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de Vinos
Para principiantes
Introducción
Acidez
La acidez de un vino lo hace más fresco; por lo tanto es una buena compañía para
preparaciones frescas y cítricas. Por otra parte, un vino con buena acidez es afín a platos
salados, ya que contrarresta la carga de sal, permitiendo sentir los sabores.
Además, es muy bueno para abrir el apetito. Variedades como el Sauvignon Blanc y algunos
Chardonnay cumplen con estas características.
Grasas
La grasa en las comidas es un distractor dentro de la boca y actúa tapando los sabores. Los
vinos con cierto volumen y con más estructura, permiten limpiar la grasa para sentir mejor los
sabores, ya sea en platos de alto contenido graso salados o dulces (por ejemplo un cheescake,
salmón, carnes rojas).
La compañía por lo tanto puede ir desde un delicado Chardonnay con cuerpo, hasta un
Cabernet Sauvignon, dependiendo los ingredientes.
Amargos
Los vinos altos en taninos tienden a ser más amargos, con baja acidez. Por ejemplo los
Carmenere, algunos Cabernet Sauvignon o ensamblajes con mucho paso por barricas.
Estos vinos complementan muy bien preparaciones grasas, especialmente carnes rojas.
Salados
Las preparaciones que resultan en platos muy salados pueden manejarse muy bien con la
acidez de un vino como Sauvignon Blanc. Por otra parte, puede contrarrestarse también con
un vino dulce, como late harvest.
Parte 2:
Vinos Blancos
Frescos, ácidos, aromáticos y expresivos, los diferentes tipos de vinos blancos son
una verdadera travesía para el paladar. Lejos de asociarlos solo al verano, los blancos pueden
ser la mejor compañía para muchos platos de invierno. La clave está en saber con qué
maridarlos.
Sauvignon Blanc
De sabores secos, esta categoría es ideal para acompañar quesos como el de cabra. Un
clásico también para disfrutar ostras y pescados blancos a la plancha o en cebiche. El foie
gras, queso azul y ciruelas caramelizadas son también un excelente complemento.
Chardonnay
Este tradicional blanco cuenta con un cuerpo medio a gran cuerpo, lo que lo hace un
acompañamiento ideal para carnes blancas como el pollo y el pavo, así como pescados
grasos como el salmón o la trucha. Un buen aliado también para ciertos mariscos.
Ensamblajes Blancos
Dependerá de qué variedades estén en la mezcla. Por lo general son vinos más complejos y
estructurados, lo que permite acompañar desde un cebiche de pescados y mariscos, hasta
chupes, quesos y algunas pastas rellenas.
Parte 3:
Vinos Tintos
Los tintos, desde siempre un favorito en nuestro país, presentan un abanico enorme de
posibilidades a la hora de armonizar con comidas. Sabiendo las bases para combinarlos, son
una estrategia segura para casi cualquier tipo preparación.
Pinot Noir
Este vino de cuerpo medio es muy versátil, y puede acompañar desde tablas de queso para el
aperitivo, hasta carnes blancas, pescados semi-grasos, risotto y pastas
Merlot
Ideal para aquellas celebraciones familiares de pavo o pollo cocinado al horno, este vino se
posiciona como uno de los mejores para acompañar carnes blancas, estofados y sopas como
por ejemplo, la cazuela.
Carménère
Este tinto de cuerpo medio a gran cuerpo es particularmente especiado, por lo que combina
muy bien con comidas como cordero, tocino ahumado, verduras grilladas y preparaciones
chilenas como empanada de pino y pastel de choclo.
Cabernet Sauvignon
El clásico de siempre, de cuerpo medio a gran cuerpo, es una excelente alternativa para platos
contundentes y con gran contenido de grasas, tales como carnes de cordero o vacuno, ya sea
a la parrilla o al horno, incluso con salsas más espesas.
Syrah
Este tipo de vino ofrece un gran cuerpo que va espectacularmente bien con cordero en todas
sus formas, guisos especiados y verduras a la plancha.
Ensamblajes Tintos
En el caso de los ensamblajes, mandarán las variedades que lo compongan, por lo que hay
que revisar bien la mezcla y decidir en base a ello con las claves vistas más arriba. Por lo
general se trata de vinos más complejos, que permiten una amplia variedad de opciones.
Parte 4:
Identificar abores:
Un jercicio de creatividad
La diferencia del Sabor y el Gusto
Aunque a veces se confunden ambos conceptos, te aclaramos la diferencia, que es parte del
glosario fundamental para catar. Identificar los sabores y el gusto nos ayudarán a entender
con qué comida se complementan mejor los vinos.
Sabor
En el vino se habla de aromas primarios, que son lo característicos de una cepa; por ejemplo
aromas de frutas, vegetales, e incluso minerales. Los secundarios son los que derivan de la
fermentación del vino, como aromas de levadura o lácticos. Finalmente los terciarios son los
que se adquieren durante el envejecimiento en barrica, como madera, café, ahumado, etc.
Gusto
Cualquiera de las características primarias que podamos capturar de estos elementos, como
lo dulce, salado, amargo, ácido o umami.
¿Por afinidad o por contraste?
Un maridaje por afinidad será aquél en que los sabores similares se neutralizan, permitiendo realzar los
otros sabores del plato. El contraste en cambio, tal como indica la palabra, enfrenta sabores
significativamente diferentes entre sí, al mismo tiempo potenciándolos.