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EL SÍNDROME DE TOURETTE Y COMO AFECTA EN EL PROCESO DE


APRENDIZAJE DE LOS NIÑOS  
 

CARRERA PROFESIONAL 

Medicina Humana 

CURSO 

Lengua y Comunicación 

DOCENTE 

Adolfo, León Macedo 

INTEGRANTES 

Acuña Cenzano, Joselyn María 

Anhuaman La Rosa, Alessandra Marley 

Aragón Terán, Thatiana Marisol 

Apaza Muchica, Andriu Roy 

Alva Otiniano, Michel Rodrigo 

Lima - Perú 

2020-II 
ÍNDICE

1. Generalidades

      1.1. Definición

1.2. Etimología

1.3. Incidencia

2. Etiología

2.1. Factor hereditario

2.2. Zonas del cerebro afectadas

2.3. Inmunología

3. Síntomas

3.1. Tics

3.1.1. Simples

3.1.2. Complejos

3.2. Dificultades coexistentes

3.2.1. TOC 

3.2.2. Trastornos del sueño

3.2.3. TDAH

3.2.4. Trastornos del déficit de atención

3.2.5. Problemas del control de impulsos

4. Problemas en el proceso de aprendizaje en niños con Tourette  

4.1. Dificultad en la atención

  4.1.1. Dificultad para realizar las tareas

  4.1.2. Dificultad para seguir instrucciones

4.2. Comunicación social

4.3. Perfeccionismo

4.4. Disgrafía
4.5. Impulsividad

4.5.1 Conductas explosivas

4.5.2. Conductas de oposición

4.5.3. Desinhibición

4.6. Estrés y ansiedad

4.7. Problemas sensoriales

       5. Medio escolar como un factor de apoyo

    5.1. Rol del director 

                   5.1.1. Propicio de un ambiente agradable

                     5.1.2. Brindar capacitaciones

                     5.1.3. Innovación de intervenciones

                     5.1.4. Seguimiento de información constante

                     5.1.5. Reconocimiento de afecciones relacionadas al ST

                5.2. Rol del profesor

                     5.2.1. Relación docente-alumno

                     5.2.2. Sugerencias para el éxito académico del alumno

                     5.2.3. Sugerencias para el éxito social del alumno

                5.3. Rol del auxiliar escolar

                   5.3.1. Recursos de apoyo

                   5.3.2. Entorno educativo exitoso

                   5.3.3. Sugerencias importantes

 6. Tratamientos 

      6.1. Medicamentos 

            6.1.1. Medicamentos que bloquean o disminuyen la dopamina

            6.1.2. Inyecciones de botulina 

            6.1.3. Medicamentos contra el déficit de atención con hiperactividad 

            6.1.4. Inhibidores adrenérgicos 

            6.1.5. Antidrepresivos 


            6.1.6. Medicamentos anticonvulsivos 

 6.2. Terapia 

            6.2.1. Terapia del comportamiento

           6.2.2. Psicoterapia 

           6.2.3. Estimulación cerebral profunda (OBS) 


SÍNDROME DE TOURETTE Y COMO AFECTA EN EL PROCESO DE

APRENDIZAJE DE LOS NIÑOS

Últimamente se ha difundido más información sobre los diversos síndromes

existentes y cómo las personas se ven afectadas, uno de estos es el síndrome de Tourette

que se dio a conocer en mayor ámbito debido a las redes sociales y las diversas noticias

al respecto, ya que las personas desconocían este trastorno neurológico considerándolo

como una “enfermedad rara”. Este síndrome muy relacionado con los tics motores y

vocales que a su vez es el síntoma más resaltante, no sólo presentan este signo, sino que

encontramos más a fondo problemas que no son muy notorios, pero que afectan y

agravan en la vida cotidiana de la persona. Asimismo, el síndrome de Tourette se

empieza a evidenciar desde la niñez pudiendo afectar seriamente en el proceso de

aprendizaje del niño, ya que los primeros años de esta etapa son muy importantes para

su desarrollo tanto intelectual como interpersonal. En los siguientes párrafos se

explicará con mayor detalle el concepto del síndrome de Tourette, su etiología, los

síntomas, cómo este síndrome presenta dificultades en el proceso de aprendizaje en los

niños, cómo la escuela puede participar como factor de apoyo importante en ellos y los

tratamientos existentes para contrarrestar este síndrome.

El síndrome de Tourette se define como un trastorno neuropsiquiátrico que

comienza en la infancia o adolescencia, la cual tiene como característica movimiento

reiterativos, espontáneos y vocalizaciones denominados tics. Asimismo, cabe mencionar

sobre su etimología que, en el siglo 19, Gilles de Tourette diagnostica el cuadro clínico

de nueve pacientes que padecían trastornos de tics compulsivos, por consiguiente, Jean

Martin Charcot denominó el síndrome “Tourette” en decoro a Gilles de Tourette. Por

último, se puede señalar que el síndrome de Tourette tiene una incidencia estimada en

torno a 200 casos por cada 100000 niños, a pesar de que existan alteraciones entre los
diversos estudios, se puede estimar que del 4 al 23% de los niños exhiben tics antes de

la pubertad. En efecto, el trabajo de Tijero, Gómez y Zarranz (2009) sobre el síndrome

de Tourette, demostró que en mujeres es menos frecuente, por lo cual tiene relación de 3

a 1, al realizar un estudio por la Neuropediatría se evidenció la incidencia de los tics

eran parecidos a los estudios que se realizaron anteriormente, en el cual se vio que el

59,4% fue del síndrome de Gilles Tourette, también se vio que el 8,5% fue para el tic

cónico múltiple y por último que el 32% era por tic simple. Sobre la cita se puede

evidenciar que este tic no es muy común, que lamentablemente se da antes de la

pubertad lo cual perjudica al infante a muy corta edad, por lo que puede no puede tomar

las medidas necesarias para afrontar los tics que conlleva esta enfermedad.

Con respecto a la etiología del síndrome de Gilles Tourette, existen diversos

aspectos sobre las causas de esta enfermedad. En primer lugar, se puede corroborar que

el factor hereditario influye mucho en el síndrome de Tourette, puesto que la incidencia

en familiares de primer grado a diferencia de la población normal es diez veces

superior, se han realizado estudios que prueban de que gemelos monocigóticos del

síndrome de Gilles Tourette tienen una concordancia de casi el 90%. Pese a que hubo un

enorme esfuerzo por determinar los genes implicados, actualmente no se ha logrado

encontrar genes relacionados al síndrome de Tourette. En segundo lugar, se sabe que el

síndrome de Tourette es un trastorno neurológico, por lo cual se pueden hallar zonas del

cerebro afectadas por este cuadro clínico, es decir, principalmente los circuitos

neuroanatómicos que están evidenciados a que se asocian al sistema dopaminérgico y

también relacionado a los tics. Por ello, en su revista Cornelio (2008) sobre el síndrome

de Tourette, menciona los circuitos más resaltantes como es el circuito motor en la que

afecta a los tic motores, tiene su inicio en la parte de la corteza motora y se proyecta

hacia el putamen; después el circuito prefrontal dorsolateral que está relacionada a


déficits de atención, este circuito está conectado a las áreas de Brodmann

específicamente a las 9 y las 10 con el dorso lateral de la cabeza; seguido está el circuito

orbitofrontal, la cual tiene su inicio en l corteza prefrontal inferolateral en la que acaba

proyectándose al caudado ventromedial, al lesionarse esta zona tiene consecuencias en

los trastornos obsesivo compulsivo, cambios en la personalidad, etc.; y por ultimo está

el circuito cingulado anterior ubicado en giro cingulado anterior que llega a proyectarse

al estriado ventral, conectado a varias partes del cerebro como la amígdala, corteza

endorrinal y el hipocampo. Como se puede evidenciar el síndrome de Tourette al atacar

estas zonas del cerebro causa distintos problemas, además de los tics como son los

trastornos de déficit de atención, obsesivo compulsivo, etc. haciendo que a la persona

afectada le sea muy difícil poder adecuarse al medio académico y al medio social. Para

finalizar, se deduce que la inmunología también está relacionada con una posible causa

del síndrome de Tourette, como es el caso del trastorno pediátrico neuropsiquiátrico

autoinmune asociado a estreptococo, también conocido como su acrónimo PANDAS.

Como afirma, el trabajo de Tijero et al., (2009) sobre las causas del síndrome de

Tourette, existen diversos estudios que tienen como posible culpable del síndrome de

Tourette al PANDAS, lo toman como causa porque está relacionada a una infección

causada por estreptococo betahemolítico. El principal problema es que las proteínas M

de esta bacteria tienen interacción con las proteínas del sistema nervioso al cruzarse,

específicamente con la parte de los ganglios basales, esto tiene repercusión en varias

patologías neurológicas como la distonía, los posibles síntomas del síndrome de Gilles

Tourette, el Parkinson y otros problemas de parkinsonismos, esta infección de

estreptococo a la vez que causa esos problemas neurológicos también debería incluir

diferentes problemas adicionales como la encefalitis, problemas neurodegenerativos y

cerebrovasculares, etc. Respecto a la acusación del PANDAS como causante del


síndrome de Tourette, no se ha evidenciado claramente que es el causante, ya que esta

bacteria no solo causa esas enfermedades neurológicas sino también encefalitis, entre

otras; actualmente a pesar de haber realizado innumerables estudios, no se puede

localizar al principal culpable, por lo que se espera en años futuros poder encontrarlo.

El manifiesto de los síntomas se da esencialmente en personas de edad temprana,

como en la niñez, cuyas edades oscilan entre los 3-9 años; de ahí que algunos síntomas

son leves y menos complejos como los tics, aunque existen complicaciones que pueden

durar toda la vida. Por tanto, los tics son movimientos súbitos, repetitivos casi

involuntarios, pudiéndose clasificar en dos tipos: simples y complejos según nos

manifiesta Albores y Bruno (2001). Esto nos quiere decir que los tics son los síntomas

más notorios en el síndrome de Tourette. En primer lugar, los tics simples se subdividen

en motores y vocales. Los tics simples motores son movimientos súbitos y breves como

los parpadeos rápidos. Por otro lado, los tics simples vocales son más que todo fónicos

como: ladridos, gemidos, etc. En segundo lugar, los tics complejos, así como los tics

simples, también se subdividen en motores y vocales; para el caso de las repeticiones

complejas motoras, parecen tener estos movimientos un propósito, con un tiempo de

duración más prolongado como, por ejemplo: quitando la etiqueta de la ropa, ecopraxia,

etc. Así mismo, los tics complejos vocales las personas con el síndrome repiten frases,

sílabas o las palabras que otras personas mencionan conocido como ecolalia o palilalia

según nos indica Castellanos y Acosta (2004). También, aunque no se da en muchas

personas, solo del 10-15% de las personas que la padecen, mencionan palabras

clasificadas como coprolalia. Vale mencionar a Albores y Bruno (2001) que nos indican

que los síntomas que aparecen de forma más temprana son los motores, y después

aparecen los síntomas vocales, estos últimos aparecen de forma aislada, es decir, no se

mezclan con los tics motores, pero los tics pueden ser anticipados por las personas que
lo padecen, mediante urgencias premonitorias, por ejemplo, en el músculo afectado se

crea una ansiedad anticipatoria, pero lo más preocupante son los movimientos motores

inducidos al daño autoinfligido, ya que son los más dañino. Por otro lado, la excitación

y la ansiedad ayuda al empeoramiento de los tics en el paciente y puede que sí o no, las

experiencias físicas, contribuyan al aumento de los tics, por ejemplo: los cuellos

ajustados pueden crear nuevos tics. Cabe mencionar que los tics no desaparecen durante

el sueño y que durante el tiempo vienen y van variando el tipo, frecuencia, ubicación y

gravedad y que los primeros síntomas aparecen como una progresión rostro caudal de

transición motora: cara, cabeza, hombros, extremidades superiores, músculos del tronco

y extremidades inferiores. El TS puede coexistir con una gama amplia de afecciones

neuropsiquiátricas y del neurodesarrollo, algunas de estas comorbilidades pueden

aparecer antes de los tics. Si bien es cierto que los tics son los síntomas principales, los

problemas coexistentes pueden ser más perjudiciales y molestas que los síntomas

propiamente dichos, dentro de las dificultades coexisten podemos hacer mención el

trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que se presenta en el 40% de las personas

diagnosticadas con síndrome de Tourette, por otro lado, el trastorno del sueño inducido

por los tics que persisten durante el reposo, así mismo el aumento de los tics conduce al

aumento significativo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH),

además problemas en captar la información conllevando al trastorno de déficit de

atención, es por ello que la atención disminuye sea por el esfuerzo de eliminar o

suprimir los tics, por último, problemas de control de impulsos. Es así como estos

problemas coexistentes al síndrome de Tourette son negativos en el desarrollo normal

de la persona según nos refiere Castellanos y Acosta (2004). Así mismo, la

recomendación que nos da Abweinder, 1996: ̈ Todos estos trastornos neuroconductuales


necesitan de rehabilitación¨ pp. 509-511 para una reducción de los síntomas y un

desarrollo similar al de una persona sin este síndrome.

Para muchos niños en la etapa escolar que padecen del síndrome de Tourette les

es muy complicado adaptarse a dicha etapa debido a los síntomas que repercuten en su

desenvolvimiento académico. Una primera de estas consecuencias paralelas a su

síndrome, es decir comorbilidades, es la dificultad característica presentando el

trastorno por déficit en la atención e hiperactividad abreviado por sus siglas TDAH que

nos explica Tourette Association of America (2018) es que este trastorno está

relacionado con las molestias en que atienden a sus clases, esto muchas veces debido a

los tics que interfieren en su concentración siendo molestos para ellos, aunque se

puedan ver constantemente concentrados en alguna actividad muchas veces no lo están.

Como se refiere esta dificultad es una de las principales consecuencias para un niño que

está en edad de aprender no pueda tener un buen rendimiento académico ni desarrollar

sus habilidades cognitivas en varios casos. Además, Apollonio (2014) comenta que

presentar TDAH suma el impedimento de tomar atención por un largo periodo de

tiempo, asimismo se puede resaltar la presencia de una inquietud motora que no les

permite quedarse sentados. Estos dos impedimentos son muy perjudiciales para los

niños al momento de prestar atención, ya que no lograran aprender las clases

explicadas.  Así Tourette Association of America (2018) agrega también un

impedimento de no poder realizar las tareas o asignaturas que son dejadas por docentes,

ya que no pueden escribir bien y no entienden su letra, lo que conlleva a no presentar

trabajos a tiempo o simplemente no realizarlas por el motivo de no saber qué es lo que

se tiene que hacer. Explicando que, por esta falta de orden al escribir, que no es causado

propiamente por los niños sino debido al síndrome (tics) es que muchos de ellos se

frustran y ya no tienen el interés por la presentación de sus tareas. Otro punto que nos
indica Tourette Association of America (2018) es que por lo ya explicado adicionamos

el que no puedan seguir instrucciones visto comúnmente en los niños que siempre se les

repita lo que deben hacer, son lentos para responder como para realizar tareas

complejas. La segunda consecuencia afecta es la comunicación o habilidades sociales en

los niños que es principal para su desarrollo y relación con los demás desde los primeros

años de vida. Tourette Association of America (2018) y Apolloni (2014) comparten la

idea que los niños desarrollan un comportamiento inmaduro, no participan en clase y no

se unen a diferentes grupos provocando una brecha para formar nuevas amistades y no

tener la capacidad de llevarse bien con sus compañeros, presentan conductas

inapropiadas y algunas veces se muestran ansiosos cuando están frente a situaciones

sociales. De tal manera la comunicación en ellos es difícil de llevar a cabo y más aún

cuando necesitan de otros. Tercero, El TOC (trastorno obsesivo compulsivo) está casi

siempre ligado, presente y muy característico en los niños desarrollado por el síndrome

de Tourette, siendo este síntoma muy difícil de sobrellevar. Salazar, et al. (2017) indica

que estos niños suelen tener obsesivos pensamientos y compulsiones que afectan a su

desenvolvimiento académico como a su vida cotidiana, debido a que el niño presenta

imágenes, pensamientos hasta impulsos perturbadores en su mente que son catalogados

como obsesiones. Cuando realiza acciones de manera constante y varias veces para así

controlar su obsesión se les denomina compulsiones. Si a un niño se le niega realizar

estas actitudes obsesivas pueden presentar un gran cuadro de ansiedad. Por lo tanto, se

debe tener la mayor paciencia y comprensión a los niños para que no lleguen a presentar

un estrés elevado agravando su salud mental. La cuarta consecuencia es la disgrafía que

suele presentarse en una gran mayoría de niños siendo difícil de controlar. Salazar, et al.

(2017) interpreta que existe un impedimento, es decir, los tics que no les permite

escribir bien, están constantemente intentando escribir sin ningún error, borrando
repetidamente lo escrito provocándoles molestias, dolor y estrés por no poder realizar

esta acción. Como se explicó cabe resaltar que esta dificultad está unida al que no

puedan llegar a presentar sus tareas o no las entreguen a tiempo. La impulsividad es otra

consecuencia que puede traer consigo este síndrome ya que el niño no se autocontrola

ocasionando según la asociación de Tourette de América (2018) chillidos, alaridos o

gritos a otros, pudiendo así desencadenar conductas explosivas, de oposición o

desinhibición. Esta primera, conductas explosivas, como su propio nombre lo indica, se

da cuando el niño no controla su comportamiento pudiendo desatar situaciones

violentas, Pérez (2018) afirma que estas conductas  se caracterizan por presentar casos

de violencia verbal o física las cuales son de forma descomedidas e incluso

impredecibles, no tienen proporción con los estímulos los cuales motivaron al niño que

cometa tal conducta, trayendo como consecuencias muchas veces autolesiones o

agresiones a personas u objetos ajenos. Estas conductas son perjudiciales para la

interrelación del niño con sus compañeros e incluso con sus profesores ya que al perder

el autocontrol este puede dañar a los demás. Por otro lado, tenemos a las conductas de

oposición, las cuales se definen como comportamientos “rebeldes”, suelen dar la contra

a las personas mayores, según la CDC (2020) los niños “demuestran comportamientos

negativos, desafiantes y hostiles hacia los adultos o figuras de autoridad”, ocasionando

así problemas en casa y sobre todo en la escuela con sus profesores y compañeros,

puesto que impiden la buena comunicación. Por último, la desinhibición, este concepto

consiste en que el niño ya no puede identificar las conductas inadecuadas o prohibidas

pudiendo así cometer delitos graves contra las personas ajenas, o compañeros tratándose

del ambiente escolar. Otra forma de cómo afecta el síndrome de Tourette en el

aprendizaje de los niños es el estrés y ansiedad, estas se definen como preocupaciones y

miedos innecesarios usualmente acompañados de pensamientos irracionales difíciles de


evitar causando de esta forma que el niño se sienta abrumado consigo mismo,

impidiendo así un buen rendimiento académico. Adicionalmente, encontramos

problemas sensoriales como “sensibilidad a la luz, el sonido, el tacto, los olores o los

sabores” (asociación de Tourette de América, 2018) que pueden afectar en el

aprendizaje del niño ya que al no sentirse cómodo en el ambiente puede desarrollar

cualquier conducta antes mencionada.

En la actualidad, es muy frecuente que la llamada Síndrome de Gilles de la

Tourette, sea una condición muy poco conocida entre la población en general, pero de

manera particular, entre los educadores, personal educativo y agentes del medio escolar;

sin embargo, este desconocimiento va disminuyendo de manera paulatina, facilitando la

comprensión de las conductas de las personas afectadas en la sociedad y particularmente

en las instituciones educativas para poder lograr ser un agente de apoyo que contribuya

en la difusión, comprensión y aceptación, y también para la generación de un ambiente

agradable y empático para los alumnos con Síndrome de Tourette; por ello, es

importante mencionar los diversos roles a desempeñar por dichos agentes del medio

escolar. En primer lugar, es importante mencionar el rol que desempeña el director de

las instituciones educativas, ya que son los que participan de manera frecuente ante una

situación disciplinaria, promueven el desarrollo de las capacidades de los docentes y

personal colaborativo, y generan las condiciones de un buen clima institucional; así

mismo, pueden apoyar a los alumnos con ST propiciando un ambiente agradable, en la

que el personal educativo se encuentre involucrado en el desarrollo académico y social

de los alumnos y no presenten consecuencias negativas por los síntomas del ST

(Marcano y Finol de Franco, 2007); también es importante que aseguren y propongan

capacitaciones en el trabajo con respecto al ST y los trastornos asociados; además, que

ante el reconocimiento y manifestaciones diferentes de los síntomas de cada persona,


realicen intervenciones de manera creativa, positiva y proactiva; otra manera de apoyar

a los alumnos con ST es informando constantemente a los padres del desempeño de sus

hijos y la manera en que se ven afectados por los síntomas del ST en la realización de

tareas y capacidades; y en última instancia pero igualmente importante, el

reconocimiento de las diversas afecciones relacionadas al ST, como por ejemplo: TOC,

TDAH, Trastorno de procesamiento sensorial, déficits de comunicación social,

depresión, etc., ya que el conocimiento básico de estos temas cooperan en la relación y

trabajo con alumnos con ST (Asociación de Tourette de América, 2018). En segundo

lugar, conoceremos el rol que desempeña el profesor o docente, ya que no solamente se

limita a proporcionar información y controlar la disciplina, sino también ser un

mediador entre el alumno y el ambiente, dejando de ser el protagonista del aprendizaje

para pasar a ser un guía y acompañante del alumno, pues son los encargados de generar

un ambiente seguro y de apoyo o uno estresante y negativo para el alumno con ST

(Parra, 2011); entre las sugerencias para poder lograr contribuir en el éxito académico

del alumno, tenemos: reconocer los tics como movimientos y sonidos involuntarios

debidos a factores neurológicos, observar situaciones o factores que originan estrés o

ansiedad e implementar adaptaciones, ignorar los síntomas porque esto demuestra la

aceptación y normalización del ST, tener en cuenta que las cuestiones relacionadas con

la escritura son una de las dificultades más comunes, etc.; por otro lado, es importante

mencionar también, las sugerencias generales para el éxito social del alumno, como:

enseñar estrategias para el desenvolvimiento en diversos contextos, involucrar al

alumno con ST en el desarrollo de planes y estrategias para mantener síntomas difíciles

o imposibles de ignorar, promover la comunicación con los padres compartiendo no

solamente las debilidades del alumno, sino también sus logros y fortalezas (Asociación

de Tourette de América, 2018). En tercer lugar, se identificará el rol que desempeña el


auxiliar escolar, pues son generalmente los que poseen un contacto mucho más personal

con el alumnado, ayudan en la implementación de estrategias proactivas y positivas, ya

que están al tanto de las necesidades del alumno, brindándole recursos de apoyo

adecuados; además, actuar como un medio de protección, esto contribuye en la

reducción del estrés del alumno y síntomas de tics, lo que genera un entorno educativo

más exitoso (Campo y Labarca, 2009); algunas sugerencias importantes son: identificar

los factores que generan ansiedad en el alumno, respetar su privacidad y brindar apoyo,

reconocer la importancia de trabajar con el alumno, conversar constantemente con el

profesor del alumno y desarrollar un sistema para comunicarse con el maestro acerca de

las tareas y los entornos que aumenten los o disminuyan los síntomas (Asociación de

Tourette de América, 2018). 

Hoy en día sabemos que si bien no hay una cura para el síndrome de Tourette

(ST), si existen tratamientos para ayudar a controlar los tics causados por la afección, de

esta manera el paciente puede llevar una vida normal, ya que puede lograr disminuir los

tics a niveles casi imperceptibles si se le hace un estricto seguimiento; además, el

tratamiento ayudará al paciente a comprender la cuestión y tratarla de manera más

funcional, disminuir la ansiedad y estrés, aprender a lidiar con las emociones, mejorar la

asertividad y desarrollar habilidades para el manejo de ansiedad (Vera,2020). Existen

dos posibles e importantes intervenciones para el tratamiento del síndrome de Tourette,

estos son la medicación y la terapia cognitivo-conductual, en primer lugar, el uso de

medicamentos antipsicóticos puede disminuir los síntomas de trastorno relacionados, y

por ende, la intensidad de los tics, entre los medicamentos tenemos: aquellos que

bloquean o disminuyen la dopamina, como la flutenazina, el haloperidol, la risperidonea

y la pimozide (Cohen, Young, Nathanson, 1979); las inyecciones de botulina, con una

inyección en el músculo afectado se logra aliviar un tic simple o vocal (Vera, 2020);
medicamentos contra el déficit de atención con hiperactividad, están los estimulantes,

como el metilfenidato y los que contienen dextroanfetamina, que ayudan a mantener la

concentración y atención (Vera, 2020); inhibidores adrenérgicos centrales, aquí

encontramos medicamentos como la clonidina y la guanfacina, que generalmente se

recetan para tratar la presión arterial alta (Chapell, 1995); también están los

antidepresivos, como la fluoxetina, que permiten controlar síntomas de tristeza,

ansiedad y TOC; y por último, se encuentran los medicamentos anticonvulsivos, como

el topiramato, utilizado para tratar la epilepsia (Vera, 2020). En segundo lugar, las

investigaciones muestran resultados prometedores en la aplicación de la Terapia

Cognitiva del Comportamiento, ya que tanto los factores conductuales como los

emocionales, influyen en gran medida en los síntomas; una de las terapias es la

psicoterapia, que ayuda a las personas con síndrome de Tourette a adaptarse mejor a su

trastorno y a poder sobrellevar los problemas sociales y emocionales secundarios que

suelen ocurrir, además incluyen capacitaciones para ayudar al paciente a tener

conciencia del trastorno y ayudarlos a moverse de forma voluntaria al presentarse un

impulso premonitorio (Pujades, 2020); otra terapia es la Estimulación cerebral profunda

(DBS), consiste en realizar un implante de un dispositivo médico en el cerebro, que

funciona a pila para proporcionar estimulación eléctrica a zonas específicas que

controlan el movimiento; sin embargo, este tratamiento todavía se encuentra en las

etapas iniciales de investigación (Ecured, 2019). 

En conclusión, se ha tratado sobre el síndrome de Tourette y la forma en la que

este repercute en el proceso de aprendizaje de los niños. Además, se ha definido este

síndrome como un trastorno neuropsiquiátrico, cuya incidencia se da cada 200 niños de

100000 aproximadamente. También, se sabe que dos de las principales causas

corresponden al factor hereditario y zonas del cerebro afectadas por este cuadro clínico;
entre las cuales se encuentran los circuitos neuroanatómicos asociados al ST, como el

circuito motor, oculomotor, prefrontal, orbitofrontal, y cingulado anterior. Por otro lado,

se ha destacado a los tics como el principal síntoma, clasificándose en simples y

complejos; sin embargo, es importante mencionar que los problemas coexistentes, como

TOC, trastornos de sueño, TDHA, entre otros, son dependientes al ST y resultan ser

incluso mucho más perjudiciales. Por otro lado, debido a lo antes ya mencionado, son

evidentes los problemas que se generan en el proceso de aprendizaje de los niños con

Tourette y su desenvolvimiento académico, todo esto se da de forma paralela a los

síntomas del ST. Por ello, es de suma importancia la forma en la que los agentes del

medio escolar se desempeñan, con la finalidad de contribuir en la comprensión y

aceptación del entorno de los niños con este síndrome y también para la generación de

un ambiente agradable y empático. Así mismo, sabemos que este síndrome no tiene

cura, pero sí se pueden realizar intervenciones a través de tratamientos con el uso

medicamentos y/o terapia cognitiva del comportamiento. Por último, se puede decir que

las dificultades que presentan los niños con síndrome de Tourette, son diversos e

interfieren de forma significativa en el proceso de aprendizaje de los mismos; por ello,

es fundamental el papel que desempeña el director, profesor y auxiliar escolar para

promover la empatía y propiciar un ambiente agradable y adecuado, con la finalidad de

aportar en el desarrollo tanto cognitivo como social del niño. 


REFERENCIAS

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