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RESOLUCIÓN DILEMA ÉTICO: LA EUTANASIA

KARINA ANDREA RODRÍGUEZ CHAPARRO


MARÍA CAMILA RUIZ MOJICA
MARÍA ISABEL SÁNCHEZ RONCANCIO

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DEL ÁREA ANDINA


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA EN SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
BIOÉTICA

BOGOTÁ D.C.
2019
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Contenido

Introducción .................................................................................................................................... 3

Resolución del dilema ético ............................................................................................................ 6

Conclusiones ................................................................................................................................... 9

Lista de Referencias ...................................................................................................................... 10


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Introducción

La eutanasia significa una muerte buena. Desde el punto de vista jurídico, es la muerte sin
sufrimiento físico provocada por propia voluntad de un enfermo incurable. En la práctica
consiste en administrar drogas, fármacos u otras sustancias que alivien el dolor aunque con ello
se acorte la vida. Peña (2012)

El término eutanasia deriva de los vocablos griegos "eu" cuyo significado es bueno y de
"thanatos" que significa muerte, por consiguiente, su significado etimológico es "buena muerte”.
En el transcurso de la historia al término se le han ido atribuyendo diferentes significados, "muerte
rápida y sin dolor", "muerte tranquila, fácil, suave, natural".

En la Antigua Grecia la eutanasia no se planteaba como un problema moral ya que la


concepción de la vida era diferente, para este pueblo una mala vida no era digna de ser vivida y
por tanto ni el eugenismo, ni la eutanasia complicaban a las personas. Cicerón le da significado a
la palabra como muerte digna, honesta y gloriosa.

Hipócrates se opuso a la eutanasia. Para él eran fundamentales la santidad de la persona y el


verdadero bienestar del paciente. Reconoció, sin embargo, que se podría violar fácilmente esta
ética ya que los médicos, no tienen sólo el poder para curar sino también para matar. Por esta razón
hizo que los médicos se comprometieran éticamente con el denominado Juramento Hipocrático:
"Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo
modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi
arte pura y santamente." El juramento permitió a la medicina proteger al paciente vulnerable.
Platón dice: se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo

En la Edad Media, bajo la óptica de creencias religiosas cristianas, la práctica de la eutanasia


es considerada como pecado, puesto que la persona no puede disponer libremente sobre la vida,
que le fue dada por un ser sobrenatural. Las religiones monoteístas como la católica, entienden que
el privilegio de la vida, implica conocer la muerte, por lo que se debe estar plenamente consciente
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del momento final para despedirse de familiares y amigos y poder presentarse en el más allá con
un claro conocimiento del fin de la vida. Este asunto fue recordado en la carta encíclica de 1995
Evangelium vitae (evangelio de vida).

Como reseña Canton (2008), fue en el siglo XVI que Francis Bacon introduce por primera vez
la actual concepción de eutanasia: "El arte de ayudar al agonizante a salir de este mundo con más
dulzura y serenidad", esto con una referencia hacia la preparación para la muerte, la cual incluía
tanto el aspecto psicológico, como la posibilidad de acelerar este paso.

Los Utilitaristas, a finales del siglo XVIII y en el XIX, en su pensamiento mantienen que
cualquier acción es moralmente buena cuando produce mayores beneficios que perjuicios, y, por
lo tanto, el valor ético de la conducta está determinado por el carácter práctico de los resultados.
Bentham identifica el “bien” con el placer y la felicidad, y el “mal” con el dolor o la infelicidad y
defiende “el mayor bien para el mayor número de gente”. En relación a la eutanasia si
posicionamiento está basado en que será mayor el bien y la felicidad, tanto para el enfermo como
para su familia, si se ayuda al enfermo a morir de una forma digna, que si le ayuda a prolongar el
sufrimiento.

Mendoza en 2016, nos indica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como
la acción deliberada que realiza una persona con la intención de provocar la muerte sin dolor.

El Espectador en 2014, reseñó que el papa Francisco criticó el movimiento del derecho a morir,
diciendo que es “un falso sentido de compasión” el considerar la eutanasia como un acto de
dignidad, cuando en realidad es un pecado, en contra de DIOS y se creación.

La tora se opone abiertamente a esta práctica. El punto de discordia con la ciencia se centra en
el diagnóstico del momento de la muerte. Solo el creador da la vida y solo ÉL determina cuando y
como la va a retirar y nosotros no tenemos ninguna injerencia al respecto.
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“Por su parte en el budismo, el muy fuerte énfasis en el alivio del sufrimiento que encontramos
en la ética budista podría llevarnos a concluir que los budistas favorecerían el suicidio asistidio o
la eutanasia cuando un paciente está con un dolor severo, y quiere morir, pero es incapaz de un
suicidio completo debido a sus limitaciones física. Un doctor que lleve a cabo tales
procedimientos, aún con el cosentimiento de los pacientes involucrados, está sin embargo en una
peligrosa posición kármica” Goodman 2011

La eutanasia en humanos es permitida legalmente en 5 Países los cuales son: Canadá, Colombia,
Holanda, Bélgica y Luxemburgo, en cuanto al suicidio asistido está permitido en Suiza, Alemania,
Japón, Canadá y en cinco estados de Estados Unidos los cuales son: Oregón, Washington,
Montana, Vermont y California.
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Resolución del dilema ético

A continuación una perspectiva a la Eutanasia, desde los cuatro principios de la bioética:

Autonomia En La Eutanasia: Según principio las opiniones y decisiones del paciente deben
ser respetadas en todo momento, ya que son expresión de la autonomía inherente a todo ser
humano. En el caso suscitado anteriormente este principio no cumple puesto que el paciente no se
encuentra en condiciones óptimas para poder decidir acerca de su estado de salud.

Beneficiencia En La Eutanasia: Es el caso de una persona que se le proporcionan los medios


al inicio de su enfermedad para mantener su condición de vida; pero más adelante se va en contra
de este principio pues se decide proceder a desconectarla. El principio de Beneficencia se viola al
preferir la eutanasia ya que no mejora la salud física del paciente, pero también es violado al
negársela a un paciente con enfermedad terminal porque tampoco es una opción recuperar su salud.

No Maleficinecia En La Eutanasia: Existen dos posturas, una en la que la eutanasia no sería


posible pues este principio implica que el médico no puede usar sus conocimientos para producir
daño al enfermo y por lo tanto no podría producirle un daño irreversible como es la muerte, y la
segunda en la que el médico utiliza sus conocimientos para evitar la prolongación del sufrimiento
a un paciente que lo solicita, esto con el único objetivo de un beneficio para el paciente, sin ninguna
intención negativa por parte de quien administra la eutanasia.

Justicia En La Eutanasia: Este principio de justicia, implica en primer término comprobar


que el nivel de calidad de dispositivo asistencial que se ofrece garantiza los derechos del enfermo
terminal y su familia sin discriminación. Si una persona decide morir teniendo conocimiento de
su enfermedad y tratamientos disponibles para ella y esto se le permite no se viola el principio de
autonomía, pero si se viola el principio de justicia como se ve en los países que es penalizado por
Ley como lo es en Chile.
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Ya hemos visto que los cuatro principios bioéticos: beneficencia, no maleficencia, autonomía
y justicia, son considerados prima facie, es decir, moralmente obligatorios si no entran en conflicto
entre ellos, pero aquí la pregunta es ¿Qué hacer cuando entran en conflicto? Pues bien, se ha
estipulado que dichos principios deben ser jerarquizados en los casos en que no pueden ser
preservados todos.

Grande en 2011, señala el orden jerárquico entre estos principios postulado por Diego Gracia:

Los principios de justicia y no – maleficencia son los mínimos éticos establecidos (son
universales y de obligatorio cumplimiento), obligatorios y defendidos, si diera lugar, por la ley.
Por su parte, dado que los principios de beneficencia y autonomía responden a creencias
particulares de las personas y tienen que ver con sus proyectos vitales, son máximos éticos que
tendrán que protegerse y respetarse siempre y cuando su cumplimiento no desencadene en hacer
daño o en tener un trato discriminatorio, puesto que se estaría entrando en conflicto con los
principios de no – maleficencia y justicia.

Lo anterior puede resumirse como sigue: la jerarquía de los principios nos muestra que se
configuran dos niveles en la toma de decisiones: el nivel 1 o de los “mínimos morales” que
defienden deberes universales y de bien común, y que están representados en los principios de no
– maleficencia y justicia; y el nivel 2 o de los “máximos morales” que defienden deberes de valor
individual, y que están representados en los principios de beneficencia y autonomía.

- Está claro que nadie desea la muerte, pero en muchos pacientes la buscan porque han
llegado a una situación intolerable de sufrimiento, en la que su vida ha adquirido tales
condiciones infrahumanas que no merece ser considerada digna. (vemos que corresponde
con el nivel 2 (Principios de Beneficencia y Autonomía)
- Toda persona es autónoma y tiene derecho a decidir sobre su vida. (Corresponde al nivel
2)
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- No es justo el someter al hombre a dolorosas situaciones cuando se tiene el poder de


evitarlo. (Corresponde al nivel 1 Principio de No maleficencia y Principio de Justicia).
- Toda persona tiene derecho a decidir sobre todo cuanto se refiera a su cuerpo, por
consecuente, decidir si quiere o no seguir viviendo. (Corresponde al Nivel 2)
- La persona como paciente, tiene el máximo derecho en la toma de decisiones médicas que
a ella se refieran. (Corresponde al Nivel 2)
- La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre por personas
deprimidas, mental o emocionalmente trastornadas. (Corresponde al nivel 1 con el
Principio de Autonomía)
- La vida es un derecho inviolable. (Corresponde al nivel 2)
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Conclusiones

Hay que conocer la diferencia entre una muerte digna y la Eutanasia, debido a que si una
persona se encuentra en una circunstancia extrema es más que razonable, o racional infringirse la
muerte, o que reciba cierto auxilio de otro para poderla procrear, es decir que la eutanasia le
provoca la muerte a alguien a quien se le aplica por compasión, para evitar un dolor o sufrimiento
muy intenso.

Por su parte, una muerte digna, es cuando a una persona se le atiende y se le cubren todas sus
necesidades fundamentales con cuidados paliativos, para minimizar su sufrimiento hasta la muerte
natural

La función del médico es devolver la salud y mitigar los sufrimientos y dolores, no solo en
cuanto a esa mitigación puede conducir a la curación, sino también si puede servir para procurar
una muerte tranquila y fácil (eutanasia)

Al autorizar la eutanasia se cambiaría radicalmente la relación médica – paciente, creando en


la sociedad una desconfianza hacia los profesionales de la salud y se desmotivarían los esfuerzos
para progresar en los cuidados paliativos o en la búsqueda de terapias.

En oposición a la legalización de la eutanasia en algunos países, se ha argumentado que la vida


humana es un valor superior. Cuyo respeto posibilita la convivencia social, y que la finalidad
constitutiva de la medicina es precisamente ese respeto, siendo completamente ajena a ella el acto
de matar.
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Lista de Referencias

Azulay Tapiero, A. (2001, December). Los principios bioéticos: ¿se aplican en la situación de
enfermedad terminal? In Anales de Medicina Interna (Vol. 18, No. 12, pp. 650-654). Arán
Ediciones, SL.Rivera Ocampo, J. E. (2015). Eutanasia, una mirada a la muerte desde la ciencia
médica.

Camps, V. (1990). Historia de la ética. Barcelona: Crítica.

Creagh Peña, M. (2012). Dilema ético de la eutanasia. Revista cubana de salud pública, 38,
150-155

EFE (2014). La postura del papa Francisco frente a la eutanasia. El Espectador

Goodman, C. 2011 ÉTICA EN EL BUDISMO INDIO Y TIBETANO.

Grande, L. F. (2011). Fundamentos de bioética, de Diego Gracia. Bioètica & debat: tribuna
abierta del Institut Borja de Bioètica, 17(64), 8-11.

Hurtado Medina, M. J. (2015). La eutanasia en Colombia desde una perspectiva


bioética. Revista Médica de Risaralda, 21(2), 49-51.

Kant, E. (1788). Crítica de la razón práctica. Madrid: Alianza

Mendoza-Villa JM, Herrera-Morales LA. Reflexiones acerca de la eutanasia en Colombia. Rev


Colomb Anestesiol. 2016; 44(4):324-329

Mill, J. S. (1994). Utilitarismo. Madrid: Altaya.


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ONU. (2005). Declaración de las naciones unidas sobre la clonación humana.

Padovani Cantón, A. M., & Clemente Rodríguez, M. E. (2008). Eutanasia y legislación. Revista
de Ciencias Médicas de Pinar del Río, 12(2), 139-149.

Singer, P. (1995). Compendio de Ética. Madrid: Alianza.

Unesco. (2003). Declaración internacional sobre los datos genéticos humanos. Recuperado de
http://portal.unesco.org/es/ev.php-
URL_ID=13177&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

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