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ANTONIO RAIMONDI-EL SABIO

ANTONIO RAIMONDI.-
Giovanni Antonio Raimondi Dell´Acqua nació el 19 de setiembre de1824 en Milán,
Italia. Desde niño sintió gran inclinación por las ciencias naturales. Estando en el Museo
Botánico de Milán observó la mutilación de un cactus gigante peruano, hecho que lo
impresionó y llevó a pensar que el Perú era un país poco conocido e influenciara en su
decisión de venir a nuestra tierra. De esta manera, huyendo de la guerra por la unidad e
independencia de Italia, donde había participado como miliciano en 1848, y con el fin
de aumentar sus estudios científicos toma el bergantín “La Industria” y llega al puerto
del Callao el 28 de julio de 1850. El Dr. Cayetano Heredia, Director del entonces
Colegio de la Independencia, que más tarde se transformó en la facultad de medicina de
San Fernando, encargó Raimondi la organización del Museo de Historia Natural del
Colegio. En 1851 dicta cátedra de Historia Natural y el año siguiente sale en su primer
viaje científico por el Perú, recorriendo nuestro territorio por casi 20 años.

MATRIMONIO RAIMONDI-LOLI.-
Antonio Raimondi contrajo matrimonio en la ciudad de Huaraz, en la Parroquia de San
Sebastián, el 2 de setiembre de 1869, con la dama Adela Loli Castañeda, hija de don
Toribio Florentini y doña María Castañeda. La señora Adela Loli nació en Huaraz el 21
de febrero de 1848 y falleció en la ciudad de Lima el 11 de junio de 1928.
Inmediatamente después de contraer matrimonio, los flamantes esposos se transladaron
a la Capital, Lima, donde se instalaron en su casa ubicada en la calle Peña Horadada N°
333, en Barrios Altos. Producto de esta unión, el matrimonio Raimondi Loli tuvo tres
hijos: Enrique, María y Elvira. Parece ser que el matrimonio atravesó por diversos
problemas –a parte de los económicos–, ya que durante sus últimos años tuvieron que
afrontar las enfermedades físicas del sabio y complicaciones graves que afectaron la
salud mental de su esposa.

HIJOS.-
Antonio Raimondi y su esposa, Adela Loli, tuvieron tres hijos: Enrique Antonio
Raimondi Loli (1870-1933), María Antonieta Victoria Raimondi Loli (1872-1904) y
Elvira Isabel Magdalena Raimondi Loli (1877-1938). El nacimiento de sus hijos brindó
a Raimondi la oportunidad de estrechar lazos de amistad y compadrazgo con destacados
miembros de la sociedad limeña. Entre los padrinos de los niños Raimondi Loli figuran
los prestigiosos ingenieros Ernesto Malinowski y Pedro Hogsgard. Sin embargo, el
destino quiso que el sabio naturalista no perennizara su descendencia, como lo hizo con
sus obras, ya que ninguno de los tres hijos de la familia tuvo descendencia. El legado
que dejó este gran estudioso del Perú constituye una importante herencia para quienes
vivimos en este País que Raimondi sintió y amó como si fuera propio

FAMILIA ARRIGONI-SOTO.-
Entrañable amigo de la infancia y vecino de Antonio Raimondi, don Alessandro
Arrigoni llegó al Perú junto con su amigo en 1850. Fue un destacado médico con un
gran sentido de ayuda social. Trabajó en una hacienda cañera de Chincha y a los pocos
años se traslada a Chiclayo, desde donde pasó a San Pedro de Lloc. En este lugar se
establece y contrae matrimonio con doña Fermina Soto y Vargas, hija del general del
ejército Pedro Soto. Con su esposa formó una numerosa y respetada familia. Mantuvo
siempre contacto con Raimondi y falleció en el Callao en 1892, pocos años después que
su amigo.
CASA MUSEO RAIMONDI.-
Esta antigua casona fue edificada en 1750 en San Pedro de Lloc y corresponde al estilo
neoclásico, destacando sus amplios ventanales y molduras de influencia morisca. Es de
notar su pórtico que semeja la entrada de un templo masón cuyo macizo triangular está
soportado por dos columnatas blancas. En sus inicios fue la casa de la familia de Don
Vicente Goyburu, Subdelegado de la Marina Real del Puerto de Pacasmayo. A mediados
del siglo XIX pasó a propiedad del ciudadano italiano Don Alessandro Arrigoni. Luego
la casona tuvo diversos propietarios como Don José Salcedo, el Juez Antenor Guerra
García y la familia Suárez. A mediados de la década de los años 80 del siglo XX, la
casona fue expropiada por la Municipalidad Provincial de Pacasmayo que restauró este
edificio. Desde esa fecha la casona se encuentra al servicio de la cultura y la educación.

TELEGRAMA ANUNCIANDO SU MUERTE.-


El 20 de setiembre el Dr. Alejandro Arrigoni realizó una fiesta celebrando el día
nacional de Italia. Durante el festejo Antonio Raimondi cayó de la silla en la que
participaba de las celebraciones. Nunca más pudo recuperarse y los médicos le
diagnosticaron una neumonía. Raimondi agonizó más de un mes; mientras duró su
convalecencia todo el pueblo de San Pedro de Lloc y Lima, a través de las
informaciones cablegráficas y la prensa, se mantuvieron pendientes de su estado de
salud. Sin embargo, su cuerpo no resistió más, falleció a las 10 de la noche del 26 de
octubre de 1890. Su última palabra, digno epílogo a su valiosa vida, fue Natura.

HABITACIÓN-CASA MUSEO.-
La Casa Museo Antonio Raimondi se ubica en San Pedro de Lloc, capital de la
provincia de Pacasmayo, La Libertad. Está dedicada a mantener y difundir la obra del
sabio naturalista más importante del Perú. Fue remodelada y acondicionada para
funcionar como museo en el año 2005; gracias a la iniciativa de la Municipalidad
Provincial de Pacasmayo, la Asociación Educacional Antonio Raimondi y la Embajada
de Italia en el Perú. En este museo podemos observar: Habitación Antonio Raimondi,
habitación donde murió Raimondi, para ambientarla de acuerdo a la época se emplearon
finos visillos o cortinas típicas de la artesanía local, el aparador, la vajilla de la losa y
una hermosa cama de bronce; todo ello sobre un fino piso machihembrado de pino
importado. Como detalle de esta exposición destaca un baúl de propiedad de Raimondi,
que conserva sus iniciales. Sala Temporal Antonio Raimondi, espacio consagrado a
dinamizar la actividad cultural incentivando la participación de muestras vinculadas con
distintos atractivos y manifestaciones culturales de la provincia de Pacasmayo. Sala
Permanente Antonio Raimondi, el ambiente de exhibición más amplio de la casa museo,
con una exposición lúdica e interactiva; 14 infografías cuentan las diferentes facetas
científicas en las que incursioró Raimondi y de su vida en el Perú. Ellas aparecen
completas con muestras de minerales, objetos arqueológicos y guano de las islas.

OBRAS.-
Durante 1852 a 1869 Raimondi recorrió las tres regiones del Perú estudiando anotando
y recolectando nuestras botánicas, animales y minerales de cada zona que visitaba. Esto
le valió para que científicos de todo el mundo le rindieran en vida las más altas
consideraciones; siendo nombrado miembro honorario de la Real Sociedad Geográfica
de Londres, la Sociedad Italiana de Antropología, Etnología y Psicología Comparada, la
Sociedad Geográfica de París; en el Perú la UNMSM lo nombró Doctor en Ciencias
Naturales y Profesor Honorario de la Facultad de Medicina. Desde 1858 sus
expediciones y principales obras estuvieron a cargo de dineros fiscales. Su prestigio le
sirvió para que el Estado peruano lo tuviera como consultor científico. En 1872
renunció a su cátedra en la Facultad de Medicina para dedicarse por entero a la edición
de sus obras; volviendo a viajar por el Perú en viajes de consulta y estudio. Entre sus
principales obras tenemos: Elementos de botánica aplicada a la medicina e industria,
Apuntes sobre la Provincia Litoral de Loreto, El departamento de Ancash y sus riquezas
minerales, Manipulación del guano, Guano y Salitre, Minerales del Perú, Aguas
potables del Perú Minas de oro del Perú, El Perú, VI tomos, entre otras.

EL PERÚ.-
No sin razón la palabra Perú es casi sinónimo de riqueza, en el viejo mundo: pues, muy
pocos países, o tal vez ninguno, ha sido colmado de mayores dones que este, por la
munificiente naturaleza. Si es la Costa, bajo un manto de árida arena se oculta un suelo
virgen y fecundo, que no pide sino un poco de agua. Posible de obtener en varios puntos
para cubrirse de una lujosa vegetación. Para lo que compensa la escasez de agua de esta
parte del Perú, son los grandes depósitos de guano y salitre, materias que proporcionan
una pingüe renta al país y llevan al mismo tiempo la fecundidad a los estimados campos
de Europa. Si dirigimos una mirada al interior, vemos unas elevadas cordilleras repletas
de útiles y preciosos metales, que han derramado en el antiguo continente fabulosas
riquezas y que darán otras mayores, cuando se proteja el importante ramo de minería,
alumbrándolo con la gran antorcha de la ciencia. Hasta las inmensas masas de nieve que
coronan los encumbrados picos de la cordillera constituyen una gran riqueza, pues el
agua que producen por su derretimiento descendiendo por la ley natural de gravedad,
hacia la costa, desde una altura mayor de 5000 metros, a más de su acción vivificante en
los desiertos terrenos de esta última región; encierra una incalculable y valiosa fuerza
motriz, que será sin duda utilizada algún día para distintas industrias. Por último, que
diremos de la región oriental del Perú; de aquella gran extensión de terreno cubierto de
vírgenes, bosques; de aquel mundo desconocido, emporio de mil valiosas producciones
y cruzado de innumerables ríos, que ofrecen un medio fácil de exportación y
comunicación con el Atlántico. Diremos, que allí está encerrado el porvenir de las
futuras generaciones del Perú.
Antonio Raimondi 18…

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