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UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

LECTURA 1

Historia de la lógica
La antigüedad de la lógica como ciencia se remonta al período sistemático de la
filosofía griega, y sus orígenes se asientan allá por el siglo VI, A. C.

Parménides, el gran filósofo eleático impugnador de las doctrinas de Heráclito, es el


primero que señala la razón como la única capaz de conocer el ser y la verdad de
las cosas, y concluye que todo lo que puede ser pensado es, y lo que no puede ser
pensado no es.

Heráclito había dicho: lo único que es es el no-ser, el cambio, el eterno devenir;


Parménides, al demostrar la falsedad de ese postulado, de que el no-ser es,
determina el principio ontológico ( que es a su vez el primer principio lógico), base y
fundamento de toda la estructura lógica: el principio de identidad (“toda cosa es igual
a la misma”), que destruye la tesis heraclitiana; porque no es posible que una cosa
sea y no sea a un mismo tiempo, no es posible que el ser sea el no-ser, toda vez
que eso no puede ser pensado, y lo que no puede ser pensado no es.

Zenón de Elea, discípulo de Parménides, es el vocero y defensor de las doctrinas de


su maestro, dando con ello nacimiento al método denominado dialéctico, y creando
el razonamiento hipotético y la reducción al absurdo. Sus argumentos se conocen
con el nombre de aporías, que significan duda, negación, siendo famosas la de
Aquiles y la tortuga y la de la flecha, empleadas para negar movimiento.

La dialéctica creada por Zenón va a ser el método de todos sus continuadores, y esa
forma de argumentación y contraargumentación, va destacando el lineamiento de las
formas lógicas que han de conducir a la claridad y veracidad del pensamiento.
El ateniense Sócrates, en su constante argumentar a los sofistas, se empeña en un
método (mayéutica), encaminado a la búsqueda y definición de los conceptos;
partiendo de las cosas particulares conocidas, llega a las universales, y por eso se le
considera como el descubridor del concepto, de la definición y de la inducción.
El genio de Platón logra una mayor distinción de las operaciones lógicas que
aparecen en su maestro Sócrates, pero no llega aun a separarlas del elemento
metafísico. Su interpretación apriorística, de gran importancia para la Lógica, está
íntimamente mezclada con su doctrina de las ideas.

Todos esos aportes lógicos van a tener una culminación en la mente maravillosa de
Aristóteles, creador de la lógica formal como disciplina científica autónoma.
No atribuyo Aristóteles a la ciencia que había discurrido el nombre de Lógica, con
que hoy nosotros la conocemos: ello es obra de sus continuadores y recopiladores.
Tampoco escribió un tratado en que condensara lo relacionado con los problemas
lógicos, sino que a través de una serie de obras, va desarrollando su doctrina.
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Sus escritos sobre estas materias fueron reunidos bajo el nombre Organon
(Instrumento), alineándose los capítulos bajo los siguientes títulos:

Categorías, que contiene la teoría de los términos y de los conceptos; Hermenéutica


( de la interpretación ), o teoría de las proposiciones; Primeros Analíticos, o teoría de
silogismo en general; Segundos Analíticos, teoría de la demostración ( silogismos
cuyas premisas son necesarias ); Tópicos, o teoría del razonamiento dialéctico y
probable, cuyas premisas son opiniones generalmente aceptadas; Refutación de los
sofistas, discusión y refutación de las argumentaciones que parecen verdaderas no
siéndolo (sofismas).

Para Aristóteles, la Lógica no tiene una finalidad en sí misma, sino que es un


instrumento, es el método de la ciencia (filosofía). Estableció el principio de
contradicción y el de exclusión del término medio; estudio la naturaleza de los
conceptos y categorías y las formas del juicio; pero el meollo de su doctrina está en
el silogismo, de donde “puesto algo, resulta algo nuevo”.

La Edad Media conserva el legado de la Lógica aristotélica, completada en algunos


aspectos, pero inalterable en su esencia.

Durante este período de tiempo se siguen involucrando los problemas lógicos con
los metafísicos y gramaticales.

Llevando la especulación hasta sus últimos extremos, se enfrascan en la


apasionada discusión de los Universales, interpretados por las distintas posiciones:
para los realistas, los universales tienen una existencia real y efectiva; para los
nominalistas, los universales se reducen a meros nombres; por último, para los
conceptualistas, los universales se consideran como conceptos, siendo éstos lo que
finalmente ha predominado.

Al comenzar la Edad Moderna, la atención se concentra en los objetos y fenómenos


reales, y la Lógica, que hasta entonces había sido lógica formal, atendiendo solo a
las formas y encadenamiento de las ideas, va a transformarse con Francis Bacon
(1561-1626) en lógica utilitarista, en lógica de los hechos, encaminada al
descubrimiento de las leyes naturales mediante la inducción.

Interesado en el beneficio que para la humanidad representaba el conocimiento y


dominio científico de la realidad investigó Bacon la naturaleza con un nuevo método,
la inducción, y llamó a la obra en que estudió estos problemas Novum Organon, en
la que al mismo tiempo hizo la crítica a la lógica aristotélica.

Jhon Stuart Mill (1806-1873), es el primer sistematizador de la Lógica inductiva; para


él la inducción es el método universal y, empirista por sistema, considera que todo
nuestro conocimiento proviene de inducciones más o menos generalizadas. “La
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Lógica -- dice -- es la ciencia de las operaciones intelectuales que sirven para la


estimación de la prueba”.

A partir del descubrimiento y sistematización de la lógica inductiva, se completa el


cuadro de la lógica formal deductiva-aristotélica. Estimándose que, si nos
concretamos a una sola vía lógica, nos expondremos a errores; es desde entonces
que se admite que la inducción nos protege contra los fallos deductivos y la
deducción contra los inductivos.

Frente al experimentalismo de la época ya se había levantado el idealismo lógico,


una de cuyas direcciones es el normativismo idealista, que considera la lógica como
“la ciencia de las normas ideales del pensamiento”. Kant es el principal
representante de esta posición, que reconoce el carácter ideal a priori de lo lógico.

Edmundo Husserl (1859-1938) va a representar no solo una oposición tenaz contra


el psicologismo, sino también contra las doctrinas kantianas. Con su teoría, llamada
fenomenología, lucha contra el psicologismo en favor de una posición lógica
independiente de toda psicología. La psicología se ocupa de leyes empíricas, de
hechos, la lógica de leyes de esencias de validez universal y de necesidad
estrictamente independiente de la experiencia. Las leyes lógicas son las leyes de los
enunciados en sí; pues los objetos de la lógica son ideales, intemporales (no reales
en el espacio y en el tiempo), por lo tanto, no pueden nunca ser contenidos incluidos
en la corriente individual. De ahí que el fin de la lógica sea, para Husserl, la
elaboración de las leyes que condicional la conexión de “verdades” en la unidad de
un sistema o teoría.

Se llega a la posesión de esas leyes, en la misma forma que a las leyes generales
del ser, ascendiendo (por medio de la intuición ideal de la esencia) del objeto
particular a su “idea”; por ejemplo, ascendiendo de los objetos al “número 2”; de un
triángulo particular, “al triángulo”, y después, tomando esta idea (del número 2, del
triángulo), como un dato para nuestra intuición intelectual. Así la intuición
fenomenológica puede aprehender objetos universales, en esa forma de intuición
espiritual fenoménica.

De aquí se comprende que la fenomenología de Husserl conduzca a una ciencia a la


cual están subordinadas todas las ciencias de hechos.

De modo que, investigando las esencias de las formas específicas de la conciencia


de los objetos y de las formas de actos correspondientes a esos objetos, la lógica de
Husserl comprende, además, la elaboración de las leyes que condicionan todo eso
es un sistema.

“Lógica”
Dra. Rosaura García Tuduri. Editorial Minerva Books, Ltd.

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