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PROYECTO MATERIALISMO HISTÓRICO Y MATERIALISMO DIALÉCTICO

TRANSFORMACIÓN DE LA ECONOMÍA COCALERA CON LA IMPLEMENTACIÓN


DE LOS ACUERDOS DE PAZ: NARIÑO

LAURA SOFÍA GÓMEZ MARTÍNEZ

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

PROGRAMA DE SOCIOLOGÍA

SEMINARIO CENTRAL IV: MATERIALISMO HISTÓRICO

TUTORÍA IV

BOGOTÁ, D.C.

2018
Tabla de contenido
PRESENTACIÓN ....................................................................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................................... 3
ANTECEDENTES ...................................................................................................................................... 4
Conflicto armado y narcotráfico en Colombia ..................................................................................... 4
Incidencia del conflicto armado en la configuración territorial colombiana ...................................... 5
Cultivos de coca en Colombia ................................................................................................................ 7
Reseña histórica .................................................................................................................................... 8
Dinámica de producción de cultivos de coca en el territorio colombiano ......................................... 12
Ilegalidad de los cultivos ilícitos en Colombia: Marco jurídico ........................................................ 14
Nariño: Historia de conflicto armado ................................................................................................. 14
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA................................................................................................ 15
Formulación del problema ................................................................................................................... 15
OBJETIVOS.............................................................................................................................................. 16
General ................................................................................................................................................... 16
Específicos.............................................................................................................................................. 16
JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................................................... 17
ASPECTOS TEÓRICOS ......................................................................................................................... 18
ASPECTOS METODOLÓGICOS, TÉCNICOS Y PROCEDIMENTALES ..................................... 19
ASPECTOS ÉTICOS ............................................................................................................................... 20
RESULTADOS ESPERADOS................................................................................................................. 21
IMPACTO ................................................................................................................................................. 22
CRONOGRAMA ...................................................................................................................................... 23
PRESUPUESTO ....................................................................................................................................... 24
BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................................... 25
ANEXOS .................................................................................................................................................... 26

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PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN

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ANTECEDENTES

Conflicto armado y narcotráfico en Colombia

Históricamente, Colombia se ha caracterizado por ser un país el cual enfrasca niveles


elevados de violencia, desde mediados de los años 70 se le suma a esta ecuación el factor del
narcotráfico, el cual ha jugado un papel importante en la historia política, económica y social del
país. Según lo que plantea Salas Salazar (2016) aunque muchos investigadores del conflicto
señalan el inicio de la violencia con el Frente Nacional (1958), este se remonta al periodo de
violencia bipartidista de 1946; de esto se puede ver que las zonas donde más se presentaban actos
violentos persisten hasta hoy en día, es decir, para el 46 Antioquia, Santander, Caldas,
Cundinamarca, Tolima, Boyacá y algunos departamentos del Atlántico eran los lugares donde se
presentaban más actos violentos en el país, y en el 58 se le suman Quindío, Tolima, Risaralda y
Valle (Salas Salazar, 2016).

Según el sociólogo colombiano Ricardo Vargas (2005) en su artículo Drogas y conflicto


armado: El caso colombiano y el paradigma de seguridad global, a partir de los años 70 la guerra
por las drogas se ha convertido en un problema de la lucha antiterrorista, es decir, se origina una
remilitarización de la lucha en contra de las drogas. En la historia de Colombia, más
específicamente en su historial de narcotráfico, se entienden dos momentos importantes, el primero
desde mediados de los años 70 donde el país era reconocido por procesar y exportar cocaína, y el
segundo a partir de mediados de los 90 donde se convierte en el primer país productor de hoja de
coca; sin embargo, hace falta aclarar que el periodo de la marihuana (en los años 70) fue antes que
el de la coca, y produjo en estas zonas relaciones sociales de producción que de una u otra forma
involucran a los grupos armados (Vargas, 2005).

Los grupos al margen de la ley en Colombia han jugado un papel importante en el proceso
de narcotráfico que se ha llevado a cabo en el país, teniendo en cuenta que la mayor parte de
cultivos se encontraban en zonas de control de estas guerrillas, estos grupos armados cumplían

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funciones de regulación y protección de estos; en los años 70 la relación entre estos dos bandos se
da alrededor de acuerdos inestables que les permitirían a los narcotraficantes de la creación y
funcionamiento de laboratorios y de pistas aéreas que permitieran sacar la cocaína producida del
país (Vargas, 2005). Hacia los 90 la lucha por las drogas se había convertido en un conflicto no
sólo interno, sino que ahora era de carácter internacional, se había sumado a la lucha antiterrorista
de los Estados Unidos de América.

Incidencia del conflicto armado en la configuración territorial colombiana

Existen diversos factores que han incidido a que el conflicto armado se convierta en una de
las variables más influyentes a la hora de configurar el territorio colombiano, entre estas se
encuentra la descentralización de 1988, la apertura económica y las reformas políticas, económicas
y administrativas de la constitución de 1991 (Salas Salazar, 2016). La presencia de grupos
armados en el país permitió la configuración de micropoderes en diferentes zonas del territorio
colombiano, estos fueron factores fundamentales en la configuración y consolidación de las
actividades ilegales perpetuadas por estos, aumentar su poder económico e influenciar en la
voluntad de las comunidades por medio de actos de violencia.

La imagen 1 es un recuento de la evolución del conflicto armado en diferentes zonas del


país en los periodos de 1998, 2002, 2007 y 2015; es decir, los cuatro periodos claves para la
definición del conflicto armado en el territorio colombiano. Se puede observar que aquellas zonas
en las que la afectaci´n ha sido alta y persistente son: el medio y bajo Putumayo, el sur del Meta,
el norte de Caquetá, el centro del Casanare, el pacífico Valle Caucano, Catatumbo-Urabá, el César,
la Guajira y Magdalena (Salas Salazar, 2016). Cabe resaltar que estos actores del conflicto no sólo
son las guerrillas, sino que, especialmente en el norte del país, existé gran afluencia paramilitar.

Ortíz (2014) afirma entonces que “El control de la economía de la coca por parte de la guerrilla
y los paramilitares se convirtió en un instrumento fundamental para el control territorial, y para el control
social y económico de la población que vive en estas zonas” (pág. 207), estos controles se veían

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materializados en las fuerzas político-militares de los actores involucrados en este conflicto, es
decir, cual fue el papel o inclinación que estos tienen en el proceso de ejercicio de la fuerza (para
legitimar su poder) y que identidad tienen a nivel político. Afirma también que para los grupos del
narcotráfico es necesario que el conflicto armado se mantenga, después de todo las relaciones de
estos con los grupos armados ilegales ha traído varios beneficios a esta organización en cuanto a
crecimiento y sostenimiento material, o en otras palabras, tanto las guerrillas como los grupos
paramilitares se han convertido en socios indirectos del negocio de la droga en el país (Ortíz,
2014). Su papel en el negocio de las drogas tambíen se convirtió en una herramienta indispensable
para el control territorial puesto que cumple una doble función de proporcionar una base socil, es
decir, una fuerza laboral unida a estos cultivos ilícitos, y los ingresos que le permiten expandir en
la actividad armada que llevan a cabo (Diaz & Sanchez, 2004).

Imagen 1. Dinámica multitemporal en la afectación territorial del conflicto armado en Colombia

Fuente: Salas Salazar, L. G. (2016). Conflicto armado y configuración territorial: Elementos para la
consolidación de la paz en Colombia. Bitácora26, 45-57

De estos se puede observar como el conflicto armado ha jugado un papel fundamental en


la tenencia de las tierras y el control de estas al interior del terrotorio colombiano, para nadie es un
secreto que en la mayor parte de los casos estos grupos eran financiados por lo que obtenían del
narcotráfico, y que la mayor parte de cultivos ilícitos estaban ubicados en su zona de control y

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poderío, convirtiendolos entonces en reguladores del proceso productivo; una vez finalizada la
llamada “ola” del narcotráfico en el país los grupos al margen de la ley (como las FARC y el ELN)
continuaron lucrandose de los beneficios económicos que traía para ellos los cultivos ilícitos, sin
embargo, como fue dicho anteriormente, estos sólo cumplian las labores de regulación y protección
de las zonas de siembra, ¿Quiénes eran los que trabajaban estas tierras? (Salas Salazar, 2016).

Cultivos de coca en Colombia

Para principios del siglo XXI Colombia era el mayor productor de hoja de coca en el mundo
y de amapola a nivel americano, dos de los insumos principales para la elaboración de cocaína y
heroína (Diaz & Sanchez, 2004). “La década de los noventas se caracterizó por la expansión de los
cultivos de coca (pasando de 37,500 ha en 1992 a 144,807 en el 2001, lo cual representa un crecimiento
del 286%), expansión que estuvo acompañada de las disminuciones de los cultivos en Perú y Bolivia.”
(Diaz & Sanchez, 2004, pág. 4), de hecho, según investigaciones hechas por científicos sociales con
respecto al tema, se puede evidenciar que este fenómeno existe por el financiamiento de los grupos
armados ilegales al narcotráfico, es decir, fue con el apoyo de los grupos al margen de la ley que
la producción de hoja de coca (y posteriormente de cocaína) creció en niveles acelerados desde los
años 90.

Los cultivos de hoja de coca en Colombia se han implantado en zonas de colonización campesina
aisladas, de reserva forestal, de amortiguación (parques naturales) y zonas de resguardos
indígenas caracterizadas por poseer suelos pobres para la agricultura y la ganadería con precarias
condiciones sociales y de infraestructura, en los cuales la protección de los actores armados ha
jugado un papel determinante. (Diaz & Sanchez, 2004)

Sin embargo, no se puede comprender el fenómeno de los cultivos ilícitos, y como entender
estos en términos de relaciones de producción, en el país sin tener primero una contextualización
histórico-espacial de la problemática.

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Reseña histórica

La marihuana fue el producto producido y exportado de forma ilegal en Colombia por


excelencia en los años 60, sin embargo, este proceso no duró mucho, ya que por medidas tomadas
por el Estado con el fin de erradicar esta economía ilegal y con el auge de la marihuana californiana
aquella sembrada en territorio colombiano perdió popularidad (Diaz & Sanchez, 2004). Esto no
significa que la marihuana se haya dejado de cultivar en el país, estos cultivos se convirtieron en
objetos de consumo al interior del país, aunque aún existen exportaciones a los Estados Unidos.

Para finales de los 70 y principios de los 80 la economía cocalera en Colombia empieza a


tomar fuerza, y se inicia un periodo conocido como la bonanza coquera; es durante este periodo
cuando el país aumenta su participación en el mercado mundial de la droga. Según Diaz y Sánchez
(2004), este proceso empezaba en Bolivia y en Perú, donde se importaba la base de coca para ser
transformada posteriormente en cocaína, luego de esto era enviada a los Estados Unidos; mientras
esto sucedía Colombia se consolidaba como uno de los más grandes productores de hoja de coca,
y empieza a establecer centros económicos como Caquetá, Guaviare y Putumayo.

El rápido crecimiento de la economía cocalera en Colombia propició la creación de carteles


de la droga como el de Medellín, el de Cali y el de la Costa. Estos grupos hicieron uso de la
violencia en sus zonas de control para legitimarse en estas, fue principalmente violencia homicida
urbana y el deterioro del sistema judicial, es decir, la impunidad reinaba en estos casos. Esta
violencia por parte de los carteles no sólo se evidenciaba en las zonas de control de estos, en el
transcurso del periodo del auge del narcotráfico, estos carteles realizaron múltiples actos violentos
en contra del Estado, como atentados, asesinato a líderes sociales, soborno y amenazas a dirigentes,
entre otros. Este periodo caracterizado principalmente por los enfrentamientos con los carteles
(Estado-Carteles y Carteles-Carteles) empezó a decaer hacia los años 90, cuando a través del
refuerzo de políticas y de instituciones como la policía y los organismos de inteligencia, se empezó
a frenar el proceso y a capturar a las cabecillas de estos grupos (Diaz & Sanchez, 2004).

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Con el debilitamiento de los carteles el control de la producción y distribución de la coca
tuvo un cambio estructural en cuanto a quien iba a ser el que liderara este proceso, por una parte
pasó a los carteles de segunda o tercera generación (Norte del Valle, Costa, Medellín, Eje Cafetero)
y por otra pasó bajo el control de los grupos al margen de la ley (guerrillas y paramilitares), estos
Gráfica 1. Producción de hoja de coca y amapola últimos convirtiendo su papel en el
Colombia
proceso de producción de hoja de coca
y venta de cocaína en una de sus
principales herramientas para su
financiamiento (Diaz & Sanchez,
2004).

A principios de siglo XXI, como fue


dicho anteriormente, Colombia se
Fuente. Diaz, A. M., & Sánchez, F. (2004). Geografía de
convierte en el mayor productor de hoja
los cultivos ilícitos y conflicto armado en Colombia.
de coca, sin dejar la producción
cocaína; para el año 2000 se estima que existían 166 mil hectáreas de cultivo de coca, concentrada
en su mayoría en la zona Andina del país. En la gráfica 1 se puede evidenciar como fue el
crecimiento de estos cultivos ilícitos entre 1991 y 2000, según esta el crecimiento de los cultivos
empieza de forma moderada en el año 1994, y es en 1996 cuando su crecimiento se vuelve
exponencial, esto se debe a que con la llegada de los grupos armados al sur del país estos aumentan
sus zonas de influencia y control, por lo cual la llegada del cultivo de coca es mayor (Diaz &
Sanchez, 2004).

No es sino hasta el año 2001 que los cultivos ilícitos empiezan a disminuir, alcanzando el
número de 102.000 hectáreas para 2002, principalmente por jornadas de fumigación y la
erradicación voluntaria por parte de los campesinos que habitan estas zonas. Para esta primera
década del siglo los cultivos estaban concentrados en su mayoría en las zonas de la Orinoquía y la
Amazonía con un 78,6% de la producción total del país, esto se debe a que es en esta zona donde
se encuentran las mayores reservas forestales, grandes recursos hidrográficos y vasta producción
petrolera (Diaz & Sanchez, 2004).

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Con los acuerdos de La Habana con las FARC (una de las guerrillas colombianas) las
dinámicas con los cultivos ilícitos se transformaron, en estos se estipula que para “construir paz es
necesario encontrar una solución definitiva al problema de las drogas ilícitas…Para lo cual se promueve
una nueva visión que de un tratamiento distinto y diferenciado al fenómeno del consumo, al problema de
los cultivos de uso ilícito, y a la criminalidad organizada asociada al narcotráfico” (Junguito Bonnet,
Perfetti del Corral , & Delgado Barrera, 2017, pág. 30). En temas de erradicación de los cultivos
ilícitos en el país los acuerdos anteponen la sustitución voluntaria de estos, es decir, que los mismos
campesinos reemplacen sus cultivos de coca por algún otro producto, sobre procesos como la
utilización de los agentes químicos o la sustitución forzosa, los cuales pueden ser perjudiciales
para la tierra y dañarla permanentemente. Según lo redactado esta eliminación se hará por medio
de acuerdos con las comunidades que habiten en estas zonas de cultivo, empero, en el caso de no
llegar a un acuerdo con estos el Estado procederá a erradicarlo priorizando la erradicación manual
donde esta sea posible. (Junguito Bonnet, Perfetti del Corral , & Delgado Barrera, 2017)

Dentro de los acuerdos también se promueve la creación del PNIS (Programa Nacional
Integral de Sustitución de cultivos de Uso Ilícito), una entidad estatal que se haría responsable de
todo el proceso de erradicación y sustitución de los cultivos ilícitos en todos los rincones del país,
el programa tiene a su vez una serie de objetivos para responder a las necesidades de las
comunidades que habitan en las zonas de cultivo, estos son:

 Superar las condiciones de pobreza de las comunidades campesinas, en particular las dedicadas
a los cultivos ilícitos
 Promover la sustitución voluntaria, mediante el impulso de planes integrales municipales y
comunitarios diseñados en forma concertada y con participación directa de las comunidades
 Promover la participación y la capacidad de gestión de las comunidades campesinas y sus
organizaciones
 Contribuir al cierre de la frontera agrícola, recuperación de los ecosistemas y desarrollo
sostenible
 Lograr que el territorio nacional esté libre de cultivos de uso ilícito
 Fortalecer la presencia del Estado en los territorios afectados

(Junguito Bonnet, Perfetti del Corral , & Delgado Barrera, 2017, pág. 30)

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El PNIS trae consigo a su vez una serie de beneficios a las comunidades que, bajo acuerdo,
se comprometan a la sustitución, la no resiembra y no estar asociado a actividades relacionadas al
narcotráfico, entre estos está una atención inmediata y desarrollo de proyectos productivos, esto
con una asistencia alimentaria por el periodo de un año, la estructuración de proyectos productivos
a largo plazo y proyectos para generar ingresos rápidos; por otro lado, los recolectores obtendrán
también una opción de empleo temporal (Junguito Bonnet, Perfetti del Corral , & Delgado Barrera,
2017).

En cuanto al área destinada a los cultivos ilícitos en el país, se ha visto desde 2013, un
incremento en estas zonas, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC), las hectáreas de coca pasaron de 69.000 en 2014 a 96.000 en el año 2015, se cree que
la tendencia ha seguido en años siguientes; teniendo en cuenta esto dicho anteriormente, estos
incrementos han vuelto a posicionar a Colombia como el país número 1 en la producción de la
hoja de coca (Junguito Bonnet, Perfetti del Corral , & Delgado Barrera, 2017).

Gráfico 2. Extensión de cultivos de coca en Colombia, Perú y Bolivia

Fuente. Junguito Bonnet, R., Perfetti del Corral , J. J., & Delgado Barrera, M. (2017). Erradicación
de cultivos de uso ilícito (Punto 4 del acuerdo).

Este incremento en las zonas cultivadas con coca en en territorio colombiano, según un
informe de la UNODC se debe a que en estas zonas se ha encontrado un incremento en los precios

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que se reciben por la hoja de este, es decir, los beneficios que se obtienen por sembrarla en el
proceso de cambio se han incrementado, por ejemplo, si en 2014 recibían $2.150/kg para 2015
esta cifra aumentó a $3.000; otros factores que influyeron fueron la reducción del riesgo
relacionado con las actividades ilícitas debido a la suspensión de la fumigación con glifosato
(asperción aérea), la posibilidad de evitar la erradicación manual al bloquear a la fuerza pública y
otros elementos de coyuntura que favorecen las actividades de carácter ilícito (Junguito Bonnet,
Perfetti del Corral , & Delgado Barrera, 2017).

En conclusión, en el país históricamente has existido diferentes cultivos de uso ilícito, como
la marihuana, la amapola y la coca, todos estos ubicados en zonas donde la presencia de grupos
armados ilegales ejercía control y dominación territorial. En 192 municipios del país estuvieron
presentes los cultivos de coca para 2015, de los cuales el 58,85% estuvieron controlados por los
grupos al margen de la ley; y de las 96.000 hectareas de estos eun 31% se encuentra en Nariño, el
21% en Putumayo y 12% en Santander (todos territorios víctimas del conflicto armado) y los
municipios con mayor cantidad de hectareas cultivadas son Tumaco (18%), Puerto Asís (6%) y
Tibú (5%) (Junguito Bonnet, Perfetti del Corral , & Delgado Barrera, 2017).

Dinámica de producción de cultivos de coca en el territorio colombiano

Según la investigación de Miguel Serrano (2014), la planta de coca posee propiedades


biológicas que permiten que esta tenga condiciones ideales para su aprovechamiento, ya sea para
un consumo legal, como el de las comunidades indígenas, o para las prácticas ilegales como la
producción del clorhidrato de cocaína.

Hasta el 2014 se tenía registro de 15 especies del género Erithroxylum (al que hace parte
la coca), y en estos se ha encontrado que todos tienen ”resultados positivos de estas especies en
relación con efectos antibacterianos, antifúngicos, citotóxicos, anti-levaduras, antivirales, analgésicos y
efectos sobre el sistema nervioso central” (Serrano , 2014, pág. 7). Estas se han usado en más de una
decena de países con fines etnomédicos, es decir, medicina tradicional, para esto se usan en general

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las hojas frescas, empero, también son funcionales las raíces secas, las hojas y las ramas, los frutos
secos y la corteza o tronco, estos en general se preparan en forma de infusión (Serrano , 2014).

En varios países latinoamericanos, incluido Colombia, las comunidades indígenas han


consumido coca con fines medicinales y para rituales autóctonos desde el periodo prehispánico;
es decir, estos cultivos hacen parte de las dinámicas de consumo de los pueblos indígenas como la
Amazonia, la Sierra Nevada y la región Andina en cuanto a la práctica del “mambeo” (masticar la
hoja de coca con cal), la cual, según estudios realizados, no produce los mismos efectos que el
clorhidrato de cocaína (Serrano , 2014).

El arbusto de coca, desde el momento de su cultivo, tiene un rendimiento alto de


aproximadamente 3.500 kg de hoja por hectárea, sin embargo, este se ve transformado a medida
que pasa el tiempo, es decir pasa de tener un alto rendimiento a uno bajo (Serrano , 2014). El
proceso para producir cultivos de coca en el país debe cumplir con una serie de lineamientos para
que el rendimiento de estos sea el óptimo, en general, el tratamiento de los cultivos de coca es de
tipo manual, es decir, no se utiliza maquinaria para completar el ciclo productivo de esta planta.

Tabla 1. Prácticas agro-culturales en el cultivo de la coca en Colombia

Fuente. Serrano , M. (2014). Dinámica reciente de la producción de cultivos de coca en Colombia

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Ilegalidad de los cultivos ilícitos en Colombia: Marco jurídico

La ilegalidad de los cultivos de coca en Colombia tiene como origen lo estipulado en la


Convención contra el tráfico de estupefacientes de 1961, con lo cual, con la Ley 30 de 1986 se
convierten en ilícitos los cultivos de coca. Años más tarde, en 1988, se lleva a cabo la Convención
de Viena contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, tras esta nace la Ley
67 de 1993 en la cual se legalizan los cultivos de coca en las comunidades indígenas. Sin embargo,
esta última se ha visto modificada a través de los años, finalmente en el artículo 375 del Código
Penal del 2000 se establece que si no se tiene el permiso de una autoridad competente aquel que
cultive, conserve o financie cultivos de marihuana o cualquier otra planta que cause dependencia
incurrirá en prisión si tiene más de un kg de estas semillas (Serrano , 2014). En conclusión, “el
cultivo de la coca es una actividad ilegal que tiene penas que varían entre los 5 años y 4 meses, hasta los
18 años de prisión, y con multas extraordinarias” (Serrano , 2014, pág. 10).

Nariño: Historia de conflicto armado

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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Formulación del problema

15
OBJETIVOS

General

Específicos

16
JUSTIFICACIÓN

17
ASPECTOS TEÓRICOS

18
ASPECTOS METODOLÓGICOS, TÉCNICOS Y PROCEDIMENTALES

19
ASPECTOS ÉTICOS

20
RESULTADOS ESPERADOS

21
IMPACTO

22
CRONOGRAMA

23
PRESUPUESTO

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BIBLIOGRAFÍA
Diaz, A. M., & Sanchez, F. (2004). Geografía de los cultivos ilícitos y conflicto armado en Colombia.
Bogotá: Documento CEDE. Obtenido de
https://economia.uniandes.edu.co/components/com_booklibrary/ebooks/D2004-18.pdf

Junguito Bonnet, R., Perfetti del Corral , J. J., & Delgado Barrera, M. (2017). Erradicación de cultivos de
uso ilícito (Punto 4 del acuerdo). En R. Junguito Bonnet, J. J. Perfetti de Corral , & M. Delgado
Barrera, Acuerdo de Paz: Reforma rural, cultivos ilícitos, comunidades y costo fiscal (págs. 30-44).
Bogotá: FEDESARROLLO.

Ortíz, C. E. (2014). Los cultivos ilícitos en Colombia: evolución histórica y territorio. En Museo Nacional,
Análisis histórico del narcotráfico en Colombia (págs. 199-245). Bogotá: MinCultura.

Salas Salazar, L. G. (2016). Conflicto armado y configuración territorial: Elementos para la consolidación
de la paz en Colombia. Bitácora26, 45-57. Obtenido de
http://www.scielo.org.co/pdf/biut/v26n2/v26n2a05.pdf

Serrano , M. (2014). Dinámica reciente de la producción de cultivos de coca en Colombia. En M. Serrano


, Cultivos ilícitos de coca y bienestar en las regiones productoras; Un análisis desde el enfoque de
capacidades (págs. 5-28). Bogotá: Facultad de Ciencias Econónicas UNAL. Obtenido de
http://fce.unal.edu.co/media/files/documentos/Doctorado/Tesis/Tesis_Miguel_Serrano.pdf

Vargas, R. (2005). Drogas y conflicto armado: El caso colombiano y el paradigma de seguridad global.
EGUZKILORE, 23-45. Obtenido de
https://www.ehu.eus/documents/1736829/2174561/02Vargas.pdf

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ANEXOS

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