
20. Valderrábano, F., Jones, E., Mallick, K. 2013. Report on management of renal
failure in Europe. Nephrol Dial Transplant. 10(5): 1- 25.

21. Cases, A. 2014. Otros factores de riesgo cardiovascular y renal: Hipertrofia del
ventrículo izquierdo: Fibrilación auricular: Tabaquismo: Obesidad: Factores emergentes de
riesgo cardiovascular: Homocisteina: Proteina C reactiva: Fibrinógeno. Nefrol. 24(6): 62-
72.

22. Racki, S., Zaputovic, L., Vujicic, B., Mavric, Z., Gretic, M. 2015. Cardiovascular
risk factors and diseases strongly predict hemodialysis treatment outcome in maintenance
hemodialysis patients. Croat Med J. 46(6): 936-41.

23. Díaz, C., Ortega, F., Rebollo, F., Baltar, J. 2013. Factores predictores de
supervivencia en terapia sustitutiva de la insuficiencia renal terminal (IRT). Nefrol. 19:245-
251.

24. Orejas G, Cobo, Y. (2010), en su metanálisis sobre fallo renal crónico y


hemodiálisis, Madrid, España. Rev Esp Nefrol.

25. Pazos, C. 2013. Incidencia de Insuficiencia Renal Crónica y su relación con


hemodiálisis en pacientes ingresados en el Servicio de Medicina Interna del Hospital
Provincial General Docente Riobamba. Tesis de Grado. Departamento de Medicina Interna.
Escuela Superior Politecnica de Chimborazo. Ecuador. pp 87 (Multígrafo).
26. MPPPS, Abril. Reporte epidemiológico regional. Estado Bolívar. Semana 21,
Dirección de Salud Ambiental, Ministerio del Poder Popular para la Salud. 2017.

27. Muñoz Medina Carlos E, Mendoza Rondón Kristy P, Orozco Rodríguez Indira D.
2017. Características clínicas y epidemiológicas de fistulas arteriovenosas, de pacientes con
enfermedad renal crónica estadio 5. Ciudad Bolívar, Venezuela. Rev SCientifica Print
version ISSN 1813-0054.
APÉNDICES
Apéndice A

UNIVERSIDAD DE ORIENTE

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD

DR FRANCISCO BATISTINI CASALTA

DEPARTAMENTO DE BIOANÁLISIS

Estimados, Unidad de hemodiálisis y diálisis peritoneal Jesús de Nazareno, C.A. nos dirigimos
a ustedes solicitando su consentimiento y colaboración en un estudio dirigido determinar las
causas de hemodiálisis y parámetros de laboratorio en dichos pacientes en el desarrollo de
insuficiencia renal crónica, como trabajo de grado realizado por estudiantes de bioanálisis
Nuestros más sinceros agradecimientos.

Br. Yoslennys Brito CI: 26138701

Br. Yorgelis Diaz CI: 26163819

Lcda. Mercedes Romero Lcda. Zulinam Vásquez

Jefa de departamento de Bioanálisis Tutor


Apéndice B

CONSENTIMIENTO INFORMADO

Yo _________________________ paciente de la Unidad de hemodiálisis y diálisis


peritoneal Jesús de Nazareno, C.A., Puerto Ordaz, estado Bolívar, luego de haber sido
informado de los riesgos y beneficios de esta práctica, estoy de acuerdo en participar en la
investigación sobre la relación urea-creatinina en el desarrollo de insuficiencia renal crónica
en pacientes nefrópatas con hemodiálisis.

Firma___________ CI:______________
Apéndice C

UNIVERSIDAD DE ORIENTE

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD

DR FRANCISCO BATISTINI CASALTA

DEPARTAMENTO DE BIOANÁLISIS

Ficha de recolección de datos _______ Nombre y Apellido: ___________________

Edad__ Sexo___

Causa de insuficiencia renal crónica

Nefroangiosclerosis( ) Riñones poliquísticos ( ) Neuropatía diabética ( )

Glomerulonefritis primaria ( ) No filiada ( ) Otras ( )

Tiempo de evolución en tratamiento de hemodiálisis

Menos de un año ( ) 1–2 años ( ) 3–4 años ( ) 7–8 años ( ) más de 8 años ( )

Acceso vascular

Fístula arteriovenosa ( ) catéter venoso central ( )

Forma de entrada al programa dialítico

Urgencia ( ) Consulta ( ) electivo ( ) otra enfermedad adicional ( )

Portador del virus

hepatitis C (VHC) ( ) o B (VHB) ( ) HIV Si ( ) No ( )

Diabético Si ( ) No ( ) Ingesta de diuréticos ( )

Enfermedad de base: ____________

También podría gustarte